Aquellos que se van siempre vuelven (pasado)(Sinclair moon y iku hanna)

Había vuelto después de mucho tiempo, me había ido porque necesitaba tiempo para pensar, y seguía pensando pues me encontraba en la isla nanami, una isla deshabitada del west blue. El hecho de estar deshabitada no era problema el problema es que no había nadie con quien hablar.

Bueno siguiendo con mi historia, era un día soleado y yo estaba tumbado en la arena con unas bermudas azules y mis gafas de sol. Mis ropas y mis armas estaban a mi lado. Y en mi cabeza solo había recuerdos pasados. mi estancia en los ghost leviatans, gremio en el que encontré a grandes amigos, iku hanna una chica de la que mas enamorado he estado nunca y mas cosas y entre otras cosas estaba mi alter ego dani dementium, al cual había logrado controlar en mi retiro. Tenía planes, después de salir de esta isla buscaría a mi antiguo gremio e intentaría volver a unirme a ellos. Esos eran todos los planes que tenía mientras el sol de la isla nanami tostaba mi piel y el mar se oía de fondo

Seguía pensando en mis antiguos compañeros y en lo que había vivido con ellos, pero sobretodo  en iku hanna, aquella chica-pantera que me robó el corazón. Recuerdo nuestro último encuentro, la pelea contra los humandrills y la primera vez que ella me besó.

Como si del destino se tratara oí a alguien tartamudear mi nombre, me levanté de la arena y me sorprendí gratamente al ver quién era, pero no pude ni hablar, porque se abalanzo sobre mí y me abrazó tan fuerte que casi muero antes de volver a empezar mi aventura, Pero no dije nada en un rato era un abrazo que esperé durante mucho tiempo, de la persona amada.

- Yo también me alegro de verte, Iku Hanna.
De pronto sentí caer una lágrima en mi hombro desnudo, e hice uno de mis chistes:
- Vamos, Iku, ya sé que estamos  en una isla desierta en el culo del mundo, pero no te preocupes no es tan triste como para llorar.
En ese instante me di cuenta que notaba el cuerpo de iku más cerca que se costumbre, abrí los ojos y vi que solo llevaba un bikini, lo cual me hizo que me sonrojara:

- Vaya iku es la vez que te he visto con menos ropa, pero sigues igual de hermosa que siempre.

Me separé de ella y sequé sus lágrimas con mi mano. Y volví a perderme en aquellos ojos violetas en los que tantas veces me había perdido. Cuando salí del trance le dije:

- Al menos esta vez, nuestra cita no viene con humandrills incluidos y comparado con aquella isla esta es mucho más romántica. Y…bueno que es de tu vida.

Aunque nuestra cita no podía ser perfecta y a lo lejos vi una nave pirata y pude distinguir en lo alto de la nave a un hombre mirándo por un catalejo en dirección a la isla. Me vestí rápidamente y cogí mis armas de la arena:

- Iku, acabo de ver un barco pirata, no sé cuáles serán sus intenciones, sean cuales sean me temo que nos han descubierto, así que es mejor tomar precauciones.

Ví a Iku preparada para atacar, pues los piratas ya habían desembarcado y todas mis armas pedían a gritos acción y se la daría, pues aquellos piratas, por lo que decian cuando desembarcaron llevaban esclavos para venderlos.

La cosa se iba a poner interesante, no odiaba a los piratas por regla general, pero aquellos tenían todas las papeletas para llevarse una buena paliza:

- Jajajajaaja, nos haremos de oro con toda la escoria que llevamos en la bodega, llevamos escoria gyojin, humana…

Esa era la razón por la que se iban a llevar una buena tunda, eran comerciantes de esclavos y el trato que les daban no me gustaba nada. Mientras tanto 25 piratas iban a por iku y los otros 25 iban a por mí:

- Hey idiotas he oído que lleváis esclavos en la bodega y los habéis llamado escoria y eso no me gusta.

- Y que vas a hacernos tu solo, además no sabes con quienes estás hablando, verdad mierdecilla jajajajajajaj


Puse mi arrow of destruction en modo lanzallamas al máximo y le dije al hombre en cuestión:

- Primero los que no sabéis con quien estáis hablando sois vosotros y lo segundo me apetece quemaros vivos.

Activé el lanzallamas y empecé a disparar, mientras daba vueltas sobre mi mismo para dañar a los máximos piratas posibles, pero mientras giraba, algo me estaba temiendo. Ni los 25 contra los que luchaba iku, ni entre mis 25 daba la sensación que estuviera el capitán de la banda, lo que me daba mala espina. Por eso le grité a Iku.

- IKU AQUÍ NO ESTÁ EL CAPITAN DE LA BANDA ALGO ME HUELE MAL.

Estaba en lo cierto el barco del que habían salido esos hombres, se estaba alejando y si no hacíamos algo, esa escoria conseguiría escaparse y vender a la pobre gente que tenía encerrada en la bodega de su barco, pero había un problema 10 de los 25 piratas con los que estaba luchando, se habían molestado porque hubiera quemado vivos a 15 de sus camaradas y me estaban apuntando con sus armas. Tenía que pensar algo rápido para acabar con los 10 piratas que me quedaban de un solo golpe y entonces se me ocurrió una idea, eso solo lo había hecho en un par de ocasiones, pero era muy efectivo. Saqué mis gafas de sol del bolsillo de mi chaqueta y se las lancé a Iku:

- IKU, PONTELAS YA.

Comencé a transformarme en mi forma completa y el resultado final fue un ángel con una mayor altura que la mía, un aumento muscular que hizo que se rasgaran algo mis ropas y el colofón final fue que mi cuerpo comenzó a irradiar una luz que cegó a todos los piratas vivos, haciendo que se cubriera los ojos y comenzaran a dar alaridos de dolor, no sabía cuánto duraría ni qué efecto tendría sobre los piratas, así que lo mejor era darse prisa, así que corrí hacía iku, la cogí por la cintura y despegué. Creí conveniente volar por encima de las nubes, pues sabía que si aquellos piratas nos veían que íbamos tras ellos, probablemente nos bombardearían y nos derribarían.

Aterricé sin mayor problema en la cubierta del barco, desactivando mi forma completa y volviendo a mi forma humana,  gracias a una cosa, la increíblemente mala puntería de los que intentaron derribarnos con sus armas de fuego.

Bueno, la cosa es que hacía poco que habíamos caído en el barco y la cubierta de este ya estaba tomando un bonito color rojo sangre, por cortesía de iku hanna.

- Venga iku, ¿hacemos un concurso de a ver quién mata a mas de esta basura?

Dos de ellos se debieron molestar, pues uno se puso delante de mí y otro detrás iban armados con dos espadas, bastante largas que se dirigían hacia mi cabeza:

- Anda hay un berry en el suelo.

Me agaché y eso produjo que esos dos piratas, se mataran entre sí:

- Bah, no era un berry, que asco.

Seguí avanzando por la cubierta pintada de sangre, mi compañera tenía grandes ideas pare destruirles como destriparles, descabezarles, descuartizarles o desgarrarles con sus propias garras de pantera. Yo era más rápido, con una pistola en mi mano derecha y otra en la izquierda, hacia tiro al blanco con todos los piratas que intentaban atacarme. No sé que era peor si morir de un tiro de mi pistola derecha, cargada con balas normales y corrientes o morir por una bala de mi pistola izquierda, cargada con una munición especial que había conseguido en el mercado. Esta munición especial eran balas píricas, que básicamente hacían lo mismo que las normales, pero que además provocaban quemaduras a quién las recibía. Mientras estaba pensando en ese tema, un pirata volvió a intentar cortarme la cabeza con su espada, pero esquive el tajo con facilidad, pero por desgracia me había cortado un mechón de mi amada cabellera.

- No me gusta el corte de pelo, así que muere.

Y tras decir esto le abrí un tercer ojo en su frente de un balazo.

Lo siguiente que hice fue avanzar por la cubierta, con el
propósito de encontrar la bodega donde estaban encerrados los esclavos. De repente, comencé a oír gritos de auxilio y los seguí hasta una habitación con la puerta cerrada, pegué la oreja a la puerta y pude oír lo siguiente:

- No vais a salir de aquí vivos montón de escoría, porque si alguien viene a salvaros haré estallar esta bomba y todos moriremos.

La cosa se ponía fea para todos, incluso para iku y para mi, pues si ese barco estallaba y caíamos al mar sería nuestro fin.

Aquellos momentos eran críticos, un solo fallo o error y todos los del barco moriríamos, los piratas y los esclavos de la explosión, e iku y yo probablemente ahogados o por la explosión. Por suerte, iku me había seguido y tenía un plan, me pedía que confiara en ella.

- A ti te confiaría mi vida, preciosa.

Acto seguido, iku metió la garra de su dedo meñique y a modo de llave intentaba forzar la puerta. El medio minuto que tardó en hacerlo, grandes gotas de sudor se escurrían por mi frente y el corazón me latía a mil por hora porque un solo fallo y…

Todo pasó muy deprisa, después de que abriera la puerta se lanzó a una velocidad increíble contra el pirata de la bomba, a la misma que entré yo para que la bomba no tocará el suelo, pues lo extraño de las bombas es que nunca sabes si son rudimentarias y de mala calidad o si son de alta tecnología y al más mínimo roce explotan, por eso para prevenir salí de la bodega rápidamente y la lancé con todas mis fuerzas hacia el mar.

Después volví a la habitación con iku. Entre los esclavos había gyojins y humanos, algunos solo eran bebés, otros niños un poco más mayores, también había mujeres y algunos hombres, en total conté a 20 personas, todas ellas atadas con cadenas. Al ver a mi compañera, se asustaron y no me extraña, estaba en su forma híbrida de pantera, llena de sangre y con sus armas encima. Iku se dio cuenta y volvió a su forma y los logró tranquilizar, mientras tanto yo rebusque en los bolsillos del hombre que había matado iku y encontré las llaves de las cadenas de los esclavos. Mientras iku los tranquilizaba yo fui liberando, uno por uno a todos los esclavos. Después de liberarlos me acerqué a iku y le dije:

- No podemos dejarlos solos, así que escúchame y haz lo que te diga por favor. Llévalos a un bote que he visto en el barco, y ve hacia Nanami con ellos. Te pido esto porque algún miembro más de la tripulación puede tener bombas y hacerlas explotar y en tal caso, no podríamos salvar a esta gente. Yo me quedaré en el barco y buscaré al resto de la tripulación y cuando haya acabado con todos, te avisaré para que los vuelvas a traer y los llevaremos a la isla más cercana. Salid de aquí hacia el bote, yo os cubriré.

Todos habían salido de la bodega salían felices, felices de ser otra vez libres. Los niños nos habían dado las gracias y nos habían abrazado a iku y a mi y a los mismos les dije antes de que subieran al bote y se alejaran hacia nanami:

- Hey chavales, hacedle caso a la chica y estaréis a salvo.

Esas palabras resonaban en mi cabeza, principalmente las dos últimas a salvo, pues de estar ahora mismo a salvo tenía mis dudas, es más estaba por ver…

A cada paso que daba, las pulsaciones de mi corazón aumentaban, mientras investigaba el barco por completo para acabar con cualquier posible miembro de la tripulación que quedara en el barco. Mis sudores y palpitaciones se debían a que, lo que le había dicho a iku iba en serio. No tenía ni idea de si había más bombas en el barco y eso me intranquilizaba, por eso acelere el paso.

No había nadie más en el barco o, al menos no lo había visto. Solo me quedaba por registrar una habitación del barco, en la que debía de estar el timón de aquel barco, pues todavía no lo había visto, al igual que al capitán de aquella banda, lo cual me hacía suponer que estaba en la habitación donde se encontraría el timón.

Asique cogí carrerilla y me dirigí hacia la puerta de la habitación. Con el golpe que le di a la puerta, me hice daño en el hombro, pero logré echarla abajo. Y mis cálculos eran correctos, allí estaba el capitán manejando el timón con una mano mientras con la otra sostenía una bomba.

- Jajaja, has logrado escapar de la bodega, pero no lograras escapar de este barco con vida, pues esta bomba que sostengo es muy sensible con el más mínimo golpe explotara y todos moriremos.

Aquella escoria se creía que yo era uno de los esclavos, por lo que no se debía de haber enterado de nada de lo que había ocurrido. Así que me transformé en mi forma hibrida de ángel, saque una de mis pistolas, le apunté a la cabeza y disparé. El pirata se tambaleo cayó al suelo y la bomba rodó por el suelo, chocó contra la pared y explotó. Una columna de humo negro salía a causa de la explosión del barco. Por suerte, yo había despegado y destrozado el techo de aquella habitación, y aunque me había ganado por ello unas cuantas heridas que sangraban levemente, había logrado salir volando.

Mientras volaba para escapar de aquel infierno, pude ver debajo de mi, en el mar, a mi compañera iku hanna en el bote en el que había llevado a todos los esclavos a la isla Nanami. Descendí y me pose en el bote suavemente.

- Perdón Iku, ya no tenemos barco para transportar a estas gentes a la próxima isla. Pero parece, ser que su capitán se quería ir a la tumba con su querido barco.