El juego del Monopoli [Angus-Momojiro-Presente]

Samia, isla objetivo del ciudadano Momojiro, donde con la ayuda de Angus, un antiguo mercader/comerciante tiene pensado en crear una gran isla, sus objetivos, se dice que para ser grande hay que pensar en grande y con la isla de Samia, Momo lo estaba haciendo. Era una ciudad olvidada, una isla que no tiene visitas ni nada que llame la atención para ser considerada lugar turístico, pero con las intenciones de estos dos quizás eso cambiaría o fracasarían enormemente. Había otra ciudad en la otra punta de la isla que le hacía sombra a Samia pero eso no preocupaba a ninguno de los dos y por suerte era neutral, los piratas no habían hecho de las suyas ni el gobierno intentaba absorberla... Era pronto, recién salía el sol en el horizonte, la gente empezaba a ponerse en marcha y un barco de transporte anclaba en puerto...

-¡Ya hemos llegado!- Comenté de manera energética mientras de un salto eludía la pasarela y llegaba de la cubierta del barco a los tablones de la pasarela de puerto -Bien Angus, eres nuestro guía en los procedimientos, ¿Que deberíamos hacer? ¿Quizás antes que nada tantear el terreno? ¿Ir directos al alcalde? ¿Ir a almorzar y conocer a la gente del pueblo? ¡Oh! Se me olvidaba, son de antiguas costumbres, prefieren el intercambio antes que el dinero... Espero que nuestra presencia no cambie dicha tradición, es algo muy entrañable...- Mis otros dos compañeros bajaban con caras alegres, parecían estar ilusionados también por la decisión, cuando llegaron donde yo, esperaron mirando a Angus, claramente querían su experiencia.

De entre mis ropas como no, apareció Regaliz observando todo alrededor, bajo la cabeza olfateando el agua, hacía rato que no la mojaba, desde anoche, por lo que decidí agacharme y esta saltó al agua -Estará un rato entretenida, se que hay un astillero y creo que una escuela, recordar los objetivos, base, barco, gente. Por ese orden, primero los cimientos, luego las paredes...- Estaba tan ansioso que no sabía si tenía hambre o la ansiedad por los nervios, pero mi estomago rugía fuertemente. La poca gente que bajaba del barco nos miraba raro, eran ciudadanos que volvían de sus vacaciones, otros de trabajar, otros de negocios a saber, pero eran muy pocos. -Cambiaremos la vida de todos ellos, espero que a mejor... ¿No crees o esperas Angus? Hagamos de esta isla un lugar mejor y protejamos a todos y cada uno de los que viven aquí

Se frotó los ojos desde la baranda del barco, abajo su compañero le preguntaba emocionado - Si funcionan por intercambio, podemos ofrecer nuestros servicios como caza recompensas, además de que generamos negocio y empleo - Miró alrededor del puerto, para hacerse una idea de con qué tendrían que tratar - Primero, reconocer el terreno, ver donde quieres construir y expandirse antes de negociar por el terreno sería lo ideal - La Isla parecía de aquellas en las que se construye en la zona de más fácil acceso y luego el resto es prácticamente salvaje, salvo por unas granjas salpicadas aquí y allá.

Saltó a la pasarela junto a Momo - En fin, atraer a gente beneficiara a ambos, mejorará la ciudad y creará competencia con la otra ciudad, una rivalidad sana siempre viene bien para el negocio - Vió como su compañero se agachaba para dejar que Regaliz tomara un baño, mientras miró a los otros dos - Lo que dices de los cimientos también se aplica a la gente, y a la isla; Esto funciona de la siguiente manera, primero queremos cambiar el mundo, al no conseguirlo le sigue nuestro país, nuestra ciudad, nuestra casa y luego nosotros - Asiente a los dos chavales - Pero es al revés, primero debemos cambiarnos a nosotros y me alegra decir, que estamos en proceso - da unos pasos y pone sus manos sobre sus hombros, empujando a ambos hacía la ciudad - Vamos a cambiar nuestra casa y ha esta extraña familia, si nos va bien cambiaremos la ciudad y luego con mucha suerte el mundo - Olfateó el aire como había hecho momo.

¿Qué os parece explorar un poco la gastronomía local? Se puede conocer mucho de una cultura por su comida, además de hacer contacto y amistades, explicarles con ilusión claro, que queremos construir y nuestra buena intención quizás nos ayude a que hablen bien de nosotros al alcalde - Miró a Momo - El Dinero habla, pero la reputación puede asentar buenos cimientos - Había entendido que él había estado aquí antes, así que lo dejó guiar - Además si notan que estamos dispuestos a pagar y ayudar aquí y allá nos ayudaran, los humanos nos vemos llevamos por un sentimiento de Deuda, aunque funciona en ambos sentidos, además seguro que estos locales pueden ponernos en contacto con algún constructor, albañiles, trabajadoras en general y como dudo que por aquí tengan mucha clientela estarán dispuestos a trabajar a buen precio - Estas ciudad o eran gente cerrada o recibían a los nuevos con los brazos abiertos, siempre que trajeran una buena cantidad de pan debajo del brazo, claro.

Menos mal que estaba Angus, si no, estaría perdido -A comer se ha dicho- Comenté mientras intentaba pensar donde trabajé en esta isla, eran tantas islas y tantos restaurantes, locales, panaderías, brasearías, que ya ni me acordaba de donde estaba cual. Al girarme observé una estructura al fondo, un edificio alto sobre las olas del mar, llamó mi atención, creo que ya sabía donde podía estar nuestra casa. Empecé a caminar ciudad al interior, dando cuatro pasos fuera de los maderos, Regaliz vino corriendo para enredarse en mi pierna. Poco a poco me venían los recuerdos, trabajé en la plaza si no recuerdo mal... -Como se llamaba el restaurante.. ¡No! Era una panadería... ¡Ahí, ahí era!- Comenté señalando una taberna, había ayudado un par de meses al tabernero, tenían algo de faena siendo el más barato de toda la isla. Entré raudo y veloz, con energía, por lo que todo el mundo se me quedó mirando -¡Buenas jefe!- Comenté al tabernero -Pero si es el embobado- Sí, me reconoció -¡Como estamos! Hace tiempo que me fui- El hombre, estaba colgando un nuevo cuadro, de una silla con un jarrón y flores -Si vienes buscando trabajo no hay, la cosa no está muy aya y tal y como dejaste el local de limpio solo lo he mantenido- Me senté en uno de los taburetes de la barra y sonreí -En realidad no vengo a ganar dinero, si no a dejármelo - Aclaré -Eso me gusta más oírlo, ¿El de la casa?- Preguntó con alegría -¡Cinco platos de la casa! Seis si no has comido todavía- Ofrecí -Si invitas claro que me uno...- Nos sentamos en una mesa y esperamos tanto mis compañeros como yo a Angus y al tabernero...

Una vez sentados para comer, la camarera y el tabernero sirvieron, el plato de la casa era ciervo en salsa de setas con guarnición de patata frita y una salsa de queso aparte para mojar dichas patatas... El tabernero se sentó con nosotros y la camarera siguió el turno -¿Y que te trae por aquí?- Preguntó -La verdad es que Samia, pero esto es algo que te comentará mi amigo Angus, es muy listo y se le dan mejor estas cosas, pero tengo cosas interesantes, me gustaría dar a conocer mi "producto" que si te parece bien es como te voy a pagar la comida y he creído que tu taberna sería la mejor para hacerlo- Comenté sabiendo que era la más barata de la isla -¿Que producto y cuanto?- Había conseguido el interés de mi objetivo -¿No será esa serpiente que llevas a cuesta? Si la carne es buena lo acepto, parece una cría de rey marino, de esos perlados, la carne y la joya de la cabeza son elementos muy solicitados- Normal que hablara así de Regaliz, era alguien que ganaba la vida sirviendo carne fresca -No, este es mi amigo, no está para ser cocinado, es un producto más difícil de conseguir en islas del mar del Norte, del Este quizás, aquí no tanto pero de la calidad a la que te lo ofrezco hay pocos... Chocolate...- El hombre se quedó algo extrañado -¿Chocolate?- Preguntó -Chocolate- Respondí...

A todo esto... ¿Le había contado a Angus lo de mi pequeño secreto con la fruta del diablo?

Al entrar en la taberna saludo al Tabernero con un gesto de la Taberna, luego se sentó junto los otros dos y Momo en la mesa. Cuando llegaron los platos, Angus realizó su ritual de mirar los platos, la taza, girarlos varias veces antes de empezar. Angus comenzó a comer, si bien la taberna era barata, estaba lejos de ser de mala calidad, sin duda se debía a la localización y la falta de clientes más que la comida.

Vale, lo siguiente era más complicado, convencer a alguien sin motivo aparente de unirse o invertir en el trabajo, al menos conocía a Momojiro y eso parecía que facilitaría las cosas. - Chocolate, Momojiro es un excelente repostero y quiere vender su chocolate, eso implica productos de todo tipo, y empleo - Aclara - En la Isla, verá hemos estado pensando en facilitar la vida a nuestro grupo de trabajo, los cazarrecompensas, ofrecerles facilidades creando un grupo, una sede que ofrezca información o la intercambie, a cambio de dinero, servicios, facilidad en los trabajos, salud y demás ventajas, pensábamos poner aquí la sede - Miró a Momo - Atraerá gente, mucha, Caza Recompensas en principio, pero tienen familias y si podemos ofrecerles trabajo aquí, eso sería beneficioso para el pueblo también - Alimentar el comercio, ofrecer facilidades a los civiles - Estoy seguro de que aquí tenéis vuestras costumbres y preferimos adaptarnos que imponer, Momojiro me comentó que preferís el intercambio de bienes, de ahí que te ofrezca su chocolate, como intercambio, al menos para empezar con buen pie mientras montamos todo y aclaramos más cosas que nos puedan beneficiar a ambas partes - Aquello solo era el principio.

Miro a Momojiro - Necesitamos mano de obra, nosotros cuatro quizás seamos suficientes como para poner algo de orden en donde sea que nos asentamos, pero cuando la gente empiece a llegar, un arquitecto para reparar o construir el gremio, un médico para curar a los heridos, servicio de limpieza entre otras cosas - No necesitan todo aquello nada más empezar, claro, pero según avanzaban con el proyecto el ideal sería ingresar al menos lo mismo para mantener el negocio.

Lo que Angus no sabía era qué su compañero tenía una fruta, quizás no la más espectacular en combate, pero tremendamente práctica en él y fuera de él le permitiría un ingreso constante con el que mantener el gremio con facilidad. - Si nos puedes poner en contacto con gente de la ciudad, o locales, mejor que traer gente de fuera de la isla, queremos beneficiar a nuestros vecinos a ser posible.

-Vuestros planes no son las primeras veces que se intentan llegar a cabo, muchos han intentado crear su imperio en esta isla, pero no tiene turismo, no tiene riquezas ni nada que llame la atención, todos fracasan... Acepto lo del intercambio pero escúchame una cosa, aquí la gente vive de otra manera, tu quieres traer la ciudad a una isla, no creo que lo consigas... Eso es lo que creo, por otra parte, me gustaría que lo consiguieras, pocas veces hay problemas de asaltos piratas, esto está lejos y no hay casi rutas navales, pero cuando vienen solo la milicia de la isla defiende y a veces hay que abdicar para que las calles no se tiñan de rojo... Una defensa extra sería de agradecer, una fuente de riquezas, sería de agradecer y sobre todo, algo nuevo en la isla, más gente, para mi negocio, sería de agradecer...- Comentó sonriendo y mostrando restos de comida entre los dientes... -Esta tarde te traeré el chocolate, antes... ¿Sabes que es el edificio que hay a las orillas, al lado del puerto?- Pregunté, me había enamorado de ese edificio -Es un viejo intento de mejorar el astillero, se supone que era una ampliación, pero nos quedamos sin gente ni presupuesto, así que hubo que dejar de lado- ¡Perfecto! Estaba abandonado, justo lo que necesitaba para empezar, miré de reojo a Angus para que entendiera cual era mi objetivo -Muchas gracias jefe, intentaremos no fracasar como los demás, si mis fuentes no me mienten, tengo el mejor chocolate del mar del norte a mi disposición, cuesta mucho que sobreviva a sus duras temperaturas, pero el que lo hace, está buenisimo..- Mentiroso soy, pero si le digo que lo genero yo, de una patada me manda al Gran Line

Acabé de comer, de forma educada agradecí la comida servida y felicité -¿Tienes un par de barriles? Tengo grandes depositos de mercancía en el barco que nos trajo y desgraciadamente no puedo darte uno, me quedaría sin en cero coma y es una de las formas de comerciar que tengo a mi disposición ahora mismo...- El hombre asintió, claro que era mentira, pero no tenía como darle el chocolate y no creía que lo más higienico fuese darle un bloque y dejarlo en el suelo -Ahora te los subo- Comentó, se levantó y se metió en el almacén -Bien Angus, ¿que piensas? He pensado en tener un par de plantaciones de cacao, el clima es decente, habría que mirar la tierra, pero eso lo puedo saber con solo agarrar un puñado de ella, eso nos ayudaría a mantener las apariencias para que nadie sospeche de donde sale tanto chocolate...- Comenté, pero tenía unas cosquillas en la nuca, me preguntaba... Si le había comentado algo a Angus, no recuerdo haberlo hecho, pero estaba dando por dicho de donde sacaba el chocolate... Mi cabeza no era lo que mejor funcionaba, imaginad mi memoria

La respuesta del tabernero era de esperar, no lo tendrían fácil pero se dejarían la sangre en ello, Momojiro pondría su dinero sobre la mesa y no lo dejaría pasar, Angus quería mejorar la vida de sus compañeros.

Momojiro insistió en el tema del Chocolate ¿Lo tenía en el barco? No lo había visto cargar nada y dudaba que se pusiera a derretir chocolate y moldearlo en tablas o hornearlos, sin duda luego le preguntaría. Dejaron al tabernero comiendo, y acompañó a Momojiro al almacén por los barriles, no definitivamente no lo había visto cargar tanta cantidad así que el comentario lo dejó descolocado - ¿Perdón? haber me ha empezado a resultar bastante extraño todo el tema del chocolate cuando has empezado a hablar, pero ahora me has descolocado ¿Qué es lo que pasa con el chocolate? - No había muchas opciones y las que había le parecían demasiado improbables.

Dió una vuelta por el almacén buscando barriles vacios, aprovecho para mirar los productos locales con los que comerciar mientras su compañero explicaba de donde sacaba el chocolate.

¡Bingo! Eso acababa de demostrar que no le había dicho nada sobre mis habilidades, unos minutos más tarde se lo comentaría -¡Sabía que se me olvidaba algo! Luego te lo explico, pero a parte de dinero tengo acceso a un chocolate de una calidad exquisita y cada vez sale mejor, de ahí la idea de plantaciones de cacao, para mezclar y diluir el bueno para poder sacarle más partido, no es que no tenga acceso al bueno y pueda entregarlo como suministros diarios, pero cuando no esté en la isla no podré abastecer de tan buena calidad por lo que tenemos que dejar claro los tres tipos de chocolate para cuando no esté el exquisito, los tres tipos serán "Chocolate isleño" será el común, "Chocolate GL", y el de calidad extrema, claramente "Chocolate Nuevo Mundo" Se que no me estoy explicando bien, pero creo que será una forma de sacar más dinero para la alta clase, para poder comerciar de mejor forma y demás, eso ya lo iremos mejorando, yo en explicación y tú en logística...- Estaba soltando todo lo que se me ocurría de forma rápida y sin pensarlo, ya se apañaría él con mis divagaciones, era listo, seguro que acabaría pillandolo

Agarramos los barriles y los subimos, dos barriles serían más que suficiente para pagar la comida y darnos a conocer, mucho más que suficiente pero se portó bien conmigo y la publicidad sería excelente. Salimos hacia le comedor -Iremos ahora a buscarlo, no os mováis- Como si pudieran, son los dueños del local... -Vamos Angus- Comenté mientras salía disparado por la puerta. Pero claramente no iba a ir a puerto, no nos esperaba nada ahí por lo que empecé a ir por callejuelas hasta encontrar una sin salida, donde dejé el barril el cual iba empujando mientras daba vueltas, -Bien Angus, te explico, ¿Como de escéptico eres?- Dejé un segundo para que se lo pensara pero no iba a dejarle contestar -Bien, ¿Que sabes de las frutas del diablo? ¿Cuento infantil de niños para estimular su imaginación? ¡No! Son reales, creeme...- Comenté mientras abría la tapa del barril y puse mi mano encima -Y se hizo la magia...- Comenté mientras de mi mano empezó a brotar una cantidad ingente de chocolate la cual rellenó el barril en poco tiempo -Y ahora que lo sabes, venga, ayudame, abre el tuyo... Por eso necesitamos un campo, nadie se creería que el mejor chocolate de su vida sale del cuerpo de un usuario, mejor que se piensen que a veces sale bien el proceso y otras mal... ¿Me explico?-

Acepto lo que le decía, sin duda tenía una buena forma de obtener el material y mezclarlo con la producción de las granjas. Ayudó a Momojiro a cargar los barriles para llevarlos con ellos, callejeando sin mucho sentido.

Cuando escucho la primera pregunta sobre las frutas unió cabos ¿Tenía una? - He escuchado que hay cazadores con ellas, piratas y demás… - Quedó asombrado, como para hacer algo más que observar ya que en su vida había visto algo así en persona.

Abrió su barril sin decir nada, procesando la información mientras se rellenaba el barril - Si, te entiendo - Asintió - Es decir, creo que si decimos que viene de tí, literalmente, podría llamar la atención de ciertos clientes pero evitaremos explicaciones si lo mezclamos con la producción local, aunque si la producción llega a ser mala… - Suspiró - en fin, si nos lo apañamos bien no tendremos que dar explicaciones a nadie - Miró a Momojiro - Pero una Akuma, de lo más impresionante, como te digo escuché historias, pero verlo en persona es otra cosa - El chocolate manaba de su mano como una fuente de esas de los sitios pijos, donde usan palitos para cubrir comida con él - ¿Puedes usarlo para luchar? Ahogar a los enemigos, cubrirlos de chocolate y dejarlos endurecidos, a modo de prisión, nunca había pensado en ello pero puede ser la mar de útil, chocolate para luchar, quién lo diría - Su mente jugaba con las posibilidades, tanto económicas como en combate.

El barril quedó lleno - ¿Cuánto podrás producir? ah, siento demasiadas preguntas ahora mismo, tendremos tiempo para hablar después en un sitio más seguro, supongo ¿llevamos esto de vuelta? - Dio unas palmaditas encima del barril - Aún tenemos mucho que hacer, te interesa ese edificio del puerto, tenemos que hablar con la gente necesaria para ponerlo todo en marcha, pero me parece un sitio excelente - Reformas, trabajadores y demás, sería una buena temporada de trabajo, pero de lo principal podrían encargarse su pequeño grupo - Hacía tiempo que no estaba ilusionado - Sonrió, veía un futuro prometedor cogiendo forma.

Acababa de ver algo impresionante y estaba seguro de que en un futuro vería más cosas difíciles de creer, del nivel de la akuma de momo ¿Más usuarios? Con un poco de suerte incluso él podría hacerse con una de ellas, aunque Angus no era especialmente suertudo y le podría tocar algo como la akuma de los excrementos e ir por ahí apestando a mierda, pero aun así tendría una akuma.

Me encantó la capacidad de análisis que tenía Angus, el tipo acababa de ver algo impresionante y en cero coma siguió el hilo del asunto y ya tenía preguntas -Eres increíble, la primera vez que vi en primera persona a alguien usar la habilidad de su fruta, casi me meo encima y eso que yo ya disponía de la mía, fue un impacto en cambio tú, ya has hecho las preguntas que yo tardé meses en hacerme a mi mismo... Pero para saciar tu curiosidad te diré lo siguiente. Sí, puedo usarla para luchar, sí, puedo ahogar a la gente aún que no lo he hecho, sí, se puede endurecer hasta el límite de bloquear balas de cañón, en cuanto a la cantidad, no he intentado crear en ingentes cantidades pero parece que va junto con mi resistencia, cuanto más use, más me canso y si estoy sin estamina no produzco gran cosa, pero cada vez he ido aumentando más y más su producción, al principio no podía hacer más que una tableta y ahora puedo crear una lancha con hélices las cuales controlo y puedo desplazarme, la dimensión exacta para no hundir el barco ya es otra cosa, pero se puede...- Le comenté y por el camino le resolvería bastantes dudas

Acabamos entregando los barriles en el restaurante, donde nada más llegar el hombre abrió uno de ellos y untando su dedo indice probó la mercancía como era normal, sus ojos se abrieron nos miró y comentó -¿Queréis traer esto aquí? ¡Engordaré! Acepto uno de los barriles, es más que suficiente por lo que habéis comido, no puedo coger dos, no sería ético- el tipo era de los que ya no quedan, pero no podía ser así -Vale, uno por la comida, el otro es para que nos hagas publicidad y nos recomiendes, nos iría bien, tú ganas variedad en la carta y a nosotros nos haces un favor, ¿Que te parece?- El hombre se quedó rumiando pero finalmente acepto y tras un par de charlas sin sustancia salimos todos del local... -Bien, uno de vosotros dos, que vaya a los campos, que investigue y nos diga como está la cosa, si se pueden comprar o hay espacio para plantar otros, el otro que vaya a puerto, necesitamos un barco para poder movernos, Angus y yo nos quedamos el ayuntamiento y la estructura sobre el agua, ¿Os parece bien?- Comenté, mis compañeros asintieron y Angus, compañero también tenía que decidir por sí mismo lo que quería hacer...

La verdad que yo estaba ansioso por tenerlo todo ya, pero había que hacerlo pasito a pasito y con cuidado por eso el destino había hecho que Angus y yo nos juntaramos para juntos hacer grandes cosas y que mi impaciencia no destrozara nuestros sueños...

Asintió, sí, sin duda las akuma no mi volvían al consumidor en una especie de elegido, un semidiós, alguien que destacaba sobre los mortales no sin esfuerzo, pero con una mayor facilidad, además de que la variedad era aberrante si lo que contaban las historias era real ¿Hombre de Goma?¿Animales antropomórficos?¿Un hombre de fuego? y para terminar estaba Momojiro, un hombre de chocolate. - Sorprendente, es increíble como cambia tu cuerpo por comer la fruta de cuento - Momojiro era una fuente de chocolate, capaz de darle forma, hacer hasta partes móviles, la variedad era impresionante.

Y de pronto, se repartieron los trabajos - ¿Me dejas negociar por el edificio portuario? Lo más seguro que el alcalde te conozca o haya escuchado hablar de tí por aquí - Miro por la ventana - Creo que puedo sacarle un buen precio, aprovechó para echarle un ojo y sacarle todos los fallos, aunque como vamos a asentarnos aquí tampoco quiero ofender al dueño, puede que esté abandonado pero la gente es bastante reacia a deshacerse de ella - estaba seguro que Momojiro se las apañaba con el Alcalde, tenía una energía y una Ilusión contagiosa, por ello estaba seguro que el líder local caería ante sus encantos.

Por su parte se encargaría de algo que llevaba años sin hacer, encargarse de los negocios y entendiendo que ahora formaba parte de un grupo lo haría lo mejor posible.

Los compañeros se fueron, se quedó mirando ha Momojiro durante un segundo antes de ponerse en marcha - Convence a ese hombre, dale a probar un poco del producto, si le explicas nuestras intenciones de trabajo aquí seguro que acepta, como nuestro amigo aquí - Señaló al Tabernero, la ciudad necesitaba movimiento, sangre fresca.

Con ese hecho, salió de la Taberna y bajó al puerto, el edificio era hermoso con una estructura clásica, casi como una Aduana o un edificio de comerciantes, si bien estaba abandonado no había perdido su presencia. Dió varías vueltas alrededor, el puerto privado estaba poco cuidado y el agua del mar y los moluscos habían destrozado la madera aquí y allá haciendo difícil el caminar por ello, las escaleras no habían vuelto a ser tratadas y faltaban un par de escalones, la grúa estaba arqueada y emitía un crujido incómodo cada vez que llegaba algo de aire del puerto, Angus suspiró, esperaba que el interior estará mejor al no estar directamente expuesto al océano.

Fue a una casa cercana para preguntar con quien debía hablar para visitarla por dentro y realizar los pagos.

Sonreí -Claro, puedes ir a por nuestro edificio, esperemos que no se ofendan pero no creo que lo hagan, no eres una persona que sea imprudente al hablar, sabes medir tus comentarios por lo que dudo que haya algún problema, si no quieren vender no insistas, tampoco queremos parecer agresivos en nuestros negocios- Comenté para tranquilizar a Angus si no lo conseguía -Bien, pues todo el mundo sabe que hacer, nos encontramos aquí cuando acabemos los trabajos ¿Os parece?- Me despedí de todos mientras miraba al tabernero -Seremos reconocidos por traer lo mejor a esta isla, por cierto, me llevo la botella vacía- Comenté, agarré una botella de agua que había en la barra, esperaba que limpia y luego salí por la puerta directo al ayuntamiento. Desde mi última estancia en la isla no había pasado mucho tiempo pero había que admitir que con tantas islas y cosas que habían pasado me costaba localizarme en las calles pero preguntando se llega a Loguetown, por lo que no tardé demasiado en encontrar el ayuntamiento. Una vez ahí, solicité ser visitado por el alcalde pero se me negó rotundamente, estaba "reunido" por lo que decidí esperar...

Mientras esperaba, la botella que agarré del bar, la cual previamente antes de entrar en el ayuntamiento llené de chocolate, empezó a ser vaciada en vasos para invitar tanto a los trabajadores, como a la secretaria, hasta a los de seguridad les cayó un pequeño vaso, nadie cayó en la cuenta que esa botella estaba sirviendo más chocolate del que podía contener, pero aún así dejé que se agotase hasta quedar un pequeño "culo" de chocolate suficiente para un vaso más, que estaba pensado para el alcalde... -¿Tardará mucho?- Pregunté -Lo siento, aún sigue reunido...- Me contestó...

Lo bueno que tienen estas pequeñas poblaciones es qué todo el mundo se conoce y cuando se presenta algo que hacer se arrima el hombro, así es como Angus acabó con cinco ciudadanos detrás de él caminando por las proximidades del puerto, charlando con ellos distraídamente mientras caminaban de una casa a otra para obtener información.

Se pararían aquí y allá para tomar un café, beber un chupito de alguna hierba local o de un productor artesano que la hacía en su casa y se sentía orgulloso de su producto, al fin y al cabo Angus preguntaba cómo comprar un local y no uno cualquiera, ese que había estado abandonado y dejado de lado por alguna empresa al ver que aquí no había mucha esperanza de negocio. Si Angus y sus compañeros lograron traerlo a la vida, sería un soplo de aire fresco para todos, el pequeño productor de alcohol podría beneficiarse, el pastelero lo mismo, sus hijos encontrarán trabajo y no tendrían que irse a la ciudad del otro lado de la isla…

Parecían ilusionados con la idea, tanto que aquel grupo de cinco ahora eran unos quince, gente anciana y jóvenes, caminaban por las calles, los ancianos enviaban a los jóvenes a aquí y allá a preguntar quién demonios tenía la potestad de vender la propiedad. Mientras que Angus les explicaba los planes qué tenía, por encima claro, con ese lugar y con la isla, tan lleno de ilusión como cabía de un hombre difícil de leer como él.

Para cuando un chico, de la edad de Momojiro llegó a una plazoleta en la que estaba sentado con los ancianos y sus hijos y nietos, gente trabajadora del puerto y alrededores, estaba charlando del estado de la propiedad y sobre contratar a los mismos que tenía alrededor, había carpinteros, trabajadores del puerto y demás, que se benefician de ello.

El “propietario” era hombre redondo, con la camisa metida dentro de unos pantalones bien apretados y unas patas cortas que se movían algo más rápido de lo que correspondía a su cuerpo, cuando llega al grupo de Angus se apresura a hablar en un tono ahogado por falta de ejercicio - Un nuevo ciudadano, me alegro muchísimo - Un par de Cof Cof húmedos hacen sacudir su cuerpo y se para tomar aliento, lo que hace que todo el grupo lo mire expectante - ¿Tiene usted la llave de la propiedad y la capacidad de traspasarla? - Pregunta el Cazarrecompensas a lo que el hombre responde sacando una llave gruesa y pesada, mientras que asiente.

Un salto adelante nos muestra a Angus atravesando la puerta detrás del agente inmobiliario, detrás de Angus una buena cantidad de gente, carpinteros, albañiles y demás trabajadores.

-¿Que es ese olor?- Se escuchó detrás de la puerta del despacho del alcalde, mi habilidad para oler a chocolate a kilómetros servía para muchas más cosas de las que había imaginado. De la puerta salió un hombre de unos cuarenta, bien vestido de traje, reflejo canoso en la cabeza y un puro en la boca -Huele bastante bien- Comentó, al salir me puse de pie y agaché un poco la cabeza en forma de saludo y respeto -Chocolate- Comenté con una sonrisa y los ojos cerrados para parecer más sereno y transmitir tranquilidad -He venido para hablarle precisamente de el chocolate, mi producto estrella, pero esperaré a que termine la reunión o cogeré cita para otro rato- La verdad que pensaba quedarme ahí parado hasta que me atendiera pero decir eso quizás era muy brusco y agresivo -¿Reunión?- Preguntó, rápidamente la secretaria el miró fulminantemente -Sí, la reunión, esa reunión... Al final no se han presentado y la hemos hecho por Den Den Mushi- Comentó algo dudoso, claramente no tenía ninguna reunión, quizás estaba dormido, fumando mientras almorzaba leyendo el periódico, a saber, por suerte para él, no me di cuenta de la verdad... -Pase, pase, hablaremos, tengo unos diez, quince minutos- Comentó -Intentaré ser lo más breve y conciso posible- Me expliqué.

Tras una hora de conversación donde por las dos partes estaban dándole a la sin hueso, el alcalde aceptó abrir un nuevo negocio, con vistas a futuras fabricas y puestos de trabajo con unas cuantas condiciones las cuales me parecieron aceptables. -Bueno, espero que mi idea de los animales no se nos vaya de las manos, entienda que no solo es un capricho, podemos realizar grandes proezas culinarias con esas ideas...- El hombre soltó la calada de humo -No se preocupe, no solo lo hemos hablado si no, que está escrito a mano para adjuntar al contrato con la ciudad, espero que a partir de ahora los dos cumplamos y llevemos una larga y prospera relación- La verdad que la boca me sabía amarga por algunas condiciones, pero dentro de lo que cabía esperar eran buenos tratos... -Bien, pues si me lo permite, iré a reunirme con mis compañeros para explicarle como vamos a proceder- Me costaba contener toda la emoción que tenía en el cuerpo pero ponerme a dar gritos y saltar por todos lados cual niño con sobredosis de azúcar y cafeína no me parecía lo más correcto si quería parecer un empresario como Angus.

Tras salir de ahí fui directo a... ¿Habíamos quedado en algún lado? ¿En el restaurante quizás? No me acordaba aún que daba igual, con las ganas locas que tenía de ir al edificio para ver si Angus lo había conseguido ya o estaba apunto (Pues dudaba mucho que no lo consiguiera, así de inocente soy) tome dirección hacia el edificio donde desde lejos pude ver a un montón de gente en las puertas del mismo y la puerta principal abierta -¿Que ha pasado?- Mis dudas eran enormes...

Ya había gente mirando los exteriores, mirando aquí y allá las tablas podridas del porche marítimo, si es que a esa estructura similar a un atracadero privado tenía ese nombre, Angus dió la descripción de Momojiro a los trabajadores, por si acaso se presentaba aquí que lo recibieron como es debido y lo hicieran pasar al interior.

Se había sentado en una mesa maltrecha coja de una pata, la silla en la que él estaba sentado crujía cuando realizaba un mínimo movimiento mientras qué la silla del intermediario parecía a punto de desplomarse - Entonces con esto estaría listo, al final es un excelente trato - El hombre, bajito y regordete sonreía, sin duda llevaba tiempo intentando deshacerse de aquel lugar, pues como habían insistido los trabajadores que le habían echado una mano “ Esto está para echarlo pá abajo, hazle un buen precio al chaval que nos viene bien a todos “ y la presión social hizo el resto, incluso a Angus le pareció que sería maleducado intentar bajar más el precio, pues quizás los ofendería.

Firmó el contrato cuando la puerta del frontal de la puerta se abrió de golpe y un par de chicos arrastraron al interior a Momo, en respuesta Angus levantó la mano para recibirlo y en ella colgaba el contrato - Ven a firmar esto y estaremos listos para empezar - Le dijo invitando a Momojiro a la mesa, se levantó de su silla y se la ofreció para sentarse.

Angus quería la firma del ideador de todo en el contrato, una formalidad absurda e innecesaria quizás, pero que declaraba una idea. Mientras hacían los tramites, un hombre mayor, con ese pelo en el que la frente se alarga hasta atrás y el pelo se mantiene en los laterales, este pelo era largo y de tono gris y y negro, con una barba del mismo color desagreglada saco un Den den mushi de los que sacan fotos y tomo una foto del grupo.

La mesa en el medio, Angus detrás de Momojiro mientras que los ciudadanos aplaudían y se arremolinaban alrededor de los dos nuevos ciudadanos y al hombre regordete. Más tarde le pediría una copia para enmarcarla en el local, colgarla de algún sitio visible que se viera la calurosa recibida y quedará para la posteridad.

Esperaba ver la reacción de Momojiro al ver la que se había montado, tener la gente aquí era un buen inicio, aunque Angus no era lo que había planeado para nada.

Mi pregunta sobre que habría pasado en el local rápidamente se complicó bastante, unos cuantos ciudadanos vinieron a por mi, literalmente parecía que me quisieran linchar, me quedé algo parado y cuando estuvieron cerca, intenté darme la vuelta para seguir huyendo ¿Habría hecho algo Angus para enfadar a toda la multitud? Quizás era un monumento de la isla y les habíamos ofendido, ¿Habría presionado demasiado? ¿¡Y por qué me querían linchar a mi!? No pude salir corriendo que me atraparon, me llevaron dentro, quizás era una isla canival, de esas que llevan la secta muy oculta y ahora iba a sufrir las consecuencias... Pues se iban a indigestar... Cuando me metieron dentro del edificio observé a Angus sentado en una mesa junto a otro hombre y un papel delante de mi compañero, claramente parecía un contrato y por la cara del gordete se veía feliz, tardé en darme cuenta que la gente de mi alrededor no estaba enfadada, si no, feliz...

Cuando la gente vio mi cara de estupefacción, me explicaron como iba la cosa, la que lió Angus y la primera impresión que mostró, era arriesgado traer a alguien que no conocer a hacer tus trabajos, era una confianza fuerte, pero la impresión, la sensación que me transmitía Angus era demasiado buena y estaba demostrando ser un buen compañero, si quizás más adelante cuando haya más dinero me roba, según como lo haga hasta no me sabría mal... Pero no prometo nada...

Tras sentarme con ellos y sin cortarme por la gente ni nada hablé con Angus -El alcalde a aceptado nuestras propuestas con pequeñas alteraciones y algunas condiciones extra, pero ha aceptado a dejarnos trabajar siempre y cuando cumplamos adecuadamente con esta ciudad- No quise entrar en detalles, no quise dar pinceladas, si alguien más se enteraba de nuestros tratos quizás habría muchas expectativas y luego se decepcionarían... La gente al escucharme siguió aplaudiendo, muchos ni sabían por qué pero ahí estaban, felices... Parece ser que ahora si teníamos un gran trabajo por delante y a mucha gente que contentar, pero paso a paso... Esto estaba en ruinas...

Quizás pensar que él había hecho algo era darle más importancia de la que debería, era más ese concepto de bola de nieve aplicada a gente de pueblo, había preguntado en un lado y de ahí había acompañado a otra persona a otro lugar, y cuando esta fué a preguntar a una cuarta esta hizo lo mismo con una quinta y al final se había armado la marimorena, sin duda le había traído algo de vida a la ciudad.

Angus sonrió - Ah, excelente. La verdad es que llegué aquí y no había nadie, así que fuí a preguntar a un vecino, él no sabía y fue a preguntar a otro - Miro alrededor - Bueno, que una cosa llevó a otra y bueno, ya ves la que se ha liado - Sin duda a Angus se le había pegado el buen humor - Entre los ciudadanos que se sumaron hay varios carpinteros, obreros y demás, han revisado el local y me han ayudado a bajarle el precio, sin duda buena gente - Suponía que serían aquellos a los que contratan para arreglar todo este desastre, una mano por otra era lo clásico en este sitio.

Se dió la vuelta para agradecerle a uno de esos trabajadores por su ayuda y volvió con Momojiro - ¿Entonces todo con el Alcalde bien? creo que si contentamos a está gente no nos pondrá ninguna pega, además piensa qué de aquí a un tiempo si todo sale bien seremos una fuerza militar en este lugar y su protección dependerá de nosotros - miró a los civiles - Si nos pone trabas por hacer algo bueno para ellos y para los cazarrecompensas, bueno, quizás no merezca su posición - No es que Angus la quisiera, nada más lejos de la realidad - Ah, los chicos ¿Como lo estarán haciendo? - Pregunto, eran sus chicos y estaba seguro que eran de fiar.

Aparte de eso, ahora que lo ves desde dentro ¿Como lo imaginas el interior? tenemos gente aquí para hacerlo realidad así que porqué no usar un poco la imaginación hasta que vengan los chicos - El sitio estaba que se caía a trozos, de hecho a Angus le daba un poco de ansiedad el escuchar el crujido de la madera bajo los pies de los ciudadanos sabiendo que abajo de este estaba el mar, pero bueno, paso a paso lograrían el sueño de Momojiro.