Primer Gran Torneo Tándem de Dressrosa

Cuatro de la tarde de un día soleado y despejado, a las puertas de un enorme edificio circular de aspecto antiguo. Localización, el nuevo Mundo, Dressrosa. Un hombre alto, delgado y ataviado con un traje de aspecto realmente caro, seguido por una formidable escolta de más de cien guardias armados con armaduras completas de caballería y alabardas, que lo protegen a él y a una cincuentena de ejecutivos paliduchos, sonríe y se lleva a los labios un den den mushi conectado a lo que parece una compleja red de comunicación. En ese mismo instante, y durante unos minutos, todos los den den mushis de todas las islas civilizadas conocidas retransmitieron el mismo mensaje, las palabras del hombre del traje.
 
-¡Saludos, gentes de todo el mundo, y felicidades! ¡Todos y cada uno de vosotros sois personas afortunadas! ¿Por qué? Muy sencillo. Todos tendréis el honor de participar, si así lo deseáis, en el evento más grandioso, brutal, duro, emocionante y pasional de todo el mundo conocido. ¡El Primer Gran Torneo por Parejas de la isla de Dressrosa! ¡Efectivamente, habéis oído bien! ¡El coliseo Corrida, hogar de los más poderosos gladiadores del nuevo mundo, será el escenario de una lucha épica en la que se enfrentarán, sin lugar a dudas, las personas más peligrosas y temidas de los siete mares! ¡Y todos vosotros estáis invitados! ¡Está todo preparado,-prosiguió el hombre.- sin prueba de acceso! ¡Si eres capaz de llegar hasta la isla antes de que comience el torneo y te inscribes, estás dentro! ¡Venid, guerreros de los siete mares, a probar vuestra fuerza contra los hombres y mujeres más formidables de la tierra! ¡Por el honor, por la gloria y por los fabulosos y cuantiosos premios, tanto en bienes como en metálico, que ofrecemos para los mejores! ¡También contamos con una banca con el suficiente poderío como para cubrir cualquier apuesta que hagáis en los combates! ¡Seas un amante del combate o un administrativo que disfruta contemplando ingentes cantidades de violencia gratuita, viaja dentro de veinte días a la paradisíaca y pasional isla de Dressrosa! ¡No lo lamentarás!- A un gesto del hombre, los guardias y los administrativos comenzaron a desplegarse por la isla, cada funcionario acompañado por dos guardias.- ¡En estos momentos se están preparando las mesas para los interesados! ¡Las inscripciones quedan abiertas! ¡Acudid raudos al encuentro de vuestro destino! ¡Los vencedores esculpirán su nombre en el futuro y las estrellas! ¡Adelante!
 
Tras el fin del discurso, los Den Den Mushis de todo el mundo vuelven a la normalidad, dejando tras de sí el eco de las enardecidas palabras del hombre del traje y el desconcierto de las entidades públicas de todo el mundo ante tal suceso. Tres minutos después, el fenómeno se repite, pero la voz que surge esta vez de los caracolófonos es muy diferente a la del hombre trajeado. Una voz suave pero firme, que pronuncia las palabras con una cadencia fantasmagórica.
 
-Es el momento de demostrar lo que valéis, encontrad a un acompañante, apuntaos y... ¡Que empiece el juego!
 
Los Den Den Mushis vuelven al silencio una vez más y el mundo sigue su curso como si nada hubiera cambiado desde el anterior mensaje... ¿O tal vez no?

Bases del Torneo:

Un pequeño Extra:

Premios:

Apéndice:

Era un día perfecto para volar. Los vientos volaban, y las noticias también. Los dragones también volaban a veces. En esta ocasión el que volaba era Dexter, raudo y veloz cuanto podía, dirigiéndose a Dressrosa. Nunca había estado en aquel lugar, pero sabía cómo llegar. Era tan sencillo como seguir la avalancha de barcos que cruzaban todo el angosto mar del Nuevo Mundo para encontrarla. Y allí iba a aterrizar.

Adoptó su forma humana ya en el muelle, dispuesto a caminar como un transeúnte más. Un participante del torneo que buscaba oro y demás riquezas, aunque lo único que deseaba era divertirse. Al parecer el riesgo de morir estaba presente, pero deseaba con todas sus fuerzas presentarse allí para medir sus fuerzas con los hombres y mujeres más poderosos del mundo. Era una buena oportunidad para hacerse un nombre, o quizá simplemente pasar un rato divertido. Las calles estaban abarrotadas, y el olor a vino y paella impregnaba cada lugar. Gente muy fuerte se veía por las calles, relajada, tomando el gusto de disfrutar aquella cálida mañana. Le encantaba el ambiente. Tal vez algún día pasara por ahí a vivir una temporada. Se llevaría con él a Nadia, si es que llegaba a encontrarla, y disfrutarían de cada instante juntos en aquel lugar idílico.

Se acercó a una de las mesas de inscripción. Pese a estar las calles llenas, muy pocos se dirigían hacia allí, y eso era bueno. Le encantaba ser el primero en casi todo, era como una pequeña victoria. Y un jarro de agua fría. Al parecer había leído mal... Era un torneo por parejas. "Mierda", se dijo para sí mismo cuando ya había llegado al apartado del contrato "Nombre de la pareja/acompañante". ¿Cómo podía no haberse dado cuenta? Tan entusiasmado estaba que había ido hasta allí a toda velocidad sólo para darse cuenta de que estaba sólo. "Pero conoces a alguien, Dexter", pensó para sí. Alex, aquel cazador, un lobo solitario que también querría participar. Habían vivido algunas andanzas como cazadores, y habían trabado buena amistad. Seguramente no le importaría que ahora fuese considerado un criminal, una vez le explicara qué había sucedido. A él también le podría haber pasado...

-Mi pareja será... ¡Alex Drachen!- gritó efusivamente ante el tipo de traje, que arqueó una ceja y le enseñó otro contrato.

Alex ya había pasado por ahí. Se había inscrito. Y lo había puesto como pareja... A veces daban ganas de darle un abrazo a aquel tipo, siempre conseguía sorprenderlo. ¿Dónde estaría?

Equipo:

Kaori caminaba tranquilamente por las calles de Dressrosa, miraba con entusiasmo todo lo que pasaba, mucha gente estaba caminando con algo de impaciencia, era normal después de todo en el Coliseo se daría inicio a una verdadera guerra entre las personas más fuertes o valientes del mundo entero, y Kaori no se iba a quedar atrás…de hecho si estaba participando era por dos razones, la primera era por iniciativa propia y la segunda porque su capitán, el actual Yonkou, Kirito quería ver que tan fuerte se había vuelto luego de tres años de entrenamiento…no era algo que le molestara ya que en verdad quería saber que tan fuerte se había vuelto entrenando como loca en Amazon Lily.

La peli negra se acercaba al Coliseo, estaba sola ya que al parecer su capitán no quería dar aviso aún de que estaba en esta isla, no es que le importara ya que seguramente la Marina también estaría aquí para quizás atrapar a algún pez gordo despistado que estuviera por ahí con la guardia baja, así que quizás si era una buena idea el no traer consigo al Yonkou. Llegó al Coliseo de forma rápida y al parecer no había tanta gente, eso era genial ya que así no tendría que perder el tiempo en idioteces como hacer una fila, de hecho, ante ella solo habían dos personas más y al parecer una estaba alegando de que quería participar de forma individual y ante la insistencia, los guardias lo tumbaron con facilidad dejando la vía libre para la persona que estaba por delante de Kaori. Pasaron dos minutos en que la otra persona terminará de enlistarse para luego cederle el paso a ella.

¿?: ¿Con quién participarás belleza? Solo espero que no sea tú novio ya que te quiero invitar a unas cervezas luego de que ganes el torneo, ¿qué dices, hermosura?

Le dijo el encargado de inscribir a los participantes, Kaori suspiro levemente para luego coger un lápiz e inscribirse con su pareja, dejó el lápiz con fuerza en el suelo y le mostró con una cara de inocencia quien iba a ser su acompañante…los guardias, y el mismo encargado quedaron helados, Kaori les dio la vuelta para luego mientras se iba decirles a aquellos idiotas:

Kaori: Tienen suerte que mi capitán no esté aquí…sino seguramente habrías muerto por insinuarte a su nakama…espero que te sepas esconder, amigo.

Su tono fue al divertido, sin más empezó a caminar rumbo al barco de los Akai Ryu, en ese lugar es donde esperaría a que el torneo diera comienzo, todo iba a estallar dentro de poco y solo quería empezar a dar palizas…tenía mucho que demostrar y aparte se grabaría el nombre en lo más alto de este Coliseo y estaba segura de que con su capitán como compañero, llegar a las finales no iba a ser tan difícil, después de todo, pocos eran capaces de igualar su poder…Kaori simplemente estaba ansiosa de que diera inicio al gran torneo de parejas de Dressrosa….la batalla campal que decidiría el futuro de todos los participantes.

Participantes:

Más le valía darse prisa si no quería perderse el torneo, no le sentaría nada bien que el largo y accidentado viaje hasta aquella isla hubiera sido en vano. Para llegar allí había tenido que colarse en tres barcos, suplantar una identidad y robar una vaca, una historia larga y complicada. Sin embargo al final había logrado llegar a su destino: Dressrosa, el lugar donde se celebraría el torneo que tenía pensado ganar. Nada más llegar se dedicó a vagabundear por la ciudad portuaria, Acacia, degustando sus exóticas comidas y contemplando sus bailes hasta que de pronto se acordó de para que había ido allí. Entre unas cosas y otras se le había olvidado por completo el torneo y como siempre se vio obligado a ir corriendo.

Nada más llegar vio una larga cola de competidores esperando para poder inscribirse, la mayoría de ellos con pinta de fuertes. Aun así eso no le echó atrás sino todo lo contrario, le animaba más aún a participar. Por doquier había gente reconocida en todo el mundo, por todos menos por él, algunos de ellos incluso serían marines. Solo esperaba que ninguno de ellos se pusiese a intentar capturarle, estaba deseando pelear pero no le interesaba pasarse el día esquivando marines. El único problema era que se le había olvidado un pequeño detalle, su compañero. Según había oído de la gente de la fila, se trataba de un torneo por parejas y no había excepciones. Aquello le dejó atónito, parecía que de nuevo el universo conspiraba para tocarle las narices y, como de costumbre, no fue capaz de preverlo.

Según avanzaba la cola se iba poniendo más nervioso, pensando en qué demonios podría hacer para solucionar su problema. No quería quedarse fuera de la competición y mucho menos por un error tan absurdo como ese, que desde luego no fue culpa suya. Cuando su turno llegó, el personal de la mesa de inscripción comenzó a cuchichear sobre que no había traído compañero y cosas por el estilo. Arribor echó un vistazo a la lista de apuntados para ganar algo de tiempo mientras se le ocurría algo y, cuando ya estaba apunto de marcharse y pensar otra cosa, vio un nombre que le resultaba familiar, un tal Kazuo. No estaba seguro de quién era aquel tipo pero su nombre le sonaba mucho. No era muy bueno recordando nombres, ni nada en general, pero no le quedaba otra. Según vio, no había apuntado a su acompañante y la joven de la mesa le dijo que en el último momento había enfermado y había tenido que ir a buscar a otro. En ese momento, el pirata lo vio claro.

-Yo soy su compañero. Me ha pedido que venga yo a inscribirme. -mintió Arribor con todo el descaro, suspirando aliviado al ver que había colado e intentando recordar quien demonios era el tal Minato.

Participantes:

Habíamos llegado a Dressrosa tras pasar una semana inolvidable en el Gran Salvador surcando los mares junto a ese enorme y precioso navío, sentía que junto a ella podría llegar hasta el fin del mundo sin peligro, sin nada que nos detuviese o que se interpusiese en mi camino pero por pura diversión decidimos atracar en Dressrosa y visitar la isla como dos turistas mas entre la multitud, tras dejar el Gran Salvador en el puerto de la isla, Iku y yo nos dirigimos a la ciudad.

Por el camino veíamos a cantidad de artistas urbanos tocando la guitarra y a mujeres flamencas bailando al son de la música, aquel espectáculo era lo propio de la isla, baile y diversión, aunque también había escuchado que las mujeres de la isla son mas apasionadas que el resto de féminas, se tomaban el tema del amor a vida o muerte y en cierto sentido me parecía algo bellísimo y que admiraba por su parte.

Seguimos paseando por la ciudad, recorriendo los lugares turísticos y comprando recuerdos en las tiendas locales, sin duda aquella vida era la que me gustaba vivir, sin preocupaciones, sin nadie que atentase contra mi vida o contra mis seres queridos, pero un poco de emoción siempre viene bien y eso fue lo que encontramos, caminando por Dressrosa acabamos en el Coliseo Corrida, para nuestra sorpresa un cartel enorme anunciaba el inicio de un nuevo campeonato, además, por todos los DDM de la ciudad se escuchaban las palabras de un hombre anunciando el susodicho evento.

Tras escuchar mas o menos de que iba el torneo, casi simultáneamente nos miramos a la cara y dijimos las mismas palabras: - ¡¡Apuntémonos!!. - Ambos caminamos hasta el mostrador donde una amable señorita comenzó a tomar nuestros datos, ahora solo era cuestión de esperar a que todo aquello comenzase.

Participantes:

Eran las cinco cuando bajé del barco en Dressrosa. Venía dispuesta a probar aquí mi fuerza y aumentarla. Por lo que me habían dicho, no existía mejor lugar que esta isla, consagrada a los combates. El coliseo, los torneos, las competiciones y diversas peleas. Pero también era lugar de hermosos y exoticos bailes, ejecutados por mujeres de las mismas características. No tardé ni diez minutos en unirme a uno de los grupos callejeros, y al son de la guitarra me dejé llevar durante un rato, con una sonrisa. Al final, les entregué un par de monedas por dejarme participar y comencé a pasear.

Vagabundeé un rato por el puerto, hurtando piezas de fruta cuando los comerciantes no miraban, es lo que hace el hambre. Precisamente degustaba una jugosa mandarina cuando el DDM del tendero empezó a hablar por si mismo. Mientras lo escuchaba disimuladamente, una sonrisa se iba extendiendo por mi rostro. ¿Un torneo por parejas? Eso es justo lo que necesito. Seguro que allí se presentan guerreros de todos los estilos. Será interesante. Lo único que necesito es alguien que me haga compañía, lo bastante fuerte como para que ninguno de los dos salgamos malparados.

Me dirigía a las mesas de inscripción cuando le vi a lo lejos. No me llevó ni diez segundos tomar la decisión y salí corriendo tras él. Le pregunté cómo le había ido, dónde había estado, si todavía conservaba eso...lo normal. Le propuse participar en el torneo y la sonrisa en su cara me indicó su respuesta, así que dejándole con la palabra en la boca salí corriendo a apuntarnos antes de que cambiara de idea.

Había una larga cola y esperé algo impaciente. Pero por suerte avanzaba rápido y pronto llegó mi turno. Le dediqué una radiante sonrisa al encargado y anote nuestros nombres.

Participantes:

Dressrosa ciudad donde hace mucho tiempo hubo un gran torneo por la Mera Mera no mi  se trataba de una fruta muy valiosa, que antiguamente la poseía un usuario muy conocido se trataba de Ace puño de fuego el hermano de Luffy, pero todo eso ocurrió hace ya muchos años.

-Oye tu crees que si viviera Ace podríamos enfrentarnos a el o nos derrotaría fácilmente- dije mientras esperaba la comida con bastante ganas.

-Aunque siendo sincero, me encantaría luchar contra el me ganara o no, adoro pelear pero con el estomago vació dudo que pueda ahora mismo hacer algo.- nada mas terminar de hablar aparecio una chica con dos platos de carne.

-Disculpad las molestias, estamos llenos y llevamos un poco de retraso- dije aquella chica sonriéndonos.

Mire la comida por unos instante y luego mire a la camarera -No te preocupes al menos ha llegado-

La chica dejo la comida en la mesa y asintió para luego irse, seguidamente cogí rápidamente un trozo de carne y comencé a comérmelo de tal manera como si no hubiera comido en mucho tiempo, cuando de repente un DDM comenzó a sonar por toda la ciudad.

-Les informamos de que dentro de poco se acabaran las plazas para apuntaros al torneo parejas celebrado en el gran coliseo, esperamos que participen muchos luchadores.-

nada mas escucharlo me acorde de algo.

-OHHHHHHHHHHH, es cierto se me olvido decirlo nos he apuntado al torneo para luchar espero que no te moleste- dije mientras seguía comiendo.

Spoiler:

Llegué a Dressrosa en un barco mercante junto a mi compañero Onion. Al llegar al puerto me di cuenta de que ya era tarde, así que me adelanté, dejando a mi compañero atrás y corriendo hacia el coliseo. Al llegar, veía mucha gente y un tipo vestido de negro sentado y con una mesa llena de papeles, parecía no haber cola, así que decidí acercarme a aquel puesto.

- Hola tipo raro. ¿Aquí son las inscripciones para el torneo?- Le dije mientras posaba mis manos en la mesa y le miraba fijamente.

- Si, aquí es, pero llegas tarde, el plazo de inscripción a terminado hace varias horas.

- Mierda, llego tarde...

Empecé a pensar que podía hacer, así que se me ocurrió algo. Señalé detrás de el con mucho entusiasmo y con cara de sorprendido.

- Mira! ¡¡Un Sapoperro que baila!!

El tipo de traje negro se giró a mirar, lo que aproveché para coger una hoja y apuntar mi nombre y el de mi compañero. "El SuperMegaHiperUltra Warrior" y "El Ninja SuperMegaGuay". Dejé la hoja mientras el hombre de negro se incorporaba a mirarme de nuevo.

- Bien, si cuela cuela.- Dije murmurando.

El tipo de negro sospechó que había hecho algo y empezó a rebuscar entre los papeles algo que no cuadrase. Mientras, yo me iba disimuladamente mientras silbaba.

Participantes:

Bueno, estáis fuera de plazo, pero como no lo habíamos cerrado aún estáis dentro.

Convocatorias cerradas.

Se reabren las convocatorias hasta el 25 de Octubre, y se retrasa el torneo al 1 de Noviembre.

Nunca había visitado Dressrosa, aún me encuentro sólo, no tengo tripulación. Llegue tarde igual que siempre y me percate que las inscripciones habían cerrado. Justo antes había vísto a un tipo raro con cara de perro, creo que se llamaba "El Ninja SuperMegaGAY" o algo así... asique decidí utilizar su misma técnica. Le dije al tipo de traje negro:

-Oye, viste ese perrosapo que baila?

-Si lo vi, está bastante raro, un tipo recién me hizo verlo.

-Mira! se está dando una serie de volteretas

-Enserio!!? quiero verlo!!

El tipo se dió vuelta y me anoté en la lista como Diogo "The Skull".
El tipo de negro se volvió y yo ya no estaba.

- Mi pareja? Mi querido lobo

PD: Ese perrosapo es un lobo disfrazado (King Arthur, mi mascota)

Diogo escribió:Nunca había visitado Dressrosa, aún me encuentro sólo, no tengo tripulación. Llegue tarde igual que siempre y me percate que las inscripciones habían cerrado. Justo antes había vísto a un tipo raro con cara de perro, creo que se llamaba "El Ninja SuperMegaGAY" o algo así... asique decidí utilizar su misma técnica. Le dije al tipo de traje negro:

-Oye, viste ese perrosapo que baila?

-Si lo vi, está bastante raro, un tipo recién me hizo verlo.

-Mira! se está dando una serie de volteretas

-Enserio!!? quiero verlo!!

El tipo se dió vuelta y me anoté en la lista como Diogo "The Skull".
El tipo de negro se volvió y yo ya no estaba.

- Mi pareja? Mi querido lobo

PD: Ese perrosapo es un lobo disfrazado (King Arthur, mi mascota)

Lamento decir que las parejas deben estar formadas por dos usuarios, además de tener la ficha aprobada.

Si encuentras pareja y tienes la ficha para el 28 (que haremos los emparejamientos) entras sin problema.

Buenos días.