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Akuma no mi
Varios
Me encuentro en Ohara, una isla preciosa que contiene muchas cosas de interés. Para ser exactos, me había tomado la libertad de venir debido a mi profesión de Arqueólogo, ya que en este lugar están algunos de los más reputados del mundo. Necesitaba enriquecer más mi mente y mis conocimientos y no había lugar mejor que la biblioteca de Ohara. Después de un largo camino desde que desembarqué llegué a aquel lugar.
Una vez en la entrada de la biblioteca, el gran árbol central, entré entusiasmado. Para cualquier arqueólogo ir allí era un sueño y debía aprovechar como pudiera la ocasión.
Qué nervios...
Entré y observé aquel lugar. Había miles de estanterías con libros, gente leyéndolos y comentándolos. Había mapas del mundo, de todas partes. Algunos esqueletos en vidrieras de animales que no conocía. También observé vitrinas con armas muy antiguas y planos de lugares. Estaba en una especie de parque de atracciones mental en el que me sentía más a gusto que casi en ningún sitio.
¿Por dónde empezar?...
Me dirigí al mostrador de información donde me dispuse a preguntar por donde podría encontrar información sobre las espadas Wazamono, ya que tenía muchísima curiosidad. El hombre que atendía me dijo que actualmente la biblioteca no ayuda a extranjeros ya que había una investigación de la marina. Aquel comentario me alarmó, yo era un pirata con recompensa por su cabeza y había una investigación de la marina allí. Me quedé pensativo al lado del muestrario de información mirando hacia la puerta de salida. Realmente sopesaba la idea de volver a casa.
¿Qué hago ahora?...
Una vez en la entrada de la biblioteca, el gran árbol central, entré entusiasmado. Para cualquier arqueólogo ir allí era un sueño y debía aprovechar como pudiera la ocasión.
Qué nervios...
Entré y observé aquel lugar. Había miles de estanterías con libros, gente leyéndolos y comentándolos. Había mapas del mundo, de todas partes. Algunos esqueletos en vidrieras de animales que no conocía. También observé vitrinas con armas muy antiguas y planos de lugares. Estaba en una especie de parque de atracciones mental en el que me sentía más a gusto que casi en ningún sitio.
¿Por dónde empezar?...
Me dirigí al mostrador de información donde me dispuse a preguntar por donde podría encontrar información sobre las espadas Wazamono, ya que tenía muchísima curiosidad. El hombre que atendía me dijo que actualmente la biblioteca no ayuda a extranjeros ya que había una investigación de la marina. Aquel comentario me alarmó, yo era un pirata con recompensa por su cabeza y había una investigación de la marina allí. Me quedé pensativo al lado del muestrario de información mirando hacia la puerta de salida. Realmente sopesaba la idea de volver a casa.
¿Qué hago ahora?...
Invitado
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Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mucho tiempo navegando, el vaivén del barco al ritmo del mar, el viento entonando una melodía armoniosa en el aire que envuelve mi pequeña embarcación. Me encuentro sentado junto al único mástil que tiene este pequeño bote, alrededor de mí una cama improvisada con unos restos de paja obtenidos en mi anterior destino, unas hojas del mismo lugar y poco más. Mi cuerpo cubierto en su totalidad por un largo abrigo negro cuya capucha oculta mi rostro, las botas negras apoyadas en la barandilla del bote.
El bote avanza lento y tranquilo por las tranquilas aguas de este mar sin mucho problema debido al poco movimiento del mismo. Mis celestes ojos fijos en el cielo celeste, tranquilo y sereno como el mar. Ni una nube entorpece la belleza del cielo, nada impide la brillante luz del sol llegue a la superficie de la tierra y del mar, otorgando luz a un mundo oscuro.
Poco tiempo tardo en llegar a mi destino, la isla de Ohara, antiguo hogar de los sabios, lugar en el que los más afamados y reconocidos investigadores se reunían para compartir sus conocimientos y reunirse para descubrir nuevas cosas sobre el mundo en el que vivimos y su historia. Todo eso cambió cuando el gran incendio de la isla a manos de una Buster Call. Mi presencia en aquella isla es debida a una sospecha de reagrupamiento de los sabios del mundo en la biblioteca del conocimiento, un lugar sagrado para ellos y que muchos tienen como referencia en el conocimiento.
El bote avanza lento y tranquilo por las tranquilas aguas de este mar sin mucho problema debido al poco movimiento del mismo. Mis celestes ojos fijos en el cielo celeste, tranquilo y sereno como el mar. Ni una nube entorpece la belleza del cielo, nada impide la brillante luz del sol llegue a la superficie de la tierra y del mar, otorgando luz a un mundo oscuro.
Poco tiempo tardo en llegar a mi destino, la isla de Ohara, antiguo hogar de los sabios, lugar en el que los más afamados y reconocidos investigadores se reunían para compartir sus conocimientos y reunirse para descubrir nuevas cosas sobre el mundo en el que vivimos y su historia. Todo eso cambió cuando el gran incendio de la isla a manos de una Buster Call. Mi presencia en aquella isla es debida a una sospecha de reagrupamiento de los sabios del mundo en la biblioteca del conocimiento, un lugar sagrado para ellos y que muchos tienen como referencia en el conocimiento.
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