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La moto rugió mientras el agente aceleraba. A toda velocidad atravesó los campos en dirección a la aldea. Su pelo se agitaba al viento. Esbozó una sonrisa, disfrutando del momento, y giró aun más el acelerador. La velocidad era una de sus pasiones, y un gran momento para desconectar y olvidarse de todas sus preocupaciones. Aquel día, el espía iba vestido con una chaqueta de cuero, gafas de motero, una camiseta negra, unos guantes negros con chapas de metas en los nudillos que dejaban los dedos al aire, pantalones de cuero ajustados, botas militares y un cinturón de pinchos. A la espalda llevaba una katana con el mango rojo oscuro y la guarda en forma de sol. Una vez tuvo la aldea frente a él, se dirigió a las afueras y fue reduciendo paulatinamente la velocidad. Se detuvo totalmente a unos cinco metros de una casa con el tejado color caoba. Apagó el motor y abrió el mini-maletero de debajo del asiento. Sacó el mechero zippo, una cajita con calmantes y uno de sus paquetes de cigarros. Se guardó todo en los bolsillos y encendió un cigarro, llevándoselo a la boca.
- Hora de trabajar - dijo, quitándose las gafas de motero y metiéndolas debajo del asiento.
El chico realmente parecía demasiado joven para ser un agente del Gobierno. Era un adolescente alto, de cuerpo atlético y fuerte. Llevaba el pelo bastante largo, en melena hasta los hombros. Además de eso era pálido y de facciones angulosas. Sin embargo, su rasgo que más llamaba la atención eran sus ojos: eran de color rojo, y bastante siniestros. Ryushu tomó una calada del cigarro y echó el humo por la nariz, caminando hacia la casa. "Veamos... ¿qué papel me toca representar hoy? Sabiendo el tipo de misión, me tocará hacer de agente malo e implacable. Sí, supongo que servirá" pensó el joven. Le habían ordenado ir a aquella vivienda, que en realidad era un cuartel revolucionario secreto, exterminar a todos los que estuviesen en el lugar, interrogar a alguno de ellos y robar todos los documentos que hubiese. Después, debía prenderle fuego para que no volviesen a usar el emplazamiento. Al llegar a la puerta dio un par de golpes en esta mientras decía irónicamente:
- Toc, toc. ¿Está el señor revolucionario-san?
Escuchó pasos de alguien que se dirigía a la puerta, acompañado de un ruido de una pistola siendo cargada. El agente apoyó la mano derecha sobre la cerradura y activó sus poderes. Una imagen del mecanismo interior llegó a su mente. Usando su fruta, activó la cerradura y la puerta se abrió sola con un ruido de bisagras. El revolucionario dio una exclamación de sorpresa, pero Ryushu entró en la vivienda desenvainando a Sōrāeji, su katana, y lo decapitó de un veloz movimiento. Trazó un movimiento seco en el aire para secar el arma de sangre, salpicando el suelo y las paredes, y envainó de nuevo. El recibidor era una salita de estar pequeña, y no parecía haber nadie más. Sobre la mesa de la sala había unos papeles. Se acercó y vio que eran informes de entregas de armas y explosivos. Comenzó a pasar hojas y se guardó los documentos en el interior de la chaqueta. ¿Qué querrían volar por los aires los rebeldes para necesitar tanta pólvora?
[Consejo: en tus roles puedes hacer como he hecho yo, e introducir a NPCs débiles a los que controles tú. A estos puedes hacerles acciones cerradas e incluso matarlos, pero recuerda no hacer nunca una acción cerrada a un usuario o a un NPC con ficha (los de la sección NPC del foro, personajes como Almirantes NPC vaya)]
- Hora de trabajar - dijo, quitándose las gafas de motero y metiéndolas debajo del asiento.
El chico realmente parecía demasiado joven para ser un agente del Gobierno. Era un adolescente alto, de cuerpo atlético y fuerte. Llevaba el pelo bastante largo, en melena hasta los hombros. Además de eso era pálido y de facciones angulosas. Sin embargo, su rasgo que más llamaba la atención eran sus ojos: eran de color rojo, y bastante siniestros. Ryushu tomó una calada del cigarro y echó el humo por la nariz, caminando hacia la casa. "Veamos... ¿qué papel me toca representar hoy? Sabiendo el tipo de misión, me tocará hacer de agente malo e implacable. Sí, supongo que servirá" pensó el joven. Le habían ordenado ir a aquella vivienda, que en realidad era un cuartel revolucionario secreto, exterminar a todos los que estuviesen en el lugar, interrogar a alguno de ellos y robar todos los documentos que hubiese. Después, debía prenderle fuego para que no volviesen a usar el emplazamiento. Al llegar a la puerta dio un par de golpes en esta mientras decía irónicamente:
- Toc, toc. ¿Está el señor revolucionario-san?
Escuchó pasos de alguien que se dirigía a la puerta, acompañado de un ruido de una pistola siendo cargada. El agente apoyó la mano derecha sobre la cerradura y activó sus poderes. Una imagen del mecanismo interior llegó a su mente. Usando su fruta, activó la cerradura y la puerta se abrió sola con un ruido de bisagras. El revolucionario dio una exclamación de sorpresa, pero Ryushu entró en la vivienda desenvainando a Sōrāeji, su katana, y lo decapitó de un veloz movimiento. Trazó un movimiento seco en el aire para secar el arma de sangre, salpicando el suelo y las paredes, y envainó de nuevo. El recibidor era una salita de estar pequeña, y no parecía haber nadie más. Sobre la mesa de la sala había unos papeles. Se acercó y vio que eran informes de entregas de armas y explosivos. Comenzó a pasar hojas y se guardó los documentos en el interior de la chaqueta. ¿Qué querrían volar por los aires los rebeldes para necesitar tanta pólvora?
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Me encontraba en una de las bases secretas de la revolución, ubicada en el East Blue, siendo exactos, en la isla Dawn. Semanas antes me habían ordenado venir aquí para recoger unos cuantos papeles, papeles que debía llevar a Sant Reia cuanto antes. La base Estaba al final de una calleja. Más parecía un asilo o una cárcel que una hostería. Pero Raisen no tenía posibilidad de elegir. En el zaguán había un mostrador destartalado. Tras él, casi siempre un hombre apilaba paños raídos y mal doblados. Hoy no era la excepción, entré por la puerta principal, una puerta de color marrón, no muy grande, pero tampoco tan pequeña; cabían dos personas, mas o menos. Le saludé, asintiendo con la cabeza. El hombre tenía semblante frio y fúnebre, casi daba miedo. – Los demás están en el sótano, sigue recto y abre la tercera puerta que veas. – Dijo sin levantar la vista de aquellos paños. Asentí y desaparecí tras una deshilachada cortina que adornaba la entrada a un largo pasillo, un pasillo con varias puertas. Seguí las indicaciones del viejo, situándome frente a la tercera puerta que había. Desde detrás de la misma se podían escuchar murmullos. – Aquí Raisen, enviado a por los papeles. – Diría tras abrir la puerta y tomar asiento.
El sótano era grande, húmedo y algo siniestro, pero aquello me era indiferente en aquél preciso momento. Desde fuera, se pudo escuchar un disparo, cosa que alerto a todos los presentes. – Ha llegado, debemos retirarnos cuanto antes. – Dijo el que parecía ser el más grande jerárquicamente. Un revolucionario empujo con fuerza una estantería llena de libros, mostrando así un agujero en el que podían pasar varias personas en fila india. – Venga, rápido, pasar, pasar, pasar. – Repitió el hombre moviendo rápidamente la mano, indicándonos que nos retiremos cuan rápido como podamos. – Yo me quedaré aquí, me encargaré de el. – Dije mientras miraba fijamente a aquél hombre, asintiendo. El hombre, severo como ningún otro ser que había conocido, se negó rotundamente, excusándose con que el debía proteger la vida de todos los presentes. – Si vas a ser terco, me encargaré de el sin esperar una afirmación tuya. – Dije seriamente. Si el pretendía ser un cabeza dura, yo podía serlo mucho mas. – Esta bien – Dijo finalmente. Acto seguido, se metió en el agujero, cerrándolo detrás de si.
Tomé mis X/Y Guns, preparándome para la batalla. Una parte de los papeles estaba ahí, la otra parte estaba encima de la mesa de madera que estaba en el centro de la sala. Tomé los papeles, guardándolos en mi chaqueta y caminando hacia la puerta, abriéndola bruscamente. – No te muevas, seas quien seas. – Dije mientras avanzaba poco a poco, con mis dos armas cargadas. Llegué de nuevo al principio del pasillo, donde se encontraba la cortina. << Ahí esta… >> Pensé. Estaba delante del mostrador, mirando algo. Rápidamente salí de detrás de la cortina y abrí fuego, con intención de darle al muslo izquierdo y derecho, uno con cada pistola.
Ráfaga mortífera [AM]
El sótano era grande, húmedo y algo siniestro, pero aquello me era indiferente en aquél preciso momento. Desde fuera, se pudo escuchar un disparo, cosa que alerto a todos los presentes. – Ha llegado, debemos retirarnos cuanto antes. – Dijo el que parecía ser el más grande jerárquicamente. Un revolucionario empujo con fuerza una estantería llena de libros, mostrando así un agujero en el que podían pasar varias personas en fila india. – Venga, rápido, pasar, pasar, pasar. – Repitió el hombre moviendo rápidamente la mano, indicándonos que nos retiremos cuan rápido como podamos. – Yo me quedaré aquí, me encargaré de el. – Dije mientras miraba fijamente a aquél hombre, asintiendo. El hombre, severo como ningún otro ser que había conocido, se negó rotundamente, excusándose con que el debía proteger la vida de todos los presentes. – Si vas a ser terco, me encargaré de el sin esperar una afirmación tuya. – Dije seriamente. Si el pretendía ser un cabeza dura, yo podía serlo mucho mas. – Esta bien – Dijo finalmente. Acto seguido, se metió en el agujero, cerrándolo detrás de si.
Tomé mis X/Y Guns, preparándome para la batalla. Una parte de los papeles estaba ahí, la otra parte estaba encima de la mesa de madera que estaba en el centro de la sala. Tomé los papeles, guardándolos en mi chaqueta y caminando hacia la puerta, abriéndola bruscamente. – No te muevas, seas quien seas. – Dije mientras avanzaba poco a poco, con mis dos armas cargadas. Llegué de nuevo al principio del pasillo, donde se encontraba la cortina. << Ahí esta… >> Pensé. Estaba delante del mostrador, mirando algo. Rápidamente salí de detrás de la cortina y abrí fuego, con intención de darle al muslo izquierdo y derecho, uno con cada pistola.
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De repente le llegó una voz desde el pasillo que le ordenó no moverse. Entonces escuchó pasos yendo en su dirección. El agente se agachó, tocando la mesa con una mano. El revolucionario había cometido un error de novato: delatar su posición. Activó su poder y analizó la estructura de la mesa. Las patas estaban atornilladas, lo cual le daba una ventaja. Uso su poder para girar el tornillo de la pata más cercana y aflojarla. Tras eso, desenvainó a Sōrāeji y esperó a que su enemigo se acercase. Echó una columna de humo de su cigarrillo por un lado de la boca, entreabriéndola. Se le había ocurrido otra idea más para librarse del revolucionario. Cuando este salió, apuntándole dijo:
- Vaya... parece que me han pillado.
Se fijó perfectamente en que su rival apuntaba bajo. Otro error de novato, dejar ver a tu enemigo por dónde vas a atacar. Velozmente saltó, levantando mucho las piernas para evitar que se las lesionase. Las balas dieron en un sofá tras él. Al caer, se agachó, agarró la pata floja de la mesa y la arrancó. El mueble aguantó en precario equilibrio. Se levantó velozmente y le lanzó el trozo de madera a la cabeza como distracción. Tras eso, saltó por encima de la mesa, se apoyó con una pierna en centró de esta, derribándola, y saltó hacia su rival. En el aire, preparó su katana, colocándose en una posición de su estilo de kenjutsu.
- Solar Blade Style, ¡Helios no Aki! [AMF]
Levantó la katana por encima de su cabeza con ambas manos y le lanzó un corte descendente vertical hacia su cabeza. Aprovechando el peso de la caída, trataría de cortarlo por la mitad en un único ataque. Si su rival no era lo suficientemente rápido y el ataque le daba de lleno, lo más probable es que lo matase. Así era su estilo de esgrima: el Estilo de la Hoja Solar, un tipo de combate rápido, dinámico y muy agresivo. Y el Helios no Aki era el golpe más letal que dominaba de momento.
- Bye bye, revolucionario-san.
- Vaya... parece que me han pillado.
Se fijó perfectamente en que su rival apuntaba bajo. Otro error de novato, dejar ver a tu enemigo por dónde vas a atacar. Velozmente saltó, levantando mucho las piernas para evitar que se las lesionase. Las balas dieron en un sofá tras él. Al caer, se agachó, agarró la pata floja de la mesa y la arrancó. El mueble aguantó en precario equilibrio. Se levantó velozmente y le lanzó el trozo de madera a la cabeza como distracción. Tras eso, saltó por encima de la mesa, se apoyó con una pierna en centró de esta, derribándola, y saltó hacia su rival. En el aire, preparó su katana, colocándose en una posición de su estilo de kenjutsu.
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Levantó la katana por encima de su cabeza con ambas manos y le lanzó un corte descendente vertical hacia su cabeza. Aprovechando el peso de la caída, trataría de cortarlo por la mitad en un único ataque. Si su rival no era lo suficientemente rápido y el ataque le daba de lleno, lo más probable es que lo matase. Así era su estilo de esgrima: el Estilo de la Hoja Solar, un tipo de combate rápido, dinámico y muy agresivo. Y el Helios no Aki era el golpe más letal que dominaba de momento.
- Bye bye, revolucionario-san.
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Desconocía que era aquél chaval, pero sea lo que fuese, tenia que cargármelo por haberse colado en una base de revolucionarios. Al disparar, el enemigo reacciono saltando, esquivando por completo las balas que penetraron en un sofá que estaba a sus espaldas. << Ahora es indiferente la base, lo importante son los papeles y cargármelo. Eso es todo, nada de preocuparme por la base. >> Tenia que tenerlo en mente, debía de usar el campo como un punto a favor mío. Al aterrizar en el suelo, arranco una pata de madera de la mesa, lanzándomela a la cara. Rápidamente, levanté mi arma y disparé, haciendo así que la bala y la madera chocaran, provocando que esta ultimar cayera al suelo perforada. Acto seguido, pude ver como utilizaba la mesa sin una pata como soporte para saltar, dejándome unos segundos para reaccionar. Cuando este salto y levanto el arma por encima de su cabeza, me dejé caer a un lado, al lado derecho, mirándole fijamente a medida que descendía. Caí de lado al suelo, levantando rápidamente mi arma y disparándole a las costillas, un golpe muy fuerte pero sin llegar a ser mortal. Tras disparar, me apoyé en el suelo y di un salto, quedando de pie a un lado del enemigo.
Disparo limpio [AMF]
- No se como sabes que soy un revolucionario. ¿Acaso eres del gobierno? – Diría tras levantar mis armas y apuntarle, por si el ataque no le habría dado. – No se que estas buscando aquí, pero sea lo que sea, me voy a encargar de ti – Dije seriamente mientras veía de reojo un candelabro lleno de velas. Apunté al candelabro y rápidamente disparé, haciendo que se cayera y prendiera fuego a todo lo que tenía alrededor. – Ahora que comience el combate – Diría tras sonreír, mostrando mis encías. Desconocía hasta que punto llegaba el poder de mi oponente, pero parecía ser fuerte, bastante, por ahora me iba a limitar a defenderme y contra-atacar hasta que uno de los dos llegue a su punto máximo y no pueda luchar mas.
Disparo limpio [AMF]
- No se como sabes que soy un revolucionario. ¿Acaso eres del gobierno? – Diría tras levantar mis armas y apuntarle, por si el ataque no le habría dado. – No se que estas buscando aquí, pero sea lo que sea, me voy a encargar de ti – Dije seriamente mientras veía de reojo un candelabro lleno de velas. Apunté al candelabro y rápidamente disparé, haciendo que se cayera y prendiera fuego a todo lo que tenía alrededor. – Ahora que comience el combate – Diría tras sonreír, mostrando mis encías. Desconocía hasta que punto llegaba el poder de mi oponente, pero parecía ser fuerte, bastante, por ahora me iba a limitar a defenderme y contra-atacar hasta que uno de los dos llegue a su punto máximo y no pueda luchar mas.
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[No he tenido tiempo para contestar hasta ahora, lo siento. Hasta hoy no he estado en mi casa]
Su enemigo logró esquivarle. Eso le dejaba en una posición precaria. Aprovechando que el agente del CP aun estaba completando su movimiento, el revolucionario le apuntó. Ryushu era veloz y diestro, pero su intento de evasión no fue suficiente. Se giró hacia su rival y se lanzó hacia un lado, pero la bala pasó junto a su costado, rompiéndole el traje en esa zona y arrancándole un cacho de carne. Se llevó la mano a la herida. Sangraba bastante y dolía aun más. La tentación para él de tomarse algo que le aliviase el dolor fue enorme, pero no era el momento. Lo último que quería era drogarse con analgésicos y quedar atontado. No, debía aguantar hasta que lograse matar al enemigo. Este le habló mientras tiraba un candelabro al suelo de un disparo. Una alfombra prendió fuego, y las llamas comenzaron a propagarse por la base lentamente.
- ¿Que cómo lo se? ¿No es obvio? Estás en su base. Y sí... lógicamente soy del gobierno - dijo, con una sonrisa malévola.
Apoyó la mano sobre la pared, fingiendo agotamiento, y utilizó su poder sobre la madera de esta. Varios tornillos del lado más cercano a su rival salieron disparados a presión, atravesando el papel de pintura. No iban a resultar en un ataque real. Dolerían mucho y le dejarían moratones y cortes. Como mucho le quitarían un ojo si tenía suerte. Pero al salir disparados con el lado de la cabeza del tornillo por delante no se clavarían. La clave del ataque era distraer a su rival, mientras Ryushu le atacaba de frente. Agarrando su katana con ambas manos, se lanzó hacia su rival trazando un corte horizontal alto hacia su cuello. Acto seguido lanzaría un segundo corte hacia el bajo vientre y un tercero hacia el pecho. Esta era una de las técnicas base de su estilo. Era el...
- Solar Blade Style, ¡Hiyake! [AF]
Su enemigo logró esquivarle. Eso le dejaba en una posición precaria. Aprovechando que el agente del CP aun estaba completando su movimiento, el revolucionario le apuntó. Ryushu era veloz y diestro, pero su intento de evasión no fue suficiente. Se giró hacia su rival y se lanzó hacia un lado, pero la bala pasó junto a su costado, rompiéndole el traje en esa zona y arrancándole un cacho de carne. Se llevó la mano a la herida. Sangraba bastante y dolía aun más. La tentación para él de tomarse algo que le aliviase el dolor fue enorme, pero no era el momento. Lo último que quería era drogarse con analgésicos y quedar atontado. No, debía aguantar hasta que lograse matar al enemigo. Este le habló mientras tiraba un candelabro al suelo de un disparo. Una alfombra prendió fuego, y las llamas comenzaron a propagarse por la base lentamente.
- ¿Que cómo lo se? ¿No es obvio? Estás en su base. Y sí... lógicamente soy del gobierno - dijo, con una sonrisa malévola.
Apoyó la mano sobre la pared, fingiendo agotamiento, y utilizó su poder sobre la madera de esta. Varios tornillos del lado más cercano a su rival salieron disparados a presión, atravesando el papel de pintura. No iban a resultar en un ataque real. Dolerían mucho y le dejarían moratones y cortes. Como mucho le quitarían un ojo si tenía suerte. Pero al salir disparados con el lado de la cabeza del tornillo por delante no se clavarían. La clave del ataque era distraer a su rival, mientras Ryushu le atacaba de frente. Agarrando su katana con ambas manos, se lanzó hacia su rival trazando un corte horizontal alto hacia su cuello. Acto seguido lanzaría un segundo corte hacia el bajo vientre y un tercero hacia el pecho. Esta era una de las técnicas base de su estilo. Era el...
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- Enfrentamiento en el país de las dunas, el cazador contra el pirata [Nemonic y Bale D. Edward]
- [privado]El reino del enfrentamiento (Privado Dexter & Nocturne)
- Operación Arena Sucia [privado][Leonel - Raisen]
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