[Abyss y Kuroi] Provisiones con problemas

El barco de la banda se estaba aproximando ya al puerto hacía tiempo que no pisábamos tierra firme pues estábamos en el east blue tras haber estado de travesía por este por un largo tiempo. Hacía un día bastante malo pues llovía y todo el terreno que alcanzaba a ver estaba cubierto por una espesa niebla que ocupaba toda la isla. Al parecer una fuerte tempestad se aproximaba y habíamos hecho bien en anclarnos en aquella isla,a pesar de no ser muy bien recibidos pues esta estaba bajo las ordenes del gobierno mundial y esto nos podía traer serios problemas. Viendo el panorama y que ya mismo anclaríamos para cumplir las órdenes de comprar y repostar provisiones en la ciudad para los viajes venideros.

Hoy me tocaba hacer grupo con un chico algo extraño y activo, su nombre era Abyss y parecía un tipo bastante agradable y majo. Nuestra tarea era comprar las provisiones referentes a la bebida,para aproximadamente tres meses,lo que iba a ser una amplia carga que tendríamos que llevar,pues gran parte de la tripulación tendía a beber en exceso en especial mi acompañante. Por otro lado si solucionásemos pronto nuestra tarea podría ir a tomar un trago y esto me permitiría conoces mejor a el que tal vez sería uno de mis mejores nakamas dentro de la tripulación.

"Tal vez este siendo demasiado optimista porque según lo que me ha contado la capitana,Abyss siempre acaba metiendose en algún lío lo que conlleva marines y problemas" Mientras pensaba esto hacía una señal con la mano a Abyss a modo de saludo y indicarle que se acercase para planear lo que íbamos a hacer.

Habíamos echado anclas en el puerto de Isla de Dawn, pues lo que parecía ser un tormenta se aproximaba y hacía mucho que no habíamos tocado tierra, cuando estaba en mi cuarto pensando en emborracharme, me informaron que tenía que ir con Leumas a buscar provisiones de alcohol, al parecer se nos había acabado la reserva que teníamos para una larga temporada en mucho menos de lo previsto. Así que me puse la chaqueta negra y me levante de la cama en donde estaba acostado.

Salí a cubierta y vi a Leumas haciendo un gesto con la mano para llamarme, supongo que querría hablar conmigo de algo así que me acerque a donde estaba.

-Dime chico, que tienes pensado hacer.-Le dije terminando la frase con un bostezo-Por favor, dime que va a ver un poco de acción, no hagas que esto sea una compra de provisiones normal.-Volví a hablar, esta vez riéndome un poco, pues mis compañeros no solían buscar la diversión.

Al lado nuestro había pequeña mesa con una botella de ron que me tentaba a cogerla para dar un trago, realmente no aguantaba mucho sin beber.

-Chico, eres de las pocas personas que me ha visto sobrio, aunque sea por unos instantes.-Hable otra vez mientras daba una palmada y me crujía el cuello-Vamos a por esas provisiones anda.-Dije de nuevo dándole un pequeño golpe en el pecho a Leumas y bajaba en dirección a la plaza del lugar que se vislumbraba desde el barco.

Había pasado entre la legión de gente que aun a pesar de ser altas horas de la mañana, estaba una gran cantidad de personas en pie para mi asombro. Como al adelantarme no sabía dónde estaba Leumas, me quede al lado de la fuente que estaba en medio de la plaza del lugar. Al cabo de un rato llego él, y para mi sorpresa me tiro una botella de ron que cogí al vuelo y con las mismas abrí para dar un largo sorbo que dejo su contenido reducido hasta la mitad, cuando acabe de beber, despegue la boca y solté un largo “aaaah”.

-¿Quieres un poco?-Le dije a mi compañero mientras movía la botella hacía su dirección para que la cogiera-Todo es mucho más divertido con alcohol.-Dije con una carcajada dándose a notar que empezaban a hacer mella en mi los efectos secundarios del ron.

Leumas dijo que le siguiera, pues había visto una bodega mientras venía, espero que lo suficiente como para aguantarme a mí una semana bebiendo pero aun así, decidí que si no había alcohol suficiente para beber pensaba quemarla y que se hiciera una bonita fogata para todo aquel al que le gustase el fuego.

-Amigo, espero que tengan buena bebida, y en abundancia.-Decía mientras trastabillaba con un cascote que se salía del camino de piedra-Porqué sino, vas a ver un bonito fuego, pero eso lo sabremos ahora ¿no?.-Volví a hablar, diciendo esto con fiereza aunque esto ultimo me hizo reirme.

Leumas o Kuroi, como lo solían conocer se rio de mi comentario, y me tiro una caja de cerillas con una bonita cita en el dorso “Primero actúa, luego pide perdón” y mientras me decía que si quemara algo se supiera que fuimos nosotros, como no, se iba a saber, los hijos de la anarquía siempre dejaban una estela de destrucción y nos iban a conocer, ooh vaya que sí.

Mi compañero bebió de la botella hasta dejarla con un cuarto más o menos de su contenido, y que yo me acabe rápidamente como si necesitara ese líquido porque no había bebido nada en días.

Mi compañero nos llevo a la bodega rápidamente y al entrar de manera tosca nos topamos con dos nobles que se sobresaltaron, y aunque uno salió corriendo seguramente en busca de alguien que lo defendiese, el otro nos empezó a insultar, mientras Kuroi hablaba con el dueño por las reservas que necesitábamos yo agarre a ese noble y le metí un bofetón bastante sonoro, con un guante que le quite, mientras lo agarraba por el cuello de su chaqueta.

-Señor, usted que se ha criado entre tantos lujos y no sabe guardar las formas, necesita una pequeña lección.-Le dije con una mirada macabra en el rostro, eso le hizo callarse y cuando lo deje en el suelo huyo cual gallina degollada-Eso le enseñara.-Solté entre carcajadas.

Pero al parecer, el dueño de la destilería no tenía alcohol para abastecernos, una pena la verdad, pero era hora de divertirnos, me dirigí a la barra, salte pegándole una patada al dependiente y cogí varias botellas de alcohol, lo quería esparcir por todo el lugar, que estaba cubierto de madera y bebidas alcohólicas, lo que haría que ese lugar prendiese en una bonita llama que se propagaría por todo el lugar.

Había acabado de esparcir el líquido, cuando me puse en la entrada del local, para tirar una cerilla mientras me daba la vuelta y oía como todo empezaba a arder.

-Sons of Anarchy viene a mataros, malditos burgueses.-Grite para que todos los presentes me oyeran decirlo y me iba riéndome como un psicópata, apresurando mi paso para ponerme al lado de Kuroi-¿Alguna idea de donde podemos conseguir las reservas?-Le pregunte cuando llegue a su paso.

Llegue a el paso de Kuroi, pero el parece que tuvo una idea, porque salió corriendo gritando algo de que habían muchos nobles y seguramente alguno de ellos tuviese toda esa cantidad de alcohol,  cosa que me hacía pensar en cuanto tiempo pasaría en estado de embriaguez esa persona.

Tras varios minutos corriendo penetramos en el barrio noble, que aunque estaba muy limpio tenía un extraño líquido por el suelo, un poco pegajoso, mucha nobleza pero no sabían tener una calle limpia o no querían tenerla limpia.

Kuroi señalo una casa que destacaba de toda las que había en aquellas calles que tenían grandes lujos, donde se podía ver que era alguien que tenía una grandioso estilo de vida con todo tipo de caprichos.

-¿Nuestro objetivo, huh? Espera que acabo de ver algo interesante.-Eran dos marines que estarían por ahí de ronda de vigilancia, decidí que matarlos y suplantarlos sería lo mejor para robarle el alcohol a nuestro objetivo.

Me acerque por la espalda a uno de ellos, siendo lo mas sigiloso posible, escondido detrás de una valla que era propiedad de una casa, y le lance una espina de cobalto que le atravesó el cuello limpiamente, aunque cuando calló, mancho todo el pavimento de sangre, su compañero extrañado y asustado se puso a buscar de donde había venido el proyectil que había matado a aquel hombre, pero lo único que hizo fue darme vía libre para lanzarle otro a él, le dio por un lado y le atravesó el cuello además de tirarlo al suelo por la inercia.

-Venga Kuroi, vamos.-Dije en voz baja y haciendo gestos para que llegara a mi posición mientras desvestía a los marines y me ponía su ropa por encima de la mía, colocándome bien el pañuelo de color rojo, como la sangre de aquellos hombres-¿Preparado para entrar?-Solté junto a una risa baja que dejaba ver como estaba pensando en lo peor.

Seguí a Kuroi calle arriba hasta la casa de aquel maldito bastardo,  y como había supuesto, aquellos ilusos nos dejaron entrar, desde dentro amenazar al alcalde y obligarle a sacar a toda la gente que hubiera por allí mientras el hombre nos ponía de puercos a peor, pero Kuroi lo tenía bien cogido por el cuello y sacarle lo que queríamos fue fácil, mientras rogaba que no le hiciésemos daño, que gran iluso.

Antes de ponernos a cargar toneles de la bodega al recibidor, cogí al alcalde que se quedo en el suelo tosiendo tras haberlo agarrado mi compañero por el cuello, vi una pequeña espada ropera que me serviría para lo que quería hacer, agarre las manos del alcalde y las puse pegadas a la pared, mientras se las ensartaba con la espada, el hombre grito de múltiple maneras pero así sabríamos que no huiría cuando nos distrajésemos.

Llevábamos varios toneles cargados cuando decidimos que era lo suficiente, ahora solo necesitábamos un carruaje que había por fuera de la mansión, así que hice una visita a nuestro querido alcalde para que les dijera a sus hombres que nos preparan todo para nuestra huida.

Pero aun así quedaba algo por hacer, había una bandera del gobierno mundial, aquella panda de escoria, en un asta encima de la casa, así que obligamos a un criado a que nos la bajara para encargarnos de aquel odioso signo que nos atosigaba día sí y día también.

-Oye, ¿y si nos divertimos un poco más? ¿Quieres mandarle un mensaje al gobierno mundial? Quememos esta mansión con la bandera enrollada alrededor del alcalde.-Reí cuando dije esta frase, si lo hacíamos debíamos correr mucho porque tendríamos a un montón de altos cargos sobre nosotros y mientras bebía un trago de aquella botella de vino añejo y que dejaba un gran gusto en el paladar ¿quizás por el día de trabajo?-Y también podríamos pedirle la contraseña de la caja fuerte que se esconde tras el cuadro ese.-Dije señalando a un cuadro que había movido segundos antes para encontrar la caja fuerte, pero si uno se fijaba, casi todos los cuadros estaban así.

Aun nos faltaba llegar al barco, pero ya sentía la victoria rozar mis dedos y decidí que lo mejor sería darnos prisa si hacíamos esto porque la marina nos pisaría los talones.

Kuroi reventó rápidamente la caja fuerte con dos golpes de su guadaña y me lanzo una cajita de música de oro macizo, mientras yo esperaba por él, el golpe no fue muy considerable y cogí la caja, que seguro tenía un valor considerable, en el aire, pero aun así no me agradaba que me tirasen cosas a la cabeza.

Cuando Kuroi empezó a echar ron por toda la mansión no quise quedarme quieto y me puse a esparcir bebida por todo el lugar, para después acabar quemando toda aquella mansión, como si fuera un trozo de carne en un asador.

Tras cerrar la puerta viendo como el alcalde pataleaba intentando salir, y yo salí de allí riendo cual psicópata, para ver donde estaba Kuroi que me aviso de que cogiera todo lo que pudiera y nos fuéramos de aquel lugar.

Pensé que sería lo mejor así que creando varias extremidades de cobalto cogí bastantes toneles y me dirigí a los carruajes que habían sido unidos mediante cuerdas. Tras poner la carga que llevaba encima salte sobre los carruajes mientras observaba si algún marine nos perseguía, pues aquella operación había acabado saliendo bien y normalmente eso era signo de que nos esperaba alguien para matarnos o al menos intentarlo.

-¡Venga Kuroi, estamos cerca de poder largarnos de este lugar!-Grite mientras esperaba por él para huir de aquel lugar.

Empezamos a movernos mientras Kuroi dirigía el carruaje moviendo las riendas, y al avanzar unos pocos metros, tiro un cigarro al rastro de ron e hizo que una pequeña llama se empezara a mover siguiendo el camino trazado por el ron hasta la mansión del alcalde donde empezó a arder de manera mucho más brutal, consumiendo toda la mansión rápidamente.

Pero todo se empezó a torcer cuando llegamos a la ciudad, pues había una barricada, y un montón de marines que nos apuntaban con sus fusiles, en ese momento Kuroi me dijo que llevara el carruaje yo, no era algo difícil así que intente no parar o chocar con algo.

Cuando vi que Kuroi bajo a romper la barrera, dándole unos golpes, y no pudo subir al carruaje no pare como me dijo, pero pensé que no lo contaba, aún así era resistente pues acabo subiendo a uno de los carros en los que llevábamos el alcohol.

-Eres un hijoputa resistente, eh.-Le grite debido a la velocidad y puse rumbo a nuestro barco para empezar a cargar todo el alcohol y huir de aquella isla rápidamente-Pero lo hemos conseguido, wujuuuuuu.-Pegue un grito de emoción por haber conseguido salir vivos de allí, cosa  que no pasaba todos los días y seguramente por lo bien que me lo había pasado, decidí que saldría más veces con ese hombre.

Tras varios minutos de huida en aquel armatoste con el que casi morimos, llegamos a nuestro destino y empezamos a meter el alcohol en el barco, mientras yo llevaba en la mano la cajita de música de oro para venderla en otro puerto.