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Me encuentro caminando por las calles de Water Seven en la zona comercial, no me interesa ir a los astilleros en este momento ya que estará repleto de gente y molestarían mis intereses, y estando solo no podré hacer lo que pretendo con la cantidad de gente que se suelen juntar en los astilleros a estas horas. Sigo caminando tratando de resguardarme de la luz del sol que entra por entre los edificios iluminando mi falsa piel, una piel que sólo sirve para disimular la naturaleza metálica de gran parte de mi cuerpo. Son las dos de la tarde y el sol pega fuerte mientras que yo voy sin camiseta y con la cara descubierta, arriesgándome a cruzarme con alguien que pretenda entregarme a la marina por mi recompensa pero aunque me encuentren no les pondré fácil el capturarme.
Mis pasos me llevan hacia una especie de restaurante pero al no tener hambre lo ignoro y sigo mi camino como si no estuviera ahí mientras a mi alrededor varios críos corren, gritan y empujan a la gente, algo que no me importa ya que no me han molestado a mí ni lo harán por mucho que quieran. Camino con las manos en los bolsillos mientras los chiquillos se van acercando a mí y de pronto escucho un golpe seco y varios gritos diciendo -Tú maldito pide perdón por pegarle a nuestro amigo si no quieres salir herido.- Me detengo en seco y me giro sin cambiar mi expresión facial para decir -¿Disculparme? Porqué habría de disculparme si fue la basura de vuestro amigo el que chocó conmigo. Si no queréis salir vosotros malheridos os recomiendo dar media vuelta y largaos enseguida.- Mi rostro no muestra absolutamente ninguna emoción pero los chiquillos lo interpretan como que voy de farol. Como resultado a ese error todos se lanzan a golpearme mientras yo me mantengo quieto sin mover un músculo viendo como sus pequeños puños golpeaban mi cuerpo de metal y como ellos luego se quejan de dolor en los puños hasta que uno dice
-¿De qué está hecho tu cuerpo maldito monstruo?- Mi mirada sigue igual que antes mientras digo -Parte de lo mismo que el vuestro, parte de acero y este brazo de grafeno.- Mientras digo esto último saco las garras y atravieso la garganta del chaval que me dirigió la palabra para preguntar. Sin dejar que los demás puedan huir me lanzo hacia ellos y los mato a golpes sin usar ninguna de mis mejoras ya que sería un uso innecesario de armas. Al acabar con los críos dejo los cuerpos tirados en el suelo y continuo caminando como si no hubiese pasado nada.
Mis pasos me llevan hacia una especie de restaurante pero al no tener hambre lo ignoro y sigo mi camino como si no estuviera ahí mientras a mi alrededor varios críos corren, gritan y empujan a la gente, algo que no me importa ya que no me han molestado a mí ni lo harán por mucho que quieran. Camino con las manos en los bolsillos mientras los chiquillos se van acercando a mí y de pronto escucho un golpe seco y varios gritos diciendo -Tú maldito pide perdón por pegarle a nuestro amigo si no quieres salir herido.- Me detengo en seco y me giro sin cambiar mi expresión facial para decir -¿Disculparme? Porqué habría de disculparme si fue la basura de vuestro amigo el que chocó conmigo. Si no queréis salir vosotros malheridos os recomiendo dar media vuelta y largaos enseguida.- Mi rostro no muestra absolutamente ninguna emoción pero los chiquillos lo interpretan como que voy de farol. Como resultado a ese error todos se lanzan a golpearme mientras yo me mantengo quieto sin mover un músculo viendo como sus pequeños puños golpeaban mi cuerpo de metal y como ellos luego se quejan de dolor en los puños hasta que uno dice
-¿De qué está hecho tu cuerpo maldito monstruo?- Mi mirada sigue igual que antes mientras digo -Parte de lo mismo que el vuestro, parte de acero y este brazo de grafeno.- Mientras digo esto último saco las garras y atravieso la garganta del chaval que me dirigió la palabra para preguntar. Sin dejar que los demás puedan huir me lanzo hacia ellos y los mato a golpes sin usar ninguna de mis mejoras ya que sería un uso innecesario de armas. Al acabar con los críos dejo los cuerpos tirados en el suelo y continuo caminando como si no hubiese pasado nada.
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El rubio se encontraba en un bar de aquella isla. Estaba en la barra, sentado tomándose un vaso de vino. No parecía haber mucho ambiente en el bar y tan solo unas diez personas llenaban el local. La mirada de Koga era severa y seria mientras daba pequeños sorbos aquel vaso del líquido carmesí del que tanto le gustaba probar. Estaba en aquel sitio de visita pues se había aburrido de su investigación en el East Blue y ya lo seguiría investigando más tarde, ya había estado en la isla de Dawn donde había estado en las montañas corvo y en el reino de Goa. También en las villas y por el mar. Aquella isla era famosa por sus canales de agua y por sus carpinteros. Había llegado en un pequeño bote y no tenía nada que hacer por lo que una vez había visto un poco la isla se estaba tomando un pequeño descanso. De repente el camarero se acercó despacio con una expresión tranquila.
Era un hombre anciano de unos cincuenta años, su pelo era canoso y largo y el color de sus ojos era de un tono ámbar. Su vestimenta consistía en una camisa de color blanca y unos vaqueros de color azul. En sus pies llevaba unas botas y parecía dirigir sus palabras hacia el rubio de forma calmada.
- Disculpe señor, aún no ha pagado el vino que se está tomando y aquí primero se paga así que si no le importa son 130 berries.
La mirada del devastador se fijó en el hombre que le pedía que pagara, una sonrisa arrogante y sádica apareció en su rostro de repente y tras una pequeña carcajada golpeó la botella de vino con el codo tirándola al suelo y después la copa. La poca gente que había se levantó al ver aquello observando al tipo que iba de listo. Koga se levantó con si imponente altura observando aquel hombre. La ropa del devastador consistía en una camisa morada con los dos primeros botones abiertos, una abrigo negro con plumas blancas en los bordes. En sus piernas un pantalón negro y unas botas negras. En sus oídos llevaba una especie de cascos pero los tenía apagados y no escuchaba nada. Sus ojos miraban fijamente aquel tipo y de pronto comenzó a hablarle en un tono de chulería.
- Cállate insecto, no sabes en presencia de quien estas así que será mejor que te des la vuelta y me traigas otra botella antes de que te mande al mas allá antes de tiempo.
El anciano frunció el ceño y se giro con la cabeza agachada, el enorme espadón que tenía en su espalda intimidó aquel pobre hombre y los demás no se atrevían a meterse. De repente un tipo con sombrero negro y trajeado se levantó de su sitio. Su pelo era corto y rojo oscuro y sus ojos dorados. En sus manos poseía una pistola y ahora esta apuntaba al rubio. La voz de este hombre salió de sus labios dirigiéndose al alto devastador.
- Déjate de bravuconadas y paga de una vez, no te conviene hacer enfadar a un agente del CP2.
- Oh, por fin un poco de diversión, ya me empezaba a aburrir en esta patética isla. Un agente del gobierno solo es un mosquito en mi camino que debe ser aplastado sin piedad.
Continuó Koga con una sádica sonrisa y un tono grave pero engreído y provocante. Llegó la mano a su enorme espadón con una elegancia fuera de lo común para después sacara aquella enorme arma que hizo que el agente del gobierno frunciera el ceño. Parecía que aquello iba a ser un combate en toda regla. No estaba en los planes del devastador obtener precio por su cabeza pero no se iba a dejar achantar por nadie. El combate estaba a punto de empezar y la gente observaba impresionada deseando ver qué pasaba. Todos parecían ir con el agente pues la actitud del rubio allí había molestado al personal del bar.
Era un hombre anciano de unos cincuenta años, su pelo era canoso y largo y el color de sus ojos era de un tono ámbar. Su vestimenta consistía en una camisa de color blanca y unos vaqueros de color azul. En sus pies llevaba unas botas y parecía dirigir sus palabras hacia el rubio de forma calmada.
- Disculpe señor, aún no ha pagado el vino que se está tomando y aquí primero se paga así que si no le importa son 130 berries.
La mirada del devastador se fijó en el hombre que le pedía que pagara, una sonrisa arrogante y sádica apareció en su rostro de repente y tras una pequeña carcajada golpeó la botella de vino con el codo tirándola al suelo y después la copa. La poca gente que había se levantó al ver aquello observando al tipo que iba de listo. Koga se levantó con si imponente altura observando aquel hombre. La ropa del devastador consistía en una camisa morada con los dos primeros botones abiertos, una abrigo negro con plumas blancas en los bordes. En sus piernas un pantalón negro y unas botas negras. En sus oídos llevaba una especie de cascos pero los tenía apagados y no escuchaba nada. Sus ojos miraban fijamente aquel tipo y de pronto comenzó a hablarle en un tono de chulería.
- Cállate insecto, no sabes en presencia de quien estas así que será mejor que te des la vuelta y me traigas otra botella antes de que te mande al mas allá antes de tiempo.
El anciano frunció el ceño y se giro con la cabeza agachada, el enorme espadón que tenía en su espalda intimidó aquel pobre hombre y los demás no se atrevían a meterse. De repente un tipo con sombrero negro y trajeado se levantó de su sitio. Su pelo era corto y rojo oscuro y sus ojos dorados. En sus manos poseía una pistola y ahora esta apuntaba al rubio. La voz de este hombre salió de sus labios dirigiéndose al alto devastador.
- Déjate de bravuconadas y paga de una vez, no te conviene hacer enfadar a un agente del CP2.
- Oh, por fin un poco de diversión, ya me empezaba a aburrir en esta patética isla. Un agente del gobierno solo es un mosquito en mi camino que debe ser aplastado sin piedad.
Continuó Koga con una sádica sonrisa y un tono grave pero engreído y provocante. Llegó la mano a su enorme espadón con una elegancia fuera de lo común para después sacara aquella enorme arma que hizo que el agente del gobierno frunciera el ceño. Parecía que aquello iba a ser un combate en toda regla. No estaba en los planes del devastador obtener precio por su cabeza pero no se iba a dejar achantar por nadie. El combate estaba a punto de empezar y la gente observaba impresionada deseando ver qué pasaba. Todos parecían ir con el agente pues la actitud del rubio allí había molestado al personal del bar.
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El joven de negros cabellos se encuentra sentado en una mesa, en un rincón del bar, en su mesa una simple botella de sake y un pequeño vaso lleno de ese licor transparente que tanto agrada al paladar del joven. Sus ojos castaños fijan una mirada calmada y serena en el entorno, un hombre extraño, de extravagantes vestimentas y con un genio muy imponente y explosivo se dirige a todos de una forma poco correcta e incluso ofensiva, sin embargo el joven Ugetsu permanece sentado y toma el vaso para darle un trago al licor. Su gesto es sutil y suave, en su lado reposa una katana larga, mientras que en la mesa, cerca de su mano reposan tres espadas cortas. De pronto, el joven rubio de carácter explosivo empieza una pelea con lo que parece ser un agente del gobierno, uno de esos descerebrados lameculos que solo sirven para oprimir y asesinar a las personas que desean ser libres del control del gobierno. La situación se pone interesante, mientras Ugetsu empieza a cambiar de personalidad, su rostro muestra una siniestra y cruel sonrisa mientras el entorno empieza a cubrirse de una extraña niebla azulada, como si por arte de magia el aire se hubiera coloreado.
|~Vaya, vaya...con que en este bar hay un perro sarnoso que carece de neurona alguna y sirve al gobierno...~| Dice el joven justo antes de terminarse el vaso de sake y levantarse tomando las espadas cortas y colocándolas en el interior de su traje. Al mismo tiempo toma la katana larga que hay apoyada en la mesa y la cuelga en su espalda. Ahora se le ve un joven de estatura media, con ojos castaños y cabellos negros, cortos y algo desordenados. Su vestimenta consiste en un traje negro, camisa azul y corbata negra. Su intención en ese momento es provocar al agente del gobierno, a ver que hace. Eso tiene su resultado, pues aquél hombre, ataviado con un traje y sombrero, ambos negros, y con una pistola en la mano se gira hacia el joven Asari apuntándole con el arma. |~Veo que la estupidez es contagiosa y que aquí se propaga rápido, ¿no mocoso?~| Dice el hombre mientras se acerca, en ese momento la mentalidad de Asari es completamente distinta a la normal, este introduce su mano derecha en el bolsillo de su chaqueta, extrayendo del mismo una pluma roja, como si de una pluma del ave fénix se tratara. |~Jajajajaja, piensa combatir con una pluma el muy inepto, jajajajajaja~| Gritan y ríen a carcajada todos los presentes que parecen estar del lado del agente del gobierno. Sin embargo, todos se callan cuando el joven gira la pluma señalando la punta de la misma hacia arriba, para que justo en ese instante la pluma deje de ser pluma y se convierta en espada, una katana de filo rojo y contrafilo azul como el cielo lluvioso, una guardia circular, de color plata y con dos golondrinas grabadas y una empuñadura púrpura como la noche. |~Veamos quien es el inepto ahora, cretinos.~| Dice el joven mientras el ambiente se envuelve en la niebla que tiene un color más intenso, lo que complica la visión, como en un día de lluvia. En ese momento el joven aprovecha para moverse raudo por la estancia, conforme pasa al lado de las personas ,as va degollando uno a uno, dejando un suelo carmesí en la taberna. El tabernero y el agente desconocen la situación, solo pueden intuirala por el sonido de cuerpos caer, ocho personas caen a manos del joven Ugetsu, ahora solo quedan el tabernero y el agente. En un ágil movimiento lanza las tres espadas cortas que se clavan una en cada pulmón y otra en la tráquea del tabernero. Luego de recogerlas deja el hombre agonizar entre dolor y sufrimiento. |~¿Que ocurre agente? ¿No sabe como encontrarme? Ahora quién es el inepto. Jajajajajaja.~| Dice entre la niebla el joven espadachín mientras se mueve sigiloso de un lado a otro, jugando con el rival, cual depredador con su presa.
|~Vaya, vaya...con que en este bar hay un perro sarnoso que carece de neurona alguna y sirve al gobierno...~| Dice el joven justo antes de terminarse el vaso de sake y levantarse tomando las espadas cortas y colocándolas en el interior de su traje. Al mismo tiempo toma la katana larga que hay apoyada en la mesa y la cuelga en su espalda. Ahora se le ve un joven de estatura media, con ojos castaños y cabellos negros, cortos y algo desordenados. Su vestimenta consiste en un traje negro, camisa azul y corbata negra. Su intención en ese momento es provocar al agente del gobierno, a ver que hace. Eso tiene su resultado, pues aquél hombre, ataviado con un traje y sombrero, ambos negros, y con una pistola en la mano se gira hacia el joven Asari apuntándole con el arma. |~Veo que la estupidez es contagiosa y que aquí se propaga rápido, ¿no mocoso?~| Dice el hombre mientras se acerca, en ese momento la mentalidad de Asari es completamente distinta a la normal, este introduce su mano derecha en el bolsillo de su chaqueta, extrayendo del mismo una pluma roja, como si de una pluma del ave fénix se tratara. |~Jajajajaja, piensa combatir con una pluma el muy inepto, jajajajajaja~| Gritan y ríen a carcajada todos los presentes que parecen estar del lado del agente del gobierno. Sin embargo, todos se callan cuando el joven gira la pluma señalando la punta de la misma hacia arriba, para que justo en ese instante la pluma deje de ser pluma y se convierta en espada, una katana de filo rojo y contrafilo azul como el cielo lluvioso, una guardia circular, de color plata y con dos golondrinas grabadas y una empuñadura púrpura como la noche. |~Veamos quien es el inepto ahora, cretinos.~| Dice el joven mientras el ambiente se envuelve en la niebla que tiene un color más intenso, lo que complica la visión, como en un día de lluvia. En ese momento el joven aprovecha para moverse raudo por la estancia, conforme pasa al lado de las personas ,as va degollando uno a uno, dejando un suelo carmesí en la taberna. El tabernero y el agente desconocen la situación, solo pueden intuirala por el sonido de cuerpos caer, ocho personas caen a manos del joven Ugetsu, ahora solo quedan el tabernero y el agente. En un ágil movimiento lanza las tres espadas cortas que se clavan una en cada pulmón y otra en la tráquea del tabernero. Luego de recogerlas deja el hombre agonizar entre dolor y sufrimiento. |~¿Que ocurre agente? ¿No sabe como encontrarme? Ahora quién es el inepto. Jajajajajaja.~| Dice entre la niebla el joven espadachín mientras se mueve sigiloso de un lado a otro, jugando con el rival, cual depredador con su presa.
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Estaba ya a punto de alejarme del todo de aquél lugar bañado en la sangre de los críos insolentes que osaron interponerse en mi camino y molestarme, pero algo ocurrió que me hizo detenerme en seco y mirar al bar que estaba a mi lado. Una espesa nube de color azulado empieza a salir por la puerta y el inconfundible sonido de cuerpos inertes cayendo al suelo por lo que la intriga inunda mi mente y me hace caminar hacia el interior de esa estructura destinada a emborrachar a la gente y en algunos casos alimentarla. Estaba dispuesto a ver qué demonios ocurría y de donde venía aquella extraña niebla, una niebla que no era normal ni mucho menos dentro de una taberna. Mis pasos resonaban por la calle y al llegar a la puerta ya con la visión térmica de mis ojos activada vi como un cuerpo caía al suelo y otro sacaba lo que parecían tres espadas de su cuerpo. Quería divertirme y el ambiente parecía indicado ya que había otro en la taberna, debido al gas no podía saber qué era pero pronto lo averiguaría.
Me encaminé recto hacia la barra para coger una botella de sake y beberla de un trago antes de decir -Vaya, esto me complicará las cosas. Había escuchado que aquí tenían información sobre el malnacido de mi padre marine, un asqueroso sirviente del putrefacto gobierno actual. Con todos muertos no podré saber si eso es verdad.- Mi mirada se centra en la figura que estaba de pie junto a la puerta que dijo -Otra rata inmunda se une a la lista de los muertos por rebelión. Eres un mocoso insolente que ha delatado su posición demasiado rápido.- Tras sus palabras se escuchó un disparo que fue seguido por un largo silencio, como si la bala hubiese desaparecido. Miré con sadismo a ese sujeto y dije -¿Decías algo cucaracha insignificante? Por lo que dices no eres más que una sucia marioneta del gobierno, usada para asesinar a la gente sin que esos cobardes se manchen las manos de sangre.-
Levanto los puños adoptando la guardia de boxeo mientras me muevo ligero, sobrevolando el suelo para no hacer ruido y acercarme rápida y silenciosamente al criminal para luego atizarle en la cara un fuerte puñetazo en la cara mandándolo a volar contra una pared pero aún vivo.
Me encaminé recto hacia la barra para coger una botella de sake y beberla de un trago antes de decir -Vaya, esto me complicará las cosas. Había escuchado que aquí tenían información sobre el malnacido de mi padre marine, un asqueroso sirviente del putrefacto gobierno actual. Con todos muertos no podré saber si eso es verdad.- Mi mirada se centra en la figura que estaba de pie junto a la puerta que dijo -Otra rata inmunda se une a la lista de los muertos por rebelión. Eres un mocoso insolente que ha delatado su posición demasiado rápido.- Tras sus palabras se escuchó un disparo que fue seguido por un largo silencio, como si la bala hubiese desaparecido. Miré con sadismo a ese sujeto y dije -¿Decías algo cucaracha insignificante? Por lo que dices no eres más que una sucia marioneta del gobierno, usada para asesinar a la gente sin que esos cobardes se manchen las manos de sangre.-
Levanto los puños adoptando la guardia de boxeo mientras me muevo ligero, sobrevolando el suelo para no hacer ruido y acercarme rápida y silenciosamente al criminal para luego atizarle en la cara un fuerte puñetazo en la cara mandándolo a volar contra una pared pero aún vivo.
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Barullo, gritos, peleas y cantos. Un bar lleno de piratas y ciudadanos indeseados que arman demasiado jaleo, en la barra se encuentra sentado un hombre aparentemente débil y enfermo, su cabellera albina se extiende hasta la mitad de su espalda, se encuentra suelta cubriendo la parte posterior de la capa que cubre su vestimenta, su mirada fija en una pequeña copa de licor, algo que el camarero se negaba a darle y cada copa que pide parece requerirle una enorme discusión con el mismo, pues lo toma por un enfermo que no debería consumir alcohol, pero el hombre no está enfermo ni mucho menos. Su arma se encuentra posada a su lado apoyada en la barra, una enorme espada similar a una guadaña, nadie cree que sea suya, pero eso no es algo que le importe o moleste, simplemente no le agrada tener que andar explicando y peleando por una mísera copa de licor. |~Tráigame una botella de su mejor licor, sake a ser posible.~| Ordena el hombre con una voz fría y severa, casi cruel. Su mirada aún fija en la copa mientras espera a que el camarero le traiga su copa un sujeto bastante molesto se sienta a su lado. |~Buenas, ¿te interesa…?~| Empieza a hablar |~Si sigues la frase mueres.~| Corta Shiroi con una voz escalofriante. |~¿Te interesa un amigo?~| Termina el sujeto pensando que la amenaza de Shiroi era simplemente por evitarse charlas vanas. Shiroi toma la enorme espada con una sola mano y la balancea cortando al tipejo en dos dejando el suelo lleno de sangre. |~Te lo advertí.~| Dice el peliblanco mientras el camarero deja la botella de sake delante suya y él apoya la enorme espada sobre la barra que se mancha de la sangre que gotea del filo de la espada.
De pronto una espesa niebla, o algo similar, cubre el lugar, como si de pronto se hubiera creado gas allí. |~¿Pero qué coño…?~| Dice el camarero mientras ve como la niebla se esparce, cuerpos caen uno tras otro, una voz dice que está en contra de los agentes que siguen ciegamente y a pies juntilla las órdenes del gobierno, alguien que opina como el sujeto en la barra, no le hace mucha falta ver para lograr pelear, el oído es un buen localizador también. Pero pronto se da cuenta de que los cuerpos caen rápidamente, un halo de luz indica la entrada de un nuevo tipo al local, pero parece estar de acuerdo con la matanza y con el pensamiento sobre la marina y los CP. El hombre se levanta y toma su arma con una mano mientras se termina toda la botella con la otra, un susurro en su oído le indica que hay un graciosillo a su derecha, al cual elimina con un rápido corte de su arma. |~Bueno, creo que ya están todos, solo queda el que está hecho tortilla en la pared. ¿Qué os parece si nos encargamos de él los tres?~| Dice mientras se encamina hacia la pared asombrosamente bien orientado.
De pronto una espesa niebla, o algo similar, cubre el lugar, como si de pronto se hubiera creado gas allí. |~¿Pero qué coño…?~| Dice el camarero mientras ve como la niebla se esparce, cuerpos caen uno tras otro, una voz dice que está en contra de los agentes que siguen ciegamente y a pies juntilla las órdenes del gobierno, alguien que opina como el sujeto en la barra, no le hace mucha falta ver para lograr pelear, el oído es un buen localizador también. Pero pronto se da cuenta de que los cuerpos caen rápidamente, un halo de luz indica la entrada de un nuevo tipo al local, pero parece estar de acuerdo con la matanza y con el pensamiento sobre la marina y los CP. El hombre se levanta y toma su arma con una mano mientras se termina toda la botella con la otra, un susurro en su oído le indica que hay un graciosillo a su derecha, al cual elimina con un rápido corte de su arma. |~Bueno, creo que ya están todos, solo queda el que está hecho tortilla en la pared. ¿Qué os parece si nos encargamos de él los tres?~| Dice mientras se encamina hacia la pared asombrosamente bien orientado.
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Los cuerpos van cayendo uno tras otro, el suelo empieza a mancharse de un rojo carmesí, la espesa niebla le impide al agente del gobierno acertar al joven espadachín, pero parece ser que es más llamativa de lo que pensaba, pues de pronto un resplandor inunda el local para luego extinguirse, todo encaja con alguien que entra en el local, pero ese sujeto parece estar en contra del gobierno, al igual que Ugetsu, pues nada más entrar dice que busca a un sarnoso marine que era su padre, y manda a volar a otro que le recrimina por sus palabras, seguramente el agente pues ya no se le nota en el ambiente. Pero por otra parte hubo otra intromisión, un hombre que tras hacer lo mismo que el joven Ugetsu también se proclama en contra del gobierno, y que ya solo queda el moribundo que voló a causa del golpe del que recién llega. El joven vuelve a posarse en el suelo en su forma humana retirando todo el gas de la localidad, ahora puede ver que la taberna se define mejor como un cementerio de beodos, pues entre las decenas de cuerpos inertes tirados por todos lados y el carmesí de la sangre bañando y pintando el suelo solo da a entender esa definición.
|~A mí no me parece tan mala idea…~| Dice mientras guarda sus armas en sus fundas y se sienta a la barra tomando de dentro una botella de sake para luego destaparla y mientras la alza a modo de brindis |~Vamos, aprovechemos y bebamos todo lo que queramos, total, nadie nos va a cobrar.~| Dice justo antes de soltar una sonora carcajada y darle un buen trago a la botella mientras observa a los presentes con sus ojos castaños.
|~A mí no me parece tan mala idea…~| Dice mientras guarda sus armas en sus fundas y se sienta a la barra tomando de dentro una botella de sake para luego destaparla y mientras la alza a modo de brindis |~Vamos, aprovechemos y bebamos todo lo que queramos, total, nadie nos va a cobrar.~| Dice justo antes de soltar una sonora carcajada y darle un buen trago a la botella mientras observa a los presentes con sus ojos castaños.
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Me divierto tumbando a idiotas inconscientes que desconocen su propio poder y que pelean contra gente que claramente les supera, pero lo que más me divierte es que estoy tumbando a esclavos del gobierno que se creen que protegen la justicia cuando son simplemente los asesinos del gobierno que tienen permiso para matar a los que el gobierno considera criminales. Por otro lado mucha gente considera que el propio gobierno está lleno de asesinos y criminales que en lugar de ser encerrados son premiados por sus delitos con ascensos y condecoraciones. Mi mirada ahora se dirige al que parece ser el causante de la espesa niebla que inundó el lugar y un extraño peliblanco cargado con una espada exageradamente grande para su tamaño, pero yo no soy quien para juzgar el arma que cada uno decide llevar. El peliblanco sugiere encargarnos entre los tres del sujeto de la pared algo que no es del todo mala idea pero antes tengo que preguntarle unas cuantas cosas sobre mi padre, luego podrían matarlo como quieran. El pelinegro salta la barra y se sirve él solo una botella de sake, algo que yo también hago pero con un barril de sake que me llevaré a mi edificio central de operaciones.
Mi atención vuelve al sujeto de la pared al cual me acerco sacando las garras de mi puño izquierdo mientras mi mirada se vuelve más seria y cruel. Me agacho delante de él y le digo – Si no quieres sufrir será mejor que me contestes con sinceridad. ¿Sabes dónde puedo encontrar a un marine llamado Ryuma Vongola? – El sujeto se queda pasmado al escuchar ese nombre y se le pone la cara pálida antes de contestar – Lamentablemente solo sé que es un vice-almirante muy poderoso pero eso es todo, su paradero solo lo conocen los altos cargos de la marina y del gobierno y si tengo que comunicarle algo uso un den den mushi. ¿Pero de qué conoces tú a ese marine tan importante? – Mi mirada se llena de ira cuando le respondo – Ese canalla es mi padre y me traicionó cuando era pequeño. Ya he conseguido lo que quería, ahora muere. – Dicho esto le clavo las garras en la garganta y giro la mano destrozando su tráquea y las venas imposibilitando cualquier recuperación. Miro a los otros y digo – Siento haberos quitado la diversión, pero me resultó tan inútil que no pude controlarme. Ahora si como he visto ninguno estáis de acuerdo con lo que hace el gobierno uniros a mí y vivamos al margen de la ley mientras vemos caer a los canallas. – Me levanto y camino hacia la puerta tranquilo dispuesto a buscar cualquier cosa mejor que hacer.
Mi atención vuelve al sujeto de la pared al cual me acerco sacando las garras de mi puño izquierdo mientras mi mirada se vuelve más seria y cruel. Me agacho delante de él y le digo – Si no quieres sufrir será mejor que me contestes con sinceridad. ¿Sabes dónde puedo encontrar a un marine llamado Ryuma Vongola? – El sujeto se queda pasmado al escuchar ese nombre y se le pone la cara pálida antes de contestar – Lamentablemente solo sé que es un vice-almirante muy poderoso pero eso es todo, su paradero solo lo conocen los altos cargos de la marina y del gobierno y si tengo que comunicarle algo uso un den den mushi. ¿Pero de qué conoces tú a ese marine tan importante? – Mi mirada se llena de ira cuando le respondo – Ese canalla es mi padre y me traicionó cuando era pequeño. Ya he conseguido lo que quería, ahora muere. – Dicho esto le clavo las garras en la garganta y giro la mano destrozando su tráquea y las venas imposibilitando cualquier recuperación. Miro a los otros y digo – Siento haberos quitado la diversión, pero me resultó tan inútil que no pude controlarme. Ahora si como he visto ninguno estáis de acuerdo con lo que hace el gobierno uniros a mí y vivamos al margen de la ley mientras vemos caer a los canallas. – Me levanto y camino hacia la puerta tranquilo dispuesto a buscar cualquier cosa mejor que hacer.
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El peliblanco conocido como La Parca Albina, se encuentra sentado a la barra bebiendo algo de sake sin importarle que sea hurto, robo o apropiación indebida de pertenencias ajenas, no hay nadie que pueda denunciarlo y nunca nadie creería que un agente del gobierno robaría a un tabernero cuando tienen un buen sueldo. El chico de negros cabellos que se sienta a su lado también parece de acuerdo con la idea de encargarse del desgraciado convertido en tortita de la pared en conjunto, pero el otro solicita tiempo para preguntarle por un tema que le interesa, al parecer busca un hombre con mucho poder en la marina, algo poco habitual, pues normalmente la gente que actúa de esa forma busca esquivarlos, al menos al principio, pero luego se explica esa búsqueda, resulta que ese marine traicionó al joven, que es su hijo, y por eso desea vengarse de él. Al terminar el interrogatorio el joven que no parece ser del todo humano, le clava unas garras en el cuello y voltea la mano rompiéndole tanto la tráquea como venas, arterias y capilares que provocarían una seria hemorragia que acaba con su vida sin remedio alguno. Luego el otro se disculpa por haberles quitado la diversión y les dice de unirse a él pues todos están en contra del gobierno.
El albino toma un trago y mira tranquilo al chico, no tendría muchos años, sería bastante más joven que el propio Shiroi. |~Me encantaría poder unirme a más gente contraria al gobierno, pero de momento prefiero ir por mi cuenta, no sé bien como lo haré pero es la mejor forma de que consiga un objetivo propio, pero cualquier cosa cuenten conmigo, lucharé contra los que rigen el gobierno para cambiarlo, pero lo haré desde dentro.~| Dice el agente del gobierno con una voz tranquila y serena.
El albino toma un trago y mira tranquilo al chico, no tendría muchos años, sería bastante más joven que el propio Shiroi. |~Me encantaría poder unirme a más gente contraria al gobierno, pero de momento prefiero ir por mi cuenta, no sé bien como lo haré pero es la mejor forma de que consiga un objetivo propio, pero cualquier cosa cuenten conmigo, lucharé contra los que rigen el gobierno para cambiarlo, pero lo haré desde dentro.~| Dice el agente del gobierno con una voz tranquila y serena.
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El joven espadachín observa el local, acontecimiento tras acontecimiento los cuerpos se acumulan, hasta que reside la propuesta de divertirse los tres con el único que resta con vida, pues en pie no se encuentra. El último en llegar es el primero en moverse e interrogar al miembro del gobierno, y cuando termina, aparentemente sin el éxito esperado, lo mata de un golpe. La verdad es que poco le importa al joven Asari la muerte de aquél engendro de la naturaleza contrario a la justicia verdadera y a los principios que él mismo tiene. Así pues se empieza a mover hacia la barra, y tras tomar un par de botellas, se sienta junto a los dos que están allí hablando de unirse para destruir a la corrupta forma de gobierno que reina en el mundo.
|~Cuenten conmigo, os ayudaré con todo lo que tengo.~|
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