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[Reto] Jake vs Nayla y Tetsu Empty [Reto] Jake vs Nayla y Tetsu {Jue 24 Ene 2013 - 0:48}

Jake Vs Nayla & Tetsu


[Reto] Jake vs Nayla y Tetsu Impel_10 Impel Down: Impel Down es la prisión de máxima seguridad de La Marina, una gran torre sumergida, cuya estructura se asienta en la parte inferior del fondo del mar. Debido a que está construida en el Calm Belt, toda la estructura está constantemente rodeado de gigantescos Reyes del Mar nadando debajo del agua. Junto con estas bestias, la cárcel es custodiada por una fuerza de la marina de guerra.

Turnos: Jake-Nayla-Jake-Tetsu-Jake-Nayla-Jake-Tetsu...

Moderadores: Zarlet & Allen D. Bomber

*Si gana Jake ganara 1200 de exp y subira un puesto en la jerarquia. Por otro lado si ganan Nayla y Tetsu obtendran 600 por cada miembro y obtendrian precio por su cabeza.
*El combate tendra las reglas basicas de los retos. Los moderadores seran los nombrado arriba.
*Se usara Nomenclatura.
*Pasada 36 horas se puede saltar el turno a un rival, pero al ser reto no se descalifica( pero si se le salta el golpe se lo come de lleno)


SUERTE Y QUE GANE EL MEJOR. EMPEZAD
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[Reto] Jake vs Nayla y Tetsu Empty Re: [Reto] Jake vs Nayla y Tetsu {Jue 24 Ene 2013 - 21:31}

La prisión más peligrosa de la faz de la tierra “Impel Down” y no por nada sería la más peligrosa, puesto que los criminales y piratas más peligrosos y buscados por la Marina y al "Gobierno Mundial" estaban encerrados en dicha prisión, el acceso a dicha prisión era casi imposible de realizar puesto que la misma se encontraba en el "Calm Belt", un área donde no habían corrientes marinas o brisas, un lugar plagado de Gigantescos "Reyes Marinos", la única forma de entrar a dicha prisión era mediante un buque de la marina el cual está especialmente preparado para navegar en las aguas del Caml Belt puesto a que estos poseen Kairoseki en la parte inferior del buque que evita que los Reyes Marinos detecten su presencia.

No solo con navegar en un navío con kairoseki bastaría, puesto a que una enorme fuerza de unos quince acorazados dispersos en forma de anillo recubren y defienden las puertas de Impel Down, siendo una fuerza mayor a la del “Buster Call”, aparte de ese increíble fuerza marítima también se tendría que pasar por las puertas de la justicia o también conocida como “la entrada del infierno” antes de poder ingresar a la prisión de máxima seguridad conocida como Impel Down.

Flash Back:

Era un día normal y bastante tranquilo en la bahía de mariejoa , donde la tripulación de marines más temida de los cuatro mares , llamados “Black Sea” se encontraban en un leve misión de escoltas, para uno de los concejales, cumplida dicha misión, los miembros de la tripulación se habían separado, quedando solo en el navío, un chico de estatura promedio de ojos marrones y de cabellos dorado opaco, cual respondía por el nombre de “Jake”, este era uno de los miembros más nuevos de la tripulación de los “Black Sea”, este por orden de su capitana, se había quedado encargado de vigilar el barco bajo una simple y franca amenaza “Si le pasa algo a mi barco, te matare” y sabiendo como era de temperamento claramente mataría al chico si algo le llegara a pasar al barco.

Juro por dios que un día de estos me voy a vengar de ti, no puedo dejar que me siga usando como le plazca, eh recibido golpes, patadas, cortadas, mordidas y no sé cuantas cosas más, y ahora tengo que ser el guardia de un barco que no se moverá ni un solo metro, estando anclado y atado en un isla totalmente protegida por la marina, “Quinty D. Shaky” te juro me las pagaras.

Pensaba en sus adentros, sentado en uno de los mástiles del navío y mirando hacia el horizonte, cosa que le tranquilizaba bastante y le relajaba a la hora de estar totalmente estresado, aun sentado en aquel mástil pudo ver a lo lejos como la sombra de un navío se acercaba, sin moverse de su lugar espero que aquel navío se acercara un poco más, al tenerlo más cerca noto que dicho navío era del mismo bando al que pertenecía “La Marina”, este sin inmutarse simplemente se lanzo del mástil en el que se encontraba sentado, al estar cayendo o mejor dicho bajando, su chaqueta negra se le había quitado, dejándole en un camisa blanca, en el momento en que llego al piso de madera, su chaqueta le quedo colocada sobre los hombros, tras eso llevo ambas manos al interior de sus bolsillo del pantalón y empezó a caminar hacia la rampa para bajar del barco, al estar ya en el suelo de concreto, una leve brisa llego y le hacía mover sus cabellos y las mangas de su chaqueta, aun estando parado en el mismo lugar, espero a que aquel navío de la marina llegase al puerto, pero su espera fue innecesaria puesto a que dicho navío nunca llego hasta el puerto, sin embargo se había anclado algunos 200 metros del puerto y habían enviado en un pequeño bote de remos a un par de marines, los cuales al llegar al puerto solo uno de ellos salió de dicho bote.

-Vengo a ver a la Capitana de los Black Sea.

Lo lamento, pero no se encuentra en estos momentos.

-Pues su Primer Oficial al mando.

No, tampoco esta.

-Su Segundo Oficial al mando

No, ese tampoco esta.

-Su Tercer Oficial al mando

Tienes suerte, aquí estoy.

-Venimos a llevarlo de voluntario a Impel Down.

No gracias.

-Lamentablemente no puede rechazar, fue recomendado por Quinty D. Shaky, su capitana, por su Primer oficial Kyle Aran y su Segundo oficial Natsu Shion, por favor venga conmigo.

Que tragedia, todos sus compañeros habían ido en contra del pobre chico, mas antes de irse con el Marine, se había dado la vuelta y finalmente pudo ver a los miembros de su tripulación, estos apenas se despedían con las manos y casi muriendo de risas, definitivamente era otra de las especialidades de Shaky, no reclamo absolutamente nada y simplemente acompaño a los marines devuelta hacia su navío, pero la sorpresa fue mucho mayor al ver que no era un simple barco sino que era un acorazado, uno de los barcos más grande de la marina y con mayor capacidad de marines, simplemente no se podía creer que estaba en uno de los mejores barcos de la marina, también estaba algo preocupado por lo que podría pasar están en “Impel Down” pues había escuchado rumores de que a los criminales y piratas más buscados por la Marina y el Gobierno Mundial se encontraban en dicha prisión.

Pasando apenas 3 días de navegación, el joven ya se había cansado de tanto esperar, por lo que simplemente se había colado en la cocina y por igual empezaba ayudar en los preparativos de las comidas, haciendo tanto como ayudante del Shef principal y al mismo tiempo servía de camarero (Por decirle de alguna manera), de esa forma fueron pasando los días en aquel acorazado de la marina, hasta que finalmente por mandato del capitán se les aviso a todos los marines mediante altavoces que estaban a punto de entrar al Caml Belt, cosa que le parecía extraña no habrían maniobras para evitar el Caml Belt, el joven empezaba a sentirse un poco nervioso por lo que había escuchado, hasta que finalmente le habían explicado lo que estaba pasando y al porque no evitarían el Caml Belt, ya sabiendo lo que pasaba solo era cuestión de tiempo para llegar a Impel Down, en eso pasaron apenas dos días los cuales fueron más agotadores de los días anteriores.

Finalmente habían llegado a Impel Down, el asombro que tenía el joven por la cantidad de acorazados que habían en el lugar era sumamente grande, no tenía ni la mas mínima idea de que habría tanta protección en un prisión como lo era la presente, estaba tan asombrado que no salían palabras de su boca, finalmente se le ordeno que abordara un pequeño bote, el cual le llevaría directo a las puertas de la justicia o mejor dicho a las puertas del infierno, aquel bote en el que navegaban pasaba justo a los lados de dos gigantescos acorazados, se podía decir que eran hormigas al lado de elefantes por lo diminuto que era aquel bote en comparación a los acorazados, los cuales tenían claramente los colores de la Marina, en el momento en que las puertas del infierno fueron abiertas para aquellos marines, una ola de aire caliente llego hasta ellos, lo cual aterrorizo a los tres marines que se encontraban en el bote pero sin posibilidades de retroceder, avanzaron hacia el interior de lo que era el muelle de la prisión de mas alta seguridad de todos los mares “Impel Down”, desembarcando únicamente el joven, los demás marines partieron lo más rápido posible.

Maldición, me dejaron solo.

Seguido de haber dicho aquellas palabras, el joven pudo sentir el toque de unos dedos en su espalda, cosa que lo paralizo por completo, estaba estático del susto por lo que giraba su cabeza con lentitud hacia atrás y al terminar de volver el rostro este se quedo súper sorprendido, pues una hermosa dama se encontraba justamente detrás de el, una chica de cabellos rubios, de ojos grandes y azules, de piel blanquísima como la leche, de cuerpo bien atribuido y de una estatura inferior a la propia, semejante belleza estaba en un lugar como este, pues esto debía ser el paraíso, tomando la mano de aquella dama y quedando totalmente calmado.

Soy Jake y tú tienes que ser un ángel caído del cielo.

-No soy un ángel, pero si soy Ángela, es gusto conocerte Jake…y si pudieras seguirme te mostrare algo interesante.-termino con unas risas entre los labios-

Tenía que estar soñando, tal hermosa belleza le mostraría algo que le interesaría, al instante empezó a caminar justamente detrás de aquella chica sin poner caso a lo que le rodeaba o hacia donde se dirigía, simplemente seguía sin decir nada a la chica, hasta el momento en que entraron en un pasillo apenas iluminado por unas antorchas que desprendían fuego de un color oscuro, bastante parecido al que controlaba el joven, mientras caminaban por dicho pasillo, empezaron a bajar al parecer unos escalones, dando a entender que no era un pasillo sino que unas escaleras en forma de caracol, en el momento en que llegaban a un lugar mas iluminado, empezó a escuchar gritos de sufrimiento y diversidad de gritos entre tantos gritos no se podían distinguir cuales eran de personas y los demás de animales o algo parecido, finalmente termino parado detrás de la misma chica la cual estaba frente a una puerta.

-Estamos aquí.

Dicho eso por parte de la chica, aquella puerta fue abierta y al pasar al interior se pudo ver un pequeña habitación apartada y bastante silenciosa aunque estaba con algunas ocho personas más, seguido se le ordeno formar junto a cuatro personas que se encontraban ahí y una por una empezaron a decir sus nombres, hasta el momento en que llego el turno del joven.

Soy Jake D.Sole, miembro de la tripulación Black Sea.

Tras haberse presentado las otras cinco personas incluyendo a Ángela, salieron de la habitación por la misma puerta por la que habían entrado anteriormente, seguido desde otra puerta, entro un hombre de piel morena, de mirada penetrante y bastante más alto que el resto del grupo, el cual se paro frente justo en frente de todos los presentes.

Soy el Vice-Alcaide de Impel Down, la cárcel de mayor seguridad de todo el mundo, les informó a ustedes pequeñas escorias que este lugar se encuentran los criminales y piratas más peligrosos de todos los mares, su trabajo como nuevos guardianes es evitar todo tipo de intento de escape de los reclusos de la prisión, cada uno de ustedes será asignado por mí a los diferente 5 niveles de la prisión, entendieron escorias.

-Si señor!!

Había sonado al unisonó por parte de todos los presentes, aquel tipo era increíblemente intimidante, pues prácticamente con su voz hacia vibrar toda la habitación, aquel tipo empezó a seleccionar uno por uno a los que irían a los diferentes niveles, afortunadamente seria uno para cada nivel, y al primero que menciono fue a.

Jake D.Sole, escoria tienes suerte, serás enviado al nivel 1, espero que te la pases fatal, por si no lo sabías ese piso es conocido como “El infierno carmesí”, y por si las dudas te tire el nombre de los demás pisos que se encuentran debajo del tuyo, el nivel 2 “El infierno de las Bestias Salvajes”, nivel 3 “El infierno Desértico”, nivel 4 “El infierno Ardiente” y por último el nivel 5 “El infierno Congelante”, no te olvides de los nombres, puede que tengas que ir a uno de esos muy pronto, ahora sal de mi presencia, márchate por esa puerta de haya.

Le termino de decir señalando la puerta por la que había entrado el mismo, tras abrir aquella puerta y terminar de salir, cerrando la misma detrás de él, pudo ver unos cinco caminos diferentes y al estar claro a cual nivel tenía que ir pues tomo el camino que estaba señalizado con el numero uno, caminaba por un pasillo totalmente oscuro, al salir de dicho pasillo fue guiado hacia el lugar que tenía que resguardar, mientras era guiado podía ver con claridad aquel Bosque Rojizo, las hojas de los arboles eran rojas y al parecer también eran filosas, lo que parecía pasto rojizo también tenía su filo propio, al parecer todo el lugar era cortante y punzante, por un breve instante pudo ver a los reclusos del lugar correr puesto que detrás de ellos habían unas arañas de un tamaño aterrador y otro grupo siendo acarreados por unos guardias que les cortaban con espadas y todo tipo de armas, finalmente el joven fue dejado frente a un agujero que según le habían dicho conducía directo al segundo piso, su misión era evitar que todos los reclusos fueran al segundo nivel, y solo podía dejar pasar uno cada al día, los demás que se acercaran a dicho lugar tendría que eliminarlos.

Flash Back End.

Ya habían transcurrido treinta y cuatro días desde que el joven había llegado a Impel Down, su misión estaba hasta el momento cumpliéndose al pie de la letra, pues solo habían pasado al segundo nivel treinta y cuatro personas, tantos como los días que tenia haciendo de guardia y claramente ya había matado a unos 300 reclusos que deseaban pasar a toda costa hacia el segundo nivel, quizás ese día podría descubrir que habían reclusos con fuerzas más allá de las que se podía esperar.

Nota:
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[Reto] Jake vs Nayla y Tetsu Empty Re: [Reto] Jake vs Nayla y Tetsu {Sáb 26 Ene 2013 - 16:48}

Aún se podía ver la luna en el cielo moviéndose lentitud y gran elegancia, como si no tuviera prisa alguna en dejarle el puesto a su contraparte, colorida y llena de vida. Encima de la cubierta del Kumori no Yoru y tumbada mirando al cielo estaba Nayla, absorta más en sus pensamientos que en lo que tenía delante de sus narices. En aquellos instantes en los que perdía la concentración de la realidad se volvía vulnerable, tanto físicamente, por parte de los miembros de su banda, como psicológicamente, pensando en dónde podía estar su hermana o si se acordaba de ella de vez en cuando; cuando pensaba en ella tendía a esbozar una sonrisa distinta a las de siempre, ya que no mostraba en lo más mínimo un atisbo de maldad, de su ser sádica ni de sus comentarios más sarcásticos, al contrario, se podía ver felicidad, bondad y ganas de seguir adelante.

Tras un buen rato navegando sin rumbo alguno, y teniendo a toda la gente del barco –si no se equivocaba y estaban preparando un asalto a Marine Ford- durmiendo a pierna suelta, se encontró casi de frente con un buque de la marina, uno de los más grandes que había visto en mucho tiempo. Estaba varado en medio del mar, como si se hubiera roto alguna pieza importante y se hubiera tenido que quedar atrás, siendo adelantado por el resto de la flota, que lo estarían esperando en algún punto del Paraíso. Aquella sonrisa que poco antes portaba en el rostro mudó complemente, volviéndose una con ganas de sangre, cosa que  sus hermosos ojos de color ámbar también empezaron a emanar.

Ya estaba ataviada con sus trapitos de espía, el pantalón largo ajustado; la camisa sin mangas también ajustada y del mismo color que el pantalón, violeta oscuro, casi negro; una bufanda corta de color blanco; y dos pares de calentadores, uno en los brazos y otro en las piernas, ambos de color blanco. Era una costumbre en ella vestirse con su atuendo de espía cuando se acercaba la noche; si pasaba algo interesante era capaz de actuar sin tener que cambiarse de ropa varias veces. Simplemente se levantó, estiró con suavidad sus músculos, tanto los de las piernas como los de los brazos, preparándose para una larga noche, día, y si la apuraban, toda la maldita semana. Aunque no era problema para ella, cuanto más tiempo pasara lejos de los locos que la acompañaban día tras día, menos intentos de asesinato tenía que tener en cuenta durante el día, y lo mejor de todo, tendría lejos a Tetsu; lo malo de eso era que no podría intentar matarlo a cada momento,  pero todo en su debido momento, los placeres de la vida se toman poco a poco.

No había absolutamente nadie en el barco marine, o al menos en la cubierta, por lo que el primer paso de la infiltración fue todo un éxito, ahora solo quedaban las otras dos partes: la búsqueda de información para saber qué hacer, y pasar desapercibida el tiempo suficiente antes de empezar a matar a mansalva. El salto que había pegado para llegar a la cubierta  fantasma había sido casi perfecto, silencioso, con un estilo inigualable y con precisión. ¿El fallo? Pues que no había nadie cerca para poder admirar tal obra de arte como había sido aquello.

Posó su mirada felina sobre el terreno en el que ahora hacía acto de presencia justo después de ver como el Kumori no Yoru se alejaba pasando de largo, bueno, o al menos lo intentaba, ya que su velocidad daba bastante que desear; lo importante era que cuando los estúpidos de sus “queridos amigos” se despertaran estarían a muchos kilómetros de aquel lugar y ella tendría la posibilidad de divertirse un buen rato.

-Bueno, es hora de hacer lo que mejor se me da, aparte de seducir a los hombres~.

Mientras decía esas palabras hizo sonar con fuerza los nudillos de ambas manos,  haciendo un sonido similar al crujir de una nuez aplastada por un enorme martillo. Con lentitud pero sin faltar en fuerza, dio tres toques a la puerta que debía dar al interior del lugar. Pasó el tiempo, unos pocos minutos, quizá menos, y volvió a hacerlo, esta vez con algo más de consistencia en los golpes. No mucho después se escuchó la voz de un joven, cada vez más cerca de la puerta, hasta que estuvo justo al lado. Nayla al escuchar como el oxidado picaporte hacía una pequeña muesca ladeó con suavidad la cabeza a la par que se dibujaba una sonrisa tétrica en su rostro.

La puerta de abrió de par en par, y el marine que la había abierto dio unos pasos saliendo a la cubierta, en donde con un rostro serio lo observó de arriba abajo en busca de alguien –o al menos algo- que hubiera podido tocar la puerta, pero sin éxito alguno. Quien hubiera observado bien la escena se podría haber dado cuenta de que la cara del muchacho mostró un atisbo de extrañeza, como si se lo hubiera imaginado todo. Sin más dilación se dio media vuelta y cerrando con un portazo la puerta se fue de nuevo a su puesto de trabajo.

Ya en el interior, y justo al lado de la puerta el cuerpo de la chica se fue materializando poco a poco, empezando por los pies y terminando en la coleta que se había hecho antes de infiltrarse, la cual le brotaba como un arroyo de agua emponzoñada.

-Tsk, demasiado fácil para tratarse esto de un buque de guerra.- Mientras se quejaba con un tono algo irónico fue adentrándose para poder averiguar algo que le pudiera ser de interés.- Es increíble, parece que están todos de vacaciones, no voy a poder ni siquiera matar a algún recluta de esos novatos para luego esconderlo en un armario. Si es decepción~.

Pasaron los minutos, los segundos, pero Nayla seguía impasible, esperando para el momento perfecto, ese momento en el que podría conocer algo de su rumbo. Tardó en ocurrir algo, no tanto como parecía, pero si más de lo que le hubiera gustado; el barco se puso en marcha. Se topó con dos marines recorriendo los pasillos que ella andaba investigando un poco después del movimiento del lugar; su cuerpo se volvió viento, y siguió de cerca a aquellos dos sin que notaran nada en absoluto, observándolos y escuchando sus palabras, recordándolas con sumo cuidado en su cabeza.

-¿Has oído lo que dicen de los Black Seas?

-¿Los Black Seas? ¿La flota de la Diosa Prehistórica, Quinty D. Shaky?

-Sí. Dicen que desde que se unió el cabo Kyle Aran a la tripulación de marines no han parado de enviar presos a Impel Down. La capitana Quinty parece que no ha querido que uno de sus hombres la supere, y es también motivo por el que la prisión submarina está ya casi sin espacio para ningún hombre más.

-Ah claro, por eso nos mandan para allí, para hacer hueco y que puedan seguir trayendo piratas.

-Sí, jeje, pero lo único que espero es que no esté “el Shinigami” por allí, me daría miedo encontrármelo. Ha llegado a llevar gente de hasta 50.000 berries de recompensa…

¿Kyle? ¿Es marine? Oh, como me lo voy a pasar la próxima vez que me lo encuentre~

Pensó Nayla mientras dejaba que los guardias se perdieran por el pasillo. Cuando se alejaron lo suficiente volvió a su forma natural y se quedó unos instantes en el sitio.

Así que nuestro destino es Impel Down… Con hacerme pasar por uno de estos pringados me será suficiente para pasar~.” Se le dibujó una sonrisa perversa en el rostro nada más ocurrírsele muchas de las cosas que podría hacer allí dentro.


Pasaron los minutos, y en aquel pasillo no había nadie, o al menos eso le pareció a uno de los marines que pasaron por el lugar para ir a algún remoto lugar del barco por orden de sus superiores. Sus ropajes daban perfectamente a entender que era tan solo un recluta, un marine acabado de entrar que creía que iba a lograr sus sueños y convertirse en alguien importante. Grave error por su parte. El viento que rodeaba la cabeza del marine actuó como dos brazos, los cuales hicieron girar la cabeza del marine para matarlo, una muerte parecida a la que se le da a las gallinas; el eco del pasillo transmitió el crujir del cuello roto por casi todo el lugar. El cuerpo inerte del chico cayó cual peso muerto, ahora más que nunca literalmente, y a su espalda se materializó Nayla, con una mirada sádica donde las hubiera.

-Bueno, al menos pude matar a un recluta y meterlo en un armario…-

Se dijo en un fino susurro a sí misma, el cual hasta a ella le había sonado demasiado sarcástico. Lo poco en lo que tardó en dejarlo en un armario cualquiera –teniendo en cuenta que pocos lo abrirían- fue el tiempo que le tomó en ponerse encima de su ropa la ropa marine para pasar desapercibida; lo único que le faltaba era la típica gorrita blanca, la cual terminó de colocarse terminando de acomodar su coleta a ella, y claro está, en lo que hacía esto no podía faltar la sonrisa malévola de lado a lado de su rostro.

Todo le estaba saliendo bien a la joven espía; los marines con los que se encontraba la saludaban como si fuera una compañera más de la tripulación. Gente demasiado estúpida hacía bajar la inteligencia general de los lugares.

Las horas parecían volar dentro del lugar, ya que el sol salió de su descanso habitual, y no fue el único que pareció hacerlo; lo que antes parecía un barco fantasma era en aquel momento un hormiguero lleno de vida, con gente de un lado a otro haciendo sus tareas. Nayla disimulaba como podía, sin dar palo al agua para no cagarla y que la descubrieran.  Cuando por fin salió a la cubierta, después de perderse varias veces por los pasillos laberínticos del buque observó que ya casi habían llegado al lugar que habían dicho los dos con los que se había encontrado horas antes.

Bien, y ahora a pensar como entrar…

Estaba a punto de volverse viento e irse a volar cuando uno de los marines con más rango del lugar se dirigió a ella, agarrándola por el hombro y mostrando una cara seria. Nayla dejó caer una de las dagas que guardaba bajo el calentador izquierdo del brazo y agarrándola se preparó para empezar a matar.

-Chica, tú te vienes con nosotros, nos vamos a sacar presos.-

Dijo a la par que se marchaba, bajando por las escaleras. Dio un pequeño suspiro y guardó la daga de nuevo en su lugar. ¿Simple casualidad? Lo dudaba en demasía, pero era una oportunidad perfecta para entrar sin problemas, o al menos, sin demasiados.

Bajaron unos treinta marines del barco, pero tan solo tres de ellos –con Nayla incluida- entraron a la prisión. Antes de entrar a lo que era el lugar en sí, tuvo que esperar a que un gran par de puertas se abriera en frente de ella. Eran increíblemente grandes, de color azul marino; ¿puertas hechas para gigantes? No lo creía, ya que cuando llegó a las siguientes vio que eran demasiado pequeñas para esos humanos de gran tamaño. Después de esperar una confirmación del interior del lugar entraron los tres, los dos marines delante y Nayla justo a sus espaldas, un error que pagarían con sus vidas.

Al entrar se dirigieron directamente al primer nivel, o al menos eso dijeron que estaban haciendo. Caminaron, se perdieron por los pasillos de la prisión, y cuando Nayla vio una oportunidad como ninguna otra, sacó las dagas que guardaba bajo sus calentadores de las manos, y con un movimiento rápido y sin miramientos, clavó cada una de ellas en cada uno de los cuellos de los marines, desde la base del cuello hasta la nuez, de lado a lado; la sangre salpicó bastante el pasillo, al igual que sus dagas y parte de la ropa que llevaba puesta, e incluso de su pelo. Su cuerpo se rodeó rápido de viento, formando un patrón circular; este pequeño tornado hizo que la sangre que tenía encima se despegara de su cuerpo, lo mismo que pasó con su ropa de marine.

-Por fin me quito esta mierda, ya me estaba poniendo nerviosa...

Tan solo siguió caminando, dejando de lado los cuerpos ahora sin vida de aquellos dos pringados, y mirando con cautela todo su alrededor. Estaba en Impel Down, más exactamente en el primero de sus cinco pisos, el Infierno Carmesí, tenía que tener cuidado si quería sobrevivir allí dentro, pero claro, ¿cuándo no lo había hecho?
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[Reto] Jake vs Nayla y Tetsu Empty Re: [Reto] Jake vs Nayla y Tetsu {Lun 28 Ene 2013 - 22:08}

Un fuerte ronquido acabó de golpe con el feliz aunque ligero sueño que estaba teniendo nuestro psicópata preferido. Sobresaltado por el ruido pasó con gran velocidad su mano izquierda por debajo de la almohada cogiendo firmemente su fiel navaja Sonrisa y la blandió a la vez que apuntaba a la sala mas no había nada... No era fácil descansar siendo parte de una tripulación de lunáticos aunque su pasado le había enseñado a mantener un estado de vigilia mientras dormía, siendo capaz de esta forma de mantener la guardia incluso durmiendo despertándose cada pocos minutos y manteniendo un sueño extremadamente ligero. Una vez más volvió a observar con detenimiento aquella oscura sala, sabía que Nayla podía volverse invisible si así lo quería; bien fuera por su extraño aunque útil poder como por sus habilidades de espía, pero no detectaba a nadie en su habitación.

- Pff... Todos los días lo mismo... -

Guardó a Sonrisa en su bolsillo y alargó la mano para alcanzar un pequeño candil que tenía al lado de su cama. Tras encenderlo usando su mechero las sombras de la habitación desaparecieron dejando todo a la vista. Una vez su vista se acostumbró a la luz se acercó a paso ligero a el escritorio que tenía y cogió de la silla el abrigo que había apoyado en esta colocándoselo y guardando sus armas en sus compartimentos correspondientes. Tenía bastante hambre por lo que abrió la puerta y se dirigió a su hermosa cocina a prepararse un tentempié. Mientras caminaba por los pasillos únicamente se podían escuchar los ronquidos de alguien que no era capaz de reconocer, posiblemente Kenta y la respiración de los demás. Los pasos del joven asesino no parecían hacer sonido alguno mientras caminaba a pesar de ir a buen ritmo, tanto tiempo en su oficio había conseguido hacer que inconscientemente amortiguara sus pasos.

No tenía ganas de hacer nada elaborado por lo que en cuanto llegó a la ubicación, previamente nombrada, abrió el armario y cogió 2 rebanadas de pan, las extendió en la mesa y le añadió lechuga, tomate, pechuga que hizo en un momento y algo de mayonesa para darle sabor. Una vez finalizado su sándwich, y tras haber limpiado lo poco que ensució, subió a cubierta a disfrutar del bocado con unas buenas vistas.

Al salir al exterior pudo observar enseguida el hermoso cielo nocturno que adornaba aquella noche: La luna, tan hermosa como de costumbre, las estrellas y en cuanto bajó un poco la vista vio algo más ¿¡Un buque de la marina!? ¿Qué demonios hacía ahí un buque de la marina? Incluso con el sobresalto inicial de ver un buque de la marina tan próximo mantuvo la calma, no tenían nada que temer pues no eran una banda revolucionaria muy conocida y por lo que para la marina no eran más que un simple barco más. Una sonrisa se dibujó en su rostro, si supieran la clase de personas que había en ese barco posiblemente no pasarían de largo sin más.

Mientras daba un bocado a su segunda cena del día no pudo evitar ponerse a pensar en cual era el motivo por que aquel buque estaba quieto, ¿Estaba averiado, esperaban a alguien? La verdad es que le importaba más bien poco, el simple hecho de tener algo que rompiera la monotonía le gustaba. Comía en silencio y en un lugar apartado, quizás por eso “su capitana” no le vio y pasó de él completamente, cosa extraña dado que solía mantenerse en guardia a todas horas.


“¿Qué hace a estas horas observando ese buque?”

Era curioso, aquel buque de la marina quieto tan cercano a ellos y Nayla observándolo con detenimiento, si no conociera bastante bien a aquella idiota diría que estaba aliada con los marines, pero aquello no era posible ¿No? La revolucionaria no tardó en hacer que las sospechas de Tetsu crecieran en gran medida tras coger carrerilla y dar un perfecto salto desde su barco al de la marina.

- Maldita sea… la muy zorra sabe saltar. -

Se decía a si mismo mientras observaba el impresionante salto de su capitana. Desconocía los motivos por los que había hecho eso, pero no iba a quedarse en aquel barco, en el peor de lo casos los acababa de vender a todos, cosa probable dado el poco aprecio que se tenían los tripulantes del Kumori no Yoru. A pesar de la ilusión que le hacía perderla de vista optó por seguirla y ver que era lo que se proponía. Se acercó al borde de su barco y miró la distancia, estaba seguro que podía saltar dicha distancia, pero a diferencia de Nayla el no poseía el poder del viento para solucionar un salto mal realizado. Metió la mano en el interior de su abrigo y sacó de este uno de sus múltiples cuchillos arrojadizos, lo deslizó entre sus manos y apuntó al buque que tenía en frente de él. Apuntaba concrétamente al mástil, era un objetivo no muy alejado y encima estaba quieto por lo que no debía de temer fallar el disparo.

- Al fin un viaje en primera clase, ya era hora. –

Cogió con suavidad el cuchillo y agitó su brazo para lanzarlo entrando en este, gracias a su poder, en el último instante y saliendo disparado hacia el mástil. La sensación de moverse como uno de sus cuchillos le encantaba, sentir la velocidad del lanzamiento, cortar el viento con su propio cuerpo, atravesar algo… amaba esa sensación. En cuanto impactó en el mástil se aseguró de que no había nadie en cubierta y salió de su cuchillo. Una vez fuera sacó el cuchillo y lo guardó donde debía de estar a la vez que se mantenía entre las sombras, ser descubierto en aquel buque era casi lo mismo que morir y aunque esa sensación de vida o muerte le encantaba a Tetsu prefería sentirla cuando tenía posibilidades de ser el que vivía.

No tardó demasiado en descubrir a Nayla al lado de una puerta, imaginaba que pensando una forma de entrar. Se mantuvo suficientemente apartado como para verla pero no ser detectado y observó la situación. Haciendo uso de una genial treta se coló por la puerta haciendo que uno de los propios marines le abriera la puerta sin darse cuenta siquiera. No pudo evitar esbozar una sonrisa al ver esa situación, sin duda era inteligente y lo más importante de todo, por su forma de entrar estaba seguro que no tenía ningún tipo de pacto con ellos, si no ¿Por qué infiltrarse?

Si algo tenía claro era que si alguien era capaz de seguir a aquella chica en medio de una infiltración ese era él. El estilo de Tetsu era más rápido y sin tantas florituras, no necesitaba abrir una puerta o tener el permiso de alguien para atravesarla, si realmente deseaba hacerlo lo único que tenía que hacer era avanzar hasta ella y punto. Se puso delante de la puerta y la tocó introduciéndose en ella, debía de buscar el momento perfecto para atravesar. Aprovechando un instante en el que el marine se despistó bajando la mirada, el revolucionario se lanzó a toda velocidad cruzando la sala sin realizar sonido alguno con sus pasos, al fin y al cabo no tenía su apodo por nada.


- Perfecto, ya estoy dentro… ¿Y ahora qué? -

La verdad es que no tenía ni la más remota idea de que debía hacer en esos instantes, si su compañera de banda había decido que le apetecía estar todo el día en su forma etérea difícilmente la encontraría por muy hábil que él fuera. Decidió tratar de hacer lo más sensato: Dar una vuelta y rezar por encontrarla o al menos saber hacia dónde se dirigía aquel buque.

Caminaba por los pasillos con paso raudo, él no necesitaba ir despacio para evitar causar sonido y en caso de que escuchara algo extraño solo tenía que atravesar la pared y evitar ser visto, era sencillo, demasiado sencillo de hecho ¿Acaso no ponían guardias? Bueno, si sus enemigos querían hacerle la vida más sencilla… ¿Quién era él para decirles que no?

Evitó varias veces a pequeños grupos de dos o tres personas que iban caminando por los pasillos del barco, hablando sobre cosas triviales y sin importancia alguna hasta que los oídos de Tetsu captaron aquello que quería oir: El lugar al que iban no era ni más ni menos que Impel Down.


- Todavía no entiendo por qué vamos a Impel Down, ¿No podría encargarse otro buque? Ese lugar me pone los pelos de punta… -

Una vez escuchó lo que necesitaba no prestó atención en el comentario de su compañero, ¿Sabía Nayla que aquel barco iba en dirección a Impel Down? Y si así era… ¿Por qué quería ir ahí? Tanto pensamiento había conseguido hacer que el asesino bajara la guardia pues el lugar donde había entrado huyendo de aquellos dos no era ni más ni menos que el camarote de otra persona. En cuanto se giró observó a aquel hombre, era bastante grande, aunque para Tetsu todavía parecía más dada su poca altura.

El rostro del marine denotaba que le acababa de despertar, lo cual jugaba a favor del revolucionario. En el momento en que este iba a dar la voz de alarma por encontrar un intruso Tetsu se deslizó moviéndose con una velocidad y agilidad sorprendente para, utilizando a Sonrisa y haciendo alarde de una habilidad que había adquirido usando tanto los cuchillos en combate como en la cocina, hundirle la navaja en la laringe, justo en la parte superior de la traquea donde gracias a sus conocimientos como médico sabía que se ubicaban las cuerdas vocales.


- Shhh… deberías de haberte quedado durmiendo chico. -

Fue lo único que dijo mientras observaba al marine agonizando. A pesar de la herida que le atravesaba la garganta traba de alcanzar mediante patadas y puñetazos al escurridizo asesino a la vez que hacía un esfuerzo sobrehumano para tratar de emitir un sonido que avisara a sus compañeros de su peligroso polizón. De todas formas se notaba que la muerte había posado su mirada en él pues sus movimientos eran torpes, sin energía y carentes de puntería. En apenas un minuto la vida del hombre se apagó. Tetsu no pudo evitar poner una cara de desagrado, no por la muerte en sí, él estaba acostumbrado a matar y no era algo que le causara trauma alguno, si algo realmente le molestaba de aquella situación era que, debido a la ubicación en la que se encontraba, debía de encontrar algún lugar en el cual deshacerse del cuerpo.

- ¿Quién me mandaría a mi seguir a la estúpida de Nayla? -

No tardó demasiado en limpiar la habitación, por suerte el corte realizado no había manchado demasiado la habitación, más bien había encharcado los pulmones del rival. Una vez terminó con todo agarró un trozo de sabana y se la enrolló alrededor del cuello para evitar que el cuerpo continuara manchándolo todo haya por dónde fuera.

Deshacerse del cuerpo fue de hecho bastante más fácil de lo que imaginó, apenas le costó bajar a la zona más baja del buque haciendo uso de su habilidad y hacer que el cuerpo simplemente traspasara el suelo del barco para o bien hundirse en las profundidades del mar y ser comida de rey del mar, o bien flotar a la deriva durante la oscura noche en la que se encontraban y ser comida de rey del mar.

Varias horas habían pasado ya desde que él, un simple revolucionario se había conseguido infiltrar perfectamente en aquél buque. Tetsu se encontraba en un pequeño hueco que había encontrado en el interior del barco el cual no parecía servir de nada puesto que estaba completamente vacío. Movía a Sonrisa de una mano a la otra, no tenía ni la menor idea de que hacer cuando por fin llegara a Impel Down y es que era casi seguro que aquella prisión se escapaba de sus habilidades, cosa que él sabía pero jamás admitiría. No tardó mucho en notar como el barco aminoraba su ritmo, lo cual significaba para él un claro “Informamos a todos los tripulantes que el buque con trayecto mar abierto Impel Down ha llegado a su destino, esperamos que el viaje haya sido de su agrado, gracias por elegir viajes buquelandia”. Se estiró como pudo en aquel hueco y se preparó para la que sería una de las mejores historias que contar si conseguía salir de esa con vida.


- Vamos Tetsu, no podemos perder antes esa inútil. -

Tras esa forma tan peculiar de animarse a si mismo guardó a Sonrisa y comenzó su ascenso a cubierta. Se movía rápidamente y usando su poder cuando era necesario, tanto para evitar a alguien como para subir de forma más rápida.

Una vez en cubierta, aprovechando que no había casi nadie y escondiéndose de la mejor forma posible, pudo ver como una gran cantidad de marines bajaba de la embarcación. Serían alrededor de 30, nada para una máquina de matar tan hábil como él, pero de todas formas era mejor tratar de eludir los combates en la medida de lo posible, sobretodo los que eran 30 a 1. Un pequeño grupo formado por 3 marines parecían ir realmente al interior de la prisión y algo llamó más la atención, una coleta sobresalía de una de las gorras que formaban el uniforme de la marina; una coleta que caía desde una cabeza que había intentado apuñalar infinidad de veces, no tenía la menor duda de que aquella persona no era ni más ni menos que su capitana Nayla.


- Tengo que reconocer que es buena… No llega a mi nivel, pero es buena… -

Sonrió por un momento para sus adentro, jamás debían de escucharle decir algo similar o su reputación caería por los suelos. Su infiltración era realmente buena, no se le había ocurrido usar un disfraz aunque aquello entraba más en la parte que dominaba la muchacha. Repasó antes de lanzarse a la aventura su equipo para estar seguro de que portaba todo su armamento con él. Los marines estaban organizados en grupos no demasiado grandes, no le costaría demasiado pasar entre ellos, a pesar de que el sol había salido todavía no estaba en su punto más alto y eso le daba unas valiosas sombras en las que cobijarse para evitar que las miradas de los demás se posaran en él.

En cuanto vio la oportunidad corrió a gran velocidad mientras agarraba uno de sus cuchillos arrojadizos de nuevo y repetía la jugada del “Transporte en cuchillo” salvo que esta vez antes de llegar a clavarse en la puerta salió de este y lo cogió al vuelo evitando sonido alguno. Sin duda era una de sus mejores habilidades, una de las más útiles y su preferida. Tratando de no perder un solo segundo y asegurándose de que nadie le había visto en su veloz movimiento se hundió en el suelo y atravesó la puerta desde abajo. Al fin, tras el largo viaje estaba ahí dentro, desconocía por que motivo ni que era exactamente lo que iba a hacer pero si Nayla estaba ahí era por algo y si no lo había comentado a la banda quizás fuera algo vergonzoso que podría restregarle el resto de su vida y no pensaba dejar escapar aquella posibilidad.

Aquella prisión poco tenía que ver con los pasillos del barco, sin duda estaba en la cárcel de alta seguridad de Impel Down. Guardias paseaban cada poco tiempo asegurándose de que todo estaba en orden y una infinidad de pasillos que desconocía se mostraban ante él. Viajaba por el interior del suelo para tratar de evitar ser detectado lo cual le hacía mucho más difícil de detectar y le facilitaba enormemente el trabajo. “Caminó” durante bastante tiempo dando vueltas, desconocía hacia dónde se estaba dirigiendo y si no había estado dando vueltas en círculos todo el rato pero algo le dijo que estaba yendo en la dirección correcta; ese algo eran dos marines muertos, a simple vista asesinados con un arma punzante a la altura del cuello.


- Esto apesta a ti Nay… -

Susurró Tetsu esbozando una sonrisa, los cuerpos estaban todavía calientes por lo que comenzaba a darle alcance, no podía estar ya muy lejos de ella. Salió del suelo y comenzó a correr a toda prisa. Al fin llegó al primero de los llamados “Infiernos” El infierno carmesí y debía de admitir que el nombre le quedaba que ni pintado. Un gran bosque con árboles rojos y hojas afiladas como espadas estaba frente a él, ahora lo único que debía de hacer era continuar avanzando para encontrar a Nayla y destapar su secreto.  Sin más dilación comenzó a caminar haciendo uso de su habilidad para traspasar tanto los mortales árboles como la peligrosa hierba y es que aquel lugar, aunque para otras personas pudiera ser un autentico infierno para él no era más que un paseo.
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[Reto] Jake vs Nayla y Tetsu Empty Re: [Reto] Jake vs Nayla y Tetsu {Mar 29 Ene 2013 - 1:31}

por problemas personales Jake D. Sole se retira del combate, los ganadores para dicho combate són Nayla y Tetsu.
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[Reto] Jake vs Nayla y Tetsu Empty Re: [Reto] Jake vs Nayla y Tetsu {Dom 31 Mar 2013 - 12:41}

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[Reto] Jake vs Nayla y Tetsu Empty Re: [Reto] Jake vs Nayla y Tetsu {}

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