Comienza la fiesta, El Brujo del norte manda. (Rol Moderado) (Kain)

Llegas a este pueblo por tus propios medios amigo Kain, pero algo me dice que hoy no va a ser un día tranquilo. Parece haber mucho jaleo en una de las calles del pueblo, mucha gente esta amontonada en un solo lugar. Parece como si hubiera un espectáculo o algo parecido. Hay gente de todo tipo, niños, niñas, mujeres, hombres, ancianos, ancianas. Unos gritan pero parecen ser gritos de terror, otros ríen dando voces como ``!dale mas fuerte!´´ de repente un hombre sale volando a unos metros y cae hasta tres metros de donde estas. Sangre mucho por el rostro y tiene la nariz rota, de repente la gente se aparta dejando paso a un hombre que gritaba.

- ¡Nadie puede vencerme!

Era un tipo alto de unos dos metros y con una Cresta negra de pelo en el medio de la cabeza. No tenía más pelo y portaba una camiseta de color roja de manga corta pese al frio. Sus ojos son verdes claros y en sus brazos hay tatuajes de dragones y leones de color negro. Sus pantalones son negros y lleva unas botas. Parece ser un poderoso luchador que esta luciéndose en la calle, este se te ha quedado mirando y ahora se acerca a ti.

- Tu, amigo. Ve a dentro de la taberna y tráeme una caña, es una orden.

Dijo haciéndose el chulito delante de la gente, todos empezaron a reír de forma exagerada haciéndole la pelota a ese tipo que va de valiente. No aparece haber marines en la zona y estas a salvo de que te vean cometer una locura si te da la gana. Ahora tú decides que hacer, obedecer las órdenes del abusón, pasar de él. Luchar o hacer lo que te plazca. Lo que sí es seguro es que este tío seguirá machando a ciudadanos por diversión y los demás lo encuentran gracioso. ¿Qué harás brujo del norte?

Tipo de cresta { NPC nivel 24, luchador (camino del buey) herrero y arqueólogo}

El enorme jaleo montado en la calle me impide disfrutar del agradable clima de la ciudad. Nieve, nieve y más nieve, como a el le gustaba. Vestía como siempre, camisa larga, pantalones y botas negras. Cordones y corbata roja, a juego con sus ojos. Llevaba la camisa abrochada porque, pese a que le agradaba aquel clima frío del norte, todo tenía sus límites.

El ruido provenía de una congregación de gente. En el centro había un hombre que, con un poderoso golpe, acababa de lanzar a un malherido transeúnte a muy poca distancia del cazador y se vanagloriaba de su fuerza. Aquella gente sacaba al cazador de sus casillas, pero no le apetecía demasiado meterse en problemas. En ese preciso instante el hombre de la cresta le dio una orden. Aquellas palabras arrancaron una sonrisa del rostro de Kaín que, tras eso, se cubrió con un velo de indiferencia mientras, con mucha calma, se desabrochaba la prótesis de su mano derecha, dejando el muñón a la vista y abriendo una de las bolsas que pendían de su cinto con la otra mano.

-Me encantaría hacerlo, buen hombre, pero, como veréis, no tengo mano derecha, con lo cual no podría traeros una caña lo bastante grande como para saciar vuestra sed. En lugar de eso, creo que te arrancaré la cabeza de los hombros para que dejes de molestar.- Dijo mientras metía las manos en la bolsa y sus guanteletes se enganchaban solos a estas. Cuando sacó las manos tenía los dos guanteletes metálicos bien ajustados y sujetos. Se puso en guardia y escupió a los pies de aquel enorme luchador desde una distancia de unos cinco metros, con todos sus sentidos alerta, los músculos en tensión y el haki observación, listo para una carga salvaje por parte de aquel gorila.

El hombre escuchándote frunce el ceño. Puede ver como quitas tu mano y ahora los guanteletes se pegan a ti. Queda algo impresionado pues no se esperaba eso. Sin embargo gruñe apretando los puños acercándose a ti. Parece que te va a lanzar un golpe terrible cuando uno de los que allí había le coge del brazo despacio mirándole. Es un tipo joven de unos veinte años rubio de ojos celestes.

- Ya basta, este hombre no te ha hecho nada. Has golpeado al otro tipo, ahora deberías ir a casa de una vez y dejarte de tonterías.

El hombre mira al rubio de forma seria y de repente asiente girándose. En un momento inesperado se vuelve a girar y empuja al rubio tirándolo al suelo.

- Cállate, nadie me dice lo que debo hacer. Este estúpido va a dormir esta noche bajo la nieve y nadie de los de aquí podrá impedirlo.

Tras sus palabras te mira y da dos zancadas hacia ti lanzando un puñetazo que se dirige hacia tu pecho, nada mas lanzarlo lanza un rodillazo a tu cabeza y para finalizar lanza un cabezazo de nuevo a tu cabeza mientras grita.

- ¡Te voy a destrozar!
Combo desalmado (AI)

Kain, muéstrale el poder del brujo del norte.

Kaín observa la escena con calma y tranquilidad. Durante unos instantes, parece que aquel joven rubio consigue tranquilizar al gorila pero, tras un instante, este se giró de nuevo hacia Kaín, gritando otra brabuconada y lanzando un combo de golpes contra el cazador.

Kaín detuvo la patada con su antebrazo izquierdo, sintiendo la gran fuerza de su rival. Aquello iba a ser entretenido. El rodillazo lo esquivó por poco echando la cabeza hacia atrás y, al ver que su rival proyectaba la cabeza contra el, se dejó caer hacia atrás, activando su haki armadura, pues no podía esquivar el golpe, así que lo recibió con potencia atenuada. Aún así, el golpe le hizo bastante daño en la frente. El golpe hizo que cayera hacia atrás más rápido y, en cuanto sus manos tocaron el suelo, alzó los pies y descargó una rápida serie de patadas contra el pecho y rostro de su enemigo para, finalmente, impulsarse con los dos brazos y lanzarse con los pies juntos por delante, directos contra el mentón de su enemigo.

-¡Sirocco! (AMF)

Kaín acababa de comprobar que aquel hombre poseía una fuerza física formidable, por lo que no se anduvo con miramientos y golpeó con toda su fuerza.

Tras haberte lanzado los golpes aquel tipo comenzó a reír e forma seria mirándote sin compasión alguna. Tras eso observa cómo le atacas y se cubre los primeros golpes con los antebrazos como si nada. Sin embargo ese último ataque tuyo le consigue dar el mentón y lo tira de espaldas dejando unas gotas rojas en la nieve. Parece haber quedado seco cuando de repente se levanta mirándote. Le has partido la lengua ya que se la ha mordido y se la ha destrozado a causa de tu potente golpe. La sangre chorrea por su barbilla mientras te mira con el ceño fruncido pensando en cómo destrozarte.

- Voy a matarte saco de mierda.

Aquel hombre se puso a gritar con fuerza mientras resoplaba una y otra vez. Cuando aquel tipo salió corriendo a por ti de nuevo algo sucedió. De repente el rubio de antes lanzó una potente patada que le impactó en el rostro de una forma increíble y a una velocidad de vértigo. La sonrisa del rubio era grande cuando de repente el tipo de la cresta se levantó medio mareado y de un codazo en el pecho tiró al rubio al suelo. Ahora su mirada se centró en ti mientras reía como loco escupiendo sangre a un lado.

Los pasos del tipo crearon huellas en la nieve mientras corría a por ti de forma seria. Una vez llegó lanzó dos puñetazos con cada brazo. Dos con el derecho a tu rostro y dos con el izquierdo a tu pecho. Por si fuera poco saltó hacia atrás para dar una zancada de nuevo hacia ti y lanzar una poderosa patada a tus partes nobles. Un acto sucio por su parte pero no sabe con quién se enfrenta. ¿Qué harás frente este ataque brujo del norte? Espero que sepas lo que te haces. Pero ese tipo una vez realiza su ataque se aleja un poco para observar si lo has esquivado o no.

Al suelo inútil (AF)

Kaín observó la sangre en la nieve. Creyó que no le había dado con la suficiente fuerza como para hacerle sangre, pero acto seguido vio la boca del hombre y lo comprendió. Se había mordido la lengua. Aquello le hizo gracia al cazador. Estaba a punto de decir algo cuando el joven rubio le asestó una terrible patada en la cara al de la cresta, derribándole de nuevo. Pero el tipo de la cresta tiró al suelo al otro de un codazo y se levantó de nuevo, con los ojos clavados en Kaín y, tras dedicarle un piropo, se lanzó contra el, pero esta vez Kaín estaba más preparado y, mientras su enemigo se lanzaba contra el, sus guanteletes cambiaron de forma, transformándose en dos cabezas de león completamente metálicas con las bocas abiertas.

Utilizando su haki observación, el peliblanco esquivó los golpes a su rostro moviendo lo justo la cabeza y bloqueó los dos golpes al pecho con sus antebrazos, no sin cierto esfuerzo, dada la gran potencia física de su enemigo. Entonces el cresta retrocedió un poco y se lanzó contra el de nuevo, lanzando su pierna directa contra la entrepierna de Kaín. El cazador ancló bien los pies al suelo y, bajando las dos manos, las interpuso en la trayectoria de la terrible patada, aunque el golpe casi lo levanta del suelo. Acto seguido, aprisionando la pierna de su enemigo entre las dos bocas de león, como si estas le estuvieran mordiendo la pierna, las dos lanzaron una llamarada de fuego azul que impactó directa contra la pierna de su enemigo. Aquella era la habilidad especial de sus Cestus de Nemea, el fuego de Hades. Era fuego común, podía apagarse, pero solo quemaba a sus enemigos y ardía a mucha más temperatura que el fuego normal.

¡Fuego de Hades! (AIF)

Tras eso, Kaín soltó la pierna de su enemigo y retrocedió con un salto mientras sus guantes volvían a la normalidad y le dirigía al rubio una mirada por el rabillo del ojo.

-No deberías hablar tanto, grandullón, no es bueno para tu lengua.- Le dijo Kaín con una sonrisa al cresta, sin salir de la posición de guardia.- Ya me he cansado de jugar contigo. Vete ahora, o el siguiente ataque será letal.- Ahora ya no sonreía, sino que sus ojos rojos ardían como puro fuego. De vez en cuando echaba una mirada de reojo al rubio, pues aquella patada había sido una gran demostración de fuerza.

Al recibir aquel fuego en su pierna, el tipo de la cresta gritó de dolor cayendo al suelo y rodando un poco entre voces para finalmente meter la pierna en una zona que estaba llena de nieve cercana a un contenedor de basura. De esa forma apagó el fuego pero cuando miró su pierna tenía una seria quemadura que le dolía a horrores. Ahora tras las palabras del peliblanco frunció el ceño. Su mirada era de ira total y se levantó mientras soplaba un poco y apretaba sus puños. Al parecer estaba tan mosqueado que tus palabras le daban absolutamente igual.

- Te voy a matar estúpido y nada lo va a impedir.

Aquel tipo con toda su fuerza corrió cojeando a por ti entre gruñidos de dolor. Una vez estaba cerca empezó una ráfaga de poderosos puñetazos apuntando a tu cabeza, torso y estomago. Fueron un total de seis golpes, dos por cada zona ya nombrada. Justo después giró sobre si mismo lanzándote una patada con su pierna buena a las costillas y para finalizar lanzó su codo buscando tu cara. Sus golpes parecían poderosos y ahora te tocaba defenderte.

Ultimo combo (AMF)

Mientras lanzaba su ataque desde el bosque se pudo escuchar un grito de terror. La gente corre al lugar dejándoos a los dos como si nada para ver qué es lo que ha ocurrido. El rubio permanece serio pero no se va y se queda mirando el combate que tú estás haciendo. Parece ser un buen tipo y solo mira respirando algo agitado por el golpe anterior que se ha llevado de parte del tipo de la cresta en la cabeza con el que tú ahora estas peleando.

- Animo peliblanco, acaba con ese bastardo de una vez por todas

Te dice sonriendo de lado amistosamente.

Kaín observó con aparente indiferencia el patético avance de su herido oponente.

-No seas estúpido...- Dijo mientras se situaba de lado y se cubría con su brazo derecho, anclándose bien al suelo con los pies.- Si vuelves a golpearme, te mataré.

El hombre continuó avanzando y, cuando echó hacia atrás el puño, Kaín comprendió que no se iba a dar por vencido así que, con un suspiro, se defendió.

-¡Point Three... Armed!

Todo su cuerpo encogió de forma proporcional al mismo tiempo que su brazo derecho se hinchaba hasta alcanzar algo más de un metro de diámetro. El resto de su cuerpo, por el contrario, parecía ahora el de un adolescente acabando de desarrollarse. Su enorme brazo poseía una musculatura mayor y más poderosa, su menor estatura le daba más estabilidad al tener el centro de gravedad más bajo y su haki reforzaba aún más su defensa.

Los seis puñetazos fueron a parar al ahora enorme brazo que se interponía entre Kaín y su enemigo. La patada lateral le acertó en la cadera, pero el golpe fue bastante reducido pues la pierna impactó antes en el lateral del brazo. Por último, el codo se estrelló de nuevo contra su bloqueo. Pese a todo, su brazo derecho acabó bastante dolorido, y la cadera se quejó del golpe, pero el cazador no sufrió daños severos.

En cuanto su enemigo dejó de atacar, Kaín echó su enorme brazo hacia atrás mientras su guantelete, que había crecido de tamaño junto al brazo, cambiaba de nuevo de forma a un terrible león con la boca abierta, y adelantó el pie izquierdo. La boca del león comenzó a desprender destellos azules.

-Te lo advertí...- Dijo secamente Kaín mientras descargaba su enorme puño contra el pecho de su oponente y liberaba una enorme llamarada azul.

-¡Hades Touch! (AMF)

El tipo grita con fuerza corriendo a por ti tras haber bloqueado sus golpes, tu ataque del puño de león le impacta en el pecho haciéndolo una grave quemadura por las flamas azuladas, de la fuerza del impacto es mandado hacia atrás. Contra una casa y chocando la espalda contra la pared de esta, escupe un profundo chorro de sangre mientras ahora sus ojos se están cerrando lentamente, el tipo ha quedado inconsciente. Todo parece haber salido bien, sin embargo el tipo rubio había desaparecido de allí, te fijas de casualidad en uno de los carteles de la zona. En este se puede ver perfectamente las palabras ``Se Busca´´ el tipo de la foto no es ni más ni menos que el chico rubio. Su recompensa es de una cantidad de 100.000. Berries. Es una cantidad pequeña y no se sabe el motivo, sin embargo no parecía muy peligroso, tal vez pertenezca a una banda mayor.

Del bosque ahora llega mucha gente gritando, unos lloran y otros golpean el suelo con furia y deben de ser calmados por los vecinos. Traen el cadáver de una niña de unos doce años, es una chica morena de piel pálida y tiene marcas de arañazos en los brazos y el cuello rajado. Sus uñas están llenas de sangre y no parece ser suya, ya que tiene piel y cabellos rubios en estas. El chico rubio estaba mirándote antes del grito por lo que no ha podido ser él pero esa cría ha sido asesinada brutalmente. Al fin aparece una patrulla de unos seis marines que llegan por el otro lado del pueblo armados con sus fusiles y espadas. Han tardado mucho pero han llegado, todo parece un caos y solo hay gritos y voces. Ahora tú decides lo que hacer investigar, preguntar, golpear. Lo que hagas es tu decisión.

Lo primero que hizo en cuanto su rival cayó inconsciente fue acercarse a el rápidamente y, con un gesto de indiferencia, agarró el cuello del hombre entre sus manos y lo giró súbitamente.

Mientras se levantaba pudo escuchar gritos y ver como la gente llegaba del bosque. En un instante todo se convirtió en un caos. Kaín no pudo centrarse y pensar en que hacer hasta que vio el cadáver de la chica. Mientras la observaba, el cazador sintió como su sangre comenzaba a hervir. El no se consideraba una buena persona, pero no había nada que le molestara más que la gente que dañaba a los débiles sin motivo. Apretó el puño con fuerza y el metal de los guanteletes chirrió. En ese momento aparecieron los marines, que comenzaron a hacerse cargo de la situación. Pero eso ya no importaba a Kaín. Su mente estaba resuelta.

Se acercó más al grupo que se encontraba alrededor de la niña y tocó ligeramente el hombro del que parecía menos destrozado para llamar su atención.

-Necesito a alguien que me de toda la información posible sobre lo que acaba de suceder.- Dijo con tono serio y mirada imperturbable.- Me dedico a cazar gente, y el que haya hecho esto es mi siguiente presa.

El cazador esperaba que su declaración fuera suficiente para que la gente colaborase, pero sabía bien que la gente en situaciones desesperadas no suele actuar de un modo racional, así que, mientras esperaba respuesta, buscó con la mirada al marine al mando para hablar con el en caso de no obtener información.

Los marines se acercan observando el cuerpo de la niña frunciendo el ceño, el cabecilla es un sargento mayor. Su pelo es corto y hacia arriba de un color morado oscuro, sus ojos son azules y viste el uniforme de la marina. Este lleva como arma una guadaña plateada en su espalda amarrada. Su gesto es serio y ahora se pone a hablar con sus soldados, los cuales tras unos segundos se dirigen al bosque. Después el sargento mayor suspira y trata de calmar a todos pero en vano ya que muchos siguen con sus berrinches tras la pérdida de la pequeña niña morena.

El tipo al que le preguntas parece estar más calmado, has tenido buen ojo escogiendo, este te mira con una mirada normal e inexpresiva. Te contesta con un tono de voz muy calmado y tranquilo.

- Fuimos al bosque al escuchar gritos y la cría estaba asesinada, a su lado además había un tipo rubio de unos veinte años de ojos celestes. Ese malnacido huyó riéndose sin más, era muy veloz y no le pudieron seguir.

La descripción que te había dado concuerda con el chico rubio que trató de ayudarte en la pelea, el cual parecía muy buena gente y el cual estaba en el cartel. Ahora en una ojeada rápida puedes ver al rubio observándote desde un callejón. No es nada tonto y en cuanto nota que tu mirada le mira sale corriendo por el callejón a toda velocidad, hasta llegar a uno sin salida y se queda allí sentado con la cabeza agachada.

Por otro lado el sargento mayor termina de calmar un poco la situación y tras aquello se acerca a ti de forma tranquila.

- Perdona chico, pero necesito algo de tu tiempo para que respondas a unas cuantas preguntas.

La gente le ha dicho que tú no eres de allí y querrá interrogarte, aunque si te entretienes el rubio puede escapar. Llegados a este punto tú decides que hacer.

Kaín escuchó con calma las palabras del hombre mientras observaba a los marines y al que los dirigía que, a juzgar por sus galones, debía de tratarse de un sargento mayor, si el cazador no estaba equivocado.

-Muchas gracias, buen hombre. Decidle a la familia de esa pobre niña que me encargaré de que su asesino pague por lo que ha hecho.- Dijo en voz lo bastante alta como para que le escuchara el sargento. En ese preciso instante vio al rubio, que se escabulló rápidamente por un callejón. Un instante después el sargento le dijo que tenía unas preguntas que hacerle. Kaín sabía que no podía perder tiempo o el rubio escaparía, así que no dudó un instante.

-He visto al hombre rubio de ese cartel por aquí hace un rato, la gente dice que ha sido el. Soy un cazador de recompensas y voy a matarlo ahora mismo y cobrar su recompensa. Si quiere algo más, sargento, búsqueme dentro de un rato, ahora estoy ocupado.- Y, sin esperar a que le respondiera, Kaín utilizó su Burst para moverse a toda velocidad hasta la entrada de aquel callejón en busca del rubio. Esperaba que no hubiera huido aún, pero no guardaba demasiadas esperanzas. Aún así, mantuvo todos sus sentidos alerta.

Kaín percibió perfectamente el miedo en los ojos del rubio, pero su Haki no le advirtió de ninguna intención hostil. Aquello no podía ser. Si era un asesino tan despiadado como para hacerle aquello a una niña, debería ser una persona violenta o, al menos, tratar de defenderse. Pero aquel rubio solo trataba de calmar al cazador. Algo raro sucedía.

Kaín se acercó y asió fuertemente del brazo a aquel joven rubio y comenzó a tirar de el hacia la salida del callejón.

-Está bien, chico, voy a concederte el beneficio de la duda.- Dijo caminando lentamente.- Tienes hasta que salgamos del callejón para convencerme porque esa gente de fuera jura que ha sido alguien que encaja en tu descripción el que ha asesinado a la niña. Si no me convences en este tiempo, no me hago responsable de tu suerte en cuanto te cojan.- Kaín sabía que con aquellas palabras podría nervioso al rubio, y la gente nerviosa no sabe mentir.

La nieve comenzó a caer sobre ellos y el cazador sonrió para sus adentros.

-Un poco de nieve para acompañar una buena caza...- Murmuró para si mismo con una extraña sonrisa en el rostro.

Kaín escuchó la historia de aquel hombre sin creer una sola palabra hasta que vio el cartel. Efectivamente, el que llevaba agarrado no tenía una cicatriz. La suculenta recompensa se sumó a las ganas que ya tenía de cazar a aquel hombre, pero el sargento de la marina les cortó el paso. Kaín no era precisamente un hombre muy paciente, así que, al igual que la anterior vez, se apresuró a resolver aquello, no quería perder tiempo de caza.

Se situó frente al sargento, le arrancó al rubio el cartel de las manos y colocó el mismo al lado de su cara, soltándolo y señalando con la mano libre la cicatriz.

-Este no es el hombre. No tiene cicatriz. Son una especie de gemelos, dobles o algo parecido. Se que hay otro cartel de se busca para el, pero no quiero cobrarlo, pues creo que este hombre no es un criminal, sino un pobre diablo con muy mala estrella.- Empujó al rubio hacia el sargento.- Es tuyo por ahora. Yo voy a cazar al verdadero culpable. Pero te advierto, sargento de la marina- dijo con cierto deje de desprecio en la voz y su mirada más intimidante.- Que si este hombre no está vivo e ileso cuando yo regrese, yo seré el siguiente con un cartel de se busca... por el asesinato de un oficial de la marina.- Añadió con una sonrisa sádica en el rostro. Al igual que la anterior vez, sin esperar a que contestara, sonrió y echó a andar hacia el bosque con mucha calma.- El que avisa no es traidor, Sargento.- Añadió sin mirar hacia el. Su próximo destino era el bosque, pasando por el lugar donde había muerto la chica.

Kaín caminaba con decisión hacia su destino, ajeno a los planes del sargento de la marina, cuando escuchó los pasos del encapuchado, que resultó ser su presa. El rubio portaba una terrorífica y curiosa guadaña de tres filos de color blanco. Era, sin lugar a dudas, un arma realmente exótica y, a todas luces, difícil de manejar. Aquel hombre debía de ser un verdadero experto.

-Los cazadores nos dedicamos a cazar escorias como tu, si sales a mi encuentro, me robas parte de la gracia del trabajo.- Dijo Kaín con una sonrisa no menos sádica que la de aquel hombre pero una mirada calmada mientras la nieve comenzaba a formar montoncitos en el suelo.- Reza tus oraciones, rubio, y prepárate para morder el polvo.

El rubio se lanzó hacia el y descargó un primer tajo contra el pecho, que Kaín esquivó retrocediendo un poco. El corte al cuello lo evadió dejándose caer hacia atrás y apoyando las manos en el suelo y el dirigido a su pierna al alzar las mismas para comenzar su propio ataque, que consistió en lanzar una lluvia de patadas contra el torso y cara de su enemigo y, para terminar, se impulsó con toda la fuerza de sus brazos hacia su enemigo para hundir sus dos pies en su barbilla.

-¡Sirocco! (AF)

Tras haber evadido el ataque, el chico rubio pudo notar lo que realizabas y saltó hacia atrás rápidamente. Los golpes iban y venían en su pecho mientras gruñía de dolor recibiendo las patadas que le dabas. No parecían ser mortales pero si le propinaban buenos golpes, en un acto reflejo esquivó tu último ataque agachándose y dejando que pasaras de largo. Ahora respiraba algo agitado y no le había hecho ninguna gracia que le hubieses golpeado en el pecho, apretó su puño derecho agarrando con fuerza su guadaña de tres hojas mientras ahora se relamía. Clavó su pie en la nieve mientras te miraba a los ojos sonriéndose sádicamente con aquella macabra sonrisa.

- Me has pillado distraído pero tu destino será el mismo que el de esa chica, voy a destrozarte y a cortar tu cuello.

Aquel rubio pegó un suspiro mientras se concentraba para después sin pensárselo empezar a mover su guadaña hacia ti lanzando cortes al aire, formó portes de energía cortante de color rojo. Eran un total de tres, uno alto en vertical, otro en diagonal a tu pecho y el ultimo a tus piernas en diagonal también, nada mas realizar este ataque se quedó mirándote mientras sonreía de lado.

Triple cuchilla roja (AIF)

Kaín sonrió al ver que su rival esquivaba el final de su ataque. Era mejor de lo que cabría esperar. Iba a disfrutar de aquel combate más de lo que pensaba.

En cuanto su enemigo comenzó a hablar, Kaín metió la mano en el bolsillo y extrajo una Rumble Ball que se llevó rápidamente a la boca. En el tiempo que su enemigo hablaba, su cuerpo cambió de forma drástica. Le creció un segundo par de brazos bajo el primero, unas antenas cortas y algo gruesas en la frente y un denso exoesqueleto negro cubrió todo su cuerpo. De sus mandíbulas brotaron dos afiladas espadas, rectas como reglas, y dos alas, cortas y rígidas, inútiles para el vuelo. Su cabeza tenía ahora el aspecto de un casco de armadura. Kaín no se iba a andar con chiquitas, pensaba luchar con toda su fuerza para castigar a aquel monstruo.

-Escúchame bien, escoria. Puede que hayas segado la vida de aquella joven como si aplastaras a un insecto, pero aquí tienes un insecto que no podrás aplastar tan fácilmente. Voy a acabar con tu vida en este instante.

Los tres cortes de energía volaron directos hacia el pero, lejos de esquivarlos, Kaín se afianzó bien a tierra y activó su haki mientras se cubría con los brazos la cara y el torso. Su numantina defensa resistió los tres ataques con estoicismo y, para sorpresa de Kaín, sin demasiados daños. Al parecer su enemigo no se lo tomaba lo bastante en serio como para darlo todo en su ataque. Aquel sería un error que pagaría muy caro.

-Has cometido un terrible error al no darlo todo en ese ataque. Ahora te voy a enseñar como se pisa a un ser inferior.- Dijo mientras hincaba una rodilla en el suelo y apoyaba el puño sobre el suelo, al tiempo que sus Cestus de Nemea adoptaban la forma de cabezas de león. Su cuerpo comenzó a palpitar mientras desprendía un halo de energía roja, su pierna izquierda era envuelta por una corriente de viento en forma de pequeño tornado y todo su cuerpo comenzaba a ondularse de forma extraña, como creciendo y encogiendo al mismo tiempo.-Points One, Two, Three...- De pronto su figura se desdibujó y desapareció debido a la gran velocidad que alcanzó al moverse.- ...¡Burst!...- Salió disparado directo contra su enemigo a la máxima velocidad que podía alcanzar mientras todo su cuerpo encogía unos centímetros y su brazo derecho superior aumentaba de tamaño hasta alcanzar casi un metro de diámetro. El viento huracanado de su pierna pasó a su brazo en el momento en que Kaín descargaba su ahora enorme puño directo y rápido contra su rival. Dejando de lado el poder destructor de aquel impacto, la enorme llamarada, rodeada e impulsada por un tornado pequeño pero concentrado directo hacia su enemigo, era igualmente peligrosa.

-¡Armed Flurry Hurricane Hades Hell! (AB)

El tipo de la guadaña observaba como el peliblanco empezaba a mutar a una especie de ser parecido a un insecto, se trataba de un usuario de las frutas del diablo del tipo zoan. Este sonrió de lado al ver como sus tres estocadas eran inútiles contra la coraza de aquel insecto, sonrió de nuevo pero esta vez soltando una pequeña carcajada mientras escuchaba sus palabras. Empezó a girar su guadaña varias veces mientras sonreía de lado esperándole. De repente pudo ver como sus puños ahora eran cabezas de león y su cuerpo se difuminaba rápidamente, el rubio tragó saliva mientras ahora reía como un loco girando con más fuerza aquella guadaña formando un aura rojiza a su alrededor.
 
-          Puedes decir lo que quieras estúpido, no voy a caer aquí.
 
De repente pudo formar una especie de pared de energía roja transparente, Kain salió disparado a una velocidad impresionante pero aquel puño se estrellaría en la pared. Debido a su enorme potencia la pared solo pudo contener un poco el ataque y este la traspasó clavándose en el pecho del rubio que saltó hacia atrás por acto reflejo. Gritó de dolor mientras sentía como aquello le iba a atravesar el pecho. Tras el ataque salió disparado contra un árbol con un feo moratón en el pecho y escupiendo sangre por la boca y sangrando por el pecho. Sus ojos estaban entrecerrados mientras respiraba agitadamente observando ahora a la bestia en forma de hormiga.
 
-          De no ser por la pared de energía estaría muerto…
 
Sus ojos se pudieron rojos mientras se levantaban frunciendo el ceño, estaba con el pecho medio destrozado, rápidamente él mismo se atravesó la guadaña en el estomago. Sonriendo la sacó llena de sangre mientras la vida de aquel asesino se iba acabando, pero no sin antes darle una sorpresa a la hormiga. Lanzó un solo tajo al aire antes de caer de espaldas desangrando y muriendo al mismo tiempo que cerraba los ojos. En el aire se formó una especie de onda cortante de color rojo de un tamaño de cinco metros de altura un metro de ancho, esta salió disparada a por Kain a toda velocidad arrasando varios árboles con su energía cortante.
 
Kamikaze sangriento (AB)

Kaín se sorprendió un poco por la defensa de su enemigo, pero no podía detener su ataque, así que cargó con todo y la defensa cedió, aunque aquello salvó la vida del rubio. El cazador se disponía a hablar cuando, atónito, observó como su enemigo se atravesaba a si mismo con su arma, infligiéndose una herida mortal. Tras eso, lanzó una enorme onda cortante de color rojo intenso y, acto seguido, su vida expiró.

Kaín había vivido suficientes batallas como para saber que un ataque como ese no se bloquea así como así. Apenas tenía tiempo para reaccionar, y lo único que se le ocurrió fue la defensa que solía utilizar contra ataques poderosos últimamente, aunque no sabía si funcionaría.

Aprovechó el poco tiempo que tenía antes de que la onda lo alcanzara para saltar lo más alto que pudo mientras activaba su Point Three y su brazo diestro volvía a crecer hasta alcanzar el metro de diámetro, extendió su ahora enorme mano entre el y el ataque, y se hizo un ovillo con el haki armadura activado a máxima potencia.

El momento del impacto hizo que, pese a la dureza de sus Cestus de Nemea, su Haki y su exoesqueleto, todo su cuerpo se estremeciera con una terrible punzada de dolor pero, gracias al cielo, el metal de los Cestus no cedió, por lo que el hombre hormiga salió disparado a toda velocidad hacia atrás, con el hombro dislocado por el terrible impacto y reventando las copas de los árboles bajos en su acelerada trayectoria hasta frenar contra la pared de uno de los edificios del pueblo de la niña, quedando clavado en el.

Kaín tardó unos segundos en reaccionar y, cuando lo hizo, sintió un dolor terriblemente intenso en el hombro. Al parecer el golpe se lo había roto. Volvió a su forma humana, al igual que sus Cestus volvían a su forma normal, y se dejó caer hacia delante, de rodillas, frente al agujero en la pared. El estruendo del golpe había sido demasiado grande como para que nadie lo escuchara. El cazador podía moverse e incluso seguir luchando si era necesario, pero prefería que alguien le ayudara en aquellos momentos.

-          Lo has conseguido, te lo agradezco mucho.
 
Sonó una voz a tu lado, pudiste ver que era el chico rubio de antes, el que se parecía mucho al que acababas de derrotar. Se había escapado del marine y había logrado localizarte, los marines estaban ya en alta mar pensando que lo tenían. Cuando le metieron en una jaula, a un recluta torpe se le olvidó cerrar y este salió tirándose al mar. Se podían ver sus ropas empapas y que tenía una expresión de frio. Te estaba muy agradecido ya que a su lado llegaron varios lugareños, unos fueron al bosque y confirmaron que había otro asesino. Ahora su cuerpo era tuyo y estaba listo para que te lo llevases y cobrases por él.
 
El rubio se te acerca y empieza a colocarte en pie mientras te sonríe agradecido, el resto del pueblo aplaude tu buena obra. El tiempo empezó a mejorar despacio, sin embargo hay gente triste como los familiares de la niña como es normal. El chico rubio empieza a sacudir tus ropas de nieve tratando de ayudarte para después dirigirse a ti con una sonrisa.
 
-          Siempre te recordare, has salvado mi identidad y es algo que te agradezco mucho, ahora por fin quitaran ese cartel de mi cara. Espero que el dinero de ese tipo te sea muy útil.
 
La gente comienza a irse tras un aplauso que te dieron, habían dejado allí el cuerpo para que te lo llevaras. El rubio te observa tranquilamente y se le ve feliz, parece ser que has completado tu objetivo brujo del norte, enhorabuena por todo tu esfuerzo y por tu merecido premio. Ahora estarás deseando cobrar esa deliciosa recompensa del rubio, tu viaje al reino de sakura ha concluido, eres un hombre grande con sueños grandes, ahora tú decides que hacer.

Kaín no pudo evitar sentirse bien ante la efusividad de los ciudadanos, pero los rostros tristes de los familiares de la niña lo sacaron de su ensoñación.

-Se que no se puede comparar con lo que habéis perdido... Pero quiero que os quedéis con un millón de berries de la recompensa, no es mucho, pero espero que pueda ayudaros.- Tras esas palabras, sin esperar respuesta, como solía hacer, Kaín se giró, se aseguró de partir el cuello de su enemigo por si acaso, lo alzó, se lo cargó al hombro izquierdo y echó a andar. Se detuvo frente al rubio y le dedicó una media sonrisa.

-Espero que te vaya mejor de ahora en adelante, amigo. No has debido de tener una vida fácil, espero habértela simplificado un poco.

El cazador se fue directo al cuartel más cercano para cobrar la recompensa de su presa antes de que nada pudiera quitársela o amargarle más el día. Acto seguido iría a entregar el millón a la familia de la chica y luego se iría de aquella isla.

(Renuncio voluntariamente a un millón de berries de la recompensa para ser fiel a la personalidad de mi pj xd)

Hola, yo seré el encargado de valorar el rol. Antes de nada, disculpa la demora y te agradecemos la paciencia tenida. Dicho esto, vamos allá.

El rol me ha gustado bastante, y creo que ha tenido un nivel bastante alto, así que te doy 1750 puntos de exp de los 2000 posibles. Drake, recibes 788 puntos de experiencia, correspondiente al 45% obtenida por Kaín al obtener el suplemento.

Recibes 24.000.000 berries, ya que has renunciado voluntariamente a un millón, por la recompensa del tipo rubio.

Un saludo, el payaso bufón.

EDIT: Las fichas se actualizarán lo antes posible.