Hamburguesas entre lobos (Privado: Zaraki; Xalhazar)

Off rol:

Mediados del mes de Julio. Se despertó en su habitación.Llevaba un tiempo en casa , descansando tras sus múltiples salidas por el North Blue en busca de piratas. Se vistió , de forma elegante, con una camisa blanca , su chaqueta más cara y , un pantalón negro , hecho a medida. Hoy le tocaba visitar la parte rica de Loguetown. Tenía asuntos importantes que resolver allí. Abrió la puerta, el sol brillaba sobre su cabeza, pues era pleno mediodía, en un verano que ya era bastante caluroso de por sí. Apuró un poco el paso , pues los asuntos importantes resultaban ser visitas a ciertos pacientes. Los despachó enseguida a todos ya que no tenían nada grave y con un par de medicinas y alguna hierba consiguió aliviarles los males. De vuelta , y ya que tenía tiempo de sobra, pasó por la tienda de espadas, ya que a veces tenían alguna espada poderosa que no habían conseguido tasar adecuadamente, y disponía de berries de sobra para intentar descubrir alguna ganga.Pero hoy no parecía su día, apenas había cuatro espadas, eran más bien sables, y además , de una calidad dudosa. Decepcionado , volvió a casa dispuesto a seguir con sus más que merecidas vacaciones. Nada más entrar , notó que pisaba algo. Se trataba de un gran sobre, que contenía una carta, con una letra algo difícil de descrifar. Se dispuso a leer su contenido.

Contenido de la carta:

-Simmon Ditte , Simmon Ditte-reflexionó Zaraki , durante unos segundos , pues no recordaba nadie con ese nombre. Después , cayó en la cuenta. Se trataba de aquel cazarrecompensas tan extraño con el que había combatido al  gigante Gragas, en una gran isla del North Blue.-Siempre es emocionante partir hacia nuevas aventuras.Además he oído que preparan una buena carne de vacuno en Lavengre -decidió, y salió al puerto a alquilar un barco que pudiese llevarle hacia Lavengre. Le llevó horas encontrar alguien dispuesto a un viaje tan largo, pero finalmente un pequeño barco de 6 tripulantes aceptó su oferta. Zarparían el 25 de Julio, así que aún tenía unos 10 días de descanso en Loguetown. -Llegaré sobre el 10 de Agosto , justo a tiempo  -pensó.

Los días pasaron , y llegó el 25 de Julio . Despertó temprano , y se dirigió al puerto , esperando impaciente la salida de su barco...

Xalhazar caminaba lentamente por la tabla. A su espalda un pirata malhablado le instaba a continuar adelante espada en mano. En cubierta el resto de la tripulación reía y gritaba, quejándose de lo mucho que tardaba en saltar al agua. Bajo sus pies, una inmensidad azul se extendía infinitamente en todas direcciones. Inspiró hondo. Los piratas le gritaban que saltara,  que no hiciera esperar a los tiburones. ¡Vamos! Gritaba el pirata a su espalda. Alzó el pie derecho. El siguiente paso que daba lo daría hacia el abismo. Cerró los ojos. Tomó aire. Estaba tranquilo.
Abrió los ojos.
Negros y brillantes como el azabache, sin rastro de blanco, ni de iris, ni de pupila. Solo negro. Sonrió. Dio un paso al frente. Los piratas contuvieron la respiración, saboreando el momento, regocijándose en su sádico espectáculo. Pero Xalhazar no calló, pisó suelo solido, donde antes solo había aire y caída. Una fuerte brisa golpeó a los piratas mientras que un millar de hebras negras se extendían en todas direcciones, ramificándose, entrelazándose, tomando diferentes formas. A mas de un pirata se le detuvo el corazón por un momento al ser testigo de como ante sus ojos un enorme barco, negro de proa a popa, de las velas a la quilla, aparecía de la nada. Xalhazar echó a andar por cubierta, en dirección al castillo de popa.
-Fuego.- Susurró, antes de desaparecer tras la puerta de su camarote.

La noche del 12 de agosto llegó a Isla Lavengre, pues había concertado un encuentro con Zaraki la Víbora, un cazador que había conocido meses atrás. No tenia la certeza de que se fuera a presentar, pero de todos modos tenía asuntos que atender en dicha isla, así que realmente no tenía mas opción que ir tarde o temprano. Ese mismo día comenzaron a extenderse rumores acerca de un barco fantasma que había sido visto por los pescadores de la zona. Decían que no había ningún marinero en cubierta ni en la torre del vigía, y que por la mañana había desaparecido por dejar rastro.
Ese día se recorrió varios de los lugares donde obtenía informacion normalmente, locales turbios llenos de gente turbia, pero eficaces en su trabajo. Al parecer su amigo todavía no había llegado a la isla, así que dejó encargado que en cuanto llegase a la isla le entregaran el siguiente mensaje: "Señor Zaraki, os espero alojado en la taberna X del pueblo Y, está localizada cerca del puerto, no tiene perdida. Aguardo con impaciencia vuestra visita. He oido que las hamburguesas locales son las mejores en milla, me gustaría invitarle a comer, si no tiene inconveniente."

Subió al barco. Era mediodía. Si todo iba bien llegaría de sobra para la fecha acordada, 10 de agosto. El trayecto fue placentero y sin ningún tipo de complicación durante la primera semana, pero una noche , lo que el calculaba como el 4 de agosto , una terrible tormenta les hizo temer por sus vidas, pero el capitán era un hombre experimentado y supo reponerse, así que todo se quedó en el susto inicial, aunque los retrasó considerablemente, pues se tuvieron que desviar del rumbo establecido.
-Bueno , llegaremos dos días más tarde de lo previsto , pero tengo hasta el día 20 de margen. -se dijo. De todas formas, era un contratiempo sin importancia.
Siguieron la ruta, pero parecía que el destino les aguardaba otra terrible sorpresa. Una embarcación , una pequeña nave con solo tres hombres a bordo, casi se la podría como un bote, se acercaba peligrosamente por estribor.
-Otro contratiempo más, no me conviene, -se dijo, y decidió tratar de no actuar como un cazarrecompensas , y engañar a los extraños, para que se retirasen sin tener que enfrentarse a ellos.

Por suerte , la embarcación resultó ser un bote de civiles, que pasaron a su lado sin más.
-Crisis evitada-suspiró aliviado.
El resto del trayecto transcurrió sin mayores problemas, quitando el detalle de que el viento no iba en la dirección que ellos querían , retrasándolos algo más. Llegaron a Lavengre la tarde-noche del 14 de agosto , con lo que Zaraki , tras efectuar el pago por el viaje, se dirigió directo a la posada más cercana , dispuesto a descansar en una buena cama. Este viaje se le había hecho eterno. Que bien le vino ese descanso!
Al día siguiente, se preparó para partir hacia el lugar de reunión , que supuso sería el gran restaurante de hamburguesas local. Con esa idea salió de su habitación , esperando que este corto trayecto no le deparase más sorpresas. Al bajar a desayunar , un joven se le acercó , con una carta , cuya caligrafía reconoció rápidamente. En ella, Simmon le confirmaba el lugar de reunión , que , para su sorpresa , era la misma posada donde se encontraba alojado ahora mismo Zaraki. Echando un rápido vistazo a su alrededor , enseguida lo divisó , con su inconfundible melena negra. Simmon estaba esperándole, alejado de la multitud, en una mesa situada en la parte más oscura de la taberna, justo el lugar que a Zaraki más le gustaba. Hacia él se dirigió , dispuesto a escuchar su oferta