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El chico lobo había llegado al nuevo mundo, desde su última visita a Cactus Island había entrenado más. Allí se había enfrentado a un joven espadachín, pero se largó debido a unos marines que llegaron a la isla por la pelea que se formó en la taberna, aunque más que una palea fue una masacre. Ahora el castaño se encontraba en un pequeño barco de mercancías, tenía a tres barcos de la marina detrás, pero al parecer les perdió la pista hacía ya dos días. Ahora se encontraba escondido entre unas cajas que portaban algunos minerales valiosos, era una sala oscura y no entraba la luz, no sabía dónde estaba, pero ya iba siendo hora de salir de aquel sitio. No llevaba camiseta, así mostraba su poderoso cuerpo musculoso además de su tatuaje en forma de luna creciente de color negra en la zona del corazón. Portaba únicamente un pantalón blanco y unas botas blancas de metal. En su cintura llevaba una pequeña funda del tamaño de una navaja y en la rodilla una funda negra donde portaba su Magnum 44. Su mirada era tétrica debido a que la parte del blanco de los ojos, la suya era de color negra.
- Hora de salir.
Dijo mientras se ponía en pie y se dirigía a la salida tranquilamente, abrió la puerta de forma calmada y notó un enorme viento rodear su cuerpo, era una sensación de frio, sería temprano, como las siete de la mañana. Frente a él, había una isla invernal o eso parecía, el frio era molesto, pero podía soportarlo. En cubierta no había nadie, aquellos tipos estarían durmiendo seguramente, se dirigió al timón y aunque no tenía ni idea de cómo funcionaba aquello, lo giró y puso rumbo hasta la orilla de aquella isla. No tardó más de cinco minutos en llegar y una vez había llegado echó el ancla dejando el barco allí parado. Justo cuando se dirigía a la borda, escuchó unos pasos tras él y un tipo hablándole en un tono molesto.
- Tu idiota, dime quien eres y que demonio estás haciendo en este barco payaso, te vas a enterar.
Al girarse pudo ver a un tipo de pelo rubio y ojos azules, de baja estatura y vestido con una camiseta blanca de manga larga y un pantalón negro. Kedra medía 1.92. Aquel tipo no le llegaba ni a la barbilla, empezó a caminar hacia él mientras sonreía de lado. Aquel hombre sacó una navaja mirándole, de repente, el lobo espectral saltó ágilmente y bajó su pierna de arriba abajo golpeándole la cabeza y estampándosela con la madera del barco con fuerza. La sangre empezó a salir de su cráneo mientras se dispersaba por la cubierta, ese idiota era un suicida, no debía meterse con gente que no conocía y lo había hecho. Los demás deberían seguir durmiendo, seguramente cuando despertaran se encontrarían con aquella sorpresa tan sangrienta y bonita.
- Estoy cansado de tanto idiota, espero que en esta isla haya algo bueno que hacer, Dexter debe de estar esperándome.
Dijo refiriéndose al comandante y segundo al mando de su banda Kage Akuma. Sus pasos volvieron a sonar por cubierta mientras se dirigía hacia la borda, ahora colocó su pie derecha en esta y de ahí saltó hacia la orilla. Cayó en la arena helada de aquella isla notando el denso frio que allí hacía, no tenía ni idea si aquella isla estaba habitada o no, ni siquiera sabía en qué mar estaba. Lo bueno de todo era que había escapado de los buques de la marina y ya no estaba siendo perseguido por aquellos inútiles.
- Hora de salir.
Dijo mientras se ponía en pie y se dirigía a la salida tranquilamente, abrió la puerta de forma calmada y notó un enorme viento rodear su cuerpo, era una sensación de frio, sería temprano, como las siete de la mañana. Frente a él, había una isla invernal o eso parecía, el frio era molesto, pero podía soportarlo. En cubierta no había nadie, aquellos tipos estarían durmiendo seguramente, se dirigió al timón y aunque no tenía ni idea de cómo funcionaba aquello, lo giró y puso rumbo hasta la orilla de aquella isla. No tardó más de cinco minutos en llegar y una vez había llegado echó el ancla dejando el barco allí parado. Justo cuando se dirigía a la borda, escuchó unos pasos tras él y un tipo hablándole en un tono molesto.
- Tu idiota, dime quien eres y que demonio estás haciendo en este barco payaso, te vas a enterar.
Al girarse pudo ver a un tipo de pelo rubio y ojos azules, de baja estatura y vestido con una camiseta blanca de manga larga y un pantalón negro. Kedra medía 1.92. Aquel tipo no le llegaba ni a la barbilla, empezó a caminar hacia él mientras sonreía de lado. Aquel hombre sacó una navaja mirándole, de repente, el lobo espectral saltó ágilmente y bajó su pierna de arriba abajo golpeándole la cabeza y estampándosela con la madera del barco con fuerza. La sangre empezó a salir de su cráneo mientras se dispersaba por la cubierta, ese idiota era un suicida, no debía meterse con gente que no conocía y lo había hecho. Los demás deberían seguir durmiendo, seguramente cuando despertaran se encontrarían con aquella sorpresa tan sangrienta y bonita.
- Estoy cansado de tanto idiota, espero que en esta isla haya algo bueno que hacer, Dexter debe de estar esperándome.
Dijo refiriéndose al comandante y segundo al mando de su banda Kage Akuma. Sus pasos volvieron a sonar por cubierta mientras se dirigía hacia la borda, ahora colocó su pie derecha en esta y de ahí saltó hacia la orilla. Cayó en la arena helada de aquella isla notando el denso frio que allí hacía, no tenía ni idea si aquella isla estaba habitada o no, ni siquiera sabía en qué mar estaba. Lo bueno de todo era que había escapado de los buques de la marina y ya no estaba siendo perseguido por aquellos inútiles.
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*El barco de Meneror "El Big Crocodile" había quedado varado frente a la costa de esa helada isla. El hielo había atrancado el casco del pesado navío, haciendo una prisión de hielo en él. Los marineros de Meneror bajaron con picos, palas y antorchas para eliminar el hielo lo más rápido posible. Mientras tanto 10 hombres junto a Meneror desembarcaron el la helada isla en la búsqueda de Suministros para el navío. Meneror comenzó a dar órdenes*
-Contramaestre...buscad maderas duras, cáñamo, chapa,cocos...cualquier cosa que sirva para reparar el casco y la jarcia. *Mira la isla* - Volveremos en una hora.
*El contramaestre asintió mientras los 10 hombres junto a su capitán marchaban hacia el interior de la isla. Pero, algo llamó la atención del pirata, pues comenzó a divisar la figura de un hombre. Al menos, Meneror pensó que se trataba de un muchacho o un adulto, pero la nieve no le permitía divisarlo bien.
-Moveros escoria, he visto a alguien allí * señala hacia Kedra* - Moveros...*"-Es posible que le podamos sonsacar información sobre suministros, si es que es un nativo". Pensó Meneror*
*Los 10 marineros iban por delante del capitán, apenas a 10 pasos de él, mientras que Il Bianco encendía un puro con su mechero mientras lo llevaba a la boca*
*Mientras se acercaban a su posición Meneror caminaba con paso tranquilo, sus marineros se morían de frío, sin embargo, aquel hombre ni se imutaba. ¿Por que?
-Contramaestre...buscad maderas duras, cáñamo, chapa,cocos...cualquier cosa que sirva para reparar el casco y la jarcia. *Mira la isla* - Volveremos en una hora.
*El contramaestre asintió mientras los 10 hombres junto a su capitán marchaban hacia el interior de la isla. Pero, algo llamó la atención del pirata, pues comenzó a divisar la figura de un hombre. Al menos, Meneror pensó que se trataba de un muchacho o un adulto, pero la nieve no le permitía divisarlo bien.
-Moveros escoria, he visto a alguien allí * señala hacia Kedra* - Moveros...*"-Es posible que le podamos sonsacar información sobre suministros, si es que es un nativo". Pensó Meneror*
*Los 10 marineros iban por delante del capitán, apenas a 10 pasos de él, mientras que Il Bianco encendía un puro con su mechero mientras lo llevaba a la boca*
*Mientras se acercaban a su posición Meneror caminaba con paso tranquilo, sus marineros se morían de frío, sin embargo, aquel hombre ni se imutaba. ¿Por que?
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Los pasos del chico lobo continuaban por aquel paisaje nevado lleno de frio y de hielo, nunca había una isla con esa tremenda cantidad de viento, dicho viento ondeaba sus cabellos mientras caminaba con el semblante serio. El terrible castaño ya estaba empezando a cansarse del frio y estaba pensando en encender un fuego, aunque con aquella maldita helada, este no tardaría mucho en apagarse. Su banda iba creciendo, por ahora en ella estaban aquel hombre llamado Baozar, se fiaba poco de él a decir verdad pero le había dado la oportunidad de estar presente. El hombre radar conocido como Vagadus, el tipo llamado Ruxer y además su fiel y leal comandante, Dexter. Con esos hombres se apañaba pero aún le faltaban otros cinco al menos para estar seguro de comenzar su plan y empezar a eliminar marines y agentes del gobierno además de los piratas al servicio del gobierno.
Era un tipo muy sádico y cruel y eso se podía notar en su mirada, lo impresionante era que a su corta edad ya se comportaba como un adulto y parecía muy maduro y además su mente era increíble debido a su inteligencia. Aparentaba unos veinte años, sin embargo su terrible mente le hacía pensar y razonar como una de cuarenta al menos. Su cuerpo era increíble, desde muy temprana edad lo había entrenado de una forma bestial debido a la vida tan dura que había llevado, sus sentimientos habían sido eliminados. Tan solo sentía el compañerismo y la crueldad, no sentía pena, no sentía amor ni miedo y mucho menos piedad. Era el asesino perfecto, sin embargo sabía reconocer a un buen aliado y protegerle y pelear a su lado, por algo estaba formando su propia banda. Por desgracia quería eliminar sus ganas de comer y beber, así no debería alimentarse, sin embargo era imposible o moriría.
Mientras caminaba pudo escuchar lo que parecía ser una especie de gruñido, se quedó totalmente inmóvil. Sus ojos miraban la nieve como si de en una especie de trance estuviera, entrecerró los ojos mientras olisqueaba y gracias al poder de su fruta pudo oler a una bestia, un ser más bien conocido como oso. A unos cinco metros a su derecha había un enorme oso pardo, parecía estar muy enfadado y además parecía tener frio por la forma en la que se encogía. Abría la boca de una forma increíble mientras soltaba temibles rugidos, esto no le hizo gracia al chico lobo, más bien todo lo contrario, no se movía del sitio ya que esperaba el ataque de la bestia. El oso avanzaba despacio hacia el chico, sus patas se metían en la nieve y salían para desplazarse despacio buscando acortar distancias entre el lobo espectral y él. Era una escena inquietante pues el chico no se movía para nada.
Su olfato le avisó de que había personas por allí cerca, el olor a humanos era el que más estaba acostumbrado a oler y sin duda alguna aquellos olores pertenecían a personas humanas. Su mirada se desvió unos segundos hacía atrás y pudo ver como se acercaban, en ese momento un rugido llegó a sus oídos. El castaño saltó rápidamente con toda su fuerza observando como la zarpa del oso pasaba por escasos centímetros bajo su posición. En pleno aire lanzó una terrible patada que chocó contra el rostro de aquel oso provocando que varias gotas de sangre saltaran por los aires debido a lo fuerte que chocó el metal de las botas contra la cara del mamífero. Kedra aterrizó a unos dos metros del animal mientras le daba la espalda con el ceño fruncido, escuchó los quejidos del oso y se giró rápidamente mientras observaba sus ojos verdes con los suyos dorados. Ambas bestias se miraban mientras el oso rugía y el chico sonreía ahora de lado de forma sádica sin ningún temor pese al enorme animal que tenía ente sus ojos.
Era un tipo muy sádico y cruel y eso se podía notar en su mirada, lo impresionante era que a su corta edad ya se comportaba como un adulto y parecía muy maduro y además su mente era increíble debido a su inteligencia. Aparentaba unos veinte años, sin embargo su terrible mente le hacía pensar y razonar como una de cuarenta al menos. Su cuerpo era increíble, desde muy temprana edad lo había entrenado de una forma bestial debido a la vida tan dura que había llevado, sus sentimientos habían sido eliminados. Tan solo sentía el compañerismo y la crueldad, no sentía pena, no sentía amor ni miedo y mucho menos piedad. Era el asesino perfecto, sin embargo sabía reconocer a un buen aliado y protegerle y pelear a su lado, por algo estaba formando su propia banda. Por desgracia quería eliminar sus ganas de comer y beber, así no debería alimentarse, sin embargo era imposible o moriría.
Mientras caminaba pudo escuchar lo que parecía ser una especie de gruñido, se quedó totalmente inmóvil. Sus ojos miraban la nieve como si de en una especie de trance estuviera, entrecerró los ojos mientras olisqueaba y gracias al poder de su fruta pudo oler a una bestia, un ser más bien conocido como oso. A unos cinco metros a su derecha había un enorme oso pardo, parecía estar muy enfadado y además parecía tener frio por la forma en la que se encogía. Abría la boca de una forma increíble mientras soltaba temibles rugidos, esto no le hizo gracia al chico lobo, más bien todo lo contrario, no se movía del sitio ya que esperaba el ataque de la bestia. El oso avanzaba despacio hacia el chico, sus patas se metían en la nieve y salían para desplazarse despacio buscando acortar distancias entre el lobo espectral y él. Era una escena inquietante pues el chico no se movía para nada.
Su olfato le avisó de que había personas por allí cerca, el olor a humanos era el que más estaba acostumbrado a oler y sin duda alguna aquellos olores pertenecían a personas humanas. Su mirada se desvió unos segundos hacía atrás y pudo ver como se acercaban, en ese momento un rugido llegó a sus oídos. El castaño saltó rápidamente con toda su fuerza observando como la zarpa del oso pasaba por escasos centímetros bajo su posición. En pleno aire lanzó una terrible patada que chocó contra el rostro de aquel oso provocando que varias gotas de sangre saltaran por los aires debido a lo fuerte que chocó el metal de las botas contra la cara del mamífero. Kedra aterrizó a unos dos metros del animal mientras le daba la espalda con el ceño fruncido, escuchó los quejidos del oso y se giró rápidamente mientras observaba sus ojos verdes con los suyos dorados. Ambas bestias se miraban mientras el oso rugía y el chico sonreía ahora de lado de forma sádica sin ningún temor pese al enorme animal que tenía ente sus ojos.
- OFF:
- Siento el retraso ^^, me encanta tu avatar *^*
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*En ese preciso instante un alboroto de hombres se deja ver en la lejanía corriendo con mosquetes, pistolas y sables enfundados hacia el muchacho y el oso. Se podía divisar a un hombre alto y fornido detrás de estos caminando con paso lento. Portaba lo que parecía un puro en la boca, llevaba un abrigo de pieles por los hombros de rayas negras y grises horizontales por todo el mismo. Un gran pañuelo a modo de chorrera en su cuello el cual se introducía por un chaleco negro muy elegante. Su pelo era de color totalmente albino. Era Il Bianco y sus hombres que habían divisado a Kedra. Los marineros en cabeza con elartillero comenzaron a gritar*
-!quién va! !Quien eres! *apuntando entre la tormenta al muchacho y al oso el cual lograron saber lo que era. Esperaban respuesta por parte de aquel hombre o lo que fuere, pues Il Bianco se acercaba tras sus hombre a la posición de la bestia y del muchacho*
-!Capitán hay alguien ahi adelante!
*Il Bianco aceleró el paso, pero tranquilo. Se podía ver que los copos de nieve de aquel Mafioso no le tocaban ¿por que?, parecía que una fuente de calor emanaba de él. Meneror se quitó el puro de la boca para sostenerlo en su mano y decirle al artillero*
-Que se identifique.
Artillero: -Si capitán. *Grita a Kedra* -¡ Identificarooos!
-!quién va! !Quien eres! *apuntando entre la tormenta al muchacho y al oso el cual lograron saber lo que era. Esperaban respuesta por parte de aquel hombre o lo que fuere, pues Il Bianco se acercaba tras sus hombre a la posición de la bestia y del muchacho*
-!Capitán hay alguien ahi adelante!
*Il Bianco aceleró el paso, pero tranquilo. Se podía ver que los copos de nieve de aquel Mafioso no le tocaban ¿por que?, parecía que una fuente de calor emanaba de él. Meneror se quitó el puro de la boca para sostenerlo en su mano y decirle al artillero*
-Que se identifique.
Artillero: -Si capitán. *Grita a Kedra* -¡ Identificarooos!
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La batalla del oso y el chico continuaba, de nuevo aquel mamífero lanzó su zarpa contra el castaño, este saltó de nuevo evadiéndola y lanzando una patada descendente que golpeó la cabeza del mamífero clavándola en la nieve. Acto seguido frunció el ceño mientras esperaba a que aquella bestia se retirara, sin embargo no lo hizo y eso molestó de nuevo al chico lobo que apretó los puños observando al oso, sin duda alguna iba a acabar con él enseguida. Estaba ya cansado del plasta del mamífero que no se largaba. De repente escuchó a aquellos hombres hablar y apuntarle a él y al oso. La sonrisa del chico volvió a aumentar de repente.
- Adiós osito…
Kedra metió la mano en su cartuchera y sacó su revólver magnum 44. Apuntó al cráneo del oso y pegó un disparo a corta distancia volándole la tapa de los sesos. Tras aquello guardó su arma mientras sonreía de lado y se giraba a donde estaban aquellos hombres. Pudo ver a varios tipos apuntándole y a un hombre que iba vestido de blanco y fornido además de ir con un puro. No le gustaba que le estuvieran apuntando por lo que frunció el ceño, después escuchó la pregunta de aquel hombre y sonrió sádicamente mientras un aura oscura comenzaba a salir de su cuerpo, se trataba de la habilidad de su fruta de Cadejo Negro, podía usar su aura para meter miedo en el cuerpo de la gente. Extendió su aura en el lugar para que todos aquellos hombres se quedaran temblando y bajaran las armas o al menos intentarlo. Después respondió a la pregunta de forma calmada con un tono de voz grave y calmada.
- Mi nombre es Kedra, Capitán de la banda de las sombras llamada Kage Akuma, supernova y luchador de la oscuridad.
Tras haber dicho aquello se quedó callado observando al tipo del puro blanco pues tenía pinta de noble y tal vez era el líder o algo así, aunque quizás podría equivocarse. Todo era posible, el cadáver del oso comenzaba a soltar sangre sobre la fría nieve mientras los extraños ojos de Kedra continuaban observando a aquellos hombres y al tipo del pelo blanco.
- ¿Quiénes sois vosotros?
- Adiós osito…
Kedra metió la mano en su cartuchera y sacó su revólver magnum 44. Apuntó al cráneo del oso y pegó un disparo a corta distancia volándole la tapa de los sesos. Tras aquello guardó su arma mientras sonreía de lado y se giraba a donde estaban aquellos hombres. Pudo ver a varios tipos apuntándole y a un hombre que iba vestido de blanco y fornido además de ir con un puro. No le gustaba que le estuvieran apuntando por lo que frunció el ceño, después escuchó la pregunta de aquel hombre y sonrió sádicamente mientras un aura oscura comenzaba a salir de su cuerpo, se trataba de la habilidad de su fruta de Cadejo Negro, podía usar su aura para meter miedo en el cuerpo de la gente. Extendió su aura en el lugar para que todos aquellos hombres se quedaran temblando y bajaran las armas o al menos intentarlo. Después respondió a la pregunta de forma calmada con un tono de voz grave y calmada.
- Mi nombre es Kedra, Capitán de la banda de las sombras llamada Kage Akuma, supernova y luchador de la oscuridad.
Tras haber dicho aquello se quedó callado observando al tipo del puro blanco pues tenía pinta de noble y tal vez era el líder o algo así, aunque quizás podría equivocarse. Todo era posible, el cadáver del oso comenzaba a soltar sangre sobre la fría nieve mientras los extraños ojos de Kedra continuaban observando a aquellos hombres y al tipo del pelo blanco.
- ¿Quiénes sois vosotros?
- OFF:
- El aura oscura afecta solo a los que estan por debajo de mi nivel, Tú estas por encima asi que no te haría ni cosquillas.
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- Tiembla el planeta. La union definitiva, El Kamaitachi y El Cadejo Negro. (Privado) (Kirito/Kedra)
- Un nuevo camino (privado Inaga/kedra)
- Un nuevo miembro y una masacre marine. (Privado) (Kedra/Vagadus)
- [Pasado/Privado] Acecho de un nuevo amanecer. Dos locos sueltos por la zona. [Allen D. Walker-Kedra]
- (Masivo/Pasado/Privado) La Unión Hace la Fuerza: Segunda Parte
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