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Mi barco estaba llegando a Shellstown, la gran base de la marina en el East Blue, una gran torre se elevaba entre montones de edificios que constituían la ciudad, esa torre era la base de la marina así que Shellstwon no era la mejor ciudad como para ir metiendose en problemas. La ciudad parecía un lugar bastante concurrido pues el puerto estaba lleno de barcos mercantes, viajeros y piratas; estos últimos en muy poca cantidad y no muy bien recibidos pues andaban saqueando una tienda cercana al puerto. El barco en el que viajaba estaba lleno de niños que llegaban a la isla para unirse a la marina, por otro lado llegaban decenas de comerciantes que pensaban vender sus mercancías en el mercado de la ciudad.
Tarde un par de minutos más pero al fin llegamos al puerto, echaron amarras y la gente empezó a bajar del barco, esperé hasta que todos bajaran para evitar las masas entonces baje y me encaminé hacia la ciudad. Esta apunto de salir del puerto cuando una escena cercana me impidió seguir avanzando, un pequeño grupo de piratas estaba amenazando a una joven que parecía trabajar en la tienda en la que estaban, no era de lo más ético pero no era mi problema, aun así tuve una sensación extraña en mi interior tras aquello. Seguí mi camino hasta encontrarme dentro de la ciudad, rodeado por gentes de todo índole: mercaderes, niños, marines, trabajadores, bardos, etc; aun así yo era el que llama más la atención entre todos estos, la gente me abría paso por la forma en la que vestía, era practico pero a la vez molesto pues varias veces tuve que dar esquinazo a los marines que intentaban capturarme.
Me costo un buen rato encontrar una taberna en la que poder relajarme sin llamar demasiado la atención, aunque de pronto huyendo de unos marines entre en una callejuela oscura, allí había una taberna, El Buque Errante, parecía el lugar apropiado para que un asesino se relajase así que sin pensármelo dos veces entre en esta. Era un lugar oscuro, lleno de piratas y gente no muy amigable, me acerqué a la barra y pedí un poco de whisky, después de que me sirvieran busqué la mesa más alejada de la luz para poder beber sin la máscara sin demasiado problema. Una vez sentado allí me quité la máscara y moje mis labios con el alcohol, pude sentir como mi garganta ardía al bajar este, acto seguido encendí un cigarro y empecé a fumar pensando que podría hacer en aquella isla.
Tarde un par de minutos más pero al fin llegamos al puerto, echaron amarras y la gente empezó a bajar del barco, esperé hasta que todos bajaran para evitar las masas entonces baje y me encaminé hacia la ciudad. Esta apunto de salir del puerto cuando una escena cercana me impidió seguir avanzando, un pequeño grupo de piratas estaba amenazando a una joven que parecía trabajar en la tienda en la que estaban, no era de lo más ético pero no era mi problema, aun así tuve una sensación extraña en mi interior tras aquello. Seguí mi camino hasta encontrarme dentro de la ciudad, rodeado por gentes de todo índole: mercaderes, niños, marines, trabajadores, bardos, etc; aun así yo era el que llama más la atención entre todos estos, la gente me abría paso por la forma en la que vestía, era practico pero a la vez molesto pues varias veces tuve que dar esquinazo a los marines que intentaban capturarme.
Me costo un buen rato encontrar una taberna en la que poder relajarme sin llamar demasiado la atención, aunque de pronto huyendo de unos marines entre en una callejuela oscura, allí había una taberna, El Buque Errante, parecía el lugar apropiado para que un asesino se relajase así que sin pensármelo dos veces entre en esta. Era un lugar oscuro, lleno de piratas y gente no muy amigable, me acerqué a la barra y pedí un poco de whisky, después de que me sirvieran busqué la mesa más alejada de la luz para poder beber sin la máscara sin demasiado problema. Una vez sentado allí me quité la máscara y moje mis labios con el alcohol, pude sentir como mi garganta ardía al bajar este, acto seguido encendí un cigarro y empecé a fumar pensando que podría hacer en aquella isla.
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Pasé la mano por detrás de mi cabeza y froté el pelo. Bostecé. Todavía tenía sueño, me hubiese gustado seguir dormida pero era impensable, tarde o temprano los dueños de esta llegarían y si encontraban algo descolocado o cualquier cosa que no estuviese en su sitio me metería en un lío y era lo último que quería, más aún en Shellstown, una isla repleta de marines. Como habría venido a parar yo aquí... ah si, ya recuerdo.
Un día antes había llegado a bordo de un barco a escondidas, sin dinero para pagar el pasaje ni nada por el estilo. Colarse no había sido tarea fácil y más teniendo a Yoru junto a mí pero gracias a tenerlo domado pude esconderme con él en un bote. La obtención de alimentos y agua fue escatimada, pues tuve que pasar casi dos días sin nada y el cuerpo se debilitaba poco a poco. Al amanecer habíamos llegado a Shellstown y en cuanto el barco atracó esperamos a que todos los miembros que habían dentro saliesen para poder salir nosotros. Salí rápidamente y de un salto bajé a tierra. El día brillaba con fuerza y consistió básicamente en saquear carteras y puestos de comida. Intentaría estar un par de días hasta que encontrase un barco que fuese a la siguiente isla, pero mientras encontrar algo para subsistir. Paseé por las calles después de tener un poco de comida y berries buscando alguna casa para pasar la noche. Alejado de la ciudad la encontré. Tenía una ventana rota y antes de entrar me asomé por ella, luego entré y me aseguré de que no hubiese nadie. A pesar de estar vacía estaba completamente amueblada en buen estado eso quería decir que sus habitantes no tardarían en llegar.
Aquel día había sido largo... pero ahora me tenía que ir. Llamé a Yoru para que me siguiese y me fui hacia en centro de Shellstown. Era pleno día y miré los berries que tenía en el bolsillo, quizás fuese una buena idea ir a tomar algo, aunque tuviese que soportar a los "humanos". A la vuelta de la esquina encontré una taberna de nombre original. Empujé la puerta lentamente y me adentré. El olor de tabaco nada más entrar me repugnó, pero al menos podría soportarlo. Me acerqué a la barra y sentada me crucé de piernas apoyando mi mano sobre la cabeza. -Una copa del mejor alcohol, por favor- dije con mi tono serio. El tabernero no tardó en dármela y antes de darle el primer sorbo observé que tipo de gente había allí. Tipos raros todos.
Un día antes había llegado a bordo de un barco a escondidas, sin dinero para pagar el pasaje ni nada por el estilo. Colarse no había sido tarea fácil y más teniendo a Yoru junto a mí pero gracias a tenerlo domado pude esconderme con él en un bote. La obtención de alimentos y agua fue escatimada, pues tuve que pasar casi dos días sin nada y el cuerpo se debilitaba poco a poco. Al amanecer habíamos llegado a Shellstown y en cuanto el barco atracó esperamos a que todos los miembros que habían dentro saliesen para poder salir nosotros. Salí rápidamente y de un salto bajé a tierra. El día brillaba con fuerza y consistió básicamente en saquear carteras y puestos de comida. Intentaría estar un par de días hasta que encontrase un barco que fuese a la siguiente isla, pero mientras encontrar algo para subsistir. Paseé por las calles después de tener un poco de comida y berries buscando alguna casa para pasar la noche. Alejado de la ciudad la encontré. Tenía una ventana rota y antes de entrar me asomé por ella, luego entré y me aseguré de que no hubiese nadie. A pesar de estar vacía estaba completamente amueblada en buen estado eso quería decir que sus habitantes no tardarían en llegar.
Aquel día había sido largo... pero ahora me tenía que ir. Llamé a Yoru para que me siguiese y me fui hacia en centro de Shellstown. Era pleno día y miré los berries que tenía en el bolsillo, quizás fuese una buena idea ir a tomar algo, aunque tuviese que soportar a los "humanos". A la vuelta de la esquina encontré una taberna de nombre original. Empujé la puerta lentamente y me adentré. El olor de tabaco nada más entrar me repugnó, pero al menos podría soportarlo. Me acerqué a la barra y sentada me crucé de piernas apoyando mi mano sobre la cabeza. -Una copa del mejor alcohol, por favor- dije con mi tono serio. El tabernero no tardó en dármela y antes de darle el primer sorbo observé que tipo de gente había allí. Tipos raros todos.
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Llevaba un rato bebiendo en aquella mesa situada en lugar más oscuro del local envuelto en humo por el tabaco. Toda la gente de aquel sitio era escoria de la peor calaña posible, o así era hasta que aquella chica entro en el lugar. Una chica de cabellos castaños y cortos acompañados de unos bonitos de unos bonitos ojos azules como el cielo, una pequeña y respingona nariz junto a unos simples y preciosos labios completaban aquella hermosa cara. Por si eso no fuer razón más que suficiente para llamar la atención en un lugar como aquel, vestía unas ropas no muy comunes acompañadas por un llamativo fular color carmesí.
La taberna se "encendió" al verla, se podía oír todo tipo de barbaridades en el local, mientras ella se acercaba hasta la barra para pedir algo de beber, parecía una chica de lo más interesante pero el amor había muerto en el pasado junto a lo que quedaba de mi humildad. De todos modos la situación empezó a tornarse molesta, pues una pequeña tripulación de piratas entró al lugar y se acercó a la barra, no tardaron en fijarse en ella y parecían estar soltando todo tipo de estupideces, entonces antes de tan siquiera darme cuenta había abandonado mi mesa mientras me ponía mi máscara y me sentaba junto a ella, pedí una copa y esperé para ver la situación.
Como suponía andaban molestando con comentarios de lo más soeces y molestos, no tenía porque defenderla pero algo dentro de mí me impulsaba a hacerlo, ni tan siquiera la conocía pero algo en aquella chica me había llamado la atención, así que tras beber la copa les interrumpí:
- Lo siento, pero la señorita ya tiene acompañante. ¿ Qué tal si dejais de molestarla ? ¿ O tal vez necesitais ayuda ? .- Dije mientras me levantaba de la barra y me encaraba hacia ellos. -
No era mi intención meterme en los asuntos de otros, pero ya era tarde, no sabía porque lo había hecho. ¿ Remordimientos por mi pasado ? ¿ Realmente me había vuelto a enamorar ? Todas estas preguntas rondaban mi cabeza pero realmente no me importaban, ahora solo me importaba una cosa, asegurarme de que ella salía intacta de aquella situación, al fin y al cabo yo había empezado el problema...
La taberna se "encendió" al verla, se podía oír todo tipo de barbaridades en el local, mientras ella se acercaba hasta la barra para pedir algo de beber, parecía una chica de lo más interesante pero el amor había muerto en el pasado junto a lo que quedaba de mi humildad. De todos modos la situación empezó a tornarse molesta, pues una pequeña tripulación de piratas entró al lugar y se acercó a la barra, no tardaron en fijarse en ella y parecían estar soltando todo tipo de estupideces, entonces antes de tan siquiera darme cuenta había abandonado mi mesa mientras me ponía mi máscara y me sentaba junto a ella, pedí una copa y esperé para ver la situación.
Como suponía andaban molestando con comentarios de lo más soeces y molestos, no tenía porque defenderla pero algo dentro de mí me impulsaba a hacerlo, ni tan siquiera la conocía pero algo en aquella chica me había llamado la atención, así que tras beber la copa les interrumpí:
- Lo siento, pero la señorita ya tiene acompañante. ¿ Qué tal si dejais de molestarla ? ¿ O tal vez necesitais ayuda ? .- Dije mientras me levantaba de la barra y me encaraba hacia ellos. -
No era mi intención meterme en los asuntos de otros, pero ya era tarde, no sabía porque lo había hecho. ¿ Remordimientos por mi pasado ? ¿ Realmente me había vuelto a enamorar ? Todas estas preguntas rondaban mi cabeza pero realmente no me importaban, ahora solo me importaba una cosa, asegurarme de que ella salía intacta de aquella situación, al fin y al cabo yo había empezado el problema...
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Murmullos y más murmullos. Habría dado lo que fuera por coger la botella de que me había servido anteriormente el camarero y estampársela en la cabeza a alguno, ni que nunca hubiesen visto una mujer, por favor... aunque viendo las pintas que tenían en cierto modo era normal, desarrapados, malolientes y en mala forma, por supuesto que no habrían visto una mujer acercarse, es más hasta seguro que rehuían de ellos. Todo era posible. Yoru parecía estar alerta todo el rato como si corriese peligro, no me interesaba que estuviera rugiendo a cada persona que pasaba a mi lado así que le acaricié la cabeza para que se calmase y se tumbó junto a mis piernas.
A ratos bebía intentando ignorar los comentarios de mi alrededor y miraba hacia la puerta. Tras ella entraron un grupo de personas, no sabría decir que eran pero no parecían amigables, pues se quedaron a mi alrededor. Seguí bebiendo ignorándolos y Yoru se levantó quedándose sentado a mi lado gruñendo. -¿Queréis algo?- pregunté sarcásticamente, pero antes de que respondieran un hombre con una especie de... ¿máscara de gato? Si, llevaba una máscara, si que es rara la gente de aquí. El joven los irrumpió y yo dejé mi bebida sobre la mesa, y no pude evitar reírme cuando dijo acompañante. Esto iba a ponerse interesante. Al fin, ya era hora.
Volví a mirar a los civiles raritos y luego al chico. Me levanté y tiré la copa llena al del centro del grupo, tenía pinta de ser el líder y si no lo era... pues se la había ganado. Sus caras comenzaron a cambiar de expresión, un enfado parecía acercarse rápidamente y el centro de toda esta bronca era yo. -Hombres...- Suspiré casi sin que se me escuchase. Me acerqué hacia mi "acompañante" para informarme sobre él antes de que comenzase el follón.
-Bueno señor acompañante... ¿Me va a decir su nombre y luego invitarme a algo, o tenemos que enfrentarnos ya a estos tipos enfadados? Cualquiera opción es buena...- dije en voz baja hacia en cuanto llegué a su lado y posaba mis manos sobre mis dos pistolas.
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Las dos opciones eran buenas, pero por desgracia había que empezar por la segunda, aunque realmente ayudar a aquellos desgraciados a descansar era algo que me apeteciera hacer realmente, una sonrisa se dibujo en mi cara mientras dejaba que un pequeño grupo de agujas se deslizaran por mi muñeca hasta llegar a mis dedos, una vez entre mis manos la función estaba por comenzar. Cogiendo a la chica por la cadera salté hacía atrás mientras lanzaba las agujas apuntando a la cabeza de los piratas, el capitán no tuvo problemas para rechazarlas pero sus subordinados no tuvieron su misma suerte, las agujas impactaron en sus ojos y acabaron rápidamente con sus vidas al dañarles el cerebro.
Aterrizamos unos metros más allá y al dejé de nuevo en el suelo justo después de echarle un vistazo de arriba a bajo, desde luego tenia cualidades la niña, de todos modos el problema aun no había acabado así que tenía que andarme con ojo no quería que aquella belleza saliera herida. Contando a los dos que había derribado aun quedaban otro cinco en el lugar, el capitán gritaba ordenes sin parar mientras que sus subordinados cargaban hacia nosotros desconcertados. De nuevo una sonrisa se dibujo en mi rostro mientras miraba la cara de aquella chica, no entendía muy bien aquel sentimiento pero debía centrarme en el trabajo, cargué hacía ellos realizando un barrido haciendo caer a un par de ellos al suelo, para clavarlos en este atravesando sus manos con agujas. Se retorcían de dolor mientras los dos restantes retrocedían hasta llegar a la posición de su capitán para decirle:
- Capitán, ese hombre no es humano es imposible que nosotros le hagamos frente, vayámonos. - Dijo el más pequeño de los piratas mientras guardaba su arma. -
- Sí capitán tiene razón, es imposible que nosotros le hagamos frente a est... - Antes de que terminará el sordo ruido de un disparo cortó su diálogo, el capitán le había disparado en toda la cabeza. -
- No necesito gallinas en mi tripulación, llévate a esta basura y haz lo que te plazca con ella. - Dijo al último pirata que no tardó en coger a su compañero y salir corriendo del lugar. -
Yo volví hacia la chica entre los gritos de dolor de los piratas clavados en el suelo y le dije:
- Te dejo que te hagas cargo de ese cerdo, al fin y al cabo es a ti a quien estaban molestando. - Dije mientras le ofrecía un par de agujas por si las quería tomar. -
Aterrizamos unos metros más allá y al dejé de nuevo en el suelo justo después de echarle un vistazo de arriba a bajo, desde luego tenia cualidades la niña, de todos modos el problema aun no había acabado así que tenía que andarme con ojo no quería que aquella belleza saliera herida. Contando a los dos que había derribado aun quedaban otro cinco en el lugar, el capitán gritaba ordenes sin parar mientras que sus subordinados cargaban hacia nosotros desconcertados. De nuevo una sonrisa se dibujo en mi rostro mientras miraba la cara de aquella chica, no entendía muy bien aquel sentimiento pero debía centrarme en el trabajo, cargué hacía ellos realizando un barrido haciendo caer a un par de ellos al suelo, para clavarlos en este atravesando sus manos con agujas. Se retorcían de dolor mientras los dos restantes retrocedían hasta llegar a la posición de su capitán para decirle:
- Capitán, ese hombre no es humano es imposible que nosotros le hagamos frente, vayámonos. - Dijo el más pequeño de los piratas mientras guardaba su arma. -
- Sí capitán tiene razón, es imposible que nosotros le hagamos frente a est... - Antes de que terminará el sordo ruido de un disparo cortó su diálogo, el capitán le había disparado en toda la cabeza. -
- No necesito gallinas en mi tripulación, llévate a esta basura y haz lo que te plazca con ella. - Dijo al último pirata que no tardó en coger a su compañero y salir corriendo del lugar. -
Yo volví hacia la chica entre los gritos de dolor de los piratas clavados en el suelo y le dije:
- Te dejo que te hagas cargo de ese cerdo, al fin y al cabo es a ti a quien estaban molestando. - Dije mientras le ofrecía un par de agujas por si las quería tomar. -
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Claramente el chico había optado por la segunda opción, una lástima. Me hubiera gustado tener un momento tranquilo para conversar con el y conocerlo mejor, aunque no estuvo mal su forma de apartarme de aquellos tipos, quizás hoy fuese un día más interesante de lo normal. En cuanto me agarró por la cadera pasé mi brazo por detrás su suyo y mi otra mano la dejé apoyada sobre la suya. Sentí su tacto y cuando retrocedíamos le miré a la máscara ¿quién sería ese extraño? La curiosidad me embargaba por momentos, quería saber quien se encontraba tras esa máscara de gato y por qué la usaba. En cuanto paramos en el suelo me separé de él y vi como acababa con ellos fácilmente. Era fuerte... eso me dejó paralizada durante un momento. En mi interior sentía como si tuviese que confiar en él...
Lo que hizo que dejase de pensar en eso fue el disparo que le dio el capitán a uno de sus miembros mencionando que no quería cobardes. Ante ese disparo me eché hacia atrás; por mis venas se podía decir que corría cierto miedo a que me matasen y... a que volviese ocurrir lo de aquella vez hace seis años. No, quería que me encontrasen, lloraría y suplicaría con tal de que nada de eso volviese a pasar, miré de lado al chico y en mis pensamientos le supliqué -Si eres bueno, ayúdame y no me dejes hasta que te deshagas de ellos...- Da igual que no pudiera escucharme, pero ojalá tan solo con mi mirada pudiese entenderme.
Los cuerpos de la gente se revolvían en el suelo gritando de dolor, no era agradable tener esa imagen frente a uno. Maldito capitán... era el primero en huir con tal de salvar su miserable vida... El chico me tendió sus agujas para que me encargase de él. Yo las rechacé con la mano apartándolas de mi y saqué mis pistolas de la cazadora. Apenas me separé de mi sitio pero colocando las dos pistolas en diagonal fue más que suficiente para que aquel hombre cayese al suelo. No sabía con certeza si viviría o moriría, pero tampoco era de mi incumbencia. Volví a guardarlas y me giré hacia el chico. -Gracias... por ayudarme- dije levemente- Mi nombre es Kaede ¿Y el tuyo?- Mientras esperaba su respuesta observaba el local, el dueño y otra gente se habían escondido por lo sucedido. Lo más seguro era salir de allí y evitar líos mayores. -Deberíamos salir de aquí... ¿no crees, mi acompañante?- dije extiendo mi mano hacia la suya.
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La chica no tardo en responder, pues sin pensárselo dos veces tras rechazar mis agujas sacó dos pistolas y propinó dos rápidos disparos al capitán de aquellos piltrafas, tenía carácter y era fuerte, qué más se podía pedir en una mujer, pensaba yo en aquellos momentos. Tras tumbar a aquella escoria la chica volvió a girarse y se presentó, Kaede, era un bonito nombre para una chica como ella, en aquellos momento ya ni recordaba el porque estaba en la isla solo quería conocer más a aquella chica, saber de sus gustos y de sus sueños. Tenía ganas de saber más de ella así que sin pensarlo dos veces la tomé de la mano y echamos a correr saliendo del lugar, mientras corríamos le dije:
- Siento haberte metido en todo aquel lío, por cierto me llamo... - Durante unos segundos dude si decirle mi verdadero nombre, pero entonces recordé mi pasado y supe que no, no podía decírselo. - Shi, un placer conocerte. Y bueno... ¿ Qué trae a una chica como tú a una ciudad como Shellstown ? - Le pregunté mientras nos deteníamos en un callejón de la ciudad y soltaba su cálida mano. -
No sabía como reaccionaría si se marcharía, me golpearía o saldría corriendo; en cualquier caso me alegraba haberla podido conocer, por un momento pude volver a sentirme como si hubiera estado vivo de nuevo. Aquello que sentía... ¿ Era amor ? Ni siquiera yo sabía como se sentía aquello después de tanto tiempo pero si algo tenía que ser amor debía ser una sensación parecida a la que yo sentía en aquel momento. ¿ Me había enamorado de aquella chica ? No tenía ni idea pero algo tenía claro, quería permanecer junto a ella tanto tiempo como me fuera posible, me preocupaba que algo pudiera pasarle, realmente aquella chica, Kaede, me había hecho sentir cosas que ninguna otra persona había hecho durante estos últimos meses, quizá ella fuera la prueba de que aún era humano.
- Siento haberte metido en todo aquel lío, por cierto me llamo... - Durante unos segundos dude si decirle mi verdadero nombre, pero entonces recordé mi pasado y supe que no, no podía decírselo. - Shi, un placer conocerte. Y bueno... ¿ Qué trae a una chica como tú a una ciudad como Shellstown ? - Le pregunté mientras nos deteníamos en un callejón de la ciudad y soltaba su cálida mano. -
No sabía como reaccionaría si se marcharía, me golpearía o saldría corriendo; en cualquier caso me alegraba haberla podido conocer, por un momento pude volver a sentirme como si hubiera estado vivo de nuevo. Aquello que sentía... ¿ Era amor ? Ni siquiera yo sabía como se sentía aquello después de tanto tiempo pero si algo tenía que ser amor debía ser una sensación parecida a la que yo sentía en aquel momento. ¿ Me había enamorado de aquella chica ? No tenía ni idea pero algo tenía claro, quería permanecer junto a ella tanto tiempo como me fuera posible, me preocupaba que algo pudiera pasarle, realmente aquella chica, Kaede, me había hecho sentir cosas que ninguna otra persona había hecho durante estos últimos meses, quizá ella fuera la prueba de que aún era humano.
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Echamos a correr como si algo se avecinase a por nosotros. Era tan veloz que me sentía casi hasta arrastrada y sin tocar los pies del suelo. El bar, la gente y los civiles heridos en el suelo, todos se quedaban en la lejanía mientras nosotros avanzábamos. Finalmente llegamos a un callejón. Se había disculpado por lo del lío, y se presentó. Shi era su nombre, nunca lo había escuchado. Aquel joven tenía algo de enigmático, algo que me hacía quedarme a su lado y saber más, investigarlo. Nadie me había tentado a saber sobre la vida de una persona pero el... el si lo había hecho. Y me quedaría por un buen rato para averiguar sobre él.
Tras una pausa de silencio en cuanto paramos solté su mano sonriendo y comencé a hablar- No tienes por qué disculparte... en cierto modo yo también hubiera reaccionado así tarde o temprano-Me alejé un poco de él apoyándome en uno de los muros del callejón- Que me trae aquí... pues ni yo lo sé. Me guío por el destino en busca de encontrar algo que algún día que me de una razón para seguir yendo en busca de...-me detuve por un momento, no podía comenzar a hablar así como así, podía ser peligroso. Da igual que me hubiese ayudado. Solo necesitaba un pequeño empujoncito para pudiese confiar definitivamente en él. Así que decidí retomar la conversación -Vine aquí para ver que me depara el destino ¿Fortuna o mala suerte? Quien sabe, lo que me espere podré soportarlo con facilidad pues no sería peor que otras cosas...
Suspiré. También tenía curiosidad por Shi. ¿Por qué estaría aquí también? ¿Acaso sería como yo? No tenía ni idea pero me gustaría seguir hablando con el durante un buen rato. -Y a ti ¿que te ha traído a un lugar como este?- Pero antes de seguir hablando miré al cielo y cambié mi expresión a un tono más serio -¿Por qué me ayudaste? Apenas me conoces ni sabes nada de mí ¿que te hace pensar que a lo mejor no soy buena, y solo te estoy tendiendo una trampa?...
Tras una pausa de silencio en cuanto paramos solté su mano sonriendo y comencé a hablar- No tienes por qué disculparte... en cierto modo yo también hubiera reaccionado así tarde o temprano-Me alejé un poco de él apoyándome en uno de los muros del callejón- Que me trae aquí... pues ni yo lo sé. Me guío por el destino en busca de encontrar algo que algún día que me de una razón para seguir yendo en busca de...-me detuve por un momento, no podía comenzar a hablar así como así, podía ser peligroso. Da igual que me hubiese ayudado. Solo necesitaba un pequeño empujoncito para pudiese confiar definitivamente en él. Así que decidí retomar la conversación -Vine aquí para ver que me depara el destino ¿Fortuna o mala suerte? Quien sabe, lo que me espere podré soportarlo con facilidad pues no sería peor que otras cosas...
Suspiré. También tenía curiosidad por Shi. ¿Por qué estaría aquí también? ¿Acaso sería como yo? No tenía ni idea pero me gustaría seguir hablando con el durante un buen rato. -Y a ti ¿que te ha traído a un lugar como este?- Pero antes de seguir hablando miré al cielo y cambié mi expresión a un tono más serio -¿Por qué me ayudaste? Apenas me conoces ni sabes nada de mí ¿que te hace pensar que a lo mejor no soy buena, y solo te estoy tendiendo una trampa?...
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Aquella chica, era de lo más interesante, tenía algo que me hacía querer saber más y más sobre ella, sin embargo algo me mosqueaba en su forma de contestar a las preguntas. Era una chica cuidadosa, pues oculto parte de la información con la intención de protegerse, aun así que sin dar muchos rodeos contesté a sus preguntas:
- Se podría decir que la razón por la que vine a Shellstown es la misma que tienes tú, no tenía un destino claro y decidí venir a la ciudad en busca de algo y al parecer lo he encontrado. Porque aquí estas tú, una chica hermosa hablando con un maníaco que lleva una máscara de gato y se oculta tras unas oscuras túnicas. - Le dije a Kaede sin rodeos mientras una sonrisa se esbozaba en mi cara, aquella chica me gustaba, pero no podía confiarme, tal vez fuera una trampa. De todos modos otro pregunta salió de aquellos bonitos labios y antes de que me diera cuenta mi boca estaba articulando la respuesta. - Por la misma razón por la que te estoy respondiendo ahora, ni yo mismo lo se, algo en mi pasado me impulso a hacerlo y antes de que me diera cuenta estaba sentado a tu lado y "defendiéndote." En cuanto a si eras una buena o una mala persona, en aquellos momentos ni siquiera me paré a juzgarlo, solo te miré y vi en ti algo que me impulsaba a no dejarte, a seguir a tu lado, a defenderte, a... - Antes de continuar mi yo actual golpeó al pasado y le hizo callar, esas palabras no eran algo que pudiera decir a la ligera, no era algo que el monstruo que yo era pudiera hacer fácilmente. -
Durante unos segundos reinó el silencio en el callejón y estuve luchando una batalla en mi interior, una batalla entre mis dos yo, una batalla que no tenía un claro ganador. Tras estos segundos otra pequeña sonrisa se dibujo en mi cara tras aquella máscara, entonces le dije a Kaede:
- Y tú, ¿ por qué confiaste en mí ? ¿ Por qué no simplemente te fuiste y me dejaste allí con el problema ? ¿ Por qué incluso tras tomarte de aquella forma, me seguiste la corriente ? - Todas aquellas preguntas salieron de mi boca incluso antes de que pudiera darme cuenta, la batalla había acabado y por aquella vez, mi otro yo había ganado, mi yo del pasado controlaba ahora mi cuerpo y quería resolver todas aquellas incógnitas.-
- Se podría decir que la razón por la que vine a Shellstown es la misma que tienes tú, no tenía un destino claro y decidí venir a la ciudad en busca de algo y al parecer lo he encontrado. Porque aquí estas tú, una chica hermosa hablando con un maníaco que lleva una máscara de gato y se oculta tras unas oscuras túnicas. - Le dije a Kaede sin rodeos mientras una sonrisa se esbozaba en mi cara, aquella chica me gustaba, pero no podía confiarme, tal vez fuera una trampa. De todos modos otro pregunta salió de aquellos bonitos labios y antes de que me diera cuenta mi boca estaba articulando la respuesta. - Por la misma razón por la que te estoy respondiendo ahora, ni yo mismo lo se, algo en mi pasado me impulso a hacerlo y antes de que me diera cuenta estaba sentado a tu lado y "defendiéndote." En cuanto a si eras una buena o una mala persona, en aquellos momentos ni siquiera me paré a juzgarlo, solo te miré y vi en ti algo que me impulsaba a no dejarte, a seguir a tu lado, a defenderte, a... - Antes de continuar mi yo actual golpeó al pasado y le hizo callar, esas palabras no eran algo que pudiera decir a la ligera, no era algo que el monstruo que yo era pudiera hacer fácilmente. -
Durante unos segundos reinó el silencio en el callejón y estuve luchando una batalla en mi interior, una batalla entre mis dos yo, una batalla que no tenía un claro ganador. Tras estos segundos otra pequeña sonrisa se dibujo en mi cara tras aquella máscara, entonces le dije a Kaede:
- Y tú, ¿ por qué confiaste en mí ? ¿ Por qué no simplemente te fuiste y me dejaste allí con el problema ? ¿ Por qué incluso tras tomarte de aquella forma, me seguiste la corriente ? - Todas aquellas preguntas salieron de mi boca incluso antes de que pudiera darme cuenta, la batalla había acabado y por aquella vez, mi otro yo había ganado, mi yo del pasado controlaba ahora mi cuerpo y quería resolver todas aquellas incógnitas.-
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Sus motivos eran los mismos que los míos. Ninguno de los dos teníamos un destino claro o fijo, tan solo nos dejábamos llevar como hojas arrastradas por el viento. Escuché atentamente a lo que decía pero... se paró. ¿Acaso estaba siendo prudente? De todas formas yo también lo estaba siendo así que no sería problema para los dos supongo. Todo lo que el decía... no lo había escuchado nunca antes por parte de otra persona, me hacía sentir... ¿bien? No lo sé, simplemente era raro para mí, llevaba toda una vida sin importarle a nadie y este chico al cual acababa de conocer... con sus palabras me había hecho sonreír.
El silencio se apoderó de todo. Era como si ya nada existiese en aquel callejón y solo los dos fuésemos las únicas personas de la tierra. Pero el silencio cesó con sus preguntas. No sabía que responderle ¿Por qué lo había hecho? Ni yo misma lo sabía... me había dejado llevar pero esa no era una respuesta.- Es... algo extraño de explicar, pero cuando me ayudaste me sentí segura. Nadie había conseguido eso, pero tu sí. Podría haberme alejado y no volver a verte nunca más pero algo me lo impedía, algo en mi interior decía que debía confiar en ti...-dije tras una breve pausa de silencio.
Me separé de la pared en la que estaba apoyada y de brazos cruzados me acerqué a él. Era más alto que yo, bastante más. Miraba su máscara una y otra vez. Estiré mis manos hacia los lados de ella rozándola y acercándola hacia mí. Era fría... pero a la vez bonita, por los dibujos que tenía en ella. ¿Por qué la llevaría? Era una de mis grandes curiosidades -Shi... Shi... Shi... ¿que escondes bajo esa máscara?- Pregunté sonriendo.
El silencio se apoderó de todo. Era como si ya nada existiese en aquel callejón y solo los dos fuésemos las únicas personas de la tierra. Pero el silencio cesó con sus preguntas. No sabía que responderle ¿Por qué lo había hecho? Ni yo misma lo sabía... me había dejado llevar pero esa no era una respuesta.- Es... algo extraño de explicar, pero cuando me ayudaste me sentí segura. Nadie había conseguido eso, pero tu sí. Podría haberme alejado y no volver a verte nunca más pero algo me lo impedía, algo en mi interior decía que debía confiar en ti...-dije tras una breve pausa de silencio.
Me separé de la pared en la que estaba apoyada y de brazos cruzados me acerqué a él. Era más alto que yo, bastante más. Miraba su máscara una y otra vez. Estiré mis manos hacia los lados de ella rozándola y acercándola hacia mí. Era fría... pero a la vez bonita, por los dibujos que tenía en ella. ¿Por qué la llevaría? Era una de mis grandes curiosidades -Shi... Shi... Shi... ¿que escondes bajo esa máscara?- Pregunté sonriendo.
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Aquella situación empezaba a afectarme más y más hasta llegar a un punto en el que no solo quería estar con ella, ¿me había enamorado ? ¿ Realmente alguien como yo, un monstruo, podía tener tales sentimientos ? No era algo propio de mi dejarme llevar por los sentimientos, menos aún hacer que me influencien, pero en aquel caso era diferente, aquella chica en tan solo unos minutos se había vuelto alguien que realmente me importaba. Quería estar con ella para protegerla, para seguir sintiendo aquella sensación y sobre todo para no perder aquella pequeña parte humana que Kaede había hecho salir, pues era lo único que ahora me separaba de ser un monstruo, era la razón para seguir existiendo como persona en este mundo onírico.
Mientras por mi cabeza pasaban todas estas cosas, sus labios se movían armónicamente para pronunciar una pregunta que me sacaría de aquel pequeño trance, ¿ qué escondía tras aquella máscara ? Realmente la máscara no cubría nada pues para mí era mi verdadera cara, pues para mí el rostro que se ocultaba debajo no representaba nada, tan solo un fantasma del pasado que me atormentaba, uno que no tenía intención de revelar. Prefería que ella no supiera de mi cara por ahora, más que por mi propia seguridad, por lo que mi pasado podía causarle a un chica como Kaede, al fin y al cabo no quería que mi pasado atormentara a nadie.
- Kaede, realmente ¿ Quieres ver lo que se oculta detrás de esta máscara ? ¿ Quieres ver un falso rostro que tan solo refleja un fantasma del pasado ? - Tomé sus manos y las alejé de la máscara, eran cálidas, tanto que incluso a través de mis oscuros guantes podía notar su calidez. Las dejé caer suavemente sobre las mías para luego llevarlas hasta sus labios y sin dejar que ella respondiera continué, no quería una respuesta a esas preguntas, aunque tal vez me la diera después. - Me temo que esta fría máscara es todo lo que representa el monstruo que soy ahora, esta inexpresiva capa que cubre mi rostro es lo único que protege al resto del mundo del pasado que me atormenta. He pensado todo tipo de estupideces durante los pocos segundos que tus manos se acercaban a mi cara, pero sobre todo el temor de hacerte algún tipo de daño. Siento haberme metido en tus asuntos, ya me marcho, supongo que te las arreglaras pareces una chica fuerte.
Mientras mi boca articulaba aquellas palabras una lágrima caía por mi moflete y llegaba hasta mi barbilla, parecía que incluso los monstruo podían sentir cosas como aquella. El tiempo parecía que también se entristecía pues tan pronto como solté sus cálidas manos, rompió en llanto como si me acompañase y el frío empezó a invadir mi cuerpo, como si el mismo sol me hubiera dejado de iluminar, de hecho lo había hecho pues el cielo se había tornado oscuro. El agua caía sobre la túnica y la capucha que cubrían mi cuerpo tornándose pesada, me la quité y se la lancé a ella, al menos no pasaría frío, mi camisa era ahora lo único que cubría mi cuerpo, aunque era más que suficiente. Caminaba hacia la salida del callejón pero parecía que los pies me pesaban mucho más que de costumbre, tanto que me costaba hasta avanzar, así que me detuve a apenas un metro de la salida del callejón, quería saber qué pensaba Kaede de todo aquello, lo más seguro es que ni tan siquiera me dijera nada al fin y al cabo no era más que un extraño.
Mientras por mi cabeza pasaban todas estas cosas, sus labios se movían armónicamente para pronunciar una pregunta que me sacaría de aquel pequeño trance, ¿ qué escondía tras aquella máscara ? Realmente la máscara no cubría nada pues para mí era mi verdadera cara, pues para mí el rostro que se ocultaba debajo no representaba nada, tan solo un fantasma del pasado que me atormentaba, uno que no tenía intención de revelar. Prefería que ella no supiera de mi cara por ahora, más que por mi propia seguridad, por lo que mi pasado podía causarle a un chica como Kaede, al fin y al cabo no quería que mi pasado atormentara a nadie.
- Kaede, realmente ¿ Quieres ver lo que se oculta detrás de esta máscara ? ¿ Quieres ver un falso rostro que tan solo refleja un fantasma del pasado ? - Tomé sus manos y las alejé de la máscara, eran cálidas, tanto que incluso a través de mis oscuros guantes podía notar su calidez. Las dejé caer suavemente sobre las mías para luego llevarlas hasta sus labios y sin dejar que ella respondiera continué, no quería una respuesta a esas preguntas, aunque tal vez me la diera después. - Me temo que esta fría máscara es todo lo que representa el monstruo que soy ahora, esta inexpresiva capa que cubre mi rostro es lo único que protege al resto del mundo del pasado que me atormenta. He pensado todo tipo de estupideces durante los pocos segundos que tus manos se acercaban a mi cara, pero sobre todo el temor de hacerte algún tipo de daño. Siento haberme metido en tus asuntos, ya me marcho, supongo que te las arreglaras pareces una chica fuerte.
Mientras mi boca articulaba aquellas palabras una lágrima caía por mi moflete y llegaba hasta mi barbilla, parecía que incluso los monstruo podían sentir cosas como aquella. El tiempo parecía que también se entristecía pues tan pronto como solté sus cálidas manos, rompió en llanto como si me acompañase y el frío empezó a invadir mi cuerpo, como si el mismo sol me hubiera dejado de iluminar, de hecho lo había hecho pues el cielo se había tornado oscuro. El agua caía sobre la túnica y la capucha que cubrían mi cuerpo tornándose pesada, me la quité y se la lancé a ella, al menos no pasaría frío, mi camisa era ahora lo único que cubría mi cuerpo, aunque era más que suficiente. Caminaba hacia la salida del callejón pero parecía que los pies me pesaban mucho más que de costumbre, tanto que me costaba hasta avanzar, así que me detuve a apenas un metro de la salida del callejón, quería saber qué pensaba Kaede de todo aquello, lo más seguro es que ni tan siquiera me dijera nada al fin y al cabo no era más que un extraño.
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Si, quería verlo, quería ver aquel rostro fantasma del que tanto me hablaba. Eso solo me daba más razones para desenmascararlo y no pararía hasta conseguirlo. Noté como apartaba mis manos de su máscara y las llevaba hasta mí. El no quería enseñar lo que escondía. Incluso noté el contraste de nuestro tacto; sus manos era frías y las mías a la vez cálidas, como si del fuego y del hielo se tratasen. No me hubiese importado estar así junto a él, no después de que me hubiese ayudado y escuchado por todo lo que me había echo por mí. Pero sin embargo solté sus manos y me alejé un poco de él. El no podía ser un monstruo como solía decir, no lo creía, sino no me hubiese ayudado.
-Pero...- Ni siquiera había podido terminar la frase, quería terminarla pero las palabras ya no me salían. ¿Cómo era posible que en cuestión de una hora me empezase a importar alguien? Apenas empezar este día todo me daba absolutamente igual pero ahora no, y si algo no me daba igual me gustaría que permaneciera junto a mí. Todo eso estaba en el interior de mis pensamientos y lo que hizo despejarme fue su túnica la cuál me la tiró, para que no me mojase por culpa de la tormenta. Yo me la puse y cuando dijo que se iba ni me moví. Cuando iba casi al final del callejón algo me impulsó a ir tras él. Corrí lo más que pude antes de que saliese del callejón y tiré de él por su brazo hacia atrás hasta que me puse en frente suya. -No puedo dejar que te vayas. No sé como lo has hecho... pero, en aquel bar no tenía nada que me llamase la atención, pero tu sí. Plantaste cara a un montón de hombres solo por mí. Eso me hace sentir en parte especial. No te permito que te vayas, y si te vas me llevarás contigo. Porque siento que no puedo abandonarte.- Dije mirando a sus ojos por la máscara, tan solo estábamos a escasísimos centímetros de distancia. Y agarré su mano fría con mi mano cálida. Necesitaba que se quedase.
-Pero...- Ni siquiera había podido terminar la frase, quería terminarla pero las palabras ya no me salían. ¿Cómo era posible que en cuestión de una hora me empezase a importar alguien? Apenas empezar este día todo me daba absolutamente igual pero ahora no, y si algo no me daba igual me gustaría que permaneciera junto a mí. Todo eso estaba en el interior de mis pensamientos y lo que hizo despejarme fue su túnica la cuál me la tiró, para que no me mojase por culpa de la tormenta. Yo me la puse y cuando dijo que se iba ni me moví. Cuando iba casi al final del callejón algo me impulsó a ir tras él. Corrí lo más que pude antes de que saliese del callejón y tiré de él por su brazo hacia atrás hasta que me puse en frente suya. -No puedo dejar que te vayas. No sé como lo has hecho... pero, en aquel bar no tenía nada que me llamase la atención, pero tu sí. Plantaste cara a un montón de hombres solo por mí. Eso me hace sentir en parte especial. No te permito que te vayas, y si te vas me llevarás contigo. Porque siento que no puedo abandonarte.- Dije mirando a sus ojos por la máscara, tan solo estábamos a escasísimos centímetros de distancia. Y agarré su mano fría con mi mano cálida. Necesitaba que se quedase.
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Parecía que incluso un monstruo como yo podía sentir aquello sentimientos de nuevos y sufrir por ellos, realmente deseaba quedarme pero la parte de mí que aun podía sentir aquellas cosas parecía estar perdiendo aquella batalla, pues aunque a duras penas casi alcanzaba el final del callejón y iba a salir de allí, pero su calidez me retuvo una vez más. Puede notar como tiraba de mi como si tratará de sacarme de la oscuridad hacia la que marchaba para apenas un segundo después interponerse entre esta y yo, realmente era increíble que alguien como ella se fijara en un monstruo como yo, pero de algún modo había pasado. Tras ponerse delante mía articulo tan hermosas palabras que fueron como medicina para el mal que me asolaba, pues pude sentir como me llenaban por dentro y hacían que en mi cara se dibujara un pequeña sonrisa. Después de aquello era imposible para mí dejarla atrás, Kaede se había convertido en algo muy importante para mí en apenas una hora y si tal vez todo aquello acabaría siendo un desengaño quería apostar por ello.
- Esta bien. - Dije en un tono bajo y tranquilo mientras con la mano que me restaba echaba mano a la máscara que cubría mi rostro. - Si de verdad insistes en que me quieres acompañar y que no puedes separarte de mi, entonces no sentimos lo mismo y es por eso que deduzco quieres saber que hay aquí debajo. Te lo diré a cambio de un pequeño precio, ¿ qué te parece ?
Antes de dejarla responder solté su mano y la rodeé por la cadera mientras con la mano restante desabrochaba la máscara para luego alejarla de mi cara a la vez que acercaba a Kaede más a esta. Una vez la máscara estaba totalmente separada de mi cara mis labios se unieron con los de ella y mis ojos quedaron frente a los suyos, unos bellos ojos azules que tenían el color del mismísimo mar, aquella mirada y aquel momento iba a quedar grabado en mí hasta el fin de los días. Durante los segundos que duró el beso sentí como si el mundo a mi alrededor de detuviese, realmente era como si todo fuera a cámara lenta: El agua caía sobre la camisa como si de un gotero se tratase, el brazo que sujetaba mi máscara caía lentamente hasta su cadera mientras el beso duraba, mi pulso se redujo hasta tal punto que casi parecía que no mi corazón no latía; a pesar de la situación me encontraba muy tranquilo, no sé si era por ella o porque no era capaz de sentirme nervioso incluso en una situación como aquella. Yo no tenía nada claro como reaccionaría, quizás aquella fuera la última vez que veía su bello rostro.
- Esta bien. - Dije en un tono bajo y tranquilo mientras con la mano que me restaba echaba mano a la máscara que cubría mi rostro. - Si de verdad insistes en que me quieres acompañar y que no puedes separarte de mi, entonces no sentimos lo mismo y es por eso que deduzco quieres saber que hay aquí debajo. Te lo diré a cambio de un pequeño precio, ¿ qué te parece ?
Antes de dejarla responder solté su mano y la rodeé por la cadera mientras con la mano restante desabrochaba la máscara para luego alejarla de mi cara a la vez que acercaba a Kaede más a esta. Una vez la máscara estaba totalmente separada de mi cara mis labios se unieron con los de ella y mis ojos quedaron frente a los suyos, unos bellos ojos azules que tenían el color del mismísimo mar, aquella mirada y aquel momento iba a quedar grabado en mí hasta el fin de los días. Durante los segundos que duró el beso sentí como si el mundo a mi alrededor de detuviese, realmente era como si todo fuera a cámara lenta: El agua caía sobre la camisa como si de un gotero se tratase, el brazo que sujetaba mi máscara caía lentamente hasta su cadera mientras el beso duraba, mi pulso se redujo hasta tal punto que casi parecía que no mi corazón no latía; a pesar de la situación me encontraba muy tranquilo, no sé si era por ella o porque no era capaz de sentirme nervioso incluso en una situación como aquella. Yo no tenía nada claro como reaccionaría, quizás aquella fuera la última vez que veía su bello rostro.
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Al ver como se iba a quitar la máscara me alegré, mi persuasión había dado resultado e iba siendo hora, aunque en cierto modo mi don de la palabra no solía usarlo. No me gustaba manejar así a la gente con tanta labia, no me sentía cómoda luego. Todavía tenía mi mano agarrada sintiendo nuestro contraste de lo cálido y lo frío. A medida que hablaba asentía con la cabeza, claro que tenía ganas de ver lo que tenía debajo de aquella máscara. Intentar conseguir eso se había convertido en un juego para los dos en el que ambos sabíamos como acabaría todo.
En cuanto me hizo la pregunta mi expresión cambió considerablemente. ¿Un precio? ¿Acaso era tan rastrero de pedir un precio por ver su cara? Ni hablar, no accedería a esa especie de chantaje, no iba a caer en algo tan bajo como eso. Puede que tuviese la curiosidad pero me parecía un acto desagradable. Pero sin embargo el precio era distinto a todo lo que yo pensaba, un beso era lo que el parecía pedir y yo no tuve oportunidad de negarme pues sentía su mano -que había soltado- rodeando mi cadera y acercándome a él. Aquel beso... era... no tenía ni siquiera palabras para explicarlo, mi mente se había paralizado ante aquel acto. Tenía la sensación de que todo lo exterior a mí se había detenido, a quién iba a engañar, aquel beso me había hecho abrir los ojos ante Shi, le conocía de poco tiempo pero creía que había una conexión entre los dos.
Estaba calmada pero algo en mi interior me gritaba.-¡Para! ¡No sigas o acabarás mal! ¿No ves que tu no puedes querer después de lo que has sufrido? Detente- Puse mis manos sobre sus hombros y me separé lentamente asustada, al igual que nuestros labios se separaron. Aquel día me perseguía, no me abandonaba. -Lo-lo siento, yo... creo que sería mejor que me lleves a donde tu viajas, a tu destino.-Cogí de nuevo su mano y le sonreí.-¿No crees?- Aquel beso cambiaría mucho mi historia junto a Shi, ahora sé que tampoco debía abandonarlo.
En cuanto me hizo la pregunta mi expresión cambió considerablemente. ¿Un precio? ¿Acaso era tan rastrero de pedir un precio por ver su cara? Ni hablar, no accedería a esa especie de chantaje, no iba a caer en algo tan bajo como eso. Puede que tuviese la curiosidad pero me parecía un acto desagradable. Pero sin embargo el precio era distinto a todo lo que yo pensaba, un beso era lo que el parecía pedir y yo no tuve oportunidad de negarme pues sentía su mano -que había soltado- rodeando mi cadera y acercándome a él. Aquel beso... era... no tenía ni siquiera palabras para explicarlo, mi mente se había paralizado ante aquel acto. Tenía la sensación de que todo lo exterior a mí se había detenido, a quién iba a engañar, aquel beso me había hecho abrir los ojos ante Shi, le conocía de poco tiempo pero creía que había una conexión entre los dos.
Estaba calmada pero algo en mi interior me gritaba.-¡Para! ¡No sigas o acabarás mal! ¿No ves que tu no puedes querer después de lo que has sufrido? Detente- Puse mis manos sobre sus hombros y me separé lentamente asustada, al igual que nuestros labios se separaron. Aquel día me perseguía, no me abandonaba. -Lo-lo siento, yo... creo que sería mejor que me lleves a donde tu viajas, a tu destino.-Cogí de nuevo su mano y le sonreí.-¿No crees?- Aquel beso cambiaría mucho mi historia junto a Shi, ahora sé que tampoco debía abandonarlo.
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