32. Espantapájaros

El encapuchado no parece muy convencido de tus palabras, y de repente desaparece de un movimiento bastan rápido. Lo lamento Fenrir, pero tu mantra indica que tiene un poder similar al tuyo [Nivel 50] Pero parecer un poco más poderoso. En cuanto al murciélago, parece que tu estrategia por el momento no funcionará, pues no lo puedes ver. Los demás parecen no moverse, y eso puede ser muy malo. De hecho, Aetiel y Aoi notan como el suelo empieza a ablandarse por su zona, queriendo tragarlos. Yo que vosotros me movía.

Un flash azul surge de nuevo, y el encapuchado aparece frente a Fenrir y el murciélago, quitándose la capucha.



Entonces suelta un inmenso rugido, que provoca un viento verde del que surgen espinas de un tamaño pequeño, las cuales van hacia vosotros tratando de atravesaros. Podría decirse que irán unas veinte por persona. Incluidos Aoi y Aetiel.

[Llevan haki armadura Nvl1]

Mientras tanto, todas las remolachas y verduras se lanzan sobre Iliana, que sorprendida, cae al suelo en una escena bastante cómica.

Ante el rugido del espeluznante ser, que había resultado ser un espantapájaros más macabro que el que había partido en dos unos momentos antes, Fenrir frunció el ceño y agarró su espada con fuerza. Abrió la boca, y un rugido brotó de su garganta, compitiendo con el del hombre de paja y tela. Su cuerpo se volvió rojo como la sangre, y sus ojos escarlata se clavaron en el monigote. El rugido del espantapájaros generaba un extraño viento verduzco, apenas una ráfaga suave, pero que iba acompañada de numerosos alfileres como espinas de cactus, que volaban hacia él. El asesino clavó los pies en el suelo y se cubrió la cara con el brazo izquierdo.

Sintió las púas clavándose en la carne, una tras otra, aunque para él apenas eran molestias superficiales. Cuando bajó el brazo, bajo la máscara sus ojos incandescentes de rabia estaban clavados en su objetivo. Agarró su arma con ambas manos, y se lanzó hacia delante con un grito de odio. Su espada estaba situada a su izquierda, cruzado el brazo derecho sobre el pecho. Con un movimiento, realizó un tajo horizontal, tratando de separar el cuerpo del espantapájaros en dos mitades. La hoja brillaba con un tono blanco intenso, como el metal de la forja.

- ¡Corte diabólico! -el grito resonó con intensidad en el huerto, mientras la espada avanzaba hacia el cuerpo del espantapájaros.

Hoja infernal + Haki armadura lvl 2

Todo pasó demasiado rápido, aquel ser desapareció para aparecer casi pegado a nosotros lanzando una especie de agujas. Sin mucho tiempo para reaccionar o cosas que hacer me deshice en mercurio, desparramándome por el suelo en un intento de evitar aquel ataque, intentando usar aquello llamado Haki armadura. Lo consiguiera o no, tras el mismo me levantaría y lanzaría un par de agujas a aquel ser, tratando de darle donde en los hombros para limitar su movimientos.

Tras el lanzamiento desplazaría las bolitas de mercurio hacia mí, pensaba usarla para interceptar más golpes a distancia, de ser capaz de verlos venir. Esperaba que el resto comenzara a moverse o atacar, de no ser así pronto la hermandad se reduciría. Aunque Fenrir parecía estar más que dispuesto a acabar con aquel ser el solo. Aún me sorprendían las ansias de matar de aquel hombre.

Haki armadura 1( despertado) + lanzar agujas a hombros

El corte de Fenrir parece ir hacia la bestia, la cual realiza un movimiento rápido para evadirlo. A continuación suelta una terrible carcajada, cuando se da cuenta de que la espada del misterioso asesino ha cortado su brazo izquierdo. No tarda en fruncir el ceño, cuando de repente siente las agujas de Enra en sus hombros. Entonces sale volando hacia las alturas, algo raro ocurre ¿No siente dolor? Además de que puede mover el otro brazo a la perfección. No ha salido sangre de su interior, más bien trozos de paja. Eso quiere decir que va a dar por culo hasta el último momento de su vida.

- ¡Groaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaart!! ¡Final Crowl!

De repente la bestia estira su mano libre hacia atrás, y lanza una terrible onda cortante que va hacia vosotros, su rango es tan grande que si no os movéis, os dará por igual. Tiene la forma de un enorme cuervo rojizo con destellos negros. Ha usado su haki armadura en él [Nivel 2] Una vez la lance, independientemente del resultado, aterrizará en el suelo, mirándoos con el ceño fruncido. Los cuerpos de aetiel y aoi tienen espinas clavadas, y sentirán un dolor inmenso. El suelo encima no parece ceder con su labor.

La mirada del ser al que combatís, se clava en la vuestra. Parece estar cabreado, pero ahora entrecierra los ojos, empezando a brillar un poco en un tono verdoso.

- ¡Rendíos a la sombra!

Grita en un tono siniestro, haciendo que el suelo entero empiece a temblar. Algunos esqueletos surgen de las enormes hortalizas, cayendo al suelo en pleno estado de descomposición. El olor que se forma es asqueroso, y el ser parece reír simplemente. Esos esqueletos no se van a mover, pero aun así son muy tétricos.

Todo había pasado muy rápido. De la nada uno de los espantapájaros se había levantado frente al variopinto grupo, a la vez que las berenjenas o lo que fuera habían comenzado a emitir un extraño y molesto gruñido. Entre tanto el pelinegro tan solo se limita a observar como se desarrolla la situación sin hacerle demasiado caso a las berenjenas y centrándose más en el espantapájaros diabólico.

En tan solo unos segundos el enfrentamiento entre el  diabólico ente formado por paja y la hermandad de asesinos había comenzado, y mientras tanto Fénrir como Enra habían esquivado el ataque de su adversario, Aetiel fue pillado totalmente desprevenido. Primero siendo absorbido por el mismo suelo que estaba pisando y después recibiendo el ataque en forma de espinas del espantapájaros por completo.

El dolor provocado por las heridas recibidas hacían que la estancia del propio Aetiel en ese lugar no fuera agradable, si a eso le añades un nuevo ataque por parte del espantapájaros, al final consigues que el joven reaccione tratando de evitar un nuevo golpe directo. Para conseguirlo lo primero que haría sería sacar sus pies del suelo si es que habían llegado a ser tragados, y acto seguido colocando la palma de su mano contra el mismo suelo lo haría explotar, gracias a su habilidad de fruta del diablo, levantando así una especie de barrera de rocas y arena con la que esperaba protegerse del impacto del ataque de su adversario, y por si todo eso no fuera suficiente, trataría de escabullirse rodando hacia un lado pese al gran dolor que le provocaban las heridas que poseía. Si todo lo anterior ha tenido éxito, Aetiel desenfundaría su pistola con un rápido movimiento y lanzaría uno de sus disparos con parábola, cuya trayectoria tenía como objetivo el cuello del hombre de paja.

Acciones:

La cabeza del espantapájaros cae, pero eso no parece ser un problema para el ser, cuya cabeza sigue hablando.

-¡Malditos! ¡Pagaréis por esto!

La onda cortante ha alcanzado tanto a Fenrir como a Énra, haciendo una importante herida en cada uno. Por suerte se puede curar, aunque suelta mucha sangre y podríais estar en problemas de no tratarla rápido.

De repente, el olor pútrido termina por ser una constante, y de el suelo un temblor comienza a surgir. El aire está tiznado, y tras un par de segundos, el suelo se rompe, saliendo tres enormes brazos de él, que intentan atraparos.

La onda lanzada por ese horrible ser me impactó de lleno, haciéndome una herida muy fea a pesar de estar mi forma elemental. Para complicar las cosas aún más, una especie de tentáculos, zarcillos o lo que fuera salió de la tierra intentado atraparnos. A Costa de bastante dolor, y posiblemente empeorar un poco más el corte, flui en forma elemental hacia un lateral evitando ser atrapado. Nada más hacer eso use la habilidad de curación aprendida de un extraño manual, sintiendo un alivio en la herida, y esperando que fuera suficiente para poder continuar.

Tocaba volver a la ofensiva, y me acorde de un par de juguetes que tenía guardados. Saqué uno de los diales laser que poseía, pues no estaba seguro de si el de fuego llegaría. Apunte al pecho del ser, era la zona más grande, la que tenía más probabilidad de tener lo que impulsara al bicho, y lo más importante, paja que se podía prender. Ahora solo me quedaba esperar acertar, sino, la situación podía volverse aún más complicada.

El ser arde, y antes de daros cuenta notáis ese olor tan característico de los gases inflamables. Las manos os sueltan, pero el fuego podría no tardar mucho en propagarse por toda la zona... ¡Corred!

Nuestro enemigo comienza a arder, lo que provoca que las manos, y tentáculos nos liberen. Justo antes de cantar victoria, un olor familiar, un olor muy reconocible, el de gas inflamable comienza a inundar la zona. Mis compañeros parecen algo idos, excepto la emperatriz, ahora libre de sus ataduras. Tengo que pensar algo rápido o todos arderemos como cerrillas en ese lugar. Meto las manos en las bolsas, buscando algo útil. Al fin doy con algo, los diales telaraña.

-Por favor Majestad, ¿Podría crear de nuevo los dragones o cualquier otro medio para sacarnos de aquí? – Tras la pregunta le lanzo un dial telaraña para que lo atrape. – Puede usar esto con él para atarlo al dragón mientras yo lo hago con ellos dos, tenemos que salir de aquí rápidamente.

Mientras la emperatriz se ocupaba del asesino, tras crear dos criaturas aladas, yo me acerqué hasta Aetiel y Aoi, cargándolos en la bestia de oscuridad y atándolos a ella con el dial de telaraña. Esperaba que fuera lo suficientemente resistente como para aguantarlos. Una vez todo listo le comuniqué a Illiana que podíamos partir. Por la dirección que tomaron los seres alados parecía que volvíamos a los barcos, a lo que no me opuse al ver como zonas antes secas empezaban a tener agua.

Off rol:

El pelinegro parecía haberse salvado por los pelos de esa especie de onda cortante lanzada por el enemigo al que enfrentaban, pese a ello, las heridas recibidas lo molestaban hasta el punto de tener que pensar muy bien cada paso que fuera a dar para así evitar sufrir un daño cada vez mayor.

Después de unos segundos Aetiel se fija en que uno de sus compañeros permanecía totalmente inmóvil en el mismo lugar como si se hubiera quedado congelado ( es Aoi ), sin perder mucho tiempo el joven se decide a regresar sobre sus pasos para cargar a esa persona sobre sus hombros y tratar de alejarse pero justo cuando comenzaba a alejarse del lugar unas manos gigantes surgen del suelo que a su vez se resquebraja dejando salir al exterior una especie de gas. Fueron pocos segundos los que Aetiel estuvo parado sin saber que hacer pero parecieron se suficientes para que el hombre-murciélago los tomara, tanto a él como a quien sostenía, ayudándose de una especie de red. Una vez cargados las criaturas que los habían llevado hasta ese lugar, el viaje comenzó.

- No sé como está, lleva así bastante rato - Con sus palabras trataba de llamar la atención de Enra para que observara el estado en que se encontraba Aoi. Mientras esperaba la reacción de su superior el muchacho no podía más que soportar el dolor provocado por las heridas sufridas.

off: