[Pasado]Reencuentro inesperado. ¿Tu eres...? [Hitoku & Allen] {Miér 26 Mar 2014 - 16:31}

30/08/2013

Hacía ya meses que termine con mi cometido en mi isla natal y decidí abandonarla tras mi entrenamiento basado en el aumento de mis dones naturales durante aquellos dos años en donde la supervivencia no era algo prioritario, sino mas bien aprender a mejorar todas mis facetas y poder defenderme ante el nuevo mundo que me esperaba. Por ello, y dado que aún era pronto para comenzar a enviar mis mensajes hacia el gobierno mundial, me encamine a recorrer las islas más tranquilas del East Blue como objetivo prioritario el comprobar cómo se encontraba la marina en los años en que estuve aislado del mundo exterior. Se sabe de base que estos están cada día más revolucionados por lo que se oye en las noticias y bajo mi punto de vista están empezando a buscar la forma de apoderarse del mundo a través de las mentiras que hacen a los ciudadanos por los medios informativos o con las noticias camufladas. Por ello mi objetivo es bastante simple: debo encontrar pruebas que culpen a los de este grupo de ingratos por el estado actual del mundo y, como es lógico, derrocar a cualquier persona que se haga llamar justiciero. ¿Motivo? No soporto ver como personas con un sobrenombre o rango se auto denominan más fuerte que el resto de las personas y, en mucho de los casos, fardan sobre ello a los demás, como si ese título que se le ha impuesto lo hacen intocables. Y ya no hablemos de los gobernadores. Estos por su parte no merecen respeto alguno, pero más de uno por puro miedo y temor no acaparan más y acaban dejando a su lado su ideología por permanecer vivos ante estos.

Dejando el tema de mí misión por un lado procedo a centrarme en lo que tengo a mí alrededor, que es el motivo prioritario por el que decidí desembarcar en esta isla. Hace unas horas acababa de desembarcar, por lo que comencé a mirar el estado de esta. Parece un sitio un tanto tranquila y que por lo que se ve no hay un ambiente muy extraño. Mi mirada se centra en los niños de la zona. Estos andan deambulando por la zona bastante alegres y felices de la vida, como si aquellos entretenimientos fueran el mayor regalo que pueden haber recibido, y razón no les faltan. No tengo objeción ni ganas de meterme en sus vidas ahora mismo, sino únicamente centrarme en mi cometido en esta isla, que viene a ser cualquier problema con la marina en los alrededores, lo que por ahora es nulo según puedo apreciar.

Sigo avanzando por el prado presente a mí alrededor con una sonrisa en mi faz por presenciar bastante paz, demasiada bajo mi opinión personal. Un ligero mal presentimiento comienza a abordarme en mi subconsciente con fuertes puñaladas, como si algo me estuviese advirtiendo de un peligro cercano. Sert por su parte no está al igual que yo de acuerdo en ver tanta calma en una isla que suele ser frecuente visitada por la marina, por lo que comenzamos a pensar en un posible peligro oculto-¿Crees que…?-Me pregunta para acto seguido yo responder en el mismo plano-Es posible. No me extrañaría que la marina este metiendo hincapié en este pueblo tan tranquilo. Debemos indagar más en el tema.-Dicho eso en mis pensamientos continuó hacia el frente sin pensar en nada mas, pudiendo captar tras avanzar lo suficiente por aquel lugar un local no muy llamativo frente a mi posición entre varias edificaciones mas-¿Habrá algún lugareño ahí dentro que me diga más?-Me quedo observando dicho bar un tanto pensativo. Puede que dentro este la información que necesite, pero nunca he sido de estar en bares aislados en donde puede pasar cosas inimaginables. Por ello me pongo a reflexionar de cuál sería la mejor decisión: si entrar, o preguntar a los de mi alrededor, siendo la última la que mas acapara mis pensamientos.

Información:

Hacia tiempo que estaba desconectado del mundo, no sabia donde estaba, ni que medio era, ni que mes, solo era capaz de saber la hora por la posición del sol, seria la una de la tarde. Repare en una cuesta con un cartel al lado Villa Syru interesante, conocía aquella villa de los mapas, situada en lo alto de una meseta y con dos caminos únicamente accesibles a pie, a no ser que pudieras volar en ese caso, la historia cambiaba. Me hallaba con unas pintas horribles a la par que cansado, ni transformarme en mi forma hibrida podía, aunque tampoco lo prefería, viendo lo ultimo que vi en mi interior.

Comencé ha ascender aquella pendiente, cada paso parecía que se alejaba mas y mas, hacia algo de calor, yo llevaba un abrigo negro que había encontrado por ahí, lo llevaba cerrado, era un abrigo que llegaba desde mi cuello hasta mis pies. A la mitad de la cuesta mira a mí alrededor a ver si veía algo, pero solo había plantas y más plantas. Poco a poco a lo lejos se distinguía un cartel, a la par que me fijaba en el cartel comencé a oír un ruido detrás de mi, al girarme comprobé que era un aldeano, con un carro tirado por una burra, el hombre se paro a mi lado – ¿Te llevo a algún sitio chico? - ¿Por qué habría de querer que me llevaran a algún sitio? – No tienes buen aspecto y esta cuesta es de las peores de este mundo, pero si no quieres me voy – Espera… Subiré Me dirigí a la parte trasera de la carreta, y aquel viejo dio la orden a la burra para que arrancara de nuevo el viaje.

No tardamos mucho en llegar a la aldea, una vez habíamos llegado a una especie de mercado me baje de aquel carro, agradeciendo al viejo el pequeño paseo que me había dado, sino hubiera sido por el quizás no hubiera llegado. Comencé a caminar por el pueblo sin conocimiento alguno de sus gentes, ni de quienes podrían haber por allí, enemigos, amigos, da igual, aunque tenia una pinta horrible, no suponía que no pudiera liberar mi poder interior aunque eso era mi elección.

Tras una media hora caminando, halle una cuba con agua a la que me lance directo. La usaban para beber los caballos, pero yo la aproveche para lavarme la cara y adecentarme un poco, a la par que hidratarme. Mi aspecto mejoro muchísimo, decidí buscar algún bar en el que saciar mi hambre y beber algo, asíque comencé a preguntar a los aldeanos. Al principio nadie contestaba, parecía que habían visto a un fantasma, hasta que una mujer me indico donde podría comer el mejor cordero de la isla, así que ese era mi destino.- Bien vamos allá-

30/08/2013

Permanecí algo inquieto en frente de aquella taberna de poca calidad. Realmente son bien pocas las ganas que me tienta a entrar en su interior, pero tampoco puedo permanecer todo el día frente a un local como un mendigo en busca de caridad, como si esperase la salida de algún famoso pirata para pedirle un autógrafo o algo por el estilo. Algo intranquilo por mis pensamientos indecisos comienzo a mirar a los lugareños de mi alrededor a ver si alguno daba el pego para comenzar a preguntarle la información necesaria para mi plan, pero por ahora ninguno daba siquiera una apariencia formal como para andar hablando un tema de este calibre, de ello a que una cierta tentación me hiciera dar ya un paso hacia el frente y entrar en aquel bar, a lo que Sert me sigue comiendo la cabeza con que sería mejor buscar alguna morada más lujosa y seguramente con algún inquilino que nos pudiera ayudar en nuestro cometido.

Sin pensármelo mas hago caso a mi intuición-y a Sert que no para de agarrarme del moflete en mi subconsciente-y doy media vuelta para buscar otra zona más tentadora a pedir información. Mis pasos comenzaron a una velocidad bastante suave, como si solo buscasen no dañar el suelo que sobrepasan. Realmente no tengo prisa alguna, y más me agrada el contemplar las vistas que me proporciona este pueblo a ir como un poseso matando a todo dios. Por ello tras unos breves pasos freno en seco y me llevo la mano a mi cabellera para acariciar levemente dicha zona y mirar nuevamente a el público de la zona, pudiendo ser respondido por una joven damisela que al verme y contemplar mi anterior “exhibición” delante del local comenzó a hablarme-Disculpa chaval. Andas algo perdido por lo que parece. ¿Puedo ayudarte en algo?-me comenta muy agradablemente para acto seguido responderla-Bueno. Es que no consigo encontrar ningún lugar en donde poder…em….comer algo decentemente. Llevo sin comer desde las seis de la mañana, y eso…jejeje…-Ando algo nervioso porque me cuesta expresarme la mayoría de veces, siendo tal mi dificultad de elaborar frases bien estructuradas que muchas de las ocasiones me trabo y acabo haciéndome un nudo en la boca. Parece que la mujer se dio cuenta de tal defecto y acompañado de una sonrisa me respondió-Bueno. ¿Ves el local mohoso de allí?-Me dice señalándome a la taberna que momentos antes no tuve muchas ganas de entrar-Pues allí hacen unas chuletas bastante buenas, y no te fíes de las apariencias. En su interior hay un mejor ambiente, te lo aseguro-Dicho eso meneo la mano para despedirse y se alejo con una sonrisa mientras correspondía y agradecía por su amabilidad.

Nuevamente mi destino toca narices me hace dirigirme hacia aquel local que momentos antes me echo a patadas por su aspecto. Tengo que confiar en las palabras de aquella mujer que me dijo que en su interior se hallaba un restaurante en mejores condiciones, por lo que dejando de lado al pesado de Sert comienzo a dirigirme hacia su morada, pudiendo apreciar un gran letrero que está a punto de caerse a cachos-¿New Roman? A quien se le ocurre este tipo de nombres….mejor no pregunto-Un tanto afectado por el apodo del local empiezo a entrar. Tras mover lentamente el pomo de la puerta puedo apreciar un gran recibidor con muchas mesas y un camarero bien uniformado, lo que hace que por poco no me diera algo al ver esta escena-Buenos días señorito. ¿Qué es lo que le trae a New Romen?-¿Romen? ¿No era Roman? Bah, lo que sea, ahora más bien poco me importa esto-Pues. Me han dicho que hacéis unas buenas chuletas. ¿Podría hacerme una extra grande?-Digo bastante alegre e ignorando a la única persona que se halla comiendo por lo que parece un plato de carne tal como acabo de pedir-Por aquí, le llevare hasta su mesa y una vez allí espere a que le traigamos la carta mientras hacemos el plato que nos ha solicitado-Dicho eso y bastante conforme por su respuesta comienzo a caminar hasta una mesa vacía por la mitad del local en donde siento mi cansado pandero y espero tranquilo a que el camarero cumpla con lo que me nombro momentos antes. Parece que al final este sitio no es tan malo como lo aparentaba.

Caminaba por las calles que a cada paso quedaban más vacías, era algo de lo más raro. El calor parecía haber aumentado, cierto es que a más altura, mas calor eso era algo que todo hijo de vecino sabia, mi destino estaba a unas cuantas calles de mi posición, según avanzaba más y mas el pueblo se tornaba un desierto, del que la verdad comenzaba a desconfiar y del cual no me daba muy buen rollo. Me fijaba en las casas y algunas de ellas tenían las ventanas tapiadas, otras se cerraban de repente con si nadie quisiera forasteros por allí. – Algo lógico y mas con mis pintas – gire a la derecha para continuar por una calle mas extraña aun, los edificios eran mas ruinosos, al fondo había un edificio, que aparentaba ser un bar, el que una mujer me había indicado unos pasos atrás.

- En menudo sitio me he ido a meter – continúe andando y entre los edificios ruinosos y llenos de escombros, resoplaba un viento, con un silbido de lo mas siniestro, aunque personalmente apenas me inmute por dicho fenómeno, aunque me preguntaba si alguien vivía entre esos escombros, visto lo visto la calidad de vida de aquel sitio era de lo mas penosa, no me extrañaría nada encontrar algún tipo de ser vivo, que pudiera considerase humano. Sin apenas darme cuenta llegue en nada a aquel bar, mire hacia a arriba – New Roman, un nombre algo extraño – mire a los lados y la calle estaba totalmente vacía – ¿y este sitio es el único bar decente de estos parajes? – mis tripas resonaron y sin mas dilación, agarre el pomo y lo gire.

Al entrar respire profundamente, era extraño pero no percibí ningún olor desagradable. Había una barra con unos taburetes, detrás de esta un camarero bien uniformado, algo de lo mas sorprendente, estaba bien peinado, llevaba unas gafas de un tono sepia, con un chaleco negro, una camisa blanca y una pajarita roja, no pude ver mas debido a que la barra le cubría de cintura para abajo, me miro fijamente – Muy buenas señor, bienvenido a New Romen, ¿Qué desea tomar? – ¿New romen? En el cartel decía otra cosa – mi estomago rugió y desde la puerta le dije que me preparase un buen plato de su mejor comida y una buena jarra de cerveza – Marchando señor -

El garito era de lo mas extraño, un tanto oscuro pero con dos grandes ventanales, uno a izquierda y otro a la derecha, debajo de esta una gramola, de tonos marrones y con el cristal en tonos verdosos. Comencé a mirar a mi alrededor, observe que había tres taburetes cerca de la barra, me senté en el del medio, y me fije un poco mas en los detalles de aquel bar, había cinco mesas, con un par de sillas cada una, tres a mi derecha y dos a mi izquierda, dos de ellas estaban ocupadas, una de las de la izquierda por un tipo de lo mas extraño, encapuchado y con una jarra de cerveza en la mano, unos dedos de lo mas huesudos, en definitiva una persona que no quería ser encontrado, gire mi vista a la derecha y algo en mi cerebro hizo que me fijara en aquella persona – ese tipo me es familiar – tenia tanta hambre que apenas le di importancia, pero en mi cabeza seguía dándole vueltas de porque ese tío me era familiar.

- Que hambre – Camarero, date prisa – Si señor -

30/08/2013

Una vez posicionado en aquella silla del local comienzo a relamer mis labios por el buen olor que se escapaba de la cocina del sitio. Un hambre voraz comienza a nacer en mi estomago, y es tal su intensidad que un leve ruido de tripa hace aparición en la sala. Comienzo a mirar a todos lados en busca de aquel camarero tan bien uniformado en espera de que trajese mi plato de carne, pero por más que lo buscaba no hacia aparición ni a la de tres, lo que me hace pensar que tal vez este ocupado con algún plato atrasado o este atendiendo a otro cliente de la zona. Contemplo el ambiente algo intranquilo. Aquel ciudadano con pintas lúgubres se encuentran en una posición cercana a la mía mordisqueando su alimento con un hambre que no es normal, a lo que no se si sentir celos por ver como ellos andan zampando aquellas delicias de carne o asco por ver sus rostros posesivos.

Me quede desconectado observando la mesa en donde me hallo. No tengo que digamos mucho para entretenerme, por lo que intente en pensar en mis planes a realizar en la isla, pero antes de que pudiese un hombre de cabelleras rojas entra en el local de una forma similar a la mía, con lo que sonrío levemente al comprobar cómo a fin de cuentas este bar es más famoso de lo que parece. Quise observar a aquel sujeto a ver si daba una figura digna a pedir información, pero antes de que pudiera girarme a contemplarlo puedo ver al camarero que me atendió trayéndome una bandeja de plata reluciente, portando en su superficie un plato bien grande con una chuleta. Mis ojos se abren de par en par y un rostro de saliva comienza a salir por uno de los extremos-Aquí tiene señorito. Si desea algo mas solo debe avisar. ¡Bon apetite!-Me pongo bastante alegre de ver mi alimento por fin cerca de mi posición.

Antes de proceder a llevarme aquel trozo de pura carne Sert me dicta unas palabras que no viene al cuento-Oye Allen. No es por interrumpir el momento, o si, pero me parece que deberíamos terminar rápido nuestro cometido aquí. No hay un solo hombre interesante en este bar, y creo que estar perdiendo aquí derrochando el dinero no es algo tentador. Acábate el plato y salgamos a ver si encontramos algún cuartel o ciudadano como la señorita de antes que nos pueda ayudar-Me dice bastante decidido en mi subconsciente, a lo que respondo seguidamente-Esta bien. Pero no me vuelvas a interrumpir cabrón. Que un alimento como este no es algo de encontrar fácilmente-Tras decirle eso, y con ello callar su boca me llevo un trozado de este a la boca, a lo que mis ojos se contraen y sueltan una leve lagrimilla por el lado derecho-Dios. Hacía años que no probaba un suculento como este. ¡Qué rico!-No dejo de llevarme trozos a la boca, siendo usado mi habilidad de Seimen Kikan para digerir más fácilmente estos trozos y poder seguir con mi misión en el menor tiempo posible.

El olor que venia desde la cocina aumentaba mis ganas de comer, vi como un camarero salía de ella con una bandeja de plata y un gran chuleton en ella, dirigiéndose a mi derecha y dejándolo en la mesa, del individuo que creía conocer, pero no recordaba de que. Aquel sujeto comenzó a ponerse las botas cual bestia, y yo anhelaba mi pedacito de carne. Un golpe sonó frente a mi, una reluciente jarra de cerveza de un litro y medio aproximadamente, estaba esperando a ser bebida, comencé a beber aquel dorado néctar de dioses – Hacia mucho que no tomaba una buena cerveza – Felicidades caballero, una de las mejores cervezas que he probado– Gracias, señor.

Apenas se escuchaba algo de ruido por aquel lugar, un sitio con una calma, pero si algo me había enseñado la vida es que la calma, siempre precede a la tempestad. Minutos después la puerta de la cocina se abrió, ante mi una de esas bandejas de plata, con lo que parecía ser un muslo de cordero, con patatas y algunas plantas aromáticas, olía a una mezcla más que perfecta. Me lleve un trozo de cordero a la boca y le pegué un buen bocado, el sabor embargo todos mi sentidos y entre en un éxtasis inimaginable, todo iba bien hasta que…un pequeño alboroto se oía desde fuera del local, y poco a poco iba notándose mas cerca.

El pomo de la puerta se giro, y la puerta se abrió, comenzaron a entrar. Uno, dos tres…seis hombres que por el aspecto, cinco de ellos parecían ser pescadores y el sexto de ellos el capitán de dicho equipo. Todos con un uniforme similar, excepto por alguno detalles, el uniforme constaba de dos piezas una, camisa de manga corta y de color negro, y el pantalón largo, del mismo color pero con una franja dorada en los laterales, y todos ellos con botas de goma altas, junto a esa vestimenta, el mal cuidado de sus barbas y el olor a pescado, deduje que eran pescadores. Juntaron unas mesas y se sentaron detrás de mí, algo que personalmente no me gustaba, pidieron al camarero el mejor sake que tuvieran, uno de ellos se acerco a la gramola y puso música que comenzó a resonar en el bar.

Pista Gramola 36

La música comenzó a resonar y acto seguido comenzaron a cantar salomas, algunas las conocía y me traían buenos recuerdos, estuve por unirme a ellos pero la verdad que no me apetecía mucho la verdad. Solo esperaba que todo aquel festejo no acabara, como acababan casi siempre todos, a ostias.

30/08/2013

Me quede aislado del mundo mientras devoro este manjar. Sert sigue con la iniciativa de irnos, pero es que la comida parece no acabarse, y poco a poco mi hambre se iba saciando al igual que mi estomago lo aceptaba con bastante facilidad los trozos grandes gracia a mi habilidad. La sonrisa no desaparece de mi rostro, y es tal la alegría que me estaba dando dicho manjar que mire por la zona para que todos viesen mi felicidad. No había nadie que sobresaliera o me hiciese recordar tiempos antaño, por lo que únicamente dedique mi atención hacia aquel plato y la carne que se halla en su superficie. La sangre que borboteaba de su masa tras apretar levemente el tenedor sobre su cuerpo me hacia recordar muchas cosas, como las masacres que he tenido que realizar en mis épocas de loco, llegando incluso a asesinar familias enteras, de lo que por ahora no estoy tan familiarizado y no me dedico con tanto ahínco como antes.

Mientras seguía comiendo dicho alimento unos ruidos algo molestos comenzaron a interrumpir el buen ambiente que había. Me quede algo confuso y molesto por saber la procedencia de aquella voz, pero por más que giraba mi rostro con delicadeza no consigo hallar la fuente de ese ruido. Mis ojos al cabo de un rato se quedaron clavados en la puerta del local por donde tiempo antes entre. Parece que el sonido aumentaba, y la fuente de esta era desde fuera, lo que podría explicar el por qué no encontraba respuesta alguna en los ciudadanos aquí presentes. Por ello me quede algo serio mirando hacia dicho lugar para momentos después ser bendecido con la presencia de seis personas uniformadas por igual, o casi. Estos parecen ser pescadores por sus vestimentas y traje, lo que me hace alegrarme de que no sean marines. Esto hubiese interrumpido aun más el ambiente, por lo que pase de ellos un tanto borde para seguir comiendo el chuletón que ya solo le quedaba un trozo pequeño.

Tras ser ingerido esta última pieza me levanto de la mesa estirando algo los brazos y soltando el típico sonidillo de satisfecho. Llevando mi mano al bolsillo saco unas cuantas monedas de berries que seguramente sobre más de la cuenta, pero a alguien como yo que tiene mucho dinero invertido en sus cazas no tiene que preocuparle algo como esto. Por ello dejo el dinero sobre la mesa y antes de abandonar la zona me dirijo hacia el camarero que me ha atendido, ya que me vendrá bien saber si este por un casual sabe algo de los marines-Disculpa. Antes de irme me gustaría saber que tal es la eficacia de los marines en esta isla. Me han dicho que los marines han comenzado a ofrecer mayor protección en las islas, y es para sabe, ya que ando buscando alojarme en una isla de la zona-Digo acompañado de una leve sonrisa, intentando no molestar a los sujetos que andan en la barra comiendo.

Información:

[Pasado]Reencuentro inesperado. ¿Tu eres...? [Hitoku & Allen]

[Pasado]Reencuentro inesperado. ¿Tu eres...? [Hitoku & Allen] {Miér 26 Mar 2014 - 16:31}

Re: [Pasado]Reencuentro inesperado. ¿Tu eres...? [Hitoku & Allen] {Miér 26 Mar 2014 - 17:59}

Re: [Pasado]Reencuentro inesperado. ¿Tu eres...? [Hitoku & Allen] {Jue 27 Mar 2014 - 0:26}

Re: [Pasado]Reencuentro inesperado. ¿Tu eres...? [Hitoku & Allen] {Vie 28 Mar 2014 - 1:58}

Re: [Pasado]Reencuentro inesperado. ¿Tu eres...? [Hitoku & Allen] {Vie 28 Mar 2014 - 16:14}

Re: [Pasado]Reencuentro inesperado. ¿Tu eres...? [Hitoku & Allen] {Dom 30 Mar 2014 - 16:43}

Re: [Pasado]Reencuentro inesperado. ¿Tu eres...? [Hitoku & Allen] {Mar 8 Abr 2014 - 17:48}

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