Lord Khâmul
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Agudeza
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Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Habían pasado semanas en aquella ala científica de Ennies Lobby, y ahora por fin podía ir a visitrar otras islas, siempre y cuando estas fueran previamente revisadas por la Marina antes de mi partida. El doctor Velik, mi maestro, me enseñó durante mi estancia en Ennies Loby a manejar mis poderes en el patio trasero de las instalaciones. Además, allí había conocido a otra marine, Astartea, con la que había entrenado alguna que otra técnica.
¿Porqué todavía no podía mostrarme en público? Bueno eso tiene fácil explicación. El doctor Velik todavía era muy reservado a presentarme formalmente a al resto de la Marina ya que mi "diseño" no estaba completo. Por este motivo todavía pululaba por las instalaciones viendo a algunos marines y de aquí para allá, recordando mi antigua rutina en Eniies Lobby...aburrida y tediosa. Así que cuando no entrenaba estaba metido en el laboratorio que me habían asignado mejorando mi traje o recibiendo mi "baño" para curar mi piel agrietada por la metralla. No me sentía muy cómodo cuando salía de mi área de confort ya que ¿A quién no le parecería raro un tío de metro noventa embutido en una gran armadura negra? Sobre todo con una respiración un tanto irritante, y sobre todo, en una isla totalmente nueva para mi.
Por fortuna el día estaba soleado y los científicos, al igual que los marines del lugar estaban trabajando en sus respectivos laboratorios. Pude ver a algún que otro vicealmirante dando órdenes por los pasillos o las zonas de entrenamiento, también a algunos cadetes que estaban practicando en el patio mayor de la base mientras que otros hacían guardia. Yo por mi parte tuve que ir al patio de entrenamiento trasero donde me pondría a practicar con mi espada algunos golpes contra muñecos de madera de práctica. Estaba solo, en un patio cuadrado al aire libre, cubierto de césped y alrededor tenía bastantes árboles que impedían la visión tanto desde dentro como fuera del lugar. Tras practicar un par de horas tomé asiento en un tocón que había en una esquina junto a los árboles, a la sombra, como un viejo. Me quedé pensativo allí mientras apoyaba mis manos sobre mis rodillas, como esperando algo o a alguien. Debía seguir entrenando para poder salir cuanto antes de aquella isla , para poder continuar con mi servicio de Marine adecuadamente. Pues ya me estaba cansando de Velik y su secretismo para conmigo. ¿No se fiaba de mi o tenía miedo de lo que podría hacer fuera de su tutela? Una cosa era segura, Velik tenía miedo.
Así que me quedé allí sentado mientras miraba a la nada bajo los árboles.
¿Porqué todavía no podía mostrarme en público? Bueno eso tiene fácil explicación. El doctor Velik todavía era muy reservado a presentarme formalmente a al resto de la Marina ya que mi "diseño" no estaba completo. Por este motivo todavía pululaba por las instalaciones viendo a algunos marines y de aquí para allá, recordando mi antigua rutina en Eniies Lobby...aburrida y tediosa. Así que cuando no entrenaba estaba metido en el laboratorio que me habían asignado mejorando mi traje o recibiendo mi "baño" para curar mi piel agrietada por la metralla. No me sentía muy cómodo cuando salía de mi área de confort ya que ¿A quién no le parecería raro un tío de metro noventa embutido en una gran armadura negra? Sobre todo con una respiración un tanto irritante, y sobre todo, en una isla totalmente nueva para mi.
Por fortuna el día estaba soleado y los científicos, al igual que los marines del lugar estaban trabajando en sus respectivos laboratorios. Pude ver a algún que otro vicealmirante dando órdenes por los pasillos o las zonas de entrenamiento, también a algunos cadetes que estaban practicando en el patio mayor de la base mientras que otros hacían guardia. Yo por mi parte tuve que ir al patio de entrenamiento trasero donde me pondría a practicar con mi espada algunos golpes contra muñecos de madera de práctica. Estaba solo, en un patio cuadrado al aire libre, cubierto de césped y alrededor tenía bastantes árboles que impedían la visión tanto desde dentro como fuera del lugar. Tras practicar un par de horas tomé asiento en un tocón que había en una esquina junto a los árboles, a la sombra, como un viejo. Me quedé pensativo allí mientras apoyaba mis manos sobre mis rodillas, como esperando algo o a alguien. Debía seguir entrenando para poder salir cuanto antes de aquella isla , para poder continuar con mi servicio de Marine adecuadamente. Pues ya me estaba cansando de Velik y su secretismo para conmigo. ¿No se fiaba de mi o tenía miedo de lo que podría hacer fuera de su tutela? Una cosa era segura, Velik tenía miedo.
Así que me quedé allí sentado mientras miraba a la nada bajo los árboles.
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