Dark Satou
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
vs.
: La isla posee una gran variedad de vegetación rodeando al centro de la ciudad, dónde se ubica la única ciudad de la isla en la cima de una gran montaña que sirve de protección a la ciudad. La vegetación más destacable de la isla es la medicinal.
Esta isla pertenece al Gobierno Mundial
-Experiencias Normales de Reto.
-Sin Salto de turno.
-Fichas tal cual están en este momento.
-La batalla será a Rendición o a K.O
-En cualquier isla, que no beneficie a ninguno de los dos
-Sin muertes ni amputaciones
Una masa de polvo helado surcaba los vientos con presteza calmada. Una ventisca veloz que llevaba a Al Naion en su interior, como miles de partículas de hielo en suspensión. El capitán Marine volaba observando la situación de la isla. Karakura era una isla hermosa en cierta manera, aunque no hacía demasiado calor, y su forma de viajar rápidamente reducía la temperatura ambiental de forma brusca, algo que, si bien no le hacía daño, lo molestaba. Pero ya que tenía que vivir con aquella maldición lo mejor era aprovechar el lado bueno que eso le proporcionaba.
"A ver si llego rápido", pensó mientras aterrizaba en una pequeña plaza, con su ropa habitual y la chaqueta de Capitán a los hombros. Una espada larga en el lado derecho del cuerpo y la mano sobre la empuñadura, con su cabello rubio ondeando al viento. En los últimos días se había oído hablar de movimientos extraños en el North Blue, y como "futura promesa" de la Marina había sido enviado a aquel lugar a vigilar el panorama, a pesar de que sus instrucciones eran del todo abstractas. "Observar y actuar si es necesario" eran las órdenes que había recibido, y aunque no le molestaba pasarse a echar un ojo, tener que buscar algo con lo que entretenerse mientras los problemas no surgieran. Por suerte, aquello no tardaría mucho, Al era un imán para los problemas.
Poco a poco la gente se iba arremolinando en la plaza, como si ver a un oficial por la isla fuera mala señal, y, ciertamente, tenían razón. Lo habían hecho ir desde el South Blue hasta aquel lugar, y si aún no estaba liada se iba a liar. A Al Naion no se le molesta por tonterías. Si allí sucedía algo malo lo cortaría de raíz, y si no pasaba nada aún... "Uy si no pasa nada".
Colocó la chaqueta con un gesto simple. Se iba acostumbrando a la chaqueta, y la verdad era que se sentía bien elegante, casi poderoso. Empezaba a entender el por qué de aquello, y le gustaba. Sonrió fugazmente, mirando la plaza, de frente vacía y a los lados abarrotada. ¿Por qué había tanta gente? Eso era más que por su simple aparición. Casi podía sentir que algo iba a pasar.
"A ver si llego rápido", pensó mientras aterrizaba en una pequeña plaza, con su ropa habitual y la chaqueta de Capitán a los hombros. Una espada larga en el lado derecho del cuerpo y la mano sobre la empuñadura, con su cabello rubio ondeando al viento. En los últimos días se había oído hablar de movimientos extraños en el North Blue, y como "futura promesa" de la Marina había sido enviado a aquel lugar a vigilar el panorama, a pesar de que sus instrucciones eran del todo abstractas. "Observar y actuar si es necesario" eran las órdenes que había recibido, y aunque no le molestaba pasarse a echar un ojo, tener que buscar algo con lo que entretenerse mientras los problemas no surgieran. Por suerte, aquello no tardaría mucho, Al era un imán para los problemas.
Poco a poco la gente se iba arremolinando en la plaza, como si ver a un oficial por la isla fuera mala señal, y, ciertamente, tenían razón. Lo habían hecho ir desde el South Blue hasta aquel lugar, y si aún no estaba liada se iba a liar. A Al Naion no se le molesta por tonterías. Si allí sucedía algo malo lo cortaría de raíz, y si no pasaba nada aún... "Uy si no pasa nada".
Colocó la chaqueta con un gesto simple. Se iba acostumbrando a la chaqueta, y la verdad era que se sentía bien elegante, casi poderoso. Empezaba a entender el por qué de aquello, y le gustaba. Sonrió fugazmente, mirando la plaza, de frente vacía y a los lados abarrotada. ¿Por qué había tanta gente? Eso era más que por su simple aparición. Casi podía sentir que algo iba a pasar.
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