Negocios turbios parte 2 [Jack y Meneror]

Llegó en su barcaza al mediodía, pero no salió de ella hasta la noche. Ahora era una persona muy buscada, con 90.000.000 de recompensa por su cabeza, y rango de General en la Armada Revolucionaria. Le habían dado ese título por sus servicios, pero la idea no acababa de agradarle. Como anarquista que era consideraba que no debía haber jerarquías ni nadie por encima de otras personas. Con estos pensamientos en mente, recorrió las calles de Baterilla en busca del bar en que tenía su cuartel general Meneror "Il Bianco". No le costó mucho encontrarlo. Tenía negocios pendientes con él, pues este le había encargado secuestrar a la capitana de Sons of Anarchy, Dark D. Rose. Había fracaso en su cometido, y se veía en la obligación moral de ir a explicárlselo y esperar que decidiese perdonarle por ello.

- Es hora de saldar deudas del pasado.

En el interior de la taberna notaba bastantes presencias con su mantra, la mayoría de ellas estaban animadas. Los hombres del mafioso debían estar bebiendo. Entró por la puerta y se acercó como la anterior vez a la barra. El camarero se le acercó, con un trapo colgado del cinturón.

- ¿Qué va a ser? - le preguntó.

- Un vaso de zumo de naranja, y avisad a don Meneror de que el Renegado a venido a visitarle, por favor.

El tabernero le puso lo que había pedido y se marchó en dirección al despacho. Jack se levantó la máscara lo justo para dejar la boca al descubierto, y se puso a beber. Mientras lo hacía, se concentró en su mantra para enterarse de lo que pasaba. Nada se escapaba a su percepción gracias a su entrenamiento en el Nort Blue.

*El camarero entró en el despacho y vió una gran agitación en la sala. Meneror se encontraba con 5 hombres, resultaban ser asesinos del North Blue, pagados por él. Parecía que Meneror estaba bastante enfadado pero lo suficiente calmado para mirar a uno de los asesinos desde su asiento*

-Caballeros, os he dado un precio mas que estimable... para hacer una misión simple, lograr información de ese  Samurai e intentar matarlo.. *¿Quién era ese Samurai? Seguramente, un enemigo más.* - Y sin embargo venís aquí  con las manos vacías...

Asesino jefe: No lo encontramos, se mueve más rápido que nosotros, no tenemos medios suficiente Don Meneror.

-¿Que no teneis medios sucientes...*Se levantó de su sillón de despacho con el puro en la Mano, bordeó la mesa y se acercó a uno de los Asesinos*

-Si os doy orden de extrminar a ese Samurai *Coje al asesino por la pechera y comienza a quemarlo delante de todos* -¡CERRÁIS LA PUTA BOCA Y LE MATÁIS!

*El cuerpo de aquel asesino se convirtió en ceniza y Meneror con un golpe de mano rompe la escultura de ceniza*

-¿Alguna duda?

*Los asesinos  negaron y salieron corriendo del despacho. Meneror se sentó en su silla y vió que el camarero estaba en la sala*

-Limpiad esto Millers.

Camarero: Señor , Un caballero con ,máscara blanca quiere verle.

*Meneror abrió los ojos bastante y tras coger su puro del cenicero y meterlo en la boca dijo*

- Que pase...

Al fin le dijeron que podía entrar. Jack terminó su vaso de zumo y se colocó bien la máscara. Sabía que debía ser muy prudente, pues había notado que el aura de Meneror desprendía una enorme rabia, y un instante después una presencia había desaparecido. El mafioso acababa de matar a alguien, y suponía que no se tomaría con mucho humor sus noticias. Suspiró, se levantó y salió hacia el despacho del peliblanco. Llamó antes de entrar dando dos toques en la puerta, y la abrió. En cuanto lo hizo un fuerte olor a quemado le penetró en la nariz. En el suelo había un montón de cenizas entre los que se apreciaba aun restos humanos y de ropajes. Meneror estaba allí como siempre, con su puro en la boca. Parecía en calma, pero el cadáver calcinado y su haki observación le decían otra cosa. Jack le hizo una reverencia.

- Señor "Il Bianco". He vuelto.

Esta vez no iba a hacer tantos malabarismos con el lenguaje como la vez anterior. Sabía que Meneror era un jefe de la mafia y exigía respeto, pero como anarquista que era no se doblegaba ante nadie. Y ahora ya se conocían. Supo que era posible que su "aliado" le atacase una vez le contara las noticias, así que se preparó de antemano. Bajo la capa tenía una máscara anti-gas que llevaba siempre consigo, y que le sería útil si "Il Bianco" intentaba asfixiarlo. Hacía ya un tiempo que se había dedicado a investigar al mafioso por si debía enfrentarse a él, y había averiguado la naturaleza de sus poderes. El Gobierno ya conocía su rostro (aunque no lo habían hecho público), así que ya no le importaba tanto mostrarlo. Se quitaría la máscara frente a Meneror. De esta manera el mafioso creería que estaba confiando en él al mostrarle su cara. Con esto esperaba aplacar parte de su ira, y si intentaba matarle, podría colocarse la máscara más rápido. Jack se quitó la máscara de Renegado y se la guardó bajo la capa. Era un hombre adulto de unos treinta años, de ojos azules y piel clara. Su rostro era más bien anodino.

- La misión trastocose, "Il Bianco". Témome que Dark D. Rose ha resultado ser mucho más hábil de lo que esperábamos. Logré acorrarla ha unas semanas y estuve bastante cerca de darle caza. No obstante y aunque logré superarla en combate, consiguió escabullirse. No soy un secuestrador, don Meneror. Soy un asesino. De haber sido mis órdenes traeros su cabeza, ahora mismo la tendríais a vuestros pies, pues tuvo muchas oportunidades de asesinarla. Sin embargo no es tan fácil capturar a una persona viva como quitarle la vida, por desgracia.

Metió los brazos bajo la capa, y se envolvió en esta, esperando la reacción del mafioso. Si era hostil, no tenía más que ponerse la máscara y desenvainar su machete. Por suerte poseía su haki de observación, que le alertaría de las intenciones de Meneror antes de que este pudiese mover siquiera un dedo. "Don Meneror, ni siquiera os imagináis los poderes que poseo ahora. Soy mucho más fuerte que en nuestro último encuentro. Tocadme un pelo de la cabeza y lo lamentaréis." Su rostro no delató sus intenciones, pues tenía ya mucha experiencia en ocultar sus sentimientos y emociones. Comenzó a canalizar energía hacia todas sus armas por si necesitaba usarlas.

- Por este fracaso, me disculpo. Sin embargo ya os he demostrado en el pasado que mis poderes están a un nivel superior al de la mayoría, y que puedo resultaros aun útil como aliado.

*Meneror escuchó las palabras del Renegado, para luego,  quitar la ceniza de su puro desde su cómodo sillón al cenicero. Su cara se tornaba seria, enfadada. Las noticias no le habían agradado en absoluto, sin embargo Meneror estuvo investigando sobre los orígenes de Renegado, no encontró información alguna. Pensó que le podría seguir siendo de utilidad. Tras esto respondió*

-Mas..vuestra misión era la de secuestrarla, no de capturarla. Sabéis que ahora no dudaría que os hicieran ahorcar mientras os depellejo lentamente y con saña... una decepción de mi para con vos...lamentable ¿Acaso sabéis los problemas que me acarrea vuestro fracaso en la misión? ¿del dinero que pierdo?...nadie me hace perder Dinero.*Exhala humo por la boca en cantidad para continuar*

-Sin mebargo, habéis tenido un par y habéis venido aquí a disculparos. No es suficiente, pero pienso que un hombre como vos tiene más mérito vivo que en mi fosa común  en el Sotuh Blue... por lo tanto sentaros, tengo un encargo que necesito de vos, puede que os interese puede que no, pero estoy seguro de que aceptaréis .

*Le señala una silla frente a Meneror para que se siente*

-Por favor.

*Quitó la ceniza nuevamente*

-La Marina de Logetown y de Ohara ya sabe de mi traición hacia los civiles, sin embargo la noticia no se ha propagado, no deseo que la marina me eche el guante, al menos todavía. He logrado llamar su atención...a más de uno. Por ello os pido un fav...*corrigió la palabra* - Una petición... ¿Conocéis a Lion D. Karl?

*Meneror tenía especial interés en saber la respuesta para proseguir*

Había tenido suerte. Meneror había decidido perdonar su error y concederle una segunda oportunidad. El asesino se recostó en la silla que le había señalado el mafioso y se sentó cruzando la pierna derecha sobre la izquierda. No era tan grande como el imponente sillón de Meneror, pero era bastante cómoda. Volvió a colocarse la máscara por si alguien miraba por la ventana o entraba en la habitación. Una cosa era que Il Bianco viese su rostro, y otra que lo hiciese un subordinado suyo o un desconocido. El mafioso continuó hablando, y entonces pronunció unas palabras muy interesantes.

- Por ello os pido un fav... una petición... ¿Conocéis a Lion D. Karl?

Jack se quedó callado por un instante, recordando el rostro de Quimera Karl. Por supuesto que lo conocía. Si no fuese por aquel marine corrupto hubiese muerto hacía años. Recordó cuando se lo encontró en el South Blue y este le salvó la vida a cambio de los documentos que había robado al Gobierno. Se toqueteó el brazo derecho pensativo. ¿Qué querría don Meneror del Vicealmirante? Desde luego dudaba ser capaz de asesinarlo. Lion D. Karl hacía Sokudan como él, y tenía más años de experiencia y mayor dominio del mismo.

- Dase la casualidad de que sí, don. Conocí al Vicealmirante Quimera Karl hace dos años.¿Qué queréis de él?

*Meneror había quedado asombrado por la cara de aquel hombre, sin embargo, su rostro se tornaba indiferente. Tras aquellas palabras Il Bianco miró los papeles de encima de su mesa*

-Si si,  acabo de saber su nuevo cargo de Vicelamirante *Examina el nombramiento de Karl, pues le habían conseguido una copia*

-Este caballeros es de vital importancia para mí, por no decir que sus intereses para mis negocios son beneficiosos. ¿Donde estráis vos?, simple...

*Le enseña listajes de los Ouka Shichibukai*

-Señor Nat ¿ os suena?, si Karl es vicealmirante estoy seguro de que él os podrá contar sobre este sujeto. No deseo que secuestréis ni matéis, simplemente que espiéis la información que podáis sacar con la ayuda de Karl si este, se ofrece a ayudarme.

*Exhala humo de nuevo*

-Si Karl se niega a ayudarme... *Pensó que sería imposible debido a los planes que compartían*-....Si Karl se niega hacédmelo saber, pero quiero toda la información posible acerca del Ouka Shichibukai Nat, no quiero errores, no qiero que mi nombre sea localizado en vuestros labios....hacedlo bien y saldréis ganando mucho.

*Señala un cofre a su derecha sobre la mesa. Era de pequeño tamaño. Meneror lo abrió y había oro dentro*

-Esto es solo un anticipo. ¿y bien?.

Jack junto los dedos de ambas manos, pensativo. Conocía a Nat también, pero no sabía hasta qué punto estaría bien hablar de él. Desvelar secretos sobre un compañero y camarada no era algo positivo, por mucho que el Shichibukai no perteneciese a la Armada Revolucionaria. Contuvo un suspiro y miró al mafioso, tamborileando con unos dedos contra otros. Finalmente decidió hablar.

- Da la casualidad, don Meneror, de que conozco al shichibukai Nat el Verdugo. No tenéis que enviarme a ningún lado, si no que puedo informaros ya mismo de lo que queráis hacer... pero antes quiero aclarar un par de cosas.

Señaló el cofre de oro en primer lugar. Quería empezar por ese punto.

- Deberíais haber entendido que yo sólo trabajo para la Revolución. No necesito que me paguéis. Mientras sigáis apoyando la causa revolucionaria y nos enviéis armamento y provisiones como habíamos acordado, no tendré problemas en continuar ayudándoos.

Y ahora venía el punto peliagudo. El revolucionario esperaba que Meneror no se lo tomara mal... o no demasiado al menos.

- Lo último, conozco al Señor Nat, sí... y se podría decir que en un pasado fuimos compañeros. Mis principios me impiden revelar sobre él información que pueda perjudicarle de sobremanera, pero sí estoy dispuesto a contaros lo que deseéis sobre él mientras no entre en conflicto con mi condición. Ahora decidme, ¿qué queréis que os cuente?

*Meneror exhaló la última calada a su puro para luego dejarlo posado sobre el cenicero encendo. Escuchó aquellas palabras en lo referente al cofre y no pudo esbozar una leve sonrisa*

-Os daré todo lo que bien acordamos tiempo atrás, pero a parte de subvencionaros con armas y suministros creo que no vivís de ello, así que aceptadlas.

*Acercó el cofre a Silvers. Meneror comenzó a hablar sobre lo que realmente le interesaba*

-¿Sobre Nat? Todo...*dijo tajante*- Deseo ganarme su confianza , y debo decir que no empezamos con buen pie debido a un incidente en Longetown.Digamos que no le gustó lo que vió alli, aún así quiero que me hagáis publicidad si os es posible, pues, tener un Ouka Sichibukai en el bolsillo es harto meritorio....tanto para vuestra causa como para la mía.

*Cogió el puro de nuevo*

-En lo referente a  los revolucionarios, ya que os subvenciono.. quiero.. *exhala humo* - Cierta garantía de protección de mi persona así como mis negocios frente a la Marina o mismamente los Shichibukais.

*Se levantó frente a Silvers*

-¿Podréis hacer esa tarea por mi?, y tened a bien que la recompensa para vuestra "causa" será triplicada en beneficio para vos.

Jack le hizo una leve inclinación de cabeza a Meneror, agradeciéndole el oro. Tomo el pequeño cofre y lo ocultó bajo la su capa. Tras eso respiró profundamente mientras pensaba por dónde empezar con lo que sabía sobre Nat. Se cruzó se brazos y se acomodó en el asiento.

- No es fácil ganarse la confianza de Nat. Es un hombre listo y precavido... tras mi encuentro con él estuve investigándole para saber con quién trataba. Hay varias cosas que debéis saber sobre él.

El revolucionario no tenía claro por qué seguía ayudando al pirata, o por qué le contaba tanto. Solía odiar tener que obedecer a jefes y las jerarquías, pero Meneror tenía una especie de carisma y aura de liderazgo que le impulsaba a tomarse como algo natural sus órdenes. Miró con sus ojos azules al mafioso a través de la máscara y continuó hablando:

- Nat no es una persona misericorde ni buena. Carece de escrúpulos. Y tiene ciertas simpatías por la Revolución... desprecia al Gobierno por las injusticias que permite que ocurran. Es un asesino justiciero, parecido a mi en muchos aspectos, pero más letal y con una moral más laxa. ¿Queréis ganároslo? Entonces deberéis entender su extraño concepto de "justicia", y apoyarle. Creo que os he dado las piezas necesarias para ello. Es la clase de persona que sólo quiere ver el mundo arder.

Jack se quedó callado por unos instantes y miró por la ventana, pensando dónde se hallaría en aquel momento el Shichibukai. "Es una pena que no se uniera a la Revolución. Hubiera sido un letal y formidable aliado." Volvió a mirar a Meneror y se metió la mano en la capa, sacando un den den mushi de color blanco con bigote y perilla, como su máscara.

- Sobre recibir apoyo de la Revolución... si alguna vez necesitáis ayuda, tan sólo llamadme por este den den mushi. Acudiré tan veloz como pueda.

*Meneror exhaló un poco del humo hacia el techo, tras unos segundos callado y pensativo frente a Silvers habló. La información había sido de su agrado pero necesitaba contar con el apoyo e todos para su artimaña*

-Perfecto Señor Silvers, perfecto. Sin duda la revolución debe estar gustosa con vos, a pesar de que halláis fracasado con Rose no provocó ningún problema, es más no he recibido noticia de su banda por el momento. Cosa que Me agrada. Seguiré vuestras guías para con el Señor Nat. Ahora finalicemos esta reunión  con una última cláusula...

*Sirve vino a Silvers en una copa que coloca sobre la mesa del despacho*

-Si los revolucionarios me dan la espalda, tened a bien que la marina se os echará encima, si los revolucionarios cierran el negocio de envio de armas y suministros continuos, piratas irán a por ustedes. No es una amenaza, solo un aviso. Confío en usted señor silvers.

*Bebe de su copa y la vuelve a llenar*

-Pero no quisiera que patriotas como ustedes dieran la espalda a alguien simpatizante con vuestra facción, si los rvolucionarios me dais la espalda, loas armas y suministros irán para la competencia. Necesito beneficio ya sabe. Aún asi espero que podamos brindar por una alianza entre mi persona y su causa.

*Ofrece su copa para el brindis*

-¿Acepta?

Jack dejó el den den mushi sobre la mesa y aceptó la copa de vino que le tendía Meneror. Había sido más sencillo de lo que esperaba. Había logrado que el mafioso le perdonara su error y continuara con sus pactos con la Revolución. Solo faltaba un último detalle.

- Por último, señor Il Bianco, ¿tenéis alguna tarea más para mi? Eliminar a algún competidor, asesinar a alguien demasiado molesto... esa clase de cosas. Tan sólo decid el nombre y morirá.

No sabía exactamente por qué, pero se sentía en cierto modo en deuda con Il Bianco. Este le había perdonado por sus errores, y además apoyaba a su causa. Lo mínimo que podía hacer era devolverle el favor lo máximo que pudiera. Ese no solía ser su comportamiento habitual, pero quería hacerlo.

- No temáis. La Revolución mantendrá sus tratos mientras vosotros lo hagáis. Tan sólo evitad atacar al pueblo llano más de... lo necesario - dijo, buscando las palabras adecuadas para que no sonase como una orden.

Se subió la máscara lo justo como para asomar la boca por debajo y bebió un trago del vino. No era un aficcionado a las bebidas alcohólicas, es más, detestaba el alcohol, el tabaco y cualquier clase de droga. Sin embargo debía evitar ser descortés en presencia de Il Bianco. El sabor de aquel vino no era demasiado desagradable, incluso no estaba demasiado mal, pero no le gustó.