Intérnate en la Secta. [Rol Moderado Xavier]

Shoko es un lugar inmerso en pantanos y lleno de gente extraña. Los días son grises, y las noches excesivamente oscuras, y así mismo te trae aquí un trabajo a petición oculta que apareció traído por un Buho mientras navegabas. 
En él, no se dice nada de la identidad del contratante, ni siquiera hay una pista mayor que el objetivo de tu misión, pero se te indica que el pago lo recibirás cuando el trabajo sea completado. Esto dificulta ligeramente la misión, pues no sabes por dónde empezar ni apenas nada de aquél lugar.


Misión: Averigua las intenciones de la "Secta de la Gran Mosca"


Ubicación: puerto de Shoko, acabas de llegar a la isla. El pueblo se encuentra a aproximadamente un kilómetro del puerto.


Suerte aventurero.

Tras llegar al puerto, y atracar mi precioso bote, pague una pequeña tasa para que cuando volviese estuviese allí mi barco, dicho dinero volvió a mi bolsa en cuanto vi donde tenia la suya el encargado del puerto, tampoco iba a dejar que me robase cualquiera.

Tras preguntar la dirección del pueblo al mismo encargado me dirigí hacia allí, atento y fijándome totalmente en mi entorno, lo cual tampoco es que fuese un sitio agradable de ver. Al llegar, vi fácilmente la taberna, el mejor sitio donde oír los comentarios de los borracho y poder enterarme de algo.

Al entrar esta estaba casi vacía, no parecía ser hora para beber, tras hablar con el camarero y arreglar una habitación en la parte superior de la taberna que hacia de posada, me senté en una apartada mesa esperando que el local se llenase de los típicos pueblerinos, y quizás algún otro viajero interesante.

Mire atentamente hacia el lugar del que provenía ese grito, y después en la dirección a la cual estaba dirigido, esperando que no fuese a mi, no me gustaría llamar la atención a las pocas horas de estar en el pueblo.

Al empezar los gritos, los parroquianos callaron un segundo y después se les notaba cuchichear y reír, algún otro sentina vergüenza.

Lo 1º seria averiguar quien era el hombre que chillaba tanto y después cual de los parroquianos podría tener algo mas de relación con el.

Llame a la camarera que me había estado atendiendo durante las horas de espera, y en voz baja y casi gutural la pregunte quien era dicho hombre, esperando su respuesta y preparando una disimulada moneda para luego acallar posibles preguntas de ella.

Tras ver como el sujeto se iba de la posada, deje en la mesa una moneda, y levantándome y tapándome la boca otra vez con la tela que me cubría toda la cabe salí del local.

No siempre los locos son lo que la gente piensa y los secretos que pueden tener con ellos pueden ser mas valiosos de lo que nadie piensa -me dije para mi mismo.

Pude seguir a cierta distancia a aquel hombre, pues aunque se movía rápido sus gritos solían decir muy claramente donde se encontraba.

Tras estar siguiendo al loco, de golpe una gran red cae sobre mi, y al mirar a los lados otros 2 hombre se encontraban ya recogiendo de los extremos.

Maldije para mis adentros y me prepare para lo que pudiese ocurrir, quedándome de momento quieto, pero sujetando una de las dagas que tenia encima.

Una red, ¿en serio?, ni que fuese un puto conejo ostia -dije en voz alta, para que me escuchasen claramente- 

No pensaba dejar que me inmovilizasen totalmente y mucho menos que usasen kairouseki conmigo, pero de momento seguro que esos hombres eran parte de la secta que tenia tenia que investigar y me llevarían hasta su guarida.

Maldije para mis adentros, por descuidarme un poco me encontraba con dolor de cabeza y en un jaula que no me permitía activar mi akuma, ahora mi poder seria inútil, pero bueno seguro que antes o después podría escapar. 
La jaula pese a ester un poco herrumbrosa parecía solida, lo bueno es que esa gente no me había quitado ni mi ropa, ni mis armas, pensarían que seria suficiente con esa jaula, pero no sabían bien con quien estaban lidiando.

Mire al rededor para ver  bien toda la escena, la enorme estatua con forma de mosca, había que reconocer que era horrible, al menos ya había encontrado a la secta, y seguro que antes o después aparecería su líder. Mientras tanto con cuidado, con una daga empece a intentar forzar la cerradura de la jaula. Seria difícil, pero era mejor eso que nada.

La maldita puerta había caído a plomo al suelo, y el ruido del golpe se debía haber ido en todo el lugar, seguro que los acólitos no tardarían mucho en llegar para ver que había sido ese ruido, por lo que me había parecido entender antes de que me cogiesen me querían sacrificar para ese extraño dios suyo, y claramente yo no estaba dispuesto a eso.

Me escondí justo en un lateral del hueco por donde se oía que venían los pasos, el lugar, aprecia una cueva y eso me daba un poco de ventaja, seguro que podría aprovechar las zonas oscuras y los recovecos. Me puse en el lado donde peor se podría ver según se entrase y prepare las  dagas para atacar al 1º que entrase.

Demonios el mas pequeño me había visto y se había encarado hacia mi, lanzo un tajo con un cuchillo aunque este fue algo torpe y pude desviarlo con una de mis dagas sin dificultad.

La situación no me gustaba, habría preferido poder encargarme del mas grande primero pues podría ser un problema, el pequeño parecía mas inofensivo, pero tampoco podía despistarme o podría salirme caro.

Después de parar el ataque del mas bajito ataque yo con la otra mano, apuntando con mi daga, al cuello, pensando en acabar rápido con el.

Sabia que esto había alertado al mas grande y tenia que reaccionar rápido si no quería salir mal parado de allí.

Bien, uno de ellos había caído, pero por desgracia el grande había golpeado con su arma la estantería que tenia detrás, esto seria peligroso.

Sabia que mi única oportunidad seria en el pasillo, a aquel hombre le había costado entrar en la sala y seguro que volver a pasar por el hueco me daba una oportunidad y ademas en ese lugar estrecho no podría manejar su arma con soltura.

Salte hacia el hueco, rodando sobre el hombro izquierdo, con la mala suerte, de que al saltar hacia delante para  rodar me entro polvillo de la estantería destrozada en los ojos cegandome un ligero segundo, pero haciendo que me golpease mal el hombro izquierdo al terminar el movimiento.

Por suerte me encontraba ya en el pasillo, pero me dolía el brazo izquierdo, el golpe me lo había dejado adolorido y no podría usarlo al 100% durante un rato, pero bueno, ahora el grandote tendría que salir de la sala lo que me daría una oportunidad de librarme de el.

En cuanto el 2º hombre que había entrado en la sala se desconcentro debido a mi maniobra lance un certero ataque contra el, intentando atravesarle desde la parte baja de las costillas hasta el corazón que aun en caso de no darle en el propio corazón la herida en el pulmón de ese calibre resultaría mortal.

Tras asegurarme de que el hombre había muerto, le registre tanto a el como al otro intentando conseguir algo que me diese una ventaja.

Sabia que realmente para terminar mi misión debería seguir el camino de los cánticos aunque no fuese esta la opción que mas deseaba sin dudarlo, pero el trabajo era el trabajo y seguro que recibía un buen plus por esto.

Despacio y con cuidado de no hacer ruido y sin dejar de mirar atrás, pues no quería ser sorprendido, me fui acercando a la sala de donde procedían los cánticos esperando poder enterarme de algo de lo que decían. Quedando oculto en una sombra que hacia la luz procedente de la sala espere paciente.

El gran hombre ni se inmutó por el golpe, y te contestó con un gran golpe de su arma, que no pudiste evitar y te lanzó varios metros atrás, con heridas más o menos moderadas, y sangrantes.

Quizá empiezas a pensar que debiste marcharte cuando tuviste oportunidad, ahora no te queda otra que combatir.

Gran Acólito [Nivel  3] -> Gran Golpe. [AF]

Tras el golpe que había recibido de ese hombre, me encontraba molesto, muy molesto, me había echo daño, y estaba sangrando ligeramente por un brazo.

Gracias a la distancia que nos separaba debido al golpe que el había dado, pude coger algo de carrerilla, me habría gustado mucho mas poder usar mi akuma pero parecía que seguía sin poder hacerlo.

Cuando tras esa corta carrera llegue hasta mi oponente, salte apoyándome en la pared ligeramente para poder ganar altura y caer sobre el con las 2 dagas por delante con el objetivo de su cabeza. Lo bueno de este ataque era que me permitía usar ligeramente mi dolido brazo izquierdo.

Xavier Foster [Nivel 1] -> Caída del cielo [AMF]

Aquel hombre era rápido, y gracias a que estábamos en un reducido espacio tenia cierta ventaja, cuando me estampo contra la pared el golpe fue duro, pero la pared al ser rugosa, me permitió un ligero apoyo para poder soltarme y evitar un golpe con su arma que habría resultado fatal, pero aun así el golpe me dio en el brazo izquierdo, rompiendo este entre el codo y el hombro, casi de milagro que no se hubiese roto por mas sitios, tendría que tener cuidado con ese hombre.

Al escurrirme de el, con un gran esfuerzo debido a tener el brazo roto y al caer debido a que el era mas alto pude lanzar una estocada hacia su cuello esperando que por fin acertase un ataque mortal.

Estocada desesperada [AB]

Tras caer esa mole, me acerque a el, despacio y le clave la daga en el pecho donde debería estar el corazón, asegurándome así que estaba muerto de verdad, no quería posibles sorpresas por la retaguardia, después me acerque al otro hombre, al primero que había asesinado y repetí la operación, clavandole su propio arma en el pecho.

Después registre ambos cadáveres intentando encontrar algo que me fuese de utilidad, y tras esto cortando la ropa del mas grande de ellos, me vende rudimentariamente pero lo mas fuerte que pude el brazo roto, y después lo coloque como pude en un cabestrillo. Podría llegar a molestarme en caso de tener que volver a luchar, pero tenerlo suelto podría ser peor.

Tras esto me dirigí al cuarto del cual salían los cánticos, me acerque de la forma mas sigilosa y calmada que pude esperando poder enterarme de que ocurría allí dentro.