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Akuma no mi
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...Agua...dulce agua...
Me encontraba en un bote en medio del océano, esperando a encontrar una isla en la que pudiese despertar de mi letargo, era la primera vez que hacía una misión, no iba muy a gusto pero bueno...algún día me las pagarían y me vengaría de forma "amistosa".
-Agh...no soporto estar en esta mugrienta barca...espero llegar pronto a una isla...
Mi forma de estar tumbada en la barca era de lo más rara posible, mis piernas estaban cruzadas hacia arriba sobrepasando la barca mientras mis pies rozaban el agua, luego mi cabeza estaba apoya en el suelo y encima de mi barriga se encontraba Monomi, mi mascota, iba con el a todas partes, era un poco macabro pero a la vez adorable, parecía un pequeño panda deformado, pero era normal me lo encontré en un laboratorio.
El cielo estaba vacío de nubes, dejando que el sol brillara en su máximo esplendor, haciéndole ser el rey del universo ante nosotros.
Me coloqué de forma normal en la barca, sentada ya bien y observando la mar en su calma, Monomi había dejado de dormir, pero como era tan vago se fue a una esquina y se hizo una bolita, que mono era así mientras le acariciaba la cabecita.
Cuando levanté la vista al horizonte vi una isla lejana, de mi mochila que solía llevar a todas partes con objetos o libros de gran utilidad saqué un libro pequeño que contenía cartas de navegación, leyendo vi que me acercaba a la isla Ireos, una tierra extraña e interesante llena de historias y leyendas, si, ese era el lugar, la misión que me habían encomendado era investigar Ireos pero en especial me la mandaron a mí por ser arqueóloga.
“Ireos, una isla bastante remota, contiene un templo en ruinas dirigido a un dios pagano antiguo, Keyen, dios de la sangre, con una inscripción " Sangre para el dios de la sangre, cráneos para su trono de cráneos" se encuentra sobre el monte Kroniem en el centro del bosque Irges que se encuentra en la zona interior de la isla abarcando gran parte de su superficie. Los arboles más cercanos al templo tienen un fuerte color carmesí que van atenuando según se alejan de él. En los alrededores del bosque se pueden encontrar restos de múltiples edificios prácticamente derruidos podrían ser atalayas y lo que antaño fue una poderosa muralla, pero nadie sabe por qué se sitúa ahí. Al norte de la isla comienzan las montañas Repiten que rodean la isla por todos los lados menos por el sur. Llamadas asi porque se alimentan de alguna forma de los terremotos que suceden por todo el planeta y lo repiten dentro de la isla chocándose entre sí. Es peligroso estar cerca cuando lo hacen puesto que no es agradable ver cómo te caen rocas de distintas dimensiones cuando se chocan dos montañas…”
Me bastó con leer eso del libro, luego quería coger la carta de objetivos que me habían encomendado, pero como me daba pereza moverme estiré mi brazo y a su vez brotaron dos brazos más gracias a mi akuma la Hana Hana no mi, podía hacer brotar partes de mi cuerpo donde quisiera pero no la dominaba muy bien todavía. Alcancé la carta y me puse a leerla:
Guardé la carta en mi bolsillo y cuando miré otra vez a la isla ya estábamos cerca de la costa, esperé a que tocásemos arena y bajé, el agua rozó mis pies, Monomi también bajó y siguió mis pasos por la fina arena, y una vez allí me adentraría hacia el centro de la isla.
-Vamos Monomi, nos espera una larga investigación.
Me encontraba en un bote en medio del océano, esperando a encontrar una isla en la que pudiese despertar de mi letargo, era la primera vez que hacía una misión, no iba muy a gusto pero bueno...algún día me las pagarían y me vengaría de forma "amistosa".
-Agh...no soporto estar en esta mugrienta barca...espero llegar pronto a una isla...
Mi forma de estar tumbada en la barca era de lo más rara posible, mis piernas estaban cruzadas hacia arriba sobrepasando la barca mientras mis pies rozaban el agua, luego mi cabeza estaba apoya en el suelo y encima de mi barriga se encontraba Monomi, mi mascota, iba con el a todas partes, era un poco macabro pero a la vez adorable, parecía un pequeño panda deformado, pero era normal me lo encontré en un laboratorio.
El cielo estaba vacío de nubes, dejando que el sol brillara en su máximo esplendor, haciéndole ser el rey del universo ante nosotros.
Me coloqué de forma normal en la barca, sentada ya bien y observando la mar en su calma, Monomi había dejado de dormir, pero como era tan vago se fue a una esquina y se hizo una bolita, que mono era así mientras le acariciaba la cabecita.
Cuando levanté la vista al horizonte vi una isla lejana, de mi mochila que solía llevar a todas partes con objetos o libros de gran utilidad saqué un libro pequeño que contenía cartas de navegación, leyendo vi que me acercaba a la isla Ireos, una tierra extraña e interesante llena de historias y leyendas, si, ese era el lugar, la misión que me habían encomendado era investigar Ireos pero en especial me la mandaron a mí por ser arqueóloga.
“Ireos, una isla bastante remota, contiene un templo en ruinas dirigido a un dios pagano antiguo, Keyen, dios de la sangre, con una inscripción " Sangre para el dios de la sangre, cráneos para su trono de cráneos" se encuentra sobre el monte Kroniem en el centro del bosque Irges que se encuentra en la zona interior de la isla abarcando gran parte de su superficie. Los arboles más cercanos al templo tienen un fuerte color carmesí que van atenuando según se alejan de él. En los alrededores del bosque se pueden encontrar restos de múltiples edificios prácticamente derruidos podrían ser atalayas y lo que antaño fue una poderosa muralla, pero nadie sabe por qué se sitúa ahí. Al norte de la isla comienzan las montañas Repiten que rodean la isla por todos los lados menos por el sur. Llamadas asi porque se alimentan de alguna forma de los terremotos que suceden por todo el planeta y lo repiten dentro de la isla chocándose entre sí. Es peligroso estar cerca cuando lo hacen puesto que no es agradable ver cómo te caen rocas de distintas dimensiones cuando se chocan dos montañas…”
Me bastó con leer eso del libro, luego quería coger la carta de objetivos que me habían encomendado, pero como me daba pereza moverme estiré mi brazo y a su vez brotaron dos brazos más gracias a mi akuma la Hana Hana no mi, podía hacer brotar partes de mi cuerpo donde quisiera pero no la dominaba muy bien todavía. Alcancé la carta y me puse a leerla:
Objetivos de misión escribió:Primero de todo, debes cumplir esta misión aunque te cueste la vida, estos son tus objetivos:
>Localiza la isla.
>Desplazate entre las ruinas por si encuentras algo importante.
>Investiga la leyenda del dios Keyen.
>Averigua porque está desierta esa isla.
Guardé la carta en mi bolsillo y cuando miré otra vez a la isla ya estábamos cerca de la costa, esperé a que tocásemos arena y bajé, el agua rozó mis pies, Monomi también bajó y siguió mis pasos por la fina arena, y una vez allí me adentraría hacia el centro de la isla.
-Vamos Monomi, nos espera una larga investigación.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Un bote se acercaba a la isla de forma calmada. En su interior se podía ver un chico sentado. Su pelo era castaño y alborotado con varios mechones en punta despeinados. Sus ojos eran azules palios y medio grises, un color muy extraño. En su frente llevaba su cinta blanca y vestía como de costumbre. Su camiseta negra de manga corta y por encima su chaleco abierto, sus pantalones largos. En su cintura llevaba su vaina de color negro donde se hallaba si katana dorada electrificada. En sus manos había un papel el cual estaba leyendo de forma calmada para sí mismo. La letra era algo mala y le costaba leer lo que ponía pero después de unos momentos pudo leer todo bien y sonreír amablemente.
``Depredador espadachín. Ha sido seleccionado para cumplir la misión de vigilar a la nueva agente del CP. Debe seguirla hasta la isla de Ireos y ayudarla con su investigación. No tenga reparo en eliminar a las fieras, no son mansas y cuidado los peligros. Por último y como misión alternativa, trate de conseguir una muestra de la isla. Encontrara un tubo pequeño en la mochila negra que se le entregó junto algunas latas de comida y agua. Un saludo Agente Depredador.
ATT: El Gobierno Mundial.´´
Una vez la había leído le rompió en trozos que después tiró al mar con una leve sonrisa y cogía la mochila que había a su lado. Al abrirla encontró el tubo de muestras que le habían dicho en la nota y varias latas de comida junto a botellas de agua. Además había una aguja para extraer líquidos o sangre. Al comprobar todo cerró la mochila y se la echó a la espalda sonriendo y levantándose. Le había tocado vigilar a una nueva agente y asegurarse de que cumpliera su objetivo. No se quejaba ya que al oír que había animales peligrosos estaba motivado y estaba deseando verlos. La brisa movía su pelo de forma calmada mientras el bote por fin llegaba a la isla. Allí pudo ver otro bote por lo que dedujo que la chica ya estaba allí. Tras un ligero bostezo salió de su bote y saltó a la dorada arena de la playa.
Era hora de cumplir su objetivo y tenía todo preparado, la espada lista. La mochila en su espalda y sus sentidos preparados. Su habilidad de las frutas del diablo también estaba lista por si la debía usar. El poder de aquel animal mitológico le era realmente útil y por ahora no lo había usado en combate, solo para intimidar. Sus pasos comenzaron a dirigirse a la isla y a la parte selvática. Debía acabar aquello rápido y volver a la banda donde estaba infiltrado. Sons Anarchy. Le confiaban muchas misiones al mismo tiempo y en aquella banda usaba su verdadero nombre. Fuera de ella usaba y todos le llamaban por su apodo. Depredador Espadachín. Ahora debía cumplir aquella misión junto a su compañera y conseguir una pequeña muestra de la isla Ireos.
``Depredador espadachín. Ha sido seleccionado para cumplir la misión de vigilar a la nueva agente del CP. Debe seguirla hasta la isla de Ireos y ayudarla con su investigación. No tenga reparo en eliminar a las fieras, no son mansas y cuidado los peligros. Por último y como misión alternativa, trate de conseguir una muestra de la isla. Encontrara un tubo pequeño en la mochila negra que se le entregó junto algunas latas de comida y agua. Un saludo Agente Depredador.
ATT: El Gobierno Mundial.´´
Una vez la había leído le rompió en trozos que después tiró al mar con una leve sonrisa y cogía la mochila que había a su lado. Al abrirla encontró el tubo de muestras que le habían dicho en la nota y varias latas de comida junto a botellas de agua. Además había una aguja para extraer líquidos o sangre. Al comprobar todo cerró la mochila y se la echó a la espalda sonriendo y levantándose. Le había tocado vigilar a una nueva agente y asegurarse de que cumpliera su objetivo. No se quejaba ya que al oír que había animales peligrosos estaba motivado y estaba deseando verlos. La brisa movía su pelo de forma calmada mientras el bote por fin llegaba a la isla. Allí pudo ver otro bote por lo que dedujo que la chica ya estaba allí. Tras un ligero bostezo salió de su bote y saltó a la dorada arena de la playa.
Era hora de cumplir su objetivo y tenía todo preparado, la espada lista. La mochila en su espalda y sus sentidos preparados. Su habilidad de las frutas del diablo también estaba lista por si la debía usar. El poder de aquel animal mitológico le era realmente útil y por ahora no lo había usado en combate, solo para intimidar. Sus pasos comenzaron a dirigirse a la isla y a la parte selvática. Debía acabar aquello rápido y volver a la banda donde estaba infiltrado. Sons Anarchy. Le confiaban muchas misiones al mismo tiempo y en aquella banda usaba su verdadero nombre. Fuera de ella usaba y todos le llamaban por su apodo. Depredador Espadachín. Ahora debía cumplir aquella misión junto a su compañera y conseguir una pequeña muestra de la isla Ireos.
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