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El día estaba calmado, aunque más que un día se podía decir que era una preciosa noche, el cielo estaba estrellado totalmente y apenas había nubes en aquel lugar. El viento soplaba muy despacio y apenas se notaba, solo una pequeña brisa que incluso resultaba agradable. El barco del alma del diablo navegaba por aquel mar de forma tranquila. Era in barco enorme de velas blancas y de madera oscura y tenebrosa. Un barco que más bien parecía ser de criaturas tenebrosas o algo así debido a sus pintas. Este estaba a unos cinco metros de la orilla y por ello echó el ancla, a esas horas toda la tripulación estaría dormida seguramente. No parecía que Dexter o Meneror estuvieran despiertos, y estaba claro que Vagadus y Ruxer tampoco lo estaba, ni siquiera Baozar. Sin embargo unos pasos se escucharon por la cubierta, unos pasos que resonaban y producían un sonido metálico.
Aquella persona no llevaba camiseta, en su pecho solo se veía un tatuaje en forma de luna creciente de color negro sobre la zona del corazón. Su cuerpo era musculoso e increíble debido a sus brazos con buen grosor y a su pecho además de su zona abdominal. Sus piernas eran firmes y fuertes y su cuello también. Medía al menos casi dos metros y su pelo era castaño pinchudo, sus ojos dorados, sin embargo el blanco de los ojos lo tenía de un color negro muy intimidante. Solo portaba como ropa un pantalón largo blanco muy flexible y unas botas de metal. En su cintura llevaba una pequeña funda donde solo cogería una pequeña navaja, en la rodilla una funda de un arma de fuego, era su revólver magnum 44. Se trataba del asesino de los mares, el supernova conocido como la pesadilla, el capitán Kedra.
Aún continuaba buscando a Drake, su hermano menos, su objetivo era eliminarle a toda costa y destrozarlo. Ahora se hallaba caminando por la cubierta dirigiéndose a la orilla, tenía cierta curiosidad por aquella extraña isla alejada de la mano de Dios. No entendía porque los rumores decían que mucha gente no salía con vida de aquella isla pero estaba claro que no iba a dejarse achantar por esos simples rumores, sin pensárselo ni siquiera, puso el pie en la borda y saltó con fuerza aterrizando en la orilla clavando una rodilla en el suelo. Sin embargo no sintió la textura de la arena, abrió los ojos y vio que se trataba de césped. No había arena en la isla, solo césped, era algo muy extraño sin duda. Ahora su curiosidad había aumentado más de lo que había aumentado antes y estaba claro que investigaría a fondo aquella isla hubiese lo que hubiese en ella.
Su mirada aterradora analizaba poco a poco el lugar, parecía haber mucha vegetación y eso era bueno, ahora no había mucha pues estaba en la orilla, pero estaba claro que dentro de aquella isla había mucha, además deseaba conocer la fauna. Seguramente habría seres muy poderosos en aquella isla o al menos algunos que dieran la talla contra el asesino que ostentaba el titulo de supernova. En su último entrenamiento había mejorado mucho sus poderes y ahora tenía unas habilidades increíbles, tan fuertes que usándolas en su forma bestial podían ser letales incluso para marines con rango intermedio como tenientes, sin duda alguna el poder de aquel chico iba a llegar muy lejos. Había sido informado de que Vader era el líder de una organización de revolucionarios y él le había derrotado pese a ser un usuario del tipo logia y en ese momento no disponía de haki, era un tipo fuera de lo común.
Aquella persona no llevaba camiseta, en su pecho solo se veía un tatuaje en forma de luna creciente de color negro sobre la zona del corazón. Su cuerpo era musculoso e increíble debido a sus brazos con buen grosor y a su pecho además de su zona abdominal. Sus piernas eran firmes y fuertes y su cuello también. Medía al menos casi dos metros y su pelo era castaño pinchudo, sus ojos dorados, sin embargo el blanco de los ojos lo tenía de un color negro muy intimidante. Solo portaba como ropa un pantalón largo blanco muy flexible y unas botas de metal. En su cintura llevaba una pequeña funda donde solo cogería una pequeña navaja, en la rodilla una funda de un arma de fuego, era su revólver magnum 44. Se trataba del asesino de los mares, el supernova conocido como la pesadilla, el capitán Kedra.
Aún continuaba buscando a Drake, su hermano menos, su objetivo era eliminarle a toda costa y destrozarlo. Ahora se hallaba caminando por la cubierta dirigiéndose a la orilla, tenía cierta curiosidad por aquella extraña isla alejada de la mano de Dios. No entendía porque los rumores decían que mucha gente no salía con vida de aquella isla pero estaba claro que no iba a dejarse achantar por esos simples rumores, sin pensárselo ni siquiera, puso el pie en la borda y saltó con fuerza aterrizando en la orilla clavando una rodilla en el suelo. Sin embargo no sintió la textura de la arena, abrió los ojos y vio que se trataba de césped. No había arena en la isla, solo césped, era algo muy extraño sin duda. Ahora su curiosidad había aumentado más de lo que había aumentado antes y estaba claro que investigaría a fondo aquella isla hubiese lo que hubiese en ella.
Su mirada aterradora analizaba poco a poco el lugar, parecía haber mucha vegetación y eso era bueno, ahora no había mucha pues estaba en la orilla, pero estaba claro que dentro de aquella isla había mucha, además deseaba conocer la fauna. Seguramente habría seres muy poderosos en aquella isla o al menos algunos que dieran la talla contra el asesino que ostentaba el titulo de supernova. En su último entrenamiento había mejorado mucho sus poderes y ahora tenía unas habilidades increíbles, tan fuertes que usándolas en su forma bestial podían ser letales incluso para marines con rango intermedio como tenientes, sin duda alguna el poder de aquel chico iba a llegar muy lejos. Había sido informado de que Vader era el líder de una organización de revolucionarios y él le había derrotado pese a ser un usuario del tipo logia y en ese momento no disponía de haki, era un tipo fuera de lo común.
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Un barco estaba a varios metros de una isla en lo profundo de una noche poco estrellada y con algo de nubes, los rayos de la luz de la luna eran intermitentes y solo daba un pésimo aspecto a la isla, en la cubierta se veía a un tipo muy grande de pelo verde y una pequeña sonrisa, era Midorima Shintaro un pirata desconocido pero que poseía habilidades algo extraordinarias a pesar de ser tan joven, el motivo por el que iba a una isla alejada de la mano de Dios era porque le llegaron rumores de que en esa isla nadie salía con vivo cosa que solo atraía la atención del joven pirata. Pero el barco en el que iba no se había acercado hasta la orilla, así que tuvo que caminar por el agua helada del océano hasta la orilla, no dijo nada y el barco en el que iba lentamente se alejaba de vuelta. El peli verde siguió su camino observando todo el terreno aunque la visibilidad era poca dejaba claro que esta isla estaba llena de misterios lo que solo daba una mejor atracción a este.
Llegó a lo que sería la orilla de la playa pero solo sintió césped, era poco pero no había arena cosa que intrigaba más a Midorima, así que observo más profundo y aprovechando que justo una nube se fue destapando la luna logro ver el panorama de la isla, un bosque frondoso y que al igual que la isla poseía un encanto algo único. El joven sonrió de manera natural para luego empezar a caminar no sin antes mirar a su alrededor nuevamente pero estaba solo, no veía a nadie lo suficientemente cerca así que tendría que ir a caminar esperando encontrarse con algo o alguien que estuviera a su nivel y así poder jugar con ellos y divertirse en esta isla, así que empezó a caminar por el bosque “adelantándose” a cualquiera que estuviera en la isla o en los alrededores aunque por el lugar donde estaba que era prácticamente el opuesto a lo que sería la parte sur de la isla estaba abandonado y solo estaba el pirata.
Sin pensarlo más empezó a caminar por el bosque, evadiendo la densa vegetación y atento a cualquier ruido, su adrenalina a cada paso se disparaba y su cara cada vez más se ponía serio y frío, no daba la pinta de ser alguien de muchos amigos lo que sería algo bueno si alguien se acercaba, lo único que pensaba era en golpear a la primera cosa que se metiera en su camino, los ruidos de los animales pronto empezaron a inundar el lugar, sonidos siniestros que junto a la poca visibilidad daban un aspecto aterrador y sacado de la peor película de suspenso, los pasos de Midorima se escuchaban muy fuertes debido a lo seca que estaba la vegetación pero no importaba, lo único que pensaba en ese momento era en una pelea contra alguien muy fuerte o bien contra algunos animales poderosos.
Llegó a lo que sería la orilla de la playa pero solo sintió césped, era poco pero no había arena cosa que intrigaba más a Midorima, así que observo más profundo y aprovechando que justo una nube se fue destapando la luna logro ver el panorama de la isla, un bosque frondoso y que al igual que la isla poseía un encanto algo único. El joven sonrió de manera natural para luego empezar a caminar no sin antes mirar a su alrededor nuevamente pero estaba solo, no veía a nadie lo suficientemente cerca así que tendría que ir a caminar esperando encontrarse con algo o alguien que estuviera a su nivel y así poder jugar con ellos y divertirse en esta isla, así que empezó a caminar por el bosque “adelantándose” a cualquiera que estuviera en la isla o en los alrededores aunque por el lugar donde estaba que era prácticamente el opuesto a lo que sería la parte sur de la isla estaba abandonado y solo estaba el pirata.
Sin pensarlo más empezó a caminar por el bosque, evadiendo la densa vegetación y atento a cualquier ruido, su adrenalina a cada paso se disparaba y su cara cada vez más se ponía serio y frío, no daba la pinta de ser alguien de muchos amigos lo que sería algo bueno si alguien se acercaba, lo único que pensaba era en golpear a la primera cosa que se metiera en su camino, los ruidos de los animales pronto empezaron a inundar el lugar, sonidos siniestros que junto a la poca visibilidad daban un aspecto aterrador y sacado de la peor película de suspenso, los pasos de Midorima se escuchaban muy fuertes debido a lo seca que estaba la vegetación pero no importaba, lo único que pensaba en ese momento era en una pelea contra alguien muy fuerte o bien contra algunos animales poderosos.
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El Mar del Sur, era donde se encontraba Ibuki en este mismo momento. En la cubierta de un barco, el cuál estaba alejado a escasos metros de una isla. Había rumores que en esa isla nadie salía vivo de allí. Eso le intrigaba, y mucho. No podía bajar nadando ni tampoco andando. La distancia que habría entre el barco y la isla era más o menos 5 metros. Si no podía ni andar ni nadar por el agua... tendría que pegar un gran salto. Cogió carrerilla, y cuando estuvo al borde de la cubierta del barco, flexionó sus rodillas, las extendió y pegó un salto hasta llegar a la orilla. Al caer, tocó un poco el agua, pero enseguida se apartó de alli.
Se puso a caminar, a explorar la isla. No sabía la de peligros que albergaban en esa isla y en cambio él iba con una sonrisa de oreja a oreja. Delante de él había un extenso bosque, y en la playa donde se suponía que tendría que haber arena, había césped.
Ya metido en el bosque, mientras iba andando, miraba para todos los lados como si le interesase el lugar que estaba viendo. Todo estaba abandonado, no había ningún signo de civilización. En cierto modo eso no le gustaba, pues el en cuanto había poco movimiento en algún lugar empezaba a gritar y a hacer tonterías para llamar la antención y que hubiera griterío.
A medida que iba andando el aburrimiento inundó su cuerpo por lo cuál, decidió ponerse a lanzar puñetazos y patadas hacia un árbol. Y hacía eso una y otra vez, hasta hacer caer el árbol. Cuando éste cayera iría hacia otro y así sucesivamente.
Se puso a caminar, a explorar la isla. No sabía la de peligros que albergaban en esa isla y en cambio él iba con una sonrisa de oreja a oreja. Delante de él había un extenso bosque, y en la playa donde se suponía que tendría que haber arena, había césped.
Ya metido en el bosque, mientras iba andando, miraba para todos los lados como si le interesase el lugar que estaba viendo. Todo estaba abandonado, no había ningún signo de civilización. En cierto modo eso no le gustaba, pues el en cuanto había poco movimiento en algún lugar empezaba a gritar y a hacer tonterías para llamar la antención y que hubiera griterío.
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El chico finalmente se introdujo en la isla, iba observando todo a su alrededor con calma y sin hacer ningún ruido. Quería saber el motivo de que la gente temiera tanto la isla, no parecía estar muy habitada o eso observaba al menos. Sus dorados ojos brillaban en la noche mientras se relamía lentamente pensando ya en descubrir algo interesante. Esperaba que su tripulación no despertara en mitad de la noche o podía ser muy peligroso para ellos, o para él si decidían irse sin mirar si estaba su capitán en el barco, se estaba arriesgando muchísimo. Pero le daba igual en cierta parte, ya le irían a buscar cuando vieran que no estaba, o se quedaría entrenando hasta ver un barco acercarse. Los árboles y plantas de la zona parecían muy comunes pero lo mejor era el suelo, el cual era muy cómodo de pisar. Mientras avanzaba, de repente su olfato localizó algo. Era un olor muy raro y estaba muy cerca pero no podía verlo de ninguna forma, era extraño, era como si se acercara por debajo de tierra.
De repente notó un temblor bajo sus pies y por acto reflejo saltó hacia atrás a tiempo, donde estaba antes había surgido reventando el suelo un enorme gusano de cinco metros con tres hileras de dientes en forma circular hacia el interior de su boca. Era enorme y largo y no poseía ojos, estaba rugiendo con fuerza y había surgido de debajo de la tierra, ese ser parecía ser muy peligroso. Kedra lo observaba mientras fruncía el ceño y dejaba salir su aura oscura de su cuerpo, era algo increíble de contemplar. Sin ninguna contemplación pegó un salto lanzando una poderosa patada al cuerpo de aquel insecto que se retorció un poco gruñendo por el golpe y cayendo al suelo. No tardó en ejercer su altura de nuevo y lanzarse con su enorme boca hacia el chico lobo tratando de engullirlo. El lobo negro estiró ambos brazo dejando uno en donde debía de esta la nariz del bicho y la otra por debajo de su boca. La fuerza del insecto de cinco metros era sin duda poderosa pero la del asesino era también muy fuerte.
De repente la enorme bestia comenzó a hacer más presión ayudándose de todo su cuerpo alargado y viscoso. El capitán de Kage Akuma gruñó un poco mientras hacía presión con todas sus fuerzas también, ahora sabía el motivo por el que todas las personas que iban a la isla morían, si esta estaba llena de seres así, sería un enorme peligro, pero el castaño no se iba a rendir con el forcejeo. Elevó la pierna derecha con rapidez golpeando la parte inferior de la cabeza de aquella bestia con su bota de metal. La sangre comenzó a salir de una herida que surgió en la zona del golpe, esta era verde. El gusano perdió un poco la fuerza y en ese momento el chico lobo saltó al aire bajando con la pierna en forma de hacha, golpeando la cabeza de la bestia y clavándola en el suelo con fuerza.
El ser rugió de dolor mientras se levantaba de nuevo sangrando por la boca, el chico lobo aterrizó a seis metros delante con las manos metidas en los bolsillos y observándolo con sus ojos dorados. La impresión que daba el chico espectral era temible y aquella bestia estaba pensando si atacar o largarse. Los pasos del lobo ahora le llevaban directo aquella bestia pues caminaba hacia ella mientras sonreía de lado con una mirada sádica y temible.
- El juego solo acaba de empezar gusanito.
De repente notó un temblor bajo sus pies y por acto reflejo saltó hacia atrás a tiempo, donde estaba antes había surgido reventando el suelo un enorme gusano de cinco metros con tres hileras de dientes en forma circular hacia el interior de su boca. Era enorme y largo y no poseía ojos, estaba rugiendo con fuerza y había surgido de debajo de la tierra, ese ser parecía ser muy peligroso. Kedra lo observaba mientras fruncía el ceño y dejaba salir su aura oscura de su cuerpo, era algo increíble de contemplar. Sin ninguna contemplación pegó un salto lanzando una poderosa patada al cuerpo de aquel insecto que se retorció un poco gruñendo por el golpe y cayendo al suelo. No tardó en ejercer su altura de nuevo y lanzarse con su enorme boca hacia el chico lobo tratando de engullirlo. El lobo negro estiró ambos brazo dejando uno en donde debía de esta la nariz del bicho y la otra por debajo de su boca. La fuerza del insecto de cinco metros era sin duda poderosa pero la del asesino era también muy fuerte.
De repente la enorme bestia comenzó a hacer más presión ayudándose de todo su cuerpo alargado y viscoso. El capitán de Kage Akuma gruñó un poco mientras hacía presión con todas sus fuerzas también, ahora sabía el motivo por el que todas las personas que iban a la isla morían, si esta estaba llena de seres así, sería un enorme peligro, pero el castaño no se iba a rendir con el forcejeo. Elevó la pierna derecha con rapidez golpeando la parte inferior de la cabeza de aquella bestia con su bota de metal. La sangre comenzó a salir de una herida que surgió en la zona del golpe, esta era verde. El gusano perdió un poco la fuerza y en ese momento el chico lobo saltó al aire bajando con la pierna en forma de hacha, golpeando la cabeza de la bestia y clavándola en el suelo con fuerza.
El ser rugió de dolor mientras se levantaba de nuevo sangrando por la boca, el chico lobo aterrizó a seis metros delante con las manos metidas en los bolsillos y observándolo con sus ojos dorados. La impresión que daba el chico espectral era temible y aquella bestia estaba pensando si atacar o largarse. Los pasos del lobo ahora le llevaban directo aquella bestia pues caminaba hacia ella mientras sonreía de lado con una mirada sádica y temible.
- El juego solo acaba de empezar gusanito.
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El peli verde vagaba tranquilamente por la isla, a decir verdad ya se había acostumbrado en cierta manera a ese ambiente tan tétrico que tenía esta. La escasa visibilidad y la densa vegetación hacían de este ambiente lo mejor del mundo, a sus oídos llegaron los sonidos lejanos de lo que podrían ser peleas de algo contra otra cosa o bien algunos animales alocados que estaban destruyendo todo lo que se cruzaba en su camino, cosa que no era algo muy bueno ya que si era así eran los animales los que saldrían lastimados y no él, así que iba alerta a cualquier cosa que podría llegar a pensar que este humano era comida.
Sin más Midorima logro llegar a un claro con un gran lago al frente, cosa que solo indicaba que estaría al centro de la isla ya que los claros como este se encontraban usualmente en los lugares céntricos de las islas cualquiera sea el tipo. Era un lugar mucho más sombrío que cualquiera por el simple hecho que la luz de la luna se reflejaba en el lago y las sombras parecían más temibles que antes, se quedo allí para tomar un pequeño descanso ya que al parecer habría pasado una media hora desde que había empezado a caminar y se merecía este gran descanso, así que partió por sacarse las pesas para luego tumbarse en un árbol, puso las pesas en un lugar cercano y levanto la mirada para mirar la hermosa luna que brillaba con fuerza, cerro sus ojos para suspirar tranquilamente y luego volver a centrarse en aquel lago, no tenía sed así que no era necesario ir a tomar agua y aparte ni siquiera estaba muy agotado.
De repente un par de ruidos pusieron alerta al peli verde, eran pasos y venían con fuerza, Shintaro se dedico a sonreír mientras esperaba a que apareciera lo que tuviera que aparecer. No se demoro mucho en aparecer de entre los árboles haciéndolos pedazos por culpa de su gran tamaño, era una hormiga de unos cuatro metros de alto y era muy ancha, una pequeña gota de sudor frío recorrió la sien izquierda de Shintaro ya que no se esperaba eso. El animal que era obviamente carnívoro avanzó con fuerza y eso solo hizo que Midorima se pusiera de pie y en guardia para luchar contra esa mutación rara de insecto, por suerte ya no tenía las pesas así que tendría mayor libertad de movimiento, empezó a caminar rumbo a aquel insecto de tamaño descomunal y empezaba a comprender porque la gente no salía de esta isla, los animales aquí eran tan grandes y fuertes que era imposible el escape. Pero eso era para gente ordinario y común, y Shintaro estaba muy por lejos de ser alguien común su fuerza era muy superior a la media y este gatito no lograría asustar al peli verde ya que este sabía que iba a ganar de todas formas.
Sin más Midorima logro llegar a un claro con un gran lago al frente, cosa que solo indicaba que estaría al centro de la isla ya que los claros como este se encontraban usualmente en los lugares céntricos de las islas cualquiera sea el tipo. Era un lugar mucho más sombrío que cualquiera por el simple hecho que la luz de la luna se reflejaba en el lago y las sombras parecían más temibles que antes, se quedo allí para tomar un pequeño descanso ya que al parecer habría pasado una media hora desde que había empezado a caminar y se merecía este gran descanso, así que partió por sacarse las pesas para luego tumbarse en un árbol, puso las pesas en un lugar cercano y levanto la mirada para mirar la hermosa luna que brillaba con fuerza, cerro sus ojos para suspirar tranquilamente y luego volver a centrarse en aquel lago, no tenía sed así que no era necesario ir a tomar agua y aparte ni siquiera estaba muy agotado.
De repente un par de ruidos pusieron alerta al peli verde, eran pasos y venían con fuerza, Shintaro se dedico a sonreír mientras esperaba a que apareciera lo que tuviera que aparecer. No se demoro mucho en aparecer de entre los árboles haciéndolos pedazos por culpa de su gran tamaño, era una hormiga de unos cuatro metros de alto y era muy ancha, una pequeña gota de sudor frío recorrió la sien izquierda de Shintaro ya que no se esperaba eso. El animal que era obviamente carnívoro avanzó con fuerza y eso solo hizo que Midorima se pusiera de pie y en guardia para luchar contra esa mutación rara de insecto, por suerte ya no tenía las pesas así que tendría mayor libertad de movimiento, empezó a caminar rumbo a aquel insecto de tamaño descomunal y empezaba a comprender porque la gente no salía de esta isla, los animales aquí eran tan grandes y fuertes que era imposible el escape. Pero eso era para gente ordinario y común, y Shintaro estaba muy por lejos de ser alguien común su fuerza era muy superior a la media y este gatito no lograría asustar al peli verde ya que este sabía que iba a ganar de todas formas.
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Anduvo y anduvo por el bosque hasta llegar a un pequeño claro con un lago en él. Oyó unos ruidos y vio a un chico de pelo verde ir hacia una hormiga gigante seguramente para luchar contra ella.. Se escondió entre la maleza para no ocultar su posición. Si ese chico estaba en peligro lo ayudaría sin dudarlo, porque esos bichejos debían ser la causa por la que la gente no salía viva de la isla. Aunque Ibuki se aburría y le daría bastante emoción al asunto. Fue hasta donde estaban el chico y la hormiga gigante, sin dejarse ver entre la maleza. Una vez estuvo a su altura, como la hormiga era tan grande que una de sus patas quedaba al lado de un árbol, Ibuki decidió crear pegamento con sus poderes sobre la pata, para que la hormiga no se moviese o le dificultase la movilidad. Mientras, Ibuki se escondía aún más para ver el espectáculo en primera fila mientras se reía muy flojo.
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El gusano gruñía mientras observaba al chico castaño acercarse, era temible incluso para aquel insecto tan grande y de aquella brutalidad. Los dorados ojos se clavaron en el insecto mientras lo analizaban completamente, el pirata no iba a dejarse vencer por aquella cosa y ya le había dado dos buenos golpes. El tercero no iba a tardar en llegar si el enorme insecto no se largaba pronto, sin embargo aquella cosa eligió la muerte, se lanzó a por el chico tratando de engullirle completamente. Este frunció el ceño y pegó un salto metiéndose en su boca y evitando los dientes por los pelos. Ahora dentro del cuerpo de aquel gusano, estaba seguro y por si fuera poco, tenía la vida del insecto en sus manos. No se lo pensó ni un instante y corrió hacia el interior mientras lanzaba patadas con sus botas de metal, su fuerza estaba ya bastante desarrollada, de una última patada consiguió abrirle un agujero en la zona del lomo y salió por ahí mientras notaba como su cuerpo estaba manchado de sangre verde de aquella cosa, la cual ahora estaba muerta en el suelo desangrándose por completo. Era una pena pues podría haberse salvado si hubiese huido.
Ahora el asesino lleno de tripas de gusano, continuó su camino de forma tranquila y normal mientras fruncía el ceño soportando la peste que olía aquella sustancia verde que el insecto tenía por sangre. Debía quitarse aquello cuanto antes, ahora pudo localizar un olor que sin duda alguna era el de humanos. Sus pasos continuaron hasta llegar a un lago, justo en la orilla combatía un chico de pelo verde contra una simple hormiga de cuatro metros. El asesino pasó de este pues localizaba el olor de otra persona pero ahora no le interesaba. Se acercó al lago y se agachó en la orilla empezando a limpiarse aquella sangre de su poderoso e increíble cuerpo. El líquido ver pareció salir por completo, eso agradó al cadejo negro que ahora se sentía mejor sin la sangre de aquella cosa por encima. Hacía ya mucho que no usaba el agua de un lago para limpiarse y era una sensación que le debilitaba bastante. Pero al cabo de unos segundos al no estar mojado o metido en el agua, la sensación acabó. Ahora observaba como la hormiga no podía despegar su pata de uno de los arboles que allí había.
Estaba cansado de insectos y sus ojos de repente tomaron un color rojizo mientras un aura oscura a su alrededor. De repente empezó a mover su brazo derecho con ganas mientras este tomaba un aura oscura. Sin pensárselo lanzó un puñetazo al aire y de este surgió una onda enorme cortante en forma de un lobo negro de ojos rojos y cuernos demoníacos. Dicha onda en forma de perro pegó un rugido y a continuación se dirigió hacia la hormiga, si esa onda impactaba en ella la despedazaría debido a la poderosa energía cortante de la que estaba hecha. Y lo mismo pasaría si pillara a un humano desprevenido por el camino. Una vez lanzó aquella onda se volvió a girar y se sentó en el suelo, notando el césped blando y cómodo. Además activó su haki de observación por si las moscas y tenía preparado el haki armadura y el resto de sus técnicas, aquella isla era un peligro y estaba dispuesto a eliminar a todos los insectos. Además le había robado la presa al chico peli verde, la verdad es que tardaba mucho y aquel ser estaba mejor muerto. De repente la voz grave del chico se escuchó.
- Sé que hay otro humano escondido, puedo olerte.
Ahora el asesino lleno de tripas de gusano, continuó su camino de forma tranquila y normal mientras fruncía el ceño soportando la peste que olía aquella sustancia verde que el insecto tenía por sangre. Debía quitarse aquello cuanto antes, ahora pudo localizar un olor que sin duda alguna era el de humanos. Sus pasos continuaron hasta llegar a un lago, justo en la orilla combatía un chico de pelo verde contra una simple hormiga de cuatro metros. El asesino pasó de este pues localizaba el olor de otra persona pero ahora no le interesaba. Se acercó al lago y se agachó en la orilla empezando a limpiarse aquella sangre de su poderoso e increíble cuerpo. El líquido ver pareció salir por completo, eso agradó al cadejo negro que ahora se sentía mejor sin la sangre de aquella cosa por encima. Hacía ya mucho que no usaba el agua de un lago para limpiarse y era una sensación que le debilitaba bastante. Pero al cabo de unos segundos al no estar mojado o metido en el agua, la sensación acabó. Ahora observaba como la hormiga no podía despegar su pata de uno de los arboles que allí había.
Estaba cansado de insectos y sus ojos de repente tomaron un color rojizo mientras un aura oscura a su alrededor. De repente empezó a mover su brazo derecho con ganas mientras este tomaba un aura oscura. Sin pensárselo lanzó un puñetazo al aire y de este surgió una onda enorme cortante en forma de un lobo negro de ojos rojos y cuernos demoníacos. Dicha onda en forma de perro pegó un rugido y a continuación se dirigió hacia la hormiga, si esa onda impactaba en ella la despedazaría debido a la poderosa energía cortante de la que estaba hecha. Y lo mismo pasaría si pillara a un humano desprevenido por el camino. Una vez lanzó aquella onda se volvió a girar y se sentó en el suelo, notando el césped blando y cómodo. Además activó su haki de observación por si las moscas y tenía preparado el haki armadura y el resto de sus técnicas, aquella isla era un peligro y estaba dispuesto a eliminar a todos los insectos. Además le había robado la presa al chico peli verde, la verdad es que tardaba mucho y aquel ser estaba mejor muerto. De repente la voz grave del chico se escuchó.
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El peli verde estaba preparado para esquivar los ataques de la hormiga, cuando su instinto le hizo mirar a un lado justo cuando una onda cortante atravesaba y despedazaba a aquel insecto de tamaño anormal, una gota de sudor frio le recorrió la sien derecha para luego mirar a los lados para ver la figura de un tipo de pelo castaño y poco más ya que estaba de espaldas a él, aunque escuchó las palabras de ese sujeto y logro notar que había alguien más aparte de ellos dos en la isla y todo indicaba que era un humano como ellos. Shintaro lentamente empezó a caminar hacía ese sujeto, mientras lo hacía volvía a ponerse las pesas en el camino ya que no esperaba que ese tipo lo llegará a atacar por alguna extraña razón aparte sus instintos estaban listos para de esa forma esquivar lo que fuera que el castaño hiciera, y entonces sin demorarse mucho llegó a su lado y entonces mientras se sentaba a su lado le dijo:
Midorima: Gracias por la ayuda, a decir verdad no quería pelear contra ese insecto, soy Midorima Shintaro y tú ¿cómo te llamas?
Su tono era amable no como el de siempre que era frio y muy serio, sin más lo miro de reojo y logro ver que tenía ojos muy extraños ya que eran dorados y la parte que debía ser blanca era totalmente negra cosa que era muy extraña y le daba un aspecto demasiado sombrío aparte de que tenía cara de pocos amigos aun así a Shintaro no le daba miedo nada, así que si tenía que pelear lo iba a hacer no importando nada. Guardo silencio mientras esperaba la respuesta de ese tipo o bien mientras esperaba que el otro sujeto hiciera acto de presencia ya que estaba claro que había alguien más o por lo menos eso aseguraba el castaño que estaba a su lado. Así que esperaba lo que primero que pasara aunque le daba igual ya que se había fijado en su “acompañante” ya que se notaba que era fuerte o por lo menos esa era su primera impresión.
Midorima: Gracias por la ayuda, a decir verdad no quería pelear contra ese insecto, soy Midorima Shintaro y tú ¿cómo te llamas?
Su tono era amable no como el de siempre que era frio y muy serio, sin más lo miro de reojo y logro ver que tenía ojos muy extraños ya que eran dorados y la parte que debía ser blanca era totalmente negra cosa que era muy extraña y le daba un aspecto demasiado sombrío aparte de que tenía cara de pocos amigos aun así a Shintaro no le daba miedo nada, así que si tenía que pelear lo iba a hacer no importando nada. Guardo silencio mientras esperaba la respuesta de ese tipo o bien mientras esperaba que el otro sujeto hiciera acto de presencia ya que estaba claro que había alguien más o por lo menos eso aseguraba el castaño que estaba a su lado. Así que esperaba lo que primero que pasara aunque le daba igual ya que se había fijado en su “acompañante” ya que se notaba que era fuerte o por lo menos esa era su primera impresión.
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Pese a que nadie contestaba, el lobo negro no se equivocaba, sin duda alguna había alguien escondido en los matorrales. Su olor le delataba ante el olfato del Cadejo negro que ahora tenía los ojos entrecerrados mientras pensaba. De repente el chico peli verde se acercó a él presentándose como Midorima y preguntándole por su nombre. El chico había visto sus ojos y aún así no huía, era algo extraño que una persona le hablase, de todas formas no le molestaba su presencia, le molestaba la del individuo que no salía. No iba a dejar pasar eso pero iba a contestar al chico de forma calmada. Su voz fue grave y bastante seria además de ir con un tono sádico y temible. Se notaba que estaba orgulloso de lo que era y el peligro que suponía para el planeta tierra.
- Capitán de Kage Akuma, Supernova Kedra. Aunque me conocen por The Nightmare o la pesadilla.
Una vez hubo dicho aquello, se levantó de su sitio mientras fruncía el ceño apuntando con su puño hacia donde estaba el olor a humano. Si no salía lo iba a hacer salir por las malas o a reventarlo, repetiría el poder anterior para acabar con la vida de aquel tipo si no salía. Su brazo comenzó a girar mientras gruñía despacio y sus ojos se iluminaban en un tono dorado. La energía comenzó a rodear su brazo en forma de un aura negra que estaba potenciándose, de repente lanzó un puñetazo con fuerza hacia donde debía estar aquel sujeto. Un nuevo perro oscuro con cuernos y ojos rojos se formó en el aire rugiendo con fuerza mientras se dirigía a toda velocidad a los matorrales arrasando todo por el camino dejando el césped cortado por varias zonas y una pequeña humareda. Si el chico que se escondía no lo había esquivado o bloqueado seguramente habría muerto. De modo que el castaño pegó un suspiro mientras ahora sonreía de lado con una mirada sádica y llena de maldad, era sin duda un asesino único en su especie, tenía una personalidad única y extraña.
- Una basura menos.
Pronunció para después observar al chico peli verde tranquilamente. De repente se le ocurrió la idea de pasarlo bien un poco y decidió acojonarle para tratar de echarse unas risas, de modo que su aura oscura comenzó a salir de su cuerpo usando la habilidad del Cadejo Negro para dejarle temblando o al menos a intentarlo, su aura dejaba a la mayoría de personas con un miedo increíble que las hacía temblar, le gustaba aquella habilidad. De todas formas ahora estaba aburrido y no sabía qué hacer para divertirse, pegó un suspiro mientras se ponía a hacer flexiones tranquilamente con un solo brazo, el luchador del estilo Akumu del buey era toda una bestia y su fuerza ya era increíble.
De un solo puñetazo podía partir árboles y reventar rocas, el poder del castaño estaba subiendo más y más cada día y no parecía dejar de aumentar por cada mes que pasaba pues sus entrenamientos le permitían tener unas habilidades muy útiles. Apenas las había utilizado pues nadie le había dado un buen combate, no le gustaba nada obligar a la gente a pelear y por ello aún no había combatido con alguien de su nivel. La única persona fuerte a la que eliminó fue Jin Surfer, el usuario de la fruta de fuego que cayó ante el poder del luchador oscuro que ahora observaba el cielo mientras su aura oscura invadía el lugar y dejaría asustado a todo lo que entrara y no tuviera mucho poder.
- Capitán de Kage Akuma, Supernova Kedra. Aunque me conocen por The Nightmare o la pesadilla.
Una vez hubo dicho aquello, se levantó de su sitio mientras fruncía el ceño apuntando con su puño hacia donde estaba el olor a humano. Si no salía lo iba a hacer salir por las malas o a reventarlo, repetiría el poder anterior para acabar con la vida de aquel tipo si no salía. Su brazo comenzó a girar mientras gruñía despacio y sus ojos se iluminaban en un tono dorado. La energía comenzó a rodear su brazo en forma de un aura negra que estaba potenciándose, de repente lanzó un puñetazo con fuerza hacia donde debía estar aquel sujeto. Un nuevo perro oscuro con cuernos y ojos rojos se formó en el aire rugiendo con fuerza mientras se dirigía a toda velocidad a los matorrales arrasando todo por el camino dejando el césped cortado por varias zonas y una pequeña humareda. Si el chico que se escondía no lo había esquivado o bloqueado seguramente habría muerto. De modo que el castaño pegó un suspiro mientras ahora sonreía de lado con una mirada sádica y llena de maldad, era sin duda un asesino único en su especie, tenía una personalidad única y extraña.
- Una basura menos.
Pronunció para después observar al chico peli verde tranquilamente. De repente se le ocurrió la idea de pasarlo bien un poco y decidió acojonarle para tratar de echarse unas risas, de modo que su aura oscura comenzó a salir de su cuerpo usando la habilidad del Cadejo Negro para dejarle temblando o al menos a intentarlo, su aura dejaba a la mayoría de personas con un miedo increíble que las hacía temblar, le gustaba aquella habilidad. De todas formas ahora estaba aburrido y no sabía qué hacer para divertirse, pegó un suspiro mientras se ponía a hacer flexiones tranquilamente con un solo brazo, el luchador del estilo Akumu del buey era toda una bestia y su fuerza ya era increíble.
De un solo puñetazo podía partir árboles y reventar rocas, el poder del castaño estaba subiendo más y más cada día y no parecía dejar de aumentar por cada mes que pasaba pues sus entrenamientos le permitían tener unas habilidades muy útiles. Apenas las había utilizado pues nadie le había dado un buen combate, no le gustaba nada obligar a la gente a pelear y por ello aún no había combatido con alguien de su nivel. La única persona fuerte a la que eliminó fue Jin Surfer, el usuario de la fruta de fuego que cayó ante el poder del luchador oscuro que ahora observaba el cielo mientras su aura oscura invadía el lugar y dejaría asustado a todo lo que entrara y no tuviera mucho poder.
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El peli verde observaba con atención al joven de ojos raros, y fue que pronunció su nombre, era Kedra y era un supernova, es decir, era un pirata con más de cien millones por su cabeza algo increíble pero que para Shintaro era solo un título y cualquiera podría obtener esa recompensa causando problemas menores, así que lentamente se levantó para observar lo que hacía con suma tranquilidad pero su mirada cambió cuando vio lo que estaba haciendo, de un solo puñetazo había hecho volar árboles y rocas a su alrededor aparte de hacer que poco pasto de la isla fuera cortado, su poder era increíble era oficial, ese tal Kedra no era ni por asomo humano, de hecho tenía sentido de que no lo fuera si después de todo había acabado con aquel insecto de la misma manera, aparte menciono algo que perturbo de cierta manera a Shintaro y era que al parecer había una basura menos…todo indicaba que había alguien en ese sitio y que ahora lo había matado, ese sujeto había asesinado a alguien sin pensarlo dos veces.
Aunque todo había vuelto a la calma, pero fue entonces que su cuerpo empezó a temblar sin causa alguna, y fue entonces que lo sintió con fuerza era Kedra y una especie de aura negra lo estaba rodeando, así que sin pensarlo dos veces retrocedió con una voltereta mientras lo seguía mirando con algo de nervios. Ya había entendido, si había una pelea contra el de ojos raros Midorima por mucho que luchara iba a perder de todas maneras, así que tendría que ir con cuidado y tratar de manejar la situación para así no resultar asesinado por él, aunque también era una chance de tenerlo de aliado ya que se notaba que al igual que él llegaría lejos, aunque estaba claro que Kedra estaba avanzando a pasos de gigante mientras que Shintaro había bajado el ritmo para así tener más aventuras y menos problemas y esa era una de las tantas razones por la cual no tenía recompensa para así no tener a la marina como insectos detrás de él, y aparte tenía una mujer que cuidar y si tenía a la marina como hormigas detrás de él eso iba a resultar imposible y aparte que estaba claro que ese era su único punto débil.
Y fue entonces que mantuvo las distancias, con esa aura rodeándole a Kedra era imposible acercarse, y aparte tampoco era necesario ya que al parecer estaba ocupado haciendo flexiones de brazos con un solo brazo, no era algo tan extraordinario pero de él se esperaba de todo, así que con un tono que demostraba tranquilidad, ya que su miedo estaba desapareciendo a medida que esa aura estaba más activada, más se acostumbraba el peli verde a esa presencia tan oscura y asesina, le dijo al de los ojos raros:
Midorima: ¿Sabes? No quiero luchar contra ti ya que no soy idiota y sé que perdería, aparte estoy buscando a un sujeto muy fuerte y sé que me está esperando, por eso no quiero luchar contra ti y por lo que veo, todo indica que aun no alcanzas todo tú potencial, en cierta manera te pareces a mi. Así que te propongo algo, no luchemos ahora pero sí en un futuro, no quiero muchos problemas contigo hay gente que debo proteger y que me está esperando.
Mientras lo decía apretaba su puño con fuerza ya que no le gustaba huir de alguna buena pelea, pero perder y tener la chance de quizás perder la vida no era un buen negocio así que espero la respuesta de ese sujeto mientras veía a su alrededor buscando la mejor manera de marcharse de la isla en caso de que se negara por completo, sin más guardo silencio mientras lo miraba de forma seria y sus ojos mostraban el fuego que lo caracterizaba, solo esperaba que Kedra no tuviera problemas en dejar que se fuera de la isla.
Aunque todo había vuelto a la calma, pero fue entonces que su cuerpo empezó a temblar sin causa alguna, y fue entonces que lo sintió con fuerza era Kedra y una especie de aura negra lo estaba rodeando, así que sin pensarlo dos veces retrocedió con una voltereta mientras lo seguía mirando con algo de nervios. Ya había entendido, si había una pelea contra el de ojos raros Midorima por mucho que luchara iba a perder de todas maneras, así que tendría que ir con cuidado y tratar de manejar la situación para así no resultar asesinado por él, aunque también era una chance de tenerlo de aliado ya que se notaba que al igual que él llegaría lejos, aunque estaba claro que Kedra estaba avanzando a pasos de gigante mientras que Shintaro había bajado el ritmo para así tener más aventuras y menos problemas y esa era una de las tantas razones por la cual no tenía recompensa para así no tener a la marina como insectos detrás de él, y aparte tenía una mujer que cuidar y si tenía a la marina como hormigas detrás de él eso iba a resultar imposible y aparte que estaba claro que ese era su único punto débil.
Y fue entonces que mantuvo las distancias, con esa aura rodeándole a Kedra era imposible acercarse, y aparte tampoco era necesario ya que al parecer estaba ocupado haciendo flexiones de brazos con un solo brazo, no era algo tan extraordinario pero de él se esperaba de todo, así que con un tono que demostraba tranquilidad, ya que su miedo estaba desapareciendo a medida que esa aura estaba más activada, más se acostumbraba el peli verde a esa presencia tan oscura y asesina, le dijo al de los ojos raros:
Midorima: ¿Sabes? No quiero luchar contra ti ya que no soy idiota y sé que perdería, aparte estoy buscando a un sujeto muy fuerte y sé que me está esperando, por eso no quiero luchar contra ti y por lo que veo, todo indica que aun no alcanzas todo tú potencial, en cierta manera te pareces a mi. Así que te propongo algo, no luchemos ahora pero sí en un futuro, no quiero muchos problemas contigo hay gente que debo proteger y que me está esperando.
Mientras lo decía apretaba su puño con fuerza ya que no le gustaba huir de alguna buena pelea, pero perder y tener la chance de quizás perder la vida no era un buen negocio así que espero la respuesta de ese sujeto mientras veía a su alrededor buscando la mejor manera de marcharse de la isla en caso de que se negara por completo, sin más guardo silencio mientras lo miraba de forma seria y sus ojos mostraban el fuego que lo caracterizaba, solo esperaba que Kedra no tuviera problemas en dejar que se fuera de la isla.
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El castaño continuaba realizando aquellas flexiones con su mirada fija en el suelo mientras lo hacía. Pudo ver como el chico del pelo verde se alejaba de un ágil salto hacia atrás, no sin antes haber temblado un poco. De repente en el rostro del chico lobo, apareció una tétrica sonrisa digna de un asesino de élite. Sin embargo no iba con malas intenciones, continuó con sus ejercicios de forma tranquila y calmada. Cambió de brazo de repente mientras mantenía su haki de observación atento ante cualquier cosa que pudiera pasar. De todas formas su única preocupación eran los insectos venenosos, si es que los había. Un veneno letal podía causarle la muerte a cualquiera y aquello era perjudicial. No entraba en sus planes morir hasta haber eliminado a Drake de una vez por todas. Era algo que le mantenía con fuerzas para seguir con su reinado de terror. Sus pensamientos por un momento le sumergieron en su mundo, un mundo lleno de sombras, de soledad y de terror. Era un mundo perfecto para el chico espectral, un mundo donde poder vagar por las tinieblas eternamente, algo que muchos considerarían el infierno, pero que él podía llamar hogar a la perfección.
La idea de llamar al infierno hogar no era algo bueno, sin embargo él lo hacía. Unos motivos muy oscuros debía tener para hacerlo, al fin y al cabo, los asesinos no nacen solos, la gente los hace asesinos. No nació para ser lo que hoy era, Kedra siempre había sido una persona dulce y amable con los demás, un crio de cuatro años que parecía tener un buen futuro. Alguien que iban a hacer un gran médico y buena persona, sin embargo, la situación a la que se vio visto un crio de cuatro años es algo que muchos solucionarían con el suicidio. Sin embargo aquel niño pequeño no solo pasó por el infierno, pasó por lo más duro que alguien pudiera pasar. Cuando todo sucedió ya no era un simple niño, el mal se había apoderado de él, creció formándose como asesino y con sus venas y arterias repletas de odio, sangre, sufrimiento, dolor y terror. Esa combinación había creado a una criatura temible, al ser que conduciría a la tumba a más de uno. Y todo eso se podía ver reflejado en el odio del fondo negro de sus ojos, algún día Kedra finalizaría su existencia, pero aún no.
De repente escuchó las palabras del chico peli verde, no quería pelear con él, algo que el castaño nunca dijo. Decía que estaba buscando a alguien fuerte y que ahora no quería luchar, que ambos se parecían y que el chico lobo no había alcanzado su potencial aún. Mejor que no lo alcanzara o el fin estaría próximo para todo ser viviente. Además dijo que tenía a gente a la que proteger, en ese momento el chico abrió los ojos dejando de hacer flexiones y se puso en pie. Sus ojos se clavaron en el chico mientras el aura aumentaba de forma exagerada para después comenzar a desvanecerse. Los ojos del luchador ahora se entrecerraron mientras pegaba un suspiro. Empezó a caminar hacia el peli verde a un ritmo muy lento mientras su aura se perdía del todo. Tras unos momentos, miró a otro lado y finalmente observó al chico a tan solo unos dos metros de distancia. De repente sus labios se abrieron de forma lenta dejando escapar a una voz muy grave pero tranquila, una voz espantosa digna de un diablo, que sin embargo no iba con ninguna mala intención, al menos ahora.
- Cuida de lo que tienes chico. No te conviertas en alguien que no le quede nada, conserva algo por lo que luchar y te harás muy fuerte. Me ha gustado esa forma de alejarte de mi aura, normalmente los demás se quedan llorando en el suelo. Si quieres seguir mejorando y tener el poder suficiente para proteger a la gente que quieres, ven conmigo.
Tras decirle aquello se quedó mirándole a los ojos fijamente mientras se mantenía quiero con una expresión muy tranquila. Como si estuviese hablando con un conocido de toda la vida, como si no temiera nada y como si la educación de mantener las distancias no existiera. Cuando uno se cría solo en la calle sufriendo día a día tratando de poder comer y vivir, es una de las consecuencias.
La idea de llamar al infierno hogar no era algo bueno, sin embargo él lo hacía. Unos motivos muy oscuros debía tener para hacerlo, al fin y al cabo, los asesinos no nacen solos, la gente los hace asesinos. No nació para ser lo que hoy era, Kedra siempre había sido una persona dulce y amable con los demás, un crio de cuatro años que parecía tener un buen futuro. Alguien que iban a hacer un gran médico y buena persona, sin embargo, la situación a la que se vio visto un crio de cuatro años es algo que muchos solucionarían con el suicidio. Sin embargo aquel niño pequeño no solo pasó por el infierno, pasó por lo más duro que alguien pudiera pasar. Cuando todo sucedió ya no era un simple niño, el mal se había apoderado de él, creció formándose como asesino y con sus venas y arterias repletas de odio, sangre, sufrimiento, dolor y terror. Esa combinación había creado a una criatura temible, al ser que conduciría a la tumba a más de uno. Y todo eso se podía ver reflejado en el odio del fondo negro de sus ojos, algún día Kedra finalizaría su existencia, pero aún no.
De repente escuchó las palabras del chico peli verde, no quería pelear con él, algo que el castaño nunca dijo. Decía que estaba buscando a alguien fuerte y que ahora no quería luchar, que ambos se parecían y que el chico lobo no había alcanzado su potencial aún. Mejor que no lo alcanzara o el fin estaría próximo para todo ser viviente. Además dijo que tenía a gente a la que proteger, en ese momento el chico abrió los ojos dejando de hacer flexiones y se puso en pie. Sus ojos se clavaron en el chico mientras el aura aumentaba de forma exagerada para después comenzar a desvanecerse. Los ojos del luchador ahora se entrecerraron mientras pegaba un suspiro. Empezó a caminar hacia el peli verde a un ritmo muy lento mientras su aura se perdía del todo. Tras unos momentos, miró a otro lado y finalmente observó al chico a tan solo unos dos metros de distancia. De repente sus labios se abrieron de forma lenta dejando escapar a una voz muy grave pero tranquila, una voz espantosa digna de un diablo, que sin embargo no iba con ninguna mala intención, al menos ahora.
- Cuida de lo que tienes chico. No te conviertas en alguien que no le quede nada, conserva algo por lo que luchar y te harás muy fuerte. Me ha gustado esa forma de alejarte de mi aura, normalmente los demás se quedan llorando en el suelo. Si quieres seguir mejorando y tener el poder suficiente para proteger a la gente que quieres, ven conmigo.
Tras decirle aquello se quedó mirándole a los ojos fijamente mientras se mantenía quiero con una expresión muy tranquila. Como si estuviese hablando con un conocido de toda la vida, como si no temiera nada y como si la educación de mantener las distancias no existiera. Cuando uno se cría solo en la calle sufriendo día a día tratando de poder comer y vivir, es una de las consecuencias.
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Midorima cambió su mirada a una más atenta mientras Kedra se movía hacía él, logró sentir como es que aquella aura espantosa se incrementaba de momento y eso hizo que Shintaro realmente quisiera huir de ese lugar, ese sujeto no podía ser más peligroso de lo que podía ser y si lo que dijo se hacía realidad pues no tendría sentido seguir viviendo, nadie sería capaz de hacerle un rasguño a ese sujeto, así que era una buena idea quizás tenerlo lo más aliado posible, por lo menos así garantizaba su propia vida y la de sus seres queridos, la detestable aura se desvaneció haciendo que el peli verde bajara su guardia, al parecer Kedra también estaba bajando el ritmo, así que escuchó con atención sus palabras, el tono que uso el de ojos raros si bien era tranquilo representaba a un diablo en persona, pero eso no era lo importante aparte de recalcar que protegiera a la gente que quería y menciono que si quería ser más fuerte se fuera con él, una propuesta interesante y que por lo menos le daba que pensar a Shintaro.
Midorima suspiro para luego sonreír de forma tranquila, ya que lo habían “felicitado” por arrancar de esa forma del aura de aquel sujeto, no era algo que lo llenara de orgullo ya que su cabeza gritaba que se tenía que ir de ese lugar antes de que algo malo pasara de verdad, pero los instintos animales del joven pirata lo hacían quedarse y aparte Shintaro no iba a perder una oportunidad como esa para irse con él, seguramente en Kague Akuma tendría muchas más chances para ser fuerte y proteger a su amada de mejor forma. Pero antes tenía que arreglar unos asuntos con su actual banda, Sons Of Anarchy, el tiempo que llevaba con ellos había sido genial pero en cierta manera el peli verde no se sentía a gusto con ellos. Así que de forma tranquila pero seria le dijo a Kedra, no le quito los ojos de encima ni siquiera estaba mostrando miedo por sus ojos:
Midorima: Primero déjame arreglar unos asuntos con mi actual banda, te avisaré cuando esté listo para unirme a tú banda. Espero me logres esperar, después de todo te lo digo, yo seré muy fuerte en el futuro, te lo prometo que no te fallaré y yo soy un hombre de palabra.
Y fue entonces que sin dudarlo un segundo estiro su mano derecha para así terminar el trato con él, iba a ser una promesa y el peli vede siempre las cumplía, así que espero a que Kedra le estrechara la mano y así terminar el trato, y aparte era un excelente negocio estar con él ya que así Sakura podría estar mejor protegida que antes, Midorima estaba sonriendo y tanto sus gestos como su sonrisa demostraban no tenerle miedo a Kedra. Así que espero la respuesta del que sería su nuevo capitán.
Midorima suspiro para luego sonreír de forma tranquila, ya que lo habían “felicitado” por arrancar de esa forma del aura de aquel sujeto, no era algo que lo llenara de orgullo ya que su cabeza gritaba que se tenía que ir de ese lugar antes de que algo malo pasara de verdad, pero los instintos animales del joven pirata lo hacían quedarse y aparte Shintaro no iba a perder una oportunidad como esa para irse con él, seguramente en Kague Akuma tendría muchas más chances para ser fuerte y proteger a su amada de mejor forma. Pero antes tenía que arreglar unos asuntos con su actual banda, Sons Of Anarchy, el tiempo que llevaba con ellos había sido genial pero en cierta manera el peli verde no se sentía a gusto con ellos. Así que de forma tranquila pero seria le dijo a Kedra, no le quito los ojos de encima ni siquiera estaba mostrando miedo por sus ojos:
Midorima: Primero déjame arreglar unos asuntos con mi actual banda, te avisaré cuando esté listo para unirme a tú banda. Espero me logres esperar, después de todo te lo digo, yo seré muy fuerte en el futuro, te lo prometo que no te fallaré y yo soy un hombre de palabra.
Y fue entonces que sin dudarlo un segundo estiro su mano derecha para así terminar el trato con él, iba a ser una promesa y el peli vede siempre las cumplía, así que espero a que Kedra le estrechara la mano y así terminar el trato, y aparte era un excelente negocio estar con él ya que así Sakura podría estar mejor protegida que antes, Midorima estaba sonriendo y tanto sus gestos como su sonrisa demostraban no tenerle miedo a Kedra. Así que espero la respuesta del que sería su nuevo capitán.
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El cadejo negro continuaba observando al chico, su mirada estaba clavada en la suya y sin duda alguna no percibía nervios en aquel peli verde, más bien percibía unas ganas increíbles de cumplir con su palabra, una promesa que decía hacer. El castaño no creía mucho en las promesas de nadie, sin embargo el chico tenía que realizar ciertos asuntos con su banda actual antes de hacer cualquier cosa como unirse a otra, algo que era comprensible. Para ese cambio de opinión no debía sentirse muy a gusto y él le iba a dar un motivo para tener una meta de ser más fuerte. Lo único que pediría el chico lobo sería algo muy normal en una tripulación, colaborar con los demás y cumplir los objetivos de todos y cada uno de los demás miembros de la tripulación de Kage Akuma. Era un buen trato y sin duda alguna el lobo negro alzó una ceja al ver aquella mano.
No se la ofrecían muy a menudo, por no decir que directamente no se la ofrecían por el temor de sus ojos. Sin embargo su mente empezó a dudar bastante ¿Qué diablos hacía un humano ofreciéndole la mano a un ser espectral como él? Mucho cuidado debía tener aquel peli verde para hacer aquello, pasaron un par de segundos y finalmente el castaño pegó un suspiro y estrecho su mano observándole a los ojos. Notó una sensación extraña, como si la mano de aquel tipo fuera normal y no una mano fría y erizada llena de terror o de odio. Era la primera vez que le pasaba al espectro, sin embargo no hizo nada más y retiró su mano unos segundos después tras acceder y creer en su palabra totalmente. Se fiaba del chico y no lo consideraba una persona traidora ni nada por el estilo.
- Esperare entonces tu señal, te esperare lo que haga falta, no te preocupes, tomate tú tiempo. Tendré sitio para alguien como tú, sin duda alguna lo mereces por el valor que has demostrado.
Tras aquellas palabras calmadas y tranquilas se alejó un poco dispuesto a irse cuando de repente un pequeño temblor sacudió la tierra. Dos hormigas rojas de cuatro metros surgieron de la tierra mientras soltaban una especie de gritos furiosos y trataban de intimidar al peli verde y al castaño. Eran dos y cada una de unos cuatro metros ni más ni menos. El chico asesino suspiró mientras su aura volvía a salir y saltaba a unos metros alejándose del chico para que no le diera su aura. Ahora había un insecto para cada uno y en cuanto fueran derrotados, ellos dos podrían seguir su camino de forma tranquila y normal, o al menos eso pretendía hacer Kedra con su camino.
- Soul Of Dragón.
Dijo de repente el castaño mientras su brazo derecho comenzaba a tomar un color rojizo, más bien era un aura rojiza y llena de energía. Tomó la forma de la cabeza de un dragón y se notaba el aumento de energía en el brazo del chico lobo. Esperó a que la hormiga que le atacaba a él, se lanzara al ataque, de ese modo emplearía su técnica para poder vencerla tranquilamente. Cuando aquella maldita cosa con patas se lanzó a su posición con la mandíbula por delante, el chico lobo lanzó un puñetazo pegándole en le cabeza soltando al momento aquella poderosa onda de choque que sumada a la fuerza de su brazo, reventó la cabeza del insecto dejándole tirado en el suelo con un charco de sangre verde. Ahora faltaba ver que hacía el peli verde y después irse.
No se la ofrecían muy a menudo, por no decir que directamente no se la ofrecían por el temor de sus ojos. Sin embargo su mente empezó a dudar bastante ¿Qué diablos hacía un humano ofreciéndole la mano a un ser espectral como él? Mucho cuidado debía tener aquel peli verde para hacer aquello, pasaron un par de segundos y finalmente el castaño pegó un suspiro y estrecho su mano observándole a los ojos. Notó una sensación extraña, como si la mano de aquel tipo fuera normal y no una mano fría y erizada llena de terror o de odio. Era la primera vez que le pasaba al espectro, sin embargo no hizo nada más y retiró su mano unos segundos después tras acceder y creer en su palabra totalmente. Se fiaba del chico y no lo consideraba una persona traidora ni nada por el estilo.
- Esperare entonces tu señal, te esperare lo que haga falta, no te preocupes, tomate tú tiempo. Tendré sitio para alguien como tú, sin duda alguna lo mereces por el valor que has demostrado.
Tras aquellas palabras calmadas y tranquilas se alejó un poco dispuesto a irse cuando de repente un pequeño temblor sacudió la tierra. Dos hormigas rojas de cuatro metros surgieron de la tierra mientras soltaban una especie de gritos furiosos y trataban de intimidar al peli verde y al castaño. Eran dos y cada una de unos cuatro metros ni más ni menos. El chico asesino suspiró mientras su aura volvía a salir y saltaba a unos metros alejándose del chico para que no le diera su aura. Ahora había un insecto para cada uno y en cuanto fueran derrotados, ellos dos podrían seguir su camino de forma tranquila y normal, o al menos eso pretendía hacer Kedra con su camino.
- Soul Of Dragón.
Dijo de repente el castaño mientras su brazo derecho comenzaba a tomar un color rojizo, más bien era un aura rojiza y llena de energía. Tomó la forma de la cabeza de un dragón y se notaba el aumento de energía en el brazo del chico lobo. Esperó a que la hormiga que le atacaba a él, se lanzara al ataque, de ese modo emplearía su técnica para poder vencerla tranquilamente. Cuando aquella maldita cosa con patas se lanzó a su posición con la mandíbula por delante, el chico lobo lanzó un puñetazo pegándole en le cabeza soltando al momento aquella poderosa onda de choque que sumada a la fuerza de su brazo, reventó la cabeza del insecto dejándole tirado en el suelo con un charco de sangre verde. Ahora faltaba ver que hacía el peli verde y después irse.
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Midorima sonrió de forma sincera luego del apretón de manos y luego escucho las palabras de Kedra, era oficial al parecer si le iba a guardar un puesto en su banda así que estaba todo tranquilo, pero aun así Shintaro sintió que algo no estaba bien con la personalidad del que sería su capitán pero aun no entendía muy bien ese extraño sentimiento, seguramente luego de navegar con él lo iba a averiguar pero sobretodo en su corazón sentía que aparte de ser nakamas, sería el comienzo de una amistad, una extraña pero sería una al fin de cuentas y aparte nunca es tarde para aprender que si vale la pena ser humano, y que tener amigos si valía la pena así que todo estaba saliendo bien.
Luego de cerrar el trato fue que aparecieron detrás de ellos dos hormigas de cuatro metros, así que el peli verde suspiro ya que esos insectos solo iban a encontrar su muerte ante Midorima y Kedra, y fue el supernova el que tomo la iniciativa y con una poderosa técnica mato a la hormiga y la dejo tirada en un charco de su propia sangre, Shintaro no podía quedarse y tenía que demostrarle de cierta manera que sus palabras no eran mentiras, así que iría en serio y fue que cerró sus ojos para concentrarse y fue que su cuerpo lentamente empezó a cambiar y el primer gran cambio fue que se puso rojo como tomate, y aparte echaba humos por cada parte de su cuerpo, y cuando abrió los ojos una especie de rayos salían de este. Su siguiente acto fue cubrir su pierna derecha en el Busoushoku no Haki, y usando su técnica desapareció para aparecer a un lado de la hormiga para conectar una poderosa patada en todo su costado que la mando a volar, y antes de que siquiera se estrellara el peli verde cubrió su puño derecho en el mismo poder y desapareció para aparecer tranquilamente delante de la hormiga y fue que conectó un poderoso puñetazo que mando al insecto contra el lago que lentamente cambió su color por la sangre de aquel insecto.
Shintaro cayó al suelo de forma elegante para luego sonreírle a Kedra, y fue que deshizo su técnica y también su Haki Armadura para así volver a la normalidad tanto su pierna como su puño, y fue que camino nuevamente hacía donde estaba Kedra y ahí se quedó en silencio esperando alguna respuesta por parte de su nuevo capitán, ya era hora de iniciar una nueva aventura con el supernova de capitán.
Luego de cerrar el trato fue que aparecieron detrás de ellos dos hormigas de cuatro metros, así que el peli verde suspiro ya que esos insectos solo iban a encontrar su muerte ante Midorima y Kedra, y fue el supernova el que tomo la iniciativa y con una poderosa técnica mato a la hormiga y la dejo tirada en un charco de su propia sangre, Shintaro no podía quedarse y tenía que demostrarle de cierta manera que sus palabras no eran mentiras, así que iría en serio y fue que cerró sus ojos para concentrarse y fue que su cuerpo lentamente empezó a cambiar y el primer gran cambio fue que se puso rojo como tomate, y aparte echaba humos por cada parte de su cuerpo, y cuando abrió los ojos una especie de rayos salían de este. Su siguiente acto fue cubrir su pierna derecha en el Busoushoku no Haki, y usando su técnica desapareció para aparecer a un lado de la hormiga para conectar una poderosa patada en todo su costado que la mando a volar, y antes de que siquiera se estrellara el peli verde cubrió su puño derecho en el mismo poder y desapareció para aparecer tranquilamente delante de la hormiga y fue que conectó un poderoso puñetazo que mando al insecto contra el lago que lentamente cambió su color por la sangre de aquel insecto.
Shintaro cayó al suelo de forma elegante para luego sonreírle a Kedra, y fue que deshizo su técnica y también su Haki Armadura para así volver a la normalidad tanto su pierna como su puño, y fue que camino nuevamente hacía donde estaba Kedra y ahí se quedó en silencio esperando alguna respuesta por parte de su nuevo capitán, ya era hora de iniciar una nueva aventura con el supernova de capitán.
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Todo estaba perfecto, aquel chico había comenzado su propia pelea, sin embargo su aspecto comenzó a cambiar. Su piel se puso rojiza como un tomate “Aumento de fuerza”. Pensó el chico lobo mientras sonreía de lado. El motivo por el que sabía eso, era porque él también disponía de un ataque muy parecido de similares características. De repente el chico comenzó a moverse a bastante velocidad lanzando golpes al insecto, sin duda alguna aquella técnica le hacía veloz de alguna forma. Además su golpe final acabó con el insecto mandándolo al lago, las gotas de agua se levantaron cayendo sobre el chico lobo, el cual observaba sin inmutarse sintiendo una mínima debilidad por el agua, pero muy escasa y apenas notable al ser simples gotitas en su piel. Suspiró de forma tranquila mientras le observaba de nuevo “Haki armadura”. Volvió a pensar cuando observó la pierna del chico. Sin duda alguna los dos tenían habilidades similares. El haki era algo que al lobo negro no se le escapaba, lo dominaba a un nivel normal y planeaba entrenarlo aún un poco más pues debía seguir haciéndose lo más fuerte posible. Se quedó mirando el cadáver de la hormiga con una expresión muy tranquila y calmada, como si no hubiese pasado nada de nada en aquel lugar.
De repente el chico volvió a su estado normal, sin duda alguna, el chico era poderoso y podría llegar a serlo mucho más, con la banda oscura podría decirse que su poder se multiplicaría en muy poco tiempo. Todos eran muy buenos luchadores, tenían a un lobo negro con una brutalidad increíble, a un dragón temible con sus poderes eléctricos, además contaban con el usuario de la fruta del fuego y con un monje bastante estratega y peligroso. Sin contar con la asesina de Kira y con el cocinero ciego y el chico de los ojos con habilidades. También estaba el chico de orejas picudas, Meneror y para rematar aquel hombre rubio capaz de transformarse en una enorme serpiente. Eran una banda muy peligrosa y completa y ahora disponían de un nuevo luchador sin duda alguna y no precisamente débil. Ahora el chico ya estaba cerca del castaño mientras le observaba, este entrecerró los ojos mientras se relajaba completamente, el error del chico había sido usar tanta destreza y fuerza, incluido el haki solo para un insecto. Tal vez quería impresionar o tal vez debía mejorar, fuese como fuese lo había hecho genial y el nuevo color del lago ahora contaminado era la perfecta prueba de ello. El asesino observó al chico mientras se giraba dándole la espalda y cerrando sus ojos al mismo tiempo que dejaba salir su voz de su boca.
- Muy bien, cuando todo esté preparado nos reuniremos. Mientras tanto arregla esos asuntos que tengas que atender, yo abandono esta isla.
Dicho eso empezó a caminar lentamente por donde había venido. Ya todo estaba hecho y había conseguido dos cosas, la primera demostrar que era fácil salir con vida de aquella isla sin muchos riesgos. La segunda era que había conseguido una persona más a su causa y serían uno más en aquella banda. Finalmente llegó al barco tras unos escasos minutos y pegó un enorme salto enganchándose en el borde de la borda y retirando el ancla mientras el barco zarpaba. Se dirigió al interior de su camarote donde al entrar pudo ver a Kira durmiendo en su cama algo destapada, este pegó un suspiro y cogió una manta arropándola para después ponerla la mano en la cabeza y sentarse al lado de ella mientras cerraba sus ojos pero quedándose despierto.
De repente el chico volvió a su estado normal, sin duda alguna, el chico era poderoso y podría llegar a serlo mucho más, con la banda oscura podría decirse que su poder se multiplicaría en muy poco tiempo. Todos eran muy buenos luchadores, tenían a un lobo negro con una brutalidad increíble, a un dragón temible con sus poderes eléctricos, además contaban con el usuario de la fruta del fuego y con un monje bastante estratega y peligroso. Sin contar con la asesina de Kira y con el cocinero ciego y el chico de los ojos con habilidades. También estaba el chico de orejas picudas, Meneror y para rematar aquel hombre rubio capaz de transformarse en una enorme serpiente. Eran una banda muy peligrosa y completa y ahora disponían de un nuevo luchador sin duda alguna y no precisamente débil. Ahora el chico ya estaba cerca del castaño mientras le observaba, este entrecerró los ojos mientras se relajaba completamente, el error del chico había sido usar tanta destreza y fuerza, incluido el haki solo para un insecto. Tal vez quería impresionar o tal vez debía mejorar, fuese como fuese lo había hecho genial y el nuevo color del lago ahora contaminado era la perfecta prueba de ello. El asesino observó al chico mientras se giraba dándole la espalda y cerrando sus ojos al mismo tiempo que dejaba salir su voz de su boca.
- Muy bien, cuando todo esté preparado nos reuniremos. Mientras tanto arregla esos asuntos que tengas que atender, yo abandono esta isla.
Dicho eso empezó a caminar lentamente por donde había venido. Ya todo estaba hecho y había conseguido dos cosas, la primera demostrar que era fácil salir con vida de aquella isla sin muchos riesgos. La segunda era que había conseguido una persona más a su causa y serían uno más en aquella banda. Finalmente llegó al barco tras unos escasos minutos y pegó un enorme salto enganchándose en el borde de la borda y retirando el ancla mientras el barco zarpaba. Se dirigió al interior de su camarote donde al entrar pudo ver a Kira durmiendo en su cama algo destapada, este pegó un suspiro y cogió una manta arropándola para después ponerla la mano en la cabeza y sentarse al lado de ella mientras cerraba sus ojos pero quedándose despierto.
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Características
fuerza
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Agilidad
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Akuma no mi
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Midorima siguió con su sonrisa, ya que al fin y al cabo todo estaba tranquilo y no había pasado nada de nada, y de hecho había conseguido dos pequeñas victorias, una demostrar que no era imposible salir de esa isla con vida y una nueva amistad que de hecho era una poderosa amistad y ahora solo era cosa de arreglar unos asuntos con su actual banda y solo esperaba que no hubiera muchos problemas a la hora de irse de Sons, una banda con mucho potencial pero que para Midorima estaba quedando algo corta ya que en su interior sentía que para el enorme potencial del peli verde era una banda con muchos límites para él, así que pensando en ello fue que decidió unirse a Kedra, para así tener una banda con la cual no tener esos límites que sentía que tendría con Sons.
Escuchó las últimas palabras del supernova y sonrió de manera amable, para luego dar media vuelta y volver a atravesar aquel bosque, no es que fuera una tarea muy imposible así que era cosa de esforzarse o bien es que esos peligros no eran para Midorima ya que puede que sea muy fuerte para los insectos de la isla, así que llegó a la playa sin dificultad alguna para así ver su barco y de un simple salto llegó a este para luego ponerse en marcha. Entre más pronto se fuera a arreglar los asuntos con la capitana de Sons, más pronto tendría la chance de irse con Kedra. Solo era cuestión de tiempo para que su meta se cumpliera, alcanzar a Drake en la cima y derrotarlo con todas sus fuerzas.
El barco lentamente empezó a andar por el océano, un lugar tranquilo de noche y más para Midorima, que simple y llanamente no le tenía miedo a nada, excepto claro a esa aura tan despreciable del que sería su futuro capitán, aunque era cosa de costumbre a esa extraña aura para estar que no le diera miedo. El barco avanzó lentamente hasta perderse en el horizonte y fue en ese momento en que Shintaro tomó la decisión de dormir, necesitaba recuperar sus energías aparte claro de pensar en que diablos hacer para que nadie en Sons tomará a mal su decisión de marcharse de la banda, aunque quizás lo harían o quizás no, pero eso no le interesaba al peli verde quien estaba tranquilo consigo mismo, y mientras lo estuviera nada ni nadie le haría temblar ante el mundo entero. Lentamente los ojos del peli verde se fueron cerrando, y tranquilamente al son de las olas empezó a caer en el mundo de Morfeo, aquel mundo tranquilo de los sueños sin acabar, un mundo realmente agradable.
Escuchó las últimas palabras del supernova y sonrió de manera amable, para luego dar media vuelta y volver a atravesar aquel bosque, no es que fuera una tarea muy imposible así que era cosa de esforzarse o bien es que esos peligros no eran para Midorima ya que puede que sea muy fuerte para los insectos de la isla, así que llegó a la playa sin dificultad alguna para así ver su barco y de un simple salto llegó a este para luego ponerse en marcha. Entre más pronto se fuera a arreglar los asuntos con la capitana de Sons, más pronto tendría la chance de irse con Kedra. Solo era cuestión de tiempo para que su meta se cumpliera, alcanzar a Drake en la cima y derrotarlo con todas sus fuerzas.
El barco lentamente empezó a andar por el océano, un lugar tranquilo de noche y más para Midorima, que simple y llanamente no le tenía miedo a nada, excepto claro a esa aura tan despreciable del que sería su futuro capitán, aunque era cosa de costumbre a esa extraña aura para estar que no le diera miedo. El barco avanzó lentamente hasta perderse en el horizonte y fue en ese momento en que Shintaro tomó la decisión de dormir, necesitaba recuperar sus energías aparte claro de pensar en que diablos hacer para que nadie en Sons tomará a mal su decisión de marcharse de la banda, aunque quizás lo harían o quizás no, pero eso no le interesaba al peli verde quien estaba tranquilo consigo mismo, y mientras lo estuviera nada ni nadie le haría temblar ante el mundo entero. Lentamente los ojos del peli verde se fueron cerrando, y tranquilamente al son de las olas empezó a caer en el mundo de Morfeo, aquel mundo tranquilo de los sueños sin acabar, un mundo realmente agradable.
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