¿Una isla deshabitada?[Privado: Suichi - Kaishi - Joseph - Alwyn][Pasado]

Era un día tranquilo en el edificio de la organización, recién llegado a aquel lugar por órdenes de los peces gordos del gobierno un joven se sentó en el alféizar de una ventana que daba a un mar en calma pero que no parecía que fuera a durar en demasía. A lo lejos en el horizonte se podía ver una oscura nube, lo que resultaba algo declarante de una posible tormenta que se acercaba. El joven con la mirada fría en sus negros ojos no atendía a nada de lo que sucedís en el interior de la sala pues estaba adsorto en sus pensamientos mientras observaba el mar y el cielo. Pero poco tardaron en incordiar su paz y sus pensamientos, un hombre ataviado de negro entró en la sala sin llamar ni molestarse en solicitar permiso, pese a que esa fuera una sala privada para los  pertenecientes a esa organización y con una voz, un tanto irritante y molesta dijo |~Señor Suichi, usted ha de partir urgentemente a una isla deshabitada, pues parece que hay movimientos que no se desean dejar impunes.~| Su tono era cruel y autoritario, como si tuviera algo importante que hacer y que eso le estorbaba.

|~Será mejor que se vaya, acaba de interrumpir mi descanso, desgraciado.~ Dijo el joven con una voz fría y siniestra, como si fuera a matarlo y con un leve gruñido de fondo, no le agradaba que le molestasen mientras pensaba mirando al mar, si tenían algo importante que decirle que hubieran aprovechado el momento en el que le asignaron aquél lugar, no cuando se hubiera puesto a pensar en los motivos de su presencia en aquél lugar. El hombre salió raudo del lugar, temeroso de las represalias que podría tomar el joven de extrañas vestimentas. De todos modos al ser una orden de los de arriba el joven no tenía más remedio que aceptar y responder a la misión, en la mesa, único mueblre presente en la sala salvo la silla en la que estaba sentado el joven, se veía una carta, el joven se levantó y marchó hacia la misma, posiblemente allí estuviera la localización de su destino. |~Menuda lata...ni bien llego a este lugar he de marcharme...~|Piensa mientras recoge de la mesa la carta y la abre.

|~Destino: Nanami - East Blue. Misión: Analizar la posible actividad revolucionaria. Plazo: 3 semanas.~| Leyó mentalmente antes de doblar la carta y guardarla en un bolsillo interno de su túnica negra. Al abrirla se veían una serie de puñales, kunais y shurikens repartidos por el cuerpo del joven. Cerró la túnica y se dirigió a la puerta para salir de allí. Poco tiempo tardó en tomar un barco y hacerse a la mar para dirigirse a la isla en cuestión, isla que no se encontraba muy lejos de allí pues según le informaron tardarían poco más de dos días en llegar, cosa que se cumplió al cabo de dos días y medio al llegar a las arenas de una playa desierta, lugar donde el joven desembarcó y emprendió camino al interior de la misma.

La sala de descanso del cuartel de la marina, un joven encapuchado sentado en el lugar más solitario, la mirada fija en el papel que recaía en la superficie de la mesa ante él, sus ojos invisibles a los demás, como si no quisiera revelar su identidad, que en parte era cierto, atento a lo que sucedía a su alrededor, aunque no lo pareciera estaba atento a todo lo que podía suceder en aquél lugar, pues nunca se fió por completo de la marina, una organización que según él estaba podrida y corrupta. |~Menuda lata de rutina la mía…~| Pensaba mientras recogía una serie de papeles de la mesa y los guardaba en el interior de su sudadera, parecía ser información que no quería que nadie supiera que existía, pero la verdad era que solo se trataba de un grupo de hojas para anotar. |~Kaishi, Kaishi Tora…~| Sonó a grito en la sala, pero no se veía a nadie, bueno, al menos no se veía hasta que un muchacho vestido de marine entró en la sala. |~¿Qué sucede?~| Preguntó el joven encapuchado con una voz tranquila y fría, algo realmente espeluznante para muchos, pero que el joven consideraba normal y poco terrorífico. |~Requieren de su presencia en la sala del teniente, y dice que vayas vestido con el uniforme…~| Respondió el marine, al parecer era algo importante pues el joven estaba agitado, algo curioso pues en aquella base no había revuelo alguno, lo habían destinado a la base más tranquila e inactiva en cuanto a acción se refiere que tenían a mano, algo que le molestaba y aburría de sobremanera.

El joven se levantó recogiendo el último papel que descansaba sobre la mesa y guardándolo en su sudadera como los demás papeles y marchó del lugar, su paso tranquilo, sereno y sin preocupaciones demostraba que poco le importaba que le hubieran ordenado vestir con el uniforme, pues no le agradaba, era una vestimenta que le incomodaba y no le agradaba. Se dirigió a la sala donde le citaron, el despacho del teniente Frain, un hombre mayor y grosero, además de maloliente y alcohólico. No tardó mucho en llegar pues su despacho se encontraba a unos 3 metros de la sala de descanso. |~Será para controlarnos incluso en los descansos…~| Pensaba el joven marine mientras se acercaba a la puerta y la golpeó. |~Déjate de mariconadas y entra ya.~| Gritó desde el interior el hombre que llevaba las riendas de la base, nada más abrir la puerta notó el olor a alcohol que inundaba la sala junto a la peste que desprendía ese hombre, cuya dentadura carecía de más de la mitad de los dientes y los pocos que tenía estaban podridos, su rostro arrugado y enrojecido por el alcohol mostraba una expresión poco cortés y una mirada pervertida, lo que le decía al joven que si hubiera sido mujer lo habría violado. |~¿Qué quiere mi teniente.~| Preguntó el joven manteniendo las apariencias para no buscarse más problemas del debido por ir sin la vestimenta de la marina. |~¿Qué haces sin el uniforme cretino?~| Dijo el hombre con un tono ofensivo y cruel, como dispuesto a matar al muchacho sin piedad alguna. |~Pensé que sería más conveniente atenderle lo antes posible y por ello vine directamente desde la sala de descanso, señor.~| Respondió el joven con la voz serena y calma.

El hombre que estaba al otro lado de una mesa llena de basura, latas de cerveza, botellas de alcohol por toda la mesa y una montaña de papeles sucios, en ese momento el joven entendió el motivo de que la base no tuviera mucha actividad, el encargado de la misma era un patán que no podía ni ordenar su escritorio correctamente, mucho menos una base marine. |~Debes ir a una isla cercana, se supone que está desierta pero nos han dicho que puede haber movimiento criminal contra la marina y el gobierno y no me apetece ir, de modo que irás tú.~| Dijo aquél hombre ni corto ni perezoso, declarando abiertamente que le mandaba por pereza o simple desinterés. |~Sí mi teniente.~| Respondió el joven para ver si podía salir de allí para poder al menos viajar y ver si encontraba algo de diversión, de modo que nada más decir eso saludó y dio media vuelta marchándose de aquella habitación que olía a alcohol y podrido. Poco tardó en llegar a la isla gracias a los barcos de la marina, que tardaron menos de dos días en llevarle a aquél lugar en el cual desembarcó el joven encapuchado.