El arte del comienzo. (Privado) (Konáto / Kaori)

La enorme sala de aquel edificio estaba reluciente, era de un tono azulado y había una mesa en medio de color marrón. En ella se hallaban sentados cinco hombres vestidos con un traje negro y corbatas, además parecían estar esperando la llegada de alguien. Los tipos estaban mirando unos archivos donde ponía claramente “Kogáto Uchiha Uzumaki”. De repente unos pasos se escucharon por el pasillo, eran unos pasos simples y calmados y no parecían hacer mucho ruido, solo un leve deslizamiento. No se sabía bien de que se trataba, pero aquellos hombres pronto lo iban a averiguar. De repente las puertas de la sala se abrieron de forma lenta y calmada. Entró una extraña persona que se quedó mirando a aquellos hombres. Su pelo era moreno y alborotado, además de corto y despeinado. Su ojo derecho era de un color rojo intenso mientras que su ojo izquierdo era azulado con extrañas franjas. Vestía un traje de color negro y una corbata negra, por dentro se podía ver perfectamente una camisa blanca y perfectamente limpia. En sus pies se podían ver unos zapatos limpios y elegantes. En la espalda portaba una enorme guadaña de color blanco. Su mirada era seria ante todo y observaba a aquellos tipos que le miraron tranquilamente para después el de en medio comenzar a hablar.

- Agente 666 Kogáto Uchiha. Bienvenido al despacho de los altos cargos del gobierno, hemos de comunicarle que a partir de hoy usted es un CP1. Hemos visto apropiado subirle ya al CP para que comience son su vida entre nosotros.

- Alto y claro. Cumpliré con mi deber.


Dijo aquella figura con un tono de voz serio y calmado, sus ojos analizaban a aquellos hombres totalmente, estaba claro que el chico no era alguien cualquiera. Era bastante inteligente y ahora mismo estaba memorizando los rostros. Al parecer ya le habían subido para que comenzara su vida como agente del CP, en realidad aquella tapadera le iba a venir genial. En cuanto dominara todas las habilidades del CP, se iba a largar de allí fingiendo su muerte para seguir con su plan de conquista. Su mirada pese a ser seria y analizadora parecía muy normal, como si fuese un simple novato feliz por empezar. Se quedó esperando la respuesta de aquellos hombres que permanecían callados leyendo algunos documentos. De repente uno de ellos habló en un tono calmado y bastante tranquilo, como aquel que le lee un cuento a un niño pequeño para que duerma.

- La agente Kaori debe de estar al venir, la hicimos llamar para unos asuntos. Espere aquí agente 666.

El chico se esperó, no sabía que deseaban de él, pero por el momento la esperaría allí observando la sala tranquilamente. No conocía a aquella chica llamada Kaori, debía ser otro agente, de modo que otro peón en aquel tablero de ajedrez. El asesino moreno mantenía su mirada seria mientras ahora se cruzaba de brazos entrecerrando sus  ojos, su ojos azulado observaba todo alrededor mientras que el rojo estaba fijo en una pared. Las esperas eran muy aburridas y lo que ahora quería aquel chico era coger de una vez su guadaña y matar a todos aquellos agentes, sin embargo aún quedaba muchísimo para aquello y debía contenerse. Matar a todos aquellos tipos debía de ser muy difícil actualmente, principalmente por sus rangos y demás. Él solo era un agente del CP1 y aquellos tipos rondarían el ocho o el siete y era muy peligroso combatir con ellos por el momento. Se mantendría callado esperando a que apareciera aquella chica y ver que querían los puestos altos de ellos.

Los pensamientos del moreno ahora eran bastante sencillos, simplemente pensaba en que le iban a pedir, era muy extraño que le dejasen estar delante de otro agente mientras le pedían algo. Las misiones de los agentes eran secretas y solo suyas, sin embargo le habían mandado a quedarse allí. “¿Querrán que conozca a esa sujeta? ¿Estará a la altura de mis expectativas? ¿Será un simple peón o una pieza más interesante?”. Los pensamientos de aquel tipo eran superiores ante cualquiera, se sentía el mejor y el único que debía destacar. Era normal, alguien tan egocéntrico que solo se preocupaba por sí mismo, no podía ser menos. La situación se volvía muy incómoda, estar allí presente con aquellas personas le aburría mucho y encima con todo aquel silencio, ninguna decía nada. Sin embargo el más viejo de aquellos hombres observaba al moreno con una mirada analizadora. Un novato recién nombrado agente del CP y encima tan calmado, ni un ligero temblor, ni ninguna clase de nervios ni nada por el estilo. Se le notaba muy tranquilo y eso era bueno pero tampoco demasiado, de repente los ojos del tipo moreno se fijaron en aquel hombre y este agachó la cabeza volviendo a sus cosas mientras fruncía el ceño por aquella mirada.

“Estos idiotas empiezan a cansarme”. Pensó aquel hombre mientras permanecía con sus brazos cruzados y miraba atentamente hacia aquellos líderes. De repente un ruido llegó a sus oídos, al parecer aquella persona iba a aparecer ya. De repente a la sala entró una chica de pelo moreno, parecía muy segura de sí misma y ahora empezó a hablar con aquellos tipos. El moreno se mantenía en un lado con los brazos cruzados y su mirada fría analizándola de arriba abajo. A otro agente quizás le hubiera gustado verla pues no parecía fea, sin embargo aquel tipo veía a todo el mundo de la misma forma. Simplemente se quedó callado mirando ahora a aquellos hombres. La guadaña blanca de su espalda intimidaba bastante y no solo por su tamaño, sino por su brillo. De repente el chico entrecerró sus ojos despacio mientras suspiraba calmado esperando una respuesta por parte de los superiores. La persona que habló fue la misma que lo hizo anteriormente, sonrió con una mirada calmada y llena de confianza y comenzó a hablar de forma sutil y en voz alta para que se le escuchara bien y no tuviera que repetir nada más.

- Agente Kaori, le presentó al agente 666 Kogáto Uchiha Uzumaki. Es el nuevo miembro del CP. Nos gustaría enviarle a su primera misión, pero ya que al parecer usted está libre, le enviaremos con él.

- Puedo ocuparme yo solo.


Interrumpió de repente la voz del moreno que se había reincorporado al escuchar aquello, su mirada volvía a ser seria. No iba a hacer de niñera de aquella agente del CP. Sus métodos debía de hacerlos en solitario debido a los sangrientos y temibles que eran. De repente aquel hombre trajeado que estaba sentado negó con la cabeza mientras miraba ahora con gesto serio al hombre de los ojos de distinto color y forma.

- Harás lo que se te ordene. Ahora no interrumpas más y déjame terminar de hablar novato. Bueno, el objetivo es sencillo, vais a coger un barco y os vais a dar una vuelta por el mar del Grand Line, al menos dos días de viaje. Quiero que limpiéis las aguas de bandidos, piratas y toda esa chusma, iréis los dos solos, el barco es sencillo y no cuesta usarlo. Saldréis de aquí en una hora, eso es todo.

Kogáto observaba la situación frunciendo el ceño mientras metía la mano en sus bolsillos y después se dirigía a la salida pasando por al lado de la chica con la mirada muy seria, sin ningún tipo de comentario, deslizó la mano por el pomo de la puerta mientras la abría y empezaba a caminar por el pasillo. Había aún una hora antes de partir y podría darse una vuelta, pero se quedó frenado allí en mitad pensando a donde ir y en lo más importante, qué hacer durante ese objetivo. Solo debía aguantar unos años allí metido y después comenzaría el terror, debía acatar las órdenes de aquellos indeseables payasos del gobierno mundial. El tablero estaba recto y las piezas se movían, el juego daba comienzo y él ya había movido ficha, ahora tocaba esperar la siguiente jugada.

La chica miraba con su mirada confiada a los que estaban ahí presentes, era alguien muy confiada y demasiado egocéntrica tanto que llegaba a veces a dar mucho asco estar con ella por lo arrogante que se ponía, pero aun así dependiendo de la persona ya que si se ganaba su amistad mostraría un lado mucho más amigable y también más relajado. Pero esas personas eran muy pocas y eran difíciles de encontrar sobre todo porque su pasado la ataba a ser de esa forma y de su verdadera forma, escucho atenta las palabras de los agentes, al parecer le tocaba ir de niñera del tal Kogáto Uchiha Uzumaki algo que en verdad la molestaba ya que ella sola podría barrer a sus rivales sin siquiera despeinarse después de todo tenía un gran poder en su interior que la hacía muy fuerte. Pero en lo que en verdad la molestó fue lo que dijo el moreno ya que ella misma podría hacerlo y para variar tendría que cuidar de que no muriera, así que le dijo a los agentes:

Kaori: Esta bien, nosotros nos encargaremos…pero más les vale no acostumbrarse a que este libre, no estoy para sus misiones tan aburridas y más si tengo que ser niñera.

Dijo mientras les daba la espalda, su tono fue bastante arrogante y muy superior y seguramente él tal Kogáto lo escucharía pero le daba igual, empezó a caminar hacia la puerta pero fue entonces que la voz del que parecía el de más alto cargo sonó muy fuerte en el interior de la habitación, y eso hizo que la joven frenará su salida un segundo para escuchar por un segundo lo que ese maldito tenía que decir, si fuera por ella ya los hubiera quemado hasta morir pero aun necesitaba el poder de los del Cipher Pol así que escuchó con atención las palabras de ese hombre:

- Malditos novatos deberían tener cuidado sobre todo tú Kaori, no vengas con aire de superioridad ya que no creas que por ser alguien con ciertos beneficios puedes gritarnos cuando quieras, así que aprende a tener cuidado con tus palabras que aun te falta mucho camino. No pretendas que tienes todo ganado chiquilla, ahora largo.

Kaori suspiro y simplemente asintió con la cabeza para luego agarrar del pomo la puerta y cerrarla de un portazo pero eso no fue todo ya que el pomo lentamente empezó a derretirse ya que la mano de Kaori estaba roja debido al calor que estaba haciendo, sin más vio que Kogáto estaba de espaldas así que desactivo su poder para que él la siguiera viendo como alguien débil ya que a la hora de la pelea es que dejaría claro quién era más fuerte y que merecía respeto absoluto, así que al ver que aun no avanzaba mucho la joven de pelo negro se detuvo y apoyo su espalda contra la pared y se cruzó de brazos, y fue entonces que le dijo al que sería su rival:

Kaori: Kogáto ¿verdad? Bien te dejaré una pequeña advertencia, cuando este peleando mejor ni te me acerques aunque no me interesa si mueres o no, yo soy más que suficiente para acabar con esos piratas del montón, después de todo los hombres son unos buenos para nada.

Dijo mientras sonreía de manera arrogante y confiada, su tono fue igual lleno de arrogancia y egocentrismo, y recalcó su última palabra. Su mirada no mostraba mucho miedo aunque le daba algo de curiosidad la guadaña que el moreno tenía a sus espaldas pero aun así su mirada mostraba todo su orgullo y también su extremada confianza en sus habilidades, espero alguna respuesta o reacción del que sería el pequeño niño que tendría que cuidar.

Un portazo se escuchó tras el moreno, este sin embargo no se había movido de su posición, ni siquiera se había girado. Permanecía mirando al frente sabía que tras él se hallaba la enana que le habían puesto de compañera, no le gustaba la idea de hacer de cuidador para la cría. Si se la cargaba sería muy sospechoso por su parte, lo que menos le interesaba era que alguien sospechara de él. Después de lo que iba a realizar, debería prepararse muy bien. Sus ojos continuaban mirando al frente cuando de repente escuchó unas palabras a sus espaldas. Eran provenientes de la morena. Encima de todo era una inútil arrogante, aquello no podía ir en peor, no pretendía acercarse a ella de todas formas, si algún pirata acababa con su vida le vendría bien y todo. Él por su parte se mantenía callado con su mirada seria, su ojo rojizo y su ojo azulado y aquella guadaña, era todo lo que necesitaba. Lentamente se quitó la chaqueta negra dejándola a un lado de un banco. Se quedó con la camisa blanca colocada, también se quitó la corbata pues no pensaba ir así a ningún sitio. De repente empezó a crujir los huesos de sus nudillos mientras miraba al frente.

Frente a sus ojos estaba pasando lo que parecía ser un camarero, llevaba una bandeja con varios aperitivos, seguramente se dirigía a alguna reunión de agentes a llevarlos. El moreno llevó de repente la mano al mango de su guadaña blanca, la sacó mientras permanecía serio y de repente entrecerró los ojos. Lanzó de repente la guadaña con fuerza hacia aquel camarero, el arma se acercaba a mucha velocidad y peligrosamente, era como si tratara de asesinar aquel tipo. Sin embargo cuando la guadaña ya estaba bien lejos y a punto de golpear aquel hombre, el arma de filo de frenó de golpe en pleno aire. Pinchó uno de los aperitivos gracias a su hoja curva y de repente el moreno pegó un tirón con la mano hacia atrás. Se pudo ver una fina cadena de acero que estaba atada a la muñeca del agente, el otro extremo estaba en el mango de la guadaña. Rápidamente tomó su arma por el mango mientras se escuchaba el pequeño ruido de una cadena, acto seguido con su mano libre cogió la comida, un pequeño bollo. Guardó la guadaña mientras bajaba los brazos. La fina cadena la subió hasta su antebrazo guardándola mientras la otra parte le recorría el hombro llegando a la guadaña. Un arma bastante extraña, sin embargo sabía usarla bien.

A continuación se llevó aquel bollo a la boca pegándole un mordisco y notando como algo de atún y tomate entraba en su paladar. Masticó un poco llevándose al poco rato el otro trozo a la boca y comiéndoselo. El camarero pareció darse cuenta y se giró mirándole, sin embargo no dijo nada y se dio la vuelta frunciendo el ceño dirigiéndose al sitio donde debía irse. Una vez acabó de comérselo, cerró los ojos mientras ahora tomaba su chaqueta con la mano al igual que su corbata, después pensó en cambiarse de ropas, no iba a ir así. Había un enorme vestuario tanto para hombres como mujeres, sin embargo las mujeres como era normal tenían un probador para tener intimidad. El chico pensó en cambiarse rápidamente y sin ni siquiera girarse a donde estaba la chica, comenzó a caminar en silencio con la mirada seria en todo momento. A los pocos metros observó la puerta y se aproximó a ella dejando su mano en el pomo y abriéndola, a continuación se fijó en que no había nadie y se puso en un simple lado mientras abría su taquilla. “Espero no tener que retrasar mis planes por culpa de esta tía, no me fio lo más mínimo de ella, deberé que ocultarme un poco más de tiempo”. Pensó mientras ahora se quitaba la camisa dejando ver un cuerpo algo musculoso, sin embargo con bastantes heridas.

Kaori mantuvo en todo momento su sonrisa y miro con detenimiento los movimientos de su “compañero” definitivamente era alguien hábil y sin miramientos logro sacar una especie de comida que llevaba el camarero, la chica sin embargo no se sorprendió ya que ese mínimo de habilidad era necesario para entrar en el Cipher Pol después de todo no cualquier basura demostraba tener lo suficiente para entrar en este tipo de organización, aparte claro que había que tener un poco de suerte ya que el método por el cual había entrado Kaori había sido menos convencional que el resto pero tampoco es que le importara demasiado, después de todo gracias a ese método es que tenía cosas que los otros no tenían y que mejor que una gran fruta para compensar su fuerza física. Vio como el moreno se iba, seguramente a cambiar de ropa aunque tampoco es que le interesaba solo quería ir y tener algo de diversión.

Kaori avanzó un par de metros con las manos en la espalda a la altura de la cintura hasta sentarse tranquilamente en una banca, y desde ahí veía todo de forma perfecta, la oficina de los agentes donde estaba el pomo quemado gracias a su habilidad, donde estaba el moreno y dos grandes pasillos que por ahora no le interesaba ir a ver ya que no quería perder de vista al que sería el bebe que tenía que cuidar, suspiro de forma pesada mientras pensaba en su pasado. Su madre, su linda herma y su padre, no podía negar que los extrañaba ya que eran su familia pero aun así era una familia venenosa, una que no conocía de límites humanos y que había perdido totalmente la cabeza por su gran poder y su objetivo principal era cambiarlos y si no podía simple y llanamente destruirlos y sería en un futuro donde nadie la podría parar por eso tenía que aprovechar lo más que pudiera esta organización.

Su mente se estaba a punto de ir al pasado, cuando logró sentir como es que alguien se sentaba a su lado y grata fue su sorpresa al ver que era el mismo idiota que había juntado a dos personas demasiado egocéntricas como para siquiera pensar en trabajar en equipo, y fue entonces que decidió quedarse callada ya que vio en sus ojos que tenía algo importante que decirle a la joven Kaori, así que no se fue sin preámbulos y le dijo:

- Kaori, ten cuidado con Kogáto, lo estuve mirando un rato y definitivamente no me da buena espina, así que anda con cuidado a esa misión y si puedes gánate su confianza y ve que está tramando no es una misión oficial y puedes tomarlo como un favor personal, tú decides que harás. Por cierto el barco está listo para partir en cuanto quieran, por favor avísale a tú compañero. Y por cierto, más te vale pagar el pomo que derretiste

Menciono con un tono muy serio para luego marcharse por donde vino, su último comentario hizo que Kaori soltará una leve risita pero luego digirió las palabras anteriores, ya que era verdad a ella tampoco le daba muy buena espina el sujeto de ojos raros, pero de momento acabaría la misión con él y si el destino quería los juntaría de nuevo, así que sin dudarlo se acerco a donde estaba Kogáto para luego decir en un tono fuerte sin abrir la puerta y dando totalmente la espalda.

Kaori: Pedazo de basura, el barco está listo para partir así que apresura el paso, que quiero acabar con esto rápido.

Dijo para luego volver a donde estaba y esperar a que Kogáto regresará, ya no quedaba mucho para irse a dar palizas y aparte sería bueno para botar todo el estrés que tenía por esta situación, así que sin más se quedó callada mientras observaba con atención donde se encontraba su compañero.

La guadaña se encontraba en el suelo mientras el moreno se cambiaba, estaba bastante tranquilo y no lo hacía con prisa. Cambió el pantalón de traje por uno mucho más cómodo y largo. Se colocó unas botas negras y se pudo una simple sudadera de color azul por encima para ir a gusto. A continuación se quedó mirando el interior de su taquilla, había un objeto metido en una mochila negra, el chico lo miró sonriendo de lado, como si en aquella mochila negra hubiera algo. Allí guardaba algo que nadie podía ver, cerró guardando el traje y echó la llave mientras ahora agarraba la guadaña haciendo un movimiento con su muñeca tirando levemente de la cadena del mango. Además cogió una especie de parche y se tapó el ojo azulado dejando solo el ojo rojizo a simple vista. A continuación se levantó y se dirigió hacia el espejo mientras mantenía las manos ahora dentro de sus mangas, se miró seriamente mientras ahora levantaba su mano izquierda colocándola en el pecho de su reflejo. Su mirada estaba fija en sí mismo mientras cerraba los ojos concentrándose. Estaba bastante calmado ahora, la tranquilidad que tenía consigo daba incluso algo de miedo, pasaron solo unos cuantos segundos cuando de repente escuchó aquella irritable voz, la zorra morena estaba dando por culo.

Suspiró mientras ahora sentía un pequeño sonido, había roto el espejo con su mano izquierda. La sangre brotaba por su mano, sin embargo pese a ser doloroso, el chico tenía la vista fija en la puerta y había ignorado aquello. Se dirigió a un lado de la sal ay cogió una toalla de color blanco, vendándose con ella la mano mientras alzaba una ceja. En el cristal quedó la marca de su mano sangrienta allí puesta. No le importó mucho y ahora se dirigió hacia la puerta de madera. Deslizó de nuevo la mano mientras abría la puerta muy despacio, nada más salir observó a la morena con su ojo rojizo que era el único visible ahora. Acto seguido miró en dirección a la salida de aquel lugar, de modo que el barco ya estaba listo para largarse de aquel sitio. Cerró su ojo mientras ahora escuchaba un goteo, una gota de sangre bajó desde su toalla a los azulejos blancos del suelo. De repente volvió a mirar a la morena y después bajó la cabeza observando como una segunda gota de sangre caía al suelo. se giró sin decir nada y con una de sus botas, pisó las dos gotas para después mover el pie a un lado y dejar un minúsculo rastro de sangre de unos siete centímetros.

- No me hagas perder el tiempo durante el viaje, si estas en apuros, sácate de ellos tu solita, gata negra.

Dijo simplemente mientras ahora abría su ojo y comenzaba a caminar lentamente hacia la salida, no tardó mucho en llegar y abrió la puerta mientras observaba el puerto y los barcos. Miró el que iba a ser el suyo y empezó a caminar a paso ligero mientras mantenía su mirada seria en todo momento. El Sol hizo que su reluciente guadaña reflejara algunos rayos cegadores. Por el momento debía de hacer caso a aquellos inútiles, pero llegado el momento acabaría con ellos personalmente sin piedad alguna. Cruzó la tablilla del barco y llegó a cubierta, lo siguiente que hizo fue sentarse en un lado del barco, iban a ser solos dos y había bastante barco, no tenía que preocuparse de nada. Notó como un bostezo llegaba y abrió la boca bostezando mientras después la cerraba entrecerrando su ojos rojizo esperando a que la chica subiera y quitara el ancla.

El barco comenzaba a moverse, el viaje comenzaba y el agente 666 se alejaba por fin de aquel maldito lugar lleno de idiotas. Su ojo observaba tranquilamente como la chica se había sentado en otro lado, la mirada del sujeto no parecía cambiar en ningún momento, aquella seriedad no se apagaba. De repente escuchó aquellas palabras que llegaron a sus oídos, las ignoró completamente, aquella chica estaba obsesionada con que el moreno no se metiera en su camino. Alguna habilidad se estaría guardando seguramente, algo no iba bien si lo decía tantas veces, la mente del moreno comenzaba a analizar sus palabras muy lentamente. Sin embargo, la que debía tener cuidado en combate cercano era la morena, el estilo de lucha del moreno como agente del CP consistía en el Daten-Shi. Su otro estilo solo lo usaba cuando iba enmascarado, por lo que no lo podría reconocer por la forma de luchar, además usaba armas distintas con cada identidad. Ahora el chico usaría su mano izquierda ya que era ambidiestro, con su otra apariencia usaba la derecha. Sus golpes eran muy veloces pero también muy defensivos, esperaba mejorar el estilo Daten-Shi con el Rokushiki, con la máscara no lo usaría o evitaría usarlo mucho, estaba todo calculado.

Un suspiro del moreno hizo algo de ruido mientras el barco avanzaba, estaban algo lejos de su destino y al menos tardarían unas horas en adentrarse en mitad del mar. No había nada que hacer en aquel barco y el chico se levantó despacio mientras un ligero sonido parecido al de una cadena se escuchaba. El rojizo ojo del chico se clavó en aquella mujer de pelo negro, en ese momento se quedó mirándola con total superioridad al mismo tiempo que con una seriedad increíble, aquel tipo… ¿Es que nunca cambiaba su mirada? ¿No sonreía acaso? ¿Ni un mínimo cambio de expresión en toda su vida? Al parecer la respuesta estaba clara. No tenía otra forma de mirar a la gente, algo propio de su ídolo a seguir y su motivo de vida. El propio Jin Surfer era así y su sucesor parecía haber tomado su mismo camino, o incluso podría llegar a ser mucho peor. No disponía de la fruta del fuego, pero incluso sin fruta y tan solo con los artes de la muerte y su arma, podía llegar a ser alguien letal y muy peligroso, capaz de matar sin pensarlo y a la mínima de cambio. Ahora alzó algo la voz mientras hablaba de forma calmada y tranquila acariciando el mango de su guadaña un poco.

- Si atacan, mantente a un radio de siete metros de mí, podrías perder la cabeza.

Una vez dijo aquello, alzó su ceja derecha mientras bajaba la mano y la metía en su bolsillo. Aquella arma no llegaba ni a los tres metros, no era posible que necesitase tanto espacio. Sin embargo él sabía muy bien el motivo del porqué había dicho aquello. Peleaba usando una gran cantidad de espacio, ahora mismo le había entrado pereza y quería descansar hasta llegar al mar del Grand Line. Empezó a caminar hasta llegar al borde de la borda, una vez allí, suspiró sentándose en este dejando sus piernas colgando mientras observaba el horizonte. No temía al agua pues no era un usuario, simplemente le gustaba estar cerca del mar, ahora tenía su ojo derecho entrecerrado y se quitó la toalla de la mano dejándola caer al mar. Su mano ya no sangraba y solo tenía un pequeño corte. El sonido de las gaviotas le hizo mirar hacia arriba con aquella mirada seria y fría como el mismísimo hielo. A continuación bajó la mirada observando de nuevo el mar y llevándose la mano a la barbilla mientras suspiraba de nuevo esperando a llegar a su destino y que la chica no hablara mucho.

La mirada del agente continuaba mirando al horizonte con total seriedad, parecía ser que estaba metido en una especie de trance o algo así. La verdad era que empezaba a aburrirse mucho. No iba a sacar su guadaña y a entrenar, no al menos delante de la morena, pensaba en como planificar bien sus planes. Había estado espiando a algunos de los demás CP1. Se había enterado de que una fruta del diablo iba a ser llevaba a un pequeño edificio sin vigilancia dentro de tres días, allí Jin Surfer haría su primera aparición. Pero por el momento estaba claro que debía cumplir aquella misión, fuese como fuese. Lo que no soportaba, era tener que hacer de canguro de la morena. Esa tía no estaba a su altura, no sabía si tendría una fruta o no, pero el moreno no necesitaba de eso para pelear. Lentamente empezó ahora a bostezar mientras se levantaba de allí y lentamente se dirigía hacia donde estaba la puerta que daba al interior del barco. Sin mirar a la chica, entró de forma tranquila mientras suspiraba y se dirigía al interior, se adentró en la cocina y de repente algo que no esperaba ocurrió. Un Den Den Mushi que había sobre la mesa comenzó a sonar.

El moreno lo miró con mirada analizadora, era un caracol de color negro con caracola blanca y peinado corto y planco. No le habían dicho nada sobre ninguna llamada, por lo que estaba algo confuso. El sonido continuaba y el moreno no hacía nada por cogerlo. La presión ahora le podía, algo le decía que debía hacerlo, pero su pereza era increíble y tener que hablar ahora con algún payaso, no le convenía en absoluto. Podían ser muchas cosas ¿Un idiota haciendo bromas? ¿Un superior preguntando cómo iban? ¿Un tipo diciendo que la morena que iba con él, era un hombre? Todo podía pasar. Realmente el ruido ahora le estaba poniendo de los nervios, el maldito chisme no se callaba de ninguna forma. Apretó el puño incluso pensando en destrozarlo totalmente y quedarse tan a gusto. Sin embargo le podían sancionar por aquello, sin pensárselo más pegó un suspiro y llevó la mano al caracol mientras lo descolgaba cogiéndolo. En ese momento una voz algo grave se escuchó, parecía ser un CP de más rango ya que hablaba con autoridad en sus palabras.

- Escuchadme los dos, debo deciros que se han detectado unos…

Antes de que continuara hablando, el moreno lanzó el objeto al techo destrozándolo en el acto mientras bostezaba con una pereza que le estaba entrando. No le interesaba lo que aquel chisme tuviera que decirles. Ahora pegó un suspiro y se dirigió a la nevera. La abrió lentamente mientras la luz de la bombilla del interior, le cegaba un poco, se habían pasado y habían puesto una bastante potente. Consiguió observar un par de bolos de chocolate, eran del tamaño de una botella de dos litros, semejantes bollos eran increíbles. El chico los cogió con confianza y se sentó en la mesa pisando el resto de trozos del Den Den Mushi mientras ahora se llevaba el primer bollo a la boca. Clavó sus dientes en él mientras cerraba los ojos y notaba el chocolate recorrer su garganta. Era una experiencia deliciosa y allí dentro se sentía como en casa, pisoteando los restos del objeto comunicativo, sonrió de lado mientras se terminaba totalmente uno de los bollos. Se quedaría allí dentro hasta llegar al mar del Grand Line, el cual debía de quedar ya cerca. Lo importante era ¿Qué iba a decir aquel agente del CP por el Den Den Mushi? Nunca se sabría.

El moreno ya se había terminado ambos bollos, estaban deliciosos, pero ahora no sabía qué hacer. Pegó otro bostezo mientras se echaba en la mesa con los ojos cerrados, no parecía haber nadie más en la sala, la chica aún seguiría fuera por lo que podía seguir liándola sin problema. Salió de la cocina del barco y ahora se dirigió hacia una sala al final del pasillo, al abrirla se dio cuenta de que era un cuarto de baño, pero además había una bañera. Seguramente conectada a algún yacimiento de agua del interior del barco, al chico no se le ocurrió otra cosa que darse una ducha. Se quitó la ropa despacio mientras dejaba la guadaña a un lado, cerró con pestillo para que aquella chica con pinta de violadora suprema, no se le ocurriera entrar. Acto seguido se miró a un espejo mientras entrecerraba los ojos y se quitaba el parche dejando ver su ojo azulado. Lo dejó a un lado y después le dio al agua para que empezara a salir templada, demasiado fría era incómodo y podía resfriarse, y muy caliente causaba dolor. Por ello la puso templada y mientras tanto suspiró mirándose en el espejo despacio.

Su respiración se mantenía calmada y mientras esperaba a que el agua saliera temblada, empezó a frotarse ambos ojos despacio. Una vez pasaron un par de minutos, metió la mano bajo el grifo notando que estaba perfecta y sin pensárselo se metió dentro de aquella ducha mientras dejaba que el agua callera sobre su cuerpo. Cerró los ojos encontrándose bastante a gusto, realmente le encantaba estar bajo el agua. Cogió un bote de gel y comenzó a enjabonarse bien la cabeza y el cuerpo, después de unos cinco minutos, se empezó a quitar la espuma con el agua para finalmente apagar el grifo. Las gotas de agua caían sobre el suelo de la bañera y su mirada ahora estaba mirando hacia arribe, de repente su rostro serio cambió a una sonrisa sádica y algo perturbadora, una sonrisa que recordaba a cierta persona. Salió de la bañera felizmente y abrió un armario donde pudo ver lo que parecían ser, dos albornoces masculinos de color blanco. Cogió uno de ellos y se lo probó, sin embargo le quedaba pequeño, parecía estar diseñado para alguien bajito. A continuación cogió el otro y se lo probó, le venía perfecto. Ahora se puso un pantalón negro de pijama y unas pantuflas rojas.

Un verdadero agente del CP, sí señor, eso era estilo. A continuación tomó su guadaña mientras suspiraba y se la ataba a su cadena pasándosela por el hombro para después empezar a caminar por el pasillo del barco. Pasó de nuevo por la cocina y entró mientras abría la nevera y cogía una botella de agua fresquita. Salió de allí dirigiéndose a la borda donde pudo ver a la chica, este la ignoró mientras le pegaba un trago al agua y seguía caminando muy tranquilo hasta un lado de la borda y se sentaba con aquellas pintas tan tranquilas mientras observaba el mar del Grand Line, ya estaban en su objetivo y solo quedaba darse vueltas por él. El chico se quedó observando el mar mientras bebía de su fresquita botella, sus pelos estaban despeinados y aquel albornoz dejaba ver su zona abdominal y su pecho. Aún tenía varias gotas por este debido a la ducha y algunos mechones estaban empapados pues ni se había secado, incluso los pasillos del barco debían de estar chorreando y sería fácil resbalarse. Pero ahora mismo estaba muy tranquilo con su mirada seria de siempre y observando el horizontes esperando a que pasara algo interesante.