(Abierto) (Pasado) Meneror y Nat "Un primer encuentro"

*El pueblo de Loguetown parecía tener un día de lo mas tranquilo, el sol resplandecía, las mujeres compraban en el mercado, los botadores comeciaban en el puerto, la vida se hacía patente en aquel pequeño pueblo de la costa, pero toda paz se ve mermada por acontecimientos inusuales, pues en la lejanía un barco con bandera negra pirata atracó en el muelle de Loguetown. Este navío de imponentes velas blancas, casco rojo y negro con 36 cañones por banda, 4 cubiertas y un mascarón característico de calavera con un puro era la señal de que los problemas se acercaban. Los marineros arribaron el barco y los botadores de puerto al ver la calavera con el puro en la boca y cabello Blanco se pusieron pálidos y comenzaron a huír como si el demonio llegara. Los botadores que quedaban en el puerto corrieron al pueblo y comenzaron a avisar a toda persona viviente*

Botadores del Puerto : -¡PIRATAAAAS!¡ ¡IL BIANCOO!

*El pueblo comenzó a correr en desbandada mientras los gritos hacían el resto, pero, ¿por qué? ¿No era acaso un ataque pirata corriente ? era Meneror, "Il Bianco" el temido supernova con 150.000.000 millones de Berriers por su cabeza alertó a todo el puerto, eraa una flota de 5 navíos, de los cuales, solo el insignia tocó puerto quedando los otros defendiendo la bahía . Meneror observaba desde el mascarón de proa mientras sus marineros atacaban la ciudad lo más rápido posible antes de que la marina llegara a interrumpirles. Meneror,el cual apareció en cubierta de artillería numero 1 y comenzó a descender por las pasarelas de sembarco para apoyar a sus hombres hasta ir a la plaza central donde estaba la zona de Ejecución de alguien a quién siempre admiró. Gold D.Roger*

Ciudadanos: ¡Corred fuera de la ciudad! ¡Avisad a la marina!

*Meneror sonreía levemente mientras avanzaba hacia el patíbulo en mitad de aquel ataque por parte de sus marineros. Meneror era un hombre alto, fornido, portaba un puro en la boca y un cabello largo y blanco, a la par de una cicatriz de lado a lado de la cara sobre la nariz, además vestía como un mafioso, pañuelo al cuello, chaleco, y una exorbitado abrigo de piel que colgaba de sus hombros, impidiendo ver su mano izquierda y dejando ver un puro encendido en la otrael cual se llevó a la boca y observó todo el caos con cierta indiferencia..¿Por que estaba allí precisamente?. Los marineros destruían tiendas, saqueaban bodegas de vino, asesinaban a todo hombre y mujer que vieran. Una mujer salió de la nada hacia la posición de Meneror y esta se arrojó a los pies del Pirata suplicando misericordia por su pueblo. Meneror la miró por un instante serio*

Mujer: ¿No nos apoyabais antes Don Meneror?¿No erais el "buen samaritano" que se preocupaba por nosotros?

*Meneror sonrió levemente para agacharse y mirar la mujer cara a cara para decirle*

-¿De verdad os creistes semejante patraña?

*De los ojos de la mujer brotaban auténticas cascadas de lágrimas, que determinaban su decepción, tras eso Meneror la atravesó con su garfio dorado por el torso, para luego tirarla al suelo , mientras, que con su pañuelo de mano limpiaba la sangre del garfio*

-No es nada personal, solo son negocios.

Nat se tomaba un vaso de bourbon, tranquilamente y relajado, como cada vez que visitaba Loguetown. Pero aquella vez era diferente. Estaba sobre su sillón de terciopelo rojo, con las piernas sobre un cojinete y una mesita de café al lado con un buen pedazo de tarta de manzana, pero nada era igual. Estaban a unas pocas semanas de ejecutar a Katrina, la capitana de Opprimere, en aquella misma ciudad, y la noticia hacía llegar a mucha gente la ciudad. Alguna a recoger familiares, otros a admirar el patíbulo donde murió el primer rey de los piratas deseosos de revivir aquel momento histórico, otros, marines, revolucionarios y piratas querían observar el terreno. Todos sabían que no iban a poder ejecutarla sin más. Y luego, estaba el verdugo, que subía objetos al patíbulo y se montaba su cuarto tranquilo, con su alcohol y asiento, ante las vistas curiosas de la gente. Tampoco él era el mismo. Tras muchas extrañas aventuras lo habían nombrado Shichibukai, y ahora tenía que cazar piratas en nombre del Gobierno. No le interesaba lo más mínimo la inmunidad, pues Karl ya era vicealmirante y si la marina trataba de encontrarlo él entorpecería la búsqueda fácilmente, y si alguien se le acercaba Yanna era una buena guardaespaldas. Sin embargo, la posibilidad de obtener kairoseki de forma legal y la obtención de información confidencial le valían de mucho. Desde lo alto de aquel lugar podía observar el puerto, y más allá el océano. "Vaya, parece que más escoria se acerca a las costas de la ciudad", pensó mientras la flota de "Il Bianco" se acercaba a la costa. Era, o había sido, un falso benefactor de la ciudad, cuyas verdaderas intenciones eran acaparar poder y dinero. Aquella gente de moral laxa eran las presas favoritas del ahora cazador, y aquel hombre había sido tan estúpido como para granjearse tanta recompensa que una familia podría vivir cinco generaciones de capturarlo, todo aquello en un día.

Se levantó de su sillón y dejó el bourbon a un lado mientras veía atracar a la nave insignia de Meneror, y una figura sombría bajar de él. "Probablemente sea el pirata". Bajó de la plataforma sobre su mercurio, tranquilamente mientras la gente comenzaba a huir al son de "¡Il Bianco!". No tenía mucho sentido que corrieran de aquel pirata, no era más que un fantoche con un garfio. Comenzó a sobrevolar la zona, y pudo apreciar una dramática escena. Una mujer, a los pies de un hombre de cabello blanco y un abrigo largo de piel, suplicando piedad y chantajeando emocionalmente al tipo. Pero aquel tipo no era de los que se dejaban afectar por ese tipo de cosas, y no tardó mucho en matarla.

-No es nada personal, solo son negocios.

Aquella frase era terrible. Matar a una mujer... Los gritos de Yun inundaron su cabeza por un instante y la ira corrió de su mano a su espada. El filo plateado brilló con una luz cegadora, Yanna había despertado, y no dormiría de nuevo sin haber bebido sangre. Su capa ondeaba al viento, y el fulgor azul destelleaba, eclipsando al sol. El sombrero negro como la noche cubría su rostro, y la sombra se acumulaba en él. Parecía un espectro. Era un espectro. La sombra de la justicia, el azote de aquellos indeseables. Nadie huía cuando era su objetivo, y aquel pirata llegaría a desear que su madre no lo hubiera alumbrado. La gente corría como loca, aterrorizada por aquel hombre sin escrúpulos, escondiéndose en sus hogares o buscando un lugar donde aguantar hasta que el hombre abandonara la isla. Pero ¿Por qué iba a abandonarla si no le impedían permanecer allí? Aquella pandilla de cobardes no habían parado a defender a la mujer ni un instante, y la habían dejado morir sin más. Nadie se había preguntado si tenía familia, un trabajo, si alguien la esperaba a la hora de la cena ni pararon a pensar que jamás volvería, y que en cierto modo, ellos eran culpables. Pero así eran los humanos. Comenzó a generar pequeñas bolas de mercurio, que flotaban a su alrededor con gracia. Debía pesar cada una unos 100 gramos, y Caspio ya era capaz de generar una tonelada de mercurio. "Una más, otra arriba", pensaba mientras desplazaba las esferas sobre su cabeza, listas para caer de ser necesario. Una verdadera nube metálica comenzó a ocultar el sol bajo ella, dejando en casi penumbra lo que había en la calle. "Endurécete", pensó, y todas las bolas se tornaron sólidas. Estaba listo para sepultarlo si no se marchaba.

-¿Os habéis preguntado si esa mujer tenía hijos, Bianco?

Bajó al suelo, manteniendo la espada en alto, e hizo que la plataforma se retirara. Estaba a unos metros de aquel hombre, cara a cara observando su expresión serena. No sentía ningún remordimiento por aquello. Pero iba a sentirlo. Nadie mataba en su presencia, no estaba permitido. ¿Acaso aquel tipo no sabía que la sombra del Señor Nat siempre acechaba? Había cometido un craso error.

-Tus negocios llegan a su fin hoy, Merenor. Marchaos por donde habéis venido- Alguna gente se asomaba por las ventanas, o trataba de escrutar el panorama a través de los escondrijos que habían buscado huyendo del criminal-. ¿Qué estáis mirando?- les gritó-. ¡Largo de aquí!- devolvió la mirada al mafioso-. Tú también.

Mantuvo a Yanna empuñada alta, apuntando a la nuez de aquel tipo. Si intentaba algo moriría.

*Meneror observaba la que se le venía encima y sus marineros, atentos a las órdenes esperaron. El contramaestre observó a aquel hombre, al cual no reconocía e imprudentemente dijo*

Contramaestre: ¡Matadle!

*En ese momento los marineros se lanzaron a por Nat sin embargo un Grito interrumpió el lugar*

-¡QUIETOS MALDITA ESCORIA!

*el grito retumbó en toda la zona y los marineros se pararon en seco, asustados..pero ¿por que?. Resultaba que aquel grito había sido del propio Meneror ¿por que detuvo el ataque contra aquel individuo?. Meneror detuvo aquello debido a que él reconoció al momento e quién se trataba. Alguien a quién admiraba y algo que deseaba ser. El Mafioso miró a Nat y luego a sus marineros para decir.*

-A este hombre, no lo toquéis necios...o os la tendréis ver conmigo y con él *Los marineros quedaron asombrados,¿ Il Bianco parando un ataque por un hombre?¿una artimaña tal vez?. Se averiguaría. Tras exhalar una calada de su puro habla*

-Llevaros el botín a la flota, se acabó el pillaje por hoy. Dejadnos solos.

Marinero: Pero capitán...

-Es una orden, regresad al navío o juro por todos los infiernos que desapareceréis todos del mapa.

*Los marineros se retiraron hacia el puerto, dejando de atacar tiendas, civiles y algún que otro marine de guardia. Tras eso Meneror se pone a unos metros de Nat, pues deseaba hablar con él.

-Todos tenemos hijos, padres entre otros. *Exhala Humo*- Este mar es tan pequeño que por fin logro veros. Un ouka Shichibukai aqui, en mi presencia * exhala otro poco de humo* De saber que estabáis en la ciudad no la hubiera atacado, pues ansiaba poder hablar con vos cara a cara, de Hermano de la Costa a Hermano de la Costa si es que aún lo sois.

*Meneror no pretendía netrar en combate, sabía uqe perdería debido a su estrecha experiencia en combate con poderes superiores a el, de momento. Procuró usar su lengua como era natural en él, con objetivo de llevarse bien con Nat, fuere por negocios o admiración a pesar de que un arma le apuntaba*

-He retirado a mis hombres, en ese caso sería harto meritorio que pudiéramos hablar.Si lo deseáis.

-¡Matadle!- exclamó un hombre tras Meneror, y los piratas de la tripulación trataron de lanzarse a por él. "Insensatos", pensó Nat mientras las pequeñas bolas de mercurio comenzaban a separarse ligeramente y a girar despacio. Si se acercaban demasiado, llovería fuego. Nat prefería habitualmente seguir el camino de la espada, pero poder sembrar el caos con una tormenta siempre era divertido. De repente, los hombres se detuvieron ante el grito de su capitán.

-¡QUIETOS MALDITA ESCORIA!- aquel grito lo cogió de improviso. ¿Un pirata deteniendo un intento de ejecución? Tal vez quisiera medir fuerzas, aunque lo que dijo a continuación fue aún más increíble, si cupiera-. A este hombre, no lo toquéis necios...o os la tendréis ver conmigo y con él. Llevaros el botín a la flota, se acabó el pillaje por hoy. Dejadnos solos.

Un marinero trató de replicar, pero el peliblanco infundía tanto temor a su tripulación que muchos se dieron la vuelta con solo verle el semblante, y nadie permaneció tras escuchar sus palabras. Debía regir su tripulación con puño de hierro, y le preocupaba seriamente aquello. Una flota dirigida por el miedo podían ser cientos de piratas sin nada que perder, o podría ser la muerte del peliblanco y nacimiento de numerosas bandas piratas tras ello. Sin duda eran posibilidades computables, aunque la que más le agradaba era la de todas aquellas cabezas atravesadas por una pica. El asesinato de inocentes era imperdonable, y la muerte un castigo demasiado suave, pero el máximo que se podía dar, pues la tortura estaba normalmente prohibida. Si Derian, que andaba durmiendo en la Vela por aquel momento, seguramente no hubiera sido tan diplomático como él, y en aquellos momentos del blanco Meneror quedaría poco más que una masa desparramada sobre el adoquinado. Sin embargo, cuando estaba a punto de cargar contra él, su voz volvió a sonar.

-Todos tenemos hijos, padres entre otros-. Este mar es tan pequeño que por fin logro veros. Un ouka Shichibukai aqui, en mi presencia- dijo, entre calada y calada de su puro-. De saber que estabais en la ciudad no la hubiera atacado, pues ansiaba poder hablar con vos cara a cara, de Hermano de la Costa a Hermano de la Costa si es que aún lo sois.

"Lo que me faltaba", dijo una voz en su cabeza mientras reflexionaba sobre las palabras del bucanero. ¿Estaba reconociendo que había buscado encontrarlo? Sería muy estúpido hacerse un nombre con la única intención de tropezarse con un shichibukai, y pese a aquella pinta de mafioso no parecía un estúpido. Una persona sin escrúpulos, un hombre sin moral, un asesino a sangre fría y un pirata sumamente peligroso, tal vez de los más peligrosos que cruzaban en aquellos tiempos los mares. Tuvo que contar hasta diez para calmarse y no rebanarle el pescuezo, pero finalmente guardó el arma.

-He retirado a mis hombres, en ese caso sería harto meritorio que pudiéramos hablar.Si lo deseáis.

-No tengo nada que hablar con vos, Bianco. Si tenéis algo que decir hablad ahora, mas si apreciáis vuestra vida marchad ahora, pues mi paciencia es escasa y vuestro cuerpo abundante. Por ahora...

*Meneror escuchó aquellas palabras con especial interés,"No tengo nada que hablar con vos, Bianco. Si tenéis algo que decir hablad ahora, mas si apreciáis vuestra vida marchad ahora, pues mi paciencia es escasa y vuestro cuerpo abundante. Por ahora..".Meneror sabía que la situación era tensa pero procuró andar con pies de plomo para evitar un enfrentamiento que sabía que no podía ganar. Observó a Nat con su puro en la boca, se hizo el silencio  durante diez segundos hata que mi contramaestre junto a 5 hombres detrás mía habló*

-Al cuerno! cuando obedecemos órdenes de un perro del gobierno capitán! se ha acobardado. ¡Matadle!.

*Los marineros no parecían muy convencidos de las palabras del Contramaestre, y este en su énfasis, cargó contra Nata gritando como un loco con su katana en mano*

-Voy a matarte sucio perro!
*En ese momento  se oye un disparo, y el contramaestre con los ojos en blanco cae a pocos metros de Nat con una bala en la cabeza. Al caer el cuerpo Nat podría ver como Meneror sostenía una pistola con el cañón lleno de humo debido a la bala que acababa de salir. Los marineros miraban asustados aquella acción del capitán, pues  lo contramaestre moría desangrado. Meneror miró de refilón a  sus marineros*

-¿Alguien más quiere ir de valiente?. Sois piratas , no marineros que deban saltarse la jerarquía .. y mis órdenes.

*Los marineros asintieron y dos cogieron el cadáver del Contramaestre para llevárselo. Tras eso Meneror observa a Nat*

-Disculpad, hay hombres que no conoces su puesto *exhala humo mientras  coge el puro y con los ojos cerrados, como cansado habla hacia Nat*

-Me marcharé como bien decís Señor Nat, mas un Ouka Sichibukai para mi, es considerado un Hermano de la costa. *Exhala humo de su puro nuevamente*- Los marineros vendrán en breves, con gusto mataría algunos y con motivo.  ¿No es acaso justicia?. Estos civiles murieron por un motivo, por culpa de aquellos que se hacen llamar "justicia". Me iré señor Nat como bien decís. Mas pensad, que si yo soy escoria como bien pensáis, un desalmado...es que no me habéis visto jugar en alta mar con los marines. Solo hago negocios señor Nat, no soy un monstruo, lo que yo hago aquí sucede a diario por cortesía de la Marina  contra los revolucionarios, contra piratas, contra piratas-buenos. *quita la ceniza de su puro y un marinero, calle arriba corre  hacia el capitán*

-Capitán estamos tardando mucho, vienen cadetes de la marina.

*Meneror dijo simplemente y tranquilo*

-Ahora nos vamos Jammie, id saliendo del puerto.

*Observa de nuevo a Nat para oír su respuesta. Si le daba conversación Meneror respondería, si  no, se marcharía y su negocio hubiera fracasado*

-Al cuerno! cuando obedecemos órdenes de un perro del gobierno capitán! se ha acobardado. ¡Matadle!.

Al escuchar aquella frase, Nat rió por un instante, divertido por la locura del contramaestre de Meneror. Lo había llamado perro del gobierno, pero no se había dado cuenta de que era un lobo. El cazador eterno, y siete bolas de mercurio descendieron hasta su altura y comenzaron a girar a su alrededor como si de un anillo orbital se tratara. Si se atrevía a acercarse los siete volarían a su cabeza, atravesándola de lleno. Pero no tuvo la oportunidad. Aquel hombre fue ejecutado por su capitán, de un tiro, limpio y rápido. Desde luego, si algo había que reconocer a aquel hombre era su mano dura con los marineros. Detrás de él, todos sus hombres amedrentados estaban detenidos, estupefactos, e Il Bianco habló.

-¿Alguien más quiere ir de valiente?. Sois piratas , no marineros que deban saltarse la jerarquía .. y mis órdenes.

Los hombres asintieron, y rápidamente se retiraron, llevando a rastras el cadáver del iluso que osó intentar algo contra Nat. Poco a poco sintió que aquel hombre no era una amenaza realmente, y dejó que el mercurio volviera a su cuerpo, como una gran serpiente que se fundía con él. El cielo volvió a ser claro sobre ellos, y Nat podía observar claramente cómo el pirata fumaba su puro con calma. Era un encuentro incómodo, pero estaba seguro de que no entrañaba peligro. Aquel hombre parecía sentir un gran respeto por él, o por lo menos por el cargo que ostentaba.

-Me marcharé como bien decís Señor Nat, mas un Ouka Sichibukai para mi, es considerado un Hermano de la costa. Los marineros vendrán en breves, con gusto mataría algunos y con motivo. ¿No es acaso justicia?. Estos civiles murieron por un motivo, por culpa de aquellos que se hacen llamar "justicia". Me iré señor Nat como bien decís. Mas pensad, que si yo soy escoria como bien pensáis, un desalmado...es que no me habéis visto jugar en alta mar con los marines. Solo hago negocios señor Nat, no soy un monstruo, lo que yo hago aquí sucede a diario por cortesía de la Marina contra los revolucionarios, contra piratas, contra piratas-buenos.

Aquello ya era la formalización de su sospecha. Aquel hombre admiraba el Ouka Shichibukai. No era otra cosa, y seguramente tratara de entablar buena relación con él, aunque no podía haber empezado peor. Todos los traumas de caspio nacían de mujeres muertas, y Nat era los traumas de Caspio. Aunque en aquella época su antiguo ser volvía a tomar el control, y los sueños de repostería ahondaban de nuevo, pero ver aquel asesinato a sangre fría no hacía sino hervirle la sangre. "Deja de pensar en ello". Se acercó al cadáver y lo levantó en brazos. Siempre había tenido una gran fuerza física, y aquella mujer era liviana. Le dio unos instantes la espalda al mafioso mientras se dirigía a un hombre escondido.

-Lárgate de aquí. Y llévatela. Dale un entierro digno- había sido fácil elegir a aquel hombre, pues ambos llevaban un anillo igual. Seguramente fueran pareja, y Meneror acabara de destruir una vida más de lo que esperaba. De pronto escuchó unos pasos y la voz de Meneror sonó a su espalda. Se dio la vuelta mientras hablaba.

-Ahora nos vamos Jammie, id saliendo del puerto.

La marina se presentó de sopetón en medio de la calle, apuntando al Bianco con toda la artillería de la que disponían. Parecían muy dispuestos a capturarlo, vivo o muerto.

-Largaos, este hombre es mío. Si disparáis lo lamentaréis.

Los marines dudaron un instante, pero el Verdugo imponía con su voz serena y pausada, tranquilo como un ángel exterminador. La justicia no necesitaba ayuda, sólo llegaba y ejecutaba. Finalmente se dieron la vuelta, pues eran simples reclutas y poco podían hacer contra alguien de la talla de Il Bianco, que era rival digno para un teniente, o tal vez incluso un capitán.

-Esperad, Bianco- dijo, sin creer lo que estaba haciendo-. Sois un hombre que entraña harta curiosidad para mí. ¿Quién sois en realidad? ¿Y qué buscáis? Más importante. ¿Qué asuntos os aquejan para buscar mi conversación?

*La situación parecía mejorar para Meneror, había logrado atraer su curiosidad, y ahora, solo en la plaza junto al Ouka Shichibukai Meneror habló con tono sereno*

-Os entraño curiosidad decís, ¿Quién soy?...Quién es solo la forma de la función que, ¿y que soy?..un hombre como vos.

*Exhaló humo de su puro para continuar observando a Nat con las manos dentro de su chaleco mientras su abrigo caía por su espalda sujetado por sus hombros*

- Os buscaba a vos. Mis asuntos son de referencia ....Desde hace años, cuando apenas sabía lo que era el Mar, el miedo, la extorsión y la corrupción..era un soñador como imagino que lo sois vos, o al menos alguien integro...mi admiración por los Ouka Sichibukai fue siempre adherida a mi, y juré que fuere el camino que fuere algún día estaria dentro de los 7.

*Exhala humo mientras ve el poblado*

- Sabía que el camino no iba a ser fácil, sabía que mi cabeza tendría un precio..sabía de las dificultades y ahora estoy cada vez mas cerca de llegar a mi meta.

*Se sienta en un barril frente a Nat*

- Navegué años saqueando, ayudando a los civiles que consideraba aptos para mi objetivo, pero sabia que mediante acciones buenas no atraería vuestra atención...y al haber cambiado el patrón... nos vemos ahora.

-Quiero preguntaros si vale la pena.

*Los ojos de Meneror se oscurecieron, aquella pregunta a Nat era lo que más le importaba ¿por que se lo preguntó a él y no a cualquiera, posiblemente, porque Meneror no se fiaba de nadie, ni tan siquiera de los piratas*