Sting VS Chittoba

Al parecer me había confundido de presa, dos peces con espinas en la misma isla, que casualidad. Pude ver claramente como el cuerpo inerte de aquel pobre gyojin caí al suelo y salpicaba de sangre, dejándome algunas gotas de esta en la cara, un claro delatador de mí asesinato. Miré hacia mi lado y pude verlo claramente, Chittoba, el gyojin con púas, sonreí al ver como este me miraba cargado de ira, podía leer su pensamiento, quería matarme, acabar conmigo por el asesinato de un inocente. Crují mis nudillos sin dejar de mirarlo y escupiendo, para después volver a sonreírlo y corresponder su mirada con una todavía más cruel y despiadada, la mirada de un cazador.

-No me mires así, soy un cazador, y tú mi presa… Te devoraré con los colmillos de un depredador.- Dije preparado para cualquier movimiento rival.

En ese mismo momento, Chittoba, que anteriormente se había arrancado trece púas, las lanzó por medio de una serpiente de agua. Eran rápidas e iban con intención de matar, no era ningún ataque para probarme, la batalla había comenzado. Pude notarlo, como no había presencia del haki en su ataque, a pesar de ello, la presencia de aquella serpiente de agua podría quitarme mi habilidad como logia. Rápidamente congelé aquella serpiente, dejando la mayoría de las púas dentro de una estatua de hielo, aun así, dos de estas consiguieron ser lanzadas impregnadas de agua marina, con un rápido movimiento, esquivé una, dejándome un leve corte en el antebrazo, fue hecho en apenas un instante por lo que su veneno no llegó a adentrarse en esta zona. Por centrarme en esquivar una, la otra impactó de lleno en el hombro del mismo brazo, rápidamente saqué la púa de él, aunque me dejó un una buena herida que no dejó de sangrar. Pude notar el brazo algo entumecido, seguramente algún tipo de veneno, pero debido al sangrado de este, el veneno saldría por el mismo lugar por el que había entrado.

Después de aquello no dije nada, simplemente me mantuve quiero, mirándolo fijamente, desafiándolo a que diese todo de sí. Me sacudí el chaleco para quitarle el polvo que se había levantado por su ataque, y crují mi cuello, moviéndolo lentamente de un lado para otro. Después de aquello, cogí aire, este aire, en el interior de mis pulmones comenzaba a transformarse en escarcha, para después exhalar por mi boca una gran ventisca, de aproximadamente diez metros de ancho. Pero no la lancé inmediatamente, sino que la aguanté en mi boca, hasta situarme, de una forma vertiginosa, en su flanco derecho, a aproximadamente cinco metros de distancia, para finalmente lanzar aquel cañón de hielo contra su persona. Si esta ventisca impactaba, quedaría totalmente congelado, hecho una figurilla de hielo frente a mí.

Hie Hie no: Aisu doragon hōkō [A.M.F]

Cuando terminé, apenas podía ver nada, suponía que había impactado, pues la distancia era lo suficientemente corta como para no tener tiempo de reacción. Aun así, me mantuve alerta, el confiarse era un error en la batalla. Por ello, me limité a esperar que mi ataque terminase por disiparse.