El Amanecer y el Suspiro [Ryo y Shun]

Shun observó el horizonte, sentado sobre sus piernas con una expresión de calma y serenidad en su rostro. Inspiró lentamente y dejó que el aroma de la isla inundase sus pulmones. Estaba en el borde de la cima de la montaña, observando la vegetación bajo esta y el sol naciente saliendo por el horizonte. Sonrió levemente durante un momento ante la belleza de la imagen, y reteniendo esta en su mente, cerró los ojos y comenzó a meditar como hacía todos los días. Había muchos temas y vivencias de su pasado que le torturaban, pero dedicar un rato cada día a relajarse y reflexionar le hacían mantenerse en paz consigo mismo. Una vez consideró que había logrado calmarse y dejar de lado las pesadillas que le asaltaban cada noche, en las que veía su hogar en llamas y a su familia muerte, dedicó un pensamiento en honor a su memoria y se puso en pie. La vida seguía, al fin y al cabo, y debía dejar pasar todo aquello. Su gente ya había sido vengada.

Caminó hacia uno de los patios del templo, con el ruido de sus sandalias de madera resonando contra la roca de la montaña. Apoyó una mano en la funda de su katana y se ajustó las gafas con la otra. Iba vestido con su hakama. Esta era de color azul con faldones negros. El cinto era color rojo. Su katana, Kaze no Ryoshu, tenía el mango y la funda de color blanco, mientras que su wakizashi era azul. Entró en la zona de entrenamiento, observando las sakuras que adornaban estas. El lugar era bastante agradable, y solía estar lleno de gente entrenando, pero en aquel momento no había nadie. Era aun temprano, así que supuso que estarían ocupados con otras tareas, o en alguna otra de las salas de entrenamiento. "Una pena que no haya nadie. Entrenaré por mi cuenta pues." Se desenganchó la katana y la wakizashi del cinto y las apoyó junto a un barril lleno de bokkens de entrenamiento. Cogió uno, fue hasta el centro del lugar y respiró suavemente mientras sujetaba la katana de madera con ambas manos. Cerró los ojos, concentrándose en su alrededor. Podía escuchar el viento agitando levemente las ramas de las sakuras, haciendo caer las flores. También escuchaba este pasar entre los recovecos de los edificios del monasterio. "El viento... no hay nada más libre que el viento." Abrió los ojos repentinamente y lanzó un golpe vertical descendente con el bokken, bajando el arma desde su cabeza mientras daba un feroz grito. Tras eso encadenó con un serie de golpes y movimientos, avanzando y retrocediendo con un hábil juego de pies. Finalmente remató la serie girándose hacia una de las sakuras. Se centró en un único pétalo que caía lentamente hacia el suelo. Velozmente le dio un corte al aire con el bokken, en esa dirección.

- ¡KAZEKIRI! - gritó.

Hubo una ráfaga de aire y de repente el pétalo se cortó por la mitad. Sin variar su expresión, Shun volvió a su posición original y repitió la serie de movimientos, rematándola con el corte de aire, siempre usando como objetivo algún pétalo cayendo. Cuando no llegaba a ver alguno, lanzaba el corte al aire sin más. Mientras entrenaba, pensó en su futuro. No tenía claro cuánto tiempo permanecería en la isla, pero suponía que mientras respetase el reigi los monjes no tendrían ningún problema. Sin embargo no tenía intención de permanecer para siempre allí.

Para el moderador:

Ryo caminaba por el borde de la cima de la montaña. Lo hacía erguido con la espalda ligeramente arqueada, de modo que sacaba pecho y miraba hacia el frente; si alguien se tomase la molestia de analizar la postura se percataría de que la coronilla de la cabeza de este estaba en todo momento alineada con su centro de gravedad, por lo que exceptuando las piernas, no se movía. De cintura para arriba tanto el tronco como los brazos se mantenían en la misma situación relajada: el izquierdo apoyado sobre la katana con comodidad y el derecho relajado, con la mano extendida sobre la sección derecha de su pelvis, en oblicuo hacia su centro de gravedad. No llevaba calzado, sino que deslizaba los pies sobre el suelo en un ejercicio de movimiento básico en el cual mantenía la pierna izquierda en tensión, con solo la puntilla del pie tocando el suelo y formando un ángulo de veinte grados con la superficie del suelo, la derecha estaba adelantada y solo ligeramente flexionada, apoyado solo sobre las puntillas formando un ángulo de diez grados respecto al suelo. Usaba la tensión de la pierna izquierda para que el vector de fuerza del desplazamiento fuese frontal, de modo que cuando se desplazaba su cabeza se mantenía en todo momento a la misma altura: se deslizaba como un gato. El ejercicio se conoce con el nombre de okuri ashi.

Tras un rato desplazándose y asegurada su estabilidad física, se centro en la mental. Formó en su mente la imagen de una gota de agua y arrojó a ella todo lo que no tenía que ver con la práctica. Con el paso de los años había llegado a ser tan fácil como el hecho de respirar el sumirse en ese estado de concentración, sólo precisó cerrar los ojos un instante para que la gota se evaporase y desapareciese cualquier cosa que no tuviese que ver con lo que estaba haciendo allí en ese momento: su mente estaba en el aquí y el ahora.
Cuando los abrió de nuevo pudo ver a un hombre en un kamae parecido al suyo, el viento le llevó el sonido de sus palabras "kazekiri" susurraba en su oído. Se deslizó hacia él con intención de observarlo.

Con un último feroz grito completó otra serie y se paró un momento, jadeando levemente. Se mantenía en guardia, empuñando el bokken con ambas manos, colocado ligeramente inclinado hacia el suelo. Se mantuvo en tensión por unos momentos y volvió a la posición original de nuevo, preparado para continuar entrenando. Entonces se fijó en alguien observándole. Este venía de la zona donde había estado antes meditando. Era un hombre de mediana edad, con una coleta más larga que la suya. Lo reconoció como Ryo Shikiri, uno de los samurais del templo. Su mera forma de caminar ya denotaba una gran destreza y experiencia en el kenjutsu. Se colocó en una posición más apropiada y le hizo una respetuosa inclinación de cabeza, sin separar su mirada de los ojos del otro.

- Shikiri-dono - dijo, en un tono neutro y cortés - Oneigai itashimasu.

Con esto, le estaba pidiendo de manera respetuosa que entrenase con él. Ryo Shikiri era uno de los mejores espadachines del monasterio, y un oponente muy difícil. Seguramente aprendería mucho de aquel combate, si Ryo aceptaba. Había oído que era un usuario como él. No tenía grandes expectativas en cuanto a ganar, aunque tampoco tenía intención de ponerlo fácil. Su oponente era de mayor edad y tenía mucha más experiencia. "Sin embargo incluso la brisa más débil puede convertirse en un poderoso huracán y tumbar al más robusto árbol. Veamos cómo se desarrolla esto." Volvió a su pose original y aguardó a la respuesta del otro.

Sin variar la expresión excepto por una levísima elevación de una de sus cejas respondió a su petición humilde con la misma respuesta, dando a entender a su interlocutor que no se veía a si mismo como su superior en cuanto habilidad con la espada.

-Onegai itashimasu. -respondió mientras llevaba a cabo una ligera inclinación de cabeza, sin cortar el contacto visual. Se acercó al lugar donde su acompañante había dejado sus armas y posó con cuidado y respeto su wakizashi y su katana. Tomó uno de los bokken y se situó frente a Shun, exactamente a diez pasos de distancia. Dejó caer la hoja, pero sin embargo, orientándola ladeada de modo que el ultimo tercio del bokken, lo que sería la parte más filosa de la katana, amenazaba directamente la rodilla de su oponente. Inclinó levemente su cabeza sin perder el contacto visual y alzó poco a poco el bokken hasta que este apuntaba directamente al centro del cuello de su ahora compañero de práctica.

Esperó, sin dejar de mirar a los ojos de Shun.

El otro aceptó su propuesta, respondiéndole con la misma fórmula. De esta manera estaba demostrando humildad al hablarle de igual a igual. Shun apreció el detalle y lo agradeció en su fuero interno. Tras años de vida como samurai estaba acostumbrado a rígidos protocolos y normas de conducta y comportamiento, pero en sus últimos años cuando se convirtió en ronin perdió la costumbre y le cogió el gusto a una forma de comportamiento más relajada. En el templo se obligaba a retomar sus viejas costumbres, pero no le agradaban totalmente las estrictas fórmulas del dojo. "Recibir al menos tal grado de respeto lo hace más fácil." Observó a Ryo depositar sus armas en el mismo sitio que él y coger un bokken.

Analizó la posición de su rival y sus movimientos. Se puso en una pose similar, pero empuñando su espada con ambas manos y esta trazando un ángulo agudo con el suelo. El filo apuntaba hacia arriba. Por un momento, soltó el bokken con su mano izquierda y se colocó bien las gafas empujándolas con el dedo índice. Los cristales destellaron levemente al hacerlo. Aguardó un rato antes de realizar cualquier movimiento, totalmente estático y sin dar indicios de cual sería su siguiente movimiento. Sus ojos permanecían clavados en los del otro, devolviéndole la mirada. Estaba considerando varias posibles aperturas para el combate, pero varias no le parecían apropiadas. Dudaba que Ryo viese con buenos ojos que emplease los poderes de la kaze kaze. Al fin y al cabo estaban practicando kenjutsu, y no convenía mezclar. Ofender a un samurai del templo era lo último que quería, pues podía significar su expulsión del lugar. "Hay varios posibles movimientos que puedo intentar llevar a cabo sin usar mis habilidades."

De repente comenzó a avanzar hacia él. Su movimiento al desplazarse era como el que había llevado a cabo antes Ryo, manteniéndose en todo momento en equilibrio, con la cabeza alineada con su punto de gravedad. Sus pasos eran cortos y rápidos en lugar de dar grandes zancadas. Mantenía todo el rato el bokken en la misma posición para ocultar sus intenciones. Sin embargo tenía una estrategia clara en mente. Al acercarse a él, se puso a distancia de un golpe largo y alzó la espada sobre la cabeza como si fuese a dar un Men hacia su cabeza mientras daba un paso largo avanzando hacia él. Al hacerlo dio un potente kiai, simulando perfectamente un ataque. Sin embargo, en mitad de la ejecución retrocedió velozmente con otro paso largo y bajó su espada, pasando a una posición desde la que podía defenderse más cómodamente. Sin dejar pasar ni un segundo tras acabar el retroceso, le lanzó una estocada hacia el abdomen proyectando su cuerpo hacia su enemigo, ligeramente inclinado sobre sí. De esta manera ofrecía menor lugar donde impactarle y tenía su arma por delante. Además le obligaba a esquivar, al tiempo que se colocaba en una postura en que podía retirarse con facilidad en caso de verse amenazado. Todo esto contando (o eso esperaba) con el factor sorpresa.

- ¡SENTAN! [AIF]

Ryo mantuvo su centro de gravedad y su guardia mientras su oponente preparaba lo que a todas luces parecía un Men directo a la cabeza. Mantuvo la guardia, lleno de la calma que caracterizaba el Mushin, con su bokken apuntando directamente al cuello del enemigo. El Bokken comenzó a caer mientras su oponente lanzaba un potente Kiai que flotó sobre el vacío, se preparó para desviar el golpe hacia su izquierda moviendo ambas manos a la vez un centímetro a la derecha y luego otros tres a la izquierda. Su oponente cambió el tipo de ataque en ese momento por uno punzante en línea recta, pensando en estocar. No supuso un problema, el Niten Ichi-ryū contemplaba ese tipo de táctica en sus mismas bases. Continuó con su defensa, dado que la estocada recta seguía cubriendo el área de impacto de un Men (Una recta trazada en el centro de su cuerpo, el mismo lugar al que se dirigía la estocada, cerrando el ángulo desde las muñecas, de este modo el bokken de Shun quedaría por fuera del suyo. Shun se había inclinado adelante para protegerse mejo, lo cual implicaba que su centro de gravedad se había desplazado hacia delante. Ryo mantuvo su espalda arqueada, manteniendo su centro a la perfección y decidió aprovechar la ventaja. Supinó levemente su mano izquierda de modo que el bokken de Shun veía imposibilitado su ángulo hacia el cuerpo de Ryo. Entonces Ryo avanzo con un paso largo pivotándose en su tensa pierna izquierda con fuerza, de modo que su cuerpo mantuvo el centro de gravedad mientras se dirigía al costado izquierdo de Shun. sin dejar de mirarle a los ojos lanzó un rápido corte directo a la muñeca de Shun mientras se deslizaba con velocidad.

-TO -gritó mientras efectuaba la técnica.


AF-Geijutsu no owari

Shun observó sorprendido la rápida parada de su rival. No estaba frente a un oponente al que pudiese engañar con facilidad. Entonces Ryo deslizó su espada sobre la suya intentando alcanzar su mano derecha. El ronin esperó a que la hoja del otro estuviese sobre el fuerte de la suya y entonces levantó su espada desplazando la de Ryo hacia arriba de manera violenta y sorpresiva. Sabiendo que aun no estaba fuera de peligro, saltó velozmente hacia atrás dejándose caer, rodó hacia atrás y se levantó con otro salto. Tomó aire y expiró, soltando una bocanada de aire, mientras una gruesa gota de sudor le resbalaba por la frente. Adoptó una guardia similar a la de Ryo y se quedó quieto unos momento estudiándole.

"Es muy hábil y rápido. Y capaz de mantener la sangre fría en mitad de la batalla." Shun comenzó a tantearle, avanzando y retrocediendo sin ponerse a su alcance, todo el rato usando el okuri ashi. De repente corrió hacia él, manteniendo la espada en la misma postura que cuando avanzó la primera vez. De repente se lanzó al suelo, a la izquierda de Ryo y se levantó sujetando el bokken como si fuese a desenvainar. Su ataque sería lo más veloz que pudiese, buscando evitar que Ryo reaccionase a tiempo. "Aunque tus ojos comprendan, no te servirá de nada si tu cuerpo no reaccionar a tiempo."

- Iai... ¡Nugu! [AF]

El golpe fue un corte ascendente que fue trazando su recorrido desde la pierna izquierda de Shun hacia el torso de Ryo. Estaban lo bastante cerca como para que fuese difícil bloquear semejante golpe.

Ryo consiguió hacer que su oponente se forzara, que era exactamente lo que quería cuando inició su ataque. Seguía manteniendo su guardia de forma relajada, entonces contempló como su oponente corría hacia él con los brazos en alto, Ryo se preparó nuevamente para realizar la misma defensa, pero en el último momento, Shun se lanzó hacia su izquierda y realizó un Iai ascendente de forma veloz. La sorpresa se deslizó por los bordes del vacío, amenazando con romperlo, pero mantuvo calma. "Se arriesga mucho y se lo toma muy en serio a pesar de que es un entrenamiento" el pensamiento flotó en el vacío,  era como si otra persona lo hubiese pensado. Ryo estaba totalmente entregado a lo que estaba haciendo, hincó la rodilla al suelo a toda velocidad para trabar el Bokken de Shun a medio camino y negar su ángulo nuevamente aprovechando la inercia y velocidad que le otorgaba la realidad al dejarse caer sobre la rodilla. Entonces, una vez el bokken de Shun estaba anulado entre su hoja y el suelo, lanzó un raudo corte a la cabeza y, adelantándose a una posible esquiva propinó una veloz patada a la vez que se levantaba apoyándose en la pierna derecha con la pierna izquierda, al lugar que ocuparía su cabeza en caso de que esquivase con la cabeza adelante o atrás. AIF

El bokken de Ryo cortó el movimiento del suyo, tras lo cual redirigió este hacia su cabeza, lanzándole un hábil corte. Pero esto no era todo, pues el corte fue seguido de una patada hacia su rostro. En un acto casi reflejo, Shun se echó hacia atrás para evitar la patada en la cara, con lo que esquivó el bokken. Sin embargo el pie de Ryo le impactó igualmente, tirándolo hacia atrás. Por suerte al haberse echado hacia atrás, la patada no le había hecho tanto daño.

Se levantó, algo aturdido, y retrocedió varios pasos. Se agachó rápidamente y recogió sus gafas, las cuales se le habían caído con la patada. Volvió a colocarse en guardia y suspiró. Su rival era muy hábil, y tenía un nivel de concentración encomiable. Había usado tácticas que le habían resultado muy útiles en el pasado luchado en batalla. Sus oponentes caían en sus fintas y morían al instante por sus errores. Pero Ryo era diferente... se mantenía totalmente frío y atento a todos sus movimientos, descubriendo sus fintas y reaccionando con lógica a sus movimientos. "Tengo que probar algo diferente. En vez de usar movimientos improvisados como haría en una batalla, usaré movimientos de kenjutsu." Avanzó de nuevo hacia él, con el bokken algo bajo como si estuviese preparando un wakigamae. De repente, en cuanto estuvo sobre él alzó el arma y le lanzó un golpe a la cabeza.

- ¡KIAI!

Men [AIF]

Ryo vió como Shun bajaba su guardia, apuntando con el mono uchi a su muslo. Mantuvo su Kamae, con su bokken apuntando al cuello de su oponente se planteó, sumido en el vacío, intentar atacar directamente al cuello de este, pero en lugar de eso se preparó para una finta. Shun ya había transicionado dos veces en los dos anteriores golpes, así que esperó. Y no tuvo que esperar mucho, en el último momento Shun lanzo un golpe recto a la cabeza, preciso y veloz. Ryo respondió mecánicamente, movió ambas manos a la derecha y luego a la izquierda, dando un golpe seco al bokken de Shun destinado a quitárselo de las manos o desestabilizarle. Acto seguido, a toda velocidad alzó su bokken y, sin dejar de mirar los ojos de Shun, se dispuso en una guardia amplia que le permitiese dar un paso largo en contraposición al propio avance de Shun a la par que descargaba el golpe de arriba abajo, dibujando una semicircunferencia destinada a procurar partir a su oponente por la mitad, cortando desde la coronilla hasta el ano, si llevase una katana en lugar de un bokken.



Zan'nin'na kōto - AB

-¡TO!

Por un momento Shun estuvo seguro de que iba a lograr golpearle esta vez. Por un momento. La madera del bokken sonó con un golpe sordo cuando Ryo le apartó su arma. Tuvo que agarrar el palo con fuerza para que no se le saliese disparado hacia un lado, per aun así abrió un hueco en su guardia. Y su rival supo aprovecharlo. "Es demasiado rápido. ¡Va a darme!" El golpe se aproximó, veloz, a su cabeza. Sabiendo que si eso le daba, posiblemente le dejaría inconsciente como mínimo, se hizo intangible. El arma atravesó su cuerpo como si no hubiese nada, cortándolo a la mitad. Al hacerlo hubo un sonido como de viento por unos instantes. Desde más o menos la mitad del torso hasta la cabeza, Shun había quedado cortado por la mitad. Sin embargo en vez de sangre o carne, su cuerpo se ondulaba como si fuese un gas. Con un ruido de aire en movimiento, ambas mitades se unieron.

Con una mirada solemne, el ronin adoptó la primera kata y retrocedió cinco pasos. Entonces bajó el arma, apuntando de nuevo al muslo derecho de Ryo y saludó haciendo una inclinación. Era de buena educación saludar tras un combate de entrenamiento, y también se demostraba respeto y deportividad. Tras eso, empuñó el bokken con la izquierda y hizo el gesto de envainar. Habiendo cumplido con los formalismos rituales, se giró y fue al cubo de bokkens. Dejó el suyo ahí y tomó su katana y su wakizashi, enganchándoselas al cinturón.

- Aun me queda mucho camino por delante - murmuró para sí.

Y era cierto. Llevaba años combatiendo duramente y entrenando su cuerpo hasta límites casi insanos. Había empuñado una espada desde que tuvo edad suficiente para hacerlo y había entrado en el ejército del daimyo de Kamashi con dieciséis años. De ahí había tenido una meteórica carrera en la que llegó a general samurai, y tras eso fue ronnin y cazador de recompensas. Llegó incluso al punto de ser un cazador de gran renombre en Wano. Y aun así seguía siendo así de débil. "Me queda muchísimo por entrenar, y no abandonaré esta isla hasta tener un nivel de habilidad digno de alguien de mi experiencia y fama. Y entonces continuaré con mi cometido. Es una promesa." Apretó el puño derecho con fuerza y miró al cielo mientras se ajustaba de nuevo las gafas con la mano izquierda.

Ryo observó como su golpe atravesaba a Shun de arriba abajo sin ningún tipo de sorpresa, le constaba que Shun era usuario de una fruta de tipo logia, igual que él y poco antes del entrenamiento había visto a su compañero cortar pétalos de cerezo usando el viento.

En cuanto acabó la técnica, Shun unió sus dos mitades y realizó el saludo tradicional. Ryo lo imitó, haciéndolo en armonía con él. Acabó el ritual tal y como lo exigía el Reigi y dejó el Bokken con el resto, tomando de nuevo sus armas y ajustándolas a la cintura. Ryo alzó los brazos en el aire formando una "O" con ellos mientras miraba a Shun. Un cumplido.

Acto seguido habló:


-Llega hoy un barco de Wano al puerto de una de las Aldeas. -explicó.- Tengo pensado ir hacia allí ahora mismo, pues a pesar de que la Isla suele estar en calma, los extranjeros suelen traer problemas con ellos. ¿Te gustaría acompañarme? - Preguntó.

Shun esbozó una media sonrisa ante el gesto de Ryo. A pesar de que le había dado una buena paliza parecía que había disfrutado del combate. A continuación lo invitó a ir con él a hacer una ronda por las aldeas a vigilar que no hubiese disturbios por la inminente llegada de un barco de pasajeros de Wano. No era la primera vez que iba de patrulla con algún samurai del templo, y además era una buena oportunidad para conocer mejor a Ryo. Era un oponente formidable, y tenía pensado entrenar con él más a menudo si a este le parecía bien.

- Será un honor, Shikiri-dono - dijo, con una cortés inclinación de cabeza.

Se ajustó bien las katanas al cinto y se dirigió a los escalones que rodeaban las montaña. Era un sendero tallado en la misma piedra, compuesto por veinticinco mil escalones. Bajarlos y subirlos no era moco de pavo, y se podía llegar a tardar horas. Aun les esperaría una buena caminata tras bajar de la montaña, pues hasta el pueblo más cercano aun les faltarían más de dos horas a paso rápido a través del bosque. Una buena travesía que los samurais recorrían a menudo. Sería un buen ejercicio.

Miró a Shun a los ojos tras escuchar su respuesta y un momento después asintió con un leve cabeceo. Se alegraba de poder contar con la ayuda de alguien capaz. Siempre que llegaba un barco grande de Wano, como era el caso, había problemas: fugitivos, bandidos... Gente de baja estofa que era buscada en el país se iba a buscar fortuna con su ilícita forma de ganarse la vida a otra parte. Por lo que los Samurai hacían rondas, especialmente los primeros días para asegurarse de que los aldeanos (Su familia) no tenían ningún contratiempo con los indeseables. Habría sido más fácil cortar el acceso, pero las Aldeas y el propio monasterio se beneficiaban mucho del comercio y la información, por lo que era un mal necesario.

Normalmente no había problemas, un bandido no solía plantear un problema serio para un Samurai, pero de vez en cuando un Ronin caído en desgracia aparecía y las cosas se ponían peliagudas de verdad de verdad.

Ryo miró un momento por el borde del volcán la Isla, su hogar. Los pétalos de cerezo revoloteaban por la zona en torno a él y salían despedidos hacia los bosques y aldeas de abajo impulsados por el viento.

Suspiró.

-Vamos pues. -Dijo mientras el mismo se encaminaba hacia la salida del monasterio. Los veinticinco mil escalones aguardaban.