Röggvar S. Björnsson
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Exp: 0
Nivel: 1
Nombre: Röggvar S. Björnsson
Apodo:
Edad: 25
Sexo: Hombre
Raza: Humano
Ciborg: No
Implantes Ciborg:
Rango/Empleo: (De acuerdo a la jerarquía de vuestra facción https://www.onepiece-definitiverol.com/t…jerarquia. Si sois ciudadanos, poneos el empleo que desempeña vuestro personaje. También podéis poner su última profesión conocida (Revolucionario panadero, por ejemplo)).
Rango social: Iniciado
Descripción estilo de lucha: En contraposición a los orígenes de Röggvar, este hace gala de un estilo de lucha datado del siglo XVII en España. La esgrima antigua es aquella que hace uso de las espadas roperas, de una mano y broquel y de mano y media. Así pues, en el estilo de la "verdadera destreza", el espadachín hace gala de tretas, generales y particulares, además de atajos, diversiones y otras técnicas para controlar y llevar a su favor un duelo de esgrima, sin exponer en demasía su integridad física. A parte, para combate a distancia o de sigilo, usa un arco y un par de dagas, sin una maestría específica para su uso.
Akuma no mi:
Tipo de fruta:
Poder Característico:
Tabla de niveles:
Hakis, Técnicas y Power Ups:
Descripción física: El susodicho del que trata la ficha, es un joven alto, de alrededor de un metro con ochenta centímetros, con complexión atlética, que le dota de una musculatura apropiada para levantar algo más de su propio peso, pero sin afectar a su agilidad. Röggvar posee una pequeña cicatriz con la forma de la runa "Ethel" en su hombro derecho y un tatuaje con una inscripción rúnica grabado a lo largo de su columna vertebral. Una larga melena, generalmente trenzada y de color pardo adorna su cabeza, mientras que unos ojos verdes, del color de los pastos en primavera, adorna sus ojos. Aunque si bien se puede observar, el joven nórdico posee en los mismos, unos ribetes de color azúl celeste. Por último, una barba, generalmente recortada, adorna el contorno de su mandíbula.
Descripción psicológica: El joven Röggvar posee una personalidad peculiar. Lejos de la ferocidad y la bravura de sus antepasados nórdicos, él es un nato observador de las situaciones y del uso de la lógica y el raciocinio para sacarles mayor ventaja. A pesar de esta peculiaridad, es un hombre que posee una personalidad muy tranquila, quizá influenciado por su signo zodiacal, tauro. Le gusta la tranquilidad, aunque le excita sobre manera esa adrenalina que recorre su cuerpo cuándo arrebata una vida, se infiltra y tiene en mente la posibilidad de ser descubierto. A pesar del código de honor que guardaban los vikingos con respecto al asesinato de personas por la espalda, sin dar la cara, Röggvar sabe que han cambiado los tiempos y que cualquier otro, no dudará en matarlo a sangre fría si tiene oportunidad, por lo que él tiene en mente lo mismo. Aunque de apariencia afable, es una persona en la que más de una vez te pensarás si confiar, quizá porque él no quiere confiar en nadie, pero si alguien se gana su confiaza, será una confianza incondicional.
Gustos: Adora las armas de filo y antiguas, le dan la sensación de ser mucho mejores que las actuales. Le encanta la sensación de arrebatar una vida y la posibilidad de ser descubierto mientras se infiltra en algún sitio. No le gustan las setas cocinadas, únicamente crudas. Adora la cerveza, el hidromiel y el frío.
Desagrados: Odia las armas de fuego. Le parecen armas usadas por cobardes. Odia que le hieran, pues tiene reminiscencias de su pasado. No le gusta la luz del sol, ni el calor, ni tampoco aquellos seres que tratan de engañarle o ganarse su confianza a base de regalos.
Habilidades: Matar, pues su habilidad en la verdadera destreza es muy alta. Talla de madera. Pasar desapercibido. Cocinar. La oratoria.
Torpeza: Es extremadamente patoso con la mecánica, ni la entiende, ni quiere entenderla. El cultivo es algo que no se le da bien, pues considera que hay que tener más fuerza que maña y eso, no es algo que él posea en demasía. No se le da bien hacer pan, ni tampoco los juegos de tablero.
Profesiones:
Principal: Espadachín - Duelista
Secundarias: Espía - Espía - Domador
Banda:
Armas: Espada ropera, daga vizcaína, espada de mano y media, espada de una mano y broquel, arco y carcaj y cuchillo de supervivencia.
Historia: Hace unos veintinco años, en una soleada costa de la conocida España nació un precioso retoño de pelo rubio, en el seno de una familia de clase media. Por lo general, en su familia no solía haber altercados, ni falta de dinero, pero la vida da muchas vueltas y la del joven Röggvar dio un giro de 360 grados de un día para otro. Su padre perdió su empleo de herrero y su madre, fue acusada de robar a los nobles señores para los que trabajaba, por lo que fue sentenciada a la muerte y ajusticiada delante de un tumulto de personas, entre las que se encontraba nuestro vikingo, que tenía una edad de ocho años. Su padre no soportó toda la desgracia junta y dejando a Röggvar a cargo de unos familiares, se marchó y nunca volvieron a saber más de él. Dado ese suceso, Röggvar tomó la decisión de aprender esgrima, para tener la oportunidad de poder defenderse en caso de que la vida le sorprendiese a él y a sus seres queridos con desgraciadas como las que él había vivido. Diez años después de ingresar en la escuela de esgrima, Röggvar ya demostraba una maestría con las espadas que sorprendía a sus maesrtros, los cuáles no comprendían como un joven que llevaba un tercio de su tiempo de entrenamiento, era capaz de dominar la verdadera destreza de esa manera.
Así pues, Röggvar, que vivía en la granja de sus familiares, se pasaba la mañana trabajando en la misma y las tardes practicando la verdadera destreza de la esgrima, bien en la escuela, bien por su cuenta. Por supuesto, alguien de su talla no tenía muchas fallas, pero no era implacable, así que se esforzaba al máximo para encontrar sus puntos débiles y poder cubrirlos, incluso para llegar a la perfección de su espada. Ocupado todo el día como tenía, raro no era que por las noches, encontrase la ocupación que le llevó a su trabajo actual.
Un buen día, sus familiares decidieron permitirse el lujo de un almuerzo en la taberna del pueblo, pues hacía poco había nacido un potrillo de la yegua que ellos tenían, lo que les permitiría criarla para después venderlo como animal de trabajo o montura y con el dinero, comprar una vaca que les diese leche y materia prima para otro tipo de productos. Mientras almorzaban, el alguacil jefe del pueblo penetró por el umbral de la misma, acompañado de uno de sus oficiales. Se sentarón a almorzar, como los demás. Y en poco tiempo, a Röggvar le llegaron los murmullos de que un grupo de bandidos merodeaban los pueblos de los alrededores y por este mismo, en busca de riquezas que pudiesen robar. Röggvar agudizó su oído, pues ese tema le interesaba especialmente. Sabía de sobra que la familia de nobles que había ejecutado a su madre poseía una cantidad ingente de riquezas y que para ese grupo de bandidos, sería cuestión de tiempo el interesarse por la mansión de los mismos. Por eso, aquella noche, el joven vikingo salió por la ventana de su habitación con sumo cuidado y se dirigió a la mansión de los nobles. Una vez allí, esperó, inteligentemente, en la parte de atrás de la construcción, con tan buena suerte, de que una hora después, aparecieron los susodichos. El joven salió del seto en el que había permanecido escondido con las manos en alto y caminando despacio, pues no pocos bandidos le apuntaban con arcos, ballestas, pistolas y puntas de espada. Röggvar les explicó sus motivos para querer unirse a ellos; venganza y el impartir algo de justicia y ellos le aceptaron, aunque le pusieron a prueba en el asalto a aquella construcción. Debía entrar él solo, con dos personas más que le vigilasen, para robar a la gente de ese mismo sitio y después sacar las cosas de valor y llevarlas juntos a ellos. El joven aceptó.
Pero a Röggvar, la venganza se le fue de las manos. Agazapado en las sombras, se movió por aquella casa como si su vida le fuese en ello y como si fuese algo innato, se cruzó en el camino de un par de mayordomos que no le habían visto y que posiblemente fuesen inocentes, pero el joven no lo pensó y los degolló sin miramientos. Tras alcanzar la habitación de los señores, entró sigilosamente, ahora ergido y con su espada de una mano ensagrentada por las muertes del servicio. Röggvar se subió a la cama de los señores y sin mediar palabra, clavó su espada en la garganta del señor, que había seguido las órdenes de su mujer. A la señora, con un pie del joven en su pecho para evitar su escapada, la ensartó por el vientre, lentamente, dejando su espada avanzar por el cuerpo de la mujer, provocándole una muerte lenta y dolorosa, pues ella había sido la artífice de la muerte de su madre. Tras acabar su cometido, dejó a los que le acompañaban que limpiaran su casa de objetos de valor y salieron de la hacienda, con el temor en el cuerpo, pues el pueblo estaba en llamas.
Ocultos en la espesura del bosque, los bandidos informaron a Röggvar de la entrada en su banda y que un grupo de piratas había atacado el pueblo mientras ellos entraban en la mansión, matando y saqueando a todo el que se interpusiera en su camino. El joven, sin mediar palabra y sin pensarlo un segundo, salió corriendo, espada en mano, hasta llegar a la granja de sus familiares, a los cuáles halló brutalmente asesinados, al igual que a los animales. En aquella casa, medio derruida, el joven vikingo se echó de rodillas y se culpó por todo lo que había pasado. Y se juró dos cosas; Una, que no confiaría en nadie y dos, que buscaría a los culpables de aquello.
Días después, dejó el pueblo, la banda y la escuela e ingresó en los Cipher Pol.
Mar de origen: Mar del Norte.
Isla de origen: Swallow.
Pertenencias: Röggvar porta un colgante con una talla de hueso marcada por runas y un pendiente de una piedra brillante, del mismo color de sus ojos.
Botín de partidas: Ninguna
Sueños: Dada las interminables narraciones de sus familiares sobre la historia de sus antepasados, Röggvar persigue el sueño de ver mundo y conocer distintos países, a parte de poder saquear y sentir lo mismo que sintieron sus antecesores.
Referido por: Francis Vondermont.
Nivel: 1
Nombre: Röggvar S. Björnsson
Apodo:
Edad: 25
Sexo: Hombre
Raza: Humano
Ciborg: No
Implantes Ciborg:
Rango/Empleo: (De acuerdo a la jerarquía de vuestra facción https://www.onepiece-definitiverol.com/t…jerarquia. Si sois ciudadanos, poneos el empleo que desempeña vuestro personaje. También podéis poner su última profesión conocida (Revolucionario panadero, por ejemplo)).
Rango social: Iniciado
Descripción estilo de lucha: En contraposición a los orígenes de Röggvar, este hace gala de un estilo de lucha datado del siglo XVII en España. La esgrima antigua es aquella que hace uso de las espadas roperas, de una mano y broquel y de mano y media. Así pues, en el estilo de la "verdadera destreza", el espadachín hace gala de tretas, generales y particulares, además de atajos, diversiones y otras técnicas para controlar y llevar a su favor un duelo de esgrima, sin exponer en demasía su integridad física. A parte, para combate a distancia o de sigilo, usa un arco y un par de dagas, sin una maestría específica para su uso.
Akuma no mi:
Tipo de fruta:
Poder Característico:
Tabla de niveles:
Hakis, Técnicas y Power Ups:
Descripción física: El susodicho del que trata la ficha, es un joven alto, de alrededor de un metro con ochenta centímetros, con complexión atlética, que le dota de una musculatura apropiada para levantar algo más de su propio peso, pero sin afectar a su agilidad. Röggvar posee una pequeña cicatriz con la forma de la runa "Ethel" en su hombro derecho y un tatuaje con una inscripción rúnica grabado a lo largo de su columna vertebral. Una larga melena, generalmente trenzada y de color pardo adorna su cabeza, mientras que unos ojos verdes, del color de los pastos en primavera, adorna sus ojos. Aunque si bien se puede observar, el joven nórdico posee en los mismos, unos ribetes de color azúl celeste. Por último, una barba, generalmente recortada, adorna el contorno de su mandíbula.
Descripción psicológica: El joven Röggvar posee una personalidad peculiar. Lejos de la ferocidad y la bravura de sus antepasados nórdicos, él es un nato observador de las situaciones y del uso de la lógica y el raciocinio para sacarles mayor ventaja. A pesar de esta peculiaridad, es un hombre que posee una personalidad muy tranquila, quizá influenciado por su signo zodiacal, tauro. Le gusta la tranquilidad, aunque le excita sobre manera esa adrenalina que recorre su cuerpo cuándo arrebata una vida, se infiltra y tiene en mente la posibilidad de ser descubierto. A pesar del código de honor que guardaban los vikingos con respecto al asesinato de personas por la espalda, sin dar la cara, Röggvar sabe que han cambiado los tiempos y que cualquier otro, no dudará en matarlo a sangre fría si tiene oportunidad, por lo que él tiene en mente lo mismo. Aunque de apariencia afable, es una persona en la que más de una vez te pensarás si confiar, quizá porque él no quiere confiar en nadie, pero si alguien se gana su confiaza, será una confianza incondicional.
Gustos: Adora las armas de filo y antiguas, le dan la sensación de ser mucho mejores que las actuales. Le encanta la sensación de arrebatar una vida y la posibilidad de ser descubierto mientras se infiltra en algún sitio. No le gustan las setas cocinadas, únicamente crudas. Adora la cerveza, el hidromiel y el frío.
Desagrados: Odia las armas de fuego. Le parecen armas usadas por cobardes. Odia que le hieran, pues tiene reminiscencias de su pasado. No le gusta la luz del sol, ni el calor, ni tampoco aquellos seres que tratan de engañarle o ganarse su confianza a base de regalos.
Habilidades: Matar, pues su habilidad en la verdadera destreza es muy alta. Talla de madera. Pasar desapercibido. Cocinar. La oratoria.
Torpeza: Es extremadamente patoso con la mecánica, ni la entiende, ni quiere entenderla. El cultivo es algo que no se le da bien, pues considera que hay que tener más fuerza que maña y eso, no es algo que él posea en demasía. No se le da bien hacer pan, ni tampoco los juegos de tablero.
Profesiones:
Principal: Espadachín - Duelista
Secundarias: Espía - Espía - Domador
Banda:
Armas: Espada ropera, daga vizcaína, espada de mano y media, espada de una mano y broquel, arco y carcaj y cuchillo de supervivencia.
Historia: Hace unos veintinco años, en una soleada costa de la conocida España nació un precioso retoño de pelo rubio, en el seno de una familia de clase media. Por lo general, en su familia no solía haber altercados, ni falta de dinero, pero la vida da muchas vueltas y la del joven Röggvar dio un giro de 360 grados de un día para otro. Su padre perdió su empleo de herrero y su madre, fue acusada de robar a los nobles señores para los que trabajaba, por lo que fue sentenciada a la muerte y ajusticiada delante de un tumulto de personas, entre las que se encontraba nuestro vikingo, que tenía una edad de ocho años. Su padre no soportó toda la desgracia junta y dejando a Röggvar a cargo de unos familiares, se marchó y nunca volvieron a saber más de él. Dado ese suceso, Röggvar tomó la decisión de aprender esgrima, para tener la oportunidad de poder defenderse en caso de que la vida le sorprendiese a él y a sus seres queridos con desgraciadas como las que él había vivido. Diez años después de ingresar en la escuela de esgrima, Röggvar ya demostraba una maestría con las espadas que sorprendía a sus maesrtros, los cuáles no comprendían como un joven que llevaba un tercio de su tiempo de entrenamiento, era capaz de dominar la verdadera destreza de esa manera.
Así pues, Röggvar, que vivía en la granja de sus familiares, se pasaba la mañana trabajando en la misma y las tardes practicando la verdadera destreza de la esgrima, bien en la escuela, bien por su cuenta. Por supuesto, alguien de su talla no tenía muchas fallas, pero no era implacable, así que se esforzaba al máximo para encontrar sus puntos débiles y poder cubrirlos, incluso para llegar a la perfección de su espada. Ocupado todo el día como tenía, raro no era que por las noches, encontrase la ocupación que le llevó a su trabajo actual.
Un buen día, sus familiares decidieron permitirse el lujo de un almuerzo en la taberna del pueblo, pues hacía poco había nacido un potrillo de la yegua que ellos tenían, lo que les permitiría criarla para después venderlo como animal de trabajo o montura y con el dinero, comprar una vaca que les diese leche y materia prima para otro tipo de productos. Mientras almorzaban, el alguacil jefe del pueblo penetró por el umbral de la misma, acompañado de uno de sus oficiales. Se sentarón a almorzar, como los demás. Y en poco tiempo, a Röggvar le llegaron los murmullos de que un grupo de bandidos merodeaban los pueblos de los alrededores y por este mismo, en busca de riquezas que pudiesen robar. Röggvar agudizó su oído, pues ese tema le interesaba especialmente. Sabía de sobra que la familia de nobles que había ejecutado a su madre poseía una cantidad ingente de riquezas y que para ese grupo de bandidos, sería cuestión de tiempo el interesarse por la mansión de los mismos. Por eso, aquella noche, el joven vikingo salió por la ventana de su habitación con sumo cuidado y se dirigió a la mansión de los nobles. Una vez allí, esperó, inteligentemente, en la parte de atrás de la construcción, con tan buena suerte, de que una hora después, aparecieron los susodichos. El joven salió del seto en el que había permanecido escondido con las manos en alto y caminando despacio, pues no pocos bandidos le apuntaban con arcos, ballestas, pistolas y puntas de espada. Röggvar les explicó sus motivos para querer unirse a ellos; venganza y el impartir algo de justicia y ellos le aceptaron, aunque le pusieron a prueba en el asalto a aquella construcción. Debía entrar él solo, con dos personas más que le vigilasen, para robar a la gente de ese mismo sitio y después sacar las cosas de valor y llevarlas juntos a ellos. El joven aceptó.
Pero a Röggvar, la venganza se le fue de las manos. Agazapado en las sombras, se movió por aquella casa como si su vida le fuese en ello y como si fuese algo innato, se cruzó en el camino de un par de mayordomos que no le habían visto y que posiblemente fuesen inocentes, pero el joven no lo pensó y los degolló sin miramientos. Tras alcanzar la habitación de los señores, entró sigilosamente, ahora ergido y con su espada de una mano ensagrentada por las muertes del servicio. Röggvar se subió a la cama de los señores y sin mediar palabra, clavó su espada en la garganta del señor, que había seguido las órdenes de su mujer. A la señora, con un pie del joven en su pecho para evitar su escapada, la ensartó por el vientre, lentamente, dejando su espada avanzar por el cuerpo de la mujer, provocándole una muerte lenta y dolorosa, pues ella había sido la artífice de la muerte de su madre. Tras acabar su cometido, dejó a los que le acompañaban que limpiaran su casa de objetos de valor y salieron de la hacienda, con el temor en el cuerpo, pues el pueblo estaba en llamas.
Ocultos en la espesura del bosque, los bandidos informaron a Röggvar de la entrada en su banda y que un grupo de piratas había atacado el pueblo mientras ellos entraban en la mansión, matando y saqueando a todo el que se interpusiera en su camino. El joven, sin mediar palabra y sin pensarlo un segundo, salió corriendo, espada en mano, hasta llegar a la granja de sus familiares, a los cuáles halló brutalmente asesinados, al igual que a los animales. En aquella casa, medio derruida, el joven vikingo se echó de rodillas y se culpó por todo lo que había pasado. Y se juró dos cosas; Una, que no confiaría en nadie y dos, que buscaría a los culpables de aquello.
Días después, dejó el pueblo, la banda y la escuela e ingresó en los Cipher Pol.
Mar de origen: Mar del Norte.
Isla de origen: Swallow.
Pertenencias: Röggvar porta un colgante con una talla de hueso marcada por runas y un pendiente de una piedra brillante, del mismo color de sus ojos.
Botín de partidas: Ninguna
Sueños: Dada las interminables narraciones de sus familiares sobre la historia de sus antepasados, Röggvar persigue el sueño de ver mundo y conocer distintos países, a parte de poder saquear y sentir lo mismo que sintieron sus antecesores.
Referido por: Francis Vondermont.
Abby
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Cumple con el código de la ficha. Lo encontrarás en este tema. Si eres espadachín no puedes usar arco, en ese caso te recomiendo que seas alternativo o asesino, para usar todo tipo de armas. Por cierto, debe cumplir también los mínimos establecidos en cada apartado.
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