El autor de este mensaje ha sido baneado del foro - Ver el mensaje
Yo iba ataviado con mis ropajes habituales bajo mi identidad de Plubio, que no era más que una tapadera de mi auténtico empleo como Cipher Pol, pero que sin embargo requeriría de mucho tiempo alejado del Gobierno Mundial, así que debía aprender a actuar como un pirata, a vilipendiar como uno, a maldecir como ellos y a pensar como un corsario. Mis ropas consistían en una chaqueta verdosa botoneada con motivos marrones sobre ella, y unos pantalones, también pardos algo más anchos al final dónde unas botas de pelaje algo más claro se anteponían a este, haciendo que los pantalones quedaran algo ajustados y dando una apariencia bastante singular, pero que sin embargo, albergaba algo de elegancia.
Puede que tuviera que actuar como un pirata, pero incluso entre ellos, había mayor y menor gusto para la moda.
Escudriñando el lugar, vislumbré ocioso calles antiguas donde se encontraban personajes de lo más pintorescos cómo vendedores de caballos, vendedores de armas e incluso armamento de pólvora, tabernas e incluso coches de caballos muy dispersos, e incluso timadores de lociones aparentemente milagrosas, cuando no se trataba mas que de zumos de colores exóticos que se vendían como elixires de salud, de belleza o incluso de inmortalidad. Aparentemente hacía ver que la gente de esa isla era bastante crédula e ingenua.
Supuse entonces, que muchos de los avances del Gobierno Mundial, o las ciencias aplicadas no habían llegado al lugar, al fin y al cabo, y que las religiones y timadores eran las dueñas de la población.
El autor de este mensaje ha sido baneado del foro - Ver el mensaje
Una vez en él, compré algo de agua, estaba totalmente seco y lo necesitaba. Para mi sorpresa lo que este me dio fue como una bolsa hecha de piel, con un pitorro por el que salí el agua, realmente aquella isla parecía un mundo totalmente distinto al mío. Pagué los berries correspondientes y proseguí mi camino, a decir verdad no tenía un objetivo fijo en aquella isla, solo un pasar el rato, y visitar otra isla en mi búsqueda del poder. Mientras caminaba no pude evitar fijar mis ojos en un animal, un caballo negro de pelaje liso y limpio. Lo acaricié el lomo, y a este pareció gustarle, seguidamente, entré a un establecimiento cercano, el cual parecía ser una taberna.
Entré sin llamar demasiado la atención, multitud de personas en la sala, desde hombre borrachos, hasta mujeres algo descocadas, otros discutían por quien había ganado la partida. Felices ignorantes, desconocían todo lo que saliese de esta isla suya y a pesar de ello, eran felices, disfrutaban de su miserable y aburrida vida, era raro, pero los tenía envidia. Decidí sentarme con un grupito de jugadores, parecieron sorprendidos al principio, y se mostraron reacios, mas cuando saqué una bolsa con dinero, repartieron las cartas ignorando su anterior decisión. Que fácil era manejar a este tipo de personas.
El autor de este mensaje ha sido baneado del foro - Ver el mensaje
Había un extranjero jugando a las cartas junto con un grupo de gente lugareña. Era extraño, si bien esa gente tendía a ser algo racista, o incluso patriota, esa situación se dio casi por buena. Supuse, rápidamente, que entonces ese hombre se trataba de alguien con más labia de lo usual de aquél lugar. Y quizá no me equivocaba, pues su atuendo, su forma de gesticular, y viceversa, lo hacían verse como alguien confiado en sus posibilidades. Alguien seguro. Quizá algún pirata.
Sin mediar palabra, cogí una silla cercana y me senté, a un metro detrás del extranjero, y empecé a analizar la partida. La matemática era una de mis ciencias más fuertes, por lo cual, podía analizarlo bien desde aquella perspectiva. No medié sin embargo palabra, pero me mantuve cauto y atento. Quizá todo saldría bien, de acuerdo con mis pesquisas, y aquél hombre fuera un pirata, y yo podría ver sus intenciones tarde o temprano, o empezar a conversar con él.
Mientras, hice una señal con la mano al aire, y cuando un camarero, o más bien, una camarera bastante atractiva vino, le sugerí, al oído, que me trajera un buen licor. Esta, procedió a irse, seguramente para traérmelo. Era una mujer bastante guapa y de cabellos pelirrojos. Algo que sin duda le provocaría ser la comidilla de miradas del lugar. Sin embargo, pronto, volví a centrarme en la partida.
El autor de este mensaje ha sido baneado del foro - Ver el mensaje
Fue entonces cuando uno de los jugadores comenzó a reírse, solo, sin ningún motivo, y vio mi apuesta, enseñando sus cartas, teniendo un Full, y yo una triste pareja. Obviamente perdí, me desplumaron, llevándose el saco de dinero y quedando mi autoestima algo baja, había sido engañado, pensaba que llevaba la delantera cuando realmente me había estado moviendo como una maldita marioneta. Golpeé la mesa, partiendo esta por la mitad, provocando que el juego se derrumbase y sin mediar palabra, me acerqué a la barra para pedir algo de ron.
Mientras aquella mujer me atendía y preparaba mi pedido, pude observar como un hombre, de cabellos anaranjados había estado mirando la partida desde el momento en que empezó. No decidí darle mucha importancia, y menos todavía cuando uno de aquellos hombres del oeste, sacó su revólver con el que me apuntaba de forma descarada. Sonreí a la par que agarraba mi copa, y lo retaba a dispararme con un gesto de mi mano sobrante, aquel tipo no dudó, y disparó. Esquivé la bala y esta impactó contra una de las botellas que tenían en las estanterías del local, en ese mismo momento, todo el mundo dejó sus respectivos quehaceres y comenzaron a dispararse entre todos, creando una pequeña trifulca dentro del establecimiento.
Para no quedarme en medio del duelo, decidí esconderme tras la barra, donde se encontraban la mayoría de las señoritas.
El autor de este mensaje ha sido baneado del foro - Ver el mensaje
-"Parad", al tiempo que daba un sorbo de mi copa, y la rompía con la mano.
Uno de los maleantes, quizá su líder entonces comenzó a hablar, con suma prepotencia. Era curioso el hecho de que fuera el que había embaucado al joven forastero que había perdido el dinero al jugárselo. En verdad solo hubo trucado la baraja. Era imposible que nadie tuviera esa mano, habiendo medio "Full" en la mano de otro de los miembros de la mesa, por no decir que además en esa modalidad, no se jugaba con doble baraja. En cierto modo, los juegos de cartas no eran más que matemática pura y probabilidad.
-"¿Quieres morir, tonto?" dijo, ante risas del grupo dominante, que al cesar los disparos, provocaron un gran alarido carcajeante.
-"Son 1.000 Berries, por cabeza" , me limité a musitar, mirándoles muy calmado.
-"Entonces tu vas a perder la tuya" dijo el líder, rompiendo una botella y pretendiendo apuñalarme con ella, al tiempo que tras romperla mi puño ya le esperaba en la cara, hundiéndole la nariz en el cráneo y matándolo en el acto de una manera excesivamente rápida.
-"Ahora son 2.000, cada uno. Entre nueve miembros eso no es muy divisible" dije, mirando al más adelantado a mi, que tembloroso, junto al resto de ellos, fue acercándose a cada uno del resto de miembros de la supuesta banda, recogiendo billetes para finalmente dármelos de manera temerosa y se iban todos por la puerta, pegados a la pared.
Entonces, la música volvió a sonar, y al poco la situación se normalizó un poco mientras los últimos maleantes que salían por la puerta, se llevaban al cadáver del líder, y la gente volvía a ocupar las mesas, lentamente. Yo por mi parte, me senté entonces en una silla de las que estaban pegadas a la barra, guardándome el dinero en el interior de la chaqueta.
El autor de este mensaje ha sido baneado del foro - Ver el mensaje
Apartando a aquella mujer de mi lado, que se había agarrado cual tigre a su presa, salté la barra, y me quedé tras el tipo mientras todo parecía tranquilizarse. Mientras este guardaba el dinero que le habían dado, lo toqué el hombre, este se giró y me miró, por un momento me mantuve serio, para después algo eufórico gritarle.
-¡Eso ha sido impresionante! Dime, tú no eres de aquí, ¿verdad?- Pregunté quitando mi mano de su hombro ahora que había llamado su atención.
Después de aquello me quedé en silencio esperando su respuesta, mientras cogía la copa de ron que había ordenado y daba otro trago, con el caos que se había formado era increíble que no se hubiese roto. Seguidamente, di el vaso vacio a la mujer, ya tranquilizada, mientras la giñaba un ojo, estaba hecho todo un galán.
El autor de este mensaje ha sido baneado del foro - Ver el mensaje
Curiosamente, su roce parecía bastante más fresco que el mío, y durante unos segundos pude sentir el choque de temperaturas en una acción tan simple como la que consistía en tocar un hombro, pero lo cierto es que había conseguido mi objetivo. Quizá era un pirata o algún tipo de criminal, por lo que la misión para la que había sido entrenado, estaba a punto de empezar.
Debía jugar bien mis cartas a partir de ahora.
-"No, no soy de aquí. No visto esos burdos sombreros del oeste, ni hay una demostración que pueda decirte que soy de aquí. ¿Qué pasa? ¿Tengo algo en la cara?" , bromeé, ya que esta componía de gran número de perforaciones y, sin embargo, aunque yo era una persona lógica, sabía bien cómo variar de forma de pensar. Al fin y al cabo, era un comerciante, y los comerciantes son las personas más versadas en el arte de la elocuencia que se podían encontrar, entre los cuales, naturalmente, estaba yo.
Entonces di un largo sorbo a la bebida que acababan de traerme. Un fuerte licor de hierbas de olor profundo, que si bien no era mi favorito, servía lo suficiente para reforzar la dura imagen de lobo de mar que debía crear a partir de ahora. Esto se alargó por todo mi esófago hasta que llegó al estómago como si fuera una bomba de relojería, pero quizá mi organismo, ya habituado a algunos compuestos químicos más... inestables, no dio cuenta de ello, dando una falsa escena de tipo rudo.
Acompañé , con la mano señalando a un taburete cercano, a que el otro extranjero me acompañara en la conversación, no mirando mucho, pero dedicándole una extraña sonrisa de medio lado.
El autor de este mensaje ha sido baneado del foro - Ver el mensaje
-Soy Norudy D. Sting, encantado, dime, ¿dónde has aprendido a pelear así? Acabar con la vida de alguien de un simple puñetazo no es muy usual en la gente corriente, acaso ¿eres un pirata?- Pregunté metiendo el dedo índice en el licor, para así enfriarlo, esta vez no había echado hielo suficiente.- Dulzura, la próxima vez echa algo más de hielo, me gusta beberlo muy frío.- Dije sonriéndola, sacándola los colores.
Seguidamente comencé a pensar en aquel tipo, como el destino, había hecho toparme con alguien aparentemente fuerte, justo cuando había dejado atrás Sons y estaba creando yo una nueva tripulación con fuertes corsarios para llegar a la cima del mundo y alcanzar la libertad que tanto ansiaba. No pude evitar esbozar una sonrisa algo sombría, pensando en lo que podría llegar a ser. Volví a beber mientras me planteaba el ofrecer a aquel sujeto el entrar en mi tripulación.
El autor de este mensaje ha sido baneado del foro - Ver el mensaje
-"Sí, lo soy...¿Y qué si lo soy?" dije, acabando mi bebida, mientras hacía crujir los dedos de la mano con la que hube golpeado al anterior malhechor.
Ahora estaba allí, sentado frente al muchacho, que no parecía muy viejo pero si contener alguna clase de poder, utilizando la lógica y los hechos de la situación.
Entonces, desvié la cabeza unos segundos y pude ver a la camarera, recelosa de la actitud del supuestamente apuesto "galán" que se encontraba hablando conmigo, casi maldiciendo el hecho de que hablara conmigo y no con ella, mostrando algo más sus atributos femeninos, para así, intentar hacer que el hombre de cabellos algo cenizos, se fijara en ella.
-"Creo que esa mujer intenta insinuarte algo" musité finalmente mientras señalaba a la chica.
El autor de este mensaje ha sido baneado del foro - Ver el mensaje
Al parecer aquella fémina no paraba de mirarme, incluso de mostrarse provocativa para que me fijase en ella, lástima que fuese un hombre de principios, pues si no, probablemente ya estaría con ella en el cuarto de al lado, pero como estaba en medio de una conversación, ella tendría que esperar. Un gesto con la mano y se acercó, la acaricié el cabello y me acerqué a su oído para susurrarla, me mantuve cortejándola en todo momento, enamorándola, aunque yo solo iba a divertirme con ella.
-Dame diez minutitos y te haré todo el caso que quiera, preciosa, ponme otra copa de esto.- Susurré con voz cálida y seductora.
Posteriormente, volví a mirar a mi acompañante que parecía haber observado la escena, no era problema.
-Perdona por esto, bueno, ¿por dónde íbamos? Ah, sí, eras pirata… Bien, parece que es cosa del destino, yo también soy un pirata y ando reclutando fuertes luchadores, dime, ¿te gustaría unirte?- Le dije a la par que me levantaba y crujía mis nudillos.-Eso sí, antes de que contestes me gustaría “probarte”, tranquilo no es que dude de tus habilidades, simplemente quiero experimentarlo en mis carnes. Golpea.- Dije señalando mi torso.
El autor de este mensaje ha sido baneado del foro - Ver el mensaje
De una manera apenas perceptible y de un rápido movimiento, similar al que hube utilizado cuando maté al hombre de la botella rota, golpeé en su torso, provocando un extraño vapor al entrar en contacto con él, cómo si de un hielo al entrar en contacto con algo caliente se tratara.
Esto me hizo extrañarme bastante, pero quería ver qué hacía por contra el pirata ante eso. Quizá estaba anulando mis habilidades de alguna forma, o quizá estaba sufriéndolas de otra, pero eso no podía verlo hasta que este hombre no levantara la cabeza, fruto de mi impacto contra su torso y comenzara a hablarme.
La gente enmudeció algo y bajó el tono, sufriendo por el hecho de que quizá otra disputa se había iniciado, pero no tenían nada que ver, e incluso si las cosas se terciaban lo suficientemente malas, podía acribillarlos simplemente a todos.
El autor de este mensaje ha sido baneado del foro - Ver el mensaje
-Bien, así me gusta, aun me duele, dime, ¿qué clase de akuma no mi tienes? Eso no ha sido haki, por ende, debes tener un poder que te proporcione altas temperaturas, si no, no hubieses sido capad de tocarme… Por esto quería que me golpease, cuando te he tocado el hombro antes, he notado algo extraño, supongo que tenía razón… Entonces ahora que me has hecho la demostración de poder, ¿quieres unirte a la tripulación que dominará el mundo?- Dije con una amplia sonrisa dije recogiendo mi copa de ron.- Para que veas que soy sincero contigo te haré una demostración de mi poder.
En el mismo momento que dije aquello, lancé la copa de ron hacia el techo, cuando fue a caer, eran cubitos de hielo, hechos del mismísimo licor. Después de aquello, uno de mis brazos estaba totalmente congelado, desprendiendo una pequeña neblina blanca.
-Este es mi poder, venga, muéstrame el tuyo.- Dije sonriendo, lanzándole un desafío.
El autor de este mensaje ha sido baneado del foro - Ver el mensaje
-¿Así que hielo? dije, esbozando una sonrisa ligera nuevamente, al tiempo que me bajaba de la alta silla y posaba mi mano en esta, convirtiendo mi brazo en algo similar a un líquido naranja rojizo, algo brillante, que pronto, inundó la silla, y al tiempo que yo bajaba mi cuerpo, agachándome, producía que la silla quedara reducida a una masa de madera y astillas algo quemadas. Esto producía un ligero chirrido así como un olor extraño, pero no medié más palabra sobre mi poder, y en lugar de esto me incorporé mirando, esta vez, cara a cara a aquél hombre.
-"Soy Plubio, y será para mi un placer acompañarte" musité, limitándome a tenderle la mano, y no mediar palabra más alguna. Eso era suficiente, había quedado el pacto suficientemente sellado.
Las miradas de la gente, ahora se postraban en mi brazo, goteante que recuperaba su forma humana, y en lo que hubo sido silla, que ardía, por más que no le dotaba de ningún tipo de importancia, pero ante el asombro e incluso pánico de algunos de los bebedores que ahí se encontraban.
El autor de este mensaje ha sido baneado del foro - Ver el mensaje
-Bueno Plubio, en unas horas nos marchamos, a mi aun me queda algo por hacer.- Dije mientras miraba a aquella diva. Me acerqué a ella y rápidamente la volví a tener comiendo de mi mano.-Preciosa, ya he acabado, menos de diez minutos, dime, ¿nos vamos al cuarto?- Ella rápidamente abrió la puerta y me metió con ella, era obvio lo que iba a suceder.
Quien se hubiese imagina que aparte de tener un nuevo camarada triunfaría con una belleza peliroja, nunca se podía saber por dónde te iba llevar el destino, unos días mata a todos tus seres queridos y otros te premia con mujeres, bebida y amigos.