Una cazería un tanto peculiar [pasado][Rocket Reccon, Murasaki, Astarod]

¿Cómo es que había terminado en esa jungla? Ah sí. El día anterior nuestro barco había sido atacado por otros piratas, los vencimos fácilmente, pero se robaron algo de importancia para el capitán, por lo que les dimos caza hasta llegar a esta isla. Desembarcamos en un basural inmenso, lo que más me sorprendió de ese lugar es que había gente viviendo allí, pero la verdad no me importo mucho. Fuimos preguntando por todas partes por algo de información. Finalmente nos enteramos que aquellos piratas no eran tal, sino que eran un grupo de bandidos de la montaña, que se refugiaban en las montañas de esta misma isla, que acostumbraban a asaltar barcos cercanos a la zona. Por lo que nos dijeron, los que iban en el barco no eran nada en comparación a los que había en estas montañas, tanto en número como en fuerza. Eso no eran muy buenas noticias, nos superarían en número y ellos conocen el terreno, pudiendo usarlo a su favor. Entrar todos juntos a las montañas no sería lo más adecuado, podrían perfectamente arrinconarnos y acabar con todos de una sola vez.

Esto no me agradaba, justo había decidido que este sería el último mar en el que viajaría con ellos y sucedía esto. Finalmente tomé una decisión y le dije al capitán que reuniera a la tripulación, y a todo aquel que estuviera dispuesto a ayudar, que los dividiera en grupos de tres y los mandara al bosque; mientras tanto yo me adelantaría al bosque y que los dos que eligiera para que me acompañasen deberían poder encontrarme. Él al principio se negó alegando lo arriesgado que era ir solo, pero lo convenció al recordarle que yo me crié en Upper Yard, donde vivían toda clase de peligros, sabía moverme en la jungla y además era un guerrero shandian, por lo que me dejó ir.

Finalmente fue así como llegue a esta situación, estar solo, en una jungla desconocida, en una cadena montañosa desconocida, persiguiendo a unos bandidos de la montaña....Haa, mejor me dejo de quejar y continúo mi búsqueda, al menos ya he acabado con unos siete bandidos con los que me he encontrado.

Y ahí estaba yo, el pequeño mapache, viviendo en una pequeña jaula, situada en un pequeño laboratorio en un pequeño pueblo de una no tan pequeña isla. Salí de la jaula y empecé a trabajar en mi pequeño proyecto sin terminar, la APHADD. Un arma que me sería de gran utilidad en un futuro. Pero que no estaría lista en... varios días, tal vez. Al menos hasta que terminase de ponerle las últimas mejoras. Hasta entonces, tengo mis dos fieles pistolas.

Sin embargo, mi duro día de trabajo por delante fue interrumpido por el Profesor Jackal y sus gritos de verdulera con problemas psicológicos.

- ¿Que haces aquí? ¡Ponte a trabajar!

- ¡Estoy en ello, cara-cartón! Respondí aumentando el tono de voz para que superase el suyo.

- Eso no, imbécil. Acaban de contratarme para ayudar a un grupo de piratas a recuperar no se qué cosa robada. Así que voy a ayudarles.

- Con eso quieres decir que YO voy a ayudarles.

- Lo vas pillando. Venga.

- Déjame en paz, estoy ocupado. Manda a Howard. Dije intentando ponerme de vuelta al trabajo.

- Ese pato esta en otro trabajo. Y no me digas que se lo encargue al conejo, aún esta herido de su último combate y se esta recuperando.

Refunfuñando por la rabia, dejé la APHADD en su sitio y me cargué con las pistola, caminando hacía la puerta por el lado de Jackal y murmurando:

- Como te gusta cortar el rollo...

Mientras salía y me preparaba, Jackal me iba gritando las indicaciones por detrás, hacía donde debía ir y todo eso. Cuando todo estuvo aclarado, simplemente salí corriendo hacía la jungla, corriendo a cuatro patas lo mas rápido posible.

¿Qué narices hacía ahí? No tenía idea. Una tormenta había arrastrado mi barco hasta aquella isla pérdida por el East Blue pero, ¿qué más daba? Normalmente viajo sin rumbo, aunque sería genial aprender a guiarme para comenzar a buscar a...-Maldición otro más- Pensé mirando a un hombre que me sacaba dos cabezas y media por aquel entonces, aunque no es que haya crecido demasiado.

Este zarandeo una, en apariencia, pesada arma similar a una espada (machete). Era el cuarto hombre que veía con esa arma desde que me había adentrado en esa jungla, perdida en una isla que no tenía ningún atractivo en mi opinión. Pero, como siempre, mis viajes "a la deriva" me causaban la necesidad de parar de vez en cuando para obtener alimento.

-¿Qué crees que haces aquí, mocosa?- Preguntó el corpulento hombre, el cual me recordaba más a un orangután que otra cosa. Y que, al no obtener respuesta de mí parte, se lanzó hacia mí con intención de pegarme un tajo en vertical.

-Se nota que no tienes cerebro.- Me burle, su tamaño le hacia torpe al caminar entre la maleza, por otro lado la jungla era mi territorio, y sigue siéndolo. En un momento le propicié desde detrás un corte en el cuello, tras pegar un salto importante gracias a mis habilidades, claramente, haciendo que se desangrara al instante y muriera. -Que lento.-

Tras eso seguí caminando como si nada, hasta el momento en que una nueva figura se cruzó en mi camino, un hombre de apariencia distinta al de el bandido que acababa de matar y que olía a sangre también.

Estaba a punto de lanzarme hacia él, si no fuera por que vi un curiosos animal pasar rápidamente por delante mía. -¿Qué leche?....- Pensé.

Caminaba por el bosque a paso tranquilo pero alerta. La verdad estaba algo frustrado, hace un rato atrás llego uno de los sujetos que había enviado el capitán, pero resulto ser un debilucho que asesinaron rápidamente, tuve que encargarme solo de los diez bandidos que nos atacaron, yo solo. Solo esperaba que el otro que llegara fuera mejor, o por lo menos no se muriera tan rápido.

Finalmente llegue a un rio y seguí su cauce, el lugar era más abierto por lo que sería más fácil pelear. De pronto escucho como un bandido hablar a alguien, tenía una voz estridente que podría escucharse por todo el bosque. Parecía que le hablaba a una chica, por lo que decía. Me encaminé hacia donde provenía la voz, pero cuando me acerqué al lugar, que estaba cerca del rio, ya no se oía nada. Empecé a buscar con la mirada pero en vez de encontrar al bandido, vi aparecer a un extraño, al menos para mí, animal que tenía ropa. Me le quedé viendo un momento mientras bebía agua como si fuera una persona.

-¿Y tú que eres?- le pregunté realmente curioso, pero la verdad no esperaba que respondiera.

Me gustaba mas correr en la ciudad que aquí, la verdad. El terreno era mas llano y era mas fácil perderse entre la gente. Pero el bosque tampoco estaba mal. Mientras corría pude ver a una muchacha delante de un hombre de dudosa profesión, seguramente un trabajo nada honrado. La chica parecía poder encargarse ella sola, así que seguí corriendo dando tan solo una mirada fugaz. Llegué hasta un pequeño riachuelo. Recuerdo este lugar. A pocos metros de aquí estaba la cabaña de aquellos paletos endógamos que intentaron comerme. ¿Seguirían allí las cenizas de su casucha de madera? No se la dejé bien parada, la verdad. Pero no importaba. Ellos tampoco estaban para apreciarlo.

Me acerqué a la orilla del río para beber algo. Tan solo para ser interrumpido por una voz que me preguntaba que soy.

"¿Qué soy? Será maleducado..."

Me levanté y le miré, mientras las orejas se me movían hacía atrás y mis bigotes temblaban ligeramente. No parecía esperar que dijese nada, parecía como si simplemente contemplara un fenómeno de la naturaleza.

- ¿Qué? ¿Qué miras? Haz una foto, te durará mas tiempo.

Volví a ponerme a cuatro patas y me dispuse a seguir caminando, pero paré al ver que el susodicho me seguía mirando.
Suspiré y me levanté.

- Si. Soy un mapache. Llevo ropa y hablo.

Simplemente le miré y me di cuenta de algo. Estábamos en el punto de reunión que me dijo Jackal.

- Esto... Mi jefe me ha mandado venir hasta aquí por un contrato. ¿Eres tu el cliente? Podría pasarte las tarifas ahora o después del trabajo... Lo que quieras.

Tarde unos segundos en reaccionar al ver a aquel pequeño, ¿mapache?, pasar por delante mía. Vale, estaba en un bosque, además bastante denso, pero nunca se imaginó el ver un animal vestido y con....Espera, ¡¿eso eran pistolas?! Fuera como fuese me dispuse a seguirlo hacía donde fuera que se dirigía, quizás encontrara algo interesante como la niña de aquel cuento, ¿cómo se llamaba?....Ah sí, Alicia.

Le seguí durante un buen rato, o más bien seguí sus huellas, casi como si tratara de darle caza, de hecho, me había transformado en puma y todo, aunque no se me antojaba comerme al pequeñín.

Le siguió así hasta un río, donde vi algo que no me esperaba, ¿quién se lo esperaría? Al igual que el conejo de Alicia, aquel mapache empezó a hablar con un hombre tras beber agua (vale, sí, el conejo no hablaba con un pirata.. si...Agh. Demasiadas versiones del mismo libro, pero hablaba.)

Yo me mantuve escondida entre unos matorrales, aunque la conversación me era igual. Solo tenía curiosidad por el animal.

Para mi sorpresa el animal no solo respondió, sino que se paró en dos patas y empezó a hablar perfectamente, aunque fuera para recriminarme. Luego volvió a beber, pero no podía dejar de mirarlo, claro que me impresionaba el que hablara, pero hay muchas cosas que desconozco del mundo bajo las nubes; pero lo que realmente me mantenía observándolo era que nunca había visto un animal así, trataba de recordar que especie era.

Finalmente el animal volvió a levantarse y me volvió a hablar, se le notaba ofendido. Me hablo de manera irónica, diciendo que especie era y recalcando lo obvio.

-Lamento si lo ofendí- le dije de manera respetuosa, una vez recuperé mi habla -lo que sucede, no es por lo que señala...bueno si me sorprende un poco, pero desconozco muchas cosas de este mundo bajo las nubes, por lo que no me es tan extraño, es solo que... no reconocía su especie...estaba tratando de recordar, pero lamento si lo he ofendido con lo que he dicho, me siento muy apenado- dije sin cambiar mi expresión mientras el mapache me observaba, hasta que me hiso un cuestionamiento que me intrigo bastante.

- Esto... Mi jefe me ha mandado venir hasta aquí por un contrato. ¿Eres tú el cliente? Podría pasarte las tarifas ahora o después del trabajo... Lo que quieras.- me sorprendió. Asique este era el otro compañero, pues me venía perfecto, nadie lo vería como amenaza real y sabrá moverse en el bosque.

-Efectivamente, estoy esperando a mi segundo compañero, antes había llegado alguien mas pero murió rápidamente ¿podrás mantenerte con vida?, eso espero, tengo curiosidad por ti, por lo que me sentiría muy decepcionado si mueres fácilmente. Las cuentas me las das luego, en el barco hay muchos tesoros por lo que el costo no será problema. La misión principal será la recuperación del objeto robado, pero por mi parte agrego la eliminación de la banda que nos asaltaron, si aceptas no tendré problemas en pagar lo que encuentres necesario por aquello.......permíteme- me le acerque y me agache para quedar a su altura y empecé a tantear sus músculos, se notaba enfadado y antes de que me atacara me aclaré, pero sin dejar de hacer lo que hacía -disculpa mi atrevimiento, pero... lo que sucede es que fui entrenado desde pequeño como guerrero y como tal he aprendido a juzgar la valía de un guerrero con una simple mirada, pero jamás había visto uno como usted, por lo que esta es la mejor forma... y me doy cuenta que es fuerte, y seguro un gran guerrero... me encantaría saber cómo va a mejorar mis expectativas dado que no conozco de lo que es capaz su especie, lo espero con ansias- me levanté de mi posición y le extendí mi mano -soy Hoshi D Astarod, un placer, ¿me da el honor de saber el nombre de con quién voy a trabajar?-

Esperé que me contestara. Empezamos a caminar siguiendo el cauce del rio mientras veíamos el plan a seguir. De pronto escucho un ruido desde los arbustos. Le hice una señal al mapache para acercarnos, parece que él también se dio cuenta. Nos acercamos con cautela, yo con mis katanas desenfundadas y él con sus pistolas en mano ¿que nos encontraríamos?

Me sorprendió al ver que el hombre respondía con unos modales que yo solo le había visto a los hombres ricos y poderosos que Jackal me mandaba matar. Después, me preguntó si podría mantenerme con vida. Le contesté con una carcajada sarcástica, pero siguió hablando. Después, se acercó a mi e intentó tocarme. Me puse tenso, pues nadie me había hecho nunca algo así. A no ser que fuera Jackal para darme una paliza después.

- Disculpa mi atrevimiento, pero... lo que sucede es que fui entrenado desde pequeño como guerrero y como tal he aprendido a juzgar la valía de un guerrero con una simple mirada, pero jamás había visto uno como usted, por lo que esta es la mejor forma... y me doy cuenta que es fuerte, y seguro un gran guerrero... me encantaría saber cómo va a mejorar mis expectativas dado que no conozco de lo que es capaz su especie, lo espero con ansias

Por primera vez, el comportamiento de alguien me había dejado sin palabras. Tras eso, me preguntó sobre mi nombre. Titubeé un poco pero al final respondí.

- R... Rocket. Soy Rocket.

Empezamos a caminar hacía el lugar de la misión, hasta que escuchamos algo entre los arbustos. Cargué las pistolas y apunté hacía el mismo, con el ceño fruncido y el pelo de la cola erizado, esperando a que saliese lo que tuviese que salir.

Al ver que se acercan me subí al árbol desde donde les estaba observando, no tenía interés alguno en sus propósitos, solo curiosidad por el animalillo, pero al ver que iba armado no me apetecía comenzar una pelea.

A pesar de eso, parecía que ambos tenían demasiado buen oído, ya que notaron el sonido de mis patas subiendo por las ramas de la árbol, llegando el enano a amenazar con dispararme. Yo sonreí, dispuesta a saltar a otro árbol antes de que lo hiciera.

Pero mi agilidad y mi torpeza raramente combinada me hizo fallar en esa ocasión, pisando mal y cayendo, llevándome un par de ramas conmigo. -Kyaaaaaaa- Grité al caerme, de forma bastante cómica, en frente de esos dos sujetos. Me toque la cabeza dolorida, casi sin hacerle caso a los que estaban en frente mía. -Duele...- murmure entre quejidos.

Al acercarnos a los arboles una chica cayó desde una rama, Rocket y yo nos la quedamos viendo mientras esta se quejaba. Guardé mis katanas y me acerqué, le extendí mi mano y esperé a que la sostuviera para ayudarla a levantarse. La mire un momento antes de preguntar.

-¿Podrías decirnos quien eres y que hacías observándonos jovencita?- le pregunté una vez estuvo en pie.

Me la quedé observando esperando su respuesta, indicándole a Rocket que bajara sus armas. Luego me le quedé observando y se me ocurrió algo.

-Disculpa...¿te interesaría un trato?, estamos en una misión de casería, si nos ayudas te podre pagar con lo que desees, mientras pueda entregártelo- le dije mirándola a los ojos.

La criatura del seto salió corriendo y escaló a un árbol, para caer miserablemente y rebelar que en realidad es una muchacha de pelo rojo. No pude evitar ponerme a reír con una risa histérica. Entonces me di cuenta. Empecé a olfatear el aire. Esta muchacha... no olía a humano. Huele a... ¿felino? Guardé mis armas y me acerqué a la muchacha.

- ¿Qué haces, chica gato?

Entonces, Astarod le ofreció unirse a la pequeña asociación. Nadie me dijo que tendría que estar con dos personas mas... Bueno, no importa. Estaba acostumbrado a los grupo de tres. Howard y Sbunny eran buenos compañeros. Suspiré y empecé a caminar a cuatro patas de nuevo hacía donde nos dirigíamos Astarod y yo, esta vez con la chica gato de compañera.

- Vamooooos, es para hoy.

¿Chica gato? ¿Qué se creía ese mapache enano? En todo caso, lo que fuera que tuvieran esos dos entre manos parecía interesante, y si, además, obtenía algo a cambio no me importaba ayudarles. Pero no perdonaría a esa bola peluda por llamarme chica gato. ¡Soy un puma, maldita sea! Quise gritarle, pero mejor dejaba claro primero que tenía que hacer y cuanto iba a ganar.

-¿Cuánto estas dispuesto a pagarme?- Pregunte levantándome,  y sacudiéndome el polvo de la ropa, antes de mirar a los ojos a el humano que iba con el mapache. -Aunque el dinero no me importa realmente. ¿Qué buscáis?-

Realmente con mil berries me sobraría, ya que no era avariciosa. Lo suficiente para comprar lo básico y ya.

-Por cierto, mi nombre es Akane, no chica gato.- Dijo en un tono más elevado, para que el mapache la oyera. -Encantada.- Dijo con una sonrisa en su rostro.

Rocket se rió de la chica, se notó que no le agradó como la llamó. Pero es que la haya llamado chica gato me llamó mucho la atención. Ella me preguntó con que le pagaría, me lo pensé un momento antes de responderle.

-En el barco tenemos joyas como collares, aretes, pulseras y demás. Te dejaré elegir lo que desees ¿te parece bien?- le ofrecí

Una vez me contesta empezamos a caminar. Se presenta como Akane, mientras le recrimina a Rocket el cómo le llamó. Él solo se desentiende y camina frente a nosotros mientras nos mete prisa. Mientras caminamos continuamos la charla.

-Primero déjame que nos presente, yo soy Astarod, y el mapache se llama Rocket- nos presenté mientras le extiendo la mano, sin dejar de caminar -nuestro objetivo es recuperar un pequeño cofre que contiene algo que es sumamente importante para mi capitán, para él eso es más valioso que todos los tesoros del barco... además destruiremos toda la banda de bandidos de la montaña que osaron robar el tesoro del capitán...¿estás dispuesta?- esperé a que respondiera y luego quise resolver esa duda que me surgió con lo dicho por Rocket -disculpa mi indiscreción, pero ¿porque mi compañero te a llamado mujer gato?, debo admitir que me ha intrigado mucho desde que lo mencionó- esperé que me contestara.

Finalmente llevamos todo el día caminando y ni rastro de los bandidos. Armamos el campamento al lado del rio, cazamos un par de animales y nos dispusimos a descansar después de comer. Yo tomé la primera guardia, continuaríamos a primera hora al día siguiente.

La chica pareció no hacerle gracia el llamarla chica gato. ¿Que quería? Olía a felino y ya está. Fin de la historia. Rocket resopló y siguió caminando, mientras Astarod le proponía a la muchacha unirse a su pequeña cruzada. Rocket pudo oír como Astarod porque Rocket la llamó chica gato. Rocket contestó antes de que Akane pudiese hacerlo, sin dejar de caminar.

- Huele a felino. No hay mucho misterio.

Los tres pararon junto a la orilla de un pequeño río, montando un pequeño acampamento. Rocket no lo necesitaba, podía dormir al raso perfectamente. Pero daba igual. Mientras ellos cazaron a su manera, Rocket se quitó el mono naranja y se tiró al río. No era muy profundo, pero Rocket podía nadar por el sin problema. Esperaba paciente sobre el agua a que pasara algún pez para poder pescarlo y alimentarse. Era su alimento favorito y no podía dejar pasar la oportunidad. Al final, salió del río con dos pescados del tamaño de palmo y medio humanos. Suficiente para alimentarse un rato. Después de cocinar lo cazado y comer, Astarod insistió en hacer la primera guardia.

"¿Tiene en su grupo a un animal que puede ver en la oscuridad y lo deniega? De acueeerdo..."

Rocket se acurrucó en el suelo y empezó a dormir.

Suspiré por la pregunta. Estaba claro que si iba a colaborar con ellos debía explicar  aquello, aunque la idea no me agradaba. No me gustaba hablar de mis "habilidades" felinas ya que eran un mal recuerdo de un pasado que parecía seguirme a todos lados. -Si huelo a felino es por que soy un felino, pero no un gato sino un puma.- Dije antes de seguir avanzando hasta el lugar en el que descansaríamos.

Nos asentamos cerca de la orilla del río. Habíamos usado este como guía, caminando a su verá, a contracorriente para buscar la base de las personas que estos inusuales personajes estaban buscando.

Al detenernos cada uno busco su propio alimento para la noche. yo me conforme con cazar a un jabato que se había separado de su madre, el cual no me importó compartir con el hombre que me había ofrecido el trabajo.

A la hora de montar guardia el primero fue Astarod, aunque no me hubiera molestado haber sido yo la primera, ya que siendo un puma mi visión en la oscuridad era buena y tampoco tenía mucho sueño. Motivo por el que me pedí la segunda guardia antes de que finalizase la suya.

Finalmente Akane apareció para tomar el segundo turno. Me pareció adecuado, después de todo, mi visibilidad era peor a cada momento por la obscuridad. Antes de recostarme me acerque a Akane para susurrarle al oído.

-Estate atenta, parece que nos han estado siguiendo desde hace un buen tiempo, si te percatas que se acercan demasiado, despiértanos, yo hare de señuelo, mientras tú y Rocket los cazan en la obscuridad, con sus habilidades y como estarán descansados no creo que les sea problema. Vendrán por mí, porque me verán como la mayor amenaza y la obscuridad les facilitará el acabar con migo. Creerán que ustedes son más desvalidos por ser una mujer y un animal. Aprovecharan la obscuridad para atacarme... confiaré mi vida a ustedes dos... no me defrauden... por favor- le dije en un tono calmado y rostro inexpresivo, y sin esperar respuesta me dispuse a descansar.

Al poco tiempo fui despertado y alertado por Akane. Me levante rápidamente, le dije que le contara el plan a Rocket, tomé mis katanas y me sumergí en la selva, siguiendo a un bandido que se había acercado hasta mi campo de visión. Confiaría en mis compañeros, ellos sabrán moverse mejor en la noche por estos lugares.

Como pensé un gran grupo de bandidos me rodearon al poco tiempo de sumergirme el obscuro bosque. Empecé a cortarlos con mis katanas, pero yo también era herido, nada fatal, pero herido al fin y al cabo. Al poco tiempo escuche como comenzaban los gritos en la obscuridad, y sonreí complacido y agradecido porque me escucharan. Gracias a la obscuridad nadie vio mi sonrisa… espero. Ya después les pediría disculpas a Akane y a Rocket por planear y actuar sin consultarlo con ellos primero, pero ahora imperaba acabar con estos molestos bandidos.

La noche se alteró de golpe cuando un grupo de bandidos atacó el campamento. Rocket se armó con sus pistolas y empezó a correr fuera del lugar donde durmieron. Rocket siguió a uno de ellos, corriendo a cuatro patas, mientras este huía después de haber visto que se despertaban.

Al final, lo alcanzó. Pues él veía poco y el mapache tenía ventaja en el campo. Se agarró a su pierna y escaló su cuerpo, hasta llegar a su cabeza y disparó a su sien, acabando con su vida. Tras aquello, otros tres bandidos aparecieron de entre los árboles.

El mapache corrió, evitando cuando los tres bandidos saltaron contra el. Tras varias maniobras, disparando a sus piernas y brazos, acabó con la vida de dos de ellos y dejó a un tercero malherido, con un tiro en la pierna. Entonces, guardó sus armas y agarró al bandido herido por la pierna, arrastrándolo hasta el campamento con el propósito de interrogarlo.

- ¡Suéltame!

- Cállate.