[Pasado][Privado][Midorima y Byakuro] ¿Futuros amigos? ¿Futuros rivales?

El viento era agradable, al igual que la temperatura, el día en sí estaba agradable. Midorima miraba con curiosidad la famosa Villa Shimotsuki, lugar donde nació uno de los mejores espadachines del mundo y además, la mano derecha de Monkey D Luffy, el gran cazador de piratas, Ronoroa Zoro o por lo menos, eso decían las malas lenguas. ¿Qué tanto tenían de cierto? No tenía idea, a él nunca le ha gustado mucho lo que había sucedido en el pasado, era más importante el presente o bien, inclusive, su propio futuro. El viento soplaba a su favor, no iba a tardarse mucho en llegar y eso le venía genial, quería llegar y encontrar algo divertido que hacer. ¿Un nuevo rival? Quizás ¿Un nuevo amigo? No sonaba mal la verdad, contaba con algunos pocos pero eran de calidad. Dexter, su capitán, el primero en derrotarlo y quitarle su invicto, Drake, el chico más fuerte con el que había luchado, Rose, su ex capitana y una gran mujer de la cual se despidió en Water Seven, Abyss, otro gran amigo y colega, sabía que contaba con él para todo. En fin, sea lo que sea que le deparaba el destino, lo iba a enfrentar con fuerza. Como siempre, vaya.

El barco no tardó en llegar a la isla, Midorima de un solo saltó llegó a la arena de la playa, no tardo en empezar a caminar con sus manos en los bolsillos, no llevaba nada muy elegante. De hecho, vestía con una musculosa negra, unos pantalones cortos del mismo tono aunque llegando a gris. No se tardó nada en llegar al pueblo, y ahí notó una calma extraña, inclusive más que la del mar cuando viajaba, esa calma extraña y que te recargaba de energías y que además, te daba impulsos de seguir. La gente no lo miraba extraño, como en otras islas a las que había visitado antes, de hecho, sus miradas eran cálidas como si no lo miraran como un extraño sino como uno más de la manada, era increíble y Midorima no podía evitar caminar con una sonrisa. Creo que lo primero que haré será comer algo. pensó tranquilamente mientras caminaba por el centro de la calle observando todo, algunos puestos decoraban el camino, uno tenía algunas frutas frescas, otro era más arriesgado y tenía pescados, y había unos dos que estaban vendiendo ropa…pero era extraño, solo era ropa de mujer o por lo menos, eso veía a simple vista.

Finalmente encontró lo que buscaba, una taberna. No dudo un segundo en entrar, era el lugar ideal para buscar información, que nunca usaba pero al menos era un chico informado, y también para saber un poco más de la villa. Lugares interesantes, últimos movimientos políticos, incluso algunos movimientos de los marines o del mismo Gobierno Mundial. Midorima se sentó en la barra, estaba aislado de todo en el rincón de esta misma, con una seña pidió una botella de Sake y un par de hielos, no se demoraron mucho en llevársela, se sirvió un vaso con tres hielos y empezó a beber tranquilamente mientras escuchaba con atención cada palabra de la taberna, su mirada estaba perdida en las paredes de la taberna, adornadas con algunos cuadros y uno que otro cartel de Wanted…una gota de sudor frío recorrió su mejilla al ver el suyo. Las cosas se iban a complicar de ahora en adelante.

OFF:

Midorima miraba con atención la pared de los wanted, había piratas con una alta recompensa, pero eso no significaba mucho ya que aquel precio por su cabeza, no reflejaba su poder en batalla. Por un golpe de suerte pudieron recibir tanta recompensa, pero algunos le llamaban la atención. Estaba su capitán, Dexter Black, su recompensa era altísima y Midorima lo conocía, era fuerte y seguramente ahora lo era mucho más. También estaba el cartel de Kirito Furukawa, uno de los actuales Yonkou, que fue nombrado así al finalizar la guerra en Loguetown, eran personas intimidantes sin dudas, la diferencia entre ellos y él era aun gigante. Shintaro no era tonto o por lo menos, no en parte. Se nota que estoy desinformado, no tenía idea que mi capitán tenía tamaña recompensa, con algo así no dudaría en hacerme cazarecompensas. pensó con una leve sonrisa, fue entonces que alguien le había hablado, apenas había procesado sus afirmaciones ¿En qué minuto se había sentado en frente de él?

Si bueno…esa recompensa no es justa, eso no lo hice.- dijo mirando a los ojos a su nuevo compañero, era un tipo con el pelo morado y en su hombro tenía un ¿Camaleón? Sí, lo era. Se veía adulto, quizás rondaba los treinta o quizás menos, no le importaba Oye, siempre he dicho que lo primero que debe hacer uno es presentarse, ¿Quién eres? Y lo más importante ¿Qué mierda es ese camaleón? Tiene una pinta…extraña y no me agrada..- puntualizó antes de tomar un breve tragó de su bebida alcohólica, miró a ese extraño camaleón…pero luego miró al peli morado, no tenía idea quien era, podría ser cualquiera e inclusive podría estar hablando con su hermano perdido ¿quién sabe las vueltas de la vida? Guardó silencio mientras esperaba aquella respuesta. Llamó a la persona a cargo con una seña, iba a pedir comida o por lo menos iba a intentar comer, no sabía si lo lograría con ese animal viéndolo. El encargado no tardó en llegar, era un anciano, de unos setenta, su pelo era blanco entero, tenía un par de arrugas pero aun así se veía bastante jovial e irradiaba una extraña energía de vida, seguramente aún creía que vivía con veinte años.

Quiero un buen trozo de carne con un poco de curry, y bueno…para mí amigo. Lo que él quiera, yo invito.

Pidió con los brazos cruzados, le dedicó una sonrisa al encargado quien se quedó allí a la espera del pedido de su amigo, lo había visto y tenía una extraña bolsa, no tenía idea que tenía adentro pero sea lo que sea, no se veía muy llenador de estómagos. Midorima estaba tranquilo, bastante la verdad, pero estaba con la guardia en alto…solo por si ese “amigo” intentaba atacarlo y cobrar su recompensa, si era fuerte sería interesante que lo intentara, pero si era alguien débil pues solo sería una pérdida de tiempo. Esperó con calma alguna respuesta…al parecer no se iba a aburrir como antes, pero quién sabía lo que le deparaba el destino y la suerte.

Midorima estaba tranquilo, de momento veía a su acompañante como alguien bueno para conversar, pero al parecer todo ese maldito estereotipo que había hecho sin conocerlo, se fue a la basura al ver su reacción. En un segundo ya tenía un tridente en su cabeza, y una cuenta que amenazaba con matarlo si llegaba a diez, pegó un suspiro tranquilo mientras miraba a los ojos a su violento “amigo” ¿Era un amigo aquel que te apuntaba con un arma que fácilmente podría partir en dos tu cabeza? Quizás, seguramente sea un futuro rival y eso era interesante, en parte. Agarró una servilleta que estaba por ahí, y se secó parte del pantalón que ese maldito había mojado cuando votó su vaso de sake…había perdido el licor, imperdonable. Luego de eso sonrió tranquilo, no tenía miedo a decir verdad, su corazón estaba a nada de estallar de la emoción, pero su rostro se mantenía sereno sin mostrar ápice de miedo o algo.

No tenías que reaccionar así, y no me moveré de aquí. Si quieres luchar, adelante. Pero no me iré de aquí aunque llegues a diez.

Su tono fue seco, sin ápice de emoción, era muy serio e inclusive derrochaba una pisca de arrogancia, era indetectable o eso creía, mientras hablaba imbuía tranquilamente su frente en una leve capa de su Haki Armadura, ahora esta brillaba con cierta fuerza, si ese sujeto era en verdad hábil reconocería que Midorima era un usuario del Haki y que no era un cualquiera, y que fiarse de las recompensas podía significar un mal comienzo e inclusive cavar su propia tumba. No tenía problemas en luchar ahí mismo, pero aun había mucha gente, había notado que algunos cuantos estaban viendo con asombro toda la escena, otros se hacían los ignorantes y seguían conversando tranquilamente o por lo menos eso trataban de hacer. Sus ojos se clavaron en los de su amigo desconocido, mostraban mucha fuerza y decisión. Midorima definitivamente no se iba a mover de ese lugar y menos por un idiota que le daba órdenes, a él nadie se las daba. Era libre como el viento, más libre que cualquiera. Y no iba a hacerle caso a un recién llegado.

Midorima escuchaba la cuenta regresiva de su compañero, no tenía idea de cómo es que acabaría todo aquello. Pero si estaba seguro de que era peligroso, su mirada se lo decía y aparte estaba sonriendo de manera extraña, ese sujeto no era un cualquiera y a esa distancia esquivar cualquier cosa sería casi imposible, estaba preparado para esquivar ese tridente. Su frente ya estaba protegida, y aparte, sus músculos ya estaban listos para moverse con facilidad a cualquier lado. De reojo analizaba las posibles rutas de escape una en donde no habría que hacer tanto esfuerzo, Midorima por un segundo pensó en la gente del local, que era mejor llevarse a ese sujeto a otro lado y así se evitarían bajas inocentes. Pero era innecesario, seguramente la gente se iría de todas formas dejándolos solos. Sus ojos se abrieron como platos al ver de la nada un rifle en su frente, estaba seguro que había visto un tridente antes, era imposible que ese sujeto fuera tan rápido para cambiar su arma, fue entonces que escuchó el disparo. Todo había pasado en cámara lenta, su cuerpo caía lentamente, una sonrisa se formaba en su rostro de manera pausada.

Lo siento, Dexter, Rose creo que aquí llegó mi final. En verdad lo siento capitán.

Dijo fuerte mientras su cuerpo terminaba de estrellarse contra el suelo, Midorima había cerrado sus ojos pero había una sonrisa en su rostro, no tenía nada de qué arrepentirse, había sido una buena vida o bueno…quizás se arrepentía de no quedarse con Rose, seguramente ahora serían algo más que amigos, ¿quién sabe? También era probable que se arrepintiera de no darle la vuelta al mundo aunque sea una vez, había muchas que no alcanzó a hacer. Tampoco logró derrotar a Drake o a Karl, inclusive, nunca logró superar a Dexter. Aquella persona que de una forma u otra lo había salvado más de una vez, le había abierto los ojos con lo referente a Kedra…¿Kedra, eh? Su segundo capitán, una persona extraña pero muy fuerte, nunca lo conoció muy bien pero siempre le había dado mala espina. Hubiera querido luchar una vez más contra él, de una u otra forma, se divertía luchando contra él.

Su vida había sido corto, pero había conocido personas que jamás olvidaría. Rose, aquella mujer que en estos momentos seguramente siga viajando con el resto de su banda, era imposible no acordarse de ella, después de todo aún recordaba como es que en Water Seven le había roto el corazón cuando abandonó la banda, aparte la recordaba porque era imposible olvidar ese beso bajo la lluvia, definitivamente, la iba a extrañar. Dexter, el chico dragón, su mejor amigo en los mares y más que eso, inclusive lo consideraba un hermano. Imposible sería olvidar la pelea que tuvieron en Tequila Wolf, donde la pelea se decidió por la fruta que su enemigo tenía. Tampoco olvidaría a todos los amigos que había hecho en su viaje, recordaba con ganas a Akai e inclusive a Drake, dos grandes personas y muy fuertes, le hubiera encantado luchar de nuevo contra ellos.

Pero por sobre todo, no olvidaría a Sakura, su primer amor. Una de las pocas mujeres que había conquistado su corazón, a la cual había visto morir hace un par de años atrás…y ahora al fin se iba a encontrar con ella. Una lágrima empezó a recorrer la cara de Shintaro, era la última que derramaba.

Midorima estaba “muerto”, la bala lo había atravesado completamente. Pero estaba tranquilo, sabía que este día iba a llegar tarde o temprano, pero no se lo esperaba de esta manera, no pensaba que iba a morir en un lugar tan mierda como una basura y ante un tipo salido de la nada, lo recordaba a la perfección, el peli morado que portaba un camaleón, que aparte el tridente se transformaba por arte de magia en un rifle, era imposible olvidarlo. En otras circunstancias le hubiera encantado enfrentarlo, cara a cara, sin nadie más viendo. Sin duda habría sido un rival duro, pero lamentablemente todo había acabado ante lo que pensaba que era inmune, una bala. Un casquillo relleno de pólvora, a la distancia que estaba era imposible esquivarla, aparte ante la sorpresa del rifle aparecido de la nada, su guardia por un segundo bajo…y ya cuando iba a reaccionar, era tarde.

Fue entonces que lo sintió, un maldito dolor recorrer todo su cuerpo, pero ¿acaso no estaba muerto? Abrió sus ojos con fuerza para darse cuenta que estaba vivo, que todo había sido una ilusión, pero mucho más importante que eso, el peli morado le había arrancado el dedo corazón, sentía como es que todo se derrumbaba, casi se desmayaba del dolor pero su fuerza de voluntad lo mantuvo despierto, en cierta manera, había recibido mayores daños. Se intentaba mover, pero era imposible, veía en su cuerpo unas extrañas llamas…lo siguiente le dolió. El maldito peli morado le estaba haciendo una especie de tatuaje en su pecho. Gritó y fuerte del dolor, sus ojos por unos segundos estaban en blanco, pero recobró la compostura a tiempo para sentir como es que una patada le daba de lleno en sus costillas, le había quebrado tres y fisurado una cuarta.

Escupió sangre por la boca segundos antes de empezar a ser cargado, se sentía un inútil, su exceso de confianza lo cegaron por completo y le hicieron bajar la guardia ante un extraño, veía el suelo y notaba como es que su sangre caía como gotitas a este. Sintió como es que sus manos y pies estaban inmóviles, seguramente eran esposas…no tenía idea de cómo escapar, sus costillas estaban rotas y estaba esposado, era imposible escapar usando la fuerza, si quería tener una chance lo tendría que intentar convencerlo a través de palabras, aunque las probabilidades eran mínimas tenía que apostarlo todo, no podía ser entregado, no podía ir a prisión. Muchas personas dependían de él, y eso era a lo que iba a apelar a los sentimientos.

Oye…ya lo entendí. Pero por favor…déjame ir…si lo haces prometo nunca volver a toparme contigo…tengo personas que esperan que regresé. No puedo dejar a Dexter solo, es fuerte pero sigue siendo un idiota, aparte…tengo a muchos nakamas que proteger…te lo ruego.

No tenía que hablar fuerte, estaban lo suficientemente cerca como para que lo escuchara aunque dijera un susurro, sin más respiró hondo para luego botar todo el aire, trataba de hacer que los intensos dolores de su cuerpo no le molestaran tanto, aunque sabía que escapar usando la fuerza era imposible, no estaba en sus mejores condiciones y mucho menos contra alguien que ni siquiera había tenido que esforzarse. De momento, solo podía apelar a los sentimientos de él. Su vida, literalmente, dependía de él.

Midorima se signó a solamente suspirar, su intento fue en vano y en nada ya estaban en el cuartel. Aunque era de poca monta, no iban a poder contenerlo, ni siquiera en su estado actual. Sabía que escapar no iba a ser difícil pero debía intentarlo, observó como es que los marines quedaban algo sorprendidos al verlo entrar…de esa forma. Sintió como es que el peli morado escribía algo en su espalda, y luego lo metía entre sus ropas, no logró identificar bien que era lo que escribía pero seguramente tenía que ver con Dexter, notó claramente como es que el cazador escribía su nombre, más no pudo adivinar, ya tendría la oportunidad de leer ese papel en algún otro momento…más pacífico. Observó como es que le pagaban al cazador, era bueno, ya no tendría recompensa por ello…aunque al escapar nuevamente le iban a poner una…la ironía de la vida.

Lo encerraron en una celda, era grande y le permitía algo de movilidad, vio como es que un marine se quedaba en la puerta y el resto volvía a sus cosas. Haciendo un gran esfuerzo se sentó apoyando su espalda contra la pared, estaba incomodo con las esposas, pero algo podía hacer. Ya estaba pensando como escapar, cuando algo golpeó su cabeza, era una pistola…la agarró rápidamente con sus piernas y así evitó que hiciera un ruido innecesario, la observó…no parecía estar cargada. Maldijo por lo bajo, ¿de qué le iba a servir una pistola que no estaba cargada? Sabía que usarla podría ser útil, pero con sus manos atadas era imposible, no tenía la suficiente movilidad…Piensa Midorima, solo necesito que me saquen las esposas, el resto es fácil…Si me sacan las esposas, arrasaré con este cuartelucho sin problemas. se decía a sí mismo mientras escondía la pistola debajo de sus piernas, si lo llegaban a descubrir con esa cosa lo fusilarían sin hacer preguntas.

Midorima sonrió por lo bajo, ya sabía como escapar, solo debía esperar al momento oportuno. Escuchó como es que el guardia de la celda se levantaba, elevó la mirada y lo vio…al parecer era el de más rango en este cuartel ya que el guardia al verlo, rápidamente, hizo el típico saludo militar. La oportunidad había llegado. Al parecer ese sujeto estaba feliz de verlo en ese estado, después de todo, sacarlo del juego era un golpe importante para la banda de Dexter y aparte darse el crédito de ser el encargado de vencerlo, le daría seguramente unos buenos ascensos, era un negocio redondo. Negocio que Shintaro pensaba aprovechar de la mejor forma, lo miró a los ojos, de forma desafiante…si había alguna forma de provocar a alguien, Midorima las conocía todas.

Dime Marine ¿Qué se siente saber que son tan patéticos como para depender de otros? Vale, iré a la cárcel, seguramente, me ejecuten para demostrar su falso poder. Valen tanta mierda que no pueden hacer nada sin otros…me dan pena, bueno, siempre han sido débiles y siempre lo serán.

Dijo con una sonrisa, observó con agrado como es que la cara del marine se transformaba, estaba enfadado y mucho. De hecho, el guardia también mostraba enfado en su mirada, habían picado y ahora los tenía bajo su control. Cerró los ojos, y también bajo a posta su guardia, demostrando que le daba igual la presencia de esos malditos en ese lugar…sonrió al escuchar el sonido de las llaves, todo iba bien. Sintió como es que lo agarraban, era hora de la parte dos del plan, no hizo fuerza para que lo elevarán…abrió los ojos, y como suponía, era el marine de más cargo de aquí, sonrió lentamente mientras le escupía en la cara.

Tienes tres segundos para soltarme…o espera…verdad…tienes el poder ¿verdad? Entonces dime ¿qué se siente abusar de alguien esposado y sin posibilidad de defenderse? Tengo tres costillas rotas y una probablemente fisurada a nada de romperse y aun en este estado, puedo derrotarte. Eres patético ¿y te haces llamar hombre?

Mencionó entre risas, recibió un golpe en su abdomen, no le había dolido ya que había utilizado a tiempo su Haki Armadura, pero no lo hizo notar y solo lo uso debajo de su piel, aun así, fingió que le dolió escupiendo algo de sangre, suerte que no había votado toda la que tenía en su garganta. El marine no decía nada, solo lo golpeaba en diferentes partes del cuerpo, no le hacían daño gracias a su Haki pero aun así, fingir que le dolían era aburrido. Sabía que el marine estaba a nada de caer en la provocación total, sonrió de manera divertida mientras clavaba sus ojos verdes en los pardos de su enemigo.

Anda, quítame las esposas, intenta vencerme en este estado. Te aseguro que no podrás, vamos debilucho-san, hasta mi abuela pega más fuerte que tu..- dijo con una mirada que denotaba su superioridad. Si tanto quieres morir, entonces cumpliré tu deseo, maldito pirata arrogante..- fue lo que escuchó del marine, finalmente, su labia había funcionado. Lo soltó y en el suelo le dio una patada en sus costillas y sí, le había fracturado la cuarta, maldijo por lo bajo pero se tranquilizó, la situación la dominaba él. Y entonces, libre…le habían sacado las esposas. Era el fin del cuartel.

Se levantó con algo de dificultad, y entonces vio como es que el marine sonreía de forma estúpida, tratando de igualar su arrogancia pero era imposible, vio el puño que se dirigía a su rostro y sin dudar, lo esquivó, le agarró el brazo al marine y lo dio vuelta, sacó la pistola y se la puso en la sien del “alto cargo”…ya era hora de escapar.

La tensión aumentó de la nada, Midorima observaba como es que los marines ya lo apuntaban con sus armas, la salida estaba congestionada con unos seis marines, pero era él el que dominaba la situación, tenía a su capitán apuntado con un arma en la cabeza, si estaba vacía pero eso nadie lo sabía, dio un paso hacia adelante y todos los marines retrocedieron un poco, esto estaba muy divertido pero no podía perder tiempo seguramente ya vendrían más refuerzos, que si bien, podría derrotar no era algo recomendable.

Bien, ahora abran el camino, que nadie me siga o sino mataré a este maldito. Eso les pasa por ser débiles, ahora boten sus armas y salgan de mi camino.

Dijo en un tono fuerte, mientras ponía su dedo en el gatillo, los marines botaron sus armas y empezaron a retroceder con la cabeza gacha, Midorima había ganado y ahora solo tenía que caminar hacia la salida, iba a salir caminando por la puerta de entrada. Estaba tranquilo, sabía que nadie se iba a atrever a disparar, aún cuando el maldito que estaba siendo apuntado diera la orden, los marines y los piratas en ese caso eran iguales…no permitían que sus nakamas perdieran la vida de forma innecesaria, un escalofrío recorrió su espalda…en un recuerdo fugaz se acordó de su capitán y una gota de sudor frío le recorrió su mejilla Me pregunto como reaccionará Dexter cuando le diga que perdí mi dedo… pensaba con mientras soltaba una pequeña risa, y entonces al fin llegó a la puerta de salida…suspiró tranquilamente, estaba a nada de escapar, pero tenía un presentimiento que no iba a ser tan fácil, por eso mismo activó el nivel dos de The Zone Of God, su cuerpo no aparentaba cambio alguno excepto en sus ojos, de donde salían rayos de color verde….

Vamos, abre la puerta, insecto.

Le ordenó al marine, quien sin dudarlo la abrió con su brazo izquierdo, Midorima siguió caminando tranquilamente, sabía lo que iba a hacer para ganar un poco más de tiempo, y entonces dio el primer paso de libertad, fue entonces que sintió como es que su arma desaparecía, sonrió tranquilamente lo estaba esperando, giró rápidamente y soltó a su rehén para acto seguido, imbuir su patada en su Haki Armadura y sin dar tiempo a reaccionar a nadie, fue que le pegó en la espalda al marine con su pierna…se aguantó todo el maldito dolor pero al final, logró hacer que el marine saliera volando estrellándose contra la pared en donde antes estaba encerrado…Shintaro no perdió el tiempo y empezó a correr, su velocidad si bien en su buen estado sería alta, ahora solo era de un cincuenta por ciento a lo mucho. Suficiente como para poder escapar, necesitaría un buen médico que le viera las costillas, y también, conseguirse una crema para borrar la cicatriz que el peli morado le había hecho en su pecho.

Shintaro se escondió en el bosque, desactivó su técnica…suspiró tranquilamente mientras se sentaba en un árbol, ahí estaría en paz unos días, quizás hasta poder moverse con mayor tranquilidad, había perdido a los marines justo antes de que llegarán al cuartel, quizás le pondrían recompensa, quizás no…pero bueno no importaba. Sacó de sus ropas el papel que le había escrito su nuevo enemigo, este se movía en una dirección…al puerto, no entendía porque si el viento estaba hacía el otro lado, no le interesaba la razón, le interesaba saber que mierda había escrito. Lo leyó en voz alta.

” No sé si lo que dices de Dexter es cierto, pero si crees que de verdad has aprendido la lección, ven a por mí. Te reto."

Rió por lo bajo, claro que la había aprendido y ahora comprendía un poco sus poderes, la pistola, su supuesta muerte y el tridente convertido en un rifle de la nada, eran meras ilusiones pero no era un ilusionista cualquiera, era un sujeto fuerte. Su instinto le decía que era peligroso, si lo volvía a encontrar una pelea contra él sería más que difícil, aunque eso no le importaba tanto…quería su dedo de vuelta, Dexter lo iba a matar si llegaba sin un dedo y con un dibujo marcado a fuego en su pecho, necesitaba primero que todo encontrar la cura a eso antes que salir a la caza del peli morado.