Saiiko Naoto
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Akuma no mi
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Una isla había avistado el horizonte la noche pasada y desde entonces, sólo pensaba en echar el ancla. La misma había causado unos cuantos daños, tales como velas rasguñadas, algunos agujeros en el casco o la tarima despegada, pero estaba segura de que serían cosas con solución. No tenía del todo claro cuál era el paradero, pues no se me daba bien la navegación ni todo ese royo de mapas o brújulas; mas prefería ir a donde me llevara la marea.
El día se mostraba cálido y caluroso. El sol mantenía iluminado todo el interior del barco, sin necesidad de pequeños faroles, al igual que el cielo, el cual estaba de un intenso azul claro, adornado con dispersas nubes blancas. Sin embargo, nunca podías fiarte del tiempo en esos lares, ya que podía pasar del mejor día del año a una violenta tormenta en cuestión de minutos.
Entré en el camarote para cambiarme; me puse un conjunto blanco, el cual contaba con una blusa, una falda, unas medias largas, unos botines y por su puesto y no podía faltar, mis guantes, que recorrían el brazo desde el codo hasta la muñeca, adornado con cuerdas negras que formaban cruces en el antebrazo. Me recogí el pelo en dos coletas altas, coloqué en el cinturón negro los dos cuchillos y el aro de hierro afilado y salí a cubierta, echando el ancla en la orilla.
La isla era grande, poseía poca parte cubierta de arena, ya que todo lo que alcanzaban a ver mis ojos estaba cubierto de naturaleza. Grandes montañas se ocultaban detrás de un montón de árboles, los cuales se rozaban por la brisa, produciendo sonidos tranquilos. Avancé unos cuantos pasos sobre la arena y entorné los ojos para poder ver mejor el interior del bosque, y lo único que me llamó la atención fue un pañuelo azul que ataba un árbol. Me acerqué a él y lo agarré; había bordado en tela negra una flecha que dirigía al siguiente árbol, el cual también poseía otro trapo azul. ¿Y esto...? Seguí el rastro azul hasta que, sin darme cuenta, me encontraba en una zona clara, sin una sola planta. Los árboles hacían como de paredes, formando una habitación completamente redonda.
-¡Eh! ¿¡Qué demonios está...!? -Antes de poder terminar la frase, un trozo redondo de tierra sobre el que estaba parada se elevó del suelo, dejándome a tres metros de él. Por su puesto, salir de allí no habría sido tan fácil como saltar; unos barrotes azules se levantaron cubriéndome de arriba a abajo. Con mucha rabia y desconcertada, pateé las rejas, las cuales, en un segundo, me dejaron absolutamente rendida y mareada.
-¡¡Idiotas!! ¡Sacadme de aquí! -Grité, refiriéndome a nadie y, la única y más inútil respuesta fue el ruido de los pájaros jugando, uno detrás de otro sobre el cielo, por encima de los árboles. Me limité entonces a esperar que apareciera el responsable sentada sobre la tierra, el cual no tardaría en llegar, o eso esperaba.
- DATOS:
Bueno, hasta aquí a vuestros PJ's les pasa exactamente lo mismo; encuentran un rastro de pañuelos y llegáis hasta la misma zona que yo, en la cual os enjaulan tres metros por encima del suelo. Las jaulas son de Kairouseki.
Con esa base, narrad lo que os de la gana xD
RECUERDO: ¡Todos nos encontramos en el mismo lugar!
- PARTICIPANTES:
*Saiiko
*Hayato
*Rayder
*Sinclair
*Takeshi
*Allen
*Neliel
*Kinji
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Akuma no mi
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Me encuentro navegando a bordo de un mísero bote que apenas se mantiene entero sin un rumbo fijo y dejándome llevar por la marea ya que mis habilidades de navegación son nulas. Viato un traje negro, camisa roja y corbata azul con dibujos de rombos. En mi espalda llevo colgando mi AK-47 y mi Barret M82 y bajo la chaqueta llevo mis cinco pistolas como de costumbre.
Normalmente no suelo ir tan armado pero cuando me dedico a viajar sin rumbo alguno siempre llevo armamento más que suficiente para cualquier inconveniente. Tras varias horas de aburrido viaje llegué a una extraña isla que jamás había pisado por lo que dirijo el bote a la costa de dicha isla y lo arrastro hasta el comienzo de un bosque para que la marea no se lo lleve. Intrigado por el bosque miro atentamente a los árboles que lo componen hasta que veo algo extraño en uno de ellos por lo que me acerco a ver de qué se trata. Al hacerlo veo que es un pañuelo rojo con una flecha que señala a un árbol que tenía otro pañuelo que a su vez tenía otra flecha que señalaba a otro árbol distinto con otro pañuelo.
Sigo el camino indicado por los pañuelos con mi AK-47 en mano para poder defenderme de cualquier amenaza posible hasta que salgo del bosque a un claro que parecía una celda natural ya que los árboles lo rodeaban formando una especie de muro. Al poco tiempo de pisar el claro noto una extraña fuerza empujar mi cuerpo hacia arriba y antes de darme cuenta me encuentro enjaulado a unos 3 metros de altura.
Cruel ironía de la vida, me comí una akuma que me hace libre de volar cual pájaro y ahora soy pájaro enjaulado.
Pensé mientras me dedicaba a limpiar mi fusil de asalto para tenerlo listo para cuando viese a los causantes de esto poder llenarles el cuerpo de plomo al salir de la jaula.
Normalmente no suelo ir tan armado pero cuando me dedico a viajar sin rumbo alguno siempre llevo armamento más que suficiente para cualquier inconveniente. Tras varias horas de aburrido viaje llegué a una extraña isla que jamás había pisado por lo que dirijo el bote a la costa de dicha isla y lo arrastro hasta el comienzo de un bosque para que la marea no se lo lleve. Intrigado por el bosque miro atentamente a los árboles que lo componen hasta que veo algo extraño en uno de ellos por lo que me acerco a ver de qué se trata. Al hacerlo veo que es un pañuelo rojo con una flecha que señala a un árbol que tenía otro pañuelo que a su vez tenía otra flecha que señalaba a otro árbol distinto con otro pañuelo.
Sigo el camino indicado por los pañuelos con mi AK-47 en mano para poder defenderme de cualquier amenaza posible hasta que salgo del bosque a un claro que parecía una celda natural ya que los árboles lo rodeaban formando una especie de muro. Al poco tiempo de pisar el claro noto una extraña fuerza empujar mi cuerpo hacia arriba y antes de darme cuenta me encuentro enjaulado a unos 3 metros de altura.
Cruel ironía de la vida, me comí una akuma que me hace libre de volar cual pájaro y ahora soy pájaro enjaulado.
Pensé mientras me dedicaba a limpiar mi fusil de asalto para tenerlo listo para cuando viese a los causantes de esto poder llenarles el cuerpo de plomo al salir de la jaula.
Neliel
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Akuma no mi
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La noche anterior había habido uno tormenta, y yo esa noche iba en un pequeño barco, la verdad es que no tenia muchos dotes en la mar, pero solía saber hacia donde ir, pero esa tormenta me había echo perder el rumbo la cual cosa me jodió bastante pues no sabia ya ni donde estaba.
Tras amanecer y varias horas de navegar en busca de una isla finalmente divise una a lo lejos, parecía desavitada, pero era mejor que navegar sin rumbo, por lo cual puse rumbo hacia ella y me metí en el camarote para cambiarme a una ropa mas limpia y mejor adaptad para inspeccionar puesto que la tormenta me había dejado la que llevaba empapada.
La verdad es que cuando entre y vi la ropa que llevaba limpia me estañe de lo que me quedaba, pero luego pensé y vi que el agua se había canalizado y había mojado algunas cosas, por lo cual me puse lo que quedo seco, aun que podía afirmar que no era nada adecuado para inspeccionar, aun así me puse las botas militares y cogí mis 3 katanas.
Una vez equipada y lista volví al timón y eche el ancla lo mas cerca de la costa que pude. Luego baje y llegue a la orilla sin problemas, una vez ahí observe el sitio, parecía lleno de arboles, cuando de golpe vi que en uno había algo verde a la cual cosa me acerque a ver y vi que era un pañuelo con una flecha que indicaba a otro árbol el cual tenia otro pañuelo el cual tenia otra flecha que indicaba otro árbol con otro pañuelo y así sucesivamente. Me quede unos segundos pensando que hacer y finalmente decidí seguir el rastro de pañuelos hasta que llegue a un descubierto rodeado de arboles los cuales parecían hacer un muro.
Al llegar ahí fui a girar sobre mi para ver el sitio, pero cuando me di cuenta una jaula me había aprisionado y subido a 3 metros de altura- ¿Pero que coño? -Dije enseguida que me di cuenta. Tras eso intente darle patadas a los barrotes pero de nada sirvió cuando de golpe escuche el ruido de otra jaula aprisionando algo y unos minutos después otra a la cual cosa busque las otras jaulas por si eran personas y quizá entre todos encontrábamos una manera de bajar.
Tras amanecer y varias horas de navegar en busca de una isla finalmente divise una a lo lejos, parecía desavitada, pero era mejor que navegar sin rumbo, por lo cual puse rumbo hacia ella y me metí en el camarote para cambiarme a una ropa mas limpia y mejor adaptad para inspeccionar puesto que la tormenta me había dejado la que llevaba empapada.
La verdad es que cuando entre y vi la ropa que llevaba limpia me estañe de lo que me quedaba, pero luego pensé y vi que el agua se había canalizado y había mojado algunas cosas, por lo cual me puse lo que quedo seco, aun que podía afirmar que no era nada adecuado para inspeccionar, aun así me puse las botas militares y cogí mis 3 katanas.
Una vez equipada y lista volví al timón y eche el ancla lo mas cerca de la costa que pude. Luego baje y llegue a la orilla sin problemas, una vez ahí observe el sitio, parecía lleno de arboles, cuando de golpe vi que en uno había algo verde a la cual cosa me acerque a ver y vi que era un pañuelo con una flecha que indicaba a otro árbol el cual tenia otro pañuelo el cual tenia otra flecha que indicaba otro árbol con otro pañuelo y así sucesivamente. Me quede unos segundos pensando que hacer y finalmente decidí seguir el rastro de pañuelos hasta que llegue a un descubierto rodeado de arboles los cuales parecían hacer un muro.
Al llegar ahí fui a girar sobre mi para ver el sitio, pero cuando me di cuenta una jaula me había aprisionado y subido a 3 metros de altura- ¿Pero que coño? -Dije enseguida que me di cuenta. Tras eso intente darle patadas a los barrotes pero de nada sirvió cuando de golpe escuche el ruido de otra jaula aprisionando algo y unos minutos después otra a la cual cosa busque las otras jaulas por si eran personas y quizá entre todos encontrábamos una manera de bajar.
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~ Vaya desastre...
Por fin amanecía en aquel lugar. La tormenta de anoche había hecho que mi pequeño barco biplaza encallara en la playa de una isla del North blue. Apenas pude resistir, aún con mi experiencia en aquel barco, la enorme tormenta que me arrastró hasta allí y destrozó mi barco casi por completo, quedándome inconsciente en la arena de la playa. Había despertado hace poco, aún de noche y había revisado los suministros: todo perdido. El agua, la comida, los caramelos para dejar de fumar...Y allí estaba yo, observando el amanecer en una isla desconocida y aparentemente deshabitada, dejado de la mano de Dios, sentado sobre los restos de mi embarcación.
~ No estaría mal un ciga... - dije llevándome la mano al bolsillo donde guardaba el paquete de las situaciones desesperadas – ...rro... - suspiré al ver que el paquete estaba completamente empapado y no podría ser usado.
Decidí levantarme e investigar. Desde luego allí sentado no iba a conseguir salir de aquella isla y continuar mi rumbo. Intentaría encontrar alguna embarcación abandonada o, in extremis, construír una sencilla para llegar a la isla más cercana y adquirir otra nueva. Me levanté y anudé bien a Yamaoroshi al lado derecho de mi cinturón, y después a Shimei Kaeru al lado izquierdo. Ajusté mi armadura y apreté mis botas negras. Miré a la línea de los árboles que conformaban el bosque justo tras la playa. No hubiera decidido meterme en el bosque de no ser porque vi algo extraño. Mi habilidad como guardabosques me hacía conocer bien los tipos de follaje de los árboles y desde luego un color púrpura resaltaba mucho allí. Me acerqué a dicho árbol hasta que vi que se trataba de un pañuelo. Lo quité del árbol de un tirón y lo examiné. Era de lo más normal.
¿Y esto?...
Eché un ojo al interior del bosque desde fuera. Pude ver algo más adelante otro pañuelo y decidí acercarme. Si alguien había dejado eso allí es que el lugar no está deshabitado y por lo tanto podrían ayudarme. Sin embargo en cuanto cogí el segundo pañuelo, a unos 30 metros de la playa, una jaula emergió del suelo a toda velocidad atrapándome allí. Apenas tuve tiempo para reaccionar. No parecía haber nadie allí pero había accionado la trampa. Suspiré profundamente, este tipo de cosas no me agradan.
~ Venga va...no tiene gracia... - dije con desánimo.
Palpé los barrotes. Era una aleación pero, tenía la sensación de que era más una piedra que acero o metal simple...
¿Kairoseki eh?...
Sabía que el Kairoseki era difícil de cortar pero no sé si tengo la habilidad suficiente para cortarlo, además quizás pudiera escapar sin necesidad de usar mis espadas. Por lo pronto, miré a mi alrededor, esperando a ver si alguien había accionado esa trampa para capturarme o si era una que yo mismo activé quitando el pañuelo.
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