Ryuta vs Akagami

Límite de tiempo : Sin fecha límite.

Escenario : Pancu Island, habitada por un solo pueblo que se autodenominan “Asichi” que en un lenguaje antiguo significa “Moradores del bambú”, la entrada a cualquier persona ajena a esta tribu [que no comparta lazo sanguíneo] esta prohibida a menos que alguien de la misma tribu les extienda una invitación formal.



Condiciones :
-Sin nomenclaturas.
-Combate amistoso.
-En cualquier lado mientras haya suelo.

El pelirrojo caminaba por el inmenso bosque de bambú, notablemente perdido. De hecho, ni siquiera era capaz de recordar con claridad cómo narices había terminado en aquel lugar. Sabía que Rito y Nagato la habían estado liando bien durante el viaje... Una pelea, después un enorme "BUM" y... Ya, no recordaba nada más de lo ocurrido desde ese momento hasta que despertó en la costa de aquella isla. Se había topado durante su estancia en el lugar con una tribu un tanto extraña, la cual no se había tomado demasiado bien su presencia y de la que acababa de escabullirse por los pelos.

Para que negarlo, no tenía ni la menor idea de dónde narices se encontraba, incluso con sus grandes actitudes para la orientación. Simplemente se había perdido y ahora trataba de buscar alguna forma de salir de aquél lugar. Tal vez con suerte el resto de su tripulación se encontrase también allí... O mejor, tal vez encontrase el barco sin ellos. Eso le permitiría tener un viaje mucho más relajado, sin duda.

Tras unas cuantas horas caminando y sin obtener resultado alguno llegó a los oídos del pelirrojo un extraño sonido, algo parecido al que produciría un gorrino siendo degollado. ¿Habría alguien más aparte de aquella tribu en el lugar o sería uno de los miembros de esta? Solo había una forma de averiguarlo. Siguió el origen del sonido, ayudándose de su ligeramente superior oído hasta toparse, ante su asombro, con un hombrecito durmiendo tranquilamente en medio de aquella "selva" de bambú.

- ¿Qué clase de idiota se pondría a dormir en un lugar así...? -dijo en voz baja para sí mismo al tiempo que se acercaba hasta él.

No sabía hasta donde llegarían las dudosas capacidades mentales de aquel tipo, que no parecía tener unos horizontes demasiado amplios. Sin embargo, no tenía más opción que rezar porque supiese de algún modo de salir de aquel lugar, o incluso que poseyese un barco con el cual poder marcharse de la isla. Suspiró pesadamente y le dio una leve patada en la pierna, sin fuerza, simplemente para llamar su atención y despertarle.

Eh, RETACO, despierta. Tengo una cosa que preguntarte. [ADD]

El pelirrojo se alarmó al ver su expresión, que denotaba una ira enorme, por lo que retrocedió unos pasos para tomar cierta distancia del peliverde, como precaución. "¿En serio le ha sentado tan mal?" se preguntaba mientras le veía incorporarse, con sus armas en la mano y... ¿Qué mierda le pasaba en los ojos? Fuera lo que fuera, no podía ser nada bueno, sin duda. El joven dragón adoptó una posición defensiva, colocándose de lado frente a su rival, alzando las manos como guardia y flexionando ligeramente las piernas.

El "enano" se lanzó a por él con una furia desmedida, dispuesto a destrozarle con sus dos gujas, que se dirigían directamente a su costado y torso al tiempo que una extraña sustancia negra emergía de su boca. Sin pensárselo dos veces el pelirrojo adoptó su forma híbrida, recubriendo su cuerpo de doradas escamas, incrementando su musculatura y haciendo que brotaran de su espalda dos alas, mientras que sus manos y pies se transformaban en mortíferas garras. No sabía que le ocurría a ese tipo, pero estaba más que claro que necesitaría de toda su fuerza para enfrentarse a él, o al menos aguantar hasta hacerle entrar en razón.

Extendió los brazos y sujetó sus armas por la parte del "mango" más cercana al filo, con la intención de detenerlas en seco al tiempo que se inclinaba para que aquella cosa no le golpease en la cara, esquivándola por... ¿Las escamas? Sin embargo, no hubo tanta suerte con las gujas, las cuales solo consiguió que perdiesen algo de fuerza antes de impactar en su torso, penetrando algunos centímetros. Las escamas habían amortiguado parte del daño, pero sin duda ese tipo tenía una fuerza monstruosa.

Soltó un quejido de dolor al sentir los filos penetrar su piel y, aún sin soltar las armas para evitar que el peliverde se separase demasiado pronto. Separó los filos de su cuerpo, haciendo fuerza con los brazos y en ese mismo instante impulsándose con sus alas para acercar su rostro al de su rival. Acto seguido exhaló una pequeña cantidad de cloro que, de darle, le produciría un fuerte escozor en los ojos y, con suerte, una ceguera temporal. Tal vez aquello le diera algo de cuartelillo.

El chico se separó y, tratando de responder a su ofensiva para nivelar un poco la situación se aproximó rápidamente a él, algo más lento que de costumbre por el daño de las gujas, realizando una finta hacia la derecha para justo después girar sobre sí mismo y lanzar una poderosa patada directa a su cabeza.

Ceguera e irritación por el cloro + Patada ascendente en la cara [AF]

El cloro le había alcanzado pero... ¿Qué cojones? ¿Por qué narices no le estaba haciendo efecto? Ante su intento de cegarle el peliverde había respondido con un contraataque. Lanzó un cabezazo aprovechando la proximidad, el cual el Dragón Dorado trató de parar con su propia frente. Gran error. Las escamas amortiguaron parte del daño pero aquel tipo tenía una fuerza desmedida. Sintió un fuerte dolor en la cabeza al mismo tiempo que recibía el rodillazo en el estómago. Lanzó un ataque cortante con su guja, pero milagrosamente le dio tiempo a reaccionar mientras su rival tomaba distancia, agachándose a tiempo para esquivarlo.

Tras eso había realizado la finta y la patada, costosamente, pero parecía haber conseguido golpearle con fuerza. Sin duda sus brazos deberían entumecerse como mínimo, aunque parecía no sentir ningún tipo de dolor. Tal vez por eso no se había visto afectado por la nube de cloro. "¿Qué clase de poderes tiene?" pensaba el pelirrojo, algo mareado por el cabezazo y con una fuerte jaqueca, al igual que con la sensación del impacto aún en el estómago.

Su oponente comenzó a alejarse, tomando distancia, pero antes de que lo hiciera el pelirrojo lanzó una llamarada desde su boca, en un intento tal vez algo desesperado de equilibrar la situación. Aunque si aquel tipo no sentía dolor no serviría de mucho... Al menos por el momento.

Llamarada [AMF]

Retrocedió varios metros también, jadeando pesadamente y con la vista algo borrosa a causa del mareo. Aquellos golpes le habían dejado sin aliento.

- Akagami... -respondió entre jadeos, inclinado levemente hacia delante- ¿Y el tuyo?

Parecía que el peliverde comenzaba a apaciguarse un poco, pues ya no aparentaba tener la misma ira que poseía hacía unos instantes. Sin embargo, estaba claro que el combate no se iba a terminar todavía. No hasta que uno de los dos cayese al suelo. El corazón le latía a toda velocidad, tanto por el esfuerzo del combate como por la emoción de este. Hacía mucho tiempo que no se topaba con alguien capaz de igualar su fuerza, y mucho menos de superarla. Era un gran reto, y estaba dispuesto a asumirlo con todas sus consecuencias.

Se preparó para lo que probablemente sería un último asalto, pues no creía poder encajar otro golpe así y mantenerse en pie. Se lanzaría con todo lo que tuviese contra el peliverde y.. ¿Quien sabría lo que podría ocurrir después de aquello? Tal vez su oponente se calmase y pudiera dialogar con él, o tal vez uno de los dos terminase muerto. En cualquier caso no faltaba mucho para descubrir la respuesta a aquella pregunta. Una leve y feroz sonrisa se dibujó en su rostro dracónico. Se sentía más vivo que nunca.

Pesadillas, ¿eh? Aquel enano no tenía ni idea de todo lo que había tenido que pasar a lo largo de su vida. Era increíble la resistencia que tenía el peliverde. Había recibido una patada y una de sus llamaradas, pero aun así seguía en pie como si nada hubiese pasado. Fuerte probablemente sería una palabra que se quedaría corta para definirle. Pese a ello parecía que poco a poco el combate le iba debilitando, aunque fuese de manera casi imperceptible. No tenía ni idea de cómo podría acabar aquello, pero si salía vivo de allí tenía claro que querría volver a toparse con él en un futuro. Tal vez surgiera una interesante rivalidad a raíz de aquello.

- Vamos... Muéstrame lo que tienes.

El peliverde volvió a la carga dispuesto a terminar con el enfrentamiento. El dragón permanecía en guardia mientras se preparaba para responder a su ataque. Un salto y un giro en el aire. No sabía cómo podría acabar aquello, pero si de algo estaba seguro es de que esa era su única oportunidad para igualar las cosas. En el mismo momento en el que separó los pies del suelo se lanzó rápidamente a por él. Podía ver claramente cómo las gujas del chico se aproximaban rápidamente a su cabeza. Con toda la fuerza que le quedaba se impulsó en el suelo una vez estuvo cerca de él, juntando las manos y apuntando las palmas hacia él, pero con los dedos inclinados para que sus garras se clavasen en su costado.

Recibió entonces los primeros golpes, prácticamente sintiendo como si... Bueno, mejor dicho. Había dejado de sentirlo todo. De haberle alcanzado el cuerpo del pelirrojo habría seguido su trayectoria, desgarrando la zona del costado y dejándole unas preciosas heridas por todo él. Tras eso el golpe en el hombro, aunque poco importaba ya pues el primero había bastado para dejarle fuera de combate, seguido de otro más en las costillas, seguido de la misma explosión que en la cabeza. Voló varios metros tras eso, estrellándose contra los duros palos de bambú y partiendo algunos de ellos con su propio cuerpo. Rodó por el suelo y quedó tendido sobre este al tiempo que su transformación terminaba y volvía a su estado normal. Probablemente se le habría descolocado el hombro y tendría una buena brecha en la cabeza, por suerte no mortal gracias a las escamas, así como todo el costado reventado por el último golpe.

Terminemos con esto: Garras de dragón - Desgarro por todo el costado [AB]

Hojas actualizadas.