Zeff L. Innsmouth
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Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Nombre: Zeff L. Innsmouth.
Apodo: Z.
Raza: Humano.
Sexo: Masculino.
Edad: 24 años.
Rango/Empleo: Cadete revolucionario.
Clase: La Tempestad.
90/100 puntos gastados a nivel 1.
—Maestría de utilidad: Táctica.
—Maestría de combate: Frenesí.
Estilo de lucha: Danza Macabra.
Armas:
—Dos katanas doble filo, de empuñadura negra.
—Un hacha de mano táctica de combate, con doble hoja.
Oficios:
450/450 puntos gastados a nivel 1.
—Navegante - Cartógrafo. Rango 2. (150 rango 0 + 100 rango 1 + 50 rango 2).
—Espía - Rango 0. (150 rango 0).
Aspecto:
Personalidad:
“Lo que está muerto no puede morir.”
Días difíciles tiene cualquier ser vivo en esta tierra. Años de sequía y profunda mala suerte, aquellos tocados por alguna clase de maldición perenne, que refriega su gusto por la crueldad en ellos.
Pero del beso de la muerte y la miseria, solo los desposeídos del abrazo del todopoderoso, pueden dar cuenta.
Para Zeff, desde que le arrebató el primer aliento a la vida, mantenerse despierto fue el primer gran ejercicio de sobrevivencia y tenacidad. ¿El segundo? Encontrar algo de beber y comer.
Desde entonces, desarrolló un profundo instinto salvaje, de aquel ser que no se rinde, de aquella bestia que todos llevamos dentro, lista para arrebatarle la vida a cualquier ser que se atreviera a ponerle una mano encima.
Como revolucionario podría catalogarse su carácter, actualmente. Pero, primero debemos retroceder en las hojas del calendario, invierno tras invierno, hasta fijar nuestra mirada en aquel muchacho que vio esperanza tan solo dos veces en su vida, hasta el día de hoy, para entenderle completamente. Y aquellas dos veces, fueron suficiente para determinar el valor y la búsqueda constante de la libertad, en un ser humano que ha sido tan brutalmente maltratado por la vida, que no sabe mentir. Solo sabe gritar: ¡Lo que esta muerto no puede morir!
Ser huérfano no es fácil en ninguna situación imaginable. Crecer en la calle tampoco. Y aunque desarrolló maneras de ocultar sus emociones tan bien que logra mostrarse frío y sin preocupaciones; lo cierto es que cada uno de sus pensamientos se mueve más rápido de lo que cualquiera pudiera llegar a imaginar. Piensa en todo, lo observa todo, pero rara vez emite opinión al respecto.
Dueño de una terquedad que desesperaría a cualquiera, ha sido, sin embargo, esta característica la que le ha llevado a sobrevivir. Llevado por sus ideas, dueño es de sus propios ideales. Se mueve según su instinto, se pronuncia según la situación amerite. No es dado al respeto gratuito, sino más bien de poner a prueba la paciencia de cualquiera. Pero aquellos quienes se ganan su respeto, pocas veces lo pierden. Él mostrará nobleza ante estas personas, incluso si se trata de un enemigo, porque habrá comprendido los motivos que tienen en ese punto de la vida a tal persona.
Todos, incluyendo hasta el más sabio de los seres sobre este mundo, estaría de acuerdo que un hombre como Zeff no debería seguir vivo. Y es que razón hay en aquello, pues la temeridad de este hombre refleja su propio compromiso con la muerte. Porque lo muerto no puede volver a morir. Y por ello, es que ha perdido total miedo a dejar de respirar para siempre.
Esto no quiere decir que busque morir, simplemente ve la muerte como algo muy cercano, familiar. Y, por esto mismo, es que la acoge como un recurso posible para lograr sus objetivos.
Se muestra entonces cauto, seguro de sí mismo, silencioso, observador, concentrado en ideas que quizás nadie más tenga en su cabeza. Pero que no te engañe, pues en su interior hay un fuego que pretende consumirlo todo, consumirlo a él mismo. Y es la ira de estar vivo en un mundo que no debería existir, no como existe, no como ha existido.
Furia. Furia hay en su camino, en cada paso que da, en casa sílaba que suelta. Cargado está su vocabulario de malas palabras, de rencor hacia todo aquello que parece ser feliz. Y pareciera, a ojos de aquellos más sensibles, que fuera todo una simple fachada orquestada por el dolor; y lamentablemente, en parte, así es.
Hay tanto dolor en su ser, por todo lo que no ha tenido, y por todo lo que ha perdido, que se ha olvidado de lo más importante. Ser feliz.
Zeff, no es una persona feliz. Lo fue solo en dos momentos de su vida, desde entonces, y por aquellas dos veces, es que su vida comenzó a girar en la utopía de un mundo libre, sin ataduras y sin las injusticias que se ven día a día en su camino.
Aquella primera vez que vio los orbes violetas de su mejor amiga Gatsby, fue cuando supo que quería luchar para defender a quienes necesitaban ser protegidos. Liberados del yugo opresor de la cruel injusticia. Aquel sentimiento sentó las bases de su ética y moral, alojada en un pozo lleno de ideales nobles, pero casi imposibles.
Su segunda vez fue al conocer a su hermano, Gilchrist, de quien aprendió el valor de la generosidad. Y desde entonces es que, aunque no lo parezca, en el fondo del alma de este revolucionario hay amor y bondad.
Zeff es una persona que por quienes ama daría la vida. Por la causa que persigue, agotaría hasta el último centímetro cubico de sangre en sus venas y arterias. Así, es que solo aquellos que logran tocar el corazón de este hombre, conocen la nobleza y las ganas de querer y ser querido, libremente y sin ataduras. Si te ganas la amistad de Zeff, encontrarás a un hombre leal y sincero, pero más que nada, entregado a proteger a los suyos con la vida misma si amerita.
¿Humor? Claro que sí. Aunque es más bien un cascarrabias. Su humor suele variar entre el fatalismo y el ridículo. Son características que no perdió jamás, desde niño; y que cultivó y desarrolló junto a sus hermanos. Por esto es que, entre sus más íntimos, podemos ver a un revolucionario desfachatado, confiado, sagaz. Es cierto, el ingenio no es su fuerte y muchas veces puede ser engañado fácilmente, pero nadie podrá negar que sus ocurrencias, literalmente catalogadas como subnormales, podrían sacarle una carcajada a cualquier persona.
O más bien, vergüenza ajena.
¿El amor? Claramente para él aquello no existe, por más que anhele muy profundamente ser querido. Más, por sobre todo, prefiere conservar su libertad. Además, se le da muy mal demostrar sus sentimientos, esto hace que se muestre un ser cortante y más bien desapegado. Muy desapegado, tanto así que no le cuesta para nada romper lazos con quienes creía tener una fuerte afinidad.
Finalmente, si bien no es una persona que destaque por su inteligencia, sí que destaca en saber leer a los demás. Y es esta cualidad en su personalidad, que le ha llevado a tener pocas desilusiones en su vida.
Trasfondo:
Historia: Se profundizará on-rol.
Habilidades:
—El arte de insultar: Se le da extremadamente bien el insultar de variadas maneras a las personas. Es así como puede incluso hacerlo sutilmente, sin que la persona afectada llegue a notarlo de buenas a primeras.
—Nadador excepcional: Es buen nadador desde pequeño, lo que le ha ayudado mucho en el transcurso de su vida. Conoce y domina variados estilos de nado.
—Determinación inquebrantable: Nunca esperes que Zeff se rinda, porque jamás lo verás hacerlo. Es una persona que desde pequeño ha aprendido a darle frente a la vida y a la muerte, por lo que jamás baja los brazos. Nunca se rendirá, su determinación no conoce límites.
—Oído musical: Posee noción natural del ritmo y tonos musicales. No es dueño de una bonita voz, pero puede cantar afinado. Rítmicamente es mucho mejor.
Fortalezas:
—Observación analítica profunda: Posee la capacidad de observar su entorno, personas y situaciones con tal detalle que logra comprender en su mayoría de las veces el trasfondo de estas.
—Brazos agiles: Sus brazos poseen una capacidad de movimiento mucho más rápida de lo normal, lo cual le ayuda enormemente en sus combates con katanas.
—Gran salto: Posee la capacidad de dar grandes y largos saltos debido a la fuerza de sus piernas.
—Mejor visión nocturna: Ha desarrollado la capacidad de tener una mejor visión nocturna que el promedio de las personas. [Fortaleza adicional por raza]
Torpezas:
—Mal manejo de la ira: Cuando Zeff se enoja, se descontrola demasiado. Por lo que muchas veces dice o hace cosas de las cuales luego se arrepiente. Esto debido a su pésimo manejo de toda la ira que lleva acumulada dentro de él.
—Desapego: Su falta de empatía para con los demás ha estado marcada por su sufrimiento. Aun cuando se preocupa por sus amigos, lo mejor que puede, siempre tiende al desapego. A dejarlos de lado poco a poco, incluso puede llegar a dejarlos en el olvido.
—Hipersomnia: Desde hace algunos años, tiende a quedarse dormido en los lugares menos pensados. Esto le genera un gran problema en todos sus deberes diarios.
—Adicción al tabaco y nicotina: Ha desarrollado una adicción a estos productos, por lo que no puede andar sin ellos allá donde vaya.
Debilidades:
—Mala memoria: Posee pésima memoria con nombres, lugares y fechas.
—Tendones frágiles: Tiende a sufrir periodos de tendinitis debido al exceso de esfuerzo de sus brazos y piernas.
—Mala orientación: Lucha por aprender a orientarse bien, pero se le da fatal.
Equipo:
—Un colgante de plata, medallón, con una fotografía de sus hermanos en su interior.
—Una brújula.
—Paquete de cigarrillos.
—Cajetilla de puros.
—Pack de vendas para heridas.
—Un mechero.
—Una pomada analgésica para dolores musculares y de tendones.
—Un reloj de pulsera, con alarma.
—Afilador de espadas, de bolsillo.
Pertenencias:
—Una odachi.
—Hacha de mano táctica de combate extra. De doble hoja.
—Dos "Tantos". (Espada corta samurai, similar a un puñal).
—Una bufanda antigua.
—Barca pequeña.
—Una motosierra.
—Regalo A:
Una técnica mítica al azar, pero siempre acorde al personaje.
Un plus de un 15% más de experiencia en tus tres primeros roles y un 10% más en tu primer diario.
Apodo: Z.
Raza: Humano.
Sexo: Masculino.
Edad: 24 años.
Rango/Empleo: Cadete revolucionario.
Clase: La Tempestad.
90/100 puntos gastados a nivel 1.
- Spoiler:
Fuerza - Habilidad: Rango 1 (10 + 20 rango 1)
Resistencia - Atermia: Rango 1 (Rango por raza humano)
Agilidad - Coordinación: Rango 1 (Rango por raza humano)
Velocidad - Aceleración: Rango 1 (10 + 20 rango 1)
Destreza - Postura perfecta: Rango 0
—Maestría de utilidad: Táctica.
—Maestría de combate: Frenesí.
Estilo de lucha: Danza Macabra.
- Spoiler:
- —Ejecución: Zeff ha desarrollado la capacidad de utilizar varias armas, las cuales suele imbuir en su elemento dominante, si es preciso, para causar mayor daño. Así mismo, la ejecución de la Danza Macabra consiste en lograr utilizar la mayor cantidad de armas en un corto periodo de tiempo y, según la habilidad que posea Zeff para el momento de combate, la mayor cantidad de estas al mismo tiempo.
—Postura básica: Zeff despliega ambas katanas, una en cada mano. La katana en la mano derecha apunta hacia el enemigo, mientras que el brazo izquierdo se extiende completamente hacia el lado, de manera recta, empuñando la segunda katana.
—Técnicas básicas:
—Einzelschlag: Es un golpe dirigido hacia el oponente, con la culata de la empuñadura del arma que porte Zeff en ese momento, preferentemente katana. La técnica radica netamente en fuerza bruta, con la intención clara de hacer el mayor daño posible en el objetivo.
—Zwei Schläge: Es un doble golpe dirigido hacia el enemigo. Este consiste en golpear con las culatas de las empuñaduras de dos armas, preferentemente katanas. Es una técnica que radica su potencia en fuerza y velocidad, con la intención de hacer el mayor daño posible en el objetivo.
—Feuergalopp: Zeff ejecuta un golpe recto, dirigido hacia el oponente, envolviendo en fuego la hoja de su katana, con el objetivo de no solo cortar sino también quemar. El alcance y poder de la llama dependerá del dominio que tenga Zeff, en tal elemento, para entonces.
—Makabre Tänze: Técnica que involucra el empleo de ambas katanas, una en cada mano. Zeff realiza golpes consecutivos con las hojas, variando en ángulos, altura y velocidad. Todo con el fin de abarcar el mayor número de objetivos posibles mientras ejecuta la técnica.
—Scharfe Flammen: Técnica donde utiliza una o ambas katanas para ejecutar dos cortes al aire, en dirección al objetivo. Al estar el o las armas infundidas en fuego, provocará que las llamas se dirijan al oponente como si fueran “llamas afiladas”, con la intención de quemar y provocar el mayor daño posible. El fuego estará a 550ºC y tendrá un alcance de unos 35 metros.
—Eisenfaust: Zeff se dirige hacia su enemigo con clara intención de acertarle un gancho derecho. Más en último momento realiza una finta, se agacha y proyecta un gancho ascendente con su puño izquierdo, esto con intención de golpear la garganta o mentón del objetivo.
—Eiserner Tritt: Zeff se dirige hacia su enemigo moviéndose en zigzag, para entonces realizar una finta que presupone una patada lateral derecha. Más en ese momento, recobra el equilibrio para buscar acertar un rodillazo en la boca del estómago del objetivo con la pierna izquierda.
Armas:
—Dos katanas doble filo, de empuñadura negra.
—Un hacha de mano táctica de combate, con doble hoja.
Oficios:
450/450 puntos gastados a nivel 1.
—Navegante - Cartógrafo. Rango 2. (150 rango 0 + 100 rango 1 + 50 rango 2).
—Espía - Rango 0. (150 rango 0).
Aspecto:
- Descripción:
- Las horas bajo la inclemencia del peligro y lo cerca que la soga de la muerte se mantuvo junto a su cuello por tanto tiempo, han forjado un semblante duro, roído por la necesidad y el odio, en Zeff.
Sus profundos ojos azules, proyectan salvajismo, severidad y una aguda necesidad de estar siempre abiertos. Atentos, como aquella criatura en medio de la inmensidad de la noche, a merced de su cazador.
Las hebras de su cabello, negros como la mirada del más profundo abismo, encarnan la rebeldía propia de su ser. Muy pocas veces ordenado, suele usar cortes relativamente cortos o de media melena. Muy característico es en él, que aquellos torpes cabellos busquen muchas veces cubrir su intensa mirada.
Si hablamos de su sonrisa, ha tenido la suerte de no poseer problemas con su dentadura, o recibir algún golpe tal que le despojara de alguna pieza dental por el resto de sus días. Suele preocuparse por su aliento, además de su aseo personal, por tanto, podremos ver una sonrisa llamativa, si es que se tiene la suerte de verle reír. Porque es casi imposible ver por completo su sonrisa, que es quizás lo más hermoso en su físico. Aquellos quienes la han visto, cuentan que los rayos del sol parecieran acariciar delicadamente la sonrisa de Zeff, como no queriendo dañar la maravilla con la que se han encontrado.
Ahora bien, la mueca demoniaca que suele regalar a sus oponentes cuando está en medio de un combate, es cuento para otro día. Solamente queda acotar, que no es fácil olvidar aquella burla entre los labios de un ser que está dispuesto a todo por ganar.
Su piel blanca, a veces bronceada por los golpes del inclemente sol, dan cuenta de la dura infancia que tuvo. Cicatrices pueden encontrarse a merced, mientras que la más importante reside en su costado derecho, de más o menos veinte centímetros de longitud, a la altura de la tercera costilla.
Su contextura física da cuenta de lo trabajado que está su cuerpo. Ya sea por su dura infancia, su paso por la marina o la propia preocupación por ser cada día más fuerte. Sus brazos, proporcionales a su porte, dan cuenta de su buena resistencia y musculatura. Mientras que sus largas piernas son gentiles en fibra, sin vellos.
Su espalda es ancha, pero no lo suficientemente musculosa como para verse desproporcionada o hacerle ver con poco cuello. Su abdomen, forjado bajo el yugo de la disciplina y esfuerzo, tiene quizás nada de porcentaje de grasa, mostrando sin vergüenza lo marcado de aquellos músculos, así como los oblicuos y otros tantos, hasta su bien formado y masculino pecho. Destacar que tampoco posee vellos ni en pecho o abdomen.
Su estatura está en el promedio masculino, alcanzando descalzo 1,87 metros. Así, no es para nada difícil, actualmente para él, encontrar prendas de vestir que sean de su agrado.
Suele llevar encima prendas oscuras, abrigos o chaquetas de corte militar, o sin mangas, también camisas; principalmente grises, negras o con motivos rojos. Muy pocas veces, camisas blancas.
No suele llevar más de tres prendas sobre su cuerpo, manteniendo la regla de prenda íntima, media y externa para los casos en que el frío es extremo. Además, conserva con gran aprecio una bufanda particularmente desgastada; regalo de alguien muy importante para él. En lugares donde el flagelo del intenso calor es casi insoportable, las camisetas son de su preferencia. Y sí, como siempre, de tonos oscuros.
Tanto sus prendas bajas como su calzado suelen ser variado. Pero por lo general utiliza pantalones de tono acorde a lo que porte en su tronco. El calzado eso sí, siempre deben ser botas de corte combativo. Pocas veces, y en confianza, puede vérsele con otro tipo.
Particularmente adora una chaqueta negra con bastantes bolsillos (porque adora los bolsillos), con un revestimiento rojo oscuro. Además, debido a sus constantes combates y duro entrenamiento, suele llevar encima múltiples vendajes, por muchas áreas de su atormentada anatomía.
- Referencia I:
- Referencia II:
- Referencia III:
- Referencia IV:
- Referencia V:
Personalidad:
“Lo que está muerto no puede morir.”
Días difíciles tiene cualquier ser vivo en esta tierra. Años de sequía y profunda mala suerte, aquellos tocados por alguna clase de maldición perenne, que refriega su gusto por la crueldad en ellos.
Pero del beso de la muerte y la miseria, solo los desposeídos del abrazo del todopoderoso, pueden dar cuenta.
Para Zeff, desde que le arrebató el primer aliento a la vida, mantenerse despierto fue el primer gran ejercicio de sobrevivencia y tenacidad. ¿El segundo? Encontrar algo de beber y comer.
Desde entonces, desarrolló un profundo instinto salvaje, de aquel ser que no se rinde, de aquella bestia que todos llevamos dentro, lista para arrebatarle la vida a cualquier ser que se atreviera a ponerle una mano encima.
Como revolucionario podría catalogarse su carácter, actualmente. Pero, primero debemos retroceder en las hojas del calendario, invierno tras invierno, hasta fijar nuestra mirada en aquel muchacho que vio esperanza tan solo dos veces en su vida, hasta el día de hoy, para entenderle completamente. Y aquellas dos veces, fueron suficiente para determinar el valor y la búsqueda constante de la libertad, en un ser humano que ha sido tan brutalmente maltratado por la vida, que no sabe mentir. Solo sabe gritar: ¡Lo que esta muerto no puede morir!
Ser huérfano no es fácil en ninguna situación imaginable. Crecer en la calle tampoco. Y aunque desarrolló maneras de ocultar sus emociones tan bien que logra mostrarse frío y sin preocupaciones; lo cierto es que cada uno de sus pensamientos se mueve más rápido de lo que cualquiera pudiera llegar a imaginar. Piensa en todo, lo observa todo, pero rara vez emite opinión al respecto.
Dueño de una terquedad que desesperaría a cualquiera, ha sido, sin embargo, esta característica la que le ha llevado a sobrevivir. Llevado por sus ideas, dueño es de sus propios ideales. Se mueve según su instinto, se pronuncia según la situación amerite. No es dado al respeto gratuito, sino más bien de poner a prueba la paciencia de cualquiera. Pero aquellos quienes se ganan su respeto, pocas veces lo pierden. Él mostrará nobleza ante estas personas, incluso si se trata de un enemigo, porque habrá comprendido los motivos que tienen en ese punto de la vida a tal persona.
Todos, incluyendo hasta el más sabio de los seres sobre este mundo, estaría de acuerdo que un hombre como Zeff no debería seguir vivo. Y es que razón hay en aquello, pues la temeridad de este hombre refleja su propio compromiso con la muerte. Porque lo muerto no puede volver a morir. Y por ello, es que ha perdido total miedo a dejar de respirar para siempre.
Esto no quiere decir que busque morir, simplemente ve la muerte como algo muy cercano, familiar. Y, por esto mismo, es que la acoge como un recurso posible para lograr sus objetivos.
Se muestra entonces cauto, seguro de sí mismo, silencioso, observador, concentrado en ideas que quizás nadie más tenga en su cabeza. Pero que no te engañe, pues en su interior hay un fuego que pretende consumirlo todo, consumirlo a él mismo. Y es la ira de estar vivo en un mundo que no debería existir, no como existe, no como ha existido.
Furia. Furia hay en su camino, en cada paso que da, en casa sílaba que suelta. Cargado está su vocabulario de malas palabras, de rencor hacia todo aquello que parece ser feliz. Y pareciera, a ojos de aquellos más sensibles, que fuera todo una simple fachada orquestada por el dolor; y lamentablemente, en parte, así es.
Hay tanto dolor en su ser, por todo lo que no ha tenido, y por todo lo que ha perdido, que se ha olvidado de lo más importante. Ser feliz.
Zeff, no es una persona feliz. Lo fue solo en dos momentos de su vida, desde entonces, y por aquellas dos veces, es que su vida comenzó a girar en la utopía de un mundo libre, sin ataduras y sin las injusticias que se ven día a día en su camino.
Aquella primera vez que vio los orbes violetas de su mejor amiga Gatsby, fue cuando supo que quería luchar para defender a quienes necesitaban ser protegidos. Liberados del yugo opresor de la cruel injusticia. Aquel sentimiento sentó las bases de su ética y moral, alojada en un pozo lleno de ideales nobles, pero casi imposibles.
Su segunda vez fue al conocer a su hermano, Gilchrist, de quien aprendió el valor de la generosidad. Y desde entonces es que, aunque no lo parezca, en el fondo del alma de este revolucionario hay amor y bondad.
Zeff es una persona que por quienes ama daría la vida. Por la causa que persigue, agotaría hasta el último centímetro cubico de sangre en sus venas y arterias. Así, es que solo aquellos que logran tocar el corazón de este hombre, conocen la nobleza y las ganas de querer y ser querido, libremente y sin ataduras. Si te ganas la amistad de Zeff, encontrarás a un hombre leal y sincero, pero más que nada, entregado a proteger a los suyos con la vida misma si amerita.
¿Humor? Claro que sí. Aunque es más bien un cascarrabias. Su humor suele variar entre el fatalismo y el ridículo. Son características que no perdió jamás, desde niño; y que cultivó y desarrolló junto a sus hermanos. Por esto es que, entre sus más íntimos, podemos ver a un revolucionario desfachatado, confiado, sagaz. Es cierto, el ingenio no es su fuerte y muchas veces puede ser engañado fácilmente, pero nadie podrá negar que sus ocurrencias, literalmente catalogadas como subnormales, podrían sacarle una carcajada a cualquier persona.
O más bien, vergüenza ajena.
¿El amor? Claramente para él aquello no existe, por más que anhele muy profundamente ser querido. Más, por sobre todo, prefiere conservar su libertad. Además, se le da muy mal demostrar sus sentimientos, esto hace que se muestre un ser cortante y más bien desapegado. Muy desapegado, tanto así que no le cuesta para nada romper lazos con quienes creía tener una fuerte afinidad.
Finalmente, si bien no es una persona que destaque por su inteligencia, sí que destaca en saber leer a los demás. Y es esta cualidad en su personalidad, que le ha llevado a tener pocas desilusiones en su vida.
Trasfondo:
- Spoiler:
En un bosque, vaya a saber uno dónde, se encontraba Zeff. Sentado en un tronco caído, encendió un cigarrillo y lo llevó a su boca. La bota derecha golpeaba la tierra en un constante repiqueteo que habría servido perfectamente como base rítmica para cualquier bardo que anduviera por ahí.
Sus ojos azules, se clavaron en aquella extraña persona, quien de alguna forma le convenció a responder ciertas preguntas. Y destaquemos que, por convencer nos referimos a dejarle ir con vida.
—Pregunta… no tengo tanto tiempo para estas estupideces. —soltó Zeff, exhalando el humo de sus pulmones.
¿De dónde eres?
Los ojos de Zeff se entornaron, miraron hacia más atrás de la persona que le interrogaba. Sí, estaba pensado en aquel lejano lugar, al cual alguna vez llamó hogar.
—Dressrosa. Allí nací, supuestamente. Allí crecí y conocí el hambre, la sed, la importancia de cubrirse los pies con algún cartón cuando hace frío. Lo importante que es mantener la ropa seca para no sufrir de hongos después. Dressrosa fue el infierno que me oyó gritar, llorar… y también reír. Reír cuando vi esperanza entre los solitarios callejones a los que alguna vez llamé hogar.
Sí, fueron duros tiempos aquellos. Pero, ¿sabes? Volvería mil veces, y una más, si con ello pudiera lograr tener, aunque sea una vez más, aquellos momentos felices junto a mis hermanos, mis amigos. Lo único verdadero que he tenido en este mundo de mierda. —respondió Zeff, el repiqueteo de su bota se había detenido y su mirada se había fijado en los ojos de quien le escuchaba. Sinceridad, solo había sinceridad allí.
¿Tienes familia?
El revolucionario se encogió de hombros al escuchar la pregunta, sonrió levemente y volvió a botar humo por su boca.
—Soy un maldito huérfano. Ni siquiera sé qué les pasó a mis padres. ¿Estarán vivos? ¿Me tiraron a la basura cual rata muerta? ¿O acaso fueron víctimas de la injusticia? A saber. La única familia que he tenido se separó cuando tenía trece años. Yo me fui con Gil y su padre, quien me adoptó. Y fue un gran padre para mí, hasta el día de hoy le agradezco con mi vida entera. Gil, mi hermano mayor, me enseñó a defender aquello en lo que creo; me enseñó a ser gentil, aunque vaya que me cuesta. —largó una carcajada, mientras negaba con la cabeza. Luego, su sonrisa de desdibujó. Miró al suelo, parecía pensar en alguien.
—Y también está la pequeña Gats. Nunca se lo he dicho, y creo jamás lo sabrá, pero por ella es que encontré una razón por la que luchar. Cuando a mis nueve años apareció frente a mí, supe que había esperanza. Ellos son mi familia, siempre lo serán. Y claro, por supuesto que también la revolución… —agregó, algo más serio, como si lo dicho le afectara de alguna manera.
¿Cuál es tu posición social?
Aquella pregunta pareció remover algo en el estómago de Zeff, pues a los pocos segundos soltó una carcajada que provocó eco en todo el bosque. Varias aves escaparon de entre sus nidos, agitando las copas de los árboles.
—¿Acaso eso existe? Al menos no para mí. He sido tan pobre, tan miserablemente pobre, que ni siquiera podría calificar para la posición social más baja. Hoy en día podría decirse que soy algo menos pobre, al menos tengo lo que quiero. Al menos tengo qué comer, qué beber… dónde dormir. Agua para bañarme, objetivos que cumplir. —la mirada del revolucionario volvió hacia su interlocutor. Allí se quedó, por algunos segundos—. Tú pareces alguien con clase. Así que mírame, mírame bien, porque llegará el día en que todo eso desaparezca. En un mundo nuevo, libre, donde gente estúpida como tú no vuelva a hacer preguntas como esta. —finalizó, para luego botar la colilla del cigarrillo al suelo y pisarlo con el tacón de su bota derecha.
¿A qué te dedicabas en el pasado?
Se cruzó de brazos, meditó en la respuesta. Quizás buscando los datos que podía contar y aquellos que no.
—Cuando pequeño fui un vagabundo. No hay mucho que contar, tampoco quiero hacerlo. A los catorce años entré en la marina, gracias a los contactos de mi padre adoptivo. Nos fuimos a Marineford, allí comenzó mi aventura. Estuve en la marina cuatro años, a los dieciocho deserté y tuve que escapar por al menos dos años. —se encogió de hombros, luego sonrió—. Aún recuerdo los mensajes que intercambiaba con mi hermano a través de lechuzas mensajeras. El me ayudó mucho, aun cuando nuestros caminos se torcieron y separaron de formas que hasta el día de hoy no logro comprender. Finalmente entré a la revolución, y aquí estoy, luchando cada día. —agregó para finalizar, con una media sonrisa en su rostro. Una sonrisa de orgullo.
¿Te consideras una buena persona?
Zeff levantó una ceja, luego dejó escapar aire por su boca de manera abrupta. Se rascó el mentón y se quedó pensando un momento.
—No lo sé. Creo en que mis motivaciones son nobles, de otra manera no las perseguiría ni tampoco las defendería. Creo mis objetivos son buenos, pero no puedo tapar el sol con un dedo; he hecho cosas terribles para poder avanzar en la tarea de cumplir mis metas, las metas de la gente que cree en mí, que cree en nosotros. Pero ¿seguirían creyendo en mí si supieran todo lo que hecho para llegar hasta aquí? —los ojos azules de Zeff se trasladaron a la mirada atenta de su interlocutor—. Lo más probable, es que me merezca el infierno. Esa es mi respuesta. —terminó de responder a aquella pregunta, con un semblante serio, golpeado por la fría realidad.
¿Tienes amigos?
Asintió levemente y sonrió. Seguramente porque estaba pensando en sus amigos.
—No son muchos y, en su mayoría, pertenecen a la revolución. Pero sí, los tengo, daría mi vida por cada uno de ellos. Los amigos se cuidan, se respetan y aceptan tal cual son. Tengo pocos amigos, y he tenido la fortuna de reencontrarme con Gatsby, lo cual ha sido la mayor felicidad de mi vida hasta el día de hoy. Además, Gil es mi hermano y amigo, por siempre.
Por tanto, sí, tengo amigos, tengo familia. —asintió, en sus ojos se notaba un leve brillo. Quizás, el brillo de la esperanza, de la amistad.
¿Tienes enemigos?
Zeff rodó los ojos, como si esa pregunta tuviera una obvia respuesta.
—El mundo entero, su sistema, su orden. ¿Has visto alguna vez la doble moral de la Marina? ¿La falta de empatía y codicia de los piratas? Todas aquellas agrupaciones que han jurado de alguna u otra manera mantener el equilibrio en el mundo, en el nuevo mundo, en cualquier lugar. Solo son promesas falsas, aprovechamiento, nada más que líneas en la arena. Toda esa basura debe ser limpiada, por eso, sí… tengo muchos enemigos. ¡De hecho pierdo tiempo aquí contigo! Debería estar enfrentándolos ahora mismo. Tsk… —escupió hacia un lado, el solo hecho de pensar en todos ellos le provocaba asco.
¿Guardas alguna lealtad?
Se quedó pensando por un momento, luego volvió su mirada hacia el interlocutor. Suspiró.
—La mayor lealtad que guardo es a mí mismo. Es egoísta, lo sé, pero creo que es la única forma de mantener firmes mis ideales. Luego, por supuesto, a la causa de la revolución y, si te lo preguntas claro que sí, lealtad para con mis hermanos y amigos. —respondió, muy seguro de sus palabras.
¿Cuáles son tus metas?
Los ojos de Zeff se tornaron serios. Su semblante, si ya demostraba hostilidad, ahora denotaban determinación y mucha furia contenida.
—Acabar con el actual gobierno mundial. Marina, piratas, todo. Nada más importa… nada más. —soltó, sin pensarlo ni un segundo. Claro, Zeff se guardó para sí mismo su meta de algún día poder sonreír, ser feliz. De algún día aprender a querer y ser querido.
¿Tienes algún miedo?
La persona que le entrevistaba, al fin le comunicaba que aquella era la última pregunta y se podría ir. Zeff hizo sonar las vértebras de su cuello, para luego buscar otro cigarrillo y encenderlo. Tomó una bocanada y luego de un par de segundos soltó el humo por sus narinas.
—Mi mayor miedo es perder mi libertad, perder a quienes quiero, dejar de soñar. Todo lo demás, incluso morir, me da igual. —respondió con total seguridad. Así, finalmente terminó la tan extraña entrevista y Zeff, luego de terminar su cigarrillo, pudo seguir su camino.
Nunca supo quién era esa extraña persona, cómo es que era tan poderosa y para qué necesitaba saber tantas cosas de él. Como fuera, se enfocó en su misión y continuó el rumbo en medio del bosque.
Historia: Se profundizará on-rol.
Habilidades:
—El arte de insultar: Se le da extremadamente bien el insultar de variadas maneras a las personas. Es así como puede incluso hacerlo sutilmente, sin que la persona afectada llegue a notarlo de buenas a primeras.
—Nadador excepcional: Es buen nadador desde pequeño, lo que le ha ayudado mucho en el transcurso de su vida. Conoce y domina variados estilos de nado.
—Determinación inquebrantable: Nunca esperes que Zeff se rinda, porque jamás lo verás hacerlo. Es una persona que desde pequeño ha aprendido a darle frente a la vida y a la muerte, por lo que jamás baja los brazos. Nunca se rendirá, su determinación no conoce límites.
—Oído musical: Posee noción natural del ritmo y tonos musicales. No es dueño de una bonita voz, pero puede cantar afinado. Rítmicamente es mucho mejor.
Fortalezas:
—Observación analítica profunda: Posee la capacidad de observar su entorno, personas y situaciones con tal detalle que logra comprender en su mayoría de las veces el trasfondo de estas.
—Brazos agiles: Sus brazos poseen una capacidad de movimiento mucho más rápida de lo normal, lo cual le ayuda enormemente en sus combates con katanas.
—Gran salto: Posee la capacidad de dar grandes y largos saltos debido a la fuerza de sus piernas.
—Mejor visión nocturna: Ha desarrollado la capacidad de tener una mejor visión nocturna que el promedio de las personas. [Fortaleza adicional por raza]
Torpezas:
—Mal manejo de la ira: Cuando Zeff se enoja, se descontrola demasiado. Por lo que muchas veces dice o hace cosas de las cuales luego se arrepiente. Esto debido a su pésimo manejo de toda la ira que lleva acumulada dentro de él.
—Desapego: Su falta de empatía para con los demás ha estado marcada por su sufrimiento. Aun cuando se preocupa por sus amigos, lo mejor que puede, siempre tiende al desapego. A dejarlos de lado poco a poco, incluso puede llegar a dejarlos en el olvido.
—Hipersomnia: Desde hace algunos años, tiende a quedarse dormido en los lugares menos pensados. Esto le genera un gran problema en todos sus deberes diarios.
—Adicción al tabaco y nicotina: Ha desarrollado una adicción a estos productos, por lo que no puede andar sin ellos allá donde vaya.
Debilidades:
—Mala memoria: Posee pésima memoria con nombres, lugares y fechas.
—Tendones frágiles: Tiende a sufrir periodos de tendinitis debido al exceso de esfuerzo de sus brazos y piernas.
—Mala orientación: Lucha por aprender a orientarse bien, pero se le da fatal.
Equipo:
—Un colgante de plata, medallón, con una fotografía de sus hermanos en su interior.
—Una brújula.
—Paquete de cigarrillos.
—Cajetilla de puros.
—Pack de vendas para heridas.
—Un mechero.
—Una pomada analgésica para dolores musculares y de tendones.
—Un reloj de pulsera, con alarma.
—Afilador de espadas, de bolsillo.
Pertenencias:
—Una odachi.
—Hacha de mano táctica de combate extra. De doble hoja.
—Dos "Tantos". (Espada corta samurai, similar a un puñal).
—Una bufanda antigua.
—Barca pequeña.
—Una motosierra.
—Regalo A:
Una técnica mítica al azar, pero siempre acorde al personaje.
Un plus de un 15% más de experiencia en tus tres primeros roles y un 10% más en tu primer diario.
Brianna Byrne
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Akuma no mi
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La ficha esta bastante correcta, sin embargo el tema de tener un lanzallamas de bolsillo de primera y sin que sea revisada en la zona de creaciones es un poco excesivo.
Puedes llegar a sacarlo en un futuro pasando por zona de creaciones y consiguiéndolo según te indique el moderador. Una vez retires lo del lanzallamas avisa para que pasemos a aceptar la ficha y darte tu técnica de regalo.
Puedes llegar a sacarlo en un futuro pasando por zona de creaciones y consiguiéndolo según te indique el moderador. Una vez retires lo del lanzallamas avisa para que pasemos a aceptar la ficha y darte tu técnica de regalo.
Zeff L. Innsmouth
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Listo, he retirado el lanzallamas. Gracias!
Brianna Byrne
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Okey, hemos tenido un pequeño fallo técnico, no me había dado yo cuenta de una cosa. Tienes dos técnicas con fuego y pasa lo siguiente
—Scharfe Flammen: Esta como tal es imposible como técnica base, porque sería más o menos genuina dentro de nuestro sistema y por lo tanto si la quieres debes sacarla en un futuro. Si quieres te la podemos ajustar a Mítica y así te la damos de regalito.
—Feuergalopp: Esta te la puedes quedar, pero teniendo en cuenta que actualmente es un fuego muy débil más o menos como si fuera el roce de la llama de un mechero.
Esto es así por que siendo una técnica básica no puede tener más poder que una técnica básica de fuego y bueno es algo complicado de compaginar. En un futuro siempre puedes mejorarla y hacerla más poderosa.
—Scharfe Flammen: Esta como tal es imposible como técnica base, porque sería más o menos genuina dentro de nuestro sistema y por lo tanto si la quieres debes sacarla en un futuro. Si quieres te la podemos ajustar a Mítica y así te la damos de regalito.
—Feuergalopp: Esta te la puedes quedar, pero teniendo en cuenta que actualmente es un fuego muy débil más o menos como si fuera el roce de la llama de un mechero.
Esto es así por que siendo una técnica básica no puede tener más poder que una técnica básica de fuego y bueno es algo complicado de compaginar. En un futuro siempre puedes mejorarla y hacerla más poderosa.
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—Scharfe Flammen: Sí, perfecto. Que sea mística entonces, el regalito.
—Feuergalopp: Perfecto, así será entonces.
Gracias!
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Brianna Byrne
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—Scharfe Flammen: Técnica donde utiliza una o ambas katanas para ejecutar dos cortes al aire, en dirección al objetivo. Al estar el o las armas infundidas en fuego, provocará que las llamas se dirijan al oponente como si fueran “llamas afiladas”, con la intención de quemar y provocar el mayor daño posible. El fuego estará a 550ºC y tendrá un alcance de unos 35 metros.
Las técnicas como tal no escalan con el nivel del usuario, lo único que puedes hacer es ir mejorando dichas técnicas gastando los puntos de premio pertinentes y pasando anteriormente por moderación de técnicas.
Cuando edites avisa y pasaremos a darte el aprobado ~
Las técnicas como tal no escalan con el nivel del usuario, lo único que puedes hacer es ir mejorando dichas técnicas gastando los puntos de premio pertinentes y pasando anteriormente por moderación de técnicas.
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Comprendido. Y listo, ya he editado!
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