Se presenta Genki

Experiencia: 0

Nivel: 1

Nombre: Genki

Apellido: Akayama

Apodo: Sujeto 192

Alineamiento: Legal impuro

Raza: Humano

Edad: 18

Facción: Cipher Pol

Rango/Empleo: Iniciado (CP5)

Rango social: Medio

Banda, Flota o Brigada: -

Profesión Principal: Luchador del Mono

Profesiones secundarias: Cocinero (Cheff, de campo y gastrónomo)

Mar e Isla de Origen: Paraíso, Water Seven

Sueños: Abrir un restaurante propio de éxito, matar a los asesinos de su madre, capturar al agente corrupto que montó el orfanato, probar toda clase de platos con los ingredientes más extraños y rebuscados y convertirse en un gran maestro del rokushiki.


Descripción Física:

• Descripción general y marcas personales: Es un chico de baja estatura y delgado, de apenas 1,62 m., pero con el cuerpo muy definido y músculos marcados. Lleva el pelo con un corte estilo tazón, lo le da aspecto de casco, y es de un intenso negro azabache. Esto, junto a sus pobladas cejas y sus ojos (su iris es de un tono tan oscuro que casi se confunde con la pupila) le dan un aspecto tan extravagante que a menudo atrae la atención de los que le rodean (y a menudo, sus burlas). No le crece apenas vello facial, lo que junto con su estatura hace que a menudo lo consideren aun un niño y crean que es menor de lo que realmente es. Bajo sus ropas oculta un cuerpo desfigurado por cientos de horribles cicatrices que cubren su torso y brazos, fruto de años de torturas. La más horrible es una en su espalda que forma los kanjis de "cobarde", hecha con un hierro al rojo. Además de eso en la nuca tiene un código de barras, y bajo este el número 192 tatuado.
  
  
• Indumentaria habitual: Debido a su trabajo como agente del Cipher Pol, suele vestir con un traje negro, corbata y guantes blancos con el símbolo del Gobierno Mundial en el dorso. Bajo la chaqueta y los guantes lleva siempre vendas de entrenamiento que le cubren manos y antebrazos. Sin embargo, cuando no tiene que ir de uniforme lleva un mono de entrenamiento verde de cuerpo completo, un chaleco grueso de un tono más apagado y claro, calentadores bajo los que lleva pesas para entrenar y sandalias.
  

Descripción Psicológica:

• Psicología: Genki es a primeras luces un chico simpático, amable y servicial. Es la clase de persona que sabe sacar una sonrisa al resto, siempre alegre y bromeando, y que no duda en prestar su ayuda al resto. Se comporta como un "buen ciudadano", procurando siempre ser ético y cívico, respetando las leyes hasta extremos que rozan el absurdo cómico. Con sus superiores es muy respetuoso y obediente, aunque no duda en recordarles las leyes cuando las están incumpliendo. En las misiones busca siempre cumplir con los objetivos con la mayor diligencia posible, respetando siempre las normativas de la agencia. Así pues, Genki parece un ciudadano ejemplar y un agente modelo, la clase de hombre en el que uno confiaría. Sin embargo, como muchos otros miembros del Cipher Pol tiene su lado oscuro, y el suyo es particularmente siniestro. Su nivel de lealtad y fanatismo hacia la ley del Gobierno ralla en lo radical, hasta el punto de que se han llegado a abrir investigaciones e informes (desdeñados por los superiores) sobre los malos tratos del joven agente hacia sospechosos y criminales confesos, pasando desde torturas psicológicas hasta agresiones físicas. El joven no tiene problemas en contestar cuando le preguntan al respecto, afirmando sin miedo y ciertamente sorprendido ante las acusaciones de que él sólo cumplió con su deber. La mentalidad de Genki es tan cerrada que se ve a sí mismo como nada más que un simple verdugo, un defensor del orden, y considera que castigar de las maneras más inhumanas y amorales a los infractores de la ley no es más que una manera de preservarla. Irónicamente, llevando a cabo esos crueles castigos no hace más que convertirse en lo mismo que persigue: una persona cruel y peligrosa que daña a criminales e inocentes por igual. Sin embargo, él no es consciente de esto, y considera estar haciendo simplemente lo necesario para mantener la paz.
  
  
• Gustos: - La cocina: Es su gran pasión, una de las razones por las que se levanta cada día y por las que es capaz de seguir sonriendo. Mientras pueda seguir empuñando un cuchillo y preparando sus recetas favoritas e improvisando nuevas, todo lo demás le da igual. La hora de cocinar es su momento preferido del día, cuando se olvida de cualquier preocupación que tenga y se centra tan sólo en la labor que le toca.
  
  - El ejercicio físico: Ya sea correr, entrenar su cuerpo o combatir, Genki disfruta del ejercicio. Siempre dedica todos los días unas horas a trabajar su cuerpo. No llega a distraerlo tanto como la cocina, pero la sensación de relajación y bienestar al acabar es algo que le resulta incomparable.
  
  - La tortura: Siente un inconfesable y oscuro placer a la hora de torturar. Nunca lo admitirá, pero la sensación de poderío al sentir al otro a su merced y oírlo suplicar, sabiendo que podría quitarle la vida o destrozar su cuerpo sin oposición ninguna, le causan un intenso placer, un subidón de adrenalina.
  
  
• Desagrados: - El tabaco: No soporta su olor ni su sabor, y le pone especialmente nervioso que la gente fume en su cocina o cerca de él mientras manipula alimentos.
  
  - Las armas de fuego: Odia que las usen en su contra, y las desprecia en general. Si bien comprende que hace falta habilidad para apuntar y disparar con una precisión aceptable, considera a los tiradores gente cobarde y su forma de pelear una deshonrosa y falta de complejidad en comparación con las artes marciales, que requieres un intenso adiestramiento y un cuerpo sano y entrenado.
  
  - La tortura: Curiosamente, así como le gusta sentirse en una posición de poder y ser el que empuñe el látigo, teme y odia la idea de ser torturado. Esto se debe a las frecuentes paliza y agresiones que recibió de niño, que trastocaron su mente e hicieron que asociase el estar en posición de ser el verdugo algo deseable e incluso necesario para escapar al infierno constante que vivió.

Habilidades: - Buen torturador: Tantos años siendo el torturado hicieron que aprendiese por las malas muchos métodos "poco ortodoxos" para sacarle información a la gente, muchos de ellos sin verse obligado ni siquiera a levantarle la mano a su víctima.

- Voluntad de hierro: Mucha gente se ablanda tras años de tortura. Es innegable que en el caso de Genki esto le provocó serias secuelas psicológicas y moldeó totalmente su personalidad, así como determinó sus ideales. Sin embargo, a diferencia de muchos otros, el resistir a estas torturas sin quebrarse forjó su carácter, dotándole de una resolución y determinación increíbles. Al fin y al cabo, quien ya ha probado los fuegos del infierno, ¿a qué debería temer?

- Buen olfato: Tiene un olfato más fino de lo normal, capaz de percibir matices poco perceptibles y aromas sutiles. Esto le resulta muy útil a la hora de cocinar.

Torpezas: - Dificultades para empatizar: A veces le cuesta intentar ponerse en el lugar de otros o averiguar lo que podrían estar sintiendo o pensando. No es que no sea capaz de hacerlo en absoluto como un psicópata, simplemente es algo nulo intentando comprender a otros.

- Extravagante: Su aspecto y manera de comportarse en general llama la atención por lo extraña que es, a menudo haciendo que se gane miradas curiosas y otras bastante menos educadas.

- Curioso: Dicen que la curiosidad mató al gato, ¿no? Genki es incapaz de no meter las narices donde no le llaman, a menudo metiéndose en problemas. Suele evitarlo cuando entra en conflicto con sus ideales, pero normalmente se deja llevar por su vena cotilla.

- Incapaz de recordar nombres: Es muy malo para ello. Casi siempre se confunde y los recuerda mal, así que acaba poniendo motes a la gente para evitar malentendidos.

Historia: La historia del Gobierno Mundial está llena de miles de casos de investigaciones y proyectos de dudosa moralidad, y de toda clase de casos de corrupción. La historia de Genki tiene que ver con uno de ellos, uno particularmente escalofriante y triste. Hace veintidós años, un empresario de Water Seven llamado James Hoffman comenzó a recoger huérfanos para darles un hogar donde crecer y a cambio convertirlos en miembros útiles de la sociedad, educándolos y adiestrándolos en artes de combate, leyes y áreas de conocimiento básicas. La idea era que cuando cumpliesen dieciséis años se les daría dos opciones: unirse a una fuerza de seguridad privada bajo las órdenes de Hoffman, que patrullaría y protegería la ciudad (y particularmente los comercios del emprendedor). Si bien la iniciativa del empresario era incluso menos generosa de lo que ya parecía (siendo un modo evidente de conseguir soldados leales), su contacto con cierto agente del Gobierno le hizo radicalizar sus planes. Los huérfanos pasaron a ser entrenados bajo un estricto régimen militar y a sufrir abusos y torturas con la única intención de minar su voluntad y poder lavarles la mente a gusto. Qué recibió a cambio dicha persona es algo desconocido, pues el diario del difunto empresario no habla de ello.

Genki se quedó huérfano a los cuatro años de edad. Conserva pocos recuerdos de su madre, aparte de su voz tarareando mientras cocinaba. Ella trabajaba en una taberna como cocinera, cerca de los barrios más próximos al mar, una zona frecuentada por gente poco agradable. Si bien recuerda bien lo que sucedió en ese trágico día, su mente se fuerza a no recordarlo, y cada vez que intenta hacerlo sufre un fuerte dolor de cabeza. El caso es que un día unos piratas peculiarmente violentos se aburrían, y decidieron que la madre de Genki era el método perfecto para sacarse el tedio de encima. Tras acabar con ella, todo con el chico delante, la prendieron en llamas viva y se largaron. Este fue el comienzo de la estancia en el infierno del joven.

En el orfanato fue pronto clasificado como un chico particularmente problemático. Aun estaba en shock y totalmente traumatizado por lo que había contemplado, y las palizas de los guardias para "suavizar" su carácter y hacerle obediente no parecían surtir efecto. Así pues, lo sometieron a un régimen intensivo de lavado de cerebro particularmente truculento y duro, que pareció surtir efecto. Genki decidió hacer caso y empezar a obedecer, y se convirtió en uno más de los huérfanos en pleno entrenamiento. Sin embargo, a medida pasaron los años los carceleros (pues de poco menos se podía calificar a los guardias) que Genki tenía demasiada voluntad propia para su gusto. A menudo lideraba a otros chicos para ir a robar a las cocinas más comida, o se rebelaba de maneras menos evidentes, habiendo aprendido que confrontar directamente a los guardias era más peligroso. Así pues, empezaron de nuevo a "reeducarlo", con métodos bastante imaginativos. Siempre parecía doblegarse y agachar la cabeza, pero el resultado de las torturas era que su odio a sus captores sólo aumentaba cada vez más, y que sus métodos de rebelión eran cada vez más taimados.

En el orfanato les asignaban tareas y trabajos, tales como limpiar el lugar, hacer apaños como repintar habitaciones o cocinar. Fue así cómo Genki descubrió su vía de escape del mundo, su forma de evadirse. Al cocinar evocaba tiempos mejores, esos dulces años de su primera infancia, cuando aun era inocente y desconocía la crueldad del ser humano. Antes del brutal asesinato de su madre. Esa fue una de las cosas que le permitió mantener la cordura entre sus temporadas en las celdas de aislamiento y en las salas de "reeducación." Las brutales torturas empeoraban con los años, llegando a extremos en que obligaban a los huérfanos a pelearse entre sí con armas afiladas sólo "para dar ejemplo." Pasaron los años, y se convirtió en un adolescente fuerte y sano pese a todo. Fue a sus catorce años cuando el primer rayo de esperanza iluminó su infierno personal, y le mostró una salida. El Gobierno Mundial, tras descubrir la existencia del lugar, decidió intervenir considerando al empresario una amenaza. Un nutrido grupo de agentes del CP entraron a sangre y fuego, acabando con los guardias y rescatando a los huérfanos. Muchos de ellos (entre ellos Genki) se unieron a las filas del Gobierno, tras recibir la oferta por parte de sus salvadores.

Los siguientes cuatro años fueron un lento despertar. Al principio le costó habituarse a confiar en las autoridades, e inicialmente mostraba hostilidad y recelo a sus superiores y cualquiera que le diera órdenes. Sin embargo, eventualmente la gratitud y el comprobar que el trato que le daban era diametralmente opuesto al de sus carceleros hizo que la desconfianza se convirtiera en lealtad, y con el paso del tiempo en un fanatismo ciego. El Gobierno Mundial era su salvador, fuente de toda ley y justicia, y él debía responder protegiéndolo de todo mal.


Talentos: - Buenos reflejos: De manera natural tiene unos reflejos superiores a la media. En combate su concentración se incrementa, y con ello demuestra esto a un nivel mayor.

- De pies ligeros: Se le da bien pasar desapercibido y no hacer ruido, habilidad que le resulta peculiarmente útil cuando quiere ir a fisgar.

Ineptitudes: - Incapaz de emplear armas: Aparte de sus puños americanos, única arma que sabe emplear decentemente, es totalmente inútil para el combate armado. En combate tiene problemas hasta con los cuchillos de cocina, a pesar de su innegable destreza con ellos.

- Mentiroso pésimo: Cuando miente suelta las historias más locas e increíbles, creyéndose que son realistas y perfectamente válidas. La peor parte es que las suelta con toda la convicción del mundo, hasta el punto de casi autoconvencerse.

Estilo de Lucha:

Armas: - Dos puños americanos con forma de cuchillas

Ropas: - Tres monos de entrenamiento verdes.
- Dos uniformes de agente, con guantes a juego, mocasines y varias corbatas diferentes.
- Cinco mudas de diario informales, de diferente tipo.
- Un traje blanco de cocinero, con gorro incluido.
- Un abrigo para climas fríos, ropa interior térmica y botas.

Propiedades: Una pequeña casa en Water Seven.

Barcos: -

Islas: -

Varios: Una maleta de viaje, un maletín más pequeño en el que lleva un set de cuchillos de cocina y una piedra de afilar, un pequeño hornillo portátil de gas, una cazuela pequeña, cubiertos, de vez en cuando (cuando se va de viaje, normalmente) ingredientes como aceite de oliva, orégano y especias similares y dos mancuernas.