Heavy Rain [Shiro - Valia]

Era una tarde lluviosa de otoño en el Reino de Lvneel, de fuertes vientos y frío ambiente, donde las calles usualmente vivas y llenas de gente ahora se encontraban vacías. Las casas y edificios estaban cerradas a cal y canto, posiblemente para evitar la entrada de la precipitación a estos, dándole un aspecto lúgubre y fantasmal al Reino, casi como una ciudad fantasma. Una figura es entonces vista a través de la niebla que causaba la caída del agua a grandes velocidades, apenas una silueta casi indistinguible que a medida que caminaba se iba definiendo más. Finalmente, en un momento en que el nivel de lluvia desciende y la niebla se desvanece por unos segundos, la figura es totalmente visible, aunque su vestimenta igual ocultase casi todo su cuerpo.

Se trataba de Shiro Akamine, revolucionario raso, usuario de la Juryo Juryo no Mi y segundo miembro más reciente de "La Venganza de la Quimera", División Revolucionaria en la que quedaba en el rango de "Demonio Marrón". Su figura estaba completamente cubierta de ropa, desde su larguísima gabardina negra con el zipper hasta arriba y que le llegaba hasta los tobillos, pasando por su pantalón a juego y hasta sus botas y guantes de cuero negro. Encima, la capucha de su gabardina le cubría toda la cabeza, y con la oscuridad que hacía con tanta nube, su cara era apenas visible bajo esta. Con un aspecto que podía parecer desde impaciente hasta ligeramente irritado, su boca se tuerce en una mueca de desagrado mientras se mueve por el reino, avanzando por las calles mientras movía la cabeza a diestra y siniestra, como si buscase a alguien.

"Ugh, genial. Me mandan a este sitio con el diluvio que está cayendo, sabiendo que mi brazo cyborg puede oxidarse si me descuido, y todavía la otra que se supone que debo ayudar no aparece. He oído que es la miembro más reciente de Venganza de la Quimera, pero quién sabe, los superiores son capaces de inventarse lo que sea con tal de que uno les haga las misiones. Bueno, que remedio, ahora a buscar a la tía nueva donde sea que esté, y luego comienza lo bueno"

Y es que ambos revolucionarios habían sido mandados por separado a una misión anti-gubernamental, con el propósito de desestabilizar a la Marina aún más y mejorar las oportunidades de un ataque a mayor escala posteriormente. Esto no le hacía mucha gracia al joven, con las implicaciones del clima actual y su brazo derecho presentes, pero que iba a hacer, tenía que acatar órdenes. Cansado de caminar buscando a la desconocida, Shiro simplemente escala un edificio a una velocidad decente, usando la gran fuerza que sus dedos entrenados y su brazo mecánico le proporcionaban así como el descenso de peso que su fruta le permitía obtener, llegando a la azotea en pocos segundos.

Desde allí, planeaba vigilar cualquier movimiento bajo la lluvia que pudiese significar la presencia de la revolucionaria. En caso de encontrarse con la compañera y dudar de su autenticidad, debía preguntarle su color favorito, y ella debía responder con el color de su rango, que hasta donde él alcanzaba a entender era Celeste. Si ella hacía lo mismo, él debía responder Marrón. Un código muy simple pero efectivo que les ayudaría a permanecer fuera de problemas si una complicación fuese a suceder.

Mi primera misión para la división consistía en llegar hasta un puesto del gobierno en el reino de Lvneel, la guerra lo había dejado maltrecho y aunque casi toda la isla pertenecía al imperio de Derian Markov, aún había una pequeña resistencia marine en la zona más este de la misma. Nuestra misión era básicamente conseguir los fondos restantes que tenían allí antes de que los trasladaran y abandonaran la isla. Estos fondos eran de importancia vital para la zona pues serían destinados a la reconstrucción del cuartel de la marina allí en el norte.

El barco me dejó a unos cuantos kilómetros de la isla, el trecho hasta ella lo hice buceando, esto disminuía los riesgos de que me pillaran durante el trayecto. Cuando llegué me dirigí hacia el punto de reunión, en un pueblo abandonado tras los combates. El pueblo estaba muy cerca de la zona de dominio marine, por lo que de vez en cuando una patrulla pasaba por él para comprobar que las tropas del imperio no se asentaran tan cerca de ellos. Por suerte para nosotros, bastantes saqueadores o “recuperadores” se arremolinaban en las cercanías, buscando cosas de valor abandonadas.

Cuando entré al pueblo mi aspecto hacía que todos se giraran a mirarme, una Gyojin de mi estatura, caminando bajo aquella lluvia y con un descomunal tridente en la espalda es algo que casi nadie ignora. Cuando llegué al centro de la ciudad me senté en la fuente medio derruida de la misma, a la espera de que el demonio marrón hiciera acto de presencia, si tardaba demasiado iniciaría la misión por mí misma.

Girando su encapuchada cabeza a diestra y siniestra en búsqueda de indicios de la presencia del Demonio Celeste, Shiro finalmente divisa a alguien demasiado llamativo para ser simplemente otro ciudadano más: Una gyojin de una estatura bastante sorprendente en una mujer, portando una especie de arma de asta que bien podía ser de su tamaño o incluso más. Debido a la distancia entre ambos, no podía ver mucho más de su apariencia, pero esto le bastó para saber que ella era la otra revolucionaria envíada a la misión. De un salto, Shiro se deja caer de la azotea tras memorizar su posición (en la fuente del centro de la ciudad), aterrizando con una voltereta para amortiguar la caída. Tras esto, comenzó una caminata a un paso tranquilo, ya que dicha fuente no quedaba nada lejos de su posición.

Atravesando la niebla ligera que se había formado por la fuerte lluvia, el joven revolucionario se abre paso hasta la posible compañera de división, llegando al centro de la ciudad en pocos minutos. Moviéndose hacia la fuente, Shiro alza un poco la cabeza para dirigirse a la gyojin, hablándole una vez está lo suficientemente cerca en un tono bajo pero directo. "Color?" Si la respuesta era Celeste, Shiro podría introducirse sin problemas a la compañera de misión y comenzar el ataque a la reducida base Marine. Deseoso de poner a prueba su poder de fruta del diablo recientemente adquirido y probar sus límites y fortalezas, el rubio espera pacientemente por su respuesta.

Mientras estaba en la esperando bajo la lluvia, no sabía por qué los humanos le tenían tanta manía a ésta, un joven encapuchado, del que veía mechones rubios se acercó hasta mí susurrándome ¿Color? Esa era la pregunta acordada para reconocer a mi compañero de misión, siempre y cuando después de decirle mi color me dijera el suyo correctamente.

-Celeste.- Le contesté susurrando, no había mucha gente cerca, pero con estas cosas había que tomar precauciones.

Mientras esperaba a que me respondiera con su color miraba alrededor, buscando pistas que me dijeran si había algún enemigo, o informador. Luego escucharía la información que marrón tenia para mí y tras eso esperaba que partiéramos hacia el lugar de la misma sin más retrasos. Seguiría al joven hasta el lugar, o lo buscaría ella misma si este tenía otra misión y sólo estaba para pasarle información.

Al escuchar el color que precisamente esperaba oír, Shiro retira la capucha de su cabeza, sintiendo su cabello ser empapado por la fuerte lluvia y dejar su forma espinosa para tomar una más caída, un mechón tapando su ojo derecho antes de que el joven pasara su mano desde su frente hacia su nuca, logrando que su pelo esta vez se mantenga en un peinado liso hacia atras, con toda su cara al descubierto. Hablando en un tono bajo pero animado, se dirige una vez más a la gyojin.

"Respuesta Correcta!" -Dice, tras lo cual sonríe de oreja a oreja antes de proseguir. -"Soy el Demonio Marrón, Shiro Akamine. Si te preocupa que puedan haber espías por los alrededores, tranquila, he vigilado todo el perímetro desde una azotea y no parece haber mucho movimiento, aunque eso si, de tanto en tanto hay Marines rasos pasando por aquí. Bueno, al grano. Me han enviado a una misión que, si mal no recuerdo, iba sobre terminar con los últimos atisbos de un puesto del gobierno cercano en el cual se encuentran suficientes fondos para construir una nueva base en algún otro punto, y me ha tocado ir contigo. Eso es todo lo que conozco de la misión, así que si no hay más preguntas, podemos dirigirnos allí y patear algunos traseros Marines."

Tras esta corta explicación (que igual ya se sabía) de la misión, simplemente espera a, o bien oír alguna pregunta, opinión, etc de la gyojin, o bien dirigirse junto a ella al sitio de la misión, si no quedaba nada más por explicar. Su compañera le daba la impresión de ser del tipo callada, seria y profesional, pero tal vez esto solo fuese impresión suya.

-Sí, esa es la misión, y ahora si ya que has estado explorando cuéntame un poco como es la zona, y como son las patrullas que dices que pasan por aquí. Por cierto debemos hacer esta misión intentando no descubrirnos, debe ser alguna especie de prueba o algo.

Una vez dicho esto comencé a andar esperando que me siguiera mi compañero mientras me contaba lo que supiera de lo que le había pedido. No estaba segura si él también había recibido órdenes de hacer que todo pareciera obra interna o de los leales al imperio, pero ella sí por lo que así es como plantearía su plan de acción, que ahora mismo incluía una posible emboscada a la patrulla si no era demasiado numerosa.

El pueblo ofrecía numerosas oportunidades para la emboscada como me había parecido ver cuando lo atravesaba, las casas en ruinas muy juntas vendrían muy bien si los marines se separaban para investigarlas, si iban en masa sería más complicado, aunque los derrumbes podían desempeñar un buen papel en ese caso. Si ni siquiera entraban en las mismas es que eran unos negligentes o muy novatos, lo que sería una gran ventaja a la hora de engañarlos.

Shiro escuchó la pregunta que la gyojin le hacía mientras la seguía, pensando en la respuesta. Finalmente, habla con un tono de desgano algo notable, como si no le interesara el tema en particular de las patrullas. "Meh. Las patrullas que he visto pasar apenas se merecen esa calificación. Serán dos o tres rasos Marines moviendo rifles y sables a diestra y siniestra. Te digo que si saben agarrar la espada por el mango, son de los más diestros. Igual yo no he visto todas las patrullas de por aquí, pero las que he visto han sido así. Los Marines están pasando por un mal momento, y la verdad no me sorprende que las tropas estén tan divididas." Puede que exagerara un poco con lo de la espada, pero no era para mucho menos; se notaba la falta de experiencia de los soldados que participaban en las patrullas, aunque esto no les hacía menos peligrosos: Los rifles son igual de poderosos en manos de un raso que en las de un general, es solo la puntería la que les falla un poco, y encima ellos podrían pedir refuerzos o fotografiarlos para luego asignarles una recompensa.

Y hablando de recompensas, parece que este día la gyojin no quería buscarse una, decantándose por el sigilo y la infiltración. No era exactamente el fuerte de Shiro, pero podría cubrirle las espaldas en caso de que algo saliese mal. -"Sigilo, eh? Nunca se me ha dado particularmente bien, siendo solamente un luchador a puño y un científico de tres al cuarto, pero puedo intentar caminar de puntillas al menos" -Dijo, soltando una risilla infantil al imaginarse literalmente caminando sobre la punta de sus pies. Mientras avanzaban, Shiro iba apreciando las áreas más destruídas del Reino, zonas en escombros y llenas de polvo húmedo que debido a la lluvia se había pegado a las paredes destruídas y las calles. Sin embargo, su momento de apreciación no duró mucho, escuchando voces de varias personas así como pasos apresurados que se acercaban cada vez más.

El joven le hizo una seña a la gyojin para que lo siguiera, escondiéndose tras los restos de un edificio (básicamente, eran tres paredes bastante altas y con partes de pisos superiores en ellas, el resto yaciendo colapsado en el suelo) Tras esta pared, podían emboscar fácilmente a los Marines e incluso robarse su uniforme para entrar a la base desapercibidos, aunque dudaba que las ropas le quedaran a la enorme mujer, a menos que uno de los soldados fuese tan alto como ella. Los pasos se acercaban, marcando el inicio de la emboscada. Finalmente, Shiro levanta sus dedos índice y medio y luego los mueve rápidamente hacia delante en una señal para que la gyojin se lance a la carga junto con él, tras lo cual sale disparado hacia los enemigos con su capucha puesta y sus dedos en la posición Ryusoken.

Agarrando la cabeza de uno de los dos rasos con su mano derecha en esta pose, Shiro aumenta el peso de su brazo cyborg derecho (y por ende, su mano) de 30 kg a 180 kg, técnicamente el peso de tres personas concentradas en un solo brazo, mientras lo deja caer contra el suelo Y le aprieta el cráneo con toda la presión de la que es capaz de ejercer con sus dedos de acero, creando un cráter de decente tamaño en el piso y dejando completamente inconsciente al marine, tras lo cual la gyojin debía encargarse del segundo, o bien él mismo lo haría si demoraba demasiado o si existían posibilidades de que el otro marine huyese.

//La mitad de este post es suponiendo que sigas a Shiro y tal XD Si no es así, ya cambiaré los sucesos//

Parecía que el joven no entendía bien lo que significaba sigilo y discreción, habría visto demasiadas obras teatrales hiperexageradas. Me conto lo que sabía de los marines, lo que denotaba que no tenía mucho interés en la observación, seguramente fuera más del tipo matón y lo segundo que los marines estaban usando a los reclutas más nuevos o inútiles para buscar trampas. Lo mejor sería no acercarse a esas patrullas y que siguieran con ellas para no delatar actividad conflictiva.

De repente se empezaron a oír pasos por la calle, por lo que nos escondimos tras una casa derruida que había al borde del camino. Cuando la patrulla, o recuperadores o lo que fuera estaba cerca el marrón me hizo gestos para que atacáramos, ¿Se había vuelto loco? Aunque intenté pararle fue tarde y salió de detrás de la pared a por quien pasara por la calle, fuera quien fuera su acompañante seguro que huía en dirección contraria al demonio marrón, asique salí por el otro lado del edificio, atrapándolo cuando giraba la esquina escapando.

-Tranquilo marine, ¿si me respondes a unas preguntitas podrás volver a tu casa?-Le dije mientras mi tridente estaba cerca de su garganta.- Bien, ¿Cuántos sois en la isla y que experiencia tenéis? ¿Dónde tenéis guardado el dinero y que sistemas de seguridad tiene el campamento?

off-rol:

OOC:

Shiro observó a la mujer gyojin mientras interrogaba a punta de tridente al otro hombre, encogiéndose de hombros como diciendo "Bueno, es algo." Estaba muy acostumbrado a atacar directamente, después de todo de esta manera mermaba las fuerzas enemigas y el oponente despertaba sin recordar a su atacante (debido a toda la ropa que lleva encima, la capucha, etc), por lo que era su estrategia favorita a la hora de realizar misiones. El hombre estaba visiblemente asustado, sudando frío bajo la amenaza de un agujero en su garganta.

"M-Malditos piratas... " No parecía querer hablar, pero viéndose arrinconado, con Shiro a pocos metros detrás suyo y el arma de la revolucionaria apuntándole a un área vital, la lengua se le comenzaba a soltar. "¡De acuerdo, de acuerdo, hablaré! S-somos pocos aquí, muchos de nosotros estamos haciendo patrullas o movilizando fondos... Somos solo soldados rasos, excepto por algunos pocos sargentos y el teniente Russell. Apenas los encuentre, la van a pasar mal, ¡escoria! Tch... el resto de nuestras fuerzas se encuentra reunida al norte de aquí, siguiendo por esta calle, unos metros más adelante; en cinco minutos caminando deberían alcanzarlo, y una vez que lo hagan prepárense para recibir una paliza cortesía del teniente. No tenemos ningún tipo de seguridad más que ese pequeño asentamiento y nuestras propias fuerzas, no podemos permitirnos mejoras en seguridad con tan poco dinero siendo destinado a una nueva base. Y-ya puedo irme?" -Dijo el Marine, pasando por intervalos en los que estaba asustado, y otros en los que se volvía más temerario para con su atacante.

Antes de que algo más sucediese, Shiro se acerca por detrás del Marine silenciosamente y, de repente, descarga un golpe con su brazo cyborg contra la nuca del Marine, logrando desmayarlo gracias a sus conocimientos de puntos sensibles en el cuerpo humano, siendo médico y tal. Esa sería la mejor manera de asegurarse de que no pidiese refuerzos o alertase a los otros en el campamento, y además les daba la posibilidad de que perdiese una parte ínfima de su memoria y se olvidase del rostro de la revolucionaria, que por su expresión no parecía estar muy de acuerdo con sus métodos.

"Lo siento, yo soy bastante apresurado a la hora de actuar y puede que no sea lo más discreto del mundo, por esa parte soy medio bruto. Sin embargo, todo salió bien, nos cargamos a estos tipejos y podemos usar sus uniformes como disfraces. No me hace ninguna gracia vestir los colores de estos idiotas que promueven la esclavitud y defienden el bienestar de los pocos sobre la pobreza de los muchos, pero es una misión y yo me tomo muy en serio mis misiones. Bien, suficiente charla. ¿Prefieres disfrazarte, o esconderte entre las sombras?"

A decir verdad, el Marine que Shiro había derribado era más grande que él mismo, y algo musculoso, por lo que su uniforme era lo suficientemente holgado para servirle a la revolucionaria, mientras que el que ella había interrogado era de una altura semejante a la del joven, si bien sus mangas eran más largas que los brazos de Shiro y le quedarían tan grandes que sus manos no serían visibles bajo la tela. Vaya suerte, se dijo, mientras buscaba un sitio donde pudiese cambiarse tranquilamente.

Después de que el marine pasara por varias fases de miedo y valentía, y tras contarnos todo lo que preguntábamos mi compañero lo atacara desde atrás con un certero golpe en la nunca, posiblemente lo hubiera matado, y aunque no lo hiciera no pasaba nada, tras un golpe así y la presión posiblemente su cerebro olvidara esos minutos. Mi compañero parecía ahora dispuesto a colarnos en la base, aunque pretendía que me pusiera un uniforme de marine. Por el tamaño del tipo era posible que me entrara, las prolongaciones con espinas que tenían lo rasgarían o no cabrían, haciendo que cantara demasiado. Además era imposible que los marines no conocieran a una mujer Gyojin que estuviera en su destacamento.

-No, lo siento, tu puedes pasar desapercibido, pero vamos, quien olvidaría que en su división hay una mujer Gyojin. No, yo aprovecharé cuando estén formando las patrullas para colarme, además si no hay sistemas de seguridad será mucho más fácil, y si tú me cubres desde fuera como marine aún más sencillo. Vamos.

Esperé a que se cambiara, para luego ir bordeando hasta donde se suponía que estaba su campamento con el dinero. La zona era una plaza con lo que debía de haber sido el ayuntamiento o algún templo. Seguramente dentro de este tuvieran un arcón, cofre o lo que fuera con el dinero. Le hice gestos a mi compañero para que el fuera hacia la plaza y yo bordearía la zona para entrar por detrás, arriba o por donde hubiera hueco.

Pensando en las palabras de la gyojin, Shiro se da cuenta de lo tonta que había sido su idea, por supuesto que nadie olvidaría a alguien de una raza diferente a la humana en su destacamento. Shiro se echa al hombro al Marine que acababa de desmayar, reduciendo su peso en un 50% con los poderes que su fruta del diablo le otorgaba para desplazarse en una carrerilla con el cuerpo en hombros, finalmente llegando a un edificio que en su mayoría estaba intacto, pero se veía deshabitado. Derribando la puerta de una patada a lo bestia, Shiro entra a la planta baja del edificio, que como suponía no tenía a nadie dentro, al menos que él pudiese apreciar. Dejando el cuerpo inconsciente del Marine en el suelo, Shiro primero revisa sus pertenencias para ver qué pudiera usar a su favor.

Un rifle semiautomático, de estos que cualquier Marine puede llevar, de pequeños perdigones de hierro como munición... Un cuchillo, al parecer como último recurso... Y un Den Den Mushi, que reflejaba la cara de un hombre con una barba de chivo bastante notable y un bigote fino a lo "fu manchú". Pensando que este individuo al otro lado del Mushi pudiese ser el teniente Russell del que hablaba, Shiro decide quedarse el dispositivo, así como sus armas. Aunque no supiese ni como agarrar un rifle, llevarlo a la espalda le ayudaría en su disfraz.

Pocos minutos después, Shiro sale del edificio, ya vestido con el uniforme de Marine. A pesar de que la camisa era del tamaño justo para él, las mangas eran tan largas que se pasaban de su mano, dándole un aspecto algo único y gracioso. Los pantalones blancos y los zapatos marrones le quedaban justo a la medida, y la gorra típica de los rasos le permitía ocultar sus ojos y su peinado, aunque rastros de sus mechones rubios eran observables en su nuca y a los lados de su cara. Sonriendo de oreja a oreja, con sus ojos tapados por la visera de la gorra, Shiro luce su aspecto medianamente extravagante mientras camina hacia la gyojin, levantando un poco su gorra una vez llega hasta ella. -"Muchos de los Marines tienen aspectos medio raros, así que no creo que mi atuendo llame mucho la atención. Además, tengo un pequeño plan. Verás, tengo el Den Den Mushi de este tipo. Si llamo al tal Teniente Russell, y pido refuerzos debido a una "emboscada" que este hombre supuestamente sufrió, las tropas del campamento se dividirán aún más, y eso nos podría despejar el camino hasta el campamento, o hacer que esté menos vigilado por falta de personal. ¿Qué te parece? ¿Llamo al teniente Marine, o tienes algún otro as bajo la manga?"

Mi compañero que pareció quedarse más rato preparando hizo que volviera hacia atrás, y aunque parecía un marine raro daría el pego. Además de eso me comentó una idea para hacer salir a todo el mundo, o a la mayoría, usar el DDM para avisar de la emboscada. Eso tenía sus pros, y sus contras. Si los marines salían y no veían nada volverían corriendo pensando en la trampa, dejándonos un tiempo de acción limitado y cualquier retraso nos haría pelear contra todos ellos. Aunque precisamente tener la base despejada ese tiempo nos daría más espacio de actuación en ese espacio.

-No tengo ases en la manga, de momento. Si hacemos eso deberás tener cuidado, ya que si todos vienen hacia aquí seria sospechoso que luego te vieran en la base, a menos que dijeras que vuelves de una patrulla o consiguieras que te dejaran de guardia, lo que sería perfecto.

No te estaba seguro en que acabaría todo aquello, pero ahora todo dependía de mi compañero, si decidía llamar yo me iría a poner en posición antes para aumentar el tiempo del que disponía y disminuir los riesgos. Sino, ya pensaría otra cosa por el camino y se la diría a su compañero.

Shiro escuchó la evaluación que su compañera hizo sobre la situación y su estrategia, la cual tenía ciertamente muchos puntos flojos. Tras evaluar por si mismo su plan unos pocos segundos, pensando en cada uno de los posibles casos y escenarios que se podrían desatar si esa estrategia fuese a fallar o a funcionar, se da cuenta de que debe aplicar algunos engaños y trucos extra para que funcione por el suficiente tiempo. Pensando detenidamente en qué hacer para retrasar a los Marines, Shiro no puede decidirse entre las tantas opciones que le vienen a la mente. Podría mandar refuerzos a la costa o al puerto en vez de a su posición actual para retrasarlos, pero si otros Marines se encontraban allí y hacian una llamada a estos para comprobar, la estrategia se fastidiaría. También podría disfrazar al hombre inconsciente con su propia ropa para que lo confundiesen con un Revolucionario, y se tomaran algo más de tiempo transportando el cuerpo o intentando interrogarle tras despertarle.

Como otra de las opciones, podría enviarlos hacia una emboscada hecha por la gyojin, que aparentaba poseer una fuerza descomunal, además de tener inherentemente diez veces más fuerza que un humano normal, para que ella se encargase de derrotarlos mientras él se infiltraba en la base sin que nadie sospechase de su presencia. Esa le parecía la más viable, ya que al hacer eso se encargaría de que los Marines no regresaran por un largo tiempo.

"Me parece que la única opción que tenemos para que estos tipejos no nos molesten después es separarnos; yo pediría refuerzos por el Mushi, y luego iría hacia la base, alegando haberme escapado por los pelos del ataque tras la llamada. Una vez allí, puedo llevarme el cofre o el arca, o donde sea que guarden su dinero, si lograse acercarme a esta sin que me vean, y venir corriendo para buscarte y huír de aquí a todo gas después. Mientras, tu parte del plan sería emboscar a los Marines que vendrían de refuerzo, para que de esa forma mi infiltración no se vea afectada. Si no te va separarte o no estás confiada en que puedas contra una patrulla por tí misma, igual podemos hacer la llamada y simplemente nos tendríamos que apresurar más. ¿Qué opinas?"

La verdad, Shiro estaba muy confiado en que los dos podrían encargarse de unos pocos Marines rasos y de un teniente si se esforzaban un poco, y para qué hablar de infiltrarse. En su opinión, cualquier plan estaba bien planteado y ejecutado siempre y cuando saliesen de allí vivos y sin heridas permanentes. Y eso que él ya había sufrido una, fíjate. En todo caso, seguiría la estrategia que su compañera prefiriese ya que a él le daba lo mismo el tema.

Preferí que hiciéramos la llamada y apresurarnos algo más, no es que no me sintiera preparada, es que no me fiaba de la información de los tipos acerca del teniente. Así que seguimos el plan original, el marrón hizo la llamada, entrando luego en el campamento diciendo lo del ataque, haciendo que casi todos salieran. Y los que no se fueron se quedaron mirando que mi compañero estuviera bien.

Por mi parte seguí lo previsto y entre en la iglesia, donde quedaban dos guardias a los que noquee chocando sus cabezas. Ahora únicamente tenía que encontrar la caja, baúl o lo que fuera con el dinero y salir de allí por patas. Tenían la iglesia, templo o lo que fuera patas arriba, ¿Cómo se podían permitir estar así, encontrarían algo allí? De cualquier forma seguí registrando el sitio hasta dar con el escondite, una puerta en el altar, y dentro un cofre repleto de billetes. Con mi parte cumplida me dirigí a la salida, para ver como venían de vuelta los marines, haciendo la señal sonoro de peligro alerte al demonio marrón y yo me volví para dentro.

Una vez dentro me fui hasta el fondo y haciendo uso de mi fuerza rompí una de las paredes más débiles que vi, la que tenía las piedras más pequeñas a decir verdad. Una vez fuera me fui hacia el punto de reunión para salir de allí, teníamos que huir antes de que nadie nos viera, ni marines ni imperialistas.

Escuchando la opinión de su compañera, Shiro estuvo de acuerdo en alertar a los Marines por el Mushi y llegarse al campamento, distrayendo a la mayoría de los Marines del sitio. Comenzó por llamar al Den Den Mushi bigotudo, siendo recibido por una voz gruesa y dura. "Diga, Cabo Gin". Así que el tipo al que había quitado el uniforme se llamaba Gin... valía la pena saberlo. "¡Reportando, señor! Ha habido un ataque enemigo en el área del puerto, han caído algunos de nuestros hombres. Solicito refuerzos urgentemente." Un segundo después, escuchó nuevamente la voz del hombre. "Recibido, Cabo. Los refuerzos están en camino. Rusell fuera."

Aliviado de que no se hayan tomado la molestia de comprobar el supuesto ataque, Shiro se separa de su compañera para llegar lo antes posible al campamento, decidido a hacer lo posible para comprar algo de tiempo. No pasó mucho tiempo antes de que encontrase lo que buscaba, una pequeña trinchera con algunos muebles y armas rodeada de Marines. Habrían unos diez o quince de ellos, con el teniente resaltando entre todos. Era un hombre en sus veintes, con un bigote fino y largo y una barba "goatee" como se le conoce en inglés. Se veía musculoso, si bien solo un poco más que el resto de Marines. Al verlo llegar, Rusell lo miró fijamente sin articular palabra. El resto de Marines se reunieron alrededor de Shiro, preguntándole si estaba muy herido o si alguien más había salido vivo del ataque. Pero justo entonces la voz del teniente hizo que el resto se callara al momento.

"Mocoso... ¿A quién demonios crees que engañas?"

Shiro tragó fuertemente, y finalmente cayó en la cuenta de su error. Este tipo se sabía los nombres y aspectos de sus subordinados, demostrado cuando lo llamó Cabo Gin. Esto no era nada bueno... en apenas unos minutos, su cobertura había sido expuesta y posiblemente no lograría cubrir a su compañera de división lo suficiente. ¡Rayos! No quedaba otra, debía luchar contra todos y cada uno de ellos para evitar que se dirigiesen a la iglesia. Levantando su gorra para revelar su cara, Shiro dijo confiadamente: -"Vaya, vaya, qué rápido fui descubierto. Hubiera jurado que mi disfraz era convincente. Bueno, no queda otra, tendré que detenerlos de una forma u otra. Si hubieran seguido la rima, no tendría que hacer esto... Disfruten del show"

Con esto, el rubio lanzó su gorra al aire, logrando que la gran mayoría de Marines presentes la miraran como si tuviese un arma oculta o una granada dentro. Sin embargo, esto era solo una distracción; Habiendo logrado su cometido, el revolucionario se agachó y, estirando su pierna izquierda mientras se apoyaba en la derecha, hizo rotar su cuerpo rápidamente para tumbar al suelo a todos los Marines cercanos. Tras haber dejado en el suelo a unos seis Marines, Shiro sacó su rifle robado y les disparó a los seis, dejándolos sin sentido o tal vez muertos, cuando notó que el teniente lo había alcanzado. Sin apenas tiempo de girarse para detener su golpe, recibe un fuerte puñetazo que lo manda volando algunos metros, logrando hacer un ukemi al tocar el suelo por puro momentum, pero aún adolorido del golpe. Este tipo sabe como pegar, de acuerdo.

A su rifle no le quedaban más que dos balas, por lo que apuntó cuidadosamente al hombre; nunca se le había dado bien disparar, pero la misión dependía de ello, así que debía hacerlo bien. Vaya sorpresa que se llevó cuando, momentos antes de apretar el gatillo, el hombre apareció súbitamente delante suyo, como si se hubiese teletransportado. Tras esto, de un fuerte apretón torció el cañón del rifle hacia arriba, dejándolo inservible. Viéndose sin alternativas, Shiro intentó agarrar su cráneo en vano, siendo arrojado de vuelta al resto de Marines por una fuerte patada que lo dejó tosiendo en el suelo. -"Aún no puedo morir..."- se dijo, pensando en lo mal que se vería en su epitafio que falló una misión de tal sencillez como esa.

Justo antes de que una descarga de balas de fusil se le viniera encima, el falso Marine dio un fuerte salto, llegando muy alto gracias a haber disminuido su propio peso en un 50% y el de su brazo ciborg, seis veces. Confiado en que debía darlo todo en ese último golpe, repentinamente aumentó su peso al doble de lo normal (140 kgs) y el de su brazo a seis veces más de lo normal (180 kgs), apuntando hacia el suelo con la mano en su pose Ryusoken con el resto del cuerpo hacia arriba. A pesar de que se dio un fuerte tirón de músculos al tener que soportar tanto peso más el efecto de la gravedad, logró un golpe tan fuerte que rompió unos metros cuadrados de suelo y mandó volando a los marines rasos. Justo entonces escuchó la llamada de la otra revolucionaria presente y salió corriendo adolorido, el teniente momentáneamente ocupado intentando salvar a sus subordinados.

Llegando al punto de encuentro con una ligera cojera, Shiro le advirtió al demonio celeste que tenía a los Marines tras él, cambiándose rápidamente a sus ropas de revolucionario tras seguirla hasta la embarcación que se los llevaría del área de la misión. Esto le iba a dar problemas en un futuro, de seguro, pero por el momento no se preocupó mucho por esto y se concentró en el escape.

Este rol ya fue entregado y corregido, ademas de las hojas actualizadas.

Wat o -o mis disculpas, nadie me avisó XD Ya decía que mi nivel estaba un poco más alto de lo que recordaba tras la ausencia. En serio, lo siento por la confusión.