[Misión heroica-Paraíso] La meca de los camorristas

Contratante: Madame Midnight, dueña del club Luna llena.

Descripción: Jaya es conocida como la capital de los piratas en el paraíso, la ciudad sin ley plagada de piratas y criminales. Tras la última competición llevada a cabo por Viktor Elrik la ciudad ha visto un incremento exponencial en su nivel de vida, aumentando su tamaño, aunque no precisamente volviéndose más segura. Por alguna razón los conflictos callejeros se han disparado en las últimas semanas. Lo más interesante es que todos estos parecen ocurrir entre personas relativamente poderosas, lo que incrementa la cantidad de daños colaterales. Según hemos averiguado todos estos camorristas siguen un código o una señal antes de empezar a luchar. Nos gustaría que alguien se dedicara a frenar el máximo número de conflictos posible mediante los medios necesarios.

Objetivos secundarios o alternativos: Ganar más de 5 peleas evitando daños colaterales a la ciudad.

Recompensa:

Nombre del objeto: Guatelete de Oro que te identifica como campeón de Jaya
Descripción: Otorgado por unos misteriosos encapuchados a cualquiera que haya mostrado su fuerza en las peleas callejeras de Jaya. Es de líneas simples sin incrustaciones de piedras preciosas y con un extraño grabado de una esfera roja en el dorso de la mano. Parece guardar cierto simbolismo, aunque por ahora no se sabe cuál es su uso.
Propiedades especiales: Dureza, tenacidad y atermia míticas.

Recompensa por objetivos secundarios: De cumplirse la misión secundaria se obtienen 10.000.000 de berries.[/b][/b][/b]

Dark y Bleyd se encontraban sobrevolando Jaya. Tenían un nuevo encargo que hacer: patear los culos de gente que incitaba peleas callejeras e iban destrozándolo todo. Estaban trazando algún plan o, por lo menos, decidiendo qué harían.

-Okey Bleyd, haremos esto... - Exclamó mientras señalaba hacia Jaya desde la nave - Nos separaremos para cubrir el máximo de combates posibles. Si evitamos la destrucción del entorno podremos reclamar la recompensa extra. - Acabó diciendo.

Miró la forma de la isla desde arriba mientras se cruzaba de brazos. ¿Por qué había algo de Jaya que le gritaba? Sentía como si ya hubiese estado anteriormente en la isla. No lo había estado, por supuesto, pero algo dentro de él se retorcía. Tenía una sensación de presión en la sien, como si tratase de recordar algo. Quizás sería porque le comparaban con el vice-almirante, que antaño, señor de la caza, capturó la isla. "Mira cómo ha acabado, parece ser que no acabaste bien tu trabajo" pensó mientras cuestionaba sobre si había hecho un buen trabajo Satou. Quizás el quitarle a los piratas su isla particular sólo los volvería más irascibles. O quizás, el permitir que estuvieran deambulando por ahí, era lo que estaba causando los estragos. "En fin, ni que fuese de mi incumbencia" se dijo a sí mismo mientras se preparaba para saltar al mar y caer a la isla. Si todo salía bien, en unas horas habrían cesado las peleas estúpidas y los daños colaterales.

-Tiene que ser una putada vivir aquí... - Confesó en voz baja.

Se colocó bien la gabardina y agarró a Extorquendo Mundi para colocársela en el cinturón de la espalda. Revisó que tuviese las botas bien atadas y se impulsó, dejándose caer como un ángel hacia el mar y aterrizando en el agua, buceando varios metros y saliendo hacia fuera. Se quitó el pelo de la cara y escupió algo de agua salada. No le gustaba tener que hacer eso demasiado, algún día se haría daño.

Observe como el muchacho saltaba al agua... Para una vez que podíamos aterrizar tranquilamente en la isla, va y se tira al agua... menudas ganas.

-Bien, separemonos un poco, vamos a cubrir mas terreno. Yo iré al norte a ver si veo a algún alborotador.

Me despedí y puse rumbo con Ellie y Fluffle a la zona norte del puerto. Atracamos la nave cerca de unos almacenes, y puse el sistema de emergencia.

-Bueno Ellie ya sabes, aquí tienes dinero ve a disfrutar y hacer turismos, si tienes algún problema llevo el comunicador, la nave esta protegida por los drones así que intenta divertirte.-

Ellie saludo y se marcho a una de las muchas tabernas que había en el puerto, era una chica dura y sabia cuidarse de si misma, ahora bien, tenia que velar por que los combates no se llevaran los edificios y estructuras por delante.

-Vamos Fluffle, busquemos algún corrillo, tal vez hasta podamos hacer apuestas. -

Comencé a darle a la pata ojo a vizor de cualquier suceso que pudiera desencadenar una pelea, no podía dejar que nada se me pasara por alto.

Conforme nadaba hacia el puerto pudo ve que su compañero aterrizaba la nave en la isla. Se sintió algo estúpido al ver que había esa opción; quizás se había precipitado saltando antes de acabar de hablar el plan. Suspiró y acabó llegando tras varios minutos de nado a su lugar de destino. Se agarró a un palo del puente y lo aprovechó para impulsarse y caer encima de éste. Se agitó como si de un perro se tratase para intentar quitarse todo el agua de encima y comenzó a andar mientras se remangaba. Pudo notar, detrás del edificio que parecía ser donde atracaban los barcos, unas presencias algo distorsionadas. Una vez pasó la esquina de la estructura, observó a dos personas pegándose violentamente, mientras otras hacían un círculo para que no saliesen. Tosió alto para que le hicieran caso y lo ignoraron. Después se acercó girando al que parecía llevar las apuestas (llevaba una bolsa grande en la espalda con lo que parecía ser el que llevaba todo) y se dispuso a amenazarles para que parasen.

-A ver, chicos. No tenéis que ir por ahí pegándoos. Como sigáis así a lo mejor soy yo el que os pega.

Aquello si pareció girar a los que formaban el círculo, mirándole de arriba hacia abajo. Todos se quedaron observando lo mismo: su brazo dracónico. Dark se lo llevó a la espalda y comenzó a retroceder lentamente, intentando evitar pelearse cerca del edificio para que no rompiesen nada.

-¡¡¡Ese brazo!!! ¡Id a por él! ¡Todos!

Le estaban confundiendo otra vez. Se defendió poniendo el brazo dracónico en alto y se preparó para la primera pelea. Tenía como seis o siete personas intentándole agarrar y pegar a la vez. No vio nada cortante, así que se limitó a su moral y decidió no usar la espada por ahora. Se escabulló de un agarre y cogió aire, preparando su postura de combate.

Nada... La suerte no me acompañaba hoy, llevaba caminando un buen rato y no veía ni conseguía que nadie me informara de los altercados que se estaban sucediendo. Me senté en un banco y mire la zona, piratuelos y borrachos se encontraban por doquier, muchos se volvían al verme, reconociéndome como la mente maestra de la revolución.

Por fortuna para mi, no parecían hostiles, mas bien interesados y curiosos, me acerque a un vendedor ambulante y compre pasteles de cereza para Fluffle. Necesitaba encontrar como localizar a la gente que creaba peleas... No se me ocurría nada.

Fluffle por su parte disfrutaba tranquilamente de su tarta, lamentablemente una avispada gaviota se poso a su lado y de un rápido picotazo le arrebato la comida, Fluffle se sobresalto y pego un adorable gritito, acto seguido salio en persecución de la ladrona que ya estaba remontando el vuelo. Fluffle no pudo sino maldecir en pedorretas al animal.

Me acerque a Fluffle y lo puse en mi hombro. comencé a patear el aire en busca de semejante ladrona.

La experiencia fue positiva, Fluffle tenia su tarta, la gaviota un trozo de cereza y yo una gran vista de la ciudad.

Observe con cuidado para ver si localizaba algún altercado o confrontación. Nada, no me acompañaba la suerte, tal vez tan cerca del puerto no se reunieron, opte por moverme mas al exterior a ver si así podía ver algo desde las alturas.