El Lobo y la pelirroja. Un gran reencuentro[Priv.Pasado][Rose-Drake]

El bote se acercaba a la isla de forma tranquila en aquel día. Baterilla, la isla donde había pasado tiempo entrenando y había conocido a su amigo, el lobo que murió. En aquel bote Drake se estaba comiendo una pata de una cabra, estaba cruda pues se había acostumbrado a comerse la carne así. A su lado comiéndose otra de las patas se encontraba su Husky Puchi. En la carta que había recibido ponía que la chica quería verlo y por eso se lo llevaba. El animal ya había crecido lo suyo. Una vez ambos acabaron de comer se tumbaron el uno al lado del otro medio dormidos por el viaje. La chica que había conocido en la isla de los insectos quería verle pues había oído hablar de él en los periódicos según decía. El lobo blanco se estaba convirtiendo en un verdadero peligro para la marina y el gobierno y seguiría así siempre pues pronto su sueño de ser el luchador más poderoso se vería cumplido.

El tambaleo del bote tiró al chico a la arena pues ya habían llegado, este se quejó como de costumbre y el perro saltó muy tranquilo a su lado lamiéndole la mejilla. Este sonrío acariciándole la cabeza y estirándose mirando en dirección al pueblo. Pero sin embargo observó que por la playa se veía caminando a la pelirroja. Al parecer la reunión en la plaza sería ahora en la playa. De forma tranquila se acercó bastante sigiloso por detrás con su perro para después tras una sonrisa dirigirle la palabra desde atrás tapándole el sol con su altura y su cuerpo.

- Ha pasado mucho tiempo

Dijo el chico con un tono sádico y amable al mismo tiempo, una extraña combinación de saludo a decir verdad. El castaño estaba cambiado desde aquel día. Su musculatura era sobrehumana llegando a tener unos pectorales increíbles y unos abdominales bien formados. Sus brazos poderosos y firmes y su cuello perfectamente musculado. Estaba sin camiseta como siempre, en su ojo izquierdo tenía una cicatriz que le atravesaba desde un poco por encima del ojo hasta la mejilla. No tenía el ojo dañado pero si el exterior de este. Su sonrisa era sádica y su pelo un poco mas pinchudo. En la cabeza tenía una cinta roja.

A su lado se encontraba su ya crecido perro. Su querido Puchi que encontró en aquella isla. Su mirada se fijo en la mascota de la chica y sonrió tranquilo. El perro pegó un ladrido simplemente mirándola con la lengua fuera como de costumbre y moviendo la cola. El sol pegaba fuerte ese día pero ahora el poderoso chico lobo lo tapaba o al menos se lo tapaba a ella. En su espalda llevaba como siempre aquella enorme guadaña negra y en su cintura sus guanteletes con aquel pincho en el nudillo. Tras unos momentos se cruzó de brazos sonriendo y hablándole de nuevo a la chica.

- Me alegro de verte. ¿Qué tal estas y como te ha ido todo?

La chica se había sorprendido de verle ya que al principio no le había reconocido y el perro había sido la clave para ello. Este mostró una agradable sonrisa cerrando el ojo de la cicatriz y llevándose la mano a la cabeza soltando una leve carcajada. Tras el elogio al perro este pegó un ladrido moviéndola cola de forma feliz. Además la chica se sentó en la arena y le preguntó que era de su vida llamándole enano. Algo curioso pues aquel chico lobo se había convertido en todo un monstruo. La explicación de lo que había hecho iba a ser algo más larga pues habían pasado muchas cosas en el tiempo en el que no había visto a la chica. Este se sentó al lado de ella abrazando al perro mientras empezaba a hablar de forma calmada mirándola a los ojos con confianza y amabilidad. En los ojos del castaño se veía felicidad y bastante emoción, como un extraño brillo en la mirada. Era una época feliz después de todo lo pasado en su vida y por fin podía vivir tranquilamente.

- No sabría por dónde empezar pero bueno. Digamos que estuve realizando muchos combates. Combatí con un poderoso marine el cual se transforma en una quimera, pelee con un peliblanco medio hormiga, además con un cybort que me hizo la cicatriz del ojo. Por suerte me llevo bien con esos grandes luchadores. Además he hecho varios amigos como otro lobo llamado Jallial, es curioso, dentro de dos días he quedado con él para atacar un cuartel.

Dijo tras una pequeña carcajada pues él y el lobo azul habían conseguido una gran amistad y ahora quedaban para arrasar a los marines o a los tipos del gobierno mundial. Juntos había logrado eliminar pueblos y hundir barcos.

- Me he informado también de varias bandas piratas y me gustaría retarlas a todas. La primera que tengo en mente es una llamada Sea Hunters, sería bien darles una pequeña paliza. También tengo el ojo echado en los Akay Ryu aunque necesitaré más entrenamiento para atacarles amistosamente. Además he observado una banda llamada Sons Of Anarchy. Pero a esa la dejare para la última, no pretendo matar a nadie, tan solo retarles a todos y cada uno de ellos. Debo ser el más poderoso. He conseguido vengar a mi familia y ahora ya soy libre, además he aprendido a dominar el haki de observación. He conseguido una fuerza inimaginable y por su fuera poco estoy buenísimo. Pero lo peor es que tengo una enfermedad terminal por lo que me queda poco tiempo de vida.

Dijo por ultimo de forma egocéntrica y orgullosa soltando una leve carcajada. El perro ladró de nuevo y el castaño le respondió con un aullido. Parecía llevarse genial con aquel perro. Tras unos segundos se quedó callado mientras el sol bañaba su cuerpo. Giró su rostro para mirar a la chica y tras aquello le habló de nuevo en un tono tranquilo y amable como de costumbre.

- Tu turno.

Al parecer la pelirroja era la capitana de aquella banda a la cual pretendía derrotar, nunca se lo hubiera esperado, en ese caso iba a estar difícil pues el lobo no ataca nunca a mujeres, tal vez Slayer pudiera poseerle en ese momento y echarle una mano usando su cuerpo y así él no tendría nada que ver con aquello. Las demás bandas también serían difíciles oponentes, pero nada que el lobo no pudiera derrotar con esfuerzo, por un momento sus ojos tomaron un brillo dorado. Llevó la mano a la cabeza de su perro y comenzó a acariciarlo de forma calmada mientras sonreía de lado, su mirada ahora estaba fija en el mar mientras escuchaba a la pelirroja hablar. Esta no había entrenado tanto al parecer ni luchado con tantos tipos pero había conocido a personas interesantes, eso era bueno, siempre es bueno tener aliados, cosa que el chico lobo no necesitaba para nada, se bastaba él solo para todo. Solo contaba con Nat y Alex, escasas veces con su maestro, pero para los combates serios iba solo.

Ahora escuchó su propuesta de ir a dar un paseo o tomar alcohol, la segunda propuesta estaba descartada totalmente pues el castaño no le gustaba esa bebida llamada alcohol. Tomó la mano de la chica y se levantó de la arena mientras se soltaba y después se estiraba y retrocedía un poco, unos cuatro metros pues sus estiramientos podían poner en peligro a la pelirroja. Sin pensárselo estiró sus brazos hacia atrás mientras empezaba a gruñir con fuerza por el gusto de estirarse. Sus gruñidos pronto fueron unos rugidos increíbles que deberían estar escuchándose en toda la isla, de repente sus ojos se volvieron blancos unos segundos mientras su pelo empezaba a ponerse pinchudo hacia arriba. Una poderosa aura salió de su cuerpo haciendo que la arena que pisaba se separara un poco, esta aura era dorada y despedía mucho calor. Eran como intensas llamas de fuego, su aura ardiente y una de sus mejores técnicas, al parecer la había activado sin querer al estirarse.

Su fuerza comenzó a aumentar mientras sus venas se marcaban y sus músculos crecían un poco, aquella bestia seguía rugiendo mientras se estiraba, por un momento algunas personas se asomaron a la playa y quedaron impresionadas. La potente aura seguía despidiendo calor y el lobo seguía estirándose mientras su rugido continuaba de forma exagerada, cualquiera que viera aquello pensaría que un enorme monstruo iba a devorar a la chica. De repente tras un par de minutos, aquella aura desapareció totalmente mientras el pelo del chico volvía a su posición normal aunque algo despeinado, su cuerpo se relajó un poco y tomó su forma inicial. Estiró un poco las piernas mientras sonreía de lado y pegaba un bostezo con los ojos iluminados en un tono dorado.

De repente pudo ver como un hombre se acercaba a ellos, parecía un tipo de veintidós años y el típico tonto, o eso pensaba el lobo. Un rubio de pelo corto con gafas de sol sin camiseta, este se acercó a Drake poniéndose frente a él y comenzó a hablar aunque se dirigía a la chica al parecer.

- Ei, su pelirroja vacilona, este tío ¿Esta molestándola?

Antes de que aquella escorio siguiera hablando, el chico lobo estiró el brazo como el que intenta apartar una mosca de de su camino, el puño del lobo impactó en el pecho del chico rubio de una forma normal, sin embargo este salió volando a cinco metros y su cabeza quedó clavada en la arena de forma cómica.

- Bueno, pues prefiero dar una vuelta en el bosque.