Kagemaru Korosuki
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Participantes: Cánabar Sykes y Francis Felicius
Limite de tiempo: Sin límite de tiempo por ser un reto contra un NPC.
Escenario: Villa Shimotsuki
Clima: Lluvias moderadas y uno que otro rayo cada 4 turnos [2 de ambos PJ]
Orden de posteo: Cánabar-Francis-Cánabar....
Condiciones::
-Premio para el ganador: 1500 puntos de Experiencias.
-Si Cánabar gana obtendrá 1200 berries del marine.
-Si Cánabar pierde ira a una cárcel de la zona y para salir tendrá que realizar un diario de poca nota [4-5]
-El combate sera a K.O y los daños serán permanentes.
-El reto sera en pasado por lo que no se puede emplear ayuda de usuarios o objetos conseguidos recientemente [Hablen con moderador para mas información].
-En caso de ganar Cánabar obtendra por la actual norma de recompensa un precio por su cabeza de 2 millones en caso de derrotarlo.
-Se ruega leer las normas de combate ya que de aquí se sacara la moderación final. El retador puede solicitar una segunda moderación en caso de difusa.
-Todo conseguido después de la creación del reto no se puede usar. Por ende el personaje anda "en el reto", siendo así todo problema en este reto se vera repercutido para el personaje en su actualidad.
-Se pide unos post que se entiendan y sin transversiones, es decir que todo lo leído se entienda.
Cánabar
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- Datos:
- Sé que no es necesario, pero no está de más xD
Nivel: 27
Experiencia: 9390
Berries: 1800
Recompensa: 0
Técnicas: Alma de Dragón y Armageddon
Había tardado días en llegar a esta isla, aunque fue algo fortuito. Estaba huyendo de mis perseguidores cuando me topé con esta isla. Por fortuna pude esconderme y sorprenderlos cuando desembarcaron. Eran pocos y me libre de ellos, por lo que ahora estaba en la isla sin ningún peligro. La gente que la habitaba me miraba con temor, pero no rehusaron en decirme que había un maestro experto en la espada. Quizás pro mi arma habían deducido que venía a entrenarme, por lo que les seguí la corriente y accedí a someterme a un “entrenamiento”. Anduve durante unos minutos por un pedregoso camino para llegar al dojo.
Mi caminata había finalizado. Me encontraba frente a un edificio de aspecto muy antiguo construido en madera. El moho cubría la parte inferior de la construcción y el lugar olía a humedad a pesar del clima. Era medio día y el Sol brillaba con fuerza acariciando con calidez mi piel curtida por las cicatrices que me adornaban. A pesar de ello el aire estaba fresco y era agradable, aunque la humedad era inexistente y solo se concentraba en las plantas del edificio. Según me habían informado en el pueblo, aquí era donde vivía el viejo maestro. No creía que pudiera enseñarme, pero no perdía nada por intentarlo. Así que me convencí de que sería una buena idea.
Llamé a la puerta varias veces, pero nadie respondía. Quizás me había equivocado de lugar, aunque no lo creía. No había muchos más dojos en las cercanías. Ni si quiera había casas, todas estaban en el pueblo. Aunque el maestro no debía ganar mucho dinero o su hogar no le importaba nada, porque todo lo que veía necesitaba mucho cuidado. En el patio había varios árboles deshojados que parecían muertos y secos y el césped había crecido demasiado en algunas partes del jardín. Estaba decidido a irme cuando escuché sonidos dentro. Volví a llamar a la puerta sin obtener respuesta. O se estaba riendo de mí o estaba sordo. Mientras esperaba el cielo se llenó de nubes y comenzó a llover.
-A mí nadie me toma el pelo… ¡Soy un cliente, abra la puerta!- Grité mientras golpeaba la puerta con mis nudillos.
Kagemaru Korosuki
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Actualmente mi posición se centraba en los alrededores de la villa de Shimotsuki en donde se me acaba de asignar para que patrulle por sus alrededores y sobre todo por la zona del puerto por posible llegada de piratas por la previsión del tiempo que según pude enterarme iban a haber unas lluvias y posibles rayos. Yo sin mucho pego comienzo a adentrarme en las numerosas calles de la villa y contemplar las numerosas casas de toques antiguos con su base echa de madera y materiales recogidos de la misma madre tierra. Lo que siempre me ha atraído de esta isla es su tranquilidad que se puede apreciar tanto por los pocos crímenes que se realizan en esta isla, como su paz y buen ambiente por los maestros que entrenan a sus aprendices durante largas época.
El tiempo continuo con su gran resplandor mientras me adentraba en la plaza central de la villa para acto seguido sentir un frescor inexplicable en una de mis mejillas. Una leve gota de algo comenzó a recorrer mi rostro a lo que realizo dos actos al unisonó. Primero seco dicha gota con mi manga de la chaqueta de marine. Segundo miro hacia el cielo para ver como unas nubes un tanto oscuras comienzan a apoderarse del vasto sol que hace unos segundos nos iluminaba.
Esto no me trae muy buena sensaciones por lo que comienzo a correr a una velocidad moderada hacia la primera casa de la zona con un tejado presente para evitar posible lluvia inminente. Como era de esperarme no había muchas casas con su tejado clásico, lo que me hace avanzar un par de metros hasta una que si portaba dicho elemento, consiguiendo frenar en mi avanzadilla por la zona.
Un rostro se me hizo presente al mismo tiempo que unas leves gotas de agua comenzaban a mojar el suelo de la isla. Parece ser un hombre de esos que vienen de las profundidades del agua y por su enorme espada parece que está entrenado en el manejo de la espada. Mire por unos segundos su actitud a ver si es peligroso o no, a lo que acto seguido me muestra una severa reacción a la puerta que ahí presente frente a su posición. Parece ser que no se encuentra nadie en su contenido y este se revela al no recibir respuesta.
Acto seguido saco un par de folletos de posibles piratas en estos mares para ver si su aspecto se me hacia semejante pero para mi mala suerte ninguno figuraba como este, lo que me hace sospechar que se trata únicamente de un civil furioso por un motivo de poca categoría. Siendo así permanezco medio escondido en aquella casa mirando de reojo por la pared sobresaliente de la casa para no perderlo de vista, ya que en caso de ver peligro alguno llamaría a mis compañeros que andan por la zona…Aunque conociéndome seguramente este alarmándome demasiado para poca cosa.
El tiempo continuo con su gran resplandor mientras me adentraba en la plaza central de la villa para acto seguido sentir un frescor inexplicable en una de mis mejillas. Una leve gota de algo comenzó a recorrer mi rostro a lo que realizo dos actos al unisonó. Primero seco dicha gota con mi manga de la chaqueta de marine. Segundo miro hacia el cielo para ver como unas nubes un tanto oscuras comienzan a apoderarse del vasto sol que hace unos segundos nos iluminaba.
Esto no me trae muy buena sensaciones por lo que comienzo a correr a una velocidad moderada hacia la primera casa de la zona con un tejado presente para evitar posible lluvia inminente. Como era de esperarme no había muchas casas con su tejado clásico, lo que me hace avanzar un par de metros hasta una que si portaba dicho elemento, consiguiendo frenar en mi avanzadilla por la zona.
Un rostro se me hizo presente al mismo tiempo que unas leves gotas de agua comenzaban a mojar el suelo de la isla. Parece ser un hombre de esos que vienen de las profundidades del agua y por su enorme espada parece que está entrenado en el manejo de la espada. Mire por unos segundos su actitud a ver si es peligroso o no, a lo que acto seguido me muestra una severa reacción a la puerta que ahí presente frente a su posición. Parece ser que no se encuentra nadie en su contenido y este se revela al no recibir respuesta.
Acto seguido saco un par de folletos de posibles piratas en estos mares para ver si su aspecto se me hacia semejante pero para mi mala suerte ninguno figuraba como este, lo que me hace sospechar que se trata únicamente de un civil furioso por un motivo de poca categoría. Siendo así permanezco medio escondido en aquella casa mirando de reojo por la pared sobresaliente de la casa para no perderlo de vista, ya que en caso de ver peligro alguno llamaría a mis compañeros que andan por la zona…Aunque conociéndome seguramente este alarmándome demasiado para poca cosa.
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Akuma no mi
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Seguía sin obtener respuesta y eso comenzaba a enfurecerme de mala manera. ¿Qué clase de dojo era este en el que no se abría la puerta a un posible cliente? Jamás había oído algo así. Ahora entendía el porqué de lo ruinoso que estaba el lugar. Volví a golpear la puerta sin que nadie abriera. Pensé en golpearla hasta abrirla, aunque ese pensamiento fue rechazado casi al instante. A la gente no solía gustarle que los extraños entraran en su propiedad por la fuerza y mucho menos cuando estaban armados con una enorme espada como la mía. Esto era una estupidez, no sabía ni por qué seguía esperando a que alguien me recibiera.
Desistí y decidí marcharme, pero volví a escuchar ruidos. Esto ya estaba pasándose de la raya. No podían seguir ignorándome cuando había alguien en el interior. Me giré de nuevo y golpeé la puerta con más fuerza haciendo crujir la madera. Se escuchaba el ruido de muebles cayendo al suelo. ¿Trataban de esconderse los que estuvieran dentro? ¿O es que estaban haciendo reformas? Lo único lógico que me venía a la cabeza es que le “maestro” fuera sordo y no me escuchara. Pero entonces… ¿cómo recibía a las visitas? Entonces escuché un grito que atravesó las finas paredes. Era muy débil, casi imperceptible, pero lo escuché. Estaba claro, ahí pasaba algo.
Di una patada al a puerta y esta cedió sin dificultad estampándose en el suelo. Frente a mí había un hombre mayor, ese debía ser el maestro. A pesar de ello ya no podría enseñarme nada. Su cuello lucía una engalanada daga que había atravesado la nuez limpiamente. Su cuerpo estaba apoyado, medio sentado, en la ensangrentada pared mientras que su rostro se desencajaba en una mueca perpetua de dolor. Entonces escuché a alguien más y me giré espada en mano. Un hombre con kimono de entrenamiento se abalanzaba sobre mí. El vestuario era muy similar al del maestro, lo que daba a entender que sería un alumno. Un alumno que mató a su maestro…
Di un giro rápido desenvainando mi espada con la intención de cortar en dos al atacante, pero me esquivó sin dificultad. Tenía un problema, porque no había mucho espacio para luchar. Por desgracia para mi rival su arma estaba en el cuello del hombre muerto, así que él lo tenía peor. Clavé mi espada en el suelo y me lancé contra él. Se confió e hizo lo mismo, pero no contaba con mi fuerza. Me encajó varios golpes dolorosos, aunque no pudo hacer nada cuando cogí su cabeza con una mano y sus hombros con la otra. Se escuchó un “crac” y su delicado cuello se rompió. Ahora estaba en una casa con dos cadáveres y uno asesinado por mí. No era lo mejor…
Desistí y decidí marcharme, pero volví a escuchar ruidos. Esto ya estaba pasándose de la raya. No podían seguir ignorándome cuando había alguien en el interior. Me giré de nuevo y golpeé la puerta con más fuerza haciendo crujir la madera. Se escuchaba el ruido de muebles cayendo al suelo. ¿Trataban de esconderse los que estuvieran dentro? ¿O es que estaban haciendo reformas? Lo único lógico que me venía a la cabeza es que le “maestro” fuera sordo y no me escuchara. Pero entonces… ¿cómo recibía a las visitas? Entonces escuché un grito que atravesó las finas paredes. Era muy débil, casi imperceptible, pero lo escuché. Estaba claro, ahí pasaba algo.
Di una patada al a puerta y esta cedió sin dificultad estampándose en el suelo. Frente a mí había un hombre mayor, ese debía ser el maestro. A pesar de ello ya no podría enseñarme nada. Su cuello lucía una engalanada daga que había atravesado la nuez limpiamente. Su cuerpo estaba apoyado, medio sentado, en la ensangrentada pared mientras que su rostro se desencajaba en una mueca perpetua de dolor. Entonces escuché a alguien más y me giré espada en mano. Un hombre con kimono de entrenamiento se abalanzaba sobre mí. El vestuario era muy similar al del maestro, lo que daba a entender que sería un alumno. Un alumno que mató a su maestro…
Di un giro rápido desenvainando mi espada con la intención de cortar en dos al atacante, pero me esquivó sin dificultad. Tenía un problema, porque no había mucho espacio para luchar. Por desgracia para mi rival su arma estaba en el cuello del hombre muerto, así que él lo tenía peor. Clavé mi espada en el suelo y me lancé contra él. Se confió e hizo lo mismo, pero no contaba con mi fuerza. Me encajó varios golpes dolorosos, aunque no pudo hacer nada cuando cogí su cabeza con una mano y sus hombros con la otra. Se escuchó un “crac” y su delicado cuello se rompió. Ahora estaba en una casa con dos cadáveres y uno asesinado por mí. No era lo mejor…
Iku Hanna
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Seguía observando por mi ventana a aquel extraño tipo, su conducta se volvía más extraña por momentos y cuando se proponía irse de aquel lugar y dejar en paz al maestro, vi como volvía y echó la puerta abajo. Pensé que se había vuelto loco, por lo que sobresaltado y bastante alarmado quise avisar a mis compañeros, pero para mi desgracia, nadie me contestó, pero no me rendí y decidí intentarlo un par de veces más, pero aquello resultaba en vano ya que nadie me hacía caso alguno.
Cogí mis espadas y me dirigí a aquel lugar, era mi deber poner orden, y la verdad es que no me hacía gracia ninguna porque aquel tipo podría ser realmente peligroso. Tardé menos de un minuto en llegar y al ver aquello me quede perplejo, mis ojos no daban crédito a lo que veía y es que aquel hombre mató al maestro y a uno de sus alumnos, el mejor de ellos diría yo. Los dos cuerpos yacían totalmente inertes en el suelo y aquel joven tenía la espada llena de sangre. ¿Casualidad? No lo creo La ira creció dentro de mi ser, tenía mucho aprecio al maestro ya que siempre acudía a él en busca de consejo y lo conocía desde mi infancia. Desde luego que el joven de pelo puntiagudo me las iba a pagar. Cerré mis puños y los apreté con fuerza mirando al individuo con deprecio, ira y odio. Tú, miserable, vas a pagar todo el daño causado ¿quién te crees que eres para aparecer aquí de la nada y matar a dos personas inocentes? dije gritando mirándole a los ojos, sacando mis katanas y poniéndome en guardia. El maestro no se merecía un final así, era una de las personas más apreciadas del lugar. Proseguí diciendo más enfadado todavía y dicho esto, me abalancé sobre él sacando las tres espadas de sus respectivas fundas y con movimientos ágiles y veloces intenté herirlo de algún modo (AMB)
Cogí mis espadas y me dirigí a aquel lugar, era mi deber poner orden, y la verdad es que no me hacía gracia ninguna porque aquel tipo podría ser realmente peligroso. Tardé menos de un minuto en llegar y al ver aquello me quede perplejo, mis ojos no daban crédito a lo que veía y es que aquel hombre mató al maestro y a uno de sus alumnos, el mejor de ellos diría yo. Los dos cuerpos yacían totalmente inertes en el suelo y aquel joven tenía la espada llena de sangre. ¿Casualidad? No lo creo La ira creció dentro de mi ser, tenía mucho aprecio al maestro ya que siempre acudía a él en busca de consejo y lo conocía desde mi infancia. Desde luego que el joven de pelo puntiagudo me las iba a pagar. Cerré mis puños y los apreté con fuerza mirando al individuo con deprecio, ira y odio. Tú, miserable, vas a pagar todo el daño causado ¿quién te crees que eres para aparecer aquí de la nada y matar a dos personas inocentes? dije gritando mirándole a los ojos, sacando mis katanas y poniéndome en guardia. El maestro no se merecía un final así, era una de las personas más apreciadas del lugar. Proseguí diciendo más enfadado todavía y dicho esto, me abalancé sobre él sacando las tres espadas de sus respectivas fundas y con movimientos ágiles y veloces intenté herirlo de algún modo (AMB)
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Tal y como había pensado, pero antes de lo que imaginaba, me veía envuelto en problemas. Un marine apareció frente a mí culpándome de los asesinatos. Uno de ellos sí que era hecho por mi mano, pero el otro no. Era inocente, en parte, de las acusaciones. Pero... ¿por qué me iba a creer? Era un marine en la escena de un crimen y yo un desconocido armado y empapado de sangre. Ni si quiera yo mismo podría defenderme muy bien. Solo había una salida, luchar. Pero no me interesaba matar a un marine. Lo último que querría es que me siguieran más personas. Además podría haber más marines cerca. Esto se complicaba.
-No va a servir de nada que te diga la verdad, pero bueno... Soy inocente. A medias. Maté al alumno, es cierto, pero porque él mató al maestro. Aunque supongo que no me creerás, incluso a mí me cuesta creerlo- Le dije apesadumbrado.
No me equivocaba, mis palabras no habían funcionado. El marine estaba lleno de furia y yo era su objetivo. A sus ojos solo era un asesino, y no lo culpaba. Pero no podía cargar con otra muerte más. Y menos si era un marine. Esperé a que atacara. Usaba un estilo de tres espadas y estaba a una distancia larga. Podría verlo antes de que llegara a mí. Cargó, iracundo, contra mí sin pensar su ataque. Fue demasiado lanzado y me dio la posibilidad de defenderme. Aunque sus movimientos eran demasiado rápidos. Puse mi espada frente a mí para detener el ataque, aunque el marine no cedió y recibí varios cortes por todo el torso.
Por suerte la mayoría eran cortes leves ya que la hoja de mi arma era muy gruesa y no permitía mucho movimiento. Además la puerta imposibilitaba el movimiento e iba a aprovechar eso. Cualquier ventaja iba a ser buena contra un marine que desconocía. Levanté la espada con fuerza con la intención de golpear a mi rival. No era un ataque potente, pero me permitiría prepararme para encadenar el siguiente. Si el golpe era bueno subiría desde sus pies y lo golpearía en la barbilla. Un movimiento mal hecho podría hacer que se clavara la punta de la espada o que el filo cortara a mi enemigo. No quería matarlo, así que esperaba hacerlo bien.
AI: Golpe ascendente.
-No va a servir de nada que te diga la verdad, pero bueno... Soy inocente. A medias. Maté al alumno, es cierto, pero porque él mató al maestro. Aunque supongo que no me creerás, incluso a mí me cuesta creerlo- Le dije apesadumbrado.
No me equivocaba, mis palabras no habían funcionado. El marine estaba lleno de furia y yo era su objetivo. A sus ojos solo era un asesino, y no lo culpaba. Pero no podía cargar con otra muerte más. Y menos si era un marine. Esperé a que atacara. Usaba un estilo de tres espadas y estaba a una distancia larga. Podría verlo antes de que llegara a mí. Cargó, iracundo, contra mí sin pensar su ataque. Fue demasiado lanzado y me dio la posibilidad de defenderme. Aunque sus movimientos eran demasiado rápidos. Puse mi espada frente a mí para detener el ataque, aunque el marine no cedió y recibí varios cortes por todo el torso.
Por suerte la mayoría eran cortes leves ya que la hoja de mi arma era muy gruesa y no permitía mucho movimiento. Además la puerta imposibilitaba el movimiento e iba a aprovechar eso. Cualquier ventaja iba a ser buena contra un marine que desconocía. Levanté la espada con fuerza con la intención de golpear a mi rival. No era un ataque potente, pero me permitiría prepararme para encadenar el siguiente. Si el golpe era bueno subiría desde sus pies y lo golpearía en la barbilla. Un movimiento mal hecho podría hacer que se clavara la punta de la espada o que el filo cortara a mi enemigo. No quería matarlo, así que esperaba hacerlo bien.
AI: Golpe ascendente.
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Aquel desgraciado se intentó justificar pero no creí ni una palabra que salía de su boca. Al abalanzarme sobre él, pude ver cómo le hacía varios cortes leves en el torso, pero aquella molesta espada suya era demasiado grande, y, a pesar de mi rapidez y agilidad, no pude hacer nada. Se dispuso a hacer un ataque un tanto extraño, nunca vi a nadie hacer algo así. Me aparté como buenamente pude de aquel golpe, pero para mi desgracia me hizo una herida medianamente profunda en el hombre izquierdo. No pretenderás que crea las mentiras de una escoria como tu ¿verdad?. Dije mirándolo todavía más enfadado, la ira inundaba mi cuerpo y es que a pesar de que no me gustaba la violencia debía de vengar la muerte de mi maestro y de su alumno, que, además era un buen amigo de mi infancia. [/color]
Agarré con fuerza mis espadas y corrí hacia el intentando herirle en los brazos y el pecho, corriendo a toda velocidad alrededor de él (AIF) aprovechando que su espada es mucho más pesada que las mías y eso lo entorpecería haciendo que no sea tan ágil como yo, lo que me daba un poco de ventaja sobre él.
Agarré con fuerza mis espadas y corrí hacia el intentando herirle en los brazos y el pecho, corriendo a toda velocidad alrededor de él (AIF) aprovechando que su espada es mucho más pesada que las mías y eso lo entorpecería haciendo que no sea tan ágil como yo, lo que me daba un poco de ventaja sobre él.
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-Ya suponía que no me ibas a creer. Pues nada, tendré que dejarte K.O- Le dije seriamente.
Mi rival consiguió entrar en el edificio y dar vueltas a mi alrededor mientras me propinaba cortes pro todo el cuerpo. Por suerte para mí mi piel era gruesa, los cortes demasiado rápidos para ser letales y podía ir parando algún que otro ataque. Si esto seguí así iba a destrozarme en poco tiempo .Además, algunos de los cortes empezaban a ser profundos y a dolerme bastante. Sentía escozor y ardor en todas las heridas y mi rival era demasiado rápido. Traté de empujarlo con la espada, aunque no me importó si era efectivo. Lo único que quería era apartarme de su alcancé. Observé nuestro alrededor y decidí mi próximo ataque.
En la posición de mi enemigo, justo sobre él, había unas vigas de madera bastante gruesas y de aspecto pesado. Por lo que pude contemplar estaban sustentadas gracias a dos enormes columnas. Corté la que estaba cerca de mí ante la mirada del marine. Esperaba que no supiera el por qué y toqué el filo de mi espada como si estuviera comprobando que estuviera bien afilado. Quizás el disimulo conseguiría que el otro contendiente no descubriera mi trampa. Esta vez me lancé a por él. Le propiné un corte horizontal de gran potencia que esquivó con facilidad. Pero ese no era mi ataque. La espada quedó clavada en la columna y un último empujón la arrancó de la pared.
El tejado crujió y con las dos columnas que lo sustentaban rotas y por los suelos terminó cediendo y cayendo sobre el marine. No había mucho espacio para que esquivara y las vigas eran bastante grandes. Con suerte terminaría ya y no necesitaría continuar la lucha. Solo tendría que marcharme y esperar que no recordase mi cara.
AF: Vigas descendientes.
Mi rival consiguió entrar en el edificio y dar vueltas a mi alrededor mientras me propinaba cortes pro todo el cuerpo. Por suerte para mí mi piel era gruesa, los cortes demasiado rápidos para ser letales y podía ir parando algún que otro ataque. Si esto seguí así iba a destrozarme en poco tiempo .Además, algunos de los cortes empezaban a ser profundos y a dolerme bastante. Sentía escozor y ardor en todas las heridas y mi rival era demasiado rápido. Traté de empujarlo con la espada, aunque no me importó si era efectivo. Lo único que quería era apartarme de su alcancé. Observé nuestro alrededor y decidí mi próximo ataque.
En la posición de mi enemigo, justo sobre él, había unas vigas de madera bastante gruesas y de aspecto pesado. Por lo que pude contemplar estaban sustentadas gracias a dos enormes columnas. Corté la que estaba cerca de mí ante la mirada del marine. Esperaba que no supiera el por qué y toqué el filo de mi espada como si estuviera comprobando que estuviera bien afilado. Quizás el disimulo conseguiría que el otro contendiente no descubriera mi trampa. Esta vez me lancé a por él. Le propiné un corte horizontal de gran potencia que esquivó con facilidad. Pero ese no era mi ataque. La espada quedó clavada en la columna y un último empujón la arrancó de la pared.
El tejado crujió y con las dos columnas que lo sustentaban rotas y por los suelos terminó cediendo y cayendo sobre el marine. No había mucho espacio para que esquivara y las vigas eran bastante grandes. Con suerte terminaría ya y no necesitaría continuar la lucha. Solo tendría que marcharme y esperar que no recordase mi cara.
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Aquel tipo parecía demasiado seguro de sí mismo., cómo si creyera que me vencería en cuestión de segundos. A decir verdad admiraba su valor de enfrentarse a mí y su continua tranquilidad, además estaba satisfecho ya que su rostro expresaba algo de dolor, y ese dolor fue causado por mí.
Observé al muchacho, por alguna que otra razón me apartó de él empujándome y comenzó a mirar a su alrededor dejando su mirada fija en un punto un par de segundos. Dirigí la mirada hasta dicho lugar y vi que había una viga de madera y no hay que ser un lumbreras para darse cuenta de su plan, quería que las vigas se caigan encima de mí. Me hice el tonto y le seguí la corriente preparado para defenderme sin quitarle la vista de encima ni un segundo. Cuando se abalanzó sobre mí, le estaba esperando, y, cuando lo hizo lo agarré te tal forma que cayera conmigo. Si caigo yo caes tú. Y al decir aquello me tire de espaldas, utilizando su cuerpo de protección, pero a pesar de eso me di un fuerte golpe en la cabeza y algunos trozos de madera me golpearon en los brazos, pero me reconfortaba el que la peor parte se la llevó aquel despreciable. Cayó en su propia trampa cual rata asquerosa.(AF) Comenzaba a marearme un poco debido al golpe e intenté mirar a mi ponente.
Observé al muchacho, por alguna que otra razón me apartó de él empujándome y comenzó a mirar a su alrededor dejando su mirada fija en un punto un par de segundos. Dirigí la mirada hasta dicho lugar y vi que había una viga de madera y no hay que ser un lumbreras para darse cuenta de su plan, quería que las vigas se caigan encima de mí. Me hice el tonto y le seguí la corriente preparado para defenderme sin quitarle la vista de encima ni un segundo. Cuando se abalanzó sobre mí, le estaba esperando, y, cuando lo hizo lo agarré te tal forma que cayera conmigo. Si caigo yo caes tú. Y al decir aquello me tire de espaldas, utilizando su cuerpo de protección, pero a pesar de eso me di un fuerte golpe en la cabeza y algunos trozos de madera me golpearon en los brazos, pero me reconfortaba el que la peor parte se la llevó aquel despreciable. Cayó en su propia trampa cual rata asquerosa.(AF) Comenzaba a marearme un poco debido al golpe e intenté mirar a mi ponente.
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El ataque que había planeado no salió como tenía pensado. Mi rival me agarró para que el techo se desplomara también sobre mí. En el instante en que caíamos activé mi Alma de Dragón para que el dolor fuera peor. Pude apreciar como mi enemigo se golpeaba la cabeza, pero yo tampoco salí bien parado. Las vigas golpearon mi espalda y me aplastaron. Hice fuerza con los músculos y, con una flexión, conseguí levantarme lo suficiente como para apartarme. Las vigas se chocaron con el suelo. Había sido un golpe terrible. Pero había activado la técnica en el momento justo y evitado la mayor parte del impacto con ella. Aunque la espalda me dolía a más no poder. Pero el calor de la técnica me reconfortaba y calentaba mis músculos.
El marine se levantó también y me miraba desconcertado. No sabía si estaba mareado o era un truco. Lo único que sabía era que la espalda me dolía muchísimo y que debía aprovecharme de mi espada y su rango para mantener las distancias. De cerca era más rápido y peligroso, de lejos no era nada. Ya me había enfadado y hasta me estaba arrepintiendo de dejarlo con vida. ¿El idiota no veía que si quisiera matarlo ya lo habría matado? Seguía creyendo que yo era el asesino. Pero él mismo, iba a ser su perdición. La case estaba medio derrumbada y ahora parecía un campo de batalla. Frente a mí estaba mi rival y tras él una pared de tabique frágil, ligero y delgado. Empuñé mi espada apuntando hacia él. El movimiento me dolió en los omoplatos.
Corrí hacia él dando un combo de cortes al aire. No eran muy certeros, pero con uno solo que le diera le produciría un buen corte y, además, tenía la pared tras él. Eso impediría un buen movimiento y no tenía mucho a donde huir.
Alma de Dragón: Activo mi técnica para que el golpe sea menor.
AIF: Combo de cortes
El marine se levantó también y me miraba desconcertado. No sabía si estaba mareado o era un truco. Lo único que sabía era que la espalda me dolía muchísimo y que debía aprovecharme de mi espada y su rango para mantener las distancias. De cerca era más rápido y peligroso, de lejos no era nada. Ya me había enfadado y hasta me estaba arrepintiendo de dejarlo con vida. ¿El idiota no veía que si quisiera matarlo ya lo habría matado? Seguía creyendo que yo era el asesino. Pero él mismo, iba a ser su perdición. La case estaba medio derrumbada y ahora parecía un campo de batalla. Frente a mí estaba mi rival y tras él una pared de tabique frágil, ligero y delgado. Empuñé mi espada apuntando hacia él. El movimiento me dolió en los omoplatos.
Corrí hacia él dando un combo de cortes al aire. No eran muy certeros, pero con uno solo que le diera le produciría un buen corte y, además, tenía la pared tras él. Eso impediría un buen movimiento y no tenía mucho a donde huir.
Alma de Dragón: Activo mi técnica para que el golpe sea menor.
AIF: Combo de cortes
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Me daba vueltas todo y pude ver como caían pequeñas gotas de sangre desde la parte trasera de mi cabeza. El enemigo se me lanzó con la intención de herirme con su espada. Aquello no me gustaba ni un pelo ya que por muy ágil que sea, el mareo no me permitía verlo con nitidez ni moverme libremente. A parte de que el espacio era bastante reducido. Un corte tras otro vino a mí. Uno en el pecho, no muy profundo, pero hiriente. Otro en el costado del mismo grado, y otro en el muslo derecho.
Mi cara expresaba un gran dolor, y con cada corte un grito escapaba de mi garganta, entonces, a pesar de todo, me conciencié de que no iba a perder esa batalla, por mi maestro. Me levanté de golpe cojeando levemente y paré su espada con la mía. Al igual que yo, estaba débil y dolorido, aunque no lo mostraba su espalda debía de dolerle horrores, y es que ese será mi objetivo. Paré su espada con la katana que llevaba en mi mano izquierda, y comencé a intentar hacerle cortes profundos con la otra katana empujándolo detrás para que choque contra la pared y tenerlo justo donde yo querría. (AMF)
Mi cara expresaba un gran dolor, y con cada corte un grito escapaba de mi garganta, entonces, a pesar de todo, me conciencié de que no iba a perder esa batalla, por mi maestro. Me levanté de golpe cojeando levemente y paré su espada con la mía. Al igual que yo, estaba débil y dolorido, aunque no lo mostraba su espalda debía de dolerle horrores, y es que ese será mi objetivo. Paré su espada con la katana que llevaba en mi mano izquierda, y comencé a intentar hacerle cortes profundos con la otra katana empujándolo detrás para que choque contra la pared y tenerlo justo donde yo querría. (AMF)
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Mi rival recibió cortes por todo su cuerpo, pero volvió a hacer gala de su velocidad y a atacarme sin parar produciendo heridas en mi torso, mis piernas y mis brazos. Era como un pequeño insecto que no dejaba de picar. Comenzaba a ser muy molesto y tenía que hacer algo para aplastarlo. No quería matarlo, pero cada vez me apetecía más hacerlo. Avanzaba y avanzaba haciéndome retroceder. Más de una vez tropecé con los muebles rústicos y viejos que había por el suelo, pero lograba mantenerme en pie. Las paredes eran finas y de un blanco grisáceo a causa de la vejez. Como la que tenía detrás. Me estaba empujando hacia ella. Aproveché que tenía activada mi técnica del Alma del Dragón para poner un pie detrás y frenar el avance de mi enemigo.
Eso podía ser perjudicial para mí, pues si no me mantenía en movimiento los ataques de mi rival podían ser más certeros y, pro ende, letales. Aunque no podía o no debía preocuparme por eso ahora. Observé momentáneamente nuestro entorno. No había nada que pudiera usar en su contra. O quizás... ¡sí! Si habíamos avanzado también podíamos retroceder. Y tras de él estaban todos los muebles que me habían hecho perder la estabilidad. Quizás él no tenía tanta suerte y alguno de ellos me ayudaba a terminar el combate. Pero primero debía contraatacar. Si aprovechaba y le provocaba un buen empujón empezaría mi ataque con buen pie. Solo tenía que aprovechar mi mayor tamaño y fuerza para hacerlo. No sería difícil si lo hacía bien.
Giré mi espada para propinarle un buen golpe con la parte sin filo. Era muy gruesa y contundente. No creía que eso lo derrotara, pero si le podría hacer mucho daño además de empujarlo hacia atrás. Confiaba en que no hubiera prestado atención a los muebles. Usé todas mis fuerzas para que el golpe fuese lo más poderoso posible.
Alma de Dragón: Mi técnica sigue activa y me dota de más fuera, velocidad, agilidad y resistencia.
AMF: Golpe muy fuerte con la parte sin filo.
Eso podía ser perjudicial para mí, pues si no me mantenía en movimiento los ataques de mi rival podían ser más certeros y, pro ende, letales. Aunque no podía o no debía preocuparme por eso ahora. Observé momentáneamente nuestro entorno. No había nada que pudiera usar en su contra. O quizás... ¡sí! Si habíamos avanzado también podíamos retroceder. Y tras de él estaban todos los muebles que me habían hecho perder la estabilidad. Quizás él no tenía tanta suerte y alguno de ellos me ayudaba a terminar el combate. Pero primero debía contraatacar. Si aprovechaba y le provocaba un buen empujón empezaría mi ataque con buen pie. Solo tenía que aprovechar mi mayor tamaño y fuerza para hacerlo. No sería difícil si lo hacía bien.
Giré mi espada para propinarle un buen golpe con la parte sin filo. Era muy gruesa y contundente. No creía que eso lo derrotara, pero si le podría hacer mucho daño además de empujarlo hacia atrás. Confiaba en que no hubiera prestado atención a los muebles. Usé todas mis fuerzas para que el golpe fuese lo más poderoso posible.
Alma de Dragón: Mi técnica sigue activa y me dota de más fuera, velocidad, agilidad y resistencia.
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Antes de que pudiera empujarlo hasta la pared, me dio con su espada, con la parte que no tiene filo. La verdad es que ese ataque no me lo esperaba para nada, lo hizo demasiado rápido, además la cabeza me dolía horrores y no podía pensar con claridad.
Salí disparado hasta unos muebles que había detrás y dándome con la espalda contra ellos, fue realmente doloroso. De mi boca salió un grito de dolor que sonó por todo el lugar y de mi boca salió un poco de sangre, pero si aquel tipo cría que me iba a rendir lo tenía claro. Lucharía hasta que no pueda mantenerme en pie, y aunque poco era lo que faltaba para eso, todavía podía levantarme.
Me incorporé y lo miré con odio limpiándome la sangre de la boca con mi mano derecha. Eres un desgraciado, pagarás por esto. Dije con odio mirándole con ira dirigiéndome hacia aquel desgraciado. Tenía que pensar rápido en mi próximo ataque, aprovecharme de que soy más ágil que él y de su dolor de espalda. Además, también quería dañar sus manos, así le soltaría más manejar aquella pesada espada.
Una lucecita vino a mi mente, comienzo a rezar a los dioses mientras saco la tercera espada de su funda y así poder luchar con las tres. Aprovechando la distancia que hay entre nosotros, corro hacia él con una gran rapidez y lo ataco con mis tres katanas intentando causarle cortes muy profundos y dañinos en la espalda, los brazos y las piernas. Pero esta vez, no voy de frente si no corriendo en círculos alrededor de él para que no le sea tan fácil esquivar mis katanas. (AB)
Salí disparado hasta unos muebles que había detrás y dándome con la espalda contra ellos, fue realmente doloroso. De mi boca salió un grito de dolor que sonó por todo el lugar y de mi boca salió un poco de sangre, pero si aquel tipo cría que me iba a rendir lo tenía claro. Lucharía hasta que no pueda mantenerme en pie, y aunque poco era lo que faltaba para eso, todavía podía levantarme.
Me incorporé y lo miré con odio limpiándome la sangre de la boca con mi mano derecha. Eres un desgraciado, pagarás por esto. Dije con odio mirándole con ira dirigiéndome hacia aquel desgraciado. Tenía que pensar rápido en mi próximo ataque, aprovecharme de que soy más ágil que él y de su dolor de espalda. Además, también quería dañar sus manos, así le soltaría más manejar aquella pesada espada.
Una lucecita vino a mi mente, comienzo a rezar a los dioses mientras saco la tercera espada de su funda y así poder luchar con las tres. Aprovechando la distancia que hay entre nosotros, corro hacia él con una gran rapidez y lo ataco con mis tres katanas intentando causarle cortes muy profundos y dañinos en la espalda, los brazos y las piernas. Pero esta vez, no voy de frente si no corriendo en círculos alrededor de él para que no le sea tan fácil esquivar mis katanas. (AB)
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Mi estrategia había funcionado, ya que mi rival encajó el golpe de lleno y cayó contra los muebles. Me dispuse a rematarlo rápidamente antes de que se levantara, pero era más rápido que yo. Sacó una tercera espada. ¿Pretendía atacarme con tres armas a la vez? No podía ser tan rápido y habilidoso con tres armas en vez de una. Lo subestimé. Era cierto que su habilidad había descendido, no se puede ser más habilidoso si te centras en más cosas, pero la merma era minúscula. Empezó a producirme un montón de cortes como antes. Mi piel dura de tiburón me protegía mejor que la piel de un humano, peor los cortes comenzaban a ser profundos. De haber sido estocadas ya estaría muerto. Tenía que hacer algo rápido.
El suelo bajo mí estaba teñido de rojo, mi enemigo estaba consiguiendo que me desangrara. Sus cortes eran potente y abrían mi piel y mi carne. Pero cometió un error. Era el mismo ataque que antes, por lo que sabía cómo reaccionar. Ya me había cansado de darle coba y debía aprovechar que estábamos en un lugar cerrado sin mucho espacio. En cuanto se pudo delante de mí, mientras giraba, salté hacia atrás alejándome de su alcance. Si hubiera sido otro ataque no podía haberlo esquivado así. Sentí como la sangre recorría todo mi cuerpo y un dolor agudo empezaba en mi espalda y terminaba en mi torso. Estaba lleno de heridas, aunque no era nada que no me hubiera ocurrido antes. Este marine peleaba igual que uno de los gladiadores que maté.
-No voy a repetírtelo, fue ese alumno el que mató al maestro. Pero como no abres los ojos yo te haré dejarlos cerrados. ¡Buenas noches!- Le dije.
Cargué mi espada de energía haciendo que empezara a tornarse roja. El espacio era muy reducido y no había forma de escaparse, el entorno jugaba a mi favor. Aprovechando que mi rival estaba frente a mí lancé la energía que había canalizado en forma de un dragón enorme y rojizo. Ahí estaba mi ataque más potente, Armageddon. Esperaba que esto terminara el combate o todo sería muy difícil.
AB: Armageddon.
El suelo bajo mí estaba teñido de rojo, mi enemigo estaba consiguiendo que me desangrara. Sus cortes eran potente y abrían mi piel y mi carne. Pero cometió un error. Era el mismo ataque que antes, por lo que sabía cómo reaccionar. Ya me había cansado de darle coba y debía aprovechar que estábamos en un lugar cerrado sin mucho espacio. En cuanto se pudo delante de mí, mientras giraba, salté hacia atrás alejándome de su alcance. Si hubiera sido otro ataque no podía haberlo esquivado así. Sentí como la sangre recorría todo mi cuerpo y un dolor agudo empezaba en mi espalda y terminaba en mi torso. Estaba lleno de heridas, aunque no era nada que no me hubiera ocurrido antes. Este marine peleaba igual que uno de los gladiadores que maté.
-No voy a repetírtelo, fue ese alumno el que mató al maestro. Pero como no abres los ojos yo te haré dejarlos cerrados. ¡Buenas noches!- Le dije.
Cargué mi espada de energía haciendo que empezara a tornarse roja. El espacio era muy reducido y no había forma de escaparse, el entorno jugaba a mi favor. Aprovechando que mi rival estaba frente a mí lancé la energía que había canalizado en forma de un dragón enorme y rojizo. Ahí estaba mi ataque más potente, Armageddon. Esperaba que esto terminara el combate o todo sería muy difícil.
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No voy a repetírtelo, fue ese alumno el que mató al maestro. Pero como no abres los ojos yo te haré dejarlos cerrados. ¡Buenas noches! Dijo aquel joven, y sonreí. A ver qué es lo que sabes hacer.
De pronto su espada comenzó a tornarse de un extraño color rojizo. No sabía muy bien que es lo que era aquello, pero seguramente no sea nada bueno. Un dragón salió de su espada y me golpeó haciendo que cayera unos metros hacia tras de mi posición inicial golpeándome en la espalda con unos muebles y seguidamente en la cabeza quedando totalmente inconsciente.
De pronto su espada comenzó a tornarse de un extraño color rojizo. No sabía muy bien que es lo que era aquello, pero seguramente no sea nada bueno. Un dragón salió de su espada y me golpeó haciendo que cayera unos metros hacia tras de mi posición inicial golpeándome en la espalda con unos muebles y seguidamente en la cabeza quedando totalmente inconsciente.
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Mi ataque fue tan efectivo como había imaginado. Cuando terminé dejé caer mi espada con el peso haciendo que se clavara en el suelo. Tras esto me acerqué a mi rival que permanecía inconsciente. Sería tan fácil matarlo ahora... ni si quiera podría resistencia. Pero no tenía pro qué matarlo, bastantes problemas tenía ya. Aunque si lo dejaba vivo me culparían y aumentaría el precio pro mi cabeza. Solo un tajo, ya lo había hecho muchas veces. Recogí mi espada y miré al marine. No iba a morir hoy. Me marché del edificio medio derruido en dirección a la costa. Debía marcharme rápidamente de allí.
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- 1200 berries que portaba el marine.
- 100.000 de recompensa por tu cabeza.
- 1.500 puntos de experiencia
LE ESPERAMOS A LA PROXIMA
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En una de las normas del reto especifica que, al ganar, obtengo 2 millones por mi cabeza.
P.D:
En una de las normas del reto especifica que, al ganar, obtengo 2 millones por mi cabeza.
Allen D. Walker escribió:-En caso de ganar Cánabar obtendra por la actual norma de recompensa un precio por su cabeza de 2 millones en caso de derrotarlo.
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¿Y lo de 100.000 a que vino entonces? Me estoy liando xDDD. Si si. Lo de 2 millones pontelo :3
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