Steve
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
VS
Escenario:
La única montaña en cuya base no se asientan los habitantes es la que está al norte de la isla ya que en la isla existe un leyenda que dice que todo aquél que se acerque a la montaña del norte estará condenado a pasar el resto de su vida aislado en la montaña por invadir el territorio del dios de la montaña que los protege de las tormentas.
Condiciones:
- Sin saltos
- Probabilidad de muerte siempre hay, pero no será a muerte (si lo prefieres así xD)
- Heridas on-rol
- Isla neutral para ambos (o incluso favorable para él, si es que hay alguna que le favorezca más a él que a mí)
- Tiene el primer movimiento él
- En caso de caerme mal, podría plantearme el entregarlo, pero para eso realizaríamos un rol aparte (si se diera el caso)
¿Quién empieza? Jack Silvers
Escenario:
La única montaña en cuya base no se asientan los habitantes es la que está al norte de la isla ya que en la isla existe un leyenda que dice que todo aquél que se acerque a la montaña del norte estará condenado a pasar el resto de su vida aislado en la montaña por invadir el territorio del dios de la montaña que los protege de las tormentas.
Condiciones:
- Sin saltos
- Probabilidad de muerte siempre hay, pero no será a muerte (si lo prefieres así xD)
- Heridas on-rol
- Isla neutral para ambos (o incluso favorable para él, si es que hay alguna que le favorezca más a él que a mí)
- Tiene el primer movimiento él
- En caso de caerme mal, podría plantearme el entregarlo, pero para eso realizaríamos un rol aparte (si se diera el caso)
¿Quién empieza? Jack Silvers
Nassor
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Era una noche agradable, con una temperatura suave y apenas viento. Luna nueva además, con lo que la oscuridad era tan profunda que el revolucionario apenas alcanzaba a verse las manos si las ponía a más de medio metro de su cara. Jack se estiró, con un gruñido, disfrutando de una sensación de tranquilidad y seguridad como no había tenido en semanas. Había realizado muchas operaciones en zonas urbanas, con lo que se veía siempre en ambientes de población densa y donde incluso en la noche había luz por culpa de la iluminación artificial. El asesino prefería la sencillez del campo y la oscuridad de sus noches. Le gustaba aquella sensación, pues aunque él tampoco pudiera ver, si había alguien siguiéndole tampoco lo haría. Y confiaba en su agudo oído y su mantra para mantenerle a salvo. El mantra era otra razón para estar más tranquilo en zonas poco pobladas. Sentir tal número de presencias como en una ciudad todo el rato podía llegar a ser estresante para una persona como él, excesivamente cauto e incluso un tanto paranoico. Más aun sabiendo el precio que había por su cabeza.
Se había acomodado entre varias ramas que quedaban juntas formando una especie de hamaca natural, aprovechando para relajarse un poco e incluso quitarse la máscara. Llevarla puesta todo el día podía llegar a ser molesto. Estaba acostumbrado a ella, pero a veces le hacía sudar, y sentir la brisa en la cara de vez en cuando se agradecía. Tumbado en su "refugio" improvisado, se planteó el quitarse el arnés en el que colgaba todas sus armas y herramientas para estar más cómodo, pero pronto descartó la idea. ¿Y si aparecía un enemigo? Vale que relajarse de vez en cuando venía bien, y que su mantra le mantendría prevenido ante posibles ataques sorpresa, pero eso no implicaba que debiera bajar la guardia. Seguía siendo un criminal buscado que tenía al CP siguiendo sus pasos. Desde su asalto a la prisión en el North Blue, la que había hecho volar por los aires haciendo explotar el polvorín, tenía siempre a uno o dos agentes siguiéndole la pista.
De repente escuchó algo en el bosque. ¿Algo acercándose? Eso era raro, porque no captaba nada con su mantra. Tan sólo algún animal, y ninguno se estaba moviendo por esa zona. Puede que no fuera nada, y la razón le decía que si su mantra no captaba presencias era que no había nadie. Por otro lado... "¿Y si es alguna clase de aparato mecánico? Un robot, o algo así. O alguna otra clase de amenaza. Hay asesinos capaces de ocultarse ante el mantra." Era una habilidad muy rara y temible, y lo difícil que era encontrar a una persona que la dominara la hacía más letal porque nadie se lo solía esperar. Tratando de no hacer ruido, tanteó su arnés con la mano hasta encontrar las gafas de visión nocturna. Se las puso y se agazapó entre las ramas lo más sigilosamente que pudo. Acto seguido sacó un cuchillo mientras buscaba el origen del ruido, en tensión.
Se había acomodado entre varias ramas que quedaban juntas formando una especie de hamaca natural, aprovechando para relajarse un poco e incluso quitarse la máscara. Llevarla puesta todo el día podía llegar a ser molesto. Estaba acostumbrado a ella, pero a veces le hacía sudar, y sentir la brisa en la cara de vez en cuando se agradecía. Tumbado en su "refugio" improvisado, se planteó el quitarse el arnés en el que colgaba todas sus armas y herramientas para estar más cómodo, pero pronto descartó la idea. ¿Y si aparecía un enemigo? Vale que relajarse de vez en cuando venía bien, y que su mantra le mantendría prevenido ante posibles ataques sorpresa, pero eso no implicaba que debiera bajar la guardia. Seguía siendo un criminal buscado que tenía al CP siguiendo sus pasos. Desde su asalto a la prisión en el North Blue, la que había hecho volar por los aires haciendo explotar el polvorín, tenía siempre a uno o dos agentes siguiéndole la pista.
De repente escuchó algo en el bosque. ¿Algo acercándose? Eso era raro, porque no captaba nada con su mantra. Tan sólo algún animal, y ninguno se estaba moviendo por esa zona. Puede que no fuera nada, y la razón le decía que si su mantra no captaba presencias era que no había nadie. Por otro lado... "¿Y si es alguna clase de aparato mecánico? Un robot, o algo así. O alguna otra clase de amenaza. Hay asesinos capaces de ocultarse ante el mantra." Era una habilidad muy rara y temible, y lo difícil que era encontrar a una persona que la dominara la hacía más letal porque nadie se lo solía esperar. Tratando de no hacer ruido, tanteó su arnés con la mano hasta encontrar las gafas de visión nocturna. Se las puso y se agazapó entre las ramas lo más sigilosamente que pudo. Acto seguido sacó un cuchillo mientras buscaba el origen del ruido, en tensión.
Byakuro Kyoya
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Byakuro iba caminando tranquilamente en medio de la noche. Apenas veía nada con aquella oscuridad tan profunda, por lo que había sacado su pequeña brújula onírica del bolsillo y se había puesto a caminar con parsimonia, mirando bien donde pisar para no matarse. En su paso, iba haciendo chasquear pequeñas ramitas y crujir hojas caídas, siendo este el único sonido además de su respiración y los latidos de su corazón.
La zona montañosa del norte se alzaba frente a él. Bueno, o eso suponía, porque con aquella maldita oscuridad no veía tres en un burro. El cazador quería ver qué había en aquel lugar para que fuera tan temido por los pueblerinos del lugar. "El dios de la montaña... me pregunto si ese tipo será alguien majo. Aunque teniendo en cuenta que los que van a por él desaparecen, no sé que esperarme... posiblemente los mate o se los coma... o algo peor." pensaba el peliblanco mientras pasaba sobre un tronco caído. Frente a él, un pequeño claro permitía ver el cielo estrellado sobre su cabeza. Ahora sí que podía ver la enorme silueta negra de la montaña frente a él. Carraspeó un par de veces para aclararse la garganta, y entonces gritó con gran potencia:
- ¡Oye, tú! ¡Vengo a por ti, debes pagar por tus crímenes! ¡Aparece de una vez! ¡Sé que estás ahí! -su voz resonó en el lugar, y un grupo de pájaros alzó el vuelo en un lugar cercano, asustados por el ruido. Esperaba que aquello sirviese para que el mítico dios de la montaña apareciese frente a él. Tenía curiosidad por ver cómo era aquel ser, y por evitar que siguiera comiéndose a más aldeanos.
La zona montañosa del norte se alzaba frente a él. Bueno, o eso suponía, porque con aquella maldita oscuridad no veía tres en un burro. El cazador quería ver qué había en aquel lugar para que fuera tan temido por los pueblerinos del lugar. "El dios de la montaña... me pregunto si ese tipo será alguien majo. Aunque teniendo en cuenta que los que van a por él desaparecen, no sé que esperarme... posiblemente los mate o se los coma... o algo peor." pensaba el peliblanco mientras pasaba sobre un tronco caído. Frente a él, un pequeño claro permitía ver el cielo estrellado sobre su cabeza. Ahora sí que podía ver la enorme silueta negra de la montaña frente a él. Carraspeó un par de veces para aclararse la garganta, y entonces gritó con gran potencia:
- ¡Oye, tú! ¡Vengo a por ti, debes pagar por tus crímenes! ¡Aparece de una vez! ¡Sé que estás ahí! -su voz resonó en el lugar, y un grupo de pájaros alzó el vuelo en un lugar cercano, asustados por el ruido. Esperaba que aquello sirviese para que el mítico dios de la montaña apareciese frente a él. Tenía curiosidad por ver cómo era aquel ser, y por evitar que siguiera comiéndose a más aldeanos.
Nassor
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Pronto captó una figura acercándose por el suelo. Un hombre alto y delgado, de pelo de un color claro. Con la luz verdosa de su visión nocturna no podía distinguirlo bien. En todo caso, definitivamente no estaba a salvo. Moviéndose lo mínimo posible para evitar mover las ramas y hacer ruido, apoyó el cuchillo y alargó la mano hacia su máscara. Quería evitar que hubiese más gente que conociera su rostro. Tras ponerse la máscara, se volvió a ajustar el visor por encima de esta. Era ligeramente incómodo, pero práctico. "Necesito uno nuevo, ajustable a la máscara." El que tenía no resultaba aparotoso al ponérselo por encima de esta, pero se la apretaba y resultaba molesto. Recogió de nuevo su cuchillo y sacó un segundo, y esperó en silencio mientras observaba al desconocido. No parecía muy mayor, aunque tampoco era un chiquillo.
Comenzó a canalizar energía hacia sus hojas y las imbuyó en haki preventivamente. No tenía pensado atacarle a menos que resultase ser hostil hacia él, o hasta que supiera qué venía a hacer allí. Si estaba en aquella montaña era porque las supersticiones locales hacían que ninguno de los lugareños frecuentase el lugar, menos en una noche sin luna y en una zona tan alejada. Ergo, si alguien estaba allí bajo aquellas condiciones, algo buscaba y no podía ser bueno. Él mismo había elegido la zona para ocultarse de la ley, y porque si se encontraba con otras personas podía atacarlas en caso de sentirse amenazado sin miedo a que resultase ser un civil. Aun así, y a pesar de que era un asesino, no iba a atacar aun. Desconocía si realmente estaba allí para buscarle a él, o su fuerza. No poseía aura, lo que lo identificaba como un usuario de haki increíblemente talentoso. Ergo, posiblemente lo estaba detectando ya. De repente los dos cuchillos se soltaron de sus manos y comenzaron a levitar, alejándose del revolucionario. Aquello era sólo el comienzo de su estrategia.
- ¡Oye, tú! ¡Vengo a por ti, debes pagar por tus crímenes! ¡Aparece de una vez! ¡Sé que estás ahí!
¡Mierda! Definitivamente iba a por él. No le iba a quedar más remedio que luchar. Sin mediar palabra y procurando mantener el máximo sigilo posible, desenfundó el machete y situó sus cuchillos. Uno a unos cinco metros de altura, a la espalda del hombre y el otro a su derecha, a la altura de su cabeza más o menos. El primero estaba casi encima suya y el segundo a unos cuatro metros. Hizo que el de su espalda apuntase a su cabeza y el otro a su cuello. "Si me ha detectado, esto será incluso más efectivo. No se esperará un ataque desde dos puntos diferentes, y no viniendo ninguno de ellos desde mi posición." Se concentró unos instantes, y entonces las armas salieron disparadas con puntería mortal hacia su objetivo. "Ha no Arashi" pensó.
Comenzó a canalizar energía hacia sus hojas y las imbuyó en haki preventivamente. No tenía pensado atacarle a menos que resultase ser hostil hacia él, o hasta que supiera qué venía a hacer allí. Si estaba en aquella montaña era porque las supersticiones locales hacían que ninguno de los lugareños frecuentase el lugar, menos en una noche sin luna y en una zona tan alejada. Ergo, si alguien estaba allí bajo aquellas condiciones, algo buscaba y no podía ser bueno. Él mismo había elegido la zona para ocultarse de la ley, y porque si se encontraba con otras personas podía atacarlas en caso de sentirse amenazado sin miedo a que resultase ser un civil. Aun así, y a pesar de que era un asesino, no iba a atacar aun. Desconocía si realmente estaba allí para buscarle a él, o su fuerza. No poseía aura, lo que lo identificaba como un usuario de haki increíblemente talentoso. Ergo, posiblemente lo estaba detectando ya. De repente los dos cuchillos se soltaron de sus manos y comenzaron a levitar, alejándose del revolucionario. Aquello era sólo el comienzo de su estrategia.
- ¡Oye, tú! ¡Vengo a por ti, debes pagar por tus crímenes! ¡Aparece de una vez! ¡Sé que estás ahí!
¡Mierda! Definitivamente iba a por él. No le iba a quedar más remedio que luchar. Sin mediar palabra y procurando mantener el máximo sigilo posible, desenfundó el machete y situó sus cuchillos. Uno a unos cinco metros de altura, a la espalda del hombre y el otro a su derecha, a la altura de su cabeza más o menos. El primero estaba casi encima suya y el segundo a unos cuatro metros. Hizo que el de su espalda apuntase a su cabeza y el otro a su cuello. "Si me ha detectado, esto será incluso más efectivo. No se esperará un ataque desde dos puntos diferentes, y no viniendo ninguno de ellos desde mi posición." Se concentró unos instantes, y entonces las armas salieron disparadas con puntería mortal hacia su objetivo. "Ha no Arashi" pensó.
Byakuro Kyoya
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Byakuro simplemente esperaba la aparición de un enorme ser de pesadilla frente a él. Lo que no esperaba eran dos amenazas inminentes en su radio de mantra.
- ¡Hostia! -gruñó, mientras dos cuchillos se lanzaban hacia él. Mientras su cuerpo se giraba por instinto para ver la amenaza en su espalda y sobre él, el cazador dio una fuerte palmada. La daga que se dirigía a su cuello simplemente se detuvo en el aire a unos centímetros de él-. Shirohakushu. -la otra daga le cayó sobre el hombro izquierdo, por la parte delantera del cuerpo, debido al movimiento que había hecho al girarse con el cuerpo. El arma cayó y le rasgó parte de la ropa que llevaba, haciéndole también un feo corte sangrante por todo el pecho. La sangre empezó a deslizarse por las marcas de cadena que cubrían el cuerpo del cazador, y la daga acabó su movimiento en el suelo.
El chico albino se colocó de nuevo en posición, con su mantra tratando de localizar la posible presencia de alguien en su radio de acción. Había alguien allí, en uno de los árboles cercanos. ¿Sería el atacante? ¿Un servidor del dios de la montaña? ¿O tal vez un bandido de la zona? El cazador frunció el ceño, algo molesto por el ataque, que le había dolido bastante. Las cicatrices de su cuerpo empezaron a moverse, tapando parcialmente el corte, y la sangre dejó de manar en tanta cantidad.
- Bueno... -el chico se agachó ligeramente, encorvando la espalda, e hizo brotar unas cadenas energéticas en sus manos, moviéndolas en molinete a su alrededor para que ganasen inercia. Tras un par de segundos así, las lanzó hacia el árbol, clavándolas en el tronco, y las recogió con un rápido movimiento, acercándose a toda velocidad al tronco. Su cuerpo empezó a cubrirse con una capa de tinta, formando una especie de armadura sólida y resistente. Para cuando había llegado al tronco, la mitad superior de su cuerpo ya estaba cubierta con la extraña cobertura negra. Un par de guadañas imbuidas en llamas rojas aparecieron sobre sus hombros, cortando el árbol de abajo arriba con la facilidad con la que un cuchillo parte mantequilla caliente. Sin embargo, el corte envió una onda cortante en esa dirección, partiendo no solo la base del árbol, sino todo el tronco en sí. El cazador observó el aura del extraño, para ver qué iba a hacer a continuación. Su armadura de tinta ya lo cubría por completo, dándole un aspecto siniestro.
- ¡Hostia! -gruñó, mientras dos cuchillos se lanzaban hacia él. Mientras su cuerpo se giraba por instinto para ver la amenaza en su espalda y sobre él, el cazador dio una fuerte palmada. La daga que se dirigía a su cuello simplemente se detuvo en el aire a unos centímetros de él-. Shirohakushu. -la otra daga le cayó sobre el hombro izquierdo, por la parte delantera del cuerpo, debido al movimiento que había hecho al girarse con el cuerpo. El arma cayó y le rasgó parte de la ropa que llevaba, haciéndole también un feo corte sangrante por todo el pecho. La sangre empezó a deslizarse por las marcas de cadena que cubrían el cuerpo del cazador, y la daga acabó su movimiento en el suelo.
El chico albino se colocó de nuevo en posición, con su mantra tratando de localizar la posible presencia de alguien en su radio de acción. Había alguien allí, en uno de los árboles cercanos. ¿Sería el atacante? ¿Un servidor del dios de la montaña? ¿O tal vez un bandido de la zona? El cazador frunció el ceño, algo molesto por el ataque, que le había dolido bastante. Las cicatrices de su cuerpo empezaron a moverse, tapando parcialmente el corte, y la sangre dejó de manar en tanta cantidad.
- Bueno... -el chico se agachó ligeramente, encorvando la espalda, e hizo brotar unas cadenas energéticas en sus manos, moviéndolas en molinete a su alrededor para que ganasen inercia. Tras un par de segundos así, las lanzó hacia el árbol, clavándolas en el tronco, y las recogió con un rápido movimiento, acercándose a toda velocidad al tronco. Su cuerpo empezó a cubrirse con una capa de tinta, formando una especie de armadura sólida y resistente. Para cuando había llegado al tronco, la mitad superior de su cuerpo ya estaba cubierta con la extraña cobertura negra. Un par de guadañas imbuidas en llamas rojas aparecieron sobre sus hombros, cortando el árbol de abajo arriba con la facilidad con la que un cuchillo parte mantequilla caliente. Sin embargo, el corte envió una onda cortante en esa dirección, partiendo no solo la base del árbol, sino todo el tronco en sí. El cazador observó el aura del extraño, para ver qué iba a hacer a continuación. Su armadura de tinta ya lo cubría por completo, dándole un aspecto siniestro.
- Aspecto de Byakuro:
- Técnicas usadas en orden:
- Shirohakushu
Micaiah
Cadenas energéticas
Ink armor
Black Scythe
Flamas de Justo Castigo
(Los cortes van con haki armadura lvl 2)
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.