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La tierra de los espadachines  (Rol Privado) (Koga y Hardo) Empty La tierra de los espadachines (Rol Privado) (Koga y Hardo) {Miér 19 Mar 2014 - 3:33}

Aquel día el cielo estaba despejado y hacía un buen tiempo. No había rastros de nubes en el cielo y el mar estaba en una perfecta calma, era tan calmado que incluso se podría decir que aquella calma daba miedo. El rompeolas se chocaba contra la orilla de forma tranquila haciendo que el agua apenas avanzara por la fina arena de la playa de aquella isla. No parecía haber pescadores por la zona, tampoco ningún otro barco que estuviera pescando o dando un paseo por el precioso más. Era como si la humanidad se hubiese esfumado de aquel mar. Tan solo se pudo escuchar el leve sonido de unas gaviotas cruzar aquel cielo azul y calmado. Tras el gracioso sonido de aquellas aves un pequeño medio de transporte se acercaba aquella isla de forma calmada sin hacer mucho ruido. Al fin aquella solitaria costa daba señales de vida aunque vinieran del interior del propio mar.

En dicho bote se podía observar la silueta de una figura sentada. Era tal la distancia que no se podía apreciar bien los rasgos del individuo en cuestión. Aquel bote llegó de forma lenta a la orilla de aquella playa y quedó encallado en la fina y dorada arena que estaba caliente de recibir los poderosos y luminosos rayos de sol. Una bota marrón surgió del bote pisando de forma tranquila la costa. Poco a poco aquella figura salió del bote por completo y se pudieron ver sus rasgos perfectamente. Era una persona alta con una proximidad a los dos metros. Su pelo era rubio como el oro y sus ojos verdes intensos. Vestía en esta ocasión una camisa de color purpura y por fuera una enorme chaqueta negra que por la parte de las mangas y el cuello estaba recubierta de plumas blancas. En su ojo derecho tenía una cicatriz en forma de rayo que le atravesaba el ojo. En su espalda tenía una enorme funda dando a entender que portaba un espadón enorme siendo este casi más grande que él y bastante grueso.

Se trataba de Koga Aizen, volvía de haberse metido en algo que no había tenido nunca, en una familia. Era una especie de mafia pero le daba lo mismo, allí podría demostrar lo poderoso que era y dar a entender al mundo que había nacido un terrible enemigo. En ese momento estaba en aquella villa, había escuchado que el mejor sitio para aprender el arte de la espada era allí. No pretendía aprender ni mucho menos, solo quería enfrentarse a algún maestro para verificar que aquello era vedad. No iba en plan asesino ni nada parecido, más bien en plan turista curioso y retador. Pese a que consideraba a todo el mundo inferior a él, tener un combate con uno de aquellos maestros sería algo bastante interesante. Su mirada analizaba la costa de forma calmada dándose cuenta de que no había nadie. Al parecer ese día estaban todos en el interior de la villa. Sin pensárselo sacó el bote algo más de la arena para dejarlo a salvo y no perderlo por alguna ola. Después de aquello empezó a caminar rumbo a la villa para poder cumplir su objetivo.
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La tierra de los espadachines  (Rol Privado) (Koga y Hardo) Empty Re: La tierra de los espadachines (Rol Privado) (Koga y Hardo) {Jue 20 Mar 2014 - 19:01}

Ya llevaba algún tiempo en Villa Shimotsuki. Me alojaba en una posada, pero debido a que esta cerraba durante la mañana para preparar la comida del mediodía, limpiar las habitaciones y el comedor y hacer lo que fuese necesario de mantenimiento del edificio, actuaba en una taberna diferente por las mañanas. Cuando llegué me pareció una villa un tanto rara, tanto la arquitectura de los edificios, como la gente, sin embargo me adapté rápidamente a la forma de ser del lugar.

Los edificios tenían una arquitectura peculiar. Todas las fachadas estaban muy recargadas con cenefas y adornos, tanto vegetales (plantas colgantes y macetas en los balcones, incluso había una pared hecha con enredaderas y otras plantas trepadoras enrolladas en una estructura metálica) como de piedra o restos de animales (conchas de diferentes bivalvos formando complejos dibujos, imágenes talladas en piedra y puestas posteriormente en la fachada, etc.). La parte inferior de los balcones estaban talladas de forma que la piedra parecía columnas con unas estrías enrevesadas a lo largo de ella que se insertaba a la pared poco a poco.

La gente era un tanto seca al principio. A la hora de conversar mientras compartía un trago me costaba entablar un diálogo fluido y recibía las contestaciones con cuentagotas , sin embargo una vez te veían un par de veces por los locales y comprando en los comercios había que hacerla callar, pues no paraban así se estuviesen ahogando.

Después de desayunar en la posada, abandonaba el salón para que pudiesen cerrar y hacer sus quehaceres habituales y me dirigía a una de las tabernas de la villa. Al igual que los lugareños, cada día iba a una distinta. Al entrar pedía una jarra de ponche de frutas y comenzaba una pequeña actuación. La gente de allí ya me conocía, pues llevaba algún tiempo instalado, y me pedían que hiciese tal cosa o contase tal historia que les había gustado. Yo por supuesto, lo hacía encantado. Un público contento, es un público generoso. Después de comer iba a la biblioteca a ojear cuentos y novelas, libros de historia y naturaleza y los periódicos de la semana. Ya por la tarde, generalmente poco antes del atardecer, iba de nuevo a la posada y montaba otro espectáculo.

Aquella mañana, hacía buen tiempo y el cielo estaba despejado. No podía ver el mar, pero supuse que estaría bastante tranquilo pues no hacía aire y todo parecía en calma. Como de costumbre, salí de la posada tras el desayuno, especialmente copioso ese día, y me dirigí hacia el sur. Entré en la primera taberna que vi. La taberna estaba medio llena, el olor del desayuno se mezclaba con el aroma de las especias de la comida, que ya se estaba preparando, y del tabaco de los parroquianos. No había demasiado alboroto en el salón, así que me propuse cambiar eso. Pedí una jarra de ponche de frutas al camarero y empecé con mi actuación.
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La tierra de los espadachines  (Rol Privado) (Koga y Hardo) Empty Re: La tierra de los espadachines (Rol Privado) (Koga y Hardo) {Jue 20 Mar 2014 - 20:14}

Koga continuaba su camino por aquel lugar mientras ojeaba algunas casas de su alrededor. Ahora pensaba en encontrar una taberna donde preguntar a alguien si conocía a algún maestro en el arte de la espada. Suspiraba algo aburrido crujiendo los huesos de sus hombros mientras miraba alrededor con tranquilidad. Por fin alguien salió de una casa, parecía un hombre de unos treinta años de edad. Era moreno y tenía barba de varios días, su ropa era algo pobre y su altura algo baja. Aquel tipo se dirigía rumbo a la casa de al lado, justo cuando iba a pegar en la puerta una sombra le nubló un poco. Aquel hombre estaba algo extrañado y se giró muy despacio para poder ver de quien se trataba aquella persona que le nublaba. Sus ojos impresionados observaron al rubio que le miraba seriamente con cara de pocos amigos y cruzado de brazos. Aquel hombre se quedó callado sin decir nada esperando a que el tipo de la cicatriz en el ojo le dijera algo y pensando en que no fuera nada malo por su bien pues estaba asustado realmente.

Dime donde está la taberna más cercana y más popular de esta isla.

Aquel hombre tragó saliva escuchando la fría y seria voz con la que le había hablado aquel rubio tan alto que imponía sobre todo por el enorme espadón que portaba en su espalda. Tras unos momentos no dijo nada y solo estiró el dedo índice de su mano derecha señalando el final de esa misma calle. El rubio entendió el gesto y sin hacer nada más se giró y empezó a caminar tranquilamente. En aquella posada planeaba encontrar a algún ciudadano que le dijera dónde encontrar a un maestro o tal vez a un maestro. Por fin sus verdosos ojos vieron el letrero de la taberna y sonrío de lado mientras se ajustaba aquellos cascos que llevaba en los oídos. Tras unos momentos abrió la puerta de aquella taberna de forma tranquila. Sus ojos observaban el ambiente y a un tipo haciendo una especie de actuación. No le interesó mucho aquello y decidió sentarse en la barra de forma tranquila cerrando los ojos. El camarero le atendió después de unos segundos, en ese momento las palabras de aquel rubio sonaron algo sádicas y en tono burlón como si fuera muy superior a todo y a todos pues era así.

Tráeme una copa de su mejor vino y algo de información acerca de dónde puedo encontrar a uno de los famosos maestros de la espada de esta isla. Quiero retarle a ver si es cierto lo que dicen de esta villa y no llevarme una desilusión.  

Aquel tipo se fue y llegó en medio minuto con una botella de cristal de color verde y un líquido rojo claro. Le sirvió una copa y después cerró la botella para después sonreír amablemente. Tras aquello sirvió a un hombre que había al lado una cerveza y comenzó a acercarse al rubio para contarle lo que sabía.
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La tierra de los espadachines  (Rol Privado) (Koga y Hardo) Empty Re: La tierra de los espadachines (Rol Privado) (Koga y Hardo) {Vie 21 Mar 2014 - 22:19}

En mitad de la actuación, entró un tipo rubio, con una cicatriz muy similar a la de Harry Potter que le atravesaba el ojo.  Vestía una camisa de color purpura y por fuera una enorme chaqueta negra que por la parte de las mangas y el cuello estaba recubierta de plumas blancas. Me ignoró y se fue directo a la barra. Cuando pasó de largo pude ver que en la espalda llevaba una funda, de lo que parecía ser una espada bastante más grande que las espadas comunes. Nada más sentarse en la silla de la barra dejé de prestarle atención, por el momento, y continué a lo mio.

Al terminar mi representación, me acerqué a la barra para pedir otra jarra de ponche de frutas. En los pocos metros que me separaban de la barra me fijé detenidamente, pero sin ser excesivamente descarado, en el recién llegado. Me pareció ser un tipo arrogante, muy seguro de sí mismo y bastante diestro con la espada. En seguida adiviné que era mejor no meterse con él y evitar problemas.

El espadachín estaba bebiendo una copa de vino, de muy buen vino al parecer, por la botella de la que le habían servido. De vez en cuando, algún forastero o alguno de los lugareños más adinerados pedían una copa de buen vino y siempre, procedían de botellas como esa. Hacía un momento el camarero había estado hablando con él, sobre algo que no alcancé a escuchar. Dudé en entablar una conversación con él o no. Parecía no querer ser molestado, así que para evitar enfadarlo me senté en la silla de al lado con mi jarra de ponche de frutas y comencé a hablar con un habitual de la taberna.

Si quiere hablar, ya me hablará él a mí.
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La tierra de los espadachines  (Rol Privado) (Koga y Hardo) Empty Re: La tierra de los espadachines (Rol Privado) (Koga y Hardo) {Sáb 22 Mar 2014 - 22:19}

Al parecer llegó el usuario de las actuaciones y se colocó al lado con una jarra mientras observaba de forma tranquila sin meterse con nadie. Eso era algo que agradaba un poco al rubio, alguien más arrogante que él supondría un problema. Como dice el dicho no puede haber dos gallos en el mismo corral. El tabernero empezó a hablar en voz alta el muy idiota sin tener cuidado del tono que usaba. Algo que mosqueó al rubio pero se contuvo por las ganas que tenía de saber la información que le tenía que decir.

Pues uno de los maestros con más experiencia suele aparecer por esta taberna precisamente. Le gusta tomar un trago del mismo vino que yo le acabo de servir a usted. Siempre viaja con tres katanas y su estilo es usar las tres. Siempre usa una en la boca y otra en cada mano, es un estilo que últimamente le gusta usar a muchos. Dicen que es buen maestro pero le pierde su arrogancia.

Aquella información podía ser bastante valiosa pues si aquel tío era arrogante y usaba tres espadas sería el rival perfecto. Ahora lo que deseaba era encontrarle pero según el hombre ese tipo solía venir a la taberna. Ahora el problema era que apareciera pues no había ganas de tirarse allí todo el día entero. Este asintió sonriendo de lado y el camarero se giró de forma tranquila y continuó atendiendo a los demás clientes, tras aquello los verdosos ojos del rubio se fijaron en el chico que tenía al lado. Era el que hacía la función y no parecía mala gente pues el mero hecho de no hablarle mostraba su educación y una posible forma de ser. Tras observarle de reojo volvió a lo suyo pensando donde podría estar aquel tipo.

No pasó más de unos cuantos minutos cuando de repente la puerta de la taberna se abrió. Todos quedaron en silencio observando a la figura que entraba. Era alguien de 1,80 de altura. De complexión delgada. Vestía una camiseta de manga corta roja y unos pantalones largos de color blancos. En sus pies unas sandalias de madera de un tono marrón claro. Sus ojos eran verdes oscuros y su pelo castaño claro. Aparentaba unos cuarenta seis años y se conservaba bastante bien por lo que se veía. Iba afeitado totalmente y en su boca se hallaba un cigarro encendido. En su cintura tres fundas y su expresión arrogante y de superioridad.

El rubio supo en ese momento que se trataba del maestro que le había dicho el hombre de la taberna. Aquel maestro se sentó en la barra junto al rubio y el chico de la función y sin mirar a nadie pidió un trago del vino que antes había mencionado el camarero. Este no tardó en servírselo de forma educada y con mucho respeto para después servirle una tapa de aceitunas y retirarse. El tipo se bebió medio vaso fácilmente y después empezó a comer aquellas verdes aceitunas de forma tranquila.
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La tierra de los espadachines  (Rol Privado) (Koga y Hardo) Empty Re: La tierra de los espadachines (Rol Privado) (Koga y Hardo) {Sáb 22 Mar 2014 - 23:09}

Pues uno de los maestros con más experiencia suele aparecer por esta taberna precisamente. Le gusta tomar un trago del mismo vino que yo le acabo de servir a usted. Siempre viaja con tres katanas y su estilo es usar las tres. Siempre usa una en la boca y otra en cada mano, es un estilo que últimamente le gusta usar a muchos. Dicen que es buen maestro pero le pierde su arrogancia. Dijo el tabernero.

Nada más escuchar aquello, supe que habría problemas si llegaban a encontrarse. El espadachín del que hablaba era un tipo bastante irascible y en ocasiones agresivo. Generalmente no creaba problemas, aunque para ser sinceros se debía a que todo el mundo lo conocía y evitaba a toda costa hacer nada que pudiera provocarlo. A diferencia de otros forasteros, a mi me hablaron de él, por suerte, la primera vez que lo vi entrar y desde entonces actué igual que los lugareños. Al parecer les caí en gracia rápidamente, cosa poco común entre la gente de allí, y me avisaron. Tampoco es que me fuese la vida en ello, ya que, al igual que acababa de hacer supe reconocer el peligro en cuanto lo vi y decidí mantenerme un poco al margen. Por lo que supe poco después algún forastero, necio, pensó que sería buena idea meterse con "el payaso de tres espadas, que no sabe contar" porque solo tenemos dos manos y él llevaba tres espadas. Aquello terminó bastante bien para el forastero. Solo perdió una mano y un ojo y se ganó unos cuantos cortes que le dejaron cicatrices para el resto de vida.

Poco después de los gritos del camarero, se abrió la puerta. Al otro lado del umbral se divisó una figura de 1.80 metros aproximadamente. Se hizo el silencio. No hizo falta fijarse en las fundas de las katanas para saber quien acababa de entrar por la puerta. Esa altura y complexión, el cigarro en la boca y la presencia de superioridad e intimidatoria solo podía corresponder a una persona.

El maestro espadachín se sentó en medio de mí y del tipo rubio. Pidió un vaso de vino, que le fue servido en seguida, y apuró la mitad de un solo trago. Cogió una de las aceitunas del plato que le habían servido antes que el vaso, por "cortesía de la casa", y se quedó mirando a los presentes.

No tardó en reparar en el forastero recién llegado. A mi ya me conocía, incluso alguna vez habíamos hablado y le había ganado haciendo de trilero. Pude comprobar, que a pesar de ser muy irascible y temperamental, era un tipo honrado y sabía aceptar la derrota cuando era justa.

- ¡Eh, rubio! ¿Eres un espadachín de verdad o solo uno de esos que llevan una espada pero son incapaces de no pincharse con la punta al desenfundar?

- Huelo problemas...

- ¡Hey, Renzio! ¿Cómo ha ido el entrenamiento? ¿Ese tipo que quería ser alumno tuyo es competente o lo has ensartado ya y mandado a casa? Le pregunté al espadachín castaño de ojos verdes, con el fin de atraer su atención.

- Está ya en la enfermería, de aquí a unos días se marchará. Es un inútil.

Tras contestarme, se giró y decidí no molestarlo más. Si tenía que haber problemas, que los hubiese. Yo ya había intentado evitarlos, no porque me importase demasiado que ocurriese en la taberna, si no porque podría resultar herido por accidente y saltaba a la vista que poco podría hacer yo frente a esos dos tipos para defenderme.
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La tierra de los espadachines  (Rol Privado) (Koga y Hardo) Empty Re: La tierra de los espadachines (Rol Privado) (Koga y Hardo) {Lun 24 Mar 2014 - 14:40}

El tipo que era el supuesto maestro se sentó y hizo un comentario hacia el rubio que le costaría después algún golpe. Escuchaba en silencio la conversación entre los dos hombres ahora, alguien había querido ser el aprendiz de aquel tipo y había acabado en el hospital. Koga ya lo había decidido y aquel tipo se iba a ir de allí con el titulo de perdedor. El hombre de las actuaciones no solo parecía ser buena persona sino que además lo era. Por ese motivo le sonrío de lado y se levantó de su sitio. Sin pensárselo lanzó una patada a la silla donde aquel maestro estaba sentado. Al caer la silla aquel tipo se pegó un buen golpe en el trasero y cayó de espaldas. Muchos de aquel lugar se llevaron las manos a la boca impresionados por el terrible acto que el rubio había acabado de hacer sin pensar en las consecuencias. El espadachín por su lado se levantó sacando una sola de sus espadas y le miró con el ceño fruncido y chasqueando la lengua bastante molesto por el golpe y la humillación que se había llevado allí en mitad de todos.

¿Cómo te has atrevido? Usare solo una de mis armas para partirte en trozos bastardo. Reza lo que sepas, nadie se atreve a tirarme por la espalda y salir vivo para contarlo.

Perdona, la basura no habla así que si te ignoro no te ofendas.


Dijo el rubio con una mirada sádica tratando aquel maestro como simple basura y llevando la mano al mango de su arma. De la vaina sacó un enorme espadón que casi llegaba a los dos metros de largo y casi un metro de ancho. Era un arma enorme y de color azul claro con llamas doradas bordadas con acero. El mango era negro y estaba realmente afilada, el rubio la tomó por el mango con las dos manos. Aquella enorme arma parecía ser algo muy peligroso y más en las manos del rubio. Ambos cruzaron sus verdosos ojos el uno con el otro de forma seria y arrogante al mismo tiempo. La tensión se podía palpar en el ambiente. Parecía que en cualquier momento cualquiera de ellos iba a ser partido por la mitad. Las sonrisas aparecieron en los dos rostros que ahora reían por lo bajo esperando el movimiento del otro. Finalmente los dos se lanzaron a por el otro cuando la puerta fue derribada y un tipo rubio con un parche en el ojo apareció. Su otro ojo era de color negro y tras él había varios hombres armados con espadas.

Que nadie se mueva, dadnos todo el dinero y no habrá muertes.

Tanto el maestro como el rubio pararon de pelear frunciendo el ceño observando aquel tipo que parecía estar serio y quería llevarse el dinero de aquel lugar. Había al menos doce hombres y habría bastantes para todo, Koga lanzó una mirada al tipo de la función con una media sonrisa para que se uniera a la fiesta.
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La tierra de los espadachines  (Rol Privado) (Koga y Hardo) Empty Re: La tierra de los espadachines (Rol Privado) (Koga y Hardo) {Lun 24 Mar 2014 - 23:41}

Vi como el tipo rubio de la cicatriz en el ojo se levantaba de su silla, tras dedicarme una sonrisa, y sin venir a cuento arreaba una patada a la silla del maestro espadachín.

Está loco. ¡Está como una jodida regadera! Supongo que querrá medir su valía... o morir joven. Pensé.

El tiempo se ralentizó y pude contemplar claramente como la silla salía disparada, el recién llegado caía poco a poco hasta llegar al suelo primero con el culo y después caer de espaldas.

¡Ufff! Eso tiene que doler.

Al escuchar el ruido y ver salir volar la silla, toda la taberna se giró de inmediato y se produjo un silencio inmediato. El maestro espadachín. se levantó sacando una sola de sus espadas y le miró con el ceño fruncido y chasqueando la lengua bastante molesto por el golpe y la humillación que se había llevado allí en mitad de todos.

- ¿Cómo te has atrevido? Usare solo una de mis armas para partirte en trozos bastardo. Reza lo que sepas, nadie se atreve a tirarme por la espalda y salir vivo para contarlo.

- Perdona, la basura no habla así que si te ignoro no te ofendas.

A la par que decía esto, el tipo rubio sacó una espada enorme de la funda que llevaba a la espalda. La espada era de color azul claro con llamas doradas bordadas con acero. El mango era negro y la hoja parecía estar realmente afilada.

Como una puta regadera. ¡Maldito majadero! Quiere morir joven, ¡decidido!

La tensión en el local creció hasta parecer que el aire fuese sólido.

Vamos a tener que respirar con cuchillo y tenedor a este paso...

Justo en el instante que parecía que iba a comenzar el duelo, la puerta se abrió de golpe y apareció un grupo de gente. Uno de ellos era rubio con un parche en el ojo.

Que nadie se mueva, dadnos todo el dinero y no habrá muertes.

Los dos espadachines se detuvieron al instante. El tipo rubio me miró y me sonrió. Capté en seguida lo que quería decirme.

- Bueno, más chusma que limpiar. ¡Eh, rubito! Quiero darte la oportunidad de que veas que soy yo quien te parte en dos. No me gustaría que algún imbécil de estos te mate en un descuido... Después de esta escoria, nos veremos las caras.

- Bueno chicos... Érase una vez...

Comencé a hacer malabares con las bolas de harina. En unos segundos tenía cinco en el aire. Todos me miraban, incluidos los espadachines.

- ¡Eh, payaso! ¿Qué coño haces? He dicho que me deis el dinero si no quereis morir.

Lancé la bola de malabar a la pared y todos siguieron la trayectoria de esta. Antes de que nadie pudiera volver a girar la cabeza, lancé una daga directa al cuello de uno de los atracadores, que cayó prácticamente a plomo de forma inmediata.

- ¡Pero, qué coño...! A por ellos, muchachos.

Todos atacaron a la vez. El maestro espadachín se lanzó a la carga para librarse de la chusma que había llegado.

- ¡Vamos rubito! A ver si eres capaz de seguirme el ritmo.
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La tierra de los espadachines  (Rol Privado) (Koga y Hardo) Empty Re: La tierra de los espadachines (Rol Privado) (Koga y Hardo) {Mar 25 Mar 2014 - 3:34}

La cosa se estaba poniendo bastante emocionante al parecer ya que iba a ser un combate entretenido. Aquellos estúpidos piratas habían interrumpido al mafioso equivocado y ahora lo iban a pagar bastante caro. El espadachín también se preparaba para pelear y le dijo al rubio que no perdiera ya que él iba a partirle en dos. Las palabras de aquel tipo fueron ignoradas por el arrogante rubio que observaba con su enorme arma en mano aquellos piratas salidos de la mismísima nada. De repente el hombre de las actuaciones comenzó a jugar haciendo malabares con unas bolas de harina, al lanzar una el rubio siguió esta con la mirada. De repente otro sonido se escuchó en aquel lugar, resultaba que el chico había lanzado una daga al cuello de uno aprovechando la distracción que había logrado distraer también al mafioso. De nuevo el rubio escuchó las molestas palabras de aquel espadachín pero pasó de sus tonterías y corrió hacia tres de aquellos imbéciles que habían interrumpido el combate entre aquellos dos.

El primero de ellos estaba de espaldas atacando a un ciudadano, de repente el sonido chirriante del acero cortando el aire se escuchó y aquel pirata giró la cabeza para ver qué pasaba. De repente el pirata fue cayendo sin saber por qué y el rubio permanecía quiero con la espada extendida y manchada de sangre. El cuerpo de aquel hombre fue partido en dos por la cintura y ahora estaba en el suelo desangrándose y muriendo al instante. El segundo a por el que fue era a por un tirador que apuntaba a una chica con un revólver, antes de que aquel idiota apretara el gatillo su arma estaba hecha pedazos y su cabeza volando por el cielo de la taberna. De nuevo en la misma postura de antes aquel rubio había hecho su trabajo de forma impresionante. Ahora su objetivo y tercer pirata se trataba de un luchador que golpeaba a un pobre hombre con fuerza en el rostro. Koga pegó dos zancadas hasta él y tras una tétrica sonrisa lanzó un tajo partiéndole en dos con su temible arma que ahora era de color roja por aquella sangre de sus víctimas.

Una vez hubo acabado con la vida de aquellos tres dirigió su mirada de nuevo al espadachín el cual había acabado con el rubio del parche de una estocada en el corazón y había arrasado con seis tipos más. Aquel tipo era tan bueno como decían. El rubio frunció el ceño observando lo bien que lo había hecho y a continuación empuñó su enorme arma corriendo a por otro de aquellos piratas, esta vez lanzó una patada al muslo derecho de aquel bucanero. De repente este pegó un grito de dolor clavando esa pierna en el suelo. A continuación el mafioso bajó su espadón a toda velocidad partiéndolo en dos fácilmente sin llegar a lamentar nada. Tras aquello dirigió su seria mirada al espadachín con una tétrica sonrisa. Ya quedaban pocos y quería dejárselos al hombre de la función o al propio espadachín.

Cortas como un crio, eres solo un chaval sin experiencia para ser tan viejo.
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La tierra de los espadachines  (Rol Privado) (Koga y Hardo) Empty Re: La tierra de los espadachines (Rol Privado) (Koga y Hardo) {Miér 26 Mar 2014 - 22:57}

Todo pasó en un instante, no pude seguir muy bien los hechos. Después de lanzar la daga directa al cuello de aquel tipo, ambos espadachines se lanzaron al combate. Lo único que veía eran miembros amputados y la sangre expulsada con cierta presión de las arterias por todos lados.

En un abrir y cerrar de ojos, había un tipo partido por la mitad, otro decapitado. Un tipo con una espada clavada en el corazón y otros cinco más tirados en el suelo, muertos. El joven espadachín se quedó plantado sin atacar a nadie más y miró siniestramente al que iba a ser su oponente hasta hacía unos instantes.

No tardé en darme cuenta que no había sido el único que se había quedado boquiabierto. Tanto los parroquianos como los asaltantes estaban inmóviles. El único que no se había detenido era el maestro espadachín, que ya había dado cuenta de tres más. Tan solo quedaba uno. Renzio, se giró y le devolvió la mirada al tipo de la cicatriz en el ojo, hecho que aprovechó el asaltante para intentar poner pies en polvorosa.

- No tan rápido. Dije mientras lanzaba una silla de una patada contra la puerta para cerrarla.

El único que quedaba de la banda inicial era un tipo de pelo no muy largo, pero tampoco corto, de un rojo muy intenso. A pesar de su tez morena se había quedado muy pálido al ver con qué facilidad habían caído sus nakamas y haberse quedado solo frente a esas dos bestias. Sudaba visiblemente y en su ansia por escapar del lugar se tropezó con la silla. No le había dado tiempo a pelearse con nadie, por lo que no estaba muy lejos de la puerta. Se levantó rápidamente, apartó la silla, abrió la puerta y se fue corriendo.

- ¡Eh, espera! Grité ¡Te dejas aquí a tus amigos! Y salí corriendo detrás de él.

Nada más llegar a la puerta, pude ver como se alejaba corriendo, a unos 10 o 15 metros de la taberna empujando a la poca gente que había por la calle. No podía lanzar una daga para frenarlo porque a esa distancia, corría el riesgo de herir a alguien. Aproveché mi agilidad para lanzarme a la carrera e ir esquivando a la gente del suelo saltando por encima de ellos. El tipo era rápido, muy rápido. En cuanto no hubo más gente a la que pudiera utilizar de escudo humano ni de obstáculo apreté un poco la marcha y lancé una de mis dagas del cinturón. En el momento de lanzarla, di un pequeño traspié por forzar más de la cuenta, no resulta tan fácil sacar una daga oculta del cinturón y lanzarla certeramente siempre, y logró esquivarla, de forma que se quedó clavada en el suelo.

Maldición. No creo que pueda aguantar mucho más a este ritmo. Parece un atleta profesional, el muy canalla. ¡Qué forma de correr!

Saqué otra daga y esta vez apunté mejor en lugar de lanzar desestabilizado. Acerté de lleno en el hueco poplíteo y cayó de bruces al suelo.

En un par de segundos, me puse casi al lado del herido. Paré unos segundos para recobrar el aliento. El herido aprovechó mi pausa para sacarse la daga de la rodilla e intentar lanzármela al pecho. Rápidamente, adiviné sus intenciones y lancé la daga oculta de mi manga derecha, directa a su muñeca. Se detuvo al instante.

- Tranquilo, no voy a matarte, más bien todo lo contrario. Ven conmigo, que te voy a presentar a un amigo, muy simpático. Es marine y se siente solo, siempre que conozco a alguien nuevo, se lo presento. Harás muy buenas migas con él, ¡ya lo verás!

Recogí mis preciadas dagas de sus extremidades, las limpié en su ropa y traté de ayudarle a incorporarse.

- Vamos, vamos. Mejor será que aceptes mi ayuda y te cure antes de presentarte a mi amigo el marine o morirás desangrado. Mientras me agachaba, me lanzó un puñetazo que pude esquivar fácilmente. No quiero que mueras, tampoco matarte, pero si intentas pegarme, voy a tener que defenderme. No seas tozudo, anda… Y sonreí.

El pirata se resignó a aceptar su suerte. Se apoyó en mi hombro y volvimos a la taberna para vendarle con las ropas de sus nakamas las heridas.
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La tierra de los espadachines  (Rol Privado) (Koga y Hardo) Empty Re: La tierra de los espadachines (Rol Privado) (Koga y Hardo) {Vie 28 Mar 2014 - 5:48}

Todo parecía haber salido bien y solo quedaba un tipo que más bien era un cobarde pues salió corriendo. El rubio frunció el ceño al ver como escapaba y trató de correr hacia él pero vio como el tipo de las funciones salía disparado en su busca. Este no pensaba quedarse quieto, aquellos idiotas le habían provocado y quería partir en dos a todos ellos sin ninguna piedad. Su forma de ver las cosas era cruel y sádica pero aquel mafioso era así y no tenía piedad con ninguna persona. Justo cuando empezó a correr y estaba a punto de salir notó un impacto en su rostro y salió despedido contra la barra del bar llevándose consigo varios vasos y jarras y cayendo al lado de una estantería golpeándose con ella. Cuando abrió los ojos la estantería se le vino encima y este se cubrió con los antebrazos. Lo único que consiguió ver antes de que todo se oscureciera fue al chico de las funciones entrar con el cobarde que huyó. Al parecer el famoso espadachín le había dado una patada con fuerza por la espalda como buen cobarde y lo había dejado allí hecho un maldito cromo de papel.

- ¡Eso no era necesario!

Gritó uno de los ciudadanos que había sido salvado por el rubio. Todos le abuchearon recriminándole su acto cobarde, una cosa era un golpe en el trasero como le hizo el rubio y otra aquello. Varias personas saltaron a la defensa del espadachín pero este miró a todos de forma seria y todos callaron agachando la cabeza, totalmente asustados. De repente la estantería fue partida en dos y la figura del rubio surgió de esta lanzando un puñetazo al espadachín con su mano derecha. Los nudillos del mafioso se marcaron en su rostro y este cayó al suelo mientras escupía sangre. En la otra mano del chico rubio estaba su enorme espadón. La empuñó con las dos manos frunciendo el ceño y mirando muy seriamente al cobarde del espadachín. Aquel castaño se levantó enfurecido sacando ahora la segunda Katana y corriendo a por el rubio lanzándole tajos cegado por la ira. Este interponía su enorme arma notando como los golpes del castaño eran repelidos, sin embargo uno de ellos le hizo un buen corte en el hombro derecho. La sangre brotó de su brazo y fue cuando en un momento de ira, el rubio lanzó un tajo con toda su fuerza partiendo una de las katanas de aquel tipo. Este reaccionó cogiendo la otra y lanzando otro tajo al rubio clavándose el arma en la rodilla derecha.

Los ojos de Koga se abrieron bastante dando un grito de dolor, él no iba a muerte pero el castaño sí. Si lo mataba era defensa propia y había mucha gente de testigo, sin pensárselo lanzó otro golpe cortándole esta vez un brazo. El espadachín gritó de dolor y se tiró al suelo desangrándose por el brazo mientras maldecía al rubio. Este medio cojo se acercó mirándole y lanzó una estocada dispuesto a partirlo en dos, pero sin embargo su mirada observó a la gente del lugar que parecía asustada. El arma se paró en mitad del ataque y observó a todos. Aquel tipo ya se había llevado la humillación. Después se dirigió al tipo de las funciones y se sentó en una de las sillas mientras unos ciudadanos atendían al castaño. El rubio suspiró tocándose el hombro y la rodilla y observó al chico que había salido antes a por el otro tipo que huía tras el combate.

- Disculpa amigo. Debo largarme de aquí antes de que vuelvan los amigos de este cobarde y no pueda pelear. ¿te importa dejarme algunas vendas y desinfectante? Te pagare si quieres.

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La tierra de los espadachines  (Rol Privado) (Koga y Hardo) Empty Re: La tierra de los espadachines (Rol Privado) (Koga y Hardo) {Vie 28 Mar 2014 - 20:44}

Cuando llegué de nuevo a la taberna encontré al tipo rubio de la cicatriz en el ojo tirado, al lado de una estantería. No pasó mucho tiempo hasta que supe que estaba ocurriendo: acabada la pelea contra los atracadores, había comenzado otra nueva entre los dos espadachines. Me mantuve al margen, yo ya había hecho mi parte para evitar precisamente eso.

Mientras no me maten a mí…

El espadachín más joven parecía estar a la defensiva. A penas si podía contener los ataques del maestro espadachín. Recibió varias heridas, graves para cualquier otro, pero siguió combatiendo. En un instante la expresión de este cambió. Dando un rugido, que inundó todo el salón, se lanzó al ataque contra su rival. Al parecer el cambio de actitud del joven espadachín pilló de sorpresa al más veterano y fue incapaz de parar el ataque. El resultado de su descuido fue la pérdida de un brazo.


Renzio cayó al suelo desangrándose y gritando de dolor. A pesar de estar desarmado, el tipo rubio lanzó un nuevo ataque, con la clara intención de degollarlo. No obstante, pareció darse cuenta de la escena que le rodeaba y en el último instante detuvo su ataque, perdonando la vida al manco. Se tocó las heridas y me pidió que le atendiera. Me sorprendió los modales con los que se dirigió a mí. Al contrario que con el camarero, había mostrado educado o, al menos, poco arrogante. No se correspondía con la actitud que había mantenido durante toda la mañana.

- Por supuesto, no te preocupes. Por cierto, mi nombre es Hardete. Le dije. Pregunté al tabernero donde tenía el botiquín de primeros auxilios. Me señaló a una pared y me dirigí a coger lo que necesitara. En el botiquín había unas vendas, alcohol y gasas. Cogí todo y procedí a curar a los dos heridos. Comencé con el manco, pues se estaba desangrando a un ritmo bestial. Taponé la herida como buenamente pude y lo dejé estar, pues poco más podía hacer. Acto seguido desinfecté los cortes del vencedor y vendé las heridas de una forma más o menos burda. El manco ya estaba inconsciente por la cantidad de sangre perdida.

- Bueno, he hecho todo lo que he podido. Al menos evitará que se infecte, por el momento, y dejarás de sangrar pronto. En cuanto a lo de amigos de Renzio… de momento puedes estar tranquilo, no tiene demasiados. Siempre ha sido solitario y hasta la fecha no ha necesitado amigos. De hecho podría decirse que lo más parecido a un amigo soy yo. No porque tengamos confianza ni nada por el estilo, sino porque me respeta, cosa curiosa, no sé por qué.
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La tierra de los espadachines  (Rol Privado) (Koga y Hardo) Empty Re: La tierra de los espadachines (Rol Privado) (Koga y Hardo) {Dom 30 Mar 2014 - 19:17}

El rubio observó como aquel chico llamado Hardete asentía pero primero curaba como era normal al maldito espadachín. Estaba a punto de morir desangrado y era mejor curarle primero antes de que se muriera o algo así. Aquel estúpido estaría muerto de no ser porque el mafioso paró su ataque en el último momento. Había demasiada gente allí y no quería organizar una masacre. Ahora pensaba que su viaje no había sido en vano y había logrado pelear con uno de los espadachines y por si fuera poco derrotarlo cortándole un brazo. Ahora estaba orgulloso y en condiciones animadas. Además el chico le curó también a él desinfectándole las heridas y dijo que aquel tipo era una persona solitaria. Era normal en alguien tan cobarde e idiota seguramente, ahora el rubio se levantó sonriendo de lado y sacando su espada observándola y limpiándola con la ropa de uno de los piratas muertos. Tras aquello la volvió a guardar en su espalda y comenzó a crujirse los huesos de los nudillos de forma calmada. Una vez hizo esto pegó un enorme bostezo y dirigió su mirada al joven mientras le hablaba en un tono tranquilo y ahora un poco arrogante.

- Mi nombre es Koga, un placer haberte conocido. He venido a esta tierra a comprobar el poder de los espadachines. Ya veo que no me quedo atrás pero debo seguir entrenando para llegar a ser un verdadero peligro. Voy a ser la luz que cambie este mundo, y si la luz será oscura mucho mejor para mí. Mis objetivos ahora no están claros pero por ahora me iré a la siguiente isla a echar un vistazo. Parece que se acerca una tormenta y debo darme prisa.

Por la ventana había visto unas nubes muy feas y debía largarse de la isla cuanto antes, tras sus palabras dirigió una última mirada al espadachín que ahora estaba en el suelo. Una siniestra sonrisa apareció en su rostro para segundos después darles la espalda a todos y salir por la puerta caminando de forma tranquila y con aquella sonrisa en su rostro. Era una terrorífica mirada llena de terror y peligro. Cualquiera que se le cruzara acabaría como aquel estúpido espadachín que había demostrado tener más lengua que habilidad con la espada.

Sus pisadas ya casi llegaban a la playa que había sido el lugar por donde había llegado, ahora solo debía coger su bote y largarse de aquel sitio y era lo que iba a hacer. Las nubes se acercaban y con malas pintas y era algo que le podía venir mal al rubio pues debería parar seguramente en la siguiente isla por culpa de aquel tiempo. No le apetecía quedarse más tiempo en esa villa de espadachines, ya había mostrado lo que tenía que demostrar. Se estaba convirtiendo en un gran devastador con su poderosa arma y su capacidad de manejarla de forma increíble. Le costaba debido al peso que esta suponía pero de todas formas lo prefería de esa forma.
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La tierra de los espadachines  (Rol Privado) (Koga y Hardo) Empty Re: La tierra de los espadachines (Rol Privado) (Koga y Hardo) {Dom 30 Mar 2014 - 23:01}

Después de hacerme cargo de las heridas del tipo rubio, este se levantó y limpió su espada en la ropa de uno de los piratas muertos. La guardó de nuevo y se crujió los nudillos. Bostezó y me miró directamente. Me dijo su nombre, Koga. Me explicó, sorprendiéndome de nuevo por sus modales (habían cambiado de respetuoso y amigable a seco y arrogante), que había llegado a la isla en busca del maestro espadachín porque quería medir sus fuerzas con él. Aunque no tenía del todo claro que iba a hacer en el futuro, sí tenía claro que iba a ser la luz que cambiaría el mundo. Me confesó que había sido un placer conocerme y se despidió diciendo que tenía que marcharse antes de que llegase la tormenta.

Salió de la taberna sonriendo, caminando de forma tranquila y con una sonrisa tétrica en la cara. Volvía a ser aquel tipo arrogante y siniestro de cuando llegó.

No volvimos a ver a aquel tipo por la isla. Yo estuve algunos días más y cuando se cumplía un mes de la llegada y partida de aquel tipo rubio, yo decidí emprender mi viaje de nuevo. A darme a conocer en alguna isla más del East Blue. Me dirigí al puerto principal de la villa y conseguí un camarote, bastante pequeño, y el pasaje del viaje a cambio de tener entretenida a la tripulación y echar una mano con algunas de las tareas cuando hiciese falta

En ese mes que estuve, la gente comenzó a llamarme como Hardete el Payasete, no sé muy bien porqué. La verdad es que me agradaba el nombre que me daban, incluso comencé a adoptarlo como nombre artístico. Todavía no sabía si lo seguiría utilizando fuera de la Villa Shimotsuki, aunque todo apuntaba a que sí…

FIN

OFF:
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La tierra de los espadachines  (Rol Privado) (Koga y Hardo) Empty Re: La tierra de los espadachines (Rol Privado) (Koga y Hardo) {}

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