Fukase Ree
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
A veces creo que los pedidos de investigación son un poco fuera de los alcances del cliente en cuestión, no logro entender porque se le habrá ocurrido la excelente idea de tener que ligar mi trabajo de espionaje con el mundo criminal, ok, es comprensible que me busquen para trabajos difíciles y complejos, pero no hace que mi labor sea siempre eficaz y pulcra, después de todo, no hay persona viva que no cometa errores. El pedido de esta vez tiene que ver con el alto contable de la isla Johota, el señor James Lee quien lleva cuenta de la gran mayoría de movimientos de joyería de la isla minera.
Debo decir que será un trabajo bastante complicado y una labor rigurosa que no podré completar en un solo día. Deberé infiltrarme de alguna forma en los complejos mineros y crear conexiones para poder llegar hasta él sin levantar sospechas. – Buen día – Saludé con una corte reverencia y cortesía a una señorita que pasó justo a mi lado, a juzgar por su expresión y rostro colorado, estaba mirándome desde hace rato ¿Quizá mal entendió mi posición y el como estaba actuando hace poco? Bueno, no la culpo, mirar a una lindura como yo podría abrumar el pensamiento de cualquiera.
Para la ocasión tenia conmigo un traje de manga larga, para ser mas precisos un vestido de invierno color rosa pastel, una bufanda rojo carmín con bordados de pequeños claveles rosados y blancos, un sombrero de copa alta blanco cintado con un listón rojo, botas de cuero altas de tacón grueso, guantes de tela gruesos del mismo tono que el sombrero, mi bastón obviamente y un paraguas ridículamente adornado con flores y a juego de tonos con todo mi atuendo. – Disculpe joven dama, ¿podría decirme donde puedo conseguir un lugar para escapar de la gélida brisa que atenta contra mi rostro? Será para mi un enorme problema si pescara un resfriado por andar tan despreocupado por estos lados – Bien, primero lo primero, debo conseguir donde pasar la noche, alquilar una pequeña posada no estará mal y servirá como punto de partida. – O~oh! P~por aquí h~hay una buena posada... S~si sigue ese camino llegará – Dijo la damita que parecía temerosa de comunicarse conmigo. Agradecí con una sonrisa y tomando su mano para dar un beso corto en el dorso de la misma. – Muchas gracias por su ayuda –
Tal y como me indicó la dama, dirigí mis pasos a aquel lugar. No me sorprendí para nada con el aspecto del local, todo por el echo de que la zona se mantenía un par de décadas en el pasado estancada y sin mucho progreso cultural, era un tanto rustica y antigua, pero acogedora como ninguna otra. – Bienvenido – La voz de un joven me abordó junto a la pequeña campanilla de la puerta, saludé con tranquilidad y me dirigí al mostrador. – Disculpe el inoportuno de mi parte, ¿Tiene en existencia habitaciones libre para este joven? – La persona tras el mostrador, inmutable y regia me explicó los costos y las habitaciones libres, los servicios que prestaban y todo lo que tenia que saber, yo por mi lado solo accedí a pagar la que mejor me convenía con un hospedaje igual a unas diez noches y diez días.
– Bien, tengo ya hospedaje y lugar para operar – Saqué el reloj de bolsillo para mirar la hora, lo guardé tras una rápida ojeada y cerré la puerta de la habitación. Coloqué el maletín sobre la cama y saque un par de herramientas, aunque, mas que herramientas era solo maquillaje y atuendos. – Supongo que podré encontrar información en algún bar colindante, lo mejor será vestirme para la ocasión y pescar un par de hombres y exprimir información de ellos usando mi femenina apariencia – Si, yo como hombre travestido estaba muy consciente de mi aspecto tan peculiar, pues, a pesar de ser un hombre a toda regla, dejaba mucho a la imaginación y podía fácilmente volverme una dama hermosa a la vista de todos, de no ser por tener un parche, una pierna disfuncional y medio rostro maltratado, sería la dama mas hermosa de todos los Blue.
Y así, tras un par de largas hora de preparación para mi próximo movimiento, estaba ahí, de pie frente a la entrada del bar mas común, con un bolso de mano muy femenino, un vestido rojo carmín bastante sugerente, tacones altos, guantes de tela fina negra, una bufanda negra, un listón a juego que adornaba mi cabello y que sujetaba firmemente una peluca que aumentaba el largo de mi cabellera, pintura de labios negro mate, pestañas largas y bien maquilladas, a resumen, tenia el aspecto de una mujerzuela de la alta sociedad dispuesta a malgastar sus horas nocturnas con cualquier hombre que llegase a dar la talla.
Debo decir que será un trabajo bastante complicado y una labor rigurosa que no podré completar en un solo día. Deberé infiltrarme de alguna forma en los complejos mineros y crear conexiones para poder llegar hasta él sin levantar sospechas. – Buen día – Saludé con una corte reverencia y cortesía a una señorita que pasó justo a mi lado, a juzgar por su expresión y rostro colorado, estaba mirándome desde hace rato ¿Quizá mal entendió mi posición y el como estaba actuando hace poco? Bueno, no la culpo, mirar a una lindura como yo podría abrumar el pensamiento de cualquiera.
Para la ocasión tenia conmigo un traje de manga larga, para ser mas precisos un vestido de invierno color rosa pastel, una bufanda rojo carmín con bordados de pequeños claveles rosados y blancos, un sombrero de copa alta blanco cintado con un listón rojo, botas de cuero altas de tacón grueso, guantes de tela gruesos del mismo tono que el sombrero, mi bastón obviamente y un paraguas ridículamente adornado con flores y a juego de tonos con todo mi atuendo. – Disculpe joven dama, ¿podría decirme donde puedo conseguir un lugar para escapar de la gélida brisa que atenta contra mi rostro? Será para mi un enorme problema si pescara un resfriado por andar tan despreocupado por estos lados – Bien, primero lo primero, debo conseguir donde pasar la noche, alquilar una pequeña posada no estará mal y servirá como punto de partida. – O~oh! P~por aquí h~hay una buena posada... S~si sigue ese camino llegará – Dijo la damita que parecía temerosa de comunicarse conmigo. Agradecí con una sonrisa y tomando su mano para dar un beso corto en el dorso de la misma. – Muchas gracias por su ayuda –
Tal y como me indicó la dama, dirigí mis pasos a aquel lugar. No me sorprendí para nada con el aspecto del local, todo por el echo de que la zona se mantenía un par de décadas en el pasado estancada y sin mucho progreso cultural, era un tanto rustica y antigua, pero acogedora como ninguna otra. – Bienvenido – La voz de un joven me abordó junto a la pequeña campanilla de la puerta, saludé con tranquilidad y me dirigí al mostrador. – Disculpe el inoportuno de mi parte, ¿Tiene en existencia habitaciones libre para este joven? – La persona tras el mostrador, inmutable y regia me explicó los costos y las habitaciones libres, los servicios que prestaban y todo lo que tenia que saber, yo por mi lado solo accedí a pagar la que mejor me convenía con un hospedaje igual a unas diez noches y diez días.
– Bien, tengo ya hospedaje y lugar para operar – Saqué el reloj de bolsillo para mirar la hora, lo guardé tras una rápida ojeada y cerré la puerta de la habitación. Coloqué el maletín sobre la cama y saque un par de herramientas, aunque, mas que herramientas era solo maquillaje y atuendos. – Supongo que podré encontrar información en algún bar colindante, lo mejor será vestirme para la ocasión y pescar un par de hombres y exprimir información de ellos usando mi femenina apariencia – Si, yo como hombre travestido estaba muy consciente de mi aspecto tan peculiar, pues, a pesar de ser un hombre a toda regla, dejaba mucho a la imaginación y podía fácilmente volverme una dama hermosa a la vista de todos, de no ser por tener un parche, una pierna disfuncional y medio rostro maltratado, sería la dama mas hermosa de todos los Blue.
Y así, tras un par de largas hora de preparación para mi próximo movimiento, estaba ahí, de pie frente a la entrada del bar mas común, con un bolso de mano muy femenino, un vestido rojo carmín bastante sugerente, tacones altos, guantes de tela fina negra, una bufanda negra, un listón a juego que adornaba mi cabello y que sujetaba firmemente una peluca que aumentaba el largo de mi cabellera, pintura de labios negro mate, pestañas largas y bien maquilladas, a resumen, tenia el aspecto de una mujerzuela de la alta sociedad dispuesta a malgastar sus horas nocturnas con cualquier hombre que llegase a dar la talla.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Johota era una isla de lo más curiosa, no había visto tantas gemas preciosas expuestas en mi vida, aunque para ser justos, nunca las había visto así que quizá el idiota fuera yo simplemente. Por lo menos esta vez había acabado en una isla mejor, debía aprender con urgencia cómo moverse por el mar, la última vez que acabé varado en una isla, desde luego sus habitantes no fueron tan agradables como los de aquí. Desgraciadamente, no eran lo bastante agradables como para dejarme quedarme en sus casas de forma gratuita, lo cual no entiendo muy bien, si seguro que no usan toda la casa todo el rato. Afortunadamente me encontré a una amable viejecita que me permitió quedarme en su granero a cambio de vigilar a su ganado, por lo que el establecimiento pude cubrirlo bastante rápido. Además, gracias a que recogí a sus vacas cuando se escaparon me ha dado hasta unos cuantos berries para que me gaste hoy donde yo quiera; ¡la cara que puso cuando las levanté en peso es lo mejor que he visto en mucho tiempo!
Ir por la ciudad es un poco estresante, la mayoría de la gente se ve mucho más…. ¿Cómo decirlo? ¿Presentable? Tampoco es que fuese como un vagabundo cualquiera, mis botas eran bonitas y prácticas, los pantalones que se ajustan a la cintura y son anchos por las piernas siempre son bonitos a mi parecer, quizá lo peor fuese mi camisa, extraño cuando estaba impoluta… Bueno, a lo mejor tenía más que ver con la cicatriz que me recorre toda la cara, pero intento no tener un complejo sobre eso.
Antes de darme cuenta, por ir perdido con mis pensamientos, me encontré delante de un bar de lo más pintoresco. Me gustó lo sencillo que se veía, el nombre del sitio también me pareció entrañable “La geoda de Johota”... No tengo ni idea de lo que es una geoda, pero seguro que si lo supiese, me gustaría aún más el nombre. Sin pensármelo mucho más, entré al establecimiento. Me alegré al comprobar que no había demasiada gente, aún no llevo del todo bien eso de conocer a gente nueva. Me puse en una de las mesas sin importarme demasiado el sitio y cuando llegó un camarero le pedí una cerveza cualquiera.
En ese mismo momento entró una persona de lo más curiosa en el bar, una chica con el vestido más rojo que jamás había visto. Me quedé mirándola unos segundos, era muy curioso cómo iba vestida, aunque si en algún momento tuviera que entrar en pelea, la mujer tendría algún que otro problema para moverse con unos tacones así. Lo que no pude evitar observar con interés sin embargo, fue la herida que recorría parte de su rostro, llevándome los dedos a la mía cómo acto reflejo, empatizando un poco con ella. Al darme cuenta de que llevaba bastante tiempo mirándola, aparté la vista rápidamente ya que no quería que pensase que era un rarito. Si tan solo las interacciones sociales fuesen tan sencillas como lo era leer su preciado libro…
Ir por la ciudad es un poco estresante, la mayoría de la gente se ve mucho más…. ¿Cómo decirlo? ¿Presentable? Tampoco es que fuese como un vagabundo cualquiera, mis botas eran bonitas y prácticas, los pantalones que se ajustan a la cintura y son anchos por las piernas siempre son bonitos a mi parecer, quizá lo peor fuese mi camisa, extraño cuando estaba impoluta… Bueno, a lo mejor tenía más que ver con la cicatriz que me recorre toda la cara, pero intento no tener un complejo sobre eso.
Antes de darme cuenta, por ir perdido con mis pensamientos, me encontré delante de un bar de lo más pintoresco. Me gustó lo sencillo que se veía, el nombre del sitio también me pareció entrañable “La geoda de Johota”... No tengo ni idea de lo que es una geoda, pero seguro que si lo supiese, me gustaría aún más el nombre. Sin pensármelo mucho más, entré al establecimiento. Me alegré al comprobar que no había demasiada gente, aún no llevo del todo bien eso de conocer a gente nueva. Me puse en una de las mesas sin importarme demasiado el sitio y cuando llegó un camarero le pedí una cerveza cualquiera.
En ese mismo momento entró una persona de lo más curiosa en el bar, una chica con el vestido más rojo que jamás había visto. Me quedé mirándola unos segundos, era muy curioso cómo iba vestida, aunque si en algún momento tuviera que entrar en pelea, la mujer tendría algún que otro problema para moverse con unos tacones así. Lo que no pude evitar observar con interés sin embargo, fue la herida que recorría parte de su rostro, llevándome los dedos a la mía cómo acto reflejo, empatizando un poco con ella. Al darme cuenta de que llevaba bastante tiempo mirándola, aparté la vista rápidamente ya que no quería que pensase que era un rarito. Si tan solo las interacciones sociales fuesen tan sencillas como lo era leer su preciado libro…
Fukase Ree
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
¿Cómo podría decirlo? Caminar con tanto aparataje jamás había sido tan complicado, claro, estamos hablando de mis pequeños problemas corporales causados por aquellos vándalos que me convirtieron en lo que soy ahora, aunque, a pesar de estar malogrado física y psicológicamente, no he dejado de ser simplemente hermoso y digno de admirar. Sonreí con picardía al entrar al local, las miradas inmediatamente se posaron en mi figura ¿Acaso los pobladores de esa zona le gustan las mujeres de poco pecho, esbeltas y refinadas? Si ese era el caso, me gané con todo y premio gordo la lotería; realizar el trabajo por el cual me habían contratado iba a ser pan comido.
El sonido de los tacones contra la madera seguidos por el traqueteo de mi bastón, el contoneo lento y seguro de caderas, la mirada fría y frívola fijada en la nada, todo era parte de mi pequeño acto en pasarela para espabilar a mas de un ebrio, para captar totalmente la atención de los presentes y volverme el foco de interés para todos los clientes de aquel bar de segunda. – Me gustaría pedir una copa de vino si no es mucha molestia – Comenté al momento en que uno de los camareros de turno me recibió, me guio a una mesa vacía y me ofreció una pequeña lista de tragos y comidas que no levantaron mucho mi interés. – Enseguida – Musitó el chico.
Ahora, ¿Cuál de todos estos hombres será mi presa? Si mal no recuerdo, al entrar hubo uno que se quedó mirándome pero no por mucho tiempo, el resto simplemente no tuvo escrúpulos en balbucear cochinadas sobre lo que desearían hacerme en una habitación, otros no dijeron nada y dieron a entender sus deseos tan solo con el comportamiento. Puede que aquel hombre sea una buena opción... La cuestión será ¿Cómo logro acercarme sin parecer una chica fácil? – Gracias, ¿Podría agregar una pequeña petición al servicio de esta noche? – Tuve que tomar la iniciativa, el camarero me había traído el trago y una idea justo se me marcó en la mente para poder entablar un primer contacto con aquel hombre. – Dígame señorita ¿De que se trata? –
– Pues verá, hay cierto hombre que quiero conocer, me ha parecido intrigante pero como ha de entender no soy una dama de ir directamente hasta su mesa, de este modo ¿Sería usted tan amable de decirle a aquel hombre que está cordialmente invitado a mi mesa? Me gustaría compartir un par de tragos con él – Bien, creo que con eso será mas que suficiente para atraerlo a la mesa, si se niega creo que podre tomar acciones mas drásticas y atrevidas, no me agrada mucho la idea, pero puede que tenga algo de efecto positivo mas adelante. – Por supuesto señorita, enseguida le haré saber ¿Me puede indicar cual es? – Creo que incluso podría contactar con un par de mujerzuelas de la zona, si mal no recuerdo, tuve la oportunidad de conocer a una durante la mañana de hoy. – Es aquel hombre, el que se encuentra sentado a la izquierda de la entrada, el que solamente ha pedido una cerveza y nada más –
Y así, como si una misión suicida se le hubiese otorgado a aquel camarero, fue con toda la clara intensión de hacerle saber al hombre que quería conocerlo, aunque mucho le costase entender porque me fije en un cualquiera siendo yo una mujer tan hermosa e incomparable, la verdad es que, no importa quien sea, si me ayuda con la misión valdrá la pena aparentar interés.
El sonido de los tacones contra la madera seguidos por el traqueteo de mi bastón, el contoneo lento y seguro de caderas, la mirada fría y frívola fijada en la nada, todo era parte de mi pequeño acto en pasarela para espabilar a mas de un ebrio, para captar totalmente la atención de los presentes y volverme el foco de interés para todos los clientes de aquel bar de segunda. – Me gustaría pedir una copa de vino si no es mucha molestia – Comenté al momento en que uno de los camareros de turno me recibió, me guio a una mesa vacía y me ofreció una pequeña lista de tragos y comidas que no levantaron mucho mi interés. – Enseguida – Musitó el chico.
Ahora, ¿Cuál de todos estos hombres será mi presa? Si mal no recuerdo, al entrar hubo uno que se quedó mirándome pero no por mucho tiempo, el resto simplemente no tuvo escrúpulos en balbucear cochinadas sobre lo que desearían hacerme en una habitación, otros no dijeron nada y dieron a entender sus deseos tan solo con el comportamiento. Puede que aquel hombre sea una buena opción... La cuestión será ¿Cómo logro acercarme sin parecer una chica fácil? – Gracias, ¿Podría agregar una pequeña petición al servicio de esta noche? – Tuve que tomar la iniciativa, el camarero me había traído el trago y una idea justo se me marcó en la mente para poder entablar un primer contacto con aquel hombre. – Dígame señorita ¿De que se trata? –
– Pues verá, hay cierto hombre que quiero conocer, me ha parecido intrigante pero como ha de entender no soy una dama de ir directamente hasta su mesa, de este modo ¿Sería usted tan amable de decirle a aquel hombre que está cordialmente invitado a mi mesa? Me gustaría compartir un par de tragos con él – Bien, creo que con eso será mas que suficiente para atraerlo a la mesa, si se niega creo que podre tomar acciones mas drásticas y atrevidas, no me agrada mucho la idea, pero puede que tenga algo de efecto positivo mas adelante. – Por supuesto señorita, enseguida le haré saber ¿Me puede indicar cual es? – Creo que incluso podría contactar con un par de mujerzuelas de la zona, si mal no recuerdo, tuve la oportunidad de conocer a una durante la mañana de hoy. – Es aquel hombre, el que se encuentra sentado a la izquierda de la entrada, el que solamente ha pedido una cerveza y nada más –
Y así, como si una misión suicida se le hubiese otorgado a aquel camarero, fue con toda la clara intensión de hacerle saber al hombre que quería conocerlo, aunque mucho le costase entender porque me fije en un cualquiera siendo yo una mujer tan hermosa e incomparable, la verdad es que, no importa quien sea, si me ayuda con la misión valdrá la pena aparentar interés.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Debería pensar qué hacer una vez me vaya de este sitio, llevo demasiado tiempo posponiendo para lo que salí a la mar, pero ningún momento ni sitio parece el adecuado… A lo mejor simplemente me estaba comiendo la cabeza demasiado, dudo mucho que nadie decida cuando empieza la aventura de su vida, es más bien algo que ocurre sin querer. Me di cuenta en ese momento del camarero que probablemente llevaría unos cuantos minutos comunicarse conmigo, yo demasiado empanado para darme cuenta.
-¿Que quiere verme esa señorita? ¿A mí? ¿Seguro…?- Me quedé mirando a la muchacha que me había llamado la atención unos segundos antes, inclinando la cabeza ligeramente por la curiosidad.- Eh… Sí, claro, iré, gracias por avisar, supongo.
Me levanté, cogiendo la cerveza que todavía no había probado y empecé a caminar hacia su mesa, mirándola con cuidado. ¿Podría ser una agente del gobierno y ha venido a detenerme? No tendría mucho sentido, todavía no me ha dado tiempo a hacer nada por lo que tener una recompensa. A lo mejor necesitaba ayuda o simplemente quería compañía, fuera lo que fuera estaba bien, no había hecho ningún amigo en esta isla. Aunque la idea de hacer una nueva amistad me ponía muy nervioso, no es que se me diese muy bien entablar conversación si no giraba sobre algo que supiese y… No sé mucho en general. Finalmente me senté delante de la chica, dejando la jarra a un lado para mirarla esta vez cara a cara.
-¡Hola! Me han dicho que querías hablar conmigo, la verdad no sé por qué será…- Abrí mucho los ojos al pensar algo, quizás fuera eso.- ¿Es porque te estaba mirando cuando entraste? Si es por eso, lo siento mucho, solo es que no pude evitar fijarme en tu cicatriz, me recordó a la mía en cierta manera.
Al darme cuenta de todo lo que había hablado de golpe, me puse un tanto rojo, callándome de golpe. Había vuelto a adelantarme a los acontecimientos y dar por supuesto lo que el otro diría. Pelear era mucho más fácil, los músculos no mentían, siempre iban a donde iban y sin más, eso era fácil de ver. Para intentar calmarme un poco di un sorbo a la cerveza, no pudiendo evitar escupirla en una maceta cercana, sacando la lengua. ¿Así sabía la cerveza? Había oído que era genial, pero es solo como un zumo muy amargo… ¿En esto me he gastado lo poco que me ha dado la viejecita? Bueno, pues me lo tendría que terminar sí o sí. Parpadeé un par de veces, acordándome de que no estaba solo en la mesa. Volví a depositar la mirada en la chica, sonriendo tímidamente como si de algún modo pudiese solucionar el despropósito de presentación que había hecho.
-Soy Yor D. Krein, un placer…
Bueno, al menos no había sido mi peor presentación hasta la fecha.
-¿Que quiere verme esa señorita? ¿A mí? ¿Seguro…?- Me quedé mirando a la muchacha que me había llamado la atención unos segundos antes, inclinando la cabeza ligeramente por la curiosidad.- Eh… Sí, claro, iré, gracias por avisar, supongo.
Me levanté, cogiendo la cerveza que todavía no había probado y empecé a caminar hacia su mesa, mirándola con cuidado. ¿Podría ser una agente del gobierno y ha venido a detenerme? No tendría mucho sentido, todavía no me ha dado tiempo a hacer nada por lo que tener una recompensa. A lo mejor necesitaba ayuda o simplemente quería compañía, fuera lo que fuera estaba bien, no había hecho ningún amigo en esta isla. Aunque la idea de hacer una nueva amistad me ponía muy nervioso, no es que se me diese muy bien entablar conversación si no giraba sobre algo que supiese y… No sé mucho en general. Finalmente me senté delante de la chica, dejando la jarra a un lado para mirarla esta vez cara a cara.
-¡Hola! Me han dicho que querías hablar conmigo, la verdad no sé por qué será…- Abrí mucho los ojos al pensar algo, quizás fuera eso.- ¿Es porque te estaba mirando cuando entraste? Si es por eso, lo siento mucho, solo es que no pude evitar fijarme en tu cicatriz, me recordó a la mía en cierta manera.
Al darme cuenta de todo lo que había hablado de golpe, me puse un tanto rojo, callándome de golpe. Había vuelto a adelantarme a los acontecimientos y dar por supuesto lo que el otro diría. Pelear era mucho más fácil, los músculos no mentían, siempre iban a donde iban y sin más, eso era fácil de ver. Para intentar calmarme un poco di un sorbo a la cerveza, no pudiendo evitar escupirla en una maceta cercana, sacando la lengua. ¿Así sabía la cerveza? Había oído que era genial, pero es solo como un zumo muy amargo… ¿En esto me he gastado lo poco que me ha dado la viejecita? Bueno, pues me lo tendría que terminar sí o sí. Parpadeé un par de veces, acordándome de que no estaba solo en la mesa. Volví a depositar la mirada en la chica, sonriendo tímidamente como si de algún modo pudiese solucionar el despropósito de presentación que había hecho.
-Soy Yor D. Krein, un placer…
Bueno, al menos no había sido mi peor presentación hasta la fecha.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.