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Era una de mis primeras misiones, una tarde sofocante y un sol abrasador, hará un año de aquel entonces, me encontraba en el barco, de camino a la isla de Shoko, aquella pequeña isla, era un asco, aparte del sofocante calor, que te hacía sudar como los cerdos en brazas, había una cantidad enorme de insectos molestos por toda la isla.
La isla era relativamente llana, pero estaba llena de pantanos y vegetación propia de ese ambiente, la humedad, el calor y los insectos me hacían temer por la comodidad de la empresa. Pero en mi caso he de decir, que la isla tenía algo a favor, era oscura, los manglares que tenían daban suficiente sombra para poder moverse a gusto bajo la misma, e incluso sus arenas eran oscuras. Perfecto para no llamar la atención.
En la central nos habían informado, seriamos un grupo de tres personas, al mando de nuestro superior, Kasan, no le había conocido de antes, ni sabía qué esperar de él. El otro compañero no sabía muy bien quien era, ni me dijeron su nombre, no les pareció necesario ese dato. También nos esperaba un contacto, que lleva un par de semanas en la isla investigando, él no entraría en acción, solo era es un contacto.
La misión en principio era de reconocimiento y de recuperación. Había rumores en todo el mar del oeste de una arma mágica, Una espada con propiedades increíbles, el problema era que ninguna información era muy clara y variaba mucho según la región.
En algunos casos se decía que era una espada que cortaba el mismísimo tiempo, que un corte podría hacerte envejecer de golpe, o rejuvenecer si se deseaba. En otras islas se decía que la espada era maldita, que no poseía filo ninguno, pero que si intentabas cortar a alguien con ella, le cortabas el alma, y días después moriría sin ninguna explicación lógica. También hay que decir que había otros rumores menos disparatados, como una espada que congelara, o simplemente una espada irrompible.
Lo único que tenían en común, era que la espada se encontraba en las profundidades de Shoko, y a pesar de la poca colaboración de los lugareños, aún nadie la ha encontrado.
También se nos informó, de que la marina estaba también interesada, y que mandaron a gente para investigar, no sabía muy bien las intenciones de la marina, si planeaban cooperar con nosotros, o quedarse con el botín, típica riña competitiva, siempre uno quiere quedar mejor que el otro. Ya se verían sus verdaderas intenciones una vez llegados a la isla.
También se nos dijo de que posiblemente piratas también estuvieran tras tan preciado tesoro, por lo que teníamos que actuar rápido y con cierto sigilo, pues el gobierno no quería mandar demasiados efectivos, y si resultan ser más piratas de lo esperado, estaríamos en problemas.
Yo había llegado antes, la reunión se suponía que sería a las 3 de la tarde, sin embargo yo ya estaba ahí al mediodía, había comido algo, me detuve a observar el pueblo y el puerto, y luego fui al punto de reunión, una taberna pequeña, poco iluminada. Entre y pude reconocer a nuestro contacto, era obviamente el único de los presentes que tiene cara de no encajar. Ya se que no puedo esperar demasiado de él si no sabe ni infiltrarse, su nombre si mal no recuerdo era Kaalem, me senté junto a él sin decir nada, él tampoco dijo nada, me trajeron una copa y espere al resto.
La isla era relativamente llana, pero estaba llena de pantanos y vegetación propia de ese ambiente, la humedad, el calor y los insectos me hacían temer por la comodidad de la empresa. Pero en mi caso he de decir, que la isla tenía algo a favor, era oscura, los manglares que tenían daban suficiente sombra para poder moverse a gusto bajo la misma, e incluso sus arenas eran oscuras. Perfecto para no llamar la atención.
En la central nos habían informado, seriamos un grupo de tres personas, al mando de nuestro superior, Kasan, no le había conocido de antes, ni sabía qué esperar de él. El otro compañero no sabía muy bien quien era, ni me dijeron su nombre, no les pareció necesario ese dato. También nos esperaba un contacto, que lleva un par de semanas en la isla investigando, él no entraría en acción, solo era es un contacto.
La misión en principio era de reconocimiento y de recuperación. Había rumores en todo el mar del oeste de una arma mágica, Una espada con propiedades increíbles, el problema era que ninguna información era muy clara y variaba mucho según la región.
En algunos casos se decía que era una espada que cortaba el mismísimo tiempo, que un corte podría hacerte envejecer de golpe, o rejuvenecer si se deseaba. En otras islas se decía que la espada era maldita, que no poseía filo ninguno, pero que si intentabas cortar a alguien con ella, le cortabas el alma, y días después moriría sin ninguna explicación lógica. También hay que decir que había otros rumores menos disparatados, como una espada que congelara, o simplemente una espada irrompible.
Lo único que tenían en común, era que la espada se encontraba en las profundidades de Shoko, y a pesar de la poca colaboración de los lugareños, aún nadie la ha encontrado.
También se nos informó, de que la marina estaba también interesada, y que mandaron a gente para investigar, no sabía muy bien las intenciones de la marina, si planeaban cooperar con nosotros, o quedarse con el botín, típica riña competitiva, siempre uno quiere quedar mejor que el otro. Ya se verían sus verdaderas intenciones una vez llegados a la isla.
También se nos dijo de que posiblemente piratas también estuvieran tras tan preciado tesoro, por lo que teníamos que actuar rápido y con cierto sigilo, pues el gobierno no quería mandar demasiados efectivos, y si resultan ser más piratas de lo esperado, estaríamos en problemas.
Yo había llegado antes, la reunión se suponía que sería a las 3 de la tarde, sin embargo yo ya estaba ahí al mediodía, había comido algo, me detuve a observar el pueblo y el puerto, y luego fui al punto de reunión, una taberna pequeña, poco iluminada. Entre y pude reconocer a nuestro contacto, era obviamente el único de los presentes que tiene cara de no encajar. Ya se que no puedo esperar demasiado de él si no sabe ni infiltrarse, su nombre si mal no recuerdo era Kaalem, me senté junto a él sin decir nada, él tampoco dijo nada, me trajeron una copa y espere al resto.
Kasan
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Akuma no mi
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Una espada con poderes misteriosos, posibilidades de arrasar con cientos de piratas y encima con 2 novatos a mi cargo... Interesante misión la que me habían asignado, hacía mucho que no salía de misión junto con otros compañeros pero a juzgar por la escasa información, sería muy entretenida y divertida.
Ya con la poca información me fui a mi habitación para realizar los preparativos de la misión, lo primero era la ropa que iba a llevar, no podía ir vestido con el uniforme oficial porque llamaría demasiado la atención así que me puse la ropa de "calle" que consistía en un pantalón corto de color azul y un chaleco gris con decoración amarilla.
Arreglado el inconveniente de la ropa ahora era turno del armamento que debía llevarme, de entro todo mi arsenal posiblemente necesitase a Sanshiki, las cadenas de andrómeda y la daga de Shiva, la katana Sanshiki me la coloqué a la espalda y las otras dos armas las guardé en mi brazo cofre, quedaban algo apretadas pero pude cerrar el brazo con un golpe fuerte.
Ya estaba preparado para salir de misión así que cogí el primer barco que se dirigiese a Shoko, habíamos quedado justo dentro de una semana a las 3 de la tarde así que mas le valía al capitán del navío darse prisa en llegar porque tenía el tiempo pegado al culo y no me gustaba nada llegar tarde a las citas.
La semana pasó rápido y gracias a que hice que el cima estuviese a favor y con buenos vientos, llegué a Shoko algo temprano teniendo en cuenta la hora acordada así que me fui a la taberna para refrescarme antes de que comenzase la reunión, lo mismo al resto de Agentes se les hacía difícil llegas hasta aquí porque la isla parecía mas un pantano que otra cosa pero bueno, nada que no pueda solucionar el Geppou.
Ya en la taberna entré y me senté en la barra cuando el tabernero se me acercó para ver que quería tomar, pedí una copa de vino, el vino era mas suave que otras bebidas con alcohol y me entraba mejor al cuerpo al no ser tan pesado, después de aquello le pegué el primer trago y me giré para ver que había en la taberna, habían varias personas dentro pero parecía un lugar calmado, perfecto, si de momento no había demasiado movimiento quizás nos librasemos de encontrarnos con piratas, yo prefería encontrarme con hordas de piratas pero quien sabe si mis compañeros podían aguantar el ritmo.
Eché una ojeada rápida y ví a nuestro contacto ya allí, menuda mierda de contacto, alguien tiene que enseñarle a ocultarse mejor o al menos a disimular, otro hombre ya estaba allí junto a él, quizás fuese uno de mis compañeros en esta misión así que decidí acercarme a saludar.
- Vaya vaya, por lo visto no soy el primero en llegar, eso está bien. Me llamo Noa.- Dije mientras me sentaba a su lado con la copa de vino en la mano. - Esperemos que el resto no tarden demasiado en llegar aunque hemos llegado algo pronto. - Dije mientras me reía levemente, todo el mundo me tomaba como un tirano dentro de la CP pero nada mas lejos de la realidad, en el fondo soy un cachondo mental pero siempre es bueno que te tengan respeto.
Ya con la poca información me fui a mi habitación para realizar los preparativos de la misión, lo primero era la ropa que iba a llevar, no podía ir vestido con el uniforme oficial porque llamaría demasiado la atención así que me puse la ropa de "calle" que consistía en un pantalón corto de color azul y un chaleco gris con decoración amarilla.
Arreglado el inconveniente de la ropa ahora era turno del armamento que debía llevarme, de entro todo mi arsenal posiblemente necesitase a Sanshiki, las cadenas de andrómeda y la daga de Shiva, la katana Sanshiki me la coloqué a la espalda y las otras dos armas las guardé en mi brazo cofre, quedaban algo apretadas pero pude cerrar el brazo con un golpe fuerte.
Ya estaba preparado para salir de misión así que cogí el primer barco que se dirigiese a Shoko, habíamos quedado justo dentro de una semana a las 3 de la tarde así que mas le valía al capitán del navío darse prisa en llegar porque tenía el tiempo pegado al culo y no me gustaba nada llegar tarde a las citas.
La semana pasó rápido y gracias a que hice que el cima estuviese a favor y con buenos vientos, llegué a Shoko algo temprano teniendo en cuenta la hora acordada así que me fui a la taberna para refrescarme antes de que comenzase la reunión, lo mismo al resto de Agentes se les hacía difícil llegas hasta aquí porque la isla parecía mas un pantano que otra cosa pero bueno, nada que no pueda solucionar el Geppou.
Ya en la taberna entré y me senté en la barra cuando el tabernero se me acercó para ver que quería tomar, pedí una copa de vino, el vino era mas suave que otras bebidas con alcohol y me entraba mejor al cuerpo al no ser tan pesado, después de aquello le pegué el primer trago y me giré para ver que había en la taberna, habían varias personas dentro pero parecía un lugar calmado, perfecto, si de momento no había demasiado movimiento quizás nos librasemos de encontrarnos con piratas, yo prefería encontrarme con hordas de piratas pero quien sabe si mis compañeros podían aguantar el ritmo.
Eché una ojeada rápida y ví a nuestro contacto ya allí, menuda mierda de contacto, alguien tiene que enseñarle a ocultarse mejor o al menos a disimular, otro hombre ya estaba allí junto a él, quizás fuese uno de mis compañeros en esta misión así que decidí acercarme a saludar.
- Vaya vaya, por lo visto no soy el primero en llegar, eso está bien. Me llamo Noa.- Dije mientras me sentaba a su lado con la copa de vino en la mano. - Esperemos que el resto no tarden demasiado en llegar aunque hemos llegado algo pronto. - Dije mientras me reía levemente, todo el mundo me tomaba como un tirano dentro de la CP pero nada mas lejos de la realidad, en el fondo soy un cachondo mental pero siempre es bueno que te tengan respeto.
Kyoji Kagami
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Akuma no mi
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Aquel día me desperté en el cuartel general del Cipher Pol con ganas de no hacer absolutamente nada, de dedicar aquel agradable y apacible día a jugar con mi mascota o a ver pasar las nubes sobre mí. Para mi desgracia, los jefazos no pensaron igual, tenían diferentes planes: Una misión. Malditos sean estos tipos de corbata y su asquerosa forma de joder un buen día.
No tardaron en darme las instrucciones de la misión, así como el objetivo de esta, y demás datos de interés. Éramos tres hombres, los tres pertenecíamos al CP, así que me figuré que aquellos dos compañeros serían fuertes. Nada más mentarme el nombre de uno de ellos, el que comandaría la expedición, me percaté de que así era. Este era el famoso CP llamado Noa, alias “Kasan”, alguien conocido, a la par que temido y respetado, en todo el cuartel. Se rumoreaba, incluso, que era capaz de controlar el mundo entero gracias a una fruta del diablo. Pero muchos, o al menos yo, sólo pensaban que aquello eran exageraciones. En cualquier caso, sería divertido poder comprobar cuanto de veraz era lo que sobre él decían…
Aquello ya me había animado un poco, así que cogí a Shu, mi pequeña mascota, una criatura blanca, similar a una serpiente albina, pero alada, y me dirigí al puerto. Me habían preparado un pequeño bote, no era gran cosa, pero tampoco necesitaba mucho más. Sin siquiera desplegar la bandera, y nada más subir a bordo de este, el bote comenzó a moverse a gran velocidad. Los más nuevos en el puerto se quedaron asombrados, pero rápidamente los veteranos les explicaron cómo demonios hacía eso aquel bote. Era todo gracias a mi fruta del demonio, que me permitía controlar la arena, así que simplemente levantaba un poco de la arena del fondo marino, y con esta, empujaba el bote. No era nada demasiado impresionante, pero a los ojos de alguien sin conocimiento, podía parecer una gran cosa.
Al final tardé varias horas, y fue un viaje movido, ya que Shu se puso malo durante este, y tuve que detenerme en una isla para que le echaran un ojo, naturalmente nunca habían visto un bicho así, de modo que nadie sabía cómo tratarlo. Me limité a darle algo de comer, y el maldito lagarto blanco se encontraba ya en perfectas condiciones. Menudo caso de bicho…
Finalmente arribé a la isla en cuestión, debían ser las dos de la tarde, así que me dediqué a vagabundear para hacer tiempo, esperando oír algo de interés relacionado con la misión. Y así fue, gracias a Dios. Un grupo de tratantes de armas cuchicheaban acerca de la existencia de aquella espada, así que no dudé en pedirles amablemente que compartieran su información conmigo. Así pues, tras veinte minutos de tortura, durante la cual uno de ellos perdió la conciencia incluso, ya estaba completamente al tanto de cuanto había que saber sobre aquella arma. En todo el tiempo de investigaciones y demás, jamás oí nada similar acerca de aquella arma, así que me figuré que no era más que un mito, y que sólo nos mandaban a capturar a los piratas crédulos que buscaban la espada, más que nada, en lugar que a encontrarla como nos hacían creer. De todas formas, una orden era una orden, así que ya que estaba allí, me reuniría con el grupo a ver qué clase de personas eran.
Me dirigí pues a la taberna, dónde nada más entrar vi a un tipo que destacaba sobre todos, bueno, sobre casi todos, pues había otros dos también muy variopintos, uno de ellos armado hasta los dientes y muy alto, parecía encajar con la descripción que tenía de Kasan, mientras que el otro era alguien que buscaba no llamar la atención, y así precisamente, la llamaba más todavía. Ni siquiera me molesté en acercarme a ellos, me limité a observarlos tras sentarme en una silla cercana y pedir un refresco para beber, así como algo de carne para Shu. Bebí y comí, al igual que mi mascota, hasta que el reloj dio las tres en punto. En ese momento me levanté de la silla y me acerqué a la barra para pagar, tras lo cual me volteé y me encaminé hasta aquellos dos sujetos, que ya habían tenido tiempo de presentarse y conocerse de sobra. –No perdamos más tiempo. –Dije, claro y sobrio, para que nos pusiéramos manos a la obra cuanto antes. –Vayamos fuera, busquemos un lugar más seguro. –Tras decir esto pasé por el centro de ellos, instándolos a que me siguieran. Mi actitud podía parecer desafiante, sobretodo a Kasan, el supuesto líder de la operación, pero la verdad es que no me importaba lo más mínimo lo fuerte que fuera o el rango que tuviera, yo no obedecía órdenes de alguien a quien no respetara, así que por el momento él no podría darme orden alguna, o al menos esperar que la cumpliera. De todas formas, debíamos hablar acerca del procedimiento a seguir, además quería compartir con ellos opiniones y conjeturas. Lo mejor sería hacerlo lejos de oídos y miradas ajenas, al fin y al cabo, se suponía que no debíamos llamar la atención, como buenos agentes secretos del gobierno, y sin embargo aquello de la taberna parecía la reunión de un grupo de famosos buscando llamar la atención.
No tardaron en darme las instrucciones de la misión, así como el objetivo de esta, y demás datos de interés. Éramos tres hombres, los tres pertenecíamos al CP, así que me figuré que aquellos dos compañeros serían fuertes. Nada más mentarme el nombre de uno de ellos, el que comandaría la expedición, me percaté de que así era. Este era el famoso CP llamado Noa, alias “Kasan”, alguien conocido, a la par que temido y respetado, en todo el cuartel. Se rumoreaba, incluso, que era capaz de controlar el mundo entero gracias a una fruta del diablo. Pero muchos, o al menos yo, sólo pensaban que aquello eran exageraciones. En cualquier caso, sería divertido poder comprobar cuanto de veraz era lo que sobre él decían…
Aquello ya me había animado un poco, así que cogí a Shu, mi pequeña mascota, una criatura blanca, similar a una serpiente albina, pero alada, y me dirigí al puerto. Me habían preparado un pequeño bote, no era gran cosa, pero tampoco necesitaba mucho más. Sin siquiera desplegar la bandera, y nada más subir a bordo de este, el bote comenzó a moverse a gran velocidad. Los más nuevos en el puerto se quedaron asombrados, pero rápidamente los veteranos les explicaron cómo demonios hacía eso aquel bote. Era todo gracias a mi fruta del demonio, que me permitía controlar la arena, así que simplemente levantaba un poco de la arena del fondo marino, y con esta, empujaba el bote. No era nada demasiado impresionante, pero a los ojos de alguien sin conocimiento, podía parecer una gran cosa.
Al final tardé varias horas, y fue un viaje movido, ya que Shu se puso malo durante este, y tuve que detenerme en una isla para que le echaran un ojo, naturalmente nunca habían visto un bicho así, de modo que nadie sabía cómo tratarlo. Me limité a darle algo de comer, y el maldito lagarto blanco se encontraba ya en perfectas condiciones. Menudo caso de bicho…
Finalmente arribé a la isla en cuestión, debían ser las dos de la tarde, así que me dediqué a vagabundear para hacer tiempo, esperando oír algo de interés relacionado con la misión. Y así fue, gracias a Dios. Un grupo de tratantes de armas cuchicheaban acerca de la existencia de aquella espada, así que no dudé en pedirles amablemente que compartieran su información conmigo. Así pues, tras veinte minutos de tortura, durante la cual uno de ellos perdió la conciencia incluso, ya estaba completamente al tanto de cuanto había que saber sobre aquella arma. En todo el tiempo de investigaciones y demás, jamás oí nada similar acerca de aquella arma, así que me figuré que no era más que un mito, y que sólo nos mandaban a capturar a los piratas crédulos que buscaban la espada, más que nada, en lugar que a encontrarla como nos hacían creer. De todas formas, una orden era una orden, así que ya que estaba allí, me reuniría con el grupo a ver qué clase de personas eran.
Me dirigí pues a la taberna, dónde nada más entrar vi a un tipo que destacaba sobre todos, bueno, sobre casi todos, pues había otros dos también muy variopintos, uno de ellos armado hasta los dientes y muy alto, parecía encajar con la descripción que tenía de Kasan, mientras que el otro era alguien que buscaba no llamar la atención, y así precisamente, la llamaba más todavía. Ni siquiera me molesté en acercarme a ellos, me limité a observarlos tras sentarme en una silla cercana y pedir un refresco para beber, así como algo de carne para Shu. Bebí y comí, al igual que mi mascota, hasta que el reloj dio las tres en punto. En ese momento me levanté de la silla y me acerqué a la barra para pagar, tras lo cual me volteé y me encaminé hasta aquellos dos sujetos, que ya habían tenido tiempo de presentarse y conocerse de sobra. –No perdamos más tiempo. –Dije, claro y sobrio, para que nos pusiéramos manos a la obra cuanto antes. –Vayamos fuera, busquemos un lugar más seguro. –Tras decir esto pasé por el centro de ellos, instándolos a que me siguieran. Mi actitud podía parecer desafiante, sobretodo a Kasan, el supuesto líder de la operación, pero la verdad es que no me importaba lo más mínimo lo fuerte que fuera o el rango que tuviera, yo no obedecía órdenes de alguien a quien no respetara, así que por el momento él no podría darme orden alguna, o al menos esperar que la cumpliera. De todas formas, debíamos hablar acerca del procedimiento a seguir, además quería compartir con ellos opiniones y conjeturas. Lo mejor sería hacerlo lejos de oídos y miradas ajenas, al fin y al cabo, se suponía que no debíamos llamar la atención, como buenos agentes secretos del gobierno, y sin embargo aquello de la taberna parecía la reunión de un grupo de famosos buscando llamar la atención.
Roland von Klauswitz
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Akuma no mi
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Un suave viento impulsaba lentamente el barco hacia su destino. Las gaviotas ya se sobrevolaban la embarcación por lo que no tardarían en llegar a la isla. Kodama se acercó a la proa del barco y oteó el horizonte en busca del lugar donde debían ir. Su objetivo no era otro que Shoko, una isla plagada de lagunas y pantanos, de la que eran asiduos piratas y mercenarios. Le gustaba aquella isla, al contrario de muchas otras donde había estado aquella estaba plagada de vegetación y eso le sentaba bien. Odiaba los lugares donde solo había ciudades y no había espacio para la naturaleza.
El hombre-árbol cerró los ojos y respiró la refrescante brisa del mar mientras reflexionaba sobre la tarea que tenía por delante. Según la información que le habían proporcionado, una importante cantidad de piratas se habían reunido en aquella isla por algún motivo desconocido. Su misión era relativamente simple, capturar a la mayor cantidad de piratas posible y evitar que causaran daños a la población. Para ello le habían asignado un grupo de marines que trabajarían bajo su mando. Sin embargo no era algo que le entusiasmase, la idea de ser el responsable de otros marines no le atraía demasiado, pero al menos así podría evitar que la situación se descontrolase.
No tardaron mucho en llegar. Kodama y su grupo desembarcaron en la costa sur y al cabo de unos minutos llegaron hasta un pueblo donde se dividieron en varios grupos, todos ellos vestido de paisano para pasar desapercibidos.
-Bien, muchachos dividíos en grupos de cinco e inspeccionar el pueblo. De momento no intervengáis a no ser que sea estrictamente necesario. Si empezamos a detener piratas a lo loco el resto podrían causar graves daños en el pueblo y a la gente. Lo mejor es apresarlos a todos al mismo tiempo. Lanzaré una bengala roja cuando sea el momento. -dijo el sargento tras desembarcar.
Tras dar las últimas instrucciones, los marines comenzaron su misión. El roble iba vestido con una capa marrón cubriendo sus ropas de marine y sus espadas y se había situado en una amplia calle del pueblo, cerca de una taberna donde suponía que se reunirían algunos piratas. Él era el único que iba solo, era lo más adecuado para sus características. Su intención era fingir que era un árbol normal y así poder vigilar sin levantar sospechas.Cubrió sus ropas y sus armas con su corteza y se camufló como si fuese un árbol normal. En aquella situación sus ojos apenas eran perceptibles y cualquiera que lo viese lo tomaría por un árbol cualquiera. Desentonaba un poco con la flora del lugar pero al fin y al cabo nadie sospecharía nunca de un árbol.
No tardó mucho en identificar a un par de piratas potencialmente peligrosos que entraron en la taberna. Creyó recordar que uno de ellos tenía una recompensa aunque no estaba seguro de cual era la cantidad. Poco después tres hombres salieron del bar. Kodama los observó detenidamente para intentar recordar sus rostros de algunos de los carteles de recompensa que había estado estudiando. No le sonaban de nada pero tampoco podía dejar de sospechar de ellos, sus pintas eran un tanto curiosas y no podía descartar la posibilidad de que causaran problemas.
El hombre-árbol cerró los ojos y respiró la refrescante brisa del mar mientras reflexionaba sobre la tarea que tenía por delante. Según la información que le habían proporcionado, una importante cantidad de piratas se habían reunido en aquella isla por algún motivo desconocido. Su misión era relativamente simple, capturar a la mayor cantidad de piratas posible y evitar que causaran daños a la población. Para ello le habían asignado un grupo de marines que trabajarían bajo su mando. Sin embargo no era algo que le entusiasmase, la idea de ser el responsable de otros marines no le atraía demasiado, pero al menos así podría evitar que la situación se descontrolase.
No tardaron mucho en llegar. Kodama y su grupo desembarcaron en la costa sur y al cabo de unos minutos llegaron hasta un pueblo donde se dividieron en varios grupos, todos ellos vestido de paisano para pasar desapercibidos.
-Bien, muchachos dividíos en grupos de cinco e inspeccionar el pueblo. De momento no intervengáis a no ser que sea estrictamente necesario. Si empezamos a detener piratas a lo loco el resto podrían causar graves daños en el pueblo y a la gente. Lo mejor es apresarlos a todos al mismo tiempo. Lanzaré una bengala roja cuando sea el momento. -dijo el sargento tras desembarcar.
Tras dar las últimas instrucciones, los marines comenzaron su misión. El roble iba vestido con una capa marrón cubriendo sus ropas de marine y sus espadas y se había situado en una amplia calle del pueblo, cerca de una taberna donde suponía que se reunirían algunos piratas. Él era el único que iba solo, era lo más adecuado para sus características. Su intención era fingir que era un árbol normal y así poder vigilar sin levantar sospechas.Cubrió sus ropas y sus armas con su corteza y se camufló como si fuese un árbol normal. En aquella situación sus ojos apenas eran perceptibles y cualquiera que lo viese lo tomaría por un árbol cualquiera. Desentonaba un poco con la flora del lugar pero al fin y al cabo nadie sospecharía nunca de un árbol.
No tardó mucho en identificar a un par de piratas potencialmente peligrosos que entraron en la taberna. Creyó recordar que uno de ellos tenía una recompensa aunque no estaba seguro de cual era la cantidad. Poco después tres hombres salieron del bar. Kodama los observó detenidamente para intentar recordar sus rostros de algunos de los carteles de recompensa que había estado estudiando. No le sonaban de nada pero tampoco podía dejar de sospechar de ellos, sus pintas eran un tanto curiosas y no podía descartar la posibilidad de que causaran problemas.
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Mientras esperaba sentado, tomando tranquilamente llego nuestro superior, al que llaman Kasan, había rumores acerca de él, Se decía que era temible, bueno lo ideal sería actuar con cautela, no creía todo lo que escuchaba, pero ser cautelosos es la norma, en estos casos pero necesitaba comprobarlo por mi mismo
Después de presentarse lo mire, analizándolo un poco antes de contestar.
-Soy Durzo- mientras lo miraba - y tu fama te precede, no es muy buena la verdad, pero eso da igual ahora-
Al poco llego el ultimo integrante a la mesa, lo había visto entrar de antes, se había quedado en la barra observándonos, al principio pensé que seria un pirata pero se trataba del último integrante. Su actitud era un poco prepotente, sin embargo no estaba ahí para hacer amigos, en esta profesión no se tienen amigos.
Salimos detrás y nos alejamos del pueblo, mientras salíamos vimos un grupo de marines en direcciones varias, en principio los ignoramos y nos alejamos. En la periferia comenzó el informe del contacto.
-Empecemos, es bien sabido por toda la isla la existencia de este rumor, pero nadie dice nada, o no saben o no quieren decirlo, me ha costado conseguir información útil. Por ahora lo único que he sacado en claro es que esta en las profundidades de la isla-
El contacto sacó un pequeño mapa de la isla, y nos lo mostró agachado, apoyando en el suelo el pergamino.
-En esta zona de aquí, donde hay dos lagos casi pegados uno con el otro, la franja que los separa- dijo enseñándonos la localización en el mapa -ahí es donde sospecho que esta, es lo poco que he conseguido averiguar de la gente de esta isla- enrolló el pergamino, y se lo entregó a Noa
-Por lo visto, en medio de la franja hay una especie de pequeño fortín de piedra, se dice que dentro se encuentra la espada, pero ya sabemos que hay piratas por la zona, se han producido varias peleas entre bandas distintas por la zona, creo que sospechan que esta cerca aunque aún no saben lo del fortín, están rodeando estos dos pantanos-
Analice la situación, para mi lo mejor sería acercarnos sin ser vistos y ver el panorama,
-será difícil llegar al fortín sin ser vistos por los alrededores del mismo, así que primero deberíamos acercarnos con cautela e intentar saber a que nos enfrentamos- mencioné ante la situación. Nos levantamos todos, estaba claro que había que ir cuanto antes y el contacto lo sabía.
-yo aquí me retiro, cualquier cosa búsquenme en este pueblo, tendré una embarcación lista para salir de la isla en cuanto vuelva-....- Además, como último recurso podemos colaborar con la marina- y con esas últimas palabras se retiró, y nosotros nos pusimos en marcha
--------------------------
off: Kodama, podrías llegar a la localización simplemente siguiendo el rastro de los piratas que por ahí se encuentran, eso debería ser fácil de averiguar como marine y estando en el pueblo. O si ya prefieres cualquier otra opción, ya sea seguirnos o lo que se te ocurra, como quieras.
Después de presentarse lo mire, analizándolo un poco antes de contestar.
-Soy Durzo- mientras lo miraba - y tu fama te precede, no es muy buena la verdad, pero eso da igual ahora-
Al poco llego el ultimo integrante a la mesa, lo había visto entrar de antes, se había quedado en la barra observándonos, al principio pensé que seria un pirata pero se trataba del último integrante. Su actitud era un poco prepotente, sin embargo no estaba ahí para hacer amigos, en esta profesión no se tienen amigos.
Salimos detrás y nos alejamos del pueblo, mientras salíamos vimos un grupo de marines en direcciones varias, en principio los ignoramos y nos alejamos. En la periferia comenzó el informe del contacto.
-Empecemos, es bien sabido por toda la isla la existencia de este rumor, pero nadie dice nada, o no saben o no quieren decirlo, me ha costado conseguir información útil. Por ahora lo único que he sacado en claro es que esta en las profundidades de la isla-
El contacto sacó un pequeño mapa de la isla, y nos lo mostró agachado, apoyando en el suelo el pergamino.
-En esta zona de aquí, donde hay dos lagos casi pegados uno con el otro, la franja que los separa- dijo enseñándonos la localización en el mapa -ahí es donde sospecho que esta, es lo poco que he conseguido averiguar de la gente de esta isla- enrolló el pergamino, y se lo entregó a Noa
-Por lo visto, en medio de la franja hay una especie de pequeño fortín de piedra, se dice que dentro se encuentra la espada, pero ya sabemos que hay piratas por la zona, se han producido varias peleas entre bandas distintas por la zona, creo que sospechan que esta cerca aunque aún no saben lo del fortín, están rodeando estos dos pantanos-
Analice la situación, para mi lo mejor sería acercarnos sin ser vistos y ver el panorama,
-será difícil llegar al fortín sin ser vistos por los alrededores del mismo, así que primero deberíamos acercarnos con cautela e intentar saber a que nos enfrentamos- mencioné ante la situación. Nos levantamos todos, estaba claro que había que ir cuanto antes y el contacto lo sabía.
-yo aquí me retiro, cualquier cosa búsquenme en este pueblo, tendré una embarcación lista para salir de la isla en cuanto vuelva-....- Además, como último recurso podemos colaborar con la marina- y con esas últimas palabras se retiró, y nosotros nos pusimos en marcha
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off: Kodama, podrías llegar a la localización simplemente siguiendo el rastro de los piratas que por ahí se encuentran, eso debería ser fácil de averiguar como marine y estando en el pueblo. O si ya prefieres cualquier otra opción, ya sea seguirnos o lo que se te ocurra, como quieras.
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"Jajaja, no está nada mal, así es como me gustan los novatos, con un buen par bien puestos". Eso fue lo que pensé cuando se acercó Kyoji, se había pasado un buen rato en la barra pero yo ya sabía quien era él, es la ventaja que tenía ser el líder del equipo, que antes de salir de Ennies Lobby ya me habían informado de los 2 agentes que me acompañarían así como de todas sus habilidades, por ejemplo, se que Kyoji es un usuario Logia de arena o que Durzo apenas hacía un par de semanas que había pasado a formar parte del Gobierno, toda esa información me servía para trazar un buen plan mientras nos informaban de todo.
Antes de eso Durzo se había presentado educadamente y me dijo algo que me sorprendió bastante, por lo visto en estos últimos meses me había ganado una fama no muy honorable... Que raro, en ningún momento creo haber hecho ningún tipo de fechorías, es mas, todo lo contrario, las misiones que me habían mandado los de arriba resultaron ser grandes éxitos que recordar... Quizás me pasé un poco en cuanto a liberar mi poder se refiere y por eso ahora soy alto temido, pero realmente eso me alagaba.
Ya nos habíamos reunido los tres y entre ellos y el enlace decidieron salir fuera a comentar los detalles, eso me gustaba mucho, que mostrasen iniciativa y que no fuesen parados como otros tantos compañeros en el pasado, precisamente eso es lo que hace que el día de mañana sean grandes agentes y que las misiones sean exitosas.
El resumen era simple, dos lagos y en medio un fortín con el arma, después de explicar los detalles el enlace me dio el mapa y marcho a preparar un navío para cuando regresásemos, no me gustó demasiado como sonó lo de la embarcación, no creo que necesitásemos escapar como vulgares ladrones al igual que tampoco me hizo gracia el hecho de que nos sugiriese colaborar con la Marina, después de todo aunque apoyamos la misma causa somos rivales.
Durzo sugirió un plan, no era malo pero tenía defectos, él quería que nos infiltrásemos lo mas silenciosamente posible y pasando totalmente desapercibidos, pero en tal caso no tendríamos apoyo externo y desde luego no pensaba recurrir a la Marina para cubrir ese puesto.
- No está nada mal pero necesitaremos apoyo, además de que si entramos los tres a la vez destacaremos demasiado, por eso tu Durzo, serás quien entre en el fortín, haz lo que consideres necesario pero que no te detecten, Kyoji, tu te colocarás defendiendo un lago, si ves que se acercan demasiado al fortín tendrás que distraerlos y llamar su atención, yo haré lo mismo en el otro lago, así ganaremos tiempo para que Durzo entre y salga sin problemas. - Les conté el plan que había pensado, la idea era que Kyoji y yo seríamos la carnada mientras Durzo entraba y salía sin hacer ruido, según mis cálculos, con ese plan deberíamos conseguir tiempo mas que de sobra para que Durzo no tenga problemas, además, Kyoji se las podría apañar mas que de sobra siendo usuario de esa Akuma tan especial.
Después de aquello recogí el mapa y me lo guardé por si acaso nos servía de mas utilidad de aquí a un rato, esperé un poco por si alguno tenía dudas o quería aportar algo al plan pero de todos modos podríamos hacerlo por el camino así que tras un par de segundos esperando les hice un gesto para que me siguieran y comencé a caminar dirigiéndome a la zona, teníamos que llegar allí intentando no llamar demasiado la atención y para ello lo mejor sería avanzar ocultos en la vegetación.
Antes de eso Durzo se había presentado educadamente y me dijo algo que me sorprendió bastante, por lo visto en estos últimos meses me había ganado una fama no muy honorable... Que raro, en ningún momento creo haber hecho ningún tipo de fechorías, es mas, todo lo contrario, las misiones que me habían mandado los de arriba resultaron ser grandes éxitos que recordar... Quizás me pasé un poco en cuanto a liberar mi poder se refiere y por eso ahora soy alto temido, pero realmente eso me alagaba.
Ya nos habíamos reunido los tres y entre ellos y el enlace decidieron salir fuera a comentar los detalles, eso me gustaba mucho, que mostrasen iniciativa y que no fuesen parados como otros tantos compañeros en el pasado, precisamente eso es lo que hace que el día de mañana sean grandes agentes y que las misiones sean exitosas.
El resumen era simple, dos lagos y en medio un fortín con el arma, después de explicar los detalles el enlace me dio el mapa y marcho a preparar un navío para cuando regresásemos, no me gustó demasiado como sonó lo de la embarcación, no creo que necesitásemos escapar como vulgares ladrones al igual que tampoco me hizo gracia el hecho de que nos sugiriese colaborar con la Marina, después de todo aunque apoyamos la misma causa somos rivales.
Durzo sugirió un plan, no era malo pero tenía defectos, él quería que nos infiltrásemos lo mas silenciosamente posible y pasando totalmente desapercibidos, pero en tal caso no tendríamos apoyo externo y desde luego no pensaba recurrir a la Marina para cubrir ese puesto.
- No está nada mal pero necesitaremos apoyo, además de que si entramos los tres a la vez destacaremos demasiado, por eso tu Durzo, serás quien entre en el fortín, haz lo que consideres necesario pero que no te detecten, Kyoji, tu te colocarás defendiendo un lago, si ves que se acercan demasiado al fortín tendrás que distraerlos y llamar su atención, yo haré lo mismo en el otro lago, así ganaremos tiempo para que Durzo entre y salga sin problemas. - Les conté el plan que había pensado, la idea era que Kyoji y yo seríamos la carnada mientras Durzo entraba y salía sin hacer ruido, según mis cálculos, con ese plan deberíamos conseguir tiempo mas que de sobra para que Durzo no tenga problemas, además, Kyoji se las podría apañar mas que de sobra siendo usuario de esa Akuma tan especial.
Después de aquello recogí el mapa y me lo guardé por si acaso nos servía de mas utilidad de aquí a un rato, esperé un poco por si alguno tenía dudas o quería aportar algo al plan pero de todos modos podríamos hacerlo por el camino así que tras un par de segundos esperando les hice un gesto para que me siguieran y comencé a caminar dirigiéndome a la zona, teníamos que llegar allí intentando no llamar demasiado la atención y para ello lo mejor sería avanzar ocultos en la vegetación.
Kyoji Kagami
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Sin más dilación salimos fuera de aquella apestosa cantina que había sido el lugar de reunión y comenzamos a trazar nuestro siguiente movimiento. Aquel enlace, nuestro infiltrado, nos comenzó a dar las pautas de acción, cosa que a mí no me gustó para nada. Además, y para colmo, había algo raro en las inmediaciones. Era un cambio en el paisaje, un árbol estaba colocado donde antes no había nada, pero no era algo que tuviera significativo valor ahora, de modo que simplemente lo dejé pasar. Asentí a las palabras del informador, quien nos comunicó que al parecer aquella arma estaba escondida en medio de dos lagos, en una especie de fortín. -*Qué poco originales son estos piratas para esconder sus tesoros… *-Pensaba yo al darme cuenta de esto aquel hombre.
Kasan entonces, el “jefe” en aquella misión, nos explicó su plan, en respuesta al trazado por Durzo, mi compañero, momentos antes. Este primero consistía en infiltrarnos, algo bastante complicado teniendo en cuenta la cantidad de gente que había, aunque no supieran que éramos miembros del CP, nos atacarían igualmente, al fin y al cabo eran piratas. El planteado por Kasan era igualmente estúpido, pues consistía en enviar a la boca del lobo al más nuevo del grupo. Además sugirió que necesitaríamos apoyo. ¿Apoyo? No éramos marines, éramos agentes, esa palabra no estaba ni en nuestro vocabulario, debíamos ser capaces de hacerlo solos, era una misión increíblemente sencilla, me daría vergüenza tener que pedir refuerzos para llevarla a cabo. –Me opongo. –Dije en un tono solemne, me daba igual quién fuera el jefe del grupo, no obedecía las órdenes de los de arriba, iba a obedecer las de alguien del CP3. Já. –Para empezar, Durzo no tiene ni idea de cómo actuamos, se le ve verde, y es el más débil de nosotros. –Dije sin saber que igual con esto le faltaba al respeto, aunque aun sabiéndolo lo habría dicho de todos modos. –Además, no podemos cubrir cada uno la entrada al lago, pues si cubrimos las dos entradas por tierra, quedan descubiertas las entradas vía acuáticas, a través del lago. Además, a juzgar por la información, muchos ya merodean la zona, lo más probable es que ya se hayan metido varios en la búsqueda del arma, así que esto refuerza mi idea de no enviar a Durzo sólo, sino ir los tres juntos. ¿Llamaremos la atención? Sí, ¿y? Si nos atacan tan sólo debemos eliminarlos, es simple. –Tras decir aquello me comencé a alejar, en dirección al punto que el mapa que Noa se guardó marcaba, que coincidía con el lugar dónde aquel árbol había aparecido de la nada. –Es simple, tan sólo matad a cualquiera que se os acerque, y ya… -Les repetí a mis compañeros de misión, indicándoles después que me siguieran. Ya había memorizado el mapa y trazado una ruta segura.
Off- Vale, vamos por partes xD
Hago esto para cabrear al CP, mi pj no obedece normas ni nada, por eso no asciende ni a tiros xD, pero también por más razones, entre ellas incluir a Kodama en el rol, que crea que somos los malos al deciros que matéis a todos jaja
Por cierto, Kodama, para que no creas que voy de God Mode, mi personaje pelea usando el entorno, por eso SIEMPRE se fija en cada detalle, además tiene memoria fotográfica, es arqueólogo y tiene haki observación, por si piensas que me he excedido al saber que te estabas ocultando jaja
Nótese que no sé que eres nada, te creo un árbol trasplantado o algo xD, pero me he dado cuenta de que estás, nada más :D -Off
Kasan entonces, el “jefe” en aquella misión, nos explicó su plan, en respuesta al trazado por Durzo, mi compañero, momentos antes. Este primero consistía en infiltrarnos, algo bastante complicado teniendo en cuenta la cantidad de gente que había, aunque no supieran que éramos miembros del CP, nos atacarían igualmente, al fin y al cabo eran piratas. El planteado por Kasan era igualmente estúpido, pues consistía en enviar a la boca del lobo al más nuevo del grupo. Además sugirió que necesitaríamos apoyo. ¿Apoyo? No éramos marines, éramos agentes, esa palabra no estaba ni en nuestro vocabulario, debíamos ser capaces de hacerlo solos, era una misión increíblemente sencilla, me daría vergüenza tener que pedir refuerzos para llevarla a cabo. –Me opongo. –Dije en un tono solemne, me daba igual quién fuera el jefe del grupo, no obedecía las órdenes de los de arriba, iba a obedecer las de alguien del CP3. Já. –Para empezar, Durzo no tiene ni idea de cómo actuamos, se le ve verde, y es el más débil de nosotros. –Dije sin saber que igual con esto le faltaba al respeto, aunque aun sabiéndolo lo habría dicho de todos modos. –Además, no podemos cubrir cada uno la entrada al lago, pues si cubrimos las dos entradas por tierra, quedan descubiertas las entradas vía acuáticas, a través del lago. Además, a juzgar por la información, muchos ya merodean la zona, lo más probable es que ya se hayan metido varios en la búsqueda del arma, así que esto refuerza mi idea de no enviar a Durzo sólo, sino ir los tres juntos. ¿Llamaremos la atención? Sí, ¿y? Si nos atacan tan sólo debemos eliminarlos, es simple. –Tras decir aquello me comencé a alejar, en dirección al punto que el mapa que Noa se guardó marcaba, que coincidía con el lugar dónde aquel árbol había aparecido de la nada. –Es simple, tan sólo matad a cualquiera que se os acerque, y ya… -Les repetí a mis compañeros de misión, indicándoles después que me siguieran. Ya había memorizado el mapa y trazado una ruta segura.
Off- Vale, vamos por partes xD
Hago esto para cabrear al CP, mi pj no obedece normas ni nada, por eso no asciende ni a tiros xD, pero también por más razones, entre ellas incluir a Kodama en el rol, que crea que somos los malos al deciros que matéis a todos jaja
Por cierto, Kodama, para que no creas que voy de God Mode, mi personaje pelea usando el entorno, por eso SIEMPRE se fija en cada detalle, además tiene memoria fotográfica, es arqueólogo y tiene haki observación, por si piensas que me he excedido al saber que te estabas ocultando jaja
Nótese que no sé que eres nada, te creo un árbol trasplantado o algo xD, pero me he dado cuenta de que estás, nada más :D -Off
Roland von Klauswitz
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-"Muy interesante." -pensaba Kodama mientras espiaba la conversación de aquel variopinto grupo de desconocidos. al principio pensaba que podrían ser simplemente habitantes de la isla pero en cuanto comenzó su conversación entendió que había dado con algo. Desde donde estaba tenía que concentrarse bastante para llegar a oír algo y no pudo escuchar durante mucho tiempo, pero lo poco que llegó a escuchar fue suficiente para convencerse de que no eran ciudadanos comunes.
Los cuatro hombres se reunieron en una zona algo alejada de la taberna, a relativamente pocos metros de donde él se encontraba. Confiaba en que ninguno de ellos se hubiera fijado demasiado en él, aunque en realidad daba igual. Para el resto del mundo solo era un árbol, un árbol con alguna que otra sorpresa. Los desconocidos se colocaron alrededor de algo que uno de ellos puso en el suelo, supuso que sería un mapa o algo así. Al principio pensó que podrían ser exploradores pero si ese era el caso, ¿porqué no podían reunirse en el bar? Que estuvieran allí, acuclillados en el suelo a la intemperie le resultaba extraño.
El primero que habló fue el tipo que se encontraba agachado junto a lo que suponía que sería un mapa.
-En esta zona de aquí, donde hay dos lagos casi pegados uno con el otro, la franja que los separa. Ahí es donde sospecho que esta, es lo poco que... Por lo visto, en medio de la franja hay una especie de pequeño fortín de piedra, se dice que dentro se encuentra la espada, pero ya sabemos que hay piratas... se han producido varias peleas entre bandas distintas por la zona, creo que sospechan que esta cerca aunque... -oyó decir al hombre, aunque no sin dificultades. No había oído lo primero que había dicho pero no le dio mucha importancia. Estaba hablando de una espada, ¿a eso habían venido a la isla?, ¿a por una espada? Le parecía un poco ridículo pero no sabía de que clase de arma se trataba. Aunque lo que más le llamaba la atención era el sitio donde estaba. No se le ocurría nada más evidente para guardar algo importante.
No tuvo mucho más tiempo para pensar sobre ello ya que tuvo que seguir el hilo de la conversación. Por desgracia en ese momento comenzó a arreciar un fuerte viento y fue incapaz de entender lo que dijeron después. Sin embargo eso no impidió que le divirtiera la situación. Cada vez que uno dejaba de hablar, el siguiente continuaba con un tono más severo que el anterior, como si intentara imponer su opinión. Seguramente estarían discutiendo los detalles del viaje o algo así.
Estaba a punto de marcharse cuando un fragmento de conversación llegó de nuevo hasta sus oídos camuflados entre la corteza del tronco.
-Es simple, tan sólo matad a cualquiera que se os acerque, y ya. -oyó decir a uno de ellos. El tipo que lo había dicho era el que más le preocupaba. Su aspecto era el más extraño de todos y su mirada le ponía los pelos de punta, aun a pesar de que siendo un árbol no tenía pelo.
Fue este mismo hombre el que inició la marcha cuando terminaron de hablar, indicándoles a los demás que le siguieran. Al principio pensó en seguirlos pero descartó la idea rápidamente. No quería arriesgarse a que le descubrieran. Era evidente que esos tipos no eran ciudadanos normales y pacíficos y podían resultar una amenaza para los que sí lo eran. Cuando desaparecieron de su vista, Kodama volvió a su forma humana. Rápidamente sacó el mapa de la isla que le habían proporcionado y buscó la localización que habían descrito los desconocidos. No tardó en encontrar el sitio. Le seguía llamando fuertemente la atención el hecho de que alguien hubiera decidido esconder algo importante en un sitio que llamaba tanto la atención.
-"Bien, parece que ya he dado con algo interesante. Debería ir también a la zona de los lagos y observar sus acciones. Si hacen algo que no me guste solo tendré que arrestarlos.
Kodama sacó un Den Den Mushi e informó a sus hombres de que se adentraría en la isla, alejándose de la zona habitada. Avisó a los marines de que si no tenían noticias suyas cada hora, era porque algo iba mal. El hombre-árbol se ajustó las katanas y emprendió la marcha siguiendo el mapa. Era hora de trabajar.
Los cuatro hombres se reunieron en una zona algo alejada de la taberna, a relativamente pocos metros de donde él se encontraba. Confiaba en que ninguno de ellos se hubiera fijado demasiado en él, aunque en realidad daba igual. Para el resto del mundo solo era un árbol, un árbol con alguna que otra sorpresa. Los desconocidos se colocaron alrededor de algo que uno de ellos puso en el suelo, supuso que sería un mapa o algo así. Al principio pensó que podrían ser exploradores pero si ese era el caso, ¿porqué no podían reunirse en el bar? Que estuvieran allí, acuclillados en el suelo a la intemperie le resultaba extraño.
El primero que habló fue el tipo que se encontraba agachado junto a lo que suponía que sería un mapa.
-En esta zona de aquí, donde hay dos lagos casi pegados uno con el otro, la franja que los separa. Ahí es donde sospecho que esta, es lo poco que... Por lo visto, en medio de la franja hay una especie de pequeño fortín de piedra, se dice que dentro se encuentra la espada, pero ya sabemos que hay piratas... se han producido varias peleas entre bandas distintas por la zona, creo que sospechan que esta cerca aunque... -oyó decir al hombre, aunque no sin dificultades. No había oído lo primero que había dicho pero no le dio mucha importancia. Estaba hablando de una espada, ¿a eso habían venido a la isla?, ¿a por una espada? Le parecía un poco ridículo pero no sabía de que clase de arma se trataba. Aunque lo que más le llamaba la atención era el sitio donde estaba. No se le ocurría nada más evidente para guardar algo importante.
No tuvo mucho más tiempo para pensar sobre ello ya que tuvo que seguir el hilo de la conversación. Por desgracia en ese momento comenzó a arreciar un fuerte viento y fue incapaz de entender lo que dijeron después. Sin embargo eso no impidió que le divirtiera la situación. Cada vez que uno dejaba de hablar, el siguiente continuaba con un tono más severo que el anterior, como si intentara imponer su opinión. Seguramente estarían discutiendo los detalles del viaje o algo así.
Estaba a punto de marcharse cuando un fragmento de conversación llegó de nuevo hasta sus oídos camuflados entre la corteza del tronco.
-Es simple, tan sólo matad a cualquiera que se os acerque, y ya. -oyó decir a uno de ellos. El tipo que lo había dicho era el que más le preocupaba. Su aspecto era el más extraño de todos y su mirada le ponía los pelos de punta, aun a pesar de que siendo un árbol no tenía pelo.
Fue este mismo hombre el que inició la marcha cuando terminaron de hablar, indicándoles a los demás que le siguieran. Al principio pensó en seguirlos pero descartó la idea rápidamente. No quería arriesgarse a que le descubrieran. Era evidente que esos tipos no eran ciudadanos normales y pacíficos y podían resultar una amenaza para los que sí lo eran. Cuando desaparecieron de su vista, Kodama volvió a su forma humana. Rápidamente sacó el mapa de la isla que le habían proporcionado y buscó la localización que habían descrito los desconocidos. No tardó en encontrar el sitio. Le seguía llamando fuertemente la atención el hecho de que alguien hubiera decidido esconder algo importante en un sitio que llamaba tanto la atención.
-"Bien, parece que ya he dado con algo interesante. Debería ir también a la zona de los lagos y observar sus acciones. Si hacen algo que no me guste solo tendré que arrestarlos.
Kodama sacó un Den Den Mushi e informó a sus hombres de que se adentraría en la isla, alejándose de la zona habitada. Avisó a los marines de que si no tenían noticias suyas cada hora, era porque algo iba mal. El hombre-árbol se ajustó las katanas y emprendió la marcha siguiendo el mapa. Era hora de trabajar.
- OFF:
- No te preocupes por lo de haberme visto. De hecho puse lo de que no encajaba con las plantas del lugar para que pudierais incluirlo.
Durzo Blint
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Escuche la idea de Kasan, no era nada mala, aunque su plan tenía pequeños detalles que no terminaban de cuadrarme. Mientras Kasan guardaba el mapa, Habló el otro. Para ser sinceros, me caía mal, era un peligro para la misión y para si mismo, la clase de persona con la que no me gustaba trabajar, me quede pensando un rato mientras estábamos de camino al objetivo, y llegue a una buena conclusión.
Agarre al compañero, cuyo nombre aun no sabia, por el brazo para detenerlo, pues iba en primer lugar caminando y no tenía intención de detenerse.
-escucha incauto, no se quien eres, ni porqué coño actúas como si fueras aquí la supereminencia, lo que eres es un niño mimado, si pones en peligro la misión, o a mi, iré a por ti y veras lo débil que soy-
-escuchad, creo que lo que debemos hacer es una mezcla de las tácticas, entremos los 3 por un lado, por la fuerza, pero de forma inteligente, me explico, ir ustedes dos tal como dijo nuestro estimado amigo, mientras yo me infiltrare y me adelantaré, con el puedo saber que nos espera delante y prepararnos, si puedo entrar, perfecto, y si no, pues me uno a ustedes, pero al menos no estaremos entrando a ciegas a terreno desconocido con enemigos desconocidos-
-mi idea es ir por agua, en cuanto lleguemos al lago, buscaré la forma de entrar en él y nadare hasta el fortín por un lado. Mientras ustedes intenten llegar ahí por el camino normal, y derroten a los que hagan falta, yo estaré cerca así que cualquier cosa y si necesitan ayuda, atacare por la retaguardia, mientras vea que no se me necesite seguiré avanzando por delante-
Después de informar rápido del plan mire al rebelde sin causa de mi compañero-y visto que tu eres de los que hace lo que te da la gana, tampoco te estaba preguntando si te parece bien este plan, si no te parece bien, pues te jodes, no podrás evitar que yo haga lo que me parezca mejor, esta en tu mano hacer lo más útil, o lo que te haga sentir más hombre y satisfaga tu ego-
No sabía que iba a hacer, ni me importaba, el plan que tenía en mente se parecía al suyo, pero guardándonos más las espaldas.
Nos acercamos a un claro, estábamos aun tras unos arbustos. Frente a nosotros, un enorme lago, entre nosotros y el lago, un grupo de 5 hombres alrededor de lo que parecía una fogata apagada, posiblemente de la noche anterior, estaban acampando ahí.
El camino más cercano estaba unos 200 metros rodeando el lago que teníamos enfrente, pero no había la suficiente maleza para llegar hasta él sin ser visto. Y en el camino al fortín habían muchos cadáveres y hombres revisando los cadáveres.
Me quede agachado, esperando el momento, y mire a los otros dos compañeros que tenía, no podíamos hablar, demasiado cerca, teníamos que bastarnos con señas. Ellos sabrían el momento oportuno para entrar en combate, yo aprovecharía para eliminar con ellos los hombres más cercanos, y luego entrar al agua. Todo estaba en silencio, solo se escuchaban los hombres aquellos hablando despreocupado, hablaban sobre la fortaleza y la espada, tendría que acercarme mas para escuchar que dicen, pero no creía que mis compañeros me darían tiempo a escuchar antes de entrar en combate.
---------------------
off: básicamente tienen pa escoger, si esperan un turno podrían escuchar información útil, pero podrían perder elemento sorpresa, si no esperan al contrario, pillarían a los primeros 5 con la guardia baja. Who knows what is best? xD
Agarre al compañero, cuyo nombre aun no sabia, por el brazo para detenerlo, pues iba en primer lugar caminando y no tenía intención de detenerse.
-escucha incauto, no se quien eres, ni porqué coño actúas como si fueras aquí la supereminencia, lo que eres es un niño mimado, si pones en peligro la misión, o a mi, iré a por ti y veras lo débil que soy-
-escuchad, creo que lo que debemos hacer es una mezcla de las tácticas, entremos los 3 por un lado, por la fuerza, pero de forma inteligente, me explico, ir ustedes dos tal como dijo nuestro estimado amigo, mientras yo me infiltrare y me adelantaré, con el puedo saber que nos espera delante y prepararnos, si puedo entrar, perfecto, y si no, pues me uno a ustedes, pero al menos no estaremos entrando a ciegas a terreno desconocido con enemigos desconocidos-
-mi idea es ir por agua, en cuanto lleguemos al lago, buscaré la forma de entrar en él y nadare hasta el fortín por un lado. Mientras ustedes intenten llegar ahí por el camino normal, y derroten a los que hagan falta, yo estaré cerca así que cualquier cosa y si necesitan ayuda, atacare por la retaguardia, mientras vea que no se me necesite seguiré avanzando por delante-
Después de informar rápido del plan mire al rebelde sin causa de mi compañero-y visto que tu eres de los que hace lo que te da la gana, tampoco te estaba preguntando si te parece bien este plan, si no te parece bien, pues te jodes, no podrás evitar que yo haga lo que me parezca mejor, esta en tu mano hacer lo más útil, o lo que te haga sentir más hombre y satisfaga tu ego-
No sabía que iba a hacer, ni me importaba, el plan que tenía en mente se parecía al suyo, pero guardándonos más las espaldas.
Nos acercamos a un claro, estábamos aun tras unos arbustos. Frente a nosotros, un enorme lago, entre nosotros y el lago, un grupo de 5 hombres alrededor de lo que parecía una fogata apagada, posiblemente de la noche anterior, estaban acampando ahí.
El camino más cercano estaba unos 200 metros rodeando el lago que teníamos enfrente, pero no había la suficiente maleza para llegar hasta él sin ser visto. Y en el camino al fortín habían muchos cadáveres y hombres revisando los cadáveres.
Me quede agachado, esperando el momento, y mire a los otros dos compañeros que tenía, no podíamos hablar, demasiado cerca, teníamos que bastarnos con señas. Ellos sabrían el momento oportuno para entrar en combate, yo aprovecharía para eliminar con ellos los hombres más cercanos, y luego entrar al agua. Todo estaba en silencio, solo se escuchaban los hombres aquellos hablando despreocupado, hablaban sobre la fortaleza y la espada, tendría que acercarme mas para escuchar que dicen, pero no creía que mis compañeros me darían tiempo a escuchar antes de entrar en combate.
---------------------
off: básicamente tienen pa escoger, si esperan un turno podrían escuchar información útil, pero podrían perder elemento sorpresa, si no esperan al contrario, pillarían a los primeros 5 con la guardia baja. Who knows what is best? xD
Kasan
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Bla bla bla, total, que ninguno de estos me va a hacer ni puto caso, uno por querer ir en plan Dain arramblando con todo lo que se ponga por medio y el otro por querer jugar a las estrategias, menuda mierda, de seguro que se meterán en problemas y me tocará salvarles el culo a los dos... Durzo apenas tiene idea del Rokushiki y lo máximo que puede hacer es depender de sus armas, aunque es un buen estratega solo con eso no basta, y Kyoji bueno, ese es de los que intentarán derribar un muro de hormigón a cabezazos... Menudo par.
La misión se me iba a hacer eterna y complicada, no podía permitir que ninguno de los dos muriese alli así que me tocaría hacer de niñera tanto para bien como para mal, menuda lata de día... Lo peor de todo es que si hiciese esta misión yo solo apenas me llevaría la mitad de tiempo.
Después de discutir un rato entre nosotros partimos hacía el lugar donde se suponía que estaba oculta el arma, nada mas comenzar a caminar me di cuenta de que algo no encajaba, no solo por el hecho de que hay que ser tonto del culo para esconder un arma tan poderosa a la vista si no por algo mucho mas simple, un árbol en concreto, no era guardabosques y no sabía gran cosa sobre plantas pero sobre clima sabía bastante y se mas que de sobra que con estas condiciones un árbol de esas características no podría vivir aquí, no al menos de manera natural así que estaba claro que era un disfraz muy bien logrado pero usado en un mal sitio.
- Destrozad cualquier cosa que veais sospechosa, me da igual si es una piedra o una planta. - No era capaz de utilizar el Mantra para comprobar la identidad del árbol pero tampoco me iba a acercar al enemigo así como así, esperaba que fuesen capaces de captar la indirecta y que estuviesen alerta por si acaso.
Tras un rato caminado llegamos por fin a nuestro destino, al fondo se podía ver el objetivo pero primero deberíamos deshacernos de cinco hombrecillos que por lo visto estaban alli de vigilantes, iba a lanzarme a por ellos cuando de pronto pude escuchar a uno de ellos mencionar algo sobre la espada, nada mas oír las primeras palabras utilicé el Soru para llegar hasta ellos y asesinarlos utilizando el Shigan excepto a uno de ellos, la acción fue a tal velocidad que apenas hicieron ruido al morir, al último de ellos lo derribé contra el suelo y lo inmovilicé haciendole una llave y agarrandole de sus partes de hombre con firmeza.
- Muevete y me hago un collar con esto de aquí. - Le dije mientras le apretaba un poco, cuando lo inmovilicé procuré dejarlo boca abajo para que no pudiese alertar a nadie y poder torturarlo sin problemas.
- Te lo voy a poner fácil, cuéntame todo lo que sepas sobre el arma que se esconde aquí y como estáis organizados, por si no ha quedado claro te doy 5 segundos para contestar o acabarás como tus compañeros. - Le dije con tono serio mientras apretaba la llave para hacerle hablar.
La razón de porqué hice aquello, simple, si no lo hubiera hecho posiblemente Kyoji se hubiese adelantado y estarían todos muertos, mantendríamos el factor sorpresa pero la información que nos podían dar era muy valiosa y Durzo no se lo habría perdonado, de este modo todos saliamos ganando, Kyoji vería un poco de acción y de lo que nos esperaría y Durzo tendría mas información con la que hacer una estrategia.
La misión se me iba a hacer eterna y complicada, no podía permitir que ninguno de los dos muriese alli así que me tocaría hacer de niñera tanto para bien como para mal, menuda lata de día... Lo peor de todo es que si hiciese esta misión yo solo apenas me llevaría la mitad de tiempo.
Después de discutir un rato entre nosotros partimos hacía el lugar donde se suponía que estaba oculta el arma, nada mas comenzar a caminar me di cuenta de que algo no encajaba, no solo por el hecho de que hay que ser tonto del culo para esconder un arma tan poderosa a la vista si no por algo mucho mas simple, un árbol en concreto, no era guardabosques y no sabía gran cosa sobre plantas pero sobre clima sabía bastante y se mas que de sobra que con estas condiciones un árbol de esas características no podría vivir aquí, no al menos de manera natural así que estaba claro que era un disfraz muy bien logrado pero usado en un mal sitio.
- Destrozad cualquier cosa que veais sospechosa, me da igual si es una piedra o una planta. - No era capaz de utilizar el Mantra para comprobar la identidad del árbol pero tampoco me iba a acercar al enemigo así como así, esperaba que fuesen capaces de captar la indirecta y que estuviesen alerta por si acaso.
Tras un rato caminado llegamos por fin a nuestro destino, al fondo se podía ver el objetivo pero primero deberíamos deshacernos de cinco hombrecillos que por lo visto estaban alli de vigilantes, iba a lanzarme a por ellos cuando de pronto pude escuchar a uno de ellos mencionar algo sobre la espada, nada mas oír las primeras palabras utilicé el Soru para llegar hasta ellos y asesinarlos utilizando el Shigan excepto a uno de ellos, la acción fue a tal velocidad que apenas hicieron ruido al morir, al último de ellos lo derribé contra el suelo y lo inmovilicé haciendole una llave y agarrandole de sus partes de hombre con firmeza.
- Muevete y me hago un collar con esto de aquí. - Le dije mientras le apretaba un poco, cuando lo inmovilicé procuré dejarlo boca abajo para que no pudiese alertar a nadie y poder torturarlo sin problemas.
- Te lo voy a poner fácil, cuéntame todo lo que sepas sobre el arma que se esconde aquí y como estáis organizados, por si no ha quedado claro te doy 5 segundos para contestar o acabarás como tus compañeros. - Le dije con tono serio mientras apretaba la llave para hacerle hablar.
La razón de porqué hice aquello, simple, si no lo hubiera hecho posiblemente Kyoji se hubiese adelantado y estarían todos muertos, mantendríamos el factor sorpresa pero la información que nos podían dar era muy valiosa y Durzo no se lo habría perdonado, de este modo todos saliamos ganando, Kyoji vería un poco de acción y de lo que nos esperaría y Durzo tendría mas información con la que hacer una estrategia.
Kyoji Kagami
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Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
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- OFF:
- Off- Creo que el de los cabezazos debería ser Durzo, y yo el de las estrategias xDD Al fin y al cabo, mi personaje es un superdotado que pelea anticipándose a sus enemigos gracias a su inteligencia, aunque es algo arrogante jaja. Lo digo porque no me ha gustado como veis a mi personaje, que mate sin remordimientos no le hace tan tonto como para tirar un muro a cabezazos.
Y en cuanto a lo del árbol, que no sea autóctono no quiere decir que sea alguien disfrazado, no es lógico que eso sea lo primero que piensas al ver un cactus en Londres, por ejemplo xDD Pero sabiendo que llevaba las katanas encima pues… xDDD
Y por cierto Kodama, Kagami no grita en ningún momento, ya veis que no usé ninguna exclamación, rara vez lo ha hecho en su vida, diremos que gritaba, pero no es así, lo digo por lo mismo que antes, Kagami es frío y distante, no se exalta por nada, y si alguien discute con él simplemente le compadece por ser tan estúpido, pues en su arrogancia cree llevar siempre razón, cosa que suele suceder xD –Off
Antes de comenzar a llevar a cabo mi plan, sin ninguna duda el mejor, aquel tipo al que llamé novato, con razón debo decir, saltó de la ira a recriminarme mis palabras. Me llamó incauto, y no contento con aquello, me amenazó. Sólo pude sonreír ante sus palabras, ¿realmente pensaba que estaba a mi nivel? En cualquier caso lo dejé correr por el momento, no quería que aquel tipo se convirtiera en el décimo compañero que moría delante de mí, y encima fuera a mis manos. Comenzó a explicar su nuevo plan, y volví a reírme de este, para después demostrarle sus fallos. –Bien, tú irás delante, y según dices, si algo sale mal… ¿te reunirás con nosotros? No, amigo, esto no es un entrenamiento, si algo sale mal, te dispararán y morirás. Si esto es lo que deseas, entonces adelante, no seré yo quien te lo impida… -Tras decir aquello acepté su plan, rezando porque nada saliera mal por culpa de hacer lo que al más nuevo le vino en gana.
Kasan, por su parte, se veía algo inquieto, y de las palabras que dijo, saqué algo en claro. Al parecer él también tenía la sensación de que alguien nos seguía, sentía una presencia. Me figuraba que él tendría haki, al igual que yo, y que esta sería la razón, aunque de ser así probablemente él ya habría atacado a aquel árbol, de todas formas podría ser solo muy observador, al fin y al cabo aquel árbol tenía unas katanas sin razón aparente, y había aparecido de la nada, así que incluso sin haki era algo sospechoso. Yo en cambio, pese a saber que algo iba mal, decidí permanecer a la espera de ver lo que acontecería.
Me limité a hacer caso a Kasan y seguimos avanzando, hasta que nos topamos con un grupo de cinco hombres. Había dos opciones, esperar a oír su conversación, o lanzarse a emboscarlos con el factor sorpresa. Ninguna de las dos era válida. Si atacábamos sin saber siquiera quienes eran podíamos estar matando ciudadanos o marines de paisano, y si esperábamos nos arriesgábamos a ser descubiertos. Lo mejor sería cogerlos, pero no acabarlos, e interrogarlos. Sin embargo Kasan no esperó tanto, y se lanzó a por ellos utilizando su Soru. Rápidamente corrí detrás de él, siguiendo sus pasos gracias a mis ojos que eran capaces de percibir todo a menor velocidad, y protegí a cada uno de aquellos hombres a los que atacó con el shigan, la siguiente técnica que yo debería aprender, pero que por una razón u otra, siempre acababa postergando. Con la arena cree pequeños escudos entre su dedo pistola y el cuerpo de aquellas personas, a las que después inmovilicé usando la arena a modo de grilletes alrededor de sus manos, piernas y cuellos. Él había cogido al quinto de ellos, al parecer pensando que todos los demás habían muerto.
Me apoyé sobre el estómago de uno de ellos y cogí una de mis agujas senbon, el cual le acerqué al ojo izquierdo, mientras con mis ojos de color dorado intenso y aspecto siniestro, le miraba fijamente. –Te haré sólo tres preguntas, espero que me respondas sinceramente, si no, perderás el ojo, ¿entendido? –Al preguntar aquello él asintió, sin dejar de mirarme a los ojos. –Bien. Primera pregunta: ¿Eres un pirata? –Esta vez, al preguntarle aquello él lo negó, pero supe que mentía, y le atravesé el ojo con aquella aguja, para después tirar de esta y sacarla de nuevo.
Su grito habría sido increíble, de no ser porque introduje arena en su boca para evitar que se oyera. –Me has mentido, y has perdido un ojo. Ahora ya sabemos que sois piratas, así que… -Tras decir aquello los grilletes que había formado alrededor del cuello de sus otros tres compañeros se convirtieron en cuchillas a la orden de un chasquido, que se cerraron y rebanaron el cuello a sus amigos. –No hay piedad en este cruel mundo, ¿no crees? En fin, continuemos. Segunda pregunta: ¿Habéis venido a por la espada legendaria? –Ahora llevé la aguja a su otro ojo, el derecho, repitiendo el mismo proceso. –Ya sabes lo que pasará si mientes… -Él, nuevamente, me mintió, diciendo que no con la cabeza. –Lástima, me has vuelto a mentir… -Tras decirle esto le atravesé el otro ojo, y nuevamente solo la arena nos evitó oír un horrible grito de sufrimiento, mientras el pobre hombre lloraba sangre por ambas cuencas de los ojos.
–Te contaré una cosa, estos ojos pueden “ver la verdad”. Cuando mientes, tus ojos te delatan con un movimiento casi imperceptible. Yo soy capaz de verlo con claridad gracias a mis ojos, es por eso que he sabido que me mentías, pues la primera pregunta que hice, al decir si lo habías entendido, era una pregunta de calibración, para ver tu respuesta bajo presión. Como te dije, te haré tres preguntas, así que al haberte formulado ya dos de estas, sólo queda una… pero ya no tienes ojos, así que no voy a saber si me mientes o no, así que me guiaré por los precedentes si dudo entre si dices la verdad o si mientes, y tus precedentes son muy malos, así que yo que tú me esforzaría por decir la verdad, si aprecias en algo tu vida. Tercera pregunta, esta es de desarrollar, eh: ¿Qué sabes acerca de la espada? –Tras aquello aquel tipo estuvo hablando durante varios minutos, tras quitarle la arena que impedía que gritara. Según parecía, no sabían demasiado acerca de esta, tan solo habían oído rumores y leyendas, al igual que nosotros. Me confirmó la presencia de muchos otros piratas, revolucionarios y demás en búsqueda de aquel “tesoro”, lo cual me hizo sonreír, al menos habría algo de diversión.
Al acabar de “cantar” comenzó a rogar por su vida, sobre todo después de que yo creara una espada de arena y la colocara justo en su cuello, en posición vertical, como preparado para atravesarlo. –Cierto, has dicho la verdad, pero yo no concedo redención. –Tras aquellas palabras apuñalé su cuello, acabando con su vida. Miré entonces a Durzo, aquel que me iba a demostrar lo fuerte que era, y me acerqué a él. -¿Sigues pensando que eres “fuerte? –Le pregunté desde su lado tras acercarme hasta él a muchísima velocidad.
Off- Durzo, ya que te dije que te echaría una mano, aprovecho para “corregirte” un par de cosas. Cuando empieces diálogo usa mayúscula, y cuando vayas a unir un diálogo con otro, es recomendable que utilices alguna descripción, ya sea de cómo reacciona alguien al oírte o los gestos que empleas mientras hablas.[/color][/b]
Roland von Klauswitz
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El chasquido de las esposas al cerrarse le trajo de vuelta de sus ensoñaciones. A sus pies se postraban los cuerpos inertes de varios piratas, cuya sangre bañaba ahora sus espadas. Durante el camino hacia la zona donde supuestamente se aproximaban aquellos hombres, se había topado con un nutrido grupo de piratas armados y sin ninguna contemplación a la hora de atacar a un árbol. No mostraron la más mínima curiosidad por su aspecto antes de lanzarse a por él con las armas en alto. Supuso que estarían acostumbrados a encontrarse con gente extraña.
A su pesar el marine no tuvo más remedio que acabar con ellos. Y no es que le importara enfrentarse a los piratas, sino que sus exclamaciones le habían distraído de una "conversación" que estaba manteniendo con uno de los arbustos del lugar. Durante sus viajes solía distraerse hablando con alguna planta que le resultase interesante, olvidándose de que él es la única planta capaz de hablar y eso provocaba que tardase mucho en llegar a cualquier sitio. Por suerte no tendría que detenerse a esposarlos, de eso ya se encargarían sus hombres.
Kodama reemprendió la marcha y aceleró el paso, no quería que esos tipos se alejaran demasiado. Al cabo de un rato que le pareció eterno, poco después del anochecer, llegó hasta las proximidades de uno de los lagos. El sargento permaneció oculto entre la vegetación, amparado en la oscuridad y cubierto por una frondosa capa de ramas y arbustos. Desde su posición era capaz de ver totalmente la extensión de agua que formaba aquel lago y dudaba que alguien pudiera darse cuenta de su presencia. Por precaución esta vez ocultó sus armas al igual que sus ropas bajo su corteza. Lo cierto era que a veces se le olvidaba ese pequeño detalle. Aparte de observar sin ser visto, aprovechó el tiempo para hundir sus piernas, transformadas en raíces, y así absorber algunos nutrientes del suelo. Al fin y al cabo eran su sustento y podía permitirse "alimentarse" casi en cualquier momento.
Durante unos minutos escudriñó con todo detalle sus alrededores. Desde allí podía ver un par de luces naranjas, probablemente fueran de alguna hoguera. Al fin y al cabo en aquel lugar había más gente de la que esperaba. Sin embargo no había ni rastro de los hombres a los que perseguía. El marine se acercó con cautela hacia la luz más cercana y se quedó a unos 4 metros del grupo de hombres que la rodeaba. Estaban sentados en troncos cortados y rocas mientras asaban algunos animales que no fue capaz de identificar. El sargento no pudo evitar fruncir el ceño, a pesar de que sabía que los humanos necesitaban alimentarse de animales no le hacía ninguna gracia que dañasen a la naturaleza. Al menos no lo hacían por placer.
Kodama decidió interrogarlos, con un poco de suerte sabrían algo acerca de esa supuesta espada. Sin embargo no quería que le descubrieran así que se dirigió a ellos sin delatar su posición.
-Perdonen caballeros, estoy buscando cierto objeto y creo que tal vez ustedes podrían saber de que se trata exactamente. - dijo el marine educadamente.
Los hombres se levantaron rápidamente y comenzaron a buscar al interlocutor agitando unas antorchas improvisadas con los troncos de la hoguera de un lado a otro. Era lo peor que podían hacer. Si había algo en el mundo que Kodama no soportaba era el fuego, le daba pánico y no tenía intención de dejar que le acercaran aquella cosa. Sin previo aviso, varias de sus ramas salieron de su cuerpo para agarrar a todos los hombres y lanzar aquellas antorchas lo más lejos posible. Entonces salió de su escondite y se acercó a uno de ellos, un hombre delgaducho de más de dos metros con una mirada de estupefacción.
-Creo que es momento de tener una charla.
A su pesar el marine no tuvo más remedio que acabar con ellos. Y no es que le importara enfrentarse a los piratas, sino que sus exclamaciones le habían distraído de una "conversación" que estaba manteniendo con uno de los arbustos del lugar. Durante sus viajes solía distraerse hablando con alguna planta que le resultase interesante, olvidándose de que él es la única planta capaz de hablar y eso provocaba que tardase mucho en llegar a cualquier sitio. Por suerte no tendría que detenerse a esposarlos, de eso ya se encargarían sus hombres.
Kodama reemprendió la marcha y aceleró el paso, no quería que esos tipos se alejaran demasiado. Al cabo de un rato que le pareció eterno, poco después del anochecer, llegó hasta las proximidades de uno de los lagos. El sargento permaneció oculto entre la vegetación, amparado en la oscuridad y cubierto por una frondosa capa de ramas y arbustos. Desde su posición era capaz de ver totalmente la extensión de agua que formaba aquel lago y dudaba que alguien pudiera darse cuenta de su presencia. Por precaución esta vez ocultó sus armas al igual que sus ropas bajo su corteza. Lo cierto era que a veces se le olvidaba ese pequeño detalle. Aparte de observar sin ser visto, aprovechó el tiempo para hundir sus piernas, transformadas en raíces, y así absorber algunos nutrientes del suelo. Al fin y al cabo eran su sustento y podía permitirse "alimentarse" casi en cualquier momento.
Durante unos minutos escudriñó con todo detalle sus alrededores. Desde allí podía ver un par de luces naranjas, probablemente fueran de alguna hoguera. Al fin y al cabo en aquel lugar había más gente de la que esperaba. Sin embargo no había ni rastro de los hombres a los que perseguía. El marine se acercó con cautela hacia la luz más cercana y se quedó a unos 4 metros del grupo de hombres que la rodeaba. Estaban sentados en troncos cortados y rocas mientras asaban algunos animales que no fue capaz de identificar. El sargento no pudo evitar fruncir el ceño, a pesar de que sabía que los humanos necesitaban alimentarse de animales no le hacía ninguna gracia que dañasen a la naturaleza. Al menos no lo hacían por placer.
Kodama decidió interrogarlos, con un poco de suerte sabrían algo acerca de esa supuesta espada. Sin embargo no quería que le descubrieran así que se dirigió a ellos sin delatar su posición.
-Perdonen caballeros, estoy buscando cierto objeto y creo que tal vez ustedes podrían saber de que se trata exactamente. - dijo el marine educadamente.
Los hombres se levantaron rápidamente y comenzaron a buscar al interlocutor agitando unas antorchas improvisadas con los troncos de la hoguera de un lado a otro. Era lo peor que podían hacer. Si había algo en el mundo que Kodama no soportaba era el fuego, le daba pánico y no tenía intención de dejar que le acercaran aquella cosa. Sin previo aviso, varias de sus ramas salieron de su cuerpo para agarrar a todos los hombres y lanzar aquellas antorchas lo más lejos posible. Entonces salió de su escondite y se acercó a uno de ellos, un hombre delgaducho de más de dos metros con una mirada de estupefacción.
-Creo que es momento de tener una charla.
Kyoji Kagami
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-OFF: Pasó tiempo de sobra, salto a ambos ya que si no parece que os olvidaréis de este rol xDDD ánimo CP’s, no muráis! >_< jajaja –OFF
Sin darle tiempo apenas de responderme a mi compañero, volví a sentir la misma presencia que aquella vez, acompañada de muchas otras esta vez, y a su paso, las demás voces se apagaban. Aquello era interesante, así que decidí ir a ver lo que ocurría. –Id adelantándoos, yo os alcanzaré luego, parece que tenemos compañía no deseada. –Tras decir aquello me convertí en arena por completo y me dirigí al lugar de los hechos, dónde nada más llegar encontré a unos marines esposando a unos piratas ya acabados. Sentía de nuevo presencias agitadas, así que me dirigí a aquel lugar. Al llegar vi un árbol con rasgos humanos acabando con unos piratas, o lo que parecía eran piratas pues portaban un Jolly Roger. Antes de hacer nada pensé qué demonios era aquella cosa, aunque al haber una fruta de arena, podía haber una fruta de árbol, no era ilógico para nada, suponía. Me acerqué hasta su posición, pasando alrededor de una antorcha encendida y acercándome a una hoguera. –Así que tenía razón, no eras un árbol. En cualquier caso, te daré tres oportunidades para decirme quién eres, qué haces aquí, y una razón por la cual no debería acabar con tu patética existencia. –Fui directo como pocas veces, aquel árbol se me hacía interesante, y quería calibrar sus reacciones. Así pues, quise que el miedo, o al menos la duda, se sembrara en su cuerpo antes de continuar. –Verás, no eres el único tipo “especial” que hay por aquí, de hecho, los hay incluso más peligrosos que tú… -Mientras hablaba me acercaba a uno de los árboles cercanos de aquel bosque, y colocaba mi mano sobre su corteza. –¿No te parece increíble la fragilidad de la vida? –Tras aquella pregunta, como poco rara, murmuré algo más. –Kyusui. –Al decir aquello comencé a deshidratar aquel árbol, que después de unos segundos, se había convertido en un montón de polvo seco, más arena bajo mi control al fin y al cabo. Con aquello sería bastante para amedrentar al hombre árbol, pero los que lo acompañaban al parecer no eran personas inteligentes, y abrieron fuego contra mí. Craso error.
Una salva de balas me atravesaron, pero yo me limité a sonreír, mientras me iba rehaciendo lentamente. En ese momento utilicé mi soru y me coloqué a la espalda de sus hombres, habiendo formado una espada de arena en cada una de mis manos, sin embargo, antes de acabar con sus vidas, caí en la cuenta de sus uniformes, deshaciendo las espadas a la misma velocidad que las había formado, y volviendo a mi lugar en un movimiento súbito, de nuevo, con el soru. –Así que sois marines, ¿eh? –Pregunté al tipo-árbol, mientras me alejaba. –Estamos del mismo lado, no os interpongáis en nuestra misión. Cipher Pol. –Al decir aquello cualquier marine podía saber quiénes éramos, la élite de los hombres del gobierno, y estábamos en mitad de una misión, así que si pensaban molestar, deberían pensárselo bastante antes de hacerlo. No me importaba demasiado eliminar molestias, pese a que estas fueran de los “buenos”…
Sin darle tiempo apenas de responderme a mi compañero, volví a sentir la misma presencia que aquella vez, acompañada de muchas otras esta vez, y a su paso, las demás voces se apagaban. Aquello era interesante, así que decidí ir a ver lo que ocurría. –Id adelantándoos, yo os alcanzaré luego, parece que tenemos compañía no deseada. –Tras decir aquello me convertí en arena por completo y me dirigí al lugar de los hechos, dónde nada más llegar encontré a unos marines esposando a unos piratas ya acabados. Sentía de nuevo presencias agitadas, así que me dirigí a aquel lugar. Al llegar vi un árbol con rasgos humanos acabando con unos piratas, o lo que parecía eran piratas pues portaban un Jolly Roger. Antes de hacer nada pensé qué demonios era aquella cosa, aunque al haber una fruta de arena, podía haber una fruta de árbol, no era ilógico para nada, suponía. Me acerqué hasta su posición, pasando alrededor de una antorcha encendida y acercándome a una hoguera. –Así que tenía razón, no eras un árbol. En cualquier caso, te daré tres oportunidades para decirme quién eres, qué haces aquí, y una razón por la cual no debería acabar con tu patética existencia. –Fui directo como pocas veces, aquel árbol se me hacía interesante, y quería calibrar sus reacciones. Así pues, quise que el miedo, o al menos la duda, se sembrara en su cuerpo antes de continuar. –Verás, no eres el único tipo “especial” que hay por aquí, de hecho, los hay incluso más peligrosos que tú… -Mientras hablaba me acercaba a uno de los árboles cercanos de aquel bosque, y colocaba mi mano sobre su corteza. –¿No te parece increíble la fragilidad de la vida? –Tras aquella pregunta, como poco rara, murmuré algo más. –Kyusui. –Al decir aquello comencé a deshidratar aquel árbol, que después de unos segundos, se había convertido en un montón de polvo seco, más arena bajo mi control al fin y al cabo. Con aquello sería bastante para amedrentar al hombre árbol, pero los que lo acompañaban al parecer no eran personas inteligentes, y abrieron fuego contra mí. Craso error.
Una salva de balas me atravesaron, pero yo me limité a sonreír, mientras me iba rehaciendo lentamente. En ese momento utilicé mi soru y me coloqué a la espalda de sus hombres, habiendo formado una espada de arena en cada una de mis manos, sin embargo, antes de acabar con sus vidas, caí en la cuenta de sus uniformes, deshaciendo las espadas a la misma velocidad que las había formado, y volviendo a mi lugar en un movimiento súbito, de nuevo, con el soru. –Así que sois marines, ¿eh? –Pregunté al tipo-árbol, mientras me alejaba. –Estamos del mismo lado, no os interpongáis en nuestra misión. Cipher Pol. –Al decir aquello cualquier marine podía saber quiénes éramos, la élite de los hombres del gobierno, y estábamos en mitad de una misión, así que si pensaban molestar, deberían pensárselo bastante antes de hacerlo. No me importaba demasiado eliminar molestias, pese a que estas fueran de los “buenos”…
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OFF: Solo un pequeño detalle. Lo de los marines esposando a los piratas era en otra situación. En el último post estaba yo solo. De todas maneras, ahora lo apaño para que aparezcan y quede bien xD
El rostro de aquel hombre era todo un cuadro. Sus ojos parecían a punto de salirse de sus cuencas y su boca estaba medio abierta, dando lugar a una expresión más allá del asombro. El hombre-árbol, una vez hubo alejado todas las antorchas de él, se colocó a pocos centímetros del pirata todavía amarrado por una de sus ramas. Estuvo hablando con él un par de minutos antes de pasar a preguntarles a los otros. Ninguno de ellos le aportó ninguna información mínimamente relevante. Por lo visto su capitán les había arrastrado a aquella isla en busca de algo que no llegó a decirles y este había desaparecido sin dejar rastro. El marine supuso que habría caído en las redes de algún cazador de recompensas o incluso de sus propios hombres.
Tras aquella charla tan poco fructífera se tomó unos segundos para pensar, no estaba seguro de que podría hacer con aquellos tipos. No tenía esposas para todos y no quería arriesgarse a utilizar el Den Den Mushi pues sabía que existían formas de interceptar la llamada y si eso ocurría estaría en problemas. Por suerte sus dudas se disiparon en poco tiempo. Cinco marines aparecieron al cabo de un rato afirmando haber seguido su rastro a través del bosque. Kodama no reconoció el rostro de ninguno de ellos, cosa que al principio le inquietó, pero tenía cosas más importantes en que pensar.
-Arrestadlos y llevadlos al barco. -ordenó el sargento. Lo cierto era que no terminaba de sentirse cómodo dando órdenes a los demás pero, ¿qué remedio tenía? Mientras los piratas eran esposados, una voz a su espalda llamó su atención.
-Así que tenía razón, no eras un árbol. En cualquier caso, te daré tres oportunidades para decirme quién eres, qué haces aquí, y una razón por la cual no debería acabar con tu patética existencia.
El marine se giró inmediatamente. Debido a la oscuridad casi total tardó unos segundos en reconocer a aquel hombre a la tenue luz de la luna. Se trataba de uno de los hombres que se habían reunido frente a la taberna, uno de aquellos a los que seguía. Pero ¿cómo le había encontrado? Kodama maldijo en voz baja, no tenía tiempo para plantearse cosas como esas. Sabía que aquel tipo era peligroso, no había más que mirarlo.
-Verás, no eres el único tipo “especial” que hay por aquí, de hecho, los hay incluso más peligrosos que tú… -prosiguió el desconocido. En su voz apenas se intuía la más mínima emoción. Lo único que se percibía en sus palabras era una completa falta de empatía.
Mientras hablaba, posó su mano en el tronco de un árbol cercano. Pronunció una extraña palabra y el árbol comenzó a morir. El marine contempló furioso como su congénere se convertía lentamente en nada más que polvo. Estaba claro que era un mensaje.
Kodama no pronunció palabra. Se limitó a observar fijamente a aquel tipo con expresión inescrutable mientras llevaba la mano derecha a la empuñadura de una de sus espadas, esperando que le sirvieran contra él. Era evidente que poseía algún tipo de poder y hasta que sus hombres no actuaron impulsivamente no fue capaz de descubrir cual era. Al ver como las balas de los marines atravesaban el cuerpo del hombre mientras este se recomponía a partir de lo que parecía ser arena fue consciente de la naturaleza de sus poderes.
Y de repente el mundo se volvió loco. Mientras lo marines gritaban y disparaban enloquecidos, el hombre desapareció de su vista para luego volver a reaparecer. Ni siquiera había podido verlo.
-Así que sois marines, ¿eh? Estamos del mismo lado, no os interpongáis en nuestra misión. Cipher Pol. -dijo mientras se alejaba lentamente. ¿Cipher Pol? No sabía mucho sobre aquella gente pero si lo se verdad permanecía a ese grupo de asesinos sería un difícil enemigo.
-Deberías tener cuidado, muchacho. Si pones en tu contra a la naturaleza no saldrás bien parado. -dijo Kodama bruscamente. Mientras hablaba iba desenfundando una de las katanas que llevaba a la cintura y comenzaba a trazar un plan para el caso de tener que enfrentar a aquel hombre. -¿Dices que estamos del mismo lado? Eso es fácil de decir. ¿Tienes alguna prueba de que eres quien dices? Lo único que sé de ti es que estás dispuesto a matar a cualquiera.-dijo el marine recordando las palabras que le oyó decir horas atrás. Tras decir esto hizo una breve pausa, consciente de que lo que iba a hacer podía traerle problemas. -Soy el sargento de la marina Kodama "El Roble". Y no me queda más remedio que arrestarte aquí y ahora.
El rostro de aquel hombre era todo un cuadro. Sus ojos parecían a punto de salirse de sus cuencas y su boca estaba medio abierta, dando lugar a una expresión más allá del asombro. El hombre-árbol, una vez hubo alejado todas las antorchas de él, se colocó a pocos centímetros del pirata todavía amarrado por una de sus ramas. Estuvo hablando con él un par de minutos antes de pasar a preguntarles a los otros. Ninguno de ellos le aportó ninguna información mínimamente relevante. Por lo visto su capitán les había arrastrado a aquella isla en busca de algo que no llegó a decirles y este había desaparecido sin dejar rastro. El marine supuso que habría caído en las redes de algún cazador de recompensas o incluso de sus propios hombres.
Tras aquella charla tan poco fructífera se tomó unos segundos para pensar, no estaba seguro de que podría hacer con aquellos tipos. No tenía esposas para todos y no quería arriesgarse a utilizar el Den Den Mushi pues sabía que existían formas de interceptar la llamada y si eso ocurría estaría en problemas. Por suerte sus dudas se disiparon en poco tiempo. Cinco marines aparecieron al cabo de un rato afirmando haber seguido su rastro a través del bosque. Kodama no reconoció el rostro de ninguno de ellos, cosa que al principio le inquietó, pero tenía cosas más importantes en que pensar.
-Arrestadlos y llevadlos al barco. -ordenó el sargento. Lo cierto era que no terminaba de sentirse cómodo dando órdenes a los demás pero, ¿qué remedio tenía? Mientras los piratas eran esposados, una voz a su espalda llamó su atención.
-Así que tenía razón, no eras un árbol. En cualquier caso, te daré tres oportunidades para decirme quién eres, qué haces aquí, y una razón por la cual no debería acabar con tu patética existencia.
El marine se giró inmediatamente. Debido a la oscuridad casi total tardó unos segundos en reconocer a aquel hombre a la tenue luz de la luna. Se trataba de uno de los hombres que se habían reunido frente a la taberna, uno de aquellos a los que seguía. Pero ¿cómo le había encontrado? Kodama maldijo en voz baja, no tenía tiempo para plantearse cosas como esas. Sabía que aquel tipo era peligroso, no había más que mirarlo.
-Verás, no eres el único tipo “especial” que hay por aquí, de hecho, los hay incluso más peligrosos que tú… -prosiguió el desconocido. En su voz apenas se intuía la más mínima emoción. Lo único que se percibía en sus palabras era una completa falta de empatía.
Mientras hablaba, posó su mano en el tronco de un árbol cercano. Pronunció una extraña palabra y el árbol comenzó a morir. El marine contempló furioso como su congénere se convertía lentamente en nada más que polvo. Estaba claro que era un mensaje.
Kodama no pronunció palabra. Se limitó a observar fijamente a aquel tipo con expresión inescrutable mientras llevaba la mano derecha a la empuñadura de una de sus espadas, esperando que le sirvieran contra él. Era evidente que poseía algún tipo de poder y hasta que sus hombres no actuaron impulsivamente no fue capaz de descubrir cual era. Al ver como las balas de los marines atravesaban el cuerpo del hombre mientras este se recomponía a partir de lo que parecía ser arena fue consciente de la naturaleza de sus poderes.
Y de repente el mundo se volvió loco. Mientras lo marines gritaban y disparaban enloquecidos, el hombre desapareció de su vista para luego volver a reaparecer. Ni siquiera había podido verlo.
-Así que sois marines, ¿eh? Estamos del mismo lado, no os interpongáis en nuestra misión. Cipher Pol. -dijo mientras se alejaba lentamente. ¿Cipher Pol? No sabía mucho sobre aquella gente pero si lo se verdad permanecía a ese grupo de asesinos sería un difícil enemigo.
-Deberías tener cuidado, muchacho. Si pones en tu contra a la naturaleza no saldrás bien parado. -dijo Kodama bruscamente. Mientras hablaba iba desenfundando una de las katanas que llevaba a la cintura y comenzaba a trazar un plan para el caso de tener que enfrentar a aquel hombre. -¿Dices que estamos del mismo lado? Eso es fácil de decir. ¿Tienes alguna prueba de que eres quien dices? Lo único que sé de ti es que estás dispuesto a matar a cualquiera.-dijo el marine recordando las palabras que le oyó decir horas atrás. Tras decir esto hizo una breve pausa, consciente de que lo que iba a hacer podía traerle problemas. -Soy el sargento de la marina Kodama "El Roble". Y no me queda más remedio que arrestarte aquí y ahora.
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