Jin la ha liado...

-Eso ha sido un terrible error.

Su voz es anciana y enfermiza, pero se mantiene ágil. Has escuchado el sonido de tu guadaña chocando contra metal, a pesar de que ese hombre parece no haberse movido. O bueno, al menos no totalmente. Su brazo derecho está alzado, y en su mano una fina katana que, poco a poco, va enrojeciéndose hasta tener el núcleo completamente blanco.

-Le dije a la ama Yoai que serías sólo un estorbo- dice, una vez las llamas salen de tu boca-, pero ella me dijo que estuviera tranquilo. Sus ansias de matar son controlables, dijo. Podemos hacernos cargo, dijo. Pero eres demasiado impredecible, Jin Surfer. Por suerte tu alma no miente.

Sonríe con malicia, y se lanza a por ti con gran velocidad, aunque nada especial. Lo especial llega cuando, tras tambalearse liegramente a un lado y a otro, llega a ti y lanza dos cortes diagonales, de hombro a cadera. Notas que esa espada está a una temperatura altísima; no para quemar, sino para cauterizar cada corte. ¿Qué harás, pues?

El asesino tomó su aspecto original cuando escuchó las palabras de su ahora oponente. Sus cabellos volvieron a ser oscuros como la noche y sus ojos tomaron un color rojizo. Una sonrisa ladeada se formó en su rostro y ahora estaba listo para la batalla. Ese tipo había bloqueado a Traintor con una facilidad impresionante pese a ser kairouseki puro y eso solo le hizo pensar una cosa: esa espada era poderosa. Jin entonces continuó ardiendo de forma calmada y con su guadaña en la mano izquierda. Con la derecha agarró a Acnologia y de esa forma quedó totalmente armado. Tenía resistencia suficiente para luchar en el aire con su geppou y nada iba a detenerle. Mostró una mirada siniestra y después de unos momentos pudo ver a aquel anciano lanzarse a por él. Debía admitir que su velocidad era bastante buena pese a la edad que aparentaba. Dijo un dato que no hizo gracia al moreno y fue lo del alma. Si era un usuario capaz de ver su podrido ser desde fuera, no le convenía que continuase vivo.

- No tiene sentido que continúes viviendo. Terminaré con tu vida aquí y ahora. – Mencionó el demonio de fuego en voz alta.

Cuando aquel tipo lanzó los cortes contra él, Surfer interpuso las hojas de sus guadañas en las trayectorias de las espadas. Los filos chocaron de forma violenta y el asesino salió despedido hacia atrás. Aquel tipo pudo desviar a Traintor lo justo para realizarle un corte medio en el brazo. Una sensación de dolor recorrió entonces al ifrit y frunció el ceño conteniendo un quejido ¿Se había quemado? ¿Qué cojones? Él era inmune al fuego, pero esa espada parecía tener otra función. Al menos no estaba sangrando y eso le hizo sonreír de lado. El escozor era considerable y lo mostró frunciendo el ceño. Se colocó su máscara de nuevo para no mostrar sus emociones con expresiones y a continuación aterrizó en el suelo. Se quedó mirando al anciano con una mirada calmada y después se pasó la mano por la herida que le había provocado. Era bastante más hábil de lo que parecía.

- No está mal… Pero… No bastará para salvar tu vida.

Su tono era bastante tranquilo y lo siguiente que hizo fue elevarse en el aire de nuevo. Un aura oscura distinta a sus llamas empezó a rodearle lentamente. A continuación sonrió de lado y se lanzó a por su oponente a una velocidad de noventa metros por segundo. Trataría de colocarse a su espalda y con Traintor tratar de cortarle el brazo izquierdo, mientras que con Acnologia intentaría atravesarle el pecho. Esta vez había activado su haki armadura y era el momento de eliminar a su enemigo. Le diese o no, saldría disparado hacia las alturas con una expresión seria. [Manual Prisa] Empezó a mover su guadaña blanca a una velocidad sorprendente y entonces se lanzó de nuevo a por su enemigo. Amagó un corte alto y en realidad lanzó uno hacia su estómago. Diese o no en su presa, del filo de su arma surgiría un terrible dragón blanco que trataría de atravesar al anciano de lado a lado, siendo este una terrible onda cortante imbuida en haki armadura.

- Kotei akuma… ¡Dragón Fantasmal! – Gritó con una sonrisa ladeada.

Datos:

-Eres lento- dice, llanamente, dándose la vuelta en apenas un parpadeo para frenar a Traintor, y cuando parecía que su pecho iba a ser atravesado da un salto hacia atrás, rasgándose por completo la túnica y dejando ver por debajo una armadura de cuero que, por cierto, has dejado casi hecha unos zorros. Casi.

El salto es muy acrobático, y jurarías que son espíritus condenados los que impulsan sus movimientos desde el suelo, o al menos eso parece por las siluetas transparentes que se dibujan bajo sus pies mientras en el aire da una voltereta invertida. Una vez termina el salto, la túnica vuelve a su completa normalidad, y te mira con calma.

-Sonríes mucho para ser un burdo matón- comenta, mientras comienza a girar la katana en su mano, esperando tu segundo ataque, y cuando te lanzas a por él pone su brazo doblado por delante, cubriendo su otro flanco con el arma, y se lanza a por ti. Parece que en vez de defenderse de nuevo va a atacar.

Sin preocuparse de lo que le suceda, pasa por tu derecha, muy cerca, y trata de cortar con todas sus fuerzas tu costado. Finalmente se detiene, y si miras hacia él verás un reguero de sangre muy oscura que va hacia él, y su túnica está manchada de granate a la altura del hombro. Sin embargo, no dice nada, y sólo espera tu contraataque con gesto solemne.

-Es una pena que vayas a morir, eras perfecto para nuestros planes.

Jin alzó una ceja al escuchar las palabras de aquel bastardo. Sin duda planeaba mosquearlo con aquel tipo de comentarios, pero era una lástima que Vader no fuese un tipo que se dejase mosquear. Se quedó demasiado decepcionado con su rival, pues si pretendía hacerle perder sus casillas estaba muy equivocado. La batalla no había hecho más que empezar y el demonio de fuego tenía bastantes planes para terminar con la vida de aquel tipo. Sus rojizos ojos habían estado mirando su cuerpo hasta el punto de ver una armadura de cuero. Un material interesante, pero no tan potente como el material de sus preciosas guadañas. El momento de la verdadera locura estaba a nada de desatarse y el nombre del causante era Jin Surfer. El asesino se mantuvo callado durante las palabras de aquel tipo, pero lo que de verdad le impresionó fue la velocidad a la que se movió tratando de cortarle.

El filo de la espada de aquel chico no impactó contra el costado de Jin. En su lugar chocó contra una especie de costillas rojizas envueltas en llamas, las cuales formaban un poderoso escudo con dureza ocho en escala moh. Aquella cosa se agrietó ante el impacto de aquel tipo y el haki armadura reforzado también ayudó a que su maravilla defensiva aguantase lo suficiente para que él se preparase. El escudo cedió haciéndose pedazos, pero el filo de aquel idiota impactó contra Traintor, haciendo que Jin sonriese de lado. La fuerza lo volvió a tirar de espaldas, pero esta vez se hizo más daño. El suelo estaba duro y no tardó en soltar un gruñido. Cerró los ojos de forma violenta y soltó el mayor de los suspiros. Sabía que estaba sangrando por la espalda, pues se había raspado por la velocidad de la caída. Lo siguiente que hizo fue colocarse en pie y activar su Tyrant. Su ojo izquierdo empezó a brillar y a sangrar un poco, activando su visión térmica en él por si detectaba algo raro en su rival.

- Ambos buscamos la muerte del otro, pero solo uno de los dos podrá volver a ver un amanecer. Lamento decirte que no tienes opción contra mi poder, anciano…

Jin entonces frunció el ceño y lentamente su máscara se fue agrietando. Su cuerpo pasó a medir cinco metros de alto. Sus cabellos crecieron de forma exagerada y tomaron un color naranja, al igual que su barba. Unos terribles cuernos oscuros se formaron en su cabeza y el tono de sus ojos pasó a ser dorado. Su rostro parecía ahora el de un lobo demoníaco. Los dientes crecieron de una forma impresionante y su piel se volvió marrón. Dos brazaletes dorados nacieron en sus antebrazos y una terrible oleada de llamas oscuras le rodeó por completo. La terrible bestia alzó la cabeza y miró a su presa, abriendo la boca y lanzando un terrible rugido con el que planeaba dejar a su rival ensordecido [Manual Fusrodah].

Acnologia creció hasta tener un tamaño considerable al de su ahora convertido dueño. Traintor quedó en la mano izquierda con su tamaño habitual, pero ahora sería manejada con mucha más velocidad. La bestia entonces imbuyó sus piernas en unas llamas azuladas y duplicó su velocidad, usando el Black Speed se movió de forma ridícula. Trató de colocarse a la espalda de aquel jodido anciano. Lanzaría varios cortes lo más rápido posible con ambas guadañas y de su boca saldría un terrible cañonazo de fuego negro a 2000º que buscaría desintegrar literalmente a su oponente. El haki armadura había sido activado a su máxima potencia y esperaba de esa forma hacer a su rival una masa de carne y llamas. También había usado el Kamie-Kempo para moverse muchísimo más veloz a la hora de sus tajos. Solo faltaba ver su resultado.

- ¡Grrrrrrrrrrrrrrrr!

Jin rugió de nuevo de forma violenta y lo siguiente que haría le hubiese dado o no, sería retroceder un poco y quedarse en el suelo, observando a su oponente. Formaría llamas a su alrededor por si el anciano quería acercarse a él, que se quemase. Los dorados orbes de la criatura habían visto aquellas cosas transparentes bajo los pies del anciano y no dudó en pensar mal de ellas. Debían ser las causantes de que se moviera tan deprisa. Surfer entonces lanzó una llamarada al rastro de sangre, sin fiarse ni un pelo de nada. Ese tío debía ser un puto usuario o algo por el estilo y ahora solo faltaba ver lo que había ocurrido.

Datos:

Cuando te lanzas a por él todo empieza a suceder muy deprisa. Agarra su sable con la mano derecha y se aleja ligeramente, haciendo movimientos bastante elegantes con el arma, y cuando las guadañas se lanzan son detenidas apenas un par de décimas de segundo, lo suficiente como para salir de esa trampa mortal, y al tiempo que abres la boca alza su mano izquierda, de la que un grito sale, y tu fuego empieza a perderse en el infinito, sin haber tocado a tu objetivo.

-¿Eso es todo?- a pesar de no haber sido tocado por el fuego, su mano izquierda está completamente roja, quemada. Destaca mucho respecto al resto de sus facciones, de un gris enfermizo. No muestra señal alguna de dolor, aunque tiene muy mala pinta. Igual no puede volver a usar esa mano-. Te mostraré el verdadero poder.

Es raro, porque grita. Parece que lo has ensordecido, pero su equilibrio está intacto. A su alrededor empiezan a girar seres atormentados, cada vez más rápidos, mientras con calma agarra su arma con ambas manos. Escuchas cómo su piel cruje al doblar las falanges, y un color negro invade el arma, aunque el brillo rojo ahí sigue.

Tras un instante se lanza a por ti, con ambas manos sobre el arma y los lamentos de los condenados a su alrededor. Parece que va a lanzar un tajo vertical que termine de una vez por todas con esto, pero cuando empieza a bajar el arma, el tornado, ya casi negruzco, explota en una nube de energía tan poderosa que el suelo a su alrededor se cristaliza, y con su mano izquierda apunta hacia ti. ¿Eso que lleva bajo la manga de la túnica es una nube con cara? Tiene cara de sufrir.

-Quinientos años de almas quemadas- dice, en lo que seguramente para él es un susurro-. ¡Poder Ilimitado!

La nube recubre completamente su mano, y rayos negros salen de ella hacia ti. Es electricidad normal, pero constante. si no encuentras manera de detenerlo o evitarlo, puede que ese rayo te mate. Cuidado.

Datos de Sheev:

Jin frunció el ceño al darse cuenta de que su oponente era intocable para sus guadañas. Era demasiado rápido para poder darle un tajo en condiciones y encima había absorbido su cañonazo de fuego con una facilidad impresionante. Pudo detectar el color rojo en su mano y eso la hizo sonreír de lado. Al fin había logrado algo importante. En ese momento comenzó a hacer arder a Acnologia con sus llamas oscuras. Quería dejarla a una temperatura potente para quemar a ese tipo muchísimo más. Se relamió despacio y por último ladeó un poco la cabeza. Estaba seguro de que ese tipo era un puto usuario de las frutas del diablo. El enorme monstruo de cinco metros rugió con furia, esperando de una vez la acometida de su oponente y con el haki de observación preparado. Entonces continuó haciendo más llamas a su alrededor, tratando de calentar el suelo todo lo posible.

Todo pasó en un abrir y cerrar de ojos. Aquel tipo se lanzó a por el enorme monstruo con toda la intención de cortarlo en pedazos. Su tajo entonces fue bloqueado por las dos guadañas de Jin, el cual las movió a una velocidad impresionante con el kami-e kempo. El impacto le hizo fruncir el ceño y notó a su preciosa Acnologia agrietarse un poco. Ese cabrón iba a partirla si continuaba bloqueando con ella. La bestia aumentó el nivel de las llamas de su cuerpo mientras rugía tratando de quemar a aquel tipo. Finalmente la fuerza del espadachín arrojó al monstruo en llamas a unos tres metros hacia atrás. Entonces observó aquella jodida cara en la nube apuntar hacia él ¿Qué demonios era aquella cosa? El demonio frunció el ceño al darse cuenta de que iba a tener que ser rápido. Su haki de observación le alertó de algo que podía causar su muerte. El criminal rugió con ganas y lanzó llamaradas de fuego hacia aquella cosa, solidificándolas por el camino y formando “barreras”.

Fue entonces cuando aquel rayo impactó contra el fuego, pero parecía continuar avanzando hacia él. Jin interpuso más fuego sólido por el camino y en último lugar usó el kamisori para moverse a un lado a toda velocidad. Aquella cosa chocó contra su brazo envuelto en llamas y contra la guadaña de kairouseki, formando una especie de explosión de fuego provocada por el mismo Surfer. Una humareda negra surgió del suelo, haciendo que todo quedase sin visión por unos momentos. Cuando aquel jodido humo desapareció, pudo verse la silueta de Jin, pero se hallaba en forma humana en lugar de convertido en un monstruo. Jadeaba con ganas y su brazo izquierdo parecía haber desaparecido. Aquel jodido ataque le había entumecido el brazo y encima calcinado. Para evitar el avance de la supuesta electricidad, él mismo tuvo que cortarse su propio brazo. La extensión de aquella cosa le había roto la mitad de la máscara y parte de la túnica.

Estado:

El asesino sangraba un poco por el ojo izquierdo y una terrible aura blanca le estaba rodeando. Su Resisutansu le había librado un poco del terrible daño explosivo eléctrico de aquella cosa que se hallaba bajo la manga de su oponente. Traintor se hallaba tirada en el suelo y la respiración del demonio era bastante agitada. Surfer llevó a Acnologia a la terrible herida para cauterizarla, pues la hoja estaba al rojo vivo debido a sus llamas oscuras. Contuvo un terrible grito de dolor y después de unos momentos se colocó en pie. Su ojo derecho formó un vórtice de viento, el cual comenzó a girar en su rostro hasta que Traintor fue atraída hacia su mano por arte de magia. A continuación guardó ambas guadañas en sus fundas. Los rojizos ojos de aquel tipo estaban clavados en el anciano. Era muchísimo más fuerte de lo que había planeado y ahora tenía la desventaja de no tener un brazo para el combate. El esfuerzo que tuvo que hacer para no vomitar ni desmayarse fue brutal.



- ¿Pensabas que esto se había terminado? Me temo que el juego va a continuar.

Sus palabras fueron increíblemente calmadas y una sonrisa siniestra se formó en su rostro. Era increíble que pese a todo tuviera aquella tranquilidad tan impresionante. Entonces fue cuando el moreno introdujo su mano derecha dentro de su bolsillo, sacando una pequeña perla amarilla. Las famosas y ya extintas rumbles balls. Él disponía de unas cincuenta todavía y tenía unas cuantas con él. Sin pensárselo se la metió en la boca con cuidado y quitándose la máscara, la cual arrojó al suelo. Una vez la tragó, una sonrisa ladeada se formó en su rostro. El terrible asesino comenzó a crecer hasta los quince metros de alto. De su cabeza surgieron unos cuernos terribles, todo su cuerpo se recubrió de escamas y una terrible cola salió de la parte baja de su espalda. La bestia se rodeó de fuego y gritó con bastante fuerza.

Estado:

El monstruo cogió a Aconologia, la cual había crecido hasta ser perfecta para el terrible monstruo. Llegaba el momento final de Jin, la forma que usaba para terminar los combates difíciles. El emperador del fuego. Sus dorados ojos se fijaron en su presa y fue cuando el monstruo se desplazó a una velocidad ridícula con el kamisori hacia aquel anciano. De un par de terribles tajos trató de partirlo en pedazos varias veces, pero eso era solo el principio. El enorme monstruo se elevó sobre aquel hombre con el geppou. Entonces clavó su arma en el suelo y estiró la mano hacia abajo. Tanto de su palma como de la boca y los cuernos surgieron llamaras negras que parecía cañonazos dispuestos a terminar con todo a su paso. Quemaría a aquel condenado sin pensárselo y lo haría cenizas. Le diese o no, tomaría la enorme guadaña y volvería a rugir con fuerza.

- ¡Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrr!

Datos:

Milena continuaba trotando tranquilamente por aquel lugar. Su mirada estaba fija al frente y no pensaba pararse hasta llegar al lugar de la batalla. Entonces notó una terrible explosión a unos metros a su alrededor. Un terrible fuego negro comenzó a brotar de bastantes partes y lo primero que vio fue a un terrible monstruo en llamas combatir contra el viejo de Meln. Dicho ser no tenía brazo y eso la hizo alzar una ceja. Esa cosa debía de ser Surfer, pues ya había visto antes una forma similar a la suya. Las ganas de ir por él eran increíbles, pero por el momento no podía volar. Aprovecharía desde aquella posición y lo primero que haría sería lanzar dos ondas cortantes con una fuerza increíble. Una vez hiciese eso, sonreiría de lado y continuaría corriendo en línea recta.

- Más te vale no morir, cabronazo. Yo seré la que termine con tu vida…

Dijo con el gesto serio para después pasar de ellos y continuar corriendo tranquilamente hacia el campo de batalla. Se relamió despacio y después se frenó en seco. Se dio la vuelta y sin pensárselo mostró una sonrisa sádica. Era el momento de combatir hasta la muerte. Ella también quería divertirse y más después del polvo con Zane. Milena lanzó unas cuantas ondas más contra el terrible ifrit y después de aquello se lanzó a por el anciano. Sin pensárselo imbuyó su katana en haki armadura y la endureció. Trató de cortarlo en dos por la altura de la cintura una vez pasase el ataque y le diese o no, lanzaría otro tajo hacia su pierna derecha. A continuación soltaría una terrible carcajada y activaría la gravedad en la zona para que ambos fuesen más lentos y les jodiese pelear. Era el momento de que ella se divirtiese.

- ¡Esto parece divertido ¡Dejad que me una!

Gritó al mismo tiempo que la pelirroja observaba a sus dos oponentes con el ceño fruncido. Ella también iba a divertirse bastante y por el momento estaría cerca del anciano y alejada de las llamas. Algo le decía que podía ser muy entretenido.

Datos:

Cuando termina el devastador ataque por parte de ambos, el anciano está en pie. Sujeta su katana con una mano, la única que le queda, amoratada y quemada a partes iguales. Su rostro gris ahora oscila entre un rojo vivo y un negro carbón, mientras sus piernas heridas parecen sostenerse por arte de magia, pero tiemblan debido al enorme peso que cae sobre ellas. A sus pies la mitad de un filo está tirado en el suelo, medio derretido por la furia del ataque de Jin. Por primera vez no mantiene una expresión serena, y mientras su túnica empieza a regenerarse su capucha cae hacia atrás, dejando ver una expresión crispada y un ceño fruncido, con unos desorbitados ojos amarillos.

-Cuando termine con vosotros- dice, señalando a Milena con la espada-, me quedaré tu cuerpo.

Grita con furia, y de las mangas de su túnica sale una nube gris, con un gigantesco rostro de desesperación. Podéis oírlo gemir, y poco a poco más y más se suman a su voz, hasta que los tres estáis rodeados por una espesa nube negra, que gira a vuestro alrededor en una agonía que parece no tener fin. Al mismo tiempo, todo su cuerpo se rodea de lo que, de nuevo, parecen más almas.

-Más de tres mil almas quemadas- dice-. ¡Sentid el Tormento!

Gira más deprisa, y se levanta un pequeño huracán en el interior, tan potente que el suelo, cristalizado, se rompe y saltan esquirlas en todas direcciones, pero se desintegran al tocar su escudo de almas. Tarda muy poco en brillar azul, y todos los rayos se concentran en un punto: La espada del anciano, que corre con una velocidad asombrosa mientras la electricidad va alargando el filo del arma, y la residual salta hacia todos lados. El poder de una tormenta, concentrada en un golpe, y en un sencillo corte diagonal trata de abarcar desde Milena hasta la cintura del ser. Cuando el movimiento culmina, toda la electricidad sobrante va hacia el centro del círculo, golpeando a quien esté en su camino.

Finalmente, la nube se desvanece, y sobre una rodilla está el hombre, arma en mano, resoplando y jadeando, esperando ver el resultado de su último ataque.

-No... se... juega... con... Meln...

El monstruo volvió a rugir de forma exagerada, haciendo que las llamas de su alrededor se extendiesen mucho más, con todo el objetivo de llevarse por delante también a la jodida pelirroja. Estaba furioso y eso hizo que apretase los puños con rabia. Era el momento de su ataque final y comenzó a armar llamas oscuras en su única mano. Ya tenía planeado su ataque más bestial, aquel con que dejó a Émile en estado pésimo, el que usó para asesinar a varios Vice-almirante y con el que ganó su puesto en la marina. El monstruo rio de forma sádica y activó su tekkai kempo, bloqueando las ondas de la pelirroja, pero llevándose cierto daño en su pecho. Empezó a sangrar un poco y eso le hizo ahogar un quejido. A continuación miró al anciano, el cual estaba formando un jodido tornado a su alrededor.

- He ganado…

Susurró el monstruo abriendo la boca y lanzando una terrible llamarada hacia al joven y el anciano, pero entonces aquel corte fue directo hacia él. Los ojos del demonio se abrieron como platos y trató de usar el kamisori. Se elevó a un lado saltando con elegancia, hasta que notó su cola ser cortada en dos. Gritó de furia recibiendo una descarga que lo tiró al suelo directamente, la hoja eléctrica pasó por su brazo ya cortado, cortando otra parte de él y dejándole un poco de carne además del hombro. El asesino gritó de dolor al mismo tiempo que se retorcía en el suelo. De nuevo trató de alejarse a toda velocidad, pero debido a su tamaño le alcanzó una parte de aquellos rayos que volvían al centro. El terrible monstruo notó una descarga intensa recorrerle. No era la primera vez, pues ya era la cuarta teniendo en cuenta el ataque final del tipo de cobre en la marina. Notó su heridas echar humo y su cuerpo temblar entero.

- ¡Imposible! – Gritó con una voz grave.

La bestia notó su cuerno derecho hacerse pedazos y parte de su rostro quedarse hecho trizas, de hecho, su ojo izquierdo se cerró totalmente después del sangrado, quedando inservible. Cuando se dio cuenta de que le faltaba visión empezó a mosquearse bastante. Se retorció de nuevo por el suelo hasta el punto de abrir la boca y expulsar fuego hasta el cielo. Es entonces cuando cerró los ojos y quedó demasiado herido. No era su tiempo, pero no tenía energía para continuar manteniendo aquella forma y poco a poco fue volviendo a la forma humana. Su cuerpo estaba hecho un estropicio. Su túnica quemada y su torso lleno de cortes y quemaduras. Sus hombros bastante magullados y sus piernas temblando. El asesino entonces observó al anciano en aquel estado. Hizo un esfuerzo sobrehumano y después de unos momentos tomó su guadaña de kairouseki. Se desplazó con el kamirosi hasta él y trató de colocarse a su espalda.

- ¡Tú caerás aquí!

Dicho eso, trató de atravesarle el corazón con la hoja de su guadaña para acto seguido intentar cortarle la cabeza. Lo lograse o no, caería de espaldas al suelo, hecho una mierda y mirando con un odio increíble a la pelirroja si había sobrevivido.

- Tú…

Jin apenas podía moverse y notó la sangre manar de su ojo izquierdo, su estado era demasiado pésimo. Debía retirarse momentáneamente.

Datos:

La chica chocó su espada contra la de su oponente, dándose cuenta de que su preciosa katana quedó hecha polvo. Sus ojos se abrieron como platos al darse cuenta de ello y lo que pasó a continuación la hizo retroceder. Eso de quedarse con su cuerpo la devolvió a la realidad y provocó que escupiese un poco de saliva. La pelirroja entonces retrocedió bastante y observó la nube que se estaba formando a su alrededor. Debía hacer algo cuanto antes, y fue entonces cuando el anciano lanzó un enorme tajo hacia ellos. Debía prepararse para esquivarlo, cuando de repente notó una temperatura elevada ir hacia ella. La joven frunció el ceño y saltó hacia atrás cerrando los ojos. Aquella embestida de fuego la lanzó por los aires, quemando sus brazos de forma peligrosa.

La chica gritó de dolor, pero gracias a aquello pudo evadir el corte de milagro. La jodida energía azulada también la tomó por sorpresa y la tiró al suelo, haciendo que todo su cuerpo sufriese convulsiones y sus pelos se erizasen. Nunca había notado semejante descarga y dolor en sus brazos al mismo tiempo y por ello empezó a temblar.

- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaagh!

La chica aulló de dolor sin consolación al sentir que no podía defenderse sin su arma. Entonces quedó tumbada en el suelo, sangrando por los brazos, por la boca y con el cuerpo lleno de magulladuras. Aquel ataque la había dejado en un estado lamentable. Cuando pasó todo se fijó en que Jin estaba tirado en el suelo, pero parecía seguir dando guerra. No solo trató de asesinar al viejo, encima la amenazó y la miró con rabia. Ese monstruo la hacía sentir miedo. Apretó los puños con rabia y se colocó en pie con una dificultad impresionante. No podía combatir con él en su estado actual y pese a que el moreno estaba igual, él podía convertirse. Milena entonces activó su paso del rayo y salió despedida hacia el Oeste a unos noventa metros por segundo, tratando de tener cuidado con los obstáculos.

- Imposible…

Susurró muerta de miedo mientras rezaba porque el demonio no fuese por ella. De hecho, tropezó un momento y miró hacia atrás mientras temblaba. Quería ver a Ushio cuanto antes, no entendía la razón, ya que ella era muchísimo más fuerte que él, pero tenía un miedo increíble. Había visto a ese puto demonio asesinar a uno de los líderes de Meln y encima tenía ganas de más. Justo entonces se frenó como pudo de nuevo ¿Debía ir a por él? Su cuerpo se lo pedía, pues fue al autor de la muerte de Kiogre. Pero sus piernas temblaban y si lo hacía, podría morir fácilmente. Tenía que hacerse más fuerte antes de retar a Surfer. Ella misma sabía sin tener haki de observación, que ese monstruo era lo peor.

El hombre frena con dificultad el golpe que trata de atravesarle el corazón con la punta del arma, pero el movimiento de decapitación lo coge por sorpresa y, aunque consigue interponer la espada, está tan débil que la guadaña la empuja. Tanto la cabeza como la Katana salen volando unos metros. El anciano ha muerto.