La historia interminable[Sons of Anarchy-Priv.]

El agua estaba movidita. Se podía notar en los constantes movimientos que hacía mi cama mientras que intentaba descansar en ella como de costumbre. estaba tumbado, con las manos bajo la cabeza y con la piernas entrecruzadas mirando al techo sin pensar en nada. No hacía ni semanas que había ingresado en esta nueva banda de locos pero la verdad es que me estaba gustando bastante, Vale que la mayoría estaban o idos de la pinza o a lo mejor en cualquier momento te querían clavar un cuchillo en la espalda para asesinarte, aunque al menos en el 90% de las ocasiones eran bastante más amables y después de todo la subcapitana estaba bastante... Bueno que me voy del caso, estaba intentado relajarme en mi nuevo camarote. Era bastante simple y pro eso mismo solo tenía lo indispensable para guardar las cosas y demás, casi ningún lujo, aunque a decir verdad era bastante oscura y tenía poca iluminación por la ventana que era bastante pequeña, seguramente para que no entrase demasiada agua si se hundía...yo que sabía... Me levante de la cama a mirarme al espejo, tenía todos los pelos alborotados y despeinados, normal, acaba de estar sobando la mona no hacía ni veinte minutos y siempre me muevo mucho al dormir. Intente arreglármelos un poco con un peine que tenia en la mesilla de justo debajo, aunque me costo mucho bastante. Una vez vi que ya estaba bastante bien mostré un sonrisa al espejo y fui directo al armario de donde saque la ropa de siempre. Me quite el pijama en segundos y me puse la ropa también bastante rápido. Luego cogí mis katanas que además deje en el mismo armario y abrí la puerta de mi camarote. Mire a los lados por si estaba alguien esperándome ahí y vi que no se encontraba nadie por los pasillo. No me conocía muy bien el barco pero al menos si que sabía ir perfectamente de mi camarote a la cubierta sin perderme por ninguno de los demás pasillos. Ande tranquilo, ya que nadie se estaba cruzando por mi camino ni tampoco esperaba que lo hiciesen, pero igualmente intente no hacer mucho ruido con el que molestar al personal y a si que no se levantasen. por fin pude encontrar la salida hacía la cubierta, la cual estaba abierta y los rayos de sol la iluminaban al igual que la escalera. Me tape ligeramente la cara con la mano y salí afuera tomando algo de aire y mirando a la isla que teníamos enfrente. Entonces dije una cuentas palabras...

- Jejejeje...Bueno, al menos ya vamos a hacer algo interesante por aquí...espero que hoy al menos tengamos diversión jejejejje

Ese día había despertado con energía, me apetecía que llegásemos a una isla lo antes posible, después de estar varias días en barco me sentía atosigada y eso que me gustaba el mar, pero de vez en cuando pisar un poco de tierra no venía mal.

Había salido de mi camarote para ir a la cocina ya que tenía un poco de hambre, desde la noche anterior no había comido, no tenía hambre pero me pasaba a menudo; una vez en la cocina cogí un vaso de leche y me lo tomé, más tarde apareció Chispitas, el medio hámster-ardilla que me había encontrado en un barco pirata en la isla Shoko.

Después de un rato jugando con Chispitas, este saltó de la mesa y empezó a correr por el suelo como si fuesen a matarlo, aún no me obedecía del todo porque lo estaba entrenando pero algún día conseguiría que me hiciese caso, fui detrás de el hasta la cubierta en donde levanté la cabeza y vi que nos acercábamos a una isla, en ese momento me salió una sonrisa de mi cara.

-Bien una isla, llevaba días queriendo tocar tierra.

A pesar de ser la subcapitana a veces seguía siendo la navegante y aunque ya teníamos a otro navegante, me seguía gustando manejar el barco. Salí a fuera para ver la isla mejor y fui hasta mi camarote para ver los mapas, hasta que vi el nombre y leí:

-Esta isla pertenece al reino de Lvneel...-cerré el libro y guardé los mapas que había estado mirando, y volví a salir afuera, esta vez me encontré con Ikaru, un miembro que hasta hace nada había entrado en Sons y le oí decir:

-Jejejeje...Bueno, al menos ya vamos a hacer algo interesante por aquí...espero que hoy al menos tengamos diversión jejejejje-después de oírle decir eso, me acerqué hasta su lado y le dije:

-Claro, tenlo por seguro, no hay isla en la que no nos pase nada a nosotros jajaja-dije riéndome mientras veía las olas romper contra nuestro barco.

Me había unido a la banda apenas unos días atrás, cuando me encontraron en el bote, me uní como navegante, pero la subcapitana Rose, de vez en cando, hacia mis tareas,  y yo no me quejaba. Me quisieron dar un camarote, pero yo estoy más a gusto en la cubierta, recostado en una esquina donde normalmente paso desapercibido.

La mañana era luminosa y apenas había unas pocas nubes en el cielo, ninguna de ellas hacía presagiar lluvia o inclemencias, la marea nos guiaba directamente hacia aquella isla, pronto tendríamos que ponernos al mando de la nave para que no encallara o se empotrara contra las rocas. Me acababa de despertar, me desperece, y recordé los pocos días que había pasado en este barco de locos, todos tenían miedo a la subcapitana, no sé muy bien porque, el capitán desaparecía varios días sin dejar rastro, y a pocos miembros más de la tripulación había conocido. A pesar de su locura me parecían buenos tipos, para ser piratas, y creo que encajaré muy bien aquí.

Salte de mí esquina junto a la escalera que subía al nivel superior y di un par de vueltas por la cubierta, subí la escalera para estirar viendo el inmenso mar azul, que siempre me relajaba. Cuando estaba bajando las escaleras apareció otro de los nuevos, un joven de pelo amarillo y algo alborotado, seguramente se acabara de despertar.

-Jejejeje...Bueno, al menos ya vamos a hacer algo interesante por aquí...espero que hoy al menos tengamos diversión jejejejje- Le escuche decir, me dio tiempo a bajar un par mas de escalones antes de que la subcapitana apareciera por la puerta.

La subcapitana es una chica de estatura media, el pelo largo y  rojo, ojos aguamarina y suele llevar camisetas con el número y unos shorts negros que le resaltan la figura. Nada más salir contesto al rubio:

-Claro, tenlo por seguro, no hay isla en la que no nos pase nada a nosotros jajaja-le dijo riéndose mientras miraba hacia el mar.

Termine de bajar la escalera, al ponerse junto ellos quedo marcada la diferencia de altura, casi una cabeza, se acercó y les dijo:

-En las islas siempre hay cosas interesantes amigo, le dijo al rubio,  subcapitana estamos entrando en aguas bajas ya ¿quieres llevar el barco o lo llevo yo hasta el puerto? El mar está en calma no será difícil.

No habían pasado más que un par de días desde que había tomado la abrupta decisión de abandonar mi solitaria vida de trotamundos, para darme una nueva oportunidad de coexistir con compañeros, y luchar junto a ellos por un solo ideal... lo cual se me hacía fascinante y a la vez aterrador. pero esta vez tenía un buen presentimiento, y además mis nuevos nakamas parecían muy divertidos vividores y agradables. tres palabras que están escritas en letras doradas en el libro de mi vida. claro que esto era una descripción bastante apriori, pues aun llevaba muy poco de conocerlos o de crear alguna clase de lazo, en especial con el capitán del barco que poco se veía y más parecía un mito que rondaba por ahí de vez en cuando. por otro lado la capitana era muy amable con todo el mundo y era muy divertido hablar con ella. ademas de su gran belleza que no puedo pasar por alto a la hora de nombrarla.
la noche había sido larga para mi, luego de acomodar mis cosas en mi camarote solo dormí unas tres horas y ocupe todo el resto de la noche modificando el entorno de mi alcoba para sentirme más a gusto en mi nuevo hogar.
el sol de la mañana comenzaba a entrar por la unica ventana hermética de mi camarote mientras yo me hallaba frente a uno de los muros con las manos manchadas de negro y un pincel en una de ellas, había pasando las ultimas horas de luna plasmando en la totalidad del muro la silueta en tinta de un frondoso árbol de cerezo que abarcaba la totalidad del primer muro que veré en las mañanas al sentarme en mi cama y abrir os ojos para saludar la mañana.
me asomé por la ventana para observar el alba y el bello destello en las olas por el reflejo del sol madrugador, y mientras admiraba eso un sonido agradable llegó a mis oídos, el graznar de una gaviota que pasaba junto al barco, la miré sonriente como daba vueltas de un lado a otro en busca de su desayuno. pero lo importante era que una vivaz gaviota cazando era signo indiscutible de que nos acercábamos a tierra firme. contento por ello me dirigí al baño más cercano para limpiar la tinta negra de mis dedos y peinar mis pálidos cabellos, ya era hora de estirar las piernas y descubrir que aventura nos traía esta tierra desconocida para mi. sin embargo, antes de eso haría una parada en la cocina pues de solo pensar en el desayuno de la gaviota me había entrado un hambre voraz. Abrí la nevera y tomé de su interior y un par de bocadillos que acabaría con mi ayuno... luego saqué de entre mis ropas una pequeña petaca rellena con sabroso licor que me empiné al instante para bajar mis alimentos.

AAAAHHHHH!!!. Desayuno de campeones decía mí tio!

mientras asaltaba la cocina no pude evita oír voces en la cubierta del barco, pero aun no me animaba a subir ahí, aun que jamás lo he de demostrar, aveces soy muy reservado, y no quería importunar, por lo que me quedé sentado en la cocina hasta que llegáramos a tierra

Ugh, ¿qué es esa luz? ¿De dónde viene?, poco a poco fui abriendo los ojos y mirando al techo empecé a pensar que había pasado la noche anterior. Ah sí, claro, había pasado lo de siempre, me había pasado bebiendo y ahora no sabía ni donde estaba, me levante del suelo y me fui fijando en toda la habitación, por suerte era la mía pero parece que no me había gustado la idea de dormir en mi propia cama ya que estaba en la otra esquina de la habitación y me había “dormido” con una botella de ¿ron? en la mano, la tire contra una pared haciendo que estallara en varios pedazos y dejando la mancha de aquella bebida en la pared.

Me dirigí al armario que había atornillado a una pared del cuarto, para que no se moviera en las tormentas y acabara por aplastarme, decidí ponerme algo de ropa, ya que solo tenía puesto los pantalones que siempre llevaba y no sabía donde deje mi camisa, seguramente hubiera acabado en el medio del mar era lo que pensaba antes de ver que no, estaba ahí, colgada en el armario, parece que no me pase por tanto bebiendo, iba pensando mientras me la ponía y pensaba que hacer.

Mire por la ventana, que estaba al lado del armario, intentando ver si habíamos llegado a tierra o aunque sea algún animal que hiciera un poco más ameno ver ese desierto acuático pero como no aparecía nada y me estaba aburriendo pensé en dirigirme a cubierta, cerré la ventana y busque mi calzado por debajo de la cama, pero no estaba y cuando me levante lo vi atado por los cordones a una pata del armario. Cuando termine de vestirme, escupí contra la misma pared contra la que había estallado la botella y me dirigí hacía la cubierta.

- Maldita resaca.

Dije mientras seguía intentando pensar que había hecho el día anterior, había varias lagunas en mi memoria, pero esperaba no haberle tocado mucho las narices a nadie, que no quería tener problemas con nadie de la banda y menos habiendo entrado en ella hace nada.

En cubierta estaban todos los miembros de la banda que se hacía llamar Sons of Anarchy, todos parecían mirar a la isla que se veía en lontananza, así que me acerque a donde estaban la mayoría de ellos, me puse al lado de Joda Ikaru y les pregunte después de un bostezo.

- ¿Qué isla es?

Estaba en el camarote, durmiendo tranquilamente hasta que acabe despertándome. No hacia mucho que me había unido a una banda pirata, no solo por el simple hecho de que podría conseguir mas ideas para las historias, también porque mi padre lo fue. Aunque ahora eso no me importaba, seguía tumbado en la cama y con los ojos cerrados. Se estaba bastante bien en la cama, pero entonces note algo húmedo tocar mi cara. Esa cosa húmeda era la lengua de Virus, mi mascota, que aunque no me hiciera caso, me tenía cariño y no parecía ir a morderme nunca. Acabe levantándome de la cama para acariciar la cabeza de mi lobo y luego quitarme la ropa. Me dirigí a un armario y de allí saqué la típica ropa que solía ponerme. Una camisa blanca, una corbata negra, unos pantalones negros y una chaqueta negra.

Me senté en una silla que estaba justo delante de un escritorio que estaba al lado de la puerta. Saqué de un cajón una libreta y algunas cosas mas. Empece a escribir lo primero que se me pasaba por la cabeza con una sonrisa. Me gustaba imaginarme las diferentes torturas que podría usar contra los demás y ver sus caras llenas de desesperación. Seguía escribiendo las cosas mas salvajes que se me imaginaban, hasta que al final ocurrió, no se me ocurría nada más. No conocía mucho a la gente de la tripulación, pero tampoco era como si importase mientras que pudiera seguir con lo que mas me gustaba, escribir y torturar. Después de todo solo se me daba bien hacer eso, y cuidar a Virus también.

Dejé de escribir y guardé la libreta dentro del cajón de ese escritorio. Acaricié a Virus un rato y luego salí de mi camarote, pero no sin antes ponerme mis gafas. No era que viera muy bien, al menos no de lejos. Suspiré mientras empezaba a caminar por el barco, solo había un pequeño problema. No me conocía bien el barco y no sabía a donde ir. Aunque no era demasiado importante, al fin y al cabo, solo quería dar un paseo por el barco. Luego solo tendría que acordarme de donde quedaba mi camarote. Tendría que haber llevado a Virus conmigo, pero como solo tenía cariño conmigo, podría atacar a cualquiera de la banda y eso no sería algo que pudieran pasar por alto seguramente.

Después de andar un buen rato, logré llegar hasta la cubierta donde estaban la mayoría de la gente. Aunque mi vista en lo primero que se fijo, fue en aquella criatura, seguramente alguien que había ingerido una zoan. -Que monada...- Fue lo único que salió de mis labios mientras miraba a eso, era una especie de lobo pero aun así era una monada, al menos para mí. Al menos era lo único que podía decir al verlo, luego observé a la demás gente. Solo había una chica y todo lo demás eran chicos, aunque de ellos solo dos eran atractivos desde mi punto de vista. -Hola.- Les dije simplemente viéndoles con desconfianza para luego observar de nuevo a esa criatura, me daban ganas de acariciarle la cabeza como si fuera un perro.

El castaño se encontraba durmiendo en la oscuridad de su camarote. Sus ronquidos se escuchaban en aquella sala y nada más se veía debido a la oscuridad. Mientras soñaba con hamburguesas y comida un golpe seco se escuchó en aquella sala. Después los ojos del chico se abrieron, estaba en el suelo y había dado un buen golpe. Tras rodar un poco por el dolor se levantó suspirando y bostezando mientras se estiraba escuchando pasos por el lugar, al escucharlos sonrió de lado. Ya estaban despertándose aquellas personas. No le hacía gracia la misión que le habían enviado pero era lo que le tocaba. Su deber era colarse en la banda pirata conocida como Sons Anarchy y de ese modo espiarles y capturar a quien pudiera de forma sigilosa. El principal objetivo era capturar o asesinar al que estuviera al mando y ahora que el tal Zarlet no estaba el objetivo era la pelirroja.

No conocía a los demás pues se había incorporado hacia ya unos cuantos días. Este se levantó en la oscuridad y se dirigió al candil encendiéndolo y cogiendo un documento. En este podía ver información de sujetos peligrosos y con los que debía tener cuidado. También contaba con algunos aliados que le podían ayudar si los encontraba. En su lista de enemigos poderosos habían gente como Kaiser, Canabar, Drake , Sohem, Vader, Shark y algunos más. Entre marines poderosos y otros agentes leía nombres como Krauser, Karl, Kasan, Morti, Hideki y más nombres con sus descripciones y una pequeña foto. Con los tipos peligrosos podía usar sus capacidades con la espada o por el contrario ser ayudado por los demás. Había algunos terribles que daban miedo por sus frutas o su monstruosa fuerza como era por ejemplo el lobo blanco o el gyojin orca. Con los aliados debería hacer algo de teatro y nada mas pues según leía había tipos como Karl que daban miedo.

Este se guardó el documento en su pantalón y cogió sus dos fundas de las espadas. Guardó la dorada y cogió la otra para apagar el candil y en la oscuridad comenzar a entrenar su velocidad lanzando tajos a los sacos y los muñecos de hierro de su habitación. Se movía por la oscuridad debido a lo bien que se había adaptado aquel cuarto. Lanzaba cortes a mucha velocidad con una sola espada y sus piernas lanzaban patadas certeras y buenas. Tras aquello estuvo entrenando sus patadas simplemente y después meditó unos minutos. No le convenía tener una musculatura exagerada ya que un espadachín debía ser muy veloz y es lo que debía ser. Tras aquello sonrío de forma tranquila y guardó la espada en su funda para después abrir la puerta dejando por dentro una mina pequeña de lápiz para que si alguien entraba la rompiera. Una vez hizo aquello caminó a cubierta. Una vez allí observó a todos y después al tipo que usó la forma hibrida. Parecía una buena idea para relajarse y decidió usar la suya. Pegó un salto al aire mientras su cabeza tomaba la forma de un águila. Las patas superiores ahora eran de águila y las inferiores de león. El cuerpo era de león también y musculoso y a su espalda tenía dos alas hermosas y doradas. Al pegar el salto se quedó en la borda tumbado con un ojo cerrado y otro abierto en aquella forma de Grifo mientras daba un chillido de águila y después hablaba de forma tranquila.

Aire puro siempre viene bien.

¡Sera por gente que llego a cubierta detrás mia! Nada mas llegar a lo que era la cubierta del barco esta empezó a inundarse de la gente que dormitaba en sus entrañas. El primer tripulante que salio a la cubierta tras de mi fue una chica, con peinado de fuego y por decirlo de alguna manera un cuerpo bastante bonito. Era rose, la actual subcapitana de la banda...bueno mejor dicho la capitana ya, el capitán llevaba desde que entre en la banda sin tan siquiera verle... Antes estaba banda estuvo capitaneada por un gran pirata que ahora se había ido de aquí. Escuche sus palabras, ella se puso bastante cerca mio y me dijo directamente que por suspuesto que ya íbamos a hacer algo, total para ellos siempre les pasa alguna que otra locura por las islas que pisaban. A si, se me olvido decirles que no era yo quien había pisado primero la cubierta si no que había sido otro piratillo quien lo había hecho bastante antes que yo. Desde que entre en la banda siempre dormía en la cubierta, rara costumbre que aunque me resultaba algo interesante me sentía tan vago de preguntarle por que no cogía su propio camarote y dormía allí con lo agusto que estaba. Lo vi bajando unas escaleras para llegar a la cubierta mientras que yo subía por otras distintas. Al final se puso a nuestro lado y le mire un poco antes que como a la bella pelirroja, escuchar lo que decía. De nuevo salto con un comentario que tenia que ver con que si que haríamos cosas interesantes. Fue lago típico y bastante normal que lo dijese y estuve a punto de contestarle, pero no tenia ganas, Subí el dedo ligeramente y señale a rose al escuchar sus preguntas, estuve a punto de hablar de nuevo para contestarle pero sinceramente creo que mi gesto con el dedo había sido mas que suficiente para hacerle ver que quería que navegase la chica pelo de fuego. continué andando para llegar a lo que era uno de los extremos de la cubierta y poder apoyarme en la barandilla para mirar un poco el mar de cerca. cerca de estas islas, era tan calmado y bonito que me encantaba mirarlo... pero antes de eso subieron dos personas más aun si cabe. Primero un chico bastante normal para lo que cabria esperar en una banda como esta. No demoro mucho en salir de la escalerilla por la que habíamos subido Rose y yo hace unos minutos y nos saludo a los tres, pero a Rose la saludo de forma un poco menos convencional si...estaba ligando claramente pero bueno como que no me importaba mucho lo que pudiese hacer ahora mismo la verdad. tras él entro otro, realmente al mismo compás pero eso no era lo importante ahora. Por que esta vez si que m importo lo que me dijo este tipo, lo primero que hizo fue acercarse a nosotros, aunque ya ya estaba algo alejado del grupo pero tampoco os creíais que lo estaba tanto como a mi me hubiese gustado, y tras llegar a nosotros se acerco a mi personalmente y me saludo cordialmente si, pero lo ultimo me hizo encender un poco la llamita y cabrearme algo. La palabra fue "pelopincho" si se que es una idiotez como una casa poder enfadarse con esa palabreja pero como comprenderéis yo soy un tipo bastante raro dentro de lo que cabe. Tras decirme eso y sin darme tiempo a responder siquiera, continuo hablando intente pararle con una palabras pero de nada me sirvieron pues siguió dándole a la lengua. Tampoco es que quisese que le contestásemos a cualquier pregunta pues cambiaba de tema de forma algo impredecible. pero lo más impredecible de todo fue cuando Opto por transformarse en su forma híbrida, por que si, era un usuario de Akuma no mi como yo pero el de Zoan y yo de logia. Le seguí con la mirada e intente gritarle algo... aunque no creo que siquiera me hiciera caso.

- ¡Tú, idiota, a mi nadie me llama pelopincho! ¿Te ha quedado claro perrito? Por que como lo vuelvas a hacer, te juro que mas de hostia te llevas en tu hocico perruno...tsk...tengo que relajarme un poco...Voy ahí delante, si alguien me quiere estaré alli, total no queda mucho para llegar jajaja.

Lo ultimo, tras la pequeña muesca hecha ya no iba dirigida hacia ese entrometido de lobo o lo que fuese sino ya directamente para total la banda. Finalmente pude acercarme a la barandilla y comencé a mirar el mar tocandome la cabeza aun poco y jugando con el pelo...y si la verdad es que era un pelopincho...¡pero que no me lo llamen! La gente como dije hace tiempo...seguía viniendo. tras el lobo idiota vino otra persona que no conocia...la verdad es que por su cara parecía un bebedor asiduo. se acerco a mi y me pregunto a que isla nos estábamos acercando, le mire un momento, luego mire de nuevo a la isla y comencé a hablar.

-Lvneel...El reino de Lvneel...la verdads me sorprende un poco que seas incapaz de reconocerla, es bastante evidente jajaja...Ciertamente este mar es muy tranquilo, no creo que podemos liarla demasiado a si que...bue...a esperar ¿no?

Me gire mirando a la cubierta de nuevo, habían aparecido otras tres personas nuevas...No tuve ni el incapie en preguntar quienes eran, ahora. pero dos de ellos parecían algo tímidos por lo poco que decían y el ultimo parecía ser todo un payaso, nos lo pasariamos bien hoy...si...

Spoiler:

Sin ninguna duda éramos una gran banda, plagada de tipos raros. Sin ir más lejos el primero de ellos era yo, pero no era ni de lejos el único. Otro de los tripulantes también poseía una fruta del mismo tipo que el mío, Zoan Mitológica. En su caso concreto parecía ser un grifo, esa extraña criatura hecha a base de restos de otros pobres animales despiezados. –Tss, no es más que un puzle de carne… -Pensé yo al verlo.
Otro que me inquietaba bastante era un tipo que, según tenía entendido, tenía un lobo por mascota. Esperaba no terminar siendo yo su mascota, la verdad es que parecía un tipo siniestro, los que tienen pinta de buenos chicos siempre son a la larga los más sádicos. En la misma cubierta se encontraba al que más miedo le tenía, un tipo con pinta de payaso, y con esta misma actitud. Si los que parecen buenos acaban estando locos, los que parecen locos… Bueno, el caso es que era alguien amenazante, además los payasos nunca me terminaron de gustar demasiado. A la lista de tíos raros se unían después los dos más normalitas, cuyos nombres si no los oí mal eran Lavi y Abyss, así como la joven, y voluptuosa, pelirroja, que era la capitana de aquella banda de locos. No parecía muy fuerte, pero lo que era seguro es que tenía dos buenas “razones” para que todos la siguieran a dónde fuera. Esta al parecer estaba leyendo una carta, y no tardó en comunicar algo a todos, así que me apresuré en bajar de mi puesto de vigía improvisado, dando un salto hacia la cubierta. Nada más caer volví a mi forma humana y me acerqué a aquella joven, que nos contó en qué isla estaríamos y para qué cometido.

-*Lvneel… * -Pensaba yo. Había oído hablar de aquella isla, tanto tiempo en el CP me obligaba a saber más o menos las islas estratégicas, y esta era una de ellas. Tras mencionar aquel nombre oí otro que se me hacía familiar, aunque no terminaba de entenderlo. -*¿Noland? ¿Quién puñetas es Noland? ¿No será “Norland, el mentiroso”? Bueno, es igual, si lo quiero averiguar sólo debo…* -Mientras pensaba eso me acercaba a la espalda de la joven, que comenzó a dividirnos en diferentes grupos. Mi grupo era el mejor, más que nada, porque yo estaba en él. En el momento en que terminó ese “reparto”, que no hacía más que recordarme a esos momentos de la infancia en que los niños se repartían en equipos para jugar, me alejé hasta una de las paredes cercana a la entrada hacia el interior del barco y me apoyé en esta. Desde ahí, con una actitud chulesca y burlesca, esbocé una media sonrisa y di un fuerte silbido para llamar la atención de todos.

-Así que la pelirroja y los pelirrojos, ¿eh? Menudo equipo, si Red aparece seguro que le agrada ver tanto el color de la sangre… Sólo hay un problema. –Dije mostrando en mi mano la carta que le había cogido a nuestra capitana en funciones aprovechándome de su distracción y de mis habilidades como espía. –No hay nadie llamado “Noland” que se me venga a la mente, no obstante existe una historia… Una historia sobre “Norland, el mentiroso”. Desconozco los detalles, honestamente las leyendas nunca han ido conmigo, sólo recuerdo que en su historia se hablaba de algo que llamó mucho mi atención: Una ciudad bañada en oro. –Al decir esto esperaba que todos se asombraran, tanto por el oro como por lo “cool” que me veía apoyado en la pared y demostrando lo listo y hábil que era, aunque igual a Lavi no le sorprendía demasiado.

Dejadme que os cuente la historia que tantas veces oí en el North Blue...

Hace 400 años en cierto país de los mares del Norte, existió un hombre llamado Montblac Norland. Un explorador cuyas historias narraban grandes aventuras de sus viajes alrededor del mundo. Sonaban como mentiras pero la población nunca podía determinar si eran ciertas o no.
En una ocasión Norland se fue de excursión y cuando volvió informó al rey explicándole que había visto una montaña de oro en una isla a través de los grandes mares. Para verlo por sí mismo, el valiente rey tomó 2000 guerreros y cruzó los grandes mares, luchó contra poderosas tormentas y enormes monstruos marinos.

Finalmente el Rey, Norland y sólo 100 soldados desembarcaron en la isla, pero no había nada más que selva en ésta. Norland fue condenado a muerte por sus mentiras, y sus últimas palabras fueron: "¡¡Seguramente esa parte de la isla se haya hundido y ahora esté en el fondo del mar!!". El Rey y los ciudadanos se sorprendieron, pensando que Norland no dejó de mentir hasta su muerte.

Tras esto hubo un momento de silencio en mi historia y volví en mí, después de estar tan absorto al contar la historia. –Por cierto… Me alegra saber que el cara-pollo ese está bien… Aún quiero volver a pelear con él, no me gustaría dejar aquel combate como terminó… -Dije haciendo referencia a una anécdota que aquel tipo y yo habíamos tenido en el pasado. Tras esto le lancé la carta en su sobre a la capitana usando el dedo índice y corazón, de una forma también increíblemente molona, y me metí por la puerta hacia mi camarote. Mientras bajaba los escalones comencé a tratar decirles que dormiría un rato, que no me despertaran hasta haber atracado. –Bueno… Por ahora dormiré un rato más, cuando lleguemos avisadme…- No pude terminar de decir aquello, pues tropecé con algo y caí por las escaleras, rompiendo toda aquella actitud chulesca que había tratado de labrarme. -¡Estoy bien! –Grité después de caer, tratando de salvar un poco mi orgullo, aunque ya era tarde, así que tan sólo me fui a mi cuarto a dormir y esperar a que aquellos tipos llevaran el barco a buen puerto.

El reino de Lvneel eh, bueno al menos podría estar por cualquier lugar sin dar pie con bola o hacer lo que diera la gana. O al menos eso pensé yo durante unos cuantos minutos hasta que la capitana, diciendo que lo que debíamos hacer era… ¿De verdad importaba? La verdad es que no le di importancia a todo lo que decían y solo cogí lo que decía por encima, Noland, Lvneel, arqueólogo. Esto hizo que volver a centrarme en lo que decía, pues implicaba que tendría que trabajar y no podría holgazanear como hago siempre.

Mientras escuchaba los nombres de los miembros de mi grupo me fije que estaban casi la banda al completo en la cubierta, y concretamente me fije en los miembros de mi grupo, más bien en el miembro pues el otro no había aparecido, el que estaba presente era un chico rubio de piel blanca y que iba con un lobo negro y el otro a saber dónde estaría.  

El hombre lobo que estaba subido al mástil hablo sobre la leyenda, aunque lo primero que hizo fue corregir a la única chica que había en todo el barco diciendo que era Norland, o eso empezó a hacer porque también pase de lo que decía, realmente solo quería estar todo el día durmiendo, pero eso no sería posible así que mejor que investigar nada prefería quemar a alguna persona o casa, pero bueno, habíamos venido a eso y no pude evitar preguntar, viendo que el lobo raro había acabado de hablar.

- Y exactamente ¿qué queremos saber sobre el tal Norland?- Pregunte bastante indiferente, no preguntaba por molestar más que cualquier otra cosa y tampoco hice mucho caso de su respuesta, solo quería eso, molestar.

Y mientras seguía oteando el mar desde mi posición, un poco alejada de la barandilla, pero no a mucha distancia, esperando ver que podría descubrir en aquel lugar o al menos, que podría entretenerme lo suficiente, pensé con una sonrisa casi imperceptible.

Dranser continuaba allí echado en su forma hibrida cuando de repente observó al lobo azul bajar del mástil en forma humana. Por ese motivo él también volvió a la forma humana pero sin levantarse de su peligroso y cómodo sitio. Al parecer al chico al que el moreno había llamado pelo pincho se enfadó dando voces amenazándole. El castaño que seguía tumbado empezó a partirse de risa ante aquel espectáculo que más bien era una pelea. Las lagrimas le salían solas de la risa que le estaba dando, el lobo azul tenía sentido del humor y había conseguido hacer que el espadachín castaño se riera un buen rato. Tras otro ataque de risa masivo con el que casi se ahoga el chico observó como un tipo con el pelo azul le preguntaba a la capitana algo que este no pudo escuchar.

Ahora la chica pelirroja comenzó a hacer extraños grupos los cuales serian los que irían por distintas zonas de la isla. Cuando dijo su nombre este captó de que le había tocado con un tal Ikaru, otro chico llamado Hardo y alguien que respondía a Gaedor. No sabía quienes podían ser por lo que se levantó y se dirigió a la otra parte de la borda solo para sentarse y observar el otro lado del paisaje. Lo malo es que era lo mismo, agua y más agua. Ahora se escuchaba la voz del moreno hablando sobre una historia de unas tortillas de pollo con quesitos de arias o algo así. O eso era al menos lo que escuchaba el espadachín que pensaba ahora en una buena hamburguesa. Tras aquello escuchó un ruido de caída y como el moreno decía que estaba bien. No le había dado importancia. No quería relacionarse mucho con personas a las que en un futuro debía de entregar. Ahora el castaño esperaba a que el barco atracara en el puerto y poder estirar las piernas en la arena y no en la cubierta del barco. Para que no hubiera confusiones pegó una voz pero dándole la espalda a todos donde dijo en un tono amable y alto con la mano derecha levantada.

- Yo soy Dranser.

Tras aquello se quedó de nuevo callado observando el mar, así sus compañeros de equipo sabrían quien era aquel tipo. Sus azulados y pálidos ojos ahora se centraban en la isla donde iban a desembarcar. Solo esperaba no tener que matar a ningún ciudadano pues no era ningún asesino pese a pertenecer al CP. El sonido de una gaviota le hizo mirar al cielo con una sonrisa. Tal vez pudiera conseguirse alguna mascota para el camino, tener un ave sería genial. Pensaba en un halcón o en un cuervo. Pero a saber si esas especies se encontraban en la isla en la que ahora estaban. No sabía que se les había perdido allí aquella banda pero debía cumplir su trabajo. Estuvo a punto de caerse por un leve mareo pero reaccionó a tiempo poniendo ambas manos en la borda y soltando después un suspiro. Solo quedaba esperar a que el barco atracase en el puerto y poder comenzar con lo de los grupos que se habían formado o que mas bien había formado la capitana.

luego de desayunar, me propuse salir a cubierta a tomar algo de aire fresco, se oía mucho alboroto allá arriba y no quería perderme de nada importante, me dirigí a las escaleras para ascender y desde ese lugar ya se podían distinguir muchas voces de mis compañeros que transitaban por la cubierta, entre ellas pude reconocer la suave voz de Rose, nuestra bella sub-capitana, que dado su cargo había tomado las riendas en ausencia de Zarlet, por suerte alcancé a oír lo más importante nos habían dividido en grupos y había que averiguar sobre aquella leyenda para niños del mentiroso Norland, nada complicado, en este reino sería sencillo encontrar unas cuantas versiones de su historia y esas cosas...
Dado el escaso tiempo que llevo en la tripulación aun no conocía el nombre de todos mis nakamas, por lo que al momento de dividirnos en grupos, no reconocí a quien correspondian los nombres que se asignaron a mi grupo, es decir, el tal Abyss y el tal Rei, y preocupado por no saber con quien me tocaba corrí hacia la escalera para subir con celeridad y ubicar en la cubierta aquellos que me acompañarían en el recorrido por la isla, sin embargo por culpa de mis prisas no noté que un chico venía descendiendo la escalera a medida yo la subía a gran velocidad, venía hablando con la gente que estaba a sus espaldas por lo que tampoco se había percatado de mi presencia, y a ese ritmo íbamos a chocar de frente, pues yo no le vi hasta que casi lo tuve en mis narices, por suerte y con un rápido reflejo me quité de su camino en el ultimo instante pudiendo pasar a su lado bien pegado al muro para que no nos golpeáramos, pero se me escapó un detalle, mi katana que colgaba de mi cinto, se enredó entre sus piernas lo que llevó al extravagante personaje a una dolorosa caída, y apelando a mi madurez, me di a la fuga para que no notara que, en parte, había sido culpa mía. Una vez en el exterior solo pude oír su exclamación final "Estoy bien!" dijo él, lo que de alguna manera me trajo cierto alivio.

Nada más mirar a mi alrededor era un lio mental, habian muchos de mis nuevos nakamas que hacían ver sus transformaciones, y al parecer eramos varios los usuarios de Akuma tipo Zoan mitológica, los que nos habíamos reunido aquí, lo cual me provocó gracia e intriga y no pude evitar sonreír mientras los veía "socializar", al instante mi exploración visual del entorno se interrumpió con una muy buena pregunta de parte de uno de los miembros del barco. "Y exactamente ¿qué queremos saber sobre el tal Norland?" preguntó el sujeto con bastante desinterés.

Me hizo replantearme mis prioridades, debía buscar la información que solicitó la capitana y sería bueno tratar de localizar alguna biblioteca que abalara estos cuentos de cantina, sin embargo, mi objetivo a corto plazo era ahora reconocer a mi equipo, estaba por llamarles y presentarme para ahorrar confusiones, cuando un chico rubio con gafas pasó junto a mi y avisó a sus compañeros de equipo que estaría en su camarote, entre dichos compañeros estaba un servidor, y el otro era abyss, por lo que era lógico deducir que aquel muchacho respondía al nombre de Rei.

Como digas muchacho, yo mismo te aviso. le dije cuando pasaba junto a mi para llegar a la escalera que llevaba a los camarotes, Por cierto, me llamo Krigan agregué mientras el chico descendía por los escalones.

Luego caminé hacia la orilla del barco, no sabía quien era ese Abyss, pero probablemente el me había oído y con que él me conociese a mi sería suficiente, una vez llegué a los limites de la embarcación me apoyé en la baranda a disfrutar la brisa marina y deleitarme con la bella vista que regalaba aquel basto reino...

Luego de varios minutos disfrutando de la paz que inspiraba aquel sitio y con una profunda inhalación pude percibir la aventura en el aire, así que enérgicamente me subí las mangas y froté mis manos con mucha ansiedad.

Comencemos a trabajar!, ya casi estamos allí, hay que cerrar las velas para que decender la velocidad!! grité a los cuatro vientos, para luego tomar una cuerda, y comenzar a jalar de ella para replegar las velas del barco.

Sonrei un poco al ver que había tanta gente loca en esta banda. Era agradable...la mayoria de las veces. Encontrarte con tus iguales siempre es buena señal...Sobretodo más cuando estas en una banda pirata donde la confianza debe ser lo primero que debe haber entre los miembros. Sí, no lo voy a negar...alguno que otro me había caido mal al verle o por como me llamaban pero no por ello significaba que no debiese de confiar en ellos. Me gire de nuevo y apoye mis brazos en la barandilla mirando al mar. La isla estaba muy cerca... ya se podía ver el perfil de las montañas más altas de la isla y como no, los bosques y demas puntos geográficos de la isla que nos podían interesar. Si os digo la verdad antes de que comenzara a Hablar la actual capitana de la banda, sí, ahjora os digo que dijo, No sabía para nada lo que ibamos a hacer en esa isla. Pense en varias cosas primero como por ejemplo en La saqueasemos o algo así pero nunca imagine cual sería el proposito que finalmente nos dio Rose atraves de lo que parecia ser una carta. Y como os digo Rose, la capitana, comenzo a decirnos cual iba a ser el plan que teniamos que llevar a cabo.

¿Investigar a Norland? ¿Ese hombre del que hablan los cuentos? ¿De que nos serviria comenzar una empresa como aquella? Muchas preguntas que ahora mismo era imposible encontrarle las respuestas a no ser que indagara en el tema. Y realmente hoy me levante vago asique tras volver a girar para mirar a la cara a la capitana y escuchar finalmente como nos separaria a todos. Cada grupo tendria un arqueologo consigo y comenzaria a explorar la zona para investigar. Algo sencillo y sin ningún tipo de problema. Me toco con gaedor, el tipo de la barba Azul, Hardo, el payaso que sinceramente no divertia a nadie y finalmente Dranser, el tipejo raro del pelo negro con el que ni siquiera había mediado una palabra desde que me había metido aqui. Comence a andar un poco pensando. ¿Como de fuertes serian mis compañeros? Ya sabía que no nos iba a ser encesaria la fuerza pero era siempre bueno saberlo. Cruce mis brazos y comence a andar legeramente en circulos, bastante amplios pensando en como organizar a esos tres. Vale, esa tarea no era mi menester. El lobo imbecil (se nota el amor en el ambiente ¿eh?) Le quito la carta a Rose y comenzo a "corregirla".Sí la chica había dicho "Noland" en vez de "Norland" aunque todos la habiamos entendido bien....creo. Comenzo a contar la historia de ese personaje famoso y después bajo del mástil. Parecía bastante chulesco...pero al bajar las escaleras para bajar a la cubierta simplemente la cago y comenzo a rodar por ellos como una croqueta. Simplemente perdio todo el respeto que hubiese podido ganar en aquel momento.

Apartir de aqui me dedique a ignorar casi todos los movimientos de mis compañeros. Algunso hablaban entre ellos, se iban a la cama, o simplemente comenzaban a preguntar el porque del asunto. Yo segui dando unos pequeños rodeos a toda la cubierta del barco. No quedaban más de 5 minutos para llegar a la isla y ni tan siquiera conocia a los integrantes de mi grupo. Que sí sabía quienes eran, pero no sabía de sus habilidades ni de nada parecido. Me acer finalmente a la capitana y a la persona que estaba al lado de ella. Parecía bastante tímido por lo que aun no le dije nada para no molestarle. Pero el sic omenzo a hablar con la capitana incluso dijo que él ya pertenecio a la banda "en sus tiempos mozos" Me quede bastante anodado y curioso por ellos asi que tras escuchar su historia comence a preguntar. Aunque claro, antes deje que el muchacho le dijera algo raro a la capitana...Parecia un mote.

-Oh...Entonces tu eras uno de los integrantes de los antiguos Scarlet Nightmares...Interesante, muy interesante, yo soy Ikaru, Joda ikaru también un veterano pirata...Aunque bueno, mi edad no es que sea muy alta y tampoco es que sea muy conocido jajajajajajajaja. ¿Como te llamas? jejeje.

Le estendi la mano en señal de amistad esperando a que la cogiese y entonces al ver como ya casi habíamos llegado al puerto y por lo tanto a la isla. Me Gire y comence a sonreir.

-Chicos, chicas y cosas raritas, Ya hemos llegado

Aquel golpe había dolido más a mi orgullo y a mi ego que a mi cuerpo, curtido por ya varias batallas. Me levanté sin más y fui a acostarme un rato, dormir sobre hielo era reparador para las heridas, ya que entumecía los músculos y calmaba el dolor, esta era la razón por la cual yo podía entrenar mucho más, hasta desfallecer del dolor muscular. Pasado un rato algo me despertó, era sin duda el olor a comida. Tortitas, definitivamente. El joven cocinero de aquella banda era algo rarito, aunque parecía buen tipo, pero no me fiaba ni de mi sombra en aquel sitio, así que siempre comía con algo de recelo sus comidas. Aquella vez sin embargo, me lancé a por un plato de aquellas tortitas en cuanto él gritó “a comer”, aunque él ya no estaba en la cocina, pues había salido a llevar comida a alguno de los otros, y había dejado desprotegidas todas las tortitas. –Je, je, je… -Reí al ver esto, mientras me relamía, e instantes después, me abalanzaba sobre tres platos, y dejaba otros dos o tres bien a mano. Las tortitas volaron por aquella cocina, que acabó echa un desastre, y yo detrás de ellas, lanzándolas al aire y cazándolas con la boca al vuelo, o haciendo malabares que terminaban en mi garganta. Al acabar, aquella cocina parecía una pocilga, así que para no ser regañado por el cocinero de la banda, salí de allí rápido antes de que nadie se diera cuenta, al fin y al cabo era hora de desembarcar, por fin.

Salí a la cubierta y me acerqué al que según había entendido iba a ser mi grupo. ¿Por qué? Mi grupo era el grupo de los pelirrojos, era tan injusto ser moreno, me iba a sentir discriminado por que mi pelo fuera negro, eso era racismo, o algo así. Lo primero que vi fue a la capitana con el cocinero, así que me alejé por acto reflejo al sentirme culpable por haberle dejado así la cocina. –Esto… Bueno, yo iré adelantándome, ¿vale? ¡Nos vemos! –Y tras gritarle aquello salí disparado hacia el pueblo más cercano al muelle, dónde me “escondería”, y de paso, procuraría investigar un poco por mi cuenta, así, además, me libraba de tener que ir con el grupo de pelo rojo, destacando más que un caracol en una fiesta de babosas.

Off- Drale, no te enfades con el bueno de Jall :tiernuchis: jajajaja -Off