Zay y Galhard vs The Creepy

Zay y Galhard vs The Creepy. Comienza Zay.

Al felino le había tocado pelear contra un tipo muy raro. Aunque lo mas extraño de todo es que su compañero en esta batalla iba a ser un marine. El mink se preparó para luchar, crujió sus nudillos y esperó a que su compañero estuviera listo.

- Bien compañero. Hoy mi vida como pirata toca a su fin, es decir que no estoy afiliado a ninguna facción ahora mismo. Si es cierto que el asesino de mi madre no era marine, no tengo que luchar contra vosotros. ¿Voy yo primero vale? Destrocemos a este hombre raro.

El mink se dirigió rápidamente hacia su enemigo, cargando electricidad en su puño, toda la que podía. Mientras corría hacia su posición, lo complementaba con movimientos zigzagueantes. Con sendos movimientos, pretendía confundir a su rival para poder golpearlo fácilmente en el rostro.

Por fin el felino iba a tener algo de diversión. Solo había venido aquí a pelear contra gente fuerte y esperaba que este tipo raro que tenía como rival lo fuera. Tener a alguien apoyándote en la batalla no llegaba a estar mal del todo, quizás hasta podrían combinar ataques para golpearlo más duro, quien sabe. Igual hasta se hacían amigos, algo que nunca consiguió el mink.

La situación no podía ser más extraña para el joven recluta, apenas había tenido tiempo de asimilar lo que ocurría a su alrededor y la súbita desaparición de Bleyd cuando se quedó a solas con el Mink pirata, eso desde luego no iba a ir bien para su alergia pensó Galhard. De pronto una desagradable voz se hizo presente y una horrible figura con un ridículo sobrero y un enorme martillo les salió al paso.  

"¿Que demonios es esa cosa? ¿Otro idolo musical para adolescentes? La idea de Galhard fue descartada en el momento en el que la siniestra figura mencionó que echaban Fama a bailar Ah, no... Solo es un tipo friki adicto a la telebasura.

El barbudo raro alzó su martillo, con una cara digna de un señor que ofrece golosinas a los niños en un callejón oscuro. En el momento en el que el recluta iba a analizar la situación escuchó al mink de pelo amarillo hablarle sobre redimirse. Parecía que el carácter hostil que originalmente mostraba frente a la marina había sido disipado en gran medida por la elocuencia del almirante, hasta el punto que alguien que había decidido acabar con la marina ahora lo llamase compañero. Galhard, al cual, la situación en otras condiciones le habría parecido horrible, por su reticencia inicial a tratar con los minks por su alergia y subsecuente poca valoración de ellos por ese mismo motivo, se veía algo ALiviado de no haber quedado completamente solo ante semejante ser, pues, aunque hiciese la fachada de que no le había dolido, el golpe recibido por el crío para salvar a la mascota de Bleyd le había dejado algo de mella y siendo realistas, en solitario probablemente su cabeza habría acabado hecha puré por el enorme martillo de su rival.

Antes de que tuviese tiempo a contestar al Mink, el cual para desgracia de él, solo en esta ocasión, lucía bastante desaliñado, se abalanzó rápidamente contra el barbas. La estrategia del felino era evidente, aprovechar su velocidad para marear al oponente y tratar de encajar un golpe contundente contra la cosa. Si bien no era mala idea, no era de las mejores a aplicar en un espacio reducido como el del pasillo y menos aún si ambos no estaban en sus máximas capacidades.

Galhard se fijó en el puño del Mink, el cual se recubrió de electricidad "Mmm... Eso podría dar mucho juego." Si bien un ataque directo no era factible, Galhard podría hostigar al hombre del sombrero con su espada cuando este último estuviese lo suficientemente distraído o mareado por los movimientos del felino, aún así, la tempestividad del carácter de su improvisado aliado inquietaba a Galhard, pues movimientos imprudentes podían resultar en que el Mink recibiese un duro golpe de martillo. Habría que aprovechar el peso y el tamaño del arma en favor de ellos, pues no era la herramienta idónea para pelear en un espacio reducido. Si la estrategia fugaz del pirata no funcionaba con mucho éxito habría que conseguir que el hombre clavase su martillo en la pared y asegurar que no lo sacara de allí.

voy detrás de ti, no pierdas de vista el armatoste que lleva en la mano, un golpe de eso y estarás en problemas... Compañero. Y si lo ves muy negro no temas en retroceder, contamos con la ventaja numérica y tu fuerza ha de ser algo digno de mención si los demás oficiales te conocían.

Galhard sin quitar el ojo a la batalla y preocupado aunque con cierta desgana por el Mink desenfundó su vieja espada, no estaba afilada pero podría servir para encajar una estocada en el momento donde el extraño bajase su guardia. Galhard odiaba pelear de esa manera algo cobarde y solo siendo alguien de soporte, no le apasionaba mucho la idea de colaborar de esta forma, pero su deseo de salvar el North Blue pesaba más que cualquier otro ideal que tuviese ahora mismo. Sabía que si fracasaba aquí ya no habría forma de enmendar sus errores, así que era hora de usar la cabeza más que nunca en su vida.

Zay, llegas hasta el tipo sin que este haga amago de moverse o esquivar tu puño. Le das en la cara, pero hay algo extraño. Está duro. Te fijas, lleva una máscara de un material que no reconoces. Sin embargo, te parece ver un hilillo de sangre correrle por el lateral. De cualquier manera, se ríe entre dientes y baja el martillo rápidamente, tratando de darte en la cabeza.

Galhard, el tipo no parece prestarte mucha atención, está bastante enfocado en Zay.

El ataque del felino no había surtido efecto alguno en su enemigo, aunque pudo divisar algo de sangre por el lateral. Llevaba una máscara muy dura pero al menos algo de sangre le hizo. Ya era un avance. El guerrero mink estaba completamente a voluntad del enemigo, el cual sonrió y atacó a este con su martillo, bajándolo rápidamente para darlo en la cabeza. Un golpe de eso en el cráneo del mink y no viviría para contarlo. El martillo bajaba y lo único que podía hacer Zay era extender su brazos para agarrarlo con sus garras y que no lo golpease. El mink tenía fuerza, pero no sabía si la suficiente para parar el armatoste que llevaba ese tipo como arma. Mientras forcejeaba con el arma de su enemigo, el mink giró su cabeza y gritó al marine que tenía como compañero de batalla...

- ¡Rápido, atacalo ahora que está ocupado conmigo, no podré aguantar mucho más así. Está expuesto a un ataque directo!

Tras decir eso, Zay no pudo aguantar más y el tipo del martillo le ganó la batalla de fuerza, el martillo cayó y le golpeó en todo el costado izquierdo del rostro. Este cayó al suelo, sangrando en abundancia por la boca. Le había roto varios colmillos, parte del hocico y le había dejado un ojo morado.

Se levantó escupiendo sangre, retrocedió y empezó a acumular electricidad en sus garras para preparar el próximo ataque.

Había ocurrido lo que más temía el recluta que sucediese, en el breve lapso de tiempo donde el felino golpeó la cara del grandullón ,sin mucho éxito aparente, el martillo que portaba bajó con gran velocidad, el cual, impactó con gran fuerza en la cara del Mink, los rápidos reflejos de Zay pudieron mitigar el golpe haciendo que el ataque no resultase fatal, pero desde luego el Mink no podría continuar el combate en esa situación, no mucho más. Aparte de ganar el combate, tenía ahora la obligación añadida de asegurarse de que el pirata recibiese el tratamiento adecuado para sus heridas.

La voz de Zay, llena de dolor aclamaba un ataque directo de Galhard hacía el tipo del sombrero mientras escupía sangre por el golpe recibido. ¿Pondría eso en peligro la estrategia que iba a ejecutar el marine?.

"Ah... Menudo día y puesta en escena que he tenido en el cuerpo... Supongo que el factor sorpresa se ha visto algo dañado y golpearle por la espalda queda completamente descartado, bueno, al cuerno con ello, nunca fue mi estilo de actuar tampoco. No me queda otra..."

El joven tomó aire, corrió hacía encontrarse, en paralelo, con el hombre barbudo y con decisión extendió su brazo, levantándolo levemente y con rapidez realizó un fondo con la intención de que su espada diese una fuerte estocada en el costado de su enemigo. Su mente se concentró por completo en ese movimiento. Si no resultaba en una herida fatal estarían en gran desventaja.

El hombre del martillo intenta reaccionar, pero no consigue evitar tu espada. Le das en el costado y empieza a sangrar bastante, pero aparte de un aullido de dolor no parece tener intenciones de retirarse del combate. Intenta apartarte moviendo el martillo hacia ti, Galhard, para después acercarse a Zay dispuesto a rematarle con un segundo martillazo en el cráneo.

El hombre apartó al compañero marine del mink. Parecía tener una obsesión por el guerrero de Zou, pues solo iba a atacarle a él. El felino tenía claro que aquel sitio no sería donde iba a morir. El primer golpe del martillo de aquel misterioso hombre le había hecho mucho daño, pero esta vez no le iba a ser tan fácil.

El marine le había hecho un corte en el costado, lo que aprovecharía el mink para esquivar su martillazo. Con una herida en el costado su movilidad se dificultaría y eso lo aprovecharía Zay en su favor.

Mientras el tipo del martillo iba hacia el felino, este comenzó a acumular toda la electricidad que podía en su garra derecha. El Haki de observación del guerrero de Zou se activó y adivinó que era lo que pretendía hacer su enemigo.

-"Me atacará otra vez con el martillo en el cráneo" - Pensó el felino.

Una vez que el tipo del martillo llegó hasta Zay, esperó a que el martillo estuviera en la trayectoria hacia su cabeza. Parecía que el tiempo se hubiera detenido por unos instantes y en un breve lapso de tiempo, este esquivó el martillo haciéndole fallar su ataque, el cual aprovechó el mink para asestarle el puñetazo eléctrico más potente que podía realizar con todas sus fuerzas, en toda la boca del estómago.

No sabía si su ataque tendría efecto pero lo había dado con toda la fuerza que tenía el mink. Si con eso no podía hacerle algo, nada podría. Solo habría una ultima opción, una muy arriesgada alternativa con la que posiblemente el felino pudiera superar con creces a su adversario.

El grandullón recibió la estocada, la herida era profunda pero no fatal. Por una parte eso aliviaba al recluta que pese a las intenciones hostiles de su rival no compartía el mismo deseo de cortar una vida. Con rapidez Gal movió sus piernas para esquivar el martillo que el hombre balanceó levemente contra él. Parecía que el hombre también se la tenía jurada a los Minks o bien quería quitarse al más problemático de encima primero.

"Inaudito. ¿Cuanto más va a aguantar esta bestia antes de desplomarse? Mierda, realmente quiere cargarse al pirata como de lugar... No voy a llegar a tiempo

Galhard trató de acercarse nuevamente para evitar que la bestia rematase a Zay pero antes de que pudiese reaccionar el creepy lanzó un golpe con el martillo que parecía que sentenciaría al felino. El marine entrecerró los ojos, pensando que ocurriría lo peor pero súbitamente en un movimiento que escapó a los ojos del joven, Zay había conseguido esquivar el martillo y golpear al hombre del sombrero.

La batalla había dado un vuelco favorable para el dúo improvisado, Creepy no podría seguir mucho más el ritmo de la batalla y Galhard se disponía a golpear la nuca de su rival para dejarle fuera de combate hasta que una voz lejana le hizo detenerse, no escuchó con claridad pero sabía que se trataba de Al. El marine pudo ver como una columna de hielo empezaba a emerger del suelo cerca de ellos.

-¿Una retirada?

En otra situación Galhard se habría rehusado a dar el brazo a torcer, más aún cuando la victoria estaba a escasos minutos pero el estado de su rival y el del pirata preocupaban al marine al mismo tiempo que la ominosa cuenta atrás que representaba la torre, no podían perder tiempo ahora.

-¡Zay! Cambio de planes ¿Puedes caminar? No tiene sentido que continuemos esta pelea, está claro que ya hemos ganado, subamos a la columna de hielo.

Galhard clavó su espada al bloque de hielo que nacía bajo sus pies para poder sujetarse mejor mientras con algo de propulsa tendía su mano libre para que Zay la tomase y le siguiese. Tras ello fijó su vista contra Creepy.

Eh tipo raro, demostraste que pese a tus extraños gustos eras un rival duro, lamento que la batalla acabe así pero aquí nuestro peludo amigo ha jurado redimirse y no puedo permitir que muera antes de hacerlo, haz lo mismo contigo y trata tus heridas. Si no no vas a poder ver Fama a bailar... Es mas ¿COMO MIERDAS PIENSAS VER ESO SI QUIERES DESTRUIR EL MAR DONDE SE FILMA? ¡Cuando acabe la gala o lo que hagan en ese programa ponte a pensar en tus decisiones de trabajo y si esas influyen en las cosas que te gustan!... ¡Otro día ya nos daremos de golpes en otro lugar y en otra situación pero ahora no seas idiota!

El marine estaba alterado, no solo era absurdo que el creepy quisiese ver ese programa a la par que quería cargarse el North blue si no que encima sabía que darle la mano a Zay iba a condenarlo a sufrir una alergia más notoria de la que padecía.

"Creo que voy a necesitar limpiarme la botella de licor que me dio Jack a este paso...