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BloodStone (En construccion) Empty BloodStone (En construccion) {Miér 6 Abr 2016 - 11:50}

Los rayos del amanecer llegaba a Nihon, el brillo aún tenue imbuia de luz la playas, valles, montañas y calles de la ciudad de aquella isla. Pasaron solo unos instantes de que el sol sobresaliera del mar, cuando muchos puestos empezaron a abrir y personas empezaron a fluir por aquella ciudad. Aquella pequeña ciudad construida con una arquitectura tradicional empezó a funcionar como si se tratase de un complejo reloj.

Entre toda esta gente corriente me encontraba yo de la peor forma posible, durmiendo borracho en una fuente. El estruendo de la gente y los rayos de sol directos a los ojos hicieron que me despertara de forma muy incómoda y intentando recordar lo que pudo pasar la noche anterior.
Me lleve una mano a la cabeza mientras sufría una dolorosa resaca:
- Mi cabeza… Qué narices pasó ayer?

Lo último que me acordaba es que me invitaron a unas copas por motivos que me gustaría acordarme pero que no podia y ahora me encontraba sentado dentro de una fuente todo empapado. No entiendo como acabe ahí, yo me puse a beber en un puesto que había en el puerto pero ahora lo veía a la lejanía, como a una hora andando. Como diablos uno puede irse tan lejos estando borracho?

Cuando pude salir de aquella pequeña fuente pude ver como dos tipos, armados con largas lanzas decoradas con un trapo de color rojizo y vestidos de uniforme militar, se pusieron a hablarme:
- Señor, acompáñenos y no se resista
- Perdona? A pasado algo malo?
- Somos el cuerpo de seguridad de la ciudad, queda detenido por varios crímenes de nivel moderado y leve

Ay dios, ya la he liado. Puto alcohol. No se porque bebo si siempre me desmadro, pero está tan rico...” pensaba mientras me esposaban por “mi propia seguridad” y me llevaban a algún sitio sin decirmelo. Podría haber despachado a esos dos guardias fácilmente pero no quería meterme en un embrollo más. Además, no estaba en las mejores condiciones para pelear ahora mismo.

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“Destrucción de inmuebles y agression”, la madre que me parió mil veces. Segun he oido de los guardias de turno al revisar mi “nuevo expediente criminal” continúe mi pequeña fiesta en establecimiento, la cosa se fue de las manos y me lie a tortas con los demás borrachos de aquel lugar. Me habían llevado a lo que era una de sus puestos donde encerraban a los criminales antes de ser juzgados. En mi celda, concretamente éramos varios tipos; un par de matones, un carterista y un hombre okama, el cual no paraba de guiñarme el ojo, dándome mucho sudores fríos.  

El que parecía ser el jefe en ese calabozo, se me acercó a mí pero sin pegarse mucho a los barrotes y me dijo que tenía una noticia buena y otra mala; la buena, no hubo ninguna víctima entre los borrachos y como ellos también participaron en la pelea y como no querían líos judiciales, no pusieron demandas de agresión. Por una parte me alegraba de que no hubiera denuncia y por otra de que al final no hubiera pasado ninguna tragedia con ellos.
La mala noticia me fastidio un poco más; los dueños del establecimiento iban a venir a hablar conmigo para ver si me denunciaban o no. Si al final me la ponían tendría que pasar dos meses encerrados en este calabozo con ese travestido, y sinceramente paso.

Pasaron cerca de quince minutos cuando unos de los guardias abrían la celda y me dejo salir. El okama de las narices se quiso despedir de mí lanzándome un beso, lo cual respondí, entre escalofrío y escalofrío, con una bonita peineta.

Cuando llegue a la entrada de aquel lugar donde me habían encerrado pude ver dos personas que destacaban entre los guardias; uno era un abuelo que apenas llegaba al metro de altura, iba vestido so una túnica azulada y por encima una chaqueta de piel. Tenía la impresión por el aspecto de ese viejo que podría tener mal genio. El abuelo se percató de mi presencia y se delante mio con pasos muy furiosos, confirmando asi mi teoria

- Tu eres aquel borracho que cargo el muro de mi restaurante! - dijo mientras me apuntaba con un dedo amenazante
- Mira viejo, lo siento, me pase un poco ayer, la verdad y estoy arrepentido - le dije disculpándome. Me sentía culpable por si había dañado algo preciado.
- SOLO UN POCO?! Me cago en tu estampa! Y encima me llama viejo! - Gritó el abuelo mientras intentaba darme una somanta de palos. Para evitarlo, dos guardias lo sujetaban de los brazos, aun asi les costaba bastante ya que el viejo se movía con fuerza para su edad.

Todo parecía ha que acabaría en la jaula con el travesti de nuevo, cuando detrás de aquel enano furioso se oyó una voz femenina;

- Tranquilizate abuelo, no te lo ha dicho con mala intención...

Se trataba de una chica de unos veinte años, con unos ojos en los que te podías perder con ellos y una melena recogida de color negro, su piel era bastante blanca y iba vestida con un traje tradicional rojo decorado con trazas doradas. Si no hubiera estado en este embrollo seguro que le habría pedido salir. Me quede con poco fuera de lugar hasta que el viejo se tranquilizó y se puso a hablar con aquella mujer

- Entonces qué quieres que haga? Era lo único que nos quedaba para atraer a los clientes!
- Seguro que encontramos algún cantero que pueda hacer una nueva...
- Ni hablar, sería demasiado costoso y no quedaría de la misma forma.

Me senti bastante inútil por no poder ayudar hasta que oí que la palabra “cantero”. Si podía arreglar su problema yo, seguramente no me demandarian. Interrumpir su conversación para darles mi oferta;
- Yo puedo ayudaros.
- Como? - dijo el abuelo con cara extrañado - No tienes pinta de haber cogido un cincel en la vida….
- Puede que no, pero soy más bueno con la piedra de lo que parece
- Eso no es que me inspire mucha confianza - dijo mientras pensaba con los brazos cruzados
- Abuelo dale una oportunidad, se le ve arrepentido y por probar no pasa nada - dijo la chica mientras apoyaba sus manos en los hombros de aquel abuelo.

Tuve suerte de que la chica era más piadosa conmigo y lo pudo convencer satisfactoriamente.

- De acuerdo pero te voy a dar un plazo, 6 meses, ni un dia mas ni un dia menos, para terminar-lo o te vuelves a estar entre rejas - dijo mientras yo le agradecia la oportunidad y me quitaban las esposas - Y para ti es Señor Nomi, llamame otra vez viejo y te arrepentirás.
- Procuraré no hacerlo de nuevo - le dije mientras le seguía directo hacia su establecimiento.
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Fuimos caminando hasta el establecimiento donde había ya un par de obreros que estaban terminando de arreglar los daños de las paredes y muebles ocasionados por la pelea de anoche. Realmente no esperaba que fuera un establecimiento tan grande y a la vez tan modesto; el sitio estaba iluminado con lámparas de papel de arroz y estaba decorado con mobiliario oriental que le daban una pinta de serenidad muy satisfactoria, la cocina se encontraba a un extremos de aquella gran sala en la cual se podía a ver a un grupo de cocineros preparando exquisitos platos que iban rápidamente a las mesas de los clientes y estos disfrutaban de su sabor.
Entre las mesas apareció una niña que con una gran sonrisa se fue corriendo hacia el señor Nomi;
- Abuuuuuuuuuuu! - dijo la chiquilla mientras el viejo la sujetaba en brazos y reía con ella
- Que tal esta mi nietecita? Te has portado bien?
- Si abu! He ayudado a los obreros a sujetar la cinta métrica!

Aquella pequeña niña parecía ser la nieta del  abuelo Nomi. No parecía tener más de 5 o 6 años y tenía mucho parecido a la chica que me acompañaba pero vestía un traje rosado decorado con estampados de conejos y tenía el pelo recogido en dos moños. Debajo de su brazo tenía agarrado a un pequeño conejito de peluche, el cual estaba un poco hecho polvo y tenía un par de parches cosidos. El viejo dejó a su nieta en el suelo mientras nos decían que nos quedásemos allí un momento. La niña al soltarse de los brazos de su abuelo se puso a fijarse en mí y se quedó mirándome con la cabeza lo más arriba posible;

- Guau, eres super alto! - dijo la niña todo sorprendida, seguramente no solía ver a personas tan altas como yo - Tienes nombre o puedo llamarte “señor gigante”?
- Ahora que lo dices, no nos hemos presentado - dijo la joven al oír a aquella niña preguntar sobre mi nombre - Mi nombre es Mei y ella es mi hermana Ai.
- Este es mi amigo, Bonney - dijo la pequeña Ai mientras me enseñaba su pequeño peluche - dice que le gusta mucho tu pelo, que parecen zanahorias!
De otra persona me hubiera parecido molesto ese comentario, pero la inocencia con la que me lo había dicho aquella peque me parecía incluso adorable.

- Bueno, parecen zanahorias pero yo las probe un dia y son bastante malas y peludas - le dije bromeando mientras ella sacaba una pequeña carcajada que ocultaba, tapándose con el peluche - encantado de conocerte Ai. Me llamo Osuka, pero puedes llamarme “señor gigante” si te apetece.
Oye, ya han despejado un poco esto. Podemos pasar al jardín - dijo el viejo desde lejos
Ai, nos tenemos que ir un momento, después nos vemos. Portate bien y no molestes a los clientes.
Vale! Después el sr gigante jugara conmigo?
Cuando acabe lo que me pide tu abuelo, intentaré ir - le dije con una sonrisa en la cara mientras flexionaba las piernas para estar a su altura.
Cuando la chiquilla se fue con y se le volvió a perder la vista entre los clientes y camareros, me dirigí con Mei hacia el jardín.

Era un lugar realmente bonito, no me iba el rollo zen, pero el jardín era hermoso en todos los sentidos con esa temática que la ciudad le iba tan bien. El lugar era una zona cuadrada que se veía rodeada del edificio y en la que había alguna puertas corredizas abiertas donde salían algunas personas que hablaban de cómo habían pasado la noche.
- Vaya, además de servir comidas, tambien teneis reservas de habitaciones?
- Esto siempre ha sido un hostal pero no tuvimos más remedio que hacer un servicio de comida de cara al público no hospedado
- Teneis algun problema de dinero? Porque ahí dentro estaba bastante lleno.
- Es algo más complicado, veras…
- Mei, no necesita que le cuentes nuestros asuntos. Ahora mismo es como si hablaras con un preso que hace servicios a la comunidad - dijo el abuelo serio mientras su nieta se disculpaba - Esto es lo que te cargaste anoche so animal - me señaló con un dedo el resultado de mi noche loca.

Era un pilar de piedra de unos dos metros y medio el cual estaba junto a una fuente con tubos de bambú un pequeño cerezo. Este estaba partido por la mitad dejando la parte superior dentro de la fuente. Me acerque para inspeccionar ya que parecía tener algunas decoraciones grabadas. Parecía una especie de jeroglífico en la que salían varios personajes.

- Que interesante, a ver hay; humanos, animales… espera… que narices es eso? - dije extrañado al ver entre los dibujos uno de una extraña criatura. Tenía el aspecto de un monstruo el cual tenía una especie de melena y unos cuernos en la cabeza y brazos - Que diantres es ese bicho? - le pregunté al señor Nomi.
- Ese “bicho” que tu dices se le conoció como el Demonio de la Luna
- Demonio de la Luna?
- El pilar contaba una historia de hace un milenio, donde un ser de barro creado por el hombre, recibió la vida al ser tocado por la luz de la luna. Este paso décadas siendo el protector nocturno de la ciudad. Pero la codicia y la ambición de los hombres de conseguir dominar a la criatura para volverse su amo consiguió corromperla.
Codicia y ambición… mientras esas palabras estén en corazón de algún ser vivo, nunca habrá la paz que todos deseamos” pensé mientras seguía escuchando la historia del viejo
- Al final el demonio de arcilla, desató su furia en cada uno de aquellos hombre corruptos. Pero su mente ya estaba turbia, él se dispuso a acabar con la vida de toda la isla, para que ese mal que le corrompió no saliese de esa isla. Se llevó a cientos de hombres a la tumba y estuvo aterrorizando todo el pueblo bajo una luz carmesí de la Luna Roja. Esta permaneció de este color durante años hasta que un dia una mujer de cabellos negro y belleza insuperable le convenció que lo que estaba haciendo estaba mal, ella no le preocupaba si podia morir en manos de aquel demonio porque ella en el fondo sabía que era un ser protector. Ella fue la única que vio humanidad en ese montón de barro viviente. El demonio, arrepentido de sus pecados, se dirigió al mar donde al sumergirse empezó a disolverse por estar hecho de barro, jurando a la luna que nunca volvería a estas tierras
- Vaya… es una historia muy interesante, ademas se nota que ese demonio destaca en la historia. Los grabados donde sale el tienen más detalles que los otros. - le dije mientras miraba cuidadosamente aquellos contornos
- Esa historia fue representada en esta columna hecha por mi mismísimo padre, él quería dejar el mensaje de que pasaría al mundo si la oscuridad guiase sus corazones. En fin, que me estás distrayendo. Te tocará hacer uno de nuevo con la piedra que hay en la montaña, son las únicas de suficiente calidad.
- No hace falta piedra nueva, volveré a juntar estas dos partes - mientra el abuelo preguntaba a qué me refería, tanto él como su nieta abrieron los ojos como platos al ver como levantaba el cacho caído de esa estructura y la pegaba de nuevo con su mitad inferior. - Bueno, qué te parece?
- No... no puede ser… - el abuelo se tiró hacia mi para empezar a darme con su bastón - De donde has sacado ese poder?! Tu no tienes derecho a portarlo! - gritaba mientras algunos empleados se llevaban al abuelo por orden de Mei.

Tras cerrar la puerta por donde se habían llevado al abuelo, la chica suspiro mientras aún oía a su abuelo a lo lejos.

- De todos los usuarios del mundo, tuviste que ser tú - dijo con los mofletes hinchados, intentando parecer enfadada, pero a mi me parecia aun mas mona - Que la Ishi Ishi la tenga alguien que le caiga mal a mi abuelo es muy preocupante…
- Como sabes lo de la Ishi Ishi?
- Uf… Porque fue la fruta de mi bisabuelo. Es decir, la del padre de mi abuelo…
- El mismo que construyó esto? - le pregunté mientras señalaba aquella columna de espaldas
- Si… Esa fruta iba a ser el comienzo de un legado familiar después de que la consiguiera y comiera en una isla del Paraiso. Pero, durante un viaje en solitario que hizo falleció y se perdió. Hace un par de años conseguimos convencerlo de dejar la obsesión de esa fruta.
- No era mi intención mosquear-lo - me disculpe ante la mujer de cabellos negros
- No pasa nada, se le pasara. Pero te aconsejo hacerle caso e ir a la montaña a por piedra. No quiero cuestionar tu poder pero mi bisabuelo estuvo décadas con es fruta. Y tu intento de arreglo… No es de lo mejor que he visto…
- Si quiza tengas, razon - le dije frustrado mientra veia que la columna un poco torcida, además de que algunos cachos pequeños no estaban, ya que sabían perdido con las obras.
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Dia 1 de 90

Me dirigí con un carro que me dejaron para poder llevar la pieza de piedra entera estaba como a una hora de ida y vuelta. pero era mejor que estar encerrado con aquel okama.
Busque el lugar donde me indicaron, una pequeña cueva donde sacararon el mineral de la primera vez. Dentro de la cueva me acerque a una de las paredes, y con el poder de mi fruta saque un bloque rectangular de tres metros, suficiente como para para hacer aquello.
Mientras enganchaba aquel bloque encima del carro, empeze a escuchar ruidos extraños, como si algo estuviese debajo mio. No me gusto lo que estaba pasando y me fui tirando millas de hay con el carromato.
Para cuando volví a la ciudad tenía las piernas y los brazos hechos polvo ya que aunque lo llevase en un carro era casi una tonelada. Cuando llegué al jardín del establecimiento vi que habían retirado la vieja columna.
- Como se supone que voy a escribir de nuevo todo eso si ya no tengo lo otro de referencia? - le pregunté al viejo mientras él sacaba un pergamino bastante grueso.
- Toma, menos mal que la biblioteca pública me pidió hace tiempo hacer una copia de lo escrito para uso cultural, que si no...
Empecé primero a dar forma un poco aquel mazacote de piedra con las herramientas, ese trabajo necesitaba algo más de delicadeza y no la conseguiría con el poder de la Ishi Ishi.

Tarde como tres días en terminar aquella estructura y entonces llame a aquel abuelo para ver su opinion. El viejo después de inspeccionar detalladamente la columna, pegó un gran salto y me dio un bastonazo
- Tu lo llamas a esto trabajo? Los detalles son una cutres y los niveles de los jeroglíficos no son iguales. En resumen: una cagarruta
- Cagarruta? - Dije desmotivado mientras me obligaba a llevarme aquella estatua defectuosa y empezar de nuevo.
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Dia 20 de 90

Cinco viajes, cinco columnas de mierda que había tenido que desechar. Joder, ese abuelo no estaba contento con mi trabajo pero me sentia aun en animó a la voz “Es esto o el okama, es esto o el okama...” Seguía sin gustarme ir a esa cueva ya que todas las veces se podían oír ruidos extraños. sobre todo oi que no los podria oir que la tormenta que se acercaba. Cuando puse mi mano en la pared para sacar un nuevo bloque, oi aquel estruendo de nuevo pero más de cerca. Asustado pude ver como algo estaba intentando salir del suelo.
- AHHH! NO ME COMAS POR FAVOR! - grite mientras caía de culo al ver que algo saltó de la tierra y se dejaba mostrar. Permanecí con los ojos cerrados unos segundos hasta que me di cuenta que no me había pasado nada, lo que me había dado un susto era una especie de topo, el cual tenía una nariz rojiza que lo hacía muy adorable mientras hacía un “digle di” muy gracioso - Joder, que susto me has dado. Que haces tu aqui renacuajo? Genial, ahora estoy hablando con animales… Como si mi situación actual no estuviera lo suficientemente mal… - me dije a mi mismo en voz alta mientras cargaba el carromato y me iba.

Tarde unos minutos hasta que me di cuenta de que aquel ser me estaba siguiendo unos metros más a detrás. Tenía unas patitas cortas y le costaba seguir mi ritmo pero yo también iba bastante lento debido a que tiraba del carromato.
- Porque me sigues? Venga, vuélvete a tu cueva, túnel o lo que sea que llames casa - le dije mientra le hacía con un movimiento con la mano para espantarlo. De repente, del oscuro cielo empezó a llover como predije. Por suerte me había llevado mi capucha de revolucionario y me la puse para protegerme de la lluvia.

Estaba ya a mitad de camino cuando pude oír una especie de estornudo minúsculo, era ese topo otra vez. Tenia un moco colgando y estaba temblando. Esa escena pudo conmigo y al final me acerque al animalito. - Venga va, ponte encima de mi cabeza, te protegeré de la lluvia con la capucha. Ya no tengo tiempo para volver de nuevo a la cueva y te vas a resfriar. - el topo, escaló feliz por el brazo que le ofrecí y despues se subio hasta mi cabeza, donde se puso a descansar cálidamente. No se porque ese bicho me estaba siguiendo pero supongo que no haria ningun daño y un poco de compañía en estos viajes serian buenos.
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