Capítulo 8 - A
El negocio de los dulces está en continuo crecimiento, de todas las partes del mundo se hacen pedido a la fábrica de dulces “Sugar Kiss”, esta fábrica está haciéndose con el absoluto monopolio del negocio de los dulces en todo el Grand Line, tanto que ha llamado la atención a todos los hombres de negocios. ¿Cómo un negocio tan exitoso podría llevase a cabo? Era prácticamente imposible de llevar a cabo, sin embargo, se daba.
Muchos rumores circulaban en los mares, y todos en base a la gran política de privacidad que había en el Reino Sugar, un reino monárquico y absolutista de gran amplitud asentado en una ciudad gigantesca amurallada con 4 puertas en cada lado; Norte, Sur, Este y Oeste. En esta ciudad había una fuerte política de privacidad por la cual se controlaban las personas que entraban y las que salían cada vez que las puertas eran abiertas. Y lo que era más inquietante, nadie sabía dónde estaba la fábrica.
A esta isla nadie la tenía en cuenta hasta ese día en el que desde dentro de la ciudad salió una información filtrada desde el castillo, en la cual se desvelaban las cuentas e informes de la fábrica secreta, en la cual era asombrosa la cantidad de beneficios posibles, pero más aún, los mínimos costes que tenía la empresa. Los rumores se dispararon por todo el Grand Line, nadie sabía cómo explicarse esto, ahora se entendía cómo era posible la rentabilidad de ese negocio, pero surgía la duda de cómo tenía esos costes tan bajos. De ahí salieron miles de rumores, algunos decían que tenían un invento revolucionario, incluso dijeron que podía ser una maquina de clonación o algo similar, otros decían que en la fábrica podía haber esclavos, y un largo etc de teorías alocadas, todas con sus apoyos y sus negativas. Muchos pedían revisar la fábrica, pero… ¿Dónde estaba la fábrica?... Fue en medio de este remolino cuando salió una nueva sección donde se develaba la causa de estos costes tan bajos, tenían a sus servicios a cientos y cientos de esclavos procedentes del comercio internacional de esclavos.
Revolucionarios, cazadores y piratas fueron encaminándose hacia esta isla con varios objetivos, muchos de ellos solo querían liberar a los esclavos, mientras que otros deseaban el dinero que había recogido la empresa con sus trabajos, e incluso algunos, solo quería ver si la empresa le contrataban como guardaespaldas o conseguían destruirla por otras empresas que les había contratado para esto. La gente se preguntaba por los marines ¿Dónde estaban? ¿Por qué no reaccionaban? La respuesta no era dada por el gobierno, pero entre los rumores se decía que no iban a intervenir por generosas donaciones de la fábrica para el gobierno en sí. Los mares están alterados por estos altercados, la situación estaba muy tensa... ¿Qué ocurrirá a continuación?
Ante todo pronostico, el CP era enviado a este lugar con la única orden de matar a todo aquel que pudiese matar.
Bandas Participantes:
https://www.onepiece-definitiverol.com/t345-cipher-pol-1-cp1
https://www.onepiece-definitiverol.com/t1733-chiper-pol-2-cp2
https://www.onepiece-definitiverol.com/t3146-jiyu-no-whashi
https://www.onepiece-definitiverol.com/t4268-ghost-leviatans
https://www.onepiece-definitiverol.com/t3862-el-gremio-sin-nombre
https://www.onepiece-definitiverol.com/t3673-piratas-de-barba-rubia
https://www.onepiece-definitiverol.com/t1305-los-piratas-del-doblon
https://www.onepiece-definitiverol.com/t3884-comander-azukarado
https://www.onepiece-definitiverol.com/t4295-fudo-tsumetai
Dromp
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Llevábamos días navegando en dirección al Reino Sugar. En algunas tabernas se escuchaban rumores sobre la fábrica de dulces ''Sugar Kiss''... estaba pasando un mal momento y ahora estaban débiles y con una fortuna que sumaba miles y miles de berris, era el momento perfecto para atacar la fábrica. Pero ese no era mi objetivo real.
-¡Ahoi bucaneros! -grité a todo pulmón para que los piratas que no estaban aún en la cubierta subieran. -Hoy atacaremos el Reino Sugar, que es la isla que tenemos allí a lo lejos. Pensad que no somos los únicos que atacaremos el lugar... habrán piratas, cazadores, marines, tal vez incluso hayan agentes a servicio del Gobierno Mundial. Así que preparad vuestras armas... entraremos a la isla de forma pacífica e iremos directos... bueno, vosotros seguidme.
Cuando empezaron a dispersarse los que habían en la cubierta les volví a llamar.
-¡Ah! Si veis a uno de estos dos y no estoy con vosotras hacedlos llegar a mi. -les dije mientras les tendía unos carteles de ''Se Busca''
-¡Ahoi bucaneros! -grité a todo pulmón para que los piratas que no estaban aún en la cubierta subieran. -Hoy atacaremos el Reino Sugar, que es la isla que tenemos allí a lo lejos. Pensad que no somos los únicos que atacaremos el lugar... habrán piratas, cazadores, marines, tal vez incluso hayan agentes a servicio del Gobierno Mundial. Así que preparad vuestras armas... entraremos a la isla de forma pacífica e iremos directos... bueno, vosotros seguidme.
Cuando empezaron a dispersarse los que habían en la cubierta les volví a llamar.
-¡Ah! Si veis a uno de estos dos y no estoy con vosotras hacedlos llegar a mi. -les dije mientras les tendía unos carteles de ''Se Busca''
- Wanted:
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Era la quinta vez que me rugía la barriga en menos de un minuto, estaba verdaderamente enfadado y hambriento.
-Eh Mei... dame algo de comer o terminaré matando a tu serpiente y comiéndomela. -dije con cierto pasotismo.
Mire al otro lado de la pequeña barca y pude ver a mi perro asustado y llorando... sería porque aquella serpiente no le quitaba ojo.
-Y dile a tu... bicho que deje de intentar comerse a mi perro. A veces esa serpiente da grima.
-Eh Mei... dame algo de comer o terminaré matando a tu serpiente y comiéndomela. -dije con cierto pasotismo.
Mire al otro lado de la pequeña barca y pude ver a mi perro asustado y llorando... sería porque aquella serpiente no le quitaba ojo.
-Y dile a tu... bicho que deje de intentar comerse a mi perro. A veces esa serpiente da grima.
Elizabeth Jane
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Llevaba durante días obedeciendo las órdenes de rumbo del capitán. No sabía cuál era su intención, dónde nos dirigíamos, ni por qué estaba tan misterioso y emocionado. Pero al cabo de los días, acabó por desvelarnos su nuevo y "magnífico" plan.
¿Quería atacar Sugar Kiss? No sabía de qué me sonaba ese nombre, lo pensé durante unos segundos, hasta que logré hacer memoria. Hacía un tiempo que esa fábrica de dulces estaba en boca de todos, al parecer era bastante famosa y su cantidad de ingresos exageradamente alta había dado bastante de qué hablar.
Tras su breve explicación del plan, nos tendió unos carteles de wanted y nos pidió que si encontrábamos a aquellos tipos se los entregásemos ¿De qué iba todo eso?
-Oye oye ¿Qué pintamos nosotros en una isla con una fábrica de dulces? ¿Y quiénes son estos? -le pregunté señalando los wanteds. Odiaba que el capitán lo hiciera todo por su cuenta sin informarnos.
Por muchas vueltas que le diera, no lograba encontrarle sentido. Sabía que el capitán era un glotón, pero no sabía que podía llegar al extremo de atacar una fábrica de dulces.
¿Quería atacar Sugar Kiss? No sabía de qué me sonaba ese nombre, lo pensé durante unos segundos, hasta que logré hacer memoria. Hacía un tiempo que esa fábrica de dulces estaba en boca de todos, al parecer era bastante famosa y su cantidad de ingresos exageradamente alta había dado bastante de qué hablar.
Tras su breve explicación del plan, nos tendió unos carteles de wanted y nos pidió que si encontrábamos a aquellos tipos se los entregásemos ¿De qué iba todo eso?
-Oye oye ¿Qué pintamos nosotros en una isla con una fábrica de dulces? ¿Y quiénes son estos? -le pregunté señalando los wanteds. Odiaba que el capitán lo hiciera todo por su cuenta sin informarnos.
Por muchas vueltas que le diera, no lograba encontrarle sentido. Sabía que el capitán era un glotón, pero no sabía que podía llegar al extremo de atacar una fábrica de dulces.
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Desde hacía apenas unos meses mi vida se había ido al traste por culpa de dos indeseables individuos. Mi precioso y querido bar destrozado por su culpa. Pero desde el momento en que acabaron con todo, me juré a mi misma que se lo haría pagar, iría tras ellos sin descanso hasta que me devolviesen el dinero necesario para reconstruir de nuevo mi local. Desde entonces, había mantenido mi promesa, y no me había despegado de ellos, y no pensaba hacerlo hasta que me pagasen lo que me debían.
-Eh Mei... dame algo de comer o terminaré matando a tu serpiente y comiéndomela.
-Atrévete sucio gusano inmundo y será lo último que hagas en tu vida -le dije mirándole fijamente mientras mis ojos se tornaban como los de una serpiente.
-Y si ese perro es un cobarde no le eches la culpa a mi serpiente, al que deberíamos comernos es a él. Sucio chucho -susurré mientras continuaba remando.
Ahora que me ponía a pensar, no tenía ni idea de hacia dónde dirigirnos. Llevábamos un tiempo en alta mar con aquel bote, parando en las islas que nos encontrábamos, pero nunca habíamos fijado una dirección.
-Sé que no sueles pensar, debe ser algo complicado para ti -le dije al tipo que se hacía llamar Genji -pero esta vez debes hacerlo ¿Dónde nos dirigimos?
-Eh Mei... dame algo de comer o terminaré matando a tu serpiente y comiéndomela.
-Atrévete sucio gusano inmundo y será lo último que hagas en tu vida -le dije mirándole fijamente mientras mis ojos se tornaban como los de una serpiente.
-Y si ese perro es un cobarde no le eches la culpa a mi serpiente, al que deberíamos comernos es a él. Sucio chucho -susurré mientras continuaba remando.
Ahora que me ponía a pensar, no tenía ni idea de hacia dónde dirigirnos. Llevábamos un tiempo en alta mar con aquel bote, parando en las islas que nos encontrábamos, pero nunca habíamos fijado una dirección.
-Sé que no sueles pensar, debe ser algo complicado para ti -le dije al tipo que se hacía llamar Genji -pero esta vez debes hacerlo ¿Dónde nos dirigimos?
Lucian
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No recordaba ni como ni cuando me había embarcado en un viaje que me había hecho llegar a una extraña isla donde al final lo único destacable era un fábrica de dulces que al parecer era famosa en este mar.
vaya... parece que tendré que caminar por un buen rato hasta saber de verdad que hacer... pensaba mientras caminaba por la orilla de la playa de esa extraña isla, en la que me acababa de despertar y que solo recordaba que había marchado hacia allí ya varios días atrás pero no recordaba ni el propósito ni el beneficio de ese viaje lo que me hacía sentir bastante desorientado y mal ya que lo único que quería era ganar algo de dinero.
vaya... parece que tendré que caminar por un buen rato hasta saber de verdad que hacer... pensaba mientras caminaba por la orilla de la playa de esa extraña isla, en la que me acababa de despertar y que solo recordaba que había marchado hacia allí ya varios días atrás pero no recordaba ni el propósito ni el beneficio de ese viaje lo que me hacía sentir bastante desorientado y mal ya que lo único que quería era ganar algo de dinero.
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Llegamos a la isla a la que el capitán nos quería a llevar, a pesar de que no llegó a explicarnos por qué. Reino Sugar, la llamó. El nombre sonaba curioso como poco.
Si mal no tenía entendido, allí estaba la fabrica de dulces más importante de los siete mares. No me disgustaban los dulces, pero yo soy cocinera, no repostera. Lo que no imaginaba es que buscaba el capi allí, como no quisiera saquear la fabrica y llevarse todo el dulce. Yo no pensaba permitirlo, me aseguraba de que mis nakama llevaran todos una dieta equilibrada.
También nos señaló dos carteles, diciendo que si veíamos a los tipos que salían en ellos se los lleváramos.
-Pero... ¿te los hacemos llegar enteros o por piezas?
Si mal no tenía entendido, allí estaba la fabrica de dulces más importante de los siete mares. No me disgustaban los dulces, pero yo soy cocinera, no repostera. Lo que no imaginaba es que buscaba el capi allí, como no quisiera saquear la fabrica y llevarse todo el dulce. Yo no pensaba permitirlo, me aseguraba de que mis nakama llevaran todos una dieta equilibrada.
También nos señaló dos carteles, diciendo que si veíamos a los tipos que salían en ellos se los lleváramos.
-Pero... ¿te los hacemos llegar enteros o por piezas?
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Hablo de comerse mi perro... no me pareció mala idea, aunque estaba algo demacrado y lleno de pulgas tenía mejores muslos que la serpiente.
Yo estaba apoyado en un lateral del bote, con los brazos apoyados en el borde, con la mirada perdida en las nubes mientras el reptil seguía remando. Busqué en mi bolsillo de mi pantalón la pipa y el tabaco. Los cogí y me lo preparé todo, luego lo empecé a fumar mientras volvía a mi postura original... pero fijándome en mi compañera, y no precisamente en la cara.
-Sé que no sueles pensar, debe ser algo complicado para ti pero esta vez debes hacerlo ¿Dónde nos dirigimos?
-Cállate y sigue remando.
Yo estaba apoyado en un lateral del bote, con los brazos apoyados en el borde, con la mirada perdida en las nubes mientras el reptil seguía remando. Busqué en mi bolsillo de mi pantalón la pipa y el tabaco. Los cogí y me lo preparé todo, luego lo empecé a fumar mientras volvía a mi postura original... pero fijándome en mi compañera, y no precisamente en la cara.
-Sé que no sueles pensar, debe ser algo complicado para ti pero esta vez debes hacerlo ¿Dónde nos dirigimos?
-Cállate y sigue remando.
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De repente, mis brazos dejaron de moverse y mi mirada se volvió a centrar el aquel ser, esta vez con rabia que antes.
-Maldito chucho pulgoso y baboso -dije refiriéndome a Genji y no a su pobre perro moribundo.
Me puse en pie, y agarrando uno de los remos, hice un veloz movimiento para golpear con él su nuca con fuerza.
-Y a ver dónde coño miras, por esto te voy a subir 5000 berries al millón que me debéis. Ahora tendréis que darme 1.005.000 berries. Y responde cuando te pregunto ¿Dónde vamos? -pregunté de nuevo esperando que esta vez me contestase.
-Maldito chucho pulgoso y baboso -dije refiriéndome a Genji y no a su pobre perro moribundo.
Me puse en pie, y agarrando uno de los remos, hice un veloz movimiento para golpear con él su nuca con fuerza.
-Y a ver dónde coño miras, por esto te voy a subir 5000 berries al millón que me debéis. Ahora tendréis que darme 1.005.000 berries. Y responde cuando te pregunto ¿Dónde vamos? -pregunté de nuevo esperando que esta vez me contestase.
Elisabeth
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El andar nervioso de la chica se podía escuchar por toda la cubierta. De un lado para otro, a la misma velocidad y dando siempre la vuelta en los dos mismos puntos. Estaba algo nerviosa, pero no por estar en la misma costa este del Reino de Sugar, ni tampoco por no tener ni idea de lo próximo que iban a hacer; al contrario, era por la ineptitud de algunos de sus camaradas, más exactamente Tetsu, y de si los rumores que se habían expandido por los mares sobre la fortuna de aquel reino era mentira. A lo mejor también otros de su banda eran unos inútiles, pero él lo era en sobremanera. El odio que le tenía era casi innato, un instinto básico que había desarrollado el instante de conocerlo.
-Bueno, que se ahogue junto a sus plantas si es lo que desea el muy cabrón. Dijo en un susurro que casi no avanzó en el aire. -¡Gentuza de la mala, nos vamos a liarla parda en este maldito lugar de mierda! ¡¡No os perdáis, y sobretodo, MATAD CUANTO PODÁIS!!- Casi no pudo ocultar la felicidad que sentía al pensar en todo el caos que iba a poder causar y lo rica que se podía hacer allí dentro.
Su haori se ondeaba al viento al igual que su pelo de colores extraños. Sus ojos estaban bien clavados en la tierra que tenían justo delante, a unas pocas decenas de metros. Su hakama, algo más ajustado de lo normal en la prenda, su camisa corta también ajustada y por supuesto, su haori daban a entender bastante bien que iba allí a espiar y matar.
Al estar lo suficientemente cerca de la tierra dio un salto hacia ésta. En medio del aire se formó un cuchillo en su mano el cual fue lanzado directamente a una de las ventanas abiertas del primer piso de la embarcación; su tiro fue bastante certero y el ancla empezó a car con suma velocidad. Tocó el suelo cual pluma, casi sin emitir sonido alguno, y levantando algo de polvo por la arena. Caminó sin prisas al interior de la isla, esperando con todas sus ganas a que los rumores fueran ciertos. En alguna manera esperaba a que los Fudo Tsumetai fueran por una vez juntos; si separados eran capaces de causar un verdadero desastre público, juntos serían imparables.
-Bueno, que se ahogue junto a sus plantas si es lo que desea el muy cabrón. Dijo en un susurro que casi no avanzó en el aire. -¡Gentuza de la mala, nos vamos a liarla parda en este maldito lugar de mierda! ¡¡No os perdáis, y sobretodo, MATAD CUANTO PODÁIS!!- Casi no pudo ocultar la felicidad que sentía al pensar en todo el caos que iba a poder causar y lo rica que se podía hacer allí dentro.
Su haori se ondeaba al viento al igual que su pelo de colores extraños. Sus ojos estaban bien clavados en la tierra que tenían justo delante, a unas pocas decenas de metros. Su hakama, algo más ajustado de lo normal en la prenda, su camisa corta también ajustada y por supuesto, su haori daban a entender bastante bien que iba allí a espiar y matar.
Al estar lo suficientemente cerca de la tierra dio un salto hacia ésta. En medio del aire se formó un cuchillo en su mano el cual fue lanzado directamente a una de las ventanas abiertas del primer piso de la embarcación; su tiro fue bastante certero y el ancla empezó a car con suma velocidad. Tocó el suelo cual pluma, casi sin emitir sonido alguno, y levantando algo de polvo por la arena. Caminó sin prisas al interior de la isla, esperando con todas sus ganas a que los rumores fueran ciertos. En alguna manera esperaba a que los Fudo Tsumetai fueran por una vez juntos; si separados eran capaces de causar un verdadero desastre público, juntos serían imparables.
Deadpool
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Den Den Mushi: Ring!! Ringg!
-Ola k ase ( Dije al coger el teléfono, mientras estaba tumbado en mi bote mirando al cielo)
Se escucho un gran silencio por el otro lado del teléfono.
Den Den Mushi: Bueno... Tenemos una misión para todos los miembros del CP1 y CP2...( El hombre intento seguir comentándome sobre la misión, pero le corte a medias de la información haciéndole unas preguntas de un gran valor científico y espiritual)
-Espera... espera.. llevo aquí en mi bote alrededor de unas 6 horas y e estado preguntándome varias cosas y me gustaría que me las resolvieras. Cuando los fabricantes de carteles y pancartas hacen una huelga y una movilización de protesta... ¿hay algo escrito en sus carteles?
Den Den Mushi: Lo siento pero tengo que...
-Cuando inventaron el reloj, ¿cómo sabían qué hora era, para poder calibrarlo?
Den Den Mushi: Creo que es mas importante...
-¿Por qué las mujeres abren la boca cuando están pasándose alguna crema en la cara?
Den Den Mushi: Le tengo que informar...
-¿Si los hombres son todos iguales, por qué las mujeres eligen tanto?
Den Den mushi: Joder... me importa una...
-¿Por qué aquel filme con Kevin Costner se llama "Bailando con Lobos", si sólo aparece un único lobo durante toda la historia?
Den Den mushi: …..
-¿Por qué los relojes hacen tic, tac, tic, tac, ?
Den Den Mushi: …..
-Si fueses a dispararle a un mimo, ¿te haría falta silenciador?
Den Den mushi: ¡Me cago en tu puta madre!, ¡Deja de darme la puta vara cabrón desquiciado!, ¡Te tienes que ir a una puta isla que es una fabrica de chuches, y matar a cualquier persona que sea capaz de matar o herir a cualquier persona!
-Eso me hace pensar en otra pregunta... ¿ Tendría que matarme a mi mismo ya que e sido mandado allí para matar a cualquier persona que pueda matar?.. no le encuentro el sentido a la misión.
Den Den Mushi: AAAAH!!!, ¡haber si te matan allí desgraciado! ( Tras decir eso me dijo las coordenadas de la isla a la que tenia que ir y colgó el teléfono.)
-Puf... que pocos filósofos somos en el mundo.
Me dirigí a las coordenadas que me dijeron y en unas 2 horas llegue a la isla ya que me encontraba cerca.
Una vez cerca de la orilla baje de mi bote y lo metí mas adentro de la playa para que el oleaje no se lo llevara, después de asegurar el bote me fui a adentrarme mas a la isla sumido en mis pensamientos.
-Si los caballos sufren la peste equina y los cerdos la peste porcina, ¿por qué el hombre sufre enfermedades patológicas? ...que mundo mas raro.
-Ola k ase ( Dije al coger el teléfono, mientras estaba tumbado en mi bote mirando al cielo)
Se escucho un gran silencio por el otro lado del teléfono.
Den Den Mushi: Bueno... Tenemos una misión para todos los miembros del CP1 y CP2...( El hombre intento seguir comentándome sobre la misión, pero le corte a medias de la información haciéndole unas preguntas de un gran valor científico y espiritual)
-Espera... espera.. llevo aquí en mi bote alrededor de unas 6 horas y e estado preguntándome varias cosas y me gustaría que me las resolvieras. Cuando los fabricantes de carteles y pancartas hacen una huelga y una movilización de protesta... ¿hay algo escrito en sus carteles?
Den Den Mushi: Lo siento pero tengo que...
-Cuando inventaron el reloj, ¿cómo sabían qué hora era, para poder calibrarlo?
Den Den Mushi: Creo que es mas importante...
-¿Por qué las mujeres abren la boca cuando están pasándose alguna crema en la cara?
Den Den Mushi: Le tengo que informar...
-¿Si los hombres son todos iguales, por qué las mujeres eligen tanto?
Den Den mushi: Joder... me importa una...
-¿Por qué aquel filme con Kevin Costner se llama "Bailando con Lobos", si sólo aparece un único lobo durante toda la historia?
Den Den mushi: …..
-¿Por qué los relojes hacen tic, tac, tic, tac, ?
Den Den Mushi: …..
-Si fueses a dispararle a un mimo, ¿te haría falta silenciador?
Den Den mushi: ¡Me cago en tu puta madre!, ¡Deja de darme la puta vara cabrón desquiciado!, ¡Te tienes que ir a una puta isla que es una fabrica de chuches, y matar a cualquier persona que sea capaz de matar o herir a cualquier persona!
-Eso me hace pensar en otra pregunta... ¿ Tendría que matarme a mi mismo ya que e sido mandado allí para matar a cualquier persona que pueda matar?.. no le encuentro el sentido a la misión.
Den Den Mushi: AAAAH!!!, ¡haber si te matan allí desgraciado! ( Tras decir eso me dijo las coordenadas de la isla a la que tenia que ir y colgó el teléfono.)
-Puf... que pocos filósofos somos en el mundo.
Me dirigí a las coordenadas que me dijeron y en unas 2 horas llegue a la isla ya que me encontraba cerca.
Una vez cerca de la orilla baje de mi bote y lo metí mas adentro de la playa para que el oleaje no se lo llevara, después de asegurar el bote me fui a adentrarme mas a la isla sumido en mis pensamientos.
-Si los caballos sufren la peste equina y los cerdos la peste porcina, ¿por qué el hombre sufre enfermedades patológicas? ...que mundo mas raro.
Roger Swordfish
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Me encomendaron una misión, las ordenes eran sencillas. Erradicar todo ser vivo que pueda parecer una amenaza, nos habían mandado a una matanza... y eso iba a procurar que fuera.
No me llevé transporte alguno, fui nadando desde uno de los cuarteles generales de la Cypher Pol que habían cerca del Reino Sugar. Cualquiera que quisiera entrar en el lugar lo tendría complicado, pues estaba controlado estrictamente con una lista de la gente que entra y de la que sale.
Estaba buceando a gran velocidad y decidí salir a la superficie para ver a que distancia me encontraba de la isla.
-Vaya... estoy bastante lejos. -susurré. -Pues tendré que ponerme las pilas.
Dicho esto volví al fondo del mar y continué desplazándome a una velocidad de espanto.
No me llevé transporte alguno, fui nadando desde uno de los cuarteles generales de la Cypher Pol que habían cerca del Reino Sugar. Cualquiera que quisiera entrar en el lugar lo tendría complicado, pues estaba controlado estrictamente con una lista de la gente que entra y de la que sale.
Estaba buceando a gran velocidad y decidí salir a la superficie para ver a que distancia me encontraba de la isla.
-Vaya... estoy bastante lejos. -susurré. -Pues tendré que ponerme las pilas.
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Silbando y demostrando una cierta felicidad en aquella mañana, aquella que se podría llamar la nueva Shaky, se encontraba navegando en rumbo fijo y planeado hacia una isla llamada o mejor dicho conocida por la estancia de la mejor fabrica del Grand Line conocida como "Sugar Kiss".
El mar estaba tan calmo y dispuesto a ayudar que al momento de divisar la isla la rubia no tuvo que maniobrar mas que un par de giros para acomodar el barco y que este callera de manera justa casi perfecta en el muelle, con un solo pensamiento en la cabeza Shaky tomo rumbo hacia su camarote para agarrar las armas, las únicas que le habían quedado de aquel desastroso final en la isla de Sakura.
Con las tres katanas colgadas de su cinturón en el lado izquierdo y las cartas del clima que le quedaban, aquellas conocidas como Cartes de Temps y las cuales había prometido en la tumba de su hermana mayor no usar a menos que la situación lo necesitase, salió del camarote y bajo mediante una tabla que le habían colocado los trabajadores del muelle. Al salir del barco y con total despiste dejo en el camino la mochila que contenía los Berries, algunas ropas y sus Rumbell Balls sobre la cama.
Aun sin recordar que se estaba olvidando de algo importante como lo era aquella mochila se acerco a un hombre que al parecer llevaba los registros de los barcos y le pregunto con total seguridad y sin temor a que pudiese darse cuenta de que ella tenía una recompensa de 200.000 Berries.
-Una pregunta ¿Donde puedo vender el barco?-
Dicho eso señalo el enorme barco conocido como el Princesa Andrómeda que se encontraba o más bien que había encallado hacia unos segundos, tal vez le darían algunos Berries por un barco que ya no necesitaba y que tan solo le traía malos recuerdos. Se quedo esperando la respuesta de aquel tipo mientras señalaba el barco e intentaba ojear un poco la tabla, tal vez encontraría algo que le interesara o tal vez no, la cuestión es que quería obtener Berries a cambio del barco para poder irse a comprar algunos caramelos y tal vez encontrar algo que hacer.
El mar estaba tan calmo y dispuesto a ayudar que al momento de divisar la isla la rubia no tuvo que maniobrar mas que un par de giros para acomodar el barco y que este callera de manera justa casi perfecta en el muelle, con un solo pensamiento en la cabeza Shaky tomo rumbo hacia su camarote para agarrar las armas, las únicas que le habían quedado de aquel desastroso final en la isla de Sakura.
Con las tres katanas colgadas de su cinturón en el lado izquierdo y las cartas del clima que le quedaban, aquellas conocidas como Cartes de Temps y las cuales había prometido en la tumba de su hermana mayor no usar a menos que la situación lo necesitase, salió del camarote y bajo mediante una tabla que le habían colocado los trabajadores del muelle. Al salir del barco y con total despiste dejo en el camino la mochila que contenía los Berries, algunas ropas y sus Rumbell Balls sobre la cama.
Aun sin recordar que se estaba olvidando de algo importante como lo era aquella mochila se acerco a un hombre que al parecer llevaba los registros de los barcos y le pregunto con total seguridad y sin temor a que pudiese darse cuenta de que ella tenía una recompensa de 200.000 Berries.
-Una pregunta ¿Donde puedo vender el barco?-
Dicho eso señalo el enorme barco conocido como el Princesa Andrómeda que se encontraba o más bien que había encallado hacia unos segundos, tal vez le darían algunos Berries por un barco que ya no necesitaba y que tan solo le traía malos recuerdos. Se quedo esperando la respuesta de aquel tipo mientras señalaba el barco e intentaba ojear un poco la tabla, tal vez encontraría algo que le interesara o tal vez no, la cuestión es que quería obtener Berries a cambio del barco para poder irse a comprar algunos caramelos y tal vez encontrar algo que hacer.
- el barco:
- Princesa Andrómeda
En la proa llevaba adosado un enorme mascaron de tres pisos de alto: una figura de una mujer con la túnica blanca de los antiguos griegos, ya saben esas ciudades en las cuales tenían varios dioses, aquella estatua estaba esculpida a modo de que parecía encadenada al barco. Era joven y hermosa, con el pelo rubio bien largo y enredado, pero tenía un desperfecto en el rostro, parecía asustada No, la palabra correcta era enojada tal vez, la cuestion es que el rostro no la acompañaba. También hay que agregar que la madera del barco era de un color rojo sangre, hasta que la tripulacion la repinto de colores celestes y azules para adaptarla a la marina.
Entre otras cosas posee cañones triples que hacen funcion de ametrelladora al ser disparados por lo que hacen un tiro en cadena de tres balas, el barco posee alrededor de quince de estos, seis a cada lado, dos detras y uno por delante.
Tambien posee un sistema bastante unico creado por los revolucionarios que permite transformar el agua en una especie de energia que alimenta las funciones electricas del barco, asi como tambien le permite moverse sin necesitar el favor del viento para ello.
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Era un día calmo, el silencio gobernaba la totalidad del gremio, solo las olas al golpear la costa rompen el silencio, ni una voz, ningún grito se puede escuchar, en las rocas de uno de los acantilados nos encontrábamos tres hombres, uno más alto que el otro, como formando una escalera, al parecer hablaban de algún tema importante, a lo lejos se divisa un barco acercarse y a la espalda del hombre más alto, el que llevaba una capa florida y un sombrero tradicional nipón, el afamado líder del gremio que se alza a mis espaldas, Takeshi Yamamoto, o sea yo, delante de mí se encontraba quien era mi hombre de más confianza en el gremio, Akatsuya Kaleth, el segundo al mando y otro joven miembro del gremio, Kyle Aran, quien había pasado poco tiempo junto a ellos pero al fin y al cabo era uno más de esa gran familia.
Era un día que marcaría un punto de importancia en la historia del gremio, nuestro nakama, Kaleth se marchaba para cumplir con su destino, se involucraría con la marina, el cuerpo de justicia del gobierno, no le culpaba, hacía tiempo que esperaba su marcha, tanto la suya como la de Kyle, quien se marchaba junto a Kaleth, ambos tenían antecedentes en la marina y era normal esperar que tarde o temprano entraran a la misma.
-“Bueno, os deseo suerte en vuestro viaje a la base de la marina, recordad que siempre podréis contar con nuestro apoyo queridos amigos, nunca dejaréis de ser parte de este gremio, al menos para nosotros, Kaleth y Kyle, sé que tenéis una fuerte convicción y un gran sentido de la justicia, sé que no seguiréis ciegamente lo que se os diga desde los altos cargos, contactad con Ryohei, es un gran amigo mío y tiene vuestras convicciones y un gran sentido de la justicia, hablad con él, decide que vais de mi parte y mandadle un saludo de mi parte, él os ayudará en lo que pueda, al igual que yo y todos los del gremio.”
Dije con una voz solemne mientras en mi rostro se vislumbra una sombra escalofriante, pero es debido a la iluminación tan tenue del crepúsculo sobre una de mis máscaras de color blanco y combinada con la sombra que proporciona mi sombrero y el carmesí de mis ojos que parecen sedientos de sangre.
-“No te preocupes Takeshi, siempre sabremos que seremos bien recibidos aquí, ten por seguro que un día nos cruzaremos, y por lo de tu amigo, gracias por la indicación.”
-“No te preocupes Takeshi, siempre sabremos que seremos bien recibidos aquí, ten por seguro que un día nos cruzaremos, y por lo de tu amigo, gracias por la indicación.”
Dijeron ambos al unísono justo antes de embarcar en una embarcación provista de provisiones necesarias para varios meses en alta mar, una etapa del gremio se acababa de cerrar, tocaba empezar una nueva…
El sol aún no se presenta, la luna sigue reinando en los cielos oscuros adornados por pequeñas estrellas, algunas más grandes que las otras, estrellas que posiblemente estén ya muertas y lo que nos llega es un resquicio de su luz, un resquicio de vida que logra atravesar el amplio universo hasta llegar a nosotros, algo bello, hermoso y triste a la vez.
-“Han pasado ya diez lunas de la marcha de Kaleth y Kyren…esto va a ser duro.”
Digo en un leve susurro al viento, una leve brisa ondea mi capa florida y mi larga melena castaña, seguido de eso una voz gruesa, como venida de ultratumba suena en mi cabeza.
-“Eso es cierto pero piensa que han crecido gracias a ti, gracias a ti la justicia prevalecerá”
La voz de Myo-o, el sabio y poderoso Myo-o que siempre me aconseja, alguien que me infunde una fortaleza inhumana con su sabiduría
-“Tienes razón pero aun así se harán más duras las misiones”
Respondo en el interior de mi cabeza al tiempo que un leve suspiro se exhala desde mi boca, enmudecido por la máscara de mi rostro, unos rumores nos llevan a esta situación, todos a bordo del Ghost Traveller rumbo a una isla desconocida, nadie sabe exactamente en qué lugar se encuentra la isla, pero se sabe de la afluencia de piratas y revolucionarios muy bien cotizados, ese es el principal motivo de nuestra presencia, dar soporte a la justicia y ganar algunos berris capturando piratas y revolucionarios.
Mi ubicación es tumbado en la cabeza del leviatán que precede a la embarcación tomando el lugar de la típica sirena del mascarón de proa, mi vista fija en el cielo, perdida en su infinita calma buscando una respuesta a mi destino, una señal de ánimo, lo que fuera. El sombrero cubre parte de mi rostro, que solo es visible si se mira desde mis pies.
Era un día que marcaría un punto de importancia en la historia del gremio, nuestro nakama, Kaleth se marchaba para cumplir con su destino, se involucraría con la marina, el cuerpo de justicia del gobierno, no le culpaba, hacía tiempo que esperaba su marcha, tanto la suya como la de Kyle, quien se marchaba junto a Kaleth, ambos tenían antecedentes en la marina y era normal esperar que tarde o temprano entraran a la misma.
-“Bueno, os deseo suerte en vuestro viaje a la base de la marina, recordad que siempre podréis contar con nuestro apoyo queridos amigos, nunca dejaréis de ser parte de este gremio, al menos para nosotros, Kaleth y Kyle, sé que tenéis una fuerte convicción y un gran sentido de la justicia, sé que no seguiréis ciegamente lo que se os diga desde los altos cargos, contactad con Ryohei, es un gran amigo mío y tiene vuestras convicciones y un gran sentido de la justicia, hablad con él, decide que vais de mi parte y mandadle un saludo de mi parte, él os ayudará en lo que pueda, al igual que yo y todos los del gremio.”
Dije con una voz solemne mientras en mi rostro se vislumbra una sombra escalofriante, pero es debido a la iluminación tan tenue del crepúsculo sobre una de mis máscaras de color blanco y combinada con la sombra que proporciona mi sombrero y el carmesí de mis ojos que parecen sedientos de sangre.
-“No te preocupes Takeshi, siempre sabremos que seremos bien recibidos aquí, ten por seguro que un día nos cruzaremos, y por lo de tu amigo, gracias por la indicación.”
-“No te preocupes Takeshi, siempre sabremos que seremos bien recibidos aquí, ten por seguro que un día nos cruzaremos, y por lo de tu amigo, gracias por la indicación.”
Dijeron ambos al unísono justo antes de embarcar en una embarcación provista de provisiones necesarias para varios meses en alta mar, una etapa del gremio se acababa de cerrar, tocaba empezar una nueva…
Actualmente
El sol aún no se presenta, la luna sigue reinando en los cielos oscuros adornados por pequeñas estrellas, algunas más grandes que las otras, estrellas que posiblemente estén ya muertas y lo que nos llega es un resquicio de su luz, un resquicio de vida que logra atravesar el amplio universo hasta llegar a nosotros, algo bello, hermoso y triste a la vez.
-“Han pasado ya diez lunas de la marcha de Kaleth y Kyren…esto va a ser duro.”
Digo en un leve susurro al viento, una leve brisa ondea mi capa florida y mi larga melena castaña, seguido de eso una voz gruesa, como venida de ultratumba suena en mi cabeza.
-“Eso es cierto pero piensa que han crecido gracias a ti, gracias a ti la justicia prevalecerá”
La voz de Myo-o, el sabio y poderoso Myo-o que siempre me aconseja, alguien que me infunde una fortaleza inhumana con su sabiduría
-“Tienes razón pero aun así se harán más duras las misiones”
Respondo en el interior de mi cabeza al tiempo que un leve suspiro se exhala desde mi boca, enmudecido por la máscara de mi rostro, unos rumores nos llevan a esta situación, todos a bordo del Ghost Traveller rumbo a una isla desconocida, nadie sabe exactamente en qué lugar se encuentra la isla, pero se sabe de la afluencia de piratas y revolucionarios muy bien cotizados, ese es el principal motivo de nuestra presencia, dar soporte a la justicia y ganar algunos berris capturando piratas y revolucionarios.
Mi ubicación es tumbado en la cabeza del leviatán que precede a la embarcación tomando el lugar de la típica sirena del mascarón de proa, mi vista fija en el cielo, perdida en su infinita calma buscando una respuesta a mi destino, una señal de ánimo, lo que fuera. El sombrero cubre parte de mi rostro, que solo es visible si se mira desde mis pies.
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~Tras la primera aventura en Loguetown y superar la Reverse Mountain, con un barco robado a la banda llamada "The Bardocks", conseguimos entrar a Grand Line un gran grupo de personas, por casualidad del destino habíamos acabado todos en el mismo barco y poco a poco tratábamos de llevarnos bien, conversando y conociéndonos. Algunos de ellos eran Chauve y Ovish, los cuales me tenían suministrándoles papelillos para sus cigarrillos todo el tiempo, pues con algo de practica logré dominar ese tipo de papel para estos chicos que me lo solicitaban todo el tiempo, incluso conseguí mejorar "el de fabrica" según ellos. También en el barco venían Kinji, Akai y un hombre muy musculoso llamado Fudo, Akai y Kinji se llevaban demasiado bien y solían estar juntos gran parte del tiempo, bromeando o peleando entre si de manera amistosa. A Kisame no le había visto desde que subimos al barco. Había también un hombre de imponente altura que fue el médico que nos ayudó, llamado Lucifer. Onizuka era un chico muy simpático que desde el principio me había simpatizado, aunque ahora mismo no sabía donde se había metido, quizás estaba tomando la siesta o algo así. Otra persona que también llamaba mucho mi atención era Alaude, al ser bastante misterioso a mi parecer. En fin, eramos fácilmente unas catorce personas dentro del navío y no sabía bien quien era quien todavía.
Desafortunadamente ninguno de nosotros era un navegante hábil, no teníamos un Log Pose ni mapas ni nada por el estilo, por lo que de vez en cuando alguien tomaba el timón, ponía el curso que le diera la gana y dejaba todo ahí. Aquellos errores nos costaron las velas y que el barco estuviera con daños severos a los pocos días, por suerte las velas pude reemplazarlas con otras de papel tisú de varias capas, que no era tan rígido como el papel común y corriente. Al poco tiempo las velas estaban con cortes a lo largo y algo desgastadas, por pereza lo dejé así. El aspecto del barco era lamentable, parecía un barco fantasma por los severos daños que llevaba, aunque al menos así nadie se acercaba.
Pasaron dos semanas, el barco fue reparado levemente por quienes tenían algunos conocimientos de ello, asumiendo los cargos de ingenieros. Lucifer tomó el mandato sobre los que serían el equipo médico, mientras que Alex y Chauve se peleaban por ver quien sería el "cocinero" estrella. Las ocupaciones poco a poco eran ocupadas y el orden se apoderaba de la embarcación "fantasma". Ya incluso habíamos tomado turnos para hacer guardias, y aquella noche a mí me tocaba estar en cubierta, aunque todo mundo seguía despierto pero en el interior del barco. Estaba abrigada con una chamarra blanca con peluche amarillo en el cuello, llevaba pantalones negros ajustado y botas negras a juego que me llegaban a media pantorrilla, iba acompañada por el escorpión de papel que había creado como mi "guardián" y que por dentro llevaba una shuriken esperando ser usada en un ataque sorpresa. El frío viento tenía mi piel más pálida de lo normal y me abrazaba a mí misma en un vano intento de ganar calor.
-Quisiera llegar ya a tierra firme y comprar alguna golosina, o lo que sea, ya ha sido casi un mes de estar en el mar y no llegar a ningún puerto, esto empieza a volverse frustrante...-Murmuré para mí misma. Aun con el orden, seguíamos viajando sin rumbo fijo, a este paso necesitaría un milagro para que sobrevivieramos... Y el milagro se me presentó en forma de un espejismo, pues a los lejos podía distinguir una "mancha" o silueta irregular que se movía sobre el agua, ¿sería un barco?. No tenía ni la menor idea, y estaba pensando si acercarme o no a el.
Desafortunadamente ninguno de nosotros era un navegante hábil, no teníamos un Log Pose ni mapas ni nada por el estilo, por lo que de vez en cuando alguien tomaba el timón, ponía el curso que le diera la gana y dejaba todo ahí. Aquellos errores nos costaron las velas y que el barco estuviera con daños severos a los pocos días, por suerte las velas pude reemplazarlas con otras de papel tisú de varias capas, que no era tan rígido como el papel común y corriente. Al poco tiempo las velas estaban con cortes a lo largo y algo desgastadas, por pereza lo dejé así. El aspecto del barco era lamentable, parecía un barco fantasma por los severos daños que llevaba, aunque al menos así nadie se acercaba.
Pasaron dos semanas, el barco fue reparado levemente por quienes tenían algunos conocimientos de ello, asumiendo los cargos de ingenieros. Lucifer tomó el mandato sobre los que serían el equipo médico, mientras que Alex y Chauve se peleaban por ver quien sería el "cocinero" estrella. Las ocupaciones poco a poco eran ocupadas y el orden se apoderaba de la embarcación "fantasma". Ya incluso habíamos tomado turnos para hacer guardias, y aquella noche a mí me tocaba estar en cubierta, aunque todo mundo seguía despierto pero en el interior del barco. Estaba abrigada con una chamarra blanca con peluche amarillo en el cuello, llevaba pantalones negros ajustado y botas negras a juego que me llegaban a media pantorrilla, iba acompañada por el escorpión de papel que había creado como mi "guardián" y que por dentro llevaba una shuriken esperando ser usada en un ataque sorpresa. El frío viento tenía mi piel más pálida de lo normal y me abrazaba a mí misma en un vano intento de ganar calor.
-Quisiera llegar ya a tierra firme y comprar alguna golosina, o lo que sea, ya ha sido casi un mes de estar en el mar y no llegar a ningún puerto, esto empieza a volverse frustrante...-Murmuré para mí misma. Aun con el orden, seguíamos viajando sin rumbo fijo, a este paso necesitaría un milagro para que sobrevivieramos... Y el milagro se me presentó en forma de un espejismo, pues a los lejos podía distinguir una "mancha" o silueta irregular que se movía sobre el agua, ¿sería un barco?. No tenía ni la menor idea, y estaba pensando si acercarme o no a el.
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Llevábamos tantos días seguidos navegando que mi camarote me hacía sentir como un pájaro enjaulado. Incluso situándome en mi tan apreciado puesto de vigía, junto a mi fiel catalejo, me seguía invadiendo esa claustrofóbica sensación de confinamiento. Era por eso que, tras deambular durante horas por toda la Perla Errante, me había dejado caer en la cocina. Si, era extraño en mi dejarme ver en lugares tan "públicos" como ese, pero quien sabe, tal vez el mar fuese capaz de cambiar la manera en la que veía las cosas o despertar mi necesidad por relacionarme con los demás...
"Me incomodas"- dijo de forma tajante la cocinera mientras clavaba el hacha de cortar carne en la madera de la mesa- "¿Qué se supone que haces aquí?"
Unity también se encontraba desconcertada ante mi presencia allí, y es que tan solo me reunía con ella a la hora de comer o cuando desembarcábamos en alguna isla; y en ocasiones ni eso.
-Sofocar mi aburrimiento- le contesté a la par que extinguía la leve luz verdosa con la que llevaba un rato intentando entretenerme- Nada más.
Unity dirigió su mirada hacia a mi con la intención de intimidarme, cosa que no hace falta cuando se lleva puesto un delantal totalmente cubierto de sangre o se posee un hacha de mayor tamaño que un cuerpo humano estandar. Dispuesta a iniciar una batalla verbal, la enfurruñada cocinera avanzó hacia a mi, más sus planes se vieron truncados al ser ensordecida por la potente voz del capitán:
"¡Ahoi bucaneros! Hoy atacaremos el Reino Sugar, que es la isla que tenemos allí a lo lejos. Pensad que no somos los únicos que atacaremos el lugar... habrán piratas, cazadores, marines, tal vez incluso hayan agentes a servicio del Gobierno Mundial. Así que preparad vuestras armas... entraremos a la isla de forma pacífica e iremos directos... bueno, vosotros seguidme.
Una leve risilla fue lo único que esbozó la cocinera antes de dejar la estancia y dirigirse a cubierta. Por mi parte, me levanté de forma pausada y me estiré cual felino que había estado durmiendo durante horas y horas. La puerta, abierta tras el paso de Unity, dejaba entrar los fuertes rayos del sol, los cuales rehusé a mirar hasta que mi vista se hubiera acostumbrado a la cegadora mañana de aquel día.
-¿El Reino Sugar?-pensé mientras tapaba mis ojos- Dromp, siempre yendo a lo más difícil.
El Reino Sugar había sido durante las últimas semanas el protagonista de toda clase de cuchicheos y teorías, todas originadas por su escandalosa productividad y bajo coste de mantenimiento y mano de obra. El tema olía a gato encerrado a kilómetros, pero cualquiera con dos dedos de frente sabría que ese gato podría ser en verdad un feroz león de afiladas garras. Tras atravesar la estancia y salir al exterior, vi como algunos de mis compañeros si situaban frente a dos grandes carteles que Dromp les exponía.
"¡Ah! Si veis a uno de estos dos y no estoy con vosotras hacedlos llegar a mi".
Se trataba de un par de carteles de "Se busca", uno de los cuales poseía una llamativa recompensa. No era capaz de reconocer sus caras, así que debían tratarse de asuntos personales del capitán que por el momento no habían afectado al resto de la tripulación.
"Oye oye ¿Qué pintamos nosotros en una isla con una fábrica de dulces? ¿Y quiénes son estos? "
Tal y como pensaba, Elizabeth tampoco los conocía y, por extensión, ninguno de la banda. A pesar de ello, a Unity no le importaba demasiado dicho factor, tan solo dejar entrever su sanguinolienta frialdad.
"Pero... ¿te los hacemos llegar enteros o por piezas?"
-Más vale que tengas cuidado...o serás tu la que vuelva al barco dentro de una caja de madera.
"Me incomodas"- dijo de forma tajante la cocinera mientras clavaba el hacha de cortar carne en la madera de la mesa- "¿Qué se supone que haces aquí?"
Unity también se encontraba desconcertada ante mi presencia allí, y es que tan solo me reunía con ella a la hora de comer o cuando desembarcábamos en alguna isla; y en ocasiones ni eso.
-Sofocar mi aburrimiento- le contesté a la par que extinguía la leve luz verdosa con la que llevaba un rato intentando entretenerme- Nada más.
Unity dirigió su mirada hacia a mi con la intención de intimidarme, cosa que no hace falta cuando se lleva puesto un delantal totalmente cubierto de sangre o se posee un hacha de mayor tamaño que un cuerpo humano estandar. Dispuesta a iniciar una batalla verbal, la enfurruñada cocinera avanzó hacia a mi, más sus planes se vieron truncados al ser ensordecida por la potente voz del capitán:
"¡Ahoi bucaneros! Hoy atacaremos el Reino Sugar, que es la isla que tenemos allí a lo lejos. Pensad que no somos los únicos que atacaremos el lugar... habrán piratas, cazadores, marines, tal vez incluso hayan agentes a servicio del Gobierno Mundial. Así que preparad vuestras armas... entraremos a la isla de forma pacífica e iremos directos... bueno, vosotros seguidme.
Una leve risilla fue lo único que esbozó la cocinera antes de dejar la estancia y dirigirse a cubierta. Por mi parte, me levanté de forma pausada y me estiré cual felino que había estado durmiendo durante horas y horas. La puerta, abierta tras el paso de Unity, dejaba entrar los fuertes rayos del sol, los cuales rehusé a mirar hasta que mi vista se hubiera acostumbrado a la cegadora mañana de aquel día.
-¿El Reino Sugar?-pensé mientras tapaba mis ojos- Dromp, siempre yendo a lo más difícil.
El Reino Sugar había sido durante las últimas semanas el protagonista de toda clase de cuchicheos y teorías, todas originadas por su escandalosa productividad y bajo coste de mantenimiento y mano de obra. El tema olía a gato encerrado a kilómetros, pero cualquiera con dos dedos de frente sabría que ese gato podría ser en verdad un feroz león de afiladas garras. Tras atravesar la estancia y salir al exterior, vi como algunos de mis compañeros si situaban frente a dos grandes carteles que Dromp les exponía.
"¡Ah! Si veis a uno de estos dos y no estoy con vosotras hacedlos llegar a mi".
Se trataba de un par de carteles de "Se busca", uno de los cuales poseía una llamativa recompensa. No era capaz de reconocer sus caras, así que debían tratarse de asuntos personales del capitán que por el momento no habían afectado al resto de la tripulación.
"Oye oye ¿Qué pintamos nosotros en una isla con una fábrica de dulces? ¿Y quiénes son estos? "
Tal y como pensaba, Elizabeth tampoco los conocía y, por extensión, ninguno de la banda. A pesar de ello, a Unity no le importaba demasiado dicho factor, tan solo dejar entrever su sanguinolienta frialdad.
"Pero... ¿te los hacemos llegar enteros o por piezas?"
-Más vale que tengas cuidado...o serás tu la que vuelva al barco dentro de una caja de madera.
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Un barco de la Marina cruzaba las aguas de aquel vasto mar, con la vela mayor ondeando por la presencia de una ráfaga de aire. En su cubierta, un tropel de marines comenzaban a preparar sus armas de filo y de fuego, insertando las balas en la recámara de sus pistolas y rifles. Pero a pesar de que la mayoría de las personas a bordo pertenecieran a dicha organización, había más de un "extranjero" entre ellos. Ataviados con sus trajes de corbata negros y blancos, agentes del Gobierno se encontraban de brazos cruzados esperando a que la situación requiriera de su participación. Las órdenes de la misión habían sido claras desde un principio: exterminar todo enemigo que se moviera. Y el destino en cuestión era el Reino Sugar, mayormente conocido por su gran fábrica de dulces. Muchos de los marines y agentes del Gobierno disponibles habían sido llamados para viajar a aquel lugar, en pos de un exterminio de criminales. Pero a la vez que muchos de los personajes de aquel navío se preparaban para la guerra, otros la habían trasladado a un lugar más cómodo: la cama.
En uno de los camarotes del interior del barco, una pareja de agentes del Cipher Pol se encontraban bastante "cariñosos" el uno con el otro. La puerta de la habitación se encontraba cerrada, y del pomo de ella colgaba una corbata, símbolo de que no querían que los molestasen. Todos los pasajeros que se acercaban a ella escuchaban distintos gemidos, a la vez que ruiditos extraños. E incluso alguno que otro pegaba la oreja a la puerta para escuchar más de cerca, pervertidos como todos. Pero toda ocasión llega a su fin, y ellos dos no iban a ser los únicos que se quedasen allí dentro gozando mientras sus compañeros caían en el campo de batalla. Los altavoces situados en las esquinas del techo de aquellos pasadizos empezaron a hablar, llamando la atención de todas las personas que se encontraban a bordo.
Toda persona capaz de empuñar un arma prepárese para desembarcar. Repito, toda persona capaz de empuñar un arma prepárese para desembarcar. La playa del Reino Sugar está a cinco minutos.
Empezó a chillar la voz por los megáfonos, mientras que en aquella habitación "caliente" un último gemido por parte de cada "partícipe" hacía sonar el gong del final de aquel momento. Y tres minutos más tarde, la puerta se abría para dejar ver a un agente del Gobierno de aspecto temible: el novato del año, Zhown D. Zahard. Con el cuello de la camisa desabrochado hasta el ombligo y varias marcas de arañazos y mordiscos en su torso, por no decir de pintalabios, recogía la corbata del pomo de la puerta y se la anudaba al cuello tras abrocharse los botones de la camisa que portaba consigo. La chaqueta le colgaba de los hombros, mientras que combinaba sus pantalones con unas botas altas. A cada lado de la cadera llevaba las fundas con sus dos pistolas, una de color ébano y la otra de marfil. Colgando de su oreja izquierda, un pendiente atado con plumas de pájaros de diversos colores producía una amalgama de sensación allí por donde pasaba. Mas antes de comenzar su caminata, se daba la vuelta para mirar al interior de la habitación de la cuál había surgido, diciéndole a la otra persona que se encontraba adentro:
- Ros, vamos, no te pienso esperar - Comentó el pelinegro, hablando con su compañera de profesión y "amante" en momentos de locura pasional. Como bien había dicho, se dio la vuelta y empezó a andar por los pasillos de aquella parte del navío, mientras que el interior de la habitación se podía ver perfectamente una cama con las mantas removidas, las almohadas despellejadas con sus plumas esparcidas por todo el suelo, y una joven todavía tapada por las sábanas.
Tal vez su carácter malhumorado y rebelde fuera lo que volviera locas a todas las féminas que iban detrás de él, mas con aquella persona tenía una conexión en especial. No sabría cómo describirlo, pero él siempre solía decir "Llámalo X". Una vez que pasó por todos los pasillos y escalerillas de subida, se encontró en la cubierta con todos sus demás compañeros. Él suponía que allí estarían los demás agentes del Cipher Pol, de varias divisiones. Por lo que había podido escuchar y preguntar, no solo les habían mandado a ellos a trabajar. Con su ceño fruncido y los ojos rojizos clavados en la isla que tenía enfrente, el agente del Gobierno dio unos pasos suaves hacia el extremo frontal del navío. Posicionándose en el borde, intentó calcular de cabeza el tiempo que tardarían en desembarcar en aquella isla, momento en que saldría disparado como un loco para arrollar a todos los desconocidos que se topase en su camino. No le importaba si fueran revolucionarios o piratas, incluso cazarrecompensas, a él le habían dicho que arrasase con lo que se topara, y eso es lo que mejor se le daba.
- Tito Zhown ha llegado, cabrones. Vamos a jugar un rato - Dijo con aquella voz agrietada tan característica de él, con ciertos tonos de carácter enfadado y sediento de batalla.
El barco por fin tocó tierra, y sin ni siquiera soltar el ancla para que el navío no se moviera, la mayoría de los soldados que se encontraban en su interior saltaron a unas balsas ya preparadas, mientras que otros se lanzaban de cabeza al agua. Por su parte, el pelinegro comenzó a imbuirse de una estela negra como la noche en sus piernas, impulsándose y dejando una estela detrás de él. Su velocidad no era humana, al igual que su fuerza. En conjunto, aquel salto le hizo cubrir una distancia de tres metros en apenas décimas de segundo, cayendo en la arena con una macabra sonrisa, preparando su sádico plan y deseando trazarlo con sus propios puños. El juego había comenzado.
En uno de los camarotes del interior del barco, una pareja de agentes del Cipher Pol se encontraban bastante "cariñosos" el uno con el otro. La puerta de la habitación se encontraba cerrada, y del pomo de ella colgaba una corbata, símbolo de que no querían que los molestasen. Todos los pasajeros que se acercaban a ella escuchaban distintos gemidos, a la vez que ruiditos extraños. E incluso alguno que otro pegaba la oreja a la puerta para escuchar más de cerca, pervertidos como todos. Pero toda ocasión llega a su fin, y ellos dos no iban a ser los únicos que se quedasen allí dentro gozando mientras sus compañeros caían en el campo de batalla. Los altavoces situados en las esquinas del techo de aquellos pasadizos empezaron a hablar, llamando la atención de todas las personas que se encontraban a bordo.
Toda persona capaz de empuñar un arma prepárese para desembarcar. Repito, toda persona capaz de empuñar un arma prepárese para desembarcar. La playa del Reino Sugar está a cinco minutos.
Empezó a chillar la voz por los megáfonos, mientras que en aquella habitación "caliente" un último gemido por parte de cada "partícipe" hacía sonar el gong del final de aquel momento. Y tres minutos más tarde, la puerta se abría para dejar ver a un agente del Gobierno de aspecto temible: el novato del año, Zhown D. Zahard. Con el cuello de la camisa desabrochado hasta el ombligo y varias marcas de arañazos y mordiscos en su torso, por no decir de pintalabios, recogía la corbata del pomo de la puerta y se la anudaba al cuello tras abrocharse los botones de la camisa que portaba consigo. La chaqueta le colgaba de los hombros, mientras que combinaba sus pantalones con unas botas altas. A cada lado de la cadera llevaba las fundas con sus dos pistolas, una de color ébano y la otra de marfil. Colgando de su oreja izquierda, un pendiente atado con plumas de pájaros de diversos colores producía una amalgama de sensación allí por donde pasaba. Mas antes de comenzar su caminata, se daba la vuelta para mirar al interior de la habitación de la cuál había surgido, diciéndole a la otra persona que se encontraba adentro:
- Ros, vamos, no te pienso esperar - Comentó el pelinegro, hablando con su compañera de profesión y "amante" en momentos de locura pasional. Como bien había dicho, se dio la vuelta y empezó a andar por los pasillos de aquella parte del navío, mientras que el interior de la habitación se podía ver perfectamente una cama con las mantas removidas, las almohadas despellejadas con sus plumas esparcidas por todo el suelo, y una joven todavía tapada por las sábanas.
Tal vez su carácter malhumorado y rebelde fuera lo que volviera locas a todas las féminas que iban detrás de él, mas con aquella persona tenía una conexión en especial. No sabría cómo describirlo, pero él siempre solía decir "Llámalo X". Una vez que pasó por todos los pasillos y escalerillas de subida, se encontró en la cubierta con todos sus demás compañeros. Él suponía que allí estarían los demás agentes del Cipher Pol, de varias divisiones. Por lo que había podido escuchar y preguntar, no solo les habían mandado a ellos a trabajar. Con su ceño fruncido y los ojos rojizos clavados en la isla que tenía enfrente, el agente del Gobierno dio unos pasos suaves hacia el extremo frontal del navío. Posicionándose en el borde, intentó calcular de cabeza el tiempo que tardarían en desembarcar en aquella isla, momento en que saldría disparado como un loco para arrollar a todos los desconocidos que se topase en su camino. No le importaba si fueran revolucionarios o piratas, incluso cazarrecompensas, a él le habían dicho que arrasase con lo que se topara, y eso es lo que mejor se le daba.
- Tito Zhown ha llegado, cabrones. Vamos a jugar un rato - Dijo con aquella voz agrietada tan característica de él, con ciertos tonos de carácter enfadado y sediento de batalla.
El barco por fin tocó tierra, y sin ni siquiera soltar el ancla para que el navío no se moviera, la mayoría de los soldados que se encontraban en su interior saltaron a unas balsas ya preparadas, mientras que otros se lanzaban de cabeza al agua. Por su parte, el pelinegro comenzó a imbuirse de una estela negra como la noche en sus piernas, impulsándose y dejando una estela detrás de él. Su velocidad no era humana, al igual que su fuerza. En conjunto, aquel salto le hizo cubrir una distancia de tres metros en apenas décimas de segundo, cayendo en la arena con una macabra sonrisa, preparando su sádico plan y deseando trazarlo con sus propios puños. El juego había comenzado.
sinclair moon
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Nos dirigíamos todo el gremio a una misión muy dulce por así decirlo. La misión había surgido, a raíz de una empresa de dulces que era sospechosamente exitosa, dicha empresa tenía grandes beneficios y escasos costes. Las malas lenguas decían que estos escasos costes se debían a máquinas de clonación o que los empleados eran esclavos, esta última razón era la correcta. El nivel de dificultad de esta misión era bastante alto, las razones de esto son que la isla en la que se encuentra la fábrica estaba fuertemente protegida y el lugar de la fábrica era desconocido. Esta situación atraía a diversos tipos de gente. Piratas, por si podían robar parte del oro de la empresa; Revolucionarios, para salvar a la mayor cantidad de esclavos posible y Cazadores, para intentar atrapar a algún que otro pirata y conseguir la recompensa que tuvieran por su cabeza.
Yo era cazador y por tanto, se supone, que yo debería ir para atrapar piratas, pero siendo sinceros odio los tópicos, sin embargo, siendo realistas debería hacer lo que mi jefe me ordenase.
Me encontraba vagando por el Ghost Traveler como un alma en pena, aunque no era extraño, ya que pena y tristeza era lo que albergaba mi corazón. Las razones eran diversas, el gremio iba perdiendo miembros, unos porque habían elegido otro camino, otros porque murieron…Los que nos dejaron algunos eran conocidos míos, otros no, pero la partida de una miembra por la que empezaba a sentir cosas es la que me destrozó. Otra razón, razón que me había vuelto a dar esperanzas, se apagaba.
Siendo sinceros, desde hacía mucho rato no había salido a cubierta y no sabía ni siquiera el tiempo que hacía, asique salí a cubierta. Cuando salí mire al cielo y pude ver la luna la estrellas y como una suave brisa soplaba. Miré a mi alrededor y vi a Takeshi tumbado en la cabeza de un leviatan que adornaba el barco. Me acerqué a Takeshi y le hablé.
- Estoy hecho una mierda Takeshi, creo que el gremio está pasando una mala racha, varios de nuestros miembros nos han dejado, pero si te soy sincero, estoy así por la partida de iku, creo que empezaba a sentir cosas por ella.
Yo era cazador y por tanto, se supone, que yo debería ir para atrapar piratas, pero siendo sinceros odio los tópicos, sin embargo, siendo realistas debería hacer lo que mi jefe me ordenase.
Me encontraba vagando por el Ghost Traveler como un alma en pena, aunque no era extraño, ya que pena y tristeza era lo que albergaba mi corazón. Las razones eran diversas, el gremio iba perdiendo miembros, unos porque habían elegido otro camino, otros porque murieron…Los que nos dejaron algunos eran conocidos míos, otros no, pero la partida de una miembra por la que empezaba a sentir cosas es la que me destrozó. Otra razón, razón que me había vuelto a dar esperanzas, se apagaba.
Siendo sinceros, desde hacía mucho rato no había salido a cubierta y no sabía ni siquiera el tiempo que hacía, asique salí a cubierta. Cuando salí mire al cielo y pude ver la luna la estrellas y como una suave brisa soplaba. Miré a mi alrededor y vi a Takeshi tumbado en la cabeza de un leviatan que adornaba el barco. Me acerqué a Takeshi y le hablé.
- Estoy hecho una mierda Takeshi, creo que el gremio está pasando una mala racha, varios de nuestros miembros nos han dejado, pero si te soy sincero, estoy así por la partida de iku, creo que empezaba a sentir cosas por ella.
Arya Valieri
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Estaba afinando mi ukelele, que no terminaba de acertar del todo en las notas bajas, cuando levanté la vista y vi la isla a la que nos dirigíamos. Mi refugio sombrío en medio de la cubierta soleada se quedó pequeño, ante la expectativa de salir a estirar las piernas después de tantos días recluida en el barco.
-¡Ahoi bucaneros! —gritó el Capitán, causando que mis oídos pitaran y mis tímpanos se resintieran -Hoy atacaremos el Reino Sugar, que es la isla que tenemos allí a lo lejos. Pensad que no somos los únicos que atacaremos el lugar... habrán piratas, cazadores, marines, tal vez incluso hayan agentes a servicio del Gobierno Mundial. Así que preparad vuestras armas... entraremos a la isla de forma pacífica e iremos directos... bueno, vosotros seguidme.
¿El Reino Sugar? Apenas oído hablar de él, sabía que había una fábrica de dulces y mucho dinero dentro de los muros de aquella isla incomunicada, pero no me había planteado el lanzarme a conseguirlo. Iba a bajar a mi camarote, para coger lo imprescindible para recorrer terreno desconocido, cuando escuché otra vez al Capitán.
-¡Ah! Si veis a uno de estos dos y no estoy con vosotras hacedlos llegar a mí —dijo mientras nos enseñaba unos cárteles de Se busca. Me fijé en los rostros, pero eran totalmente desconocidos para mí, así que con toda probabilidad se trataba de asuntos personales del Capitán.
—Pero... ¿te los hacemos llegar enteros o por piezas? —preguntó Unity, sin duda era una duda razonable.
—Cierto ¿Pólvora o buenos modales, Capitán?
-¡Ahoi bucaneros! —gritó el Capitán, causando que mis oídos pitaran y mis tímpanos se resintieran -Hoy atacaremos el Reino Sugar, que es la isla que tenemos allí a lo lejos. Pensad que no somos los únicos que atacaremos el lugar... habrán piratas, cazadores, marines, tal vez incluso hayan agentes a servicio del Gobierno Mundial. Así que preparad vuestras armas... entraremos a la isla de forma pacífica e iremos directos... bueno, vosotros seguidme.
¿El Reino Sugar? Apenas oído hablar de él, sabía que había una fábrica de dulces y mucho dinero dentro de los muros de aquella isla incomunicada, pero no me había planteado el lanzarme a conseguirlo. Iba a bajar a mi camarote, para coger lo imprescindible para recorrer terreno desconocido, cuando escuché otra vez al Capitán.
-¡Ah! Si veis a uno de estos dos y no estoy con vosotras hacedlos llegar a mí —dijo mientras nos enseñaba unos cárteles de Se busca. Me fijé en los rostros, pero eran totalmente desconocidos para mí, así que con toda probabilidad se trataba de asuntos personales del Capitán.
—Pero... ¿te los hacemos llegar enteros o por piezas? —preguntó Unity, sin duda era una duda razonable.
—Cierto ¿Pólvora o buenos modales, Capitán?
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-Oye oye ¿Qué pintamos nosotros en una isla con una fábrica de dulces? ¿Y quiénes son estos?
-Pero... ¿te los hacemos llegar enteros o por piezas?
-Cierto ¿Pólvora o buenos modales, Capitán?
Me empezaron a a preguntar, todas de golpe... y no podía... pensar... tanto.
-Poco a poco... esas personas son buena gente como nosotros ¡Yaaahahahaha! Y los quiero vivos, tratarlos bien o vosotras sufriréis también consecuencias. Y sin más dilación vamos a anclar aquí mismo, nos acercaremos a la playa desde aquí.
-Oye Aspros... ven un momento. Te tengo que confiar una cosa.
Cuando se acercó le conté mi verdadero plan... mi objetivo real en la isla. Se lo susurré toooodo lo que pude, esperaría que él hiciera una cubierta de huesos para frenar un poco el sonido.
-Pero... ¿te los hacemos llegar enteros o por piezas?
-Cierto ¿Pólvora o buenos modales, Capitán?
Me empezaron a a preguntar, todas de golpe... y no podía... pensar... tanto.
-Poco a poco... esas personas son buena gente como nosotros ¡Yaaahahahaha! Y los quiero vivos, tratarlos bien o vosotras sufriréis también consecuencias. Y sin más dilación vamos a anclar aquí mismo, nos acercaremos a la playa desde aquí.
-Oye Aspros... ven un momento. Te tengo que confiar una cosa.
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Me encuentro sentado en la popa del barco de los Ghost Leviatans, gremio donde anteriormente estaba una chica que me caía muy bien y conocía a mi gran amigo Kirito. Estaba sentado con varias hojas de papel, lápices, compases y demás mientras pienso en nuevas cosas para hacer aprovechando mi habilidad a la hora de construir nuevos objetos.
Mi mente no hacía más que dar vueltas a posibles objetos de utilidad, y a donde estaría Kirito y que estaría haciendo pero no muy preocupado ya que él sabe cuidarse, me preocupa más la situación de la isla a la que nos dirigimos ya que será una aglomeración de randes criminales y agentes de la justicia, aunque yo no juzgaba ninguno de los bandos ya que para cada uno la justicia sería diferente. Mi único interés es cobrar la recompensa de algún criminal y así tener asegurado al menos un buen colchón económico para futuras compras.
Mi mente no hacía más que dar vueltas a posibles objetos de utilidad, y a donde estaría Kirito y que estaría haciendo pero no muy preocupado ya que él sabe cuidarse, me preocupa más la situación de la isla a la que nos dirigimos ya que será una aglomeración de randes criminales y agentes de la justicia, aunque yo no juzgaba ninguno de los bandos ya que para cada uno la justicia sería diferente. Mi único interés es cobrar la recompensa de algún criminal y así tener asegurado al menos un buen colchón económico para futuras compras.
Elizabeth Jane
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La única información que nos propició el capitán era que los tipos que debíamos llevar ante él eran amigos, por lo que el trato hacia ellos tenía que ser diferente que hacia los demás.
Tras aclararnos esta pequeña duda, se dirigió a Aspros para contarle algo que se suponía que los demás no debíamos escuchar. Al parecer no era importante que nos enterásemos de qué íbamos a hacer en aquella isla o quiénes eran los tipos del wanted. Muy bien.
-Tampoco es que nos importen tus estúpidos planes -le dije a Dromp mientras me dirigía hacia la proa del barco. Desde esa posición, pude ver una especie de isla no muy lejos de donde nos encontrábamos.
Aquel lugar parecía tener una isla donde atracar el barco, pero estaba amurallada, así que no se podía ver más allá de los límites. Coincidía con la descripción de la isla en la que se encontraba la fábrica de dulces Sugar Kiss. Al parecer, el capitán llevaba tiempo planeando llevarnos hasta allí para llevar a cabo su nuevo plan.
Me giré y me quedé mirando al capitán.
-Ah, y ahí está tu maldita isla -le dije señalando en la dirección en la que se encontraba.
-Espero al menos que nos cuentes el plan antes de desembarcar. A menos que prefieras hacerlo solo y nosotras solo nos tengamos que dedicarnos a buscar a estos tíos.
Tras aclararnos esta pequeña duda, se dirigió a Aspros para contarle algo que se suponía que los demás no debíamos escuchar. Al parecer no era importante que nos enterásemos de qué íbamos a hacer en aquella isla o quiénes eran los tipos del wanted. Muy bien.
-Tampoco es que nos importen tus estúpidos planes -le dije a Dromp mientras me dirigía hacia la proa del barco. Desde esa posición, pude ver una especie de isla no muy lejos de donde nos encontrábamos.
Aquel lugar parecía tener una isla donde atracar el barco, pero estaba amurallada, así que no se podía ver más allá de los límites. Coincidía con la descripción de la isla en la que se encontraba la fábrica de dulces Sugar Kiss. Al parecer, el capitán llevaba tiempo planeando llevarnos hasta allí para llevar a cabo su nuevo plan.
Me giré y me quedé mirando al capitán.
-Ah, y ahí está tu maldita isla -le dije señalando en la dirección en la que se encontraba.
-Espero al menos que nos cuentes el plan antes de desembarcar. A menos que prefieras hacerlo solo y nosotras solo nos tengamos que dedicarnos a buscar a estos tíos.
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Me encuentro sentado como siempre en lo alto del mástil, en una especie de red fabricada con mis propias cadenas. Mientras estoy sentado veo como la loca de la capitana da vueltas por la cubierta como pensando en algo, pero la verdad es que poco me importa lo que haga esa loca, lo que quiero es encontrar alguna pista del paradero de mi padre o, más fácil, liarla de forma que no le quede más remedio que venir.
De pronto la loca suelta un grito algo inesperado y diciendo algo obvio
Gentuza de la mala, nos vamos a liarla parda en este maldito lugar de mierda! ¡¡No os perdáis, y sobretodo, MATAD CUANTO PODÁIS
Tras esto simplemente bajo de un salto y digo
Que si que si, no hace falta que lo digas, lo único que me interesa de esta isla es llamar la atención de cierto marine así que no me digas que he de matar pues es algo obvio.
Mi mirada era indiferente y no mostraba ninguna clase de emoción, algo que me fue útil a lo largo de mi viaje para mantener ocultas mis intenciones y no desvelar nada sobre mi que no quisiera que supiesen. Ya que estaba abajo camino hacia el mascarón a mirar nuestro destino justo antes de que la loca bajara el ancla de una forma un tanto extraña. Aprovecho que el barco se paró cerca de la isla y bajo a la isla tras la capitana para seguirla, ya que por una vez me resultaría más productivo ir acompañado que solo.
De pronto la loca suelta un grito algo inesperado y diciendo algo obvio
Gentuza de la mala, nos vamos a liarla parda en este maldito lugar de mierda! ¡¡No os perdáis, y sobretodo, MATAD CUANTO PODÁIS
Tras esto simplemente bajo de un salto y digo
Que si que si, no hace falta que lo digas, lo único que me interesa de esta isla es llamar la atención de cierto marine así que no me digas que he de matar pues es algo obvio.
Mi mirada era indiferente y no mostraba ninguna clase de emoción, algo que me fue útil a lo largo de mi viaje para mantener ocultas mis intenciones y no desvelar nada sobre mi que no quisiera que supiesen. Ya que estaba abajo camino hacia el mascarón a mirar nuestro destino justo antes de que la loca bajara el ancla de una forma un tanto extraña. Aprovecho que el barco se paró cerca de la isla y bajo a la isla tras la capitana para seguirla, ya que por una vez me resultaría más productivo ir acompañado que solo.
Neliel
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Hacia ya un buen rato que estaba en mi camarote tumbada mirando hacia el techo con la mirada perdida, en verdad nos habíamos embarcado en una misión por orden de Takeshi hacia una isla la cual no sabia que íbamos ha hacer ni donde era pues la verdad no había escuchado mucho cuando nos explico que íbamos ha hacer ni que nos movía hacia allí. Tras estar pensando un buen rato cogí un libro aburrida y empece a leerlo, era uno algo sádico y de miedo pero bueno, era el estilo que a mi me gustaba.
Estuve leyendo durante casi una media hora escuchando de fondo la marea que golpeaba el Ghost Traveler y sintiendo el leve movimiento del mismo al surcar el mar. Finalmente cerré el libro y lo deje en su sitio, tras eso me levante de mi cama y camine hacia la puerta saliendo, una vez en los pasillos del barco camine hacia salir a la cubierta. Mire al rededor, observando la poca gente que había ahí entre la cual pude observar a Takeshi y a otro chico hablando con el mismo, la verdad en un principio no me acerque y estuve dando unas vueltas por la cubierta observando el paisaje y tras eso me acerque a ellos con una ligera sonrisa.
- Buenas Take-kun, Sinclair. ¿Como están? -Les salude con amabilidad mirando hacia Takeshi el cual conocía desde que eramos pequeños y tras eso mire a Sinclair.
Estuve leyendo durante casi una media hora escuchando de fondo la marea que golpeaba el Ghost Traveler y sintiendo el leve movimiento del mismo al surcar el mar. Finalmente cerré el libro y lo deje en su sitio, tras eso me levante de mi cama y camine hacia la puerta saliendo, una vez en los pasillos del barco camine hacia salir a la cubierta. Mire al rededor, observando la poca gente que había ahí entre la cual pude observar a Takeshi y a otro chico hablando con el mismo, la verdad en un principio no me acerque y estuve dando unas vueltas por la cubierta observando el paisaje y tras eso me acerque a ellos con una ligera sonrisa.
- Buenas Take-kun, Sinclair. ¿Como están? -Les salude con amabilidad mirando hacia Takeshi el cual conocía desde que eramos pequeños y tras eso mire a Sinclair.
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Desde que hace un par de días dos de nuestros más fuertes miembros partieron hacia la marina, pude notar como muchos de los miembros de la banda empezaron a sentirse apenados por tal consecuencia y el ambiente en el gremio ya no es el mismo a cuando yo llegue, por lo que estuve alejándome cada vez mas de los contactos con otros miembros ya que no me estaba sintiendo a gusto como debería ser. Al igual que a ellos una persona importante se ha ido también, siendo este mi propio hermano que desapareció desde aquel día cuando nos fuimos a una misión solitaria, en la cual nada más volver llegue con una nueva Akuma y intente ocultarlo, ya que no quería que nadie se preocupara por mí.
Ya hacia horas que habíamos cenado, aunque debido a la falta de mi hermano me decante en comer algo preparado por mi, ya que no tenia ganas de ver que otra persona sustituía su lugar y ademas todos ya estaban caminando por la zona, a lo cual nuevamente me negué a realizar como hacían ellos, dejando que mi cuerpo bastante apenado por las cosas que habían sucedido se quedase en un lado del barco, donde podía observar como nuestro querido capitán sigue en la proa mirando al horizonte, a lo cual seguro se debe a la marcha de una de las persona que mas conocía. A este tras unos momentos se le acerca el tipo angélico y una nueva miembro de la cual no se mucho, pero la conversación que estaban realizando ya me estaba empezando a joder, por lo que mirando hacia el cielo hable desde mi zona con un tono elevado para que me oyesen.
-Chicos. Dejad de pensar en Kaleth y Kyle. Tenéis que asumir que se han ido a la marina y que no volverán…….si nos quedamos pensando en ellos, podrían sentir que no creemos en su valentía. Al igual que mi hermano que ha desaparecido debo confiar en el y saber que algún día lo volveré a ver….
Una lagrima se me escapa de mi lado izquierdo, el cual para mi suerte ocultaba gracias a mi actual posición, dejándome mirando hacia el ancho mar tras exponer lo que tenía que decir, aunque supongo que no se lo tomaran a bien, pero era la cruda realidad y debían de asumirla.
Ya hacia horas que habíamos cenado, aunque debido a la falta de mi hermano me decante en comer algo preparado por mi, ya que no tenia ganas de ver que otra persona sustituía su lugar y ademas todos ya estaban caminando por la zona, a lo cual nuevamente me negué a realizar como hacían ellos, dejando que mi cuerpo bastante apenado por las cosas que habían sucedido se quedase en un lado del barco, donde podía observar como nuestro querido capitán sigue en la proa mirando al horizonte, a lo cual seguro se debe a la marcha de una de las persona que mas conocía. A este tras unos momentos se le acerca el tipo angélico y una nueva miembro de la cual no se mucho, pero la conversación que estaban realizando ya me estaba empezando a joder, por lo que mirando hacia el cielo hable desde mi zona con un tono elevado para que me oyesen.
-Chicos. Dejad de pensar en Kaleth y Kyle. Tenéis que asumir que se han ido a la marina y que no volverán…….si nos quedamos pensando en ellos, podrían sentir que no creemos en su valentía. Al igual que mi hermano que ha desaparecido debo confiar en el y saber que algún día lo volveré a ver….
Una lagrima se me escapa de mi lado izquierdo, el cual para mi suerte ocultaba gracias a mi actual posición, dejándome mirando hacia el ancho mar tras exponer lo que tenía que decir, aunque supongo que no se lo tomaran a bien, pero era la cruda realidad y debían de asumirla.
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