VS
Escenario:
En primera instancia, Thriller Bark parece una escalofriante isla siendo en realidad el barco más grande del mundo de One Piece visto hasta ahora. Tras que toda su tripulacion fuera derrotada el barco se limito a vagar por todo El Paraiso hasta terminar su viaje en el Calm Belt donde quedo varado como una isla.
Turnos: Crimson-River-Allen
Condiciones:
-Sin salto de turno.
-Reto a bélico, pero un moderador ajeno al narrador (yo) examinará las faltas de lógica, y podrá penalizarlas.
-Reto a Muerte: El ganador puede decidir matar a sus enemigos si éste queda KO. Así mismo, y basándose en el punto primero, un golpe fatal deberá ser asumido como tal.
-Basándose en los puntos 1 y 2, cualquier lesión, cicatriz o amputación será On-Rol y permanente.
-Si gana Crimson, podrá optar al puesto de CP1.
-Si gana Allen podrá quedarse la fruta (si decide matar al NPC).
-Si gana el dúo dinámico, podrán robarle sus pertenencias, inclusive los colmillos del padre.
-Si ganan los Jugadores, recibirán 1500 de experiencia cada uno. Si gana el NPC, 1000 para el Narrador.
Escenario:
En primera instancia, Thriller Bark parece una escalofriante isla siendo en realidad el barco más grande del mundo de One Piece visto hasta ahora. Tras que toda su tripulacion fuera derrotada el barco se limito a vagar por todo El Paraiso hasta terminar su viaje en el Calm Belt donde quedo varado como una isla.
Turnos: Crimson-River-Allen
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-Sin salto de turno.
-Reto a bélico, pero un moderador ajeno al narrador (yo) examinará las faltas de lógica, y podrá penalizarlas.
-Reto a Muerte: El ganador puede decidir matar a sus enemigos si éste queda KO. Así mismo, y basándose en el punto primero, un golpe fatal deberá ser asumido como tal.
-Basándose en los puntos 1 y 2, cualquier lesión, cicatriz o amputación será On-Rol y permanente.
-Si gana Crimson, podrá optar al puesto de CP1.
-Si gana Allen podrá quedarse la fruta (si decide matar al NPC).
-Si gana el dúo dinámico, podrán robarle sus pertenencias, inclusive los colmillos del padre.
-Si ganan los Jugadores, recibirán 1500 de experiencia cada uno. Si gana el NPC, 1000 para el Narrador.
Crimson
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Akuma no mi
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Hace poco que se había encontrado con uno de sus viejos amigos, Allen D. Walker. Incluso fue su segundo al mando una vez. Y estos dos entrañables personajes decidieron ir juntos a combatir, como en los viejos tiempos y recordar al mundo que aún no estaban acabados y que tenían mucha caña que repartir todavía. Así fue como surgió la idea de detener a una de las generales del ejército revolucionario. A pesar de que, al menos Crimson, era afín a la causa revolucionaria era la forma más sencilla de poder conseguir algo que buscaba desde hace algún tiempo, y que tras su encuentro con Krauser, se había acentuado aún más. Allen por su parte lo que buscaba era aumentar su recompensa y ser aún más reconocido.
Crimson había escuchado pistas de que el ejército de la revolución había tomado el Trhiller Bark como navío, algo realmente útil si querían llevar una gran masa de personas, pero era relativamente fácil encontrarlos, y más para él con los ojos que tenía. Usó su den den mushi negro para ir espiando la zona y conocer el paradero exacto de la General River en el barco, pues aunque no habían tantos soldados junto a ella, no quería que estos interviniesen. No era precisamente porque no le gustase matar inocentes, sino porque no quería interferencias. De hecho, si no supiese que ella era claramente más fuerte que él no habría llamado a Allen para unir fuerzas y tener así, una oportunidad.
Llegaron, al medio día, y ella estaba justo en frente de la puerta principal del castillo. Aterrizaron encima de la torre más cercana a su posición y dejó al peliblanco a un lado suyo, pues Crimson estaba en su forma híbrida. Estaba casi seguro de que al haber estado volando a tanta altura, era casi imposible que se les distinguiese de un simple pájaro grande. -Vale Allen, dime qué prefieres... ¿Atacar los dos por la espalda a una mujer que sabemos que es mucho más fuerte que nosotros? o... ¿Ser verdaderos hombres, bajar y plantarle cara? Siempre está la opción de que sólo baje uno y el otro ataque por la espalda. Yo sinceramente veo mejor bajar, ponernos frente a ella y decirle "Tú, venimos a por ti, aleja a tus soldados si no quieres que estos mueran".-
Crimson había escuchado pistas de que el ejército de la revolución había tomado el Trhiller Bark como navío, algo realmente útil si querían llevar una gran masa de personas, pero era relativamente fácil encontrarlos, y más para él con los ojos que tenía. Usó su den den mushi negro para ir espiando la zona y conocer el paradero exacto de la General River en el barco, pues aunque no habían tantos soldados junto a ella, no quería que estos interviniesen. No era precisamente porque no le gustase matar inocentes, sino porque no quería interferencias. De hecho, si no supiese que ella era claramente más fuerte que él no habría llamado a Allen para unir fuerzas y tener así, una oportunidad.
Llegaron, al medio día, y ella estaba justo en frente de la puerta principal del castillo. Aterrizaron encima de la torre más cercana a su posición y dejó al peliblanco a un lado suyo, pues Crimson estaba en su forma híbrida. Estaba casi seguro de que al haber estado volando a tanta altura, era casi imposible que se les distinguiese de un simple pájaro grande. -Vale Allen, dime qué prefieres... ¿Atacar los dos por la espalda a una mujer que sabemos que es mucho más fuerte que nosotros? o... ¿Ser verdaderos hombres, bajar y plantarle cara? Siempre está la opción de que sólo baje uno y el otro ataque por la espalda. Yo sinceramente veo mejor bajar, ponernos frente a ella y decirle "Tú, venimos a por ti, aleja a tus soldados si no quieres que estos mueran".-
Era una tarde tranquila en aquel lugar, aunque la situación no fuera la más afortunada. El sol de medio día comenzaba a decaer ligeramente, aunque el fulgor primaveral de aquella estrella eterna alumbraba con casi tanta fuerza como si fuera el amanecer o el ocaso. Era casi romántico. Aquellos reflejos de oro sobre las aguas y los edificios tenían un toque especial, como de grandeza, aunque la mujer no sabría decir de qué. El astro rey parecía buscar demostrar su poder aquel día, como rey y dueño de todo, pero mostrando a la vez su magnificencia, como un verdadero soberano y príncipe, que trataba de impresionar al vulgo con deslumbrantes joyas y sus cabellos pulcros y perfectamente decorados en un mar tranquilo de luminosidad. Aquello era espectacular, sobre todo en el barco isla donde se encontraba, sombrío y decadente pese a la magnificencia del sol, donde cada parte y fragmento de luz se partían en tinieblas, dejando un temible espectáculo en las paredes y suelos de aquel coloso flotante. ¿Cómo lo habían flotado en su momento? Era un misterio irresoluble, aunque la pregunta resonaba en el eco de su mente como si la hubiera formulado en el interior de las estancias de aquel coloso de la ingeniería naval. También se formulaba muchas más preguntas, y el eco resultante congelaba de lo terrorífico que sonaba, ya sólo en su imaginación, por conocer el capitán que un día había gobernado sobre esa monstruosidad. Gekko Moriah, un hombre que en su día fue Shichibukai, derrotado por la legendaria banda de Mugiwara Luffy y cesado de su puesto pasado un escaso tiempo, por su crueldad innecesaria... O algo así. El Thriller Bark desde el interior se veía más petrificante que en la distancia, si cabía. Los castillos de la isla, las casas y los cementerios, y los cadáveres de los "Zombies" que el cruento ser había usado en sus experimentos y batallas, una y otra vez hasta que el hombre más grande de una era (o el peor criminal, según el gobierno mundial). Aquella situación era bastante desagradable, pero estaba allí con un motivo. Hacer de cebo.
Aquello no era una tarea agradable en absoluto, y no le gustaba por mucho que las palabras de gloria y las frases bonitas en relación a la causa, el honor de la guerra del pueblo, la liberación de los inocentes y la cruzada de los justos, pero todo aquello eran palabras baratas que no convencían a River. Hacer de carnaza para que un atajo de Marines o cualquier chusma por el estilo entrara a investigar, y se encontrara con una inútil resistencia, una investigación falsa y unos papeles "importantes" de la revolución, que no eran sino direcciones de cafeterías y algún que otro burdel, lo justo para mantenerlos entretenidos buscando pistas falsas mientras el verdadero plan se desarrollaba. Aquello era lo que la General del ejército revolucionario tenía que hacer, y era una deshonra. Carnaza que huiría dejando falsedades llegado el momento, sólo que ella no pensaba huir. Daría una verdadera resistencia o, por lo menos, atraería verdaderas miradas para que gente importante se acercara a curiosear. Y a esa gente también le daría su buen merecido.
La General del ejército revolucionario acostumbraba a vestir ropas más elegantes que aquel día; vestidos negros con brocado y encajes sutiles, con detalles blancos y zapatos de tacón. Pero en ese momento su bolso estaba sustituido por una pareja de guantes de acero, recogidos en una mano, mientras esperaba encontrar algo entretenido qué hacer, y sus amplios cinturones para cubrir su tripita de chiquilla era suplido por un cinturón plano, negro, del que colgaban dos pequeñas dagas, aunque tenían algo extraño en ellas, un brillo rojo que clamaba sangre y muerte. Cubriendo su cuerpo, un mono de combate rojo y negro, que cubría por completo su voluptuosidad, resaltando cada pequeño detalle de su cuerpo, que parecía amoldarse a la propia vestidura que había seleccionado para aquel "precioso" día, en el que esperaba encontrarse algo digno de su tiempo y su habilidad.
-Quiero niños malos que vengan a jugar- dijo para sí, con un tono extrañamente seductor, con el que se sorprendió a sí misma de lo coqueta y descocada que parecía-. Me aburro mucho solita- dijo a continuación, intentando repetir el tono, que sonó forzado.
De repente, sin previo aviso notó un ruido extraño, como una placa que restallaba bajo el peso de algo, y miró a las alturas. Pero no había nada. Sin embargo un sentimiento de inseguridad se apoderó de ella, y tenía que hacer algo para remediarlo. Comenzó a caminar por las callejuelas de la ciudad-barco, examinando una y otra vez los interiores del pueblo, las llanuras de camposanto, las estancias principales, un camino muy largo, que no sabía si lograría completar, pues aquel ruido todavía la tenía nerviosa, y podía pasar cualquier cosa en cualquier momento. "Por lo menos si hay enemigos tendré diversión".
Aquello no era una tarea agradable en absoluto, y no le gustaba por mucho que las palabras de gloria y las frases bonitas en relación a la causa, el honor de la guerra del pueblo, la liberación de los inocentes y la cruzada de los justos, pero todo aquello eran palabras baratas que no convencían a River. Hacer de carnaza para que un atajo de Marines o cualquier chusma por el estilo entrara a investigar, y se encontrara con una inútil resistencia, una investigación falsa y unos papeles "importantes" de la revolución, que no eran sino direcciones de cafeterías y algún que otro burdel, lo justo para mantenerlos entretenidos buscando pistas falsas mientras el verdadero plan se desarrollaba. Aquello era lo que la General del ejército revolucionario tenía que hacer, y era una deshonra. Carnaza que huiría dejando falsedades llegado el momento, sólo que ella no pensaba huir. Daría una verdadera resistencia o, por lo menos, atraería verdaderas miradas para que gente importante se acercara a curiosear. Y a esa gente también le daría su buen merecido.
La General del ejército revolucionario acostumbraba a vestir ropas más elegantes que aquel día; vestidos negros con brocado y encajes sutiles, con detalles blancos y zapatos de tacón. Pero en ese momento su bolso estaba sustituido por una pareja de guantes de acero, recogidos en una mano, mientras esperaba encontrar algo entretenido qué hacer, y sus amplios cinturones para cubrir su tripita de chiquilla era suplido por un cinturón plano, negro, del que colgaban dos pequeñas dagas, aunque tenían algo extraño en ellas, un brillo rojo que clamaba sangre y muerte. Cubriendo su cuerpo, un mono de combate rojo y negro, que cubría por completo su voluptuosidad, resaltando cada pequeño detalle de su cuerpo, que parecía amoldarse a la propia vestidura que había seleccionado para aquel "precioso" día, en el que esperaba encontrarse algo digno de su tiempo y su habilidad.
-Quiero niños malos que vengan a jugar- dijo para sí, con un tono extrañamente seductor, con el que se sorprendió a sí misma de lo coqueta y descocada que parecía-. Me aburro mucho solita- dijo a continuación, intentando repetir el tono, que sonó forzado.
De repente, sin previo aviso notó un ruido extraño, como una placa que restallaba bajo el peso de algo, y miró a las alturas. Pero no había nada. Sin embargo un sentimiento de inseguridad se apoderó de ella, y tenía que hacer algo para remediarlo. Comenzó a caminar por las callejuelas de la ciudad-barco, examinando una y otra vez los interiores del pueblo, las llanuras de camposanto, las estancias principales, un camino muy largo, que no sabía si lograría completar, pues aquel ruido todavía la tenía nerviosa, y podía pasar cualquier cosa en cualquier momento. "Por lo menos si hay enemigos tendré diversión".
Kagemaru Korosuki
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Hace unos dias aproximadamente conseguí volverme a rencontrar con un viejo camarada, Crimson, con el que compartí, además de duras batallas a su lado, una gran relación en numerosas ocasiones, siendo las mayorías bastantes agradables y divertidas, pudiéndose complicar cuando unas curvas bien definidas aparecían frente a él. No hay momento en que después de dejarme su legado de la banda no haya pensando en rencontrarme con él, siendo más que nada para volver a realizar una batalla como la que tuvimos en su tiempo en Little Garden, siendo en aquella ocasión derrotado por su tenacidad y aguante, lo que me llevo a una derrota inimaginable y con un mal sabor de boca que hasta el día de hoy sigue sin quitarme ante lo sucedido. Desde aquel fatídico día junto a su desaparición pensé que nunca volvería a encontrármelo, pero por cuestiones del destino que siempre sonríe a quienes se lo merecen nos encontramos en una isla cercana a Water Seven, siendo en tal punto donde casi le mando una colleja por no haber sabido nada de su paradero hasta el día de hoy.
Tuvimos nuestros baches al vernos en aquella isla, pero tras unas cañas y un poco de bromas por doquier todo se acabo calmando y comenzamos a hablar de los viejos tiempos. Como me supuse no tuvo una vida sencilla desde que nos dejamos de ver, siendo algo típico en su forma de actuar en cuando nos dirigíamos a visitar islas cuando pertenecíamos a la misma banda. Numerosas batallas me comenzó a comentar, y alguna que otra me sorprendió bastante por ser contra gente bastante conocida y temida. Si tras todos esos enfrentamientos aun se mantiene con vida frente a mí no es de extrañar el pensar que más fuerte se habrá vuelto desde nuestro último encuentro. De hecho algo me sorprendió en sus comentarios, y es que ahora ya no aspiraba a ser un pirata famoso como cuando me propuso realizar la banda, sino más bien quiere volverse ahora un miembro del gobierno. Obviamente dicha cuestión no me agrado, pero sus motivos tiene, por lo que solo pude en ese momento animarle a su causa y decirle que a pesar de que cambie de bando todo seguirá como siempre. Es por ello que me propuso una buena oferta para realizar juntos, siendo dicha petición lo que me trae a donde me encuentro en estos momentos un tanto malhumorado y preocupado.
Me encuentro sobrevolando la isla/barco Thriller Bark, en donde esperamos asaltar y derrotar a una gerente de la revolución para demostrar nuestra vuelta al campo de batalla, siendo mas que nada un aviso a la marina si así puede decirse, ya que su muerte les beneficiara a ellos, pero no me queda de otra por los planes de mi camarada. Lo que mas me tiene pensativo es que para que Crimson me haya solicitado junto con él para derrotarla me hace pensar que su fuerza no debe ser para nada despreciable, y es por ello que estoy actuando lo más sensato y frio que pueda, ya que a la mínima podríamos ponernos en una situación de dependencia, y es tal el miedo que tengo a cagarla que no pienso dejar ni un apéndice sin vigilar.
Mi compañero empleando sus dotes de su Akuma no mi consigue acercarnos hasta la torre mas cercana del objetivo por el medio aéreo, logrando así agilizar nuestro encuentro y ahorrarnos el andar buscandola. Nada más aterrizar me deja a un lado suyo y capta inmediatamente a nuestra enemiga, quien se encuentra por allí rondando bastante despreocupada por lo que puedo captar gracias a sus indicaciones y mis ojos cyborgs, los cuales tienen una función que me permite ampliar la imagen y poder captar cualquier cosa a una velocidad mayor que nuestros ojos de nacimiento.
Crimson de pronto me comenta de cómo comenzamos el ataque, siendo sus propuestas un tanto interesante, aunque algo alocadas. Sin pensarlo mucho miro hacia su rostro y dicto mi elección-Con mi poder puedo desplazarme por los medios sin que me capte a simple vista-le comento en voz baja para que solo pueda oírme él-por lo que puedo ir preparando trampas y embestirla cuando menos se lo espere mientras tu realizas tu “acometida” o como quieras llamarlo-Digo bastante serio pero mostrando alguna que otra risa-¿Por qué no empezamos ya de una vez el ataque? No tenemos todo el día. Si el combate se alarga más de lo normal sabes las consecuencias que habrán, y necesitamos su cuerpo, por lo que procura no destruirla sin yo estar a su lado. Recuerda lo que busco.-Dichas esas palabras me comienzo a transformar en mi forma completa de mi Zoan, siendo un manto negro destrozado y formando un espectro oscuro con ojos rojos. Sin dudarlo me meto en el suelo en donde nos hallamos y dejando que hable Sert le comenta algo antes de nuestra partida mientras una mano medio deformada le apunta con un dedo, siendo un aviso-De darse comenzada la batalla Crimson, no dudes en emplear todos los medios necesarios para sobrevivir. Yo me encargare de que Allen no sufra daño y ganemos este combate, pero no puedo asegurarme tu protección. Voy tras de ti. Cualquier cosa encuéntranos con tu haki como hemos hablado-Dichas esas palabras todo mi cuerpo se oculta entre los suelos allí presentes y empiezo a desplazarme por la zona, usando las sombras ya persistentes ahí para que mi cuerpo solo visible como una sombra no sea percatada por esta persona o cualquiera del medio, la que por una vez deseo que no posea el haki con el que capta todo a su alrededor, o empezaríamos bastante mal. Ya solo faltaba ver cómo se las ingenia mi compañero para atraerla.
Tuvimos nuestros baches al vernos en aquella isla, pero tras unas cañas y un poco de bromas por doquier todo se acabo calmando y comenzamos a hablar de los viejos tiempos. Como me supuse no tuvo una vida sencilla desde que nos dejamos de ver, siendo algo típico en su forma de actuar en cuando nos dirigíamos a visitar islas cuando pertenecíamos a la misma banda. Numerosas batallas me comenzó a comentar, y alguna que otra me sorprendió bastante por ser contra gente bastante conocida y temida. Si tras todos esos enfrentamientos aun se mantiene con vida frente a mí no es de extrañar el pensar que más fuerte se habrá vuelto desde nuestro último encuentro. De hecho algo me sorprendió en sus comentarios, y es que ahora ya no aspiraba a ser un pirata famoso como cuando me propuso realizar la banda, sino más bien quiere volverse ahora un miembro del gobierno. Obviamente dicha cuestión no me agrado, pero sus motivos tiene, por lo que solo pude en ese momento animarle a su causa y decirle que a pesar de que cambie de bando todo seguirá como siempre. Es por ello que me propuso una buena oferta para realizar juntos, siendo dicha petición lo que me trae a donde me encuentro en estos momentos un tanto malhumorado y preocupado.
Me encuentro sobrevolando la isla/barco Thriller Bark, en donde esperamos asaltar y derrotar a una gerente de la revolución para demostrar nuestra vuelta al campo de batalla, siendo mas que nada un aviso a la marina si así puede decirse, ya que su muerte les beneficiara a ellos, pero no me queda de otra por los planes de mi camarada. Lo que mas me tiene pensativo es que para que Crimson me haya solicitado junto con él para derrotarla me hace pensar que su fuerza no debe ser para nada despreciable, y es por ello que estoy actuando lo más sensato y frio que pueda, ya que a la mínima podríamos ponernos en una situación de dependencia, y es tal el miedo que tengo a cagarla que no pienso dejar ni un apéndice sin vigilar.
Mi compañero empleando sus dotes de su Akuma no mi consigue acercarnos hasta la torre mas cercana del objetivo por el medio aéreo, logrando así agilizar nuestro encuentro y ahorrarnos el andar buscandola. Nada más aterrizar me deja a un lado suyo y capta inmediatamente a nuestra enemiga, quien se encuentra por allí rondando bastante despreocupada por lo que puedo captar gracias a sus indicaciones y mis ojos cyborgs, los cuales tienen una función que me permite ampliar la imagen y poder captar cualquier cosa a una velocidad mayor que nuestros ojos de nacimiento.
Crimson de pronto me comenta de cómo comenzamos el ataque, siendo sus propuestas un tanto interesante, aunque algo alocadas. Sin pensarlo mucho miro hacia su rostro y dicto mi elección-Con mi poder puedo desplazarme por los medios sin que me capte a simple vista-le comento en voz baja para que solo pueda oírme él-por lo que puedo ir preparando trampas y embestirla cuando menos se lo espere mientras tu realizas tu “acometida” o como quieras llamarlo-Digo bastante serio pero mostrando alguna que otra risa-¿Por qué no empezamos ya de una vez el ataque? No tenemos todo el día. Si el combate se alarga más de lo normal sabes las consecuencias que habrán, y necesitamos su cuerpo, por lo que procura no destruirla sin yo estar a su lado. Recuerda lo que busco.-Dichas esas palabras me comienzo a transformar en mi forma completa de mi Zoan, siendo un manto negro destrozado y formando un espectro oscuro con ojos rojos. Sin dudarlo me meto en el suelo en donde nos hallamos y dejando que hable Sert le comenta algo antes de nuestra partida mientras una mano medio deformada le apunta con un dedo, siendo un aviso-De darse comenzada la batalla Crimson, no dudes en emplear todos los medios necesarios para sobrevivir. Yo me encargare de que Allen no sufra daño y ganemos este combate, pero no puedo asegurarme tu protección. Voy tras de ti. Cualquier cosa encuéntranos con tu haki como hemos hablado-Dichas esas palabras todo mi cuerpo se oculta entre los suelos allí presentes y empiezo a desplazarme por la zona, usando las sombras ya persistentes ahí para que mi cuerpo solo visible como una sombra no sea percatada por esta persona o cualquiera del medio, la que por una vez deseo que no posea el haki con el que capta todo a su alrededor, o empezaríamos bastante mal. Ya solo faltaba ver cómo se las ingenia mi compañero para atraerla.
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Su viejo amigo, el sombritas, había decidido esconderse, como buen asesino que era, usando el poder de su akuma no mi e ir camuflándose entre las sombras. Si ella no tenía el haki de la observación, o si al menos no lo estaba activando, esa combinación les podía salir muy bien. Aunque la verdad es que a Crimson no era algo que le entusiasmara especialmente. A pesar de ser también un asesino, su sumo sigilo natural y que la capacidad de ocultarse era algo que le beneficiaba siempre en un combate para atacar con una emboscada, él siempre había sido más de atacar de frente. Llegar, plantarse frente al enemigo, presentarse si así lo considera oportuno, y sin más empezar a pelear. Era quizás en una de las pocas cosas en las que tenía algo de honor y respeto. Pero ya que no estaba solo y que ya no tenía ningún derecho de mangonear, aunque siempre tendría el instinto de hacerlo, a Allen tenían que ponerse de acuerdo y hacer ataques conjuntos. Además esa mujer no tenía un nivel de fuerza normal. En un uno contra uno era muy improbable que esos dos jóvenes pudieran contra alguien de tanta experiencia y que además ostentaba un alto cargo en los revolucionarios.
Vio, como esta parecía alertada. -"Si sólo es eso, significa que no tiene el mantra, sino ya nos habría encontrado"- pensó sonriente Crimson. Decidió volver a su forma humana, para no darle ventaja acerca del conocimiento de su poder y no darle ventaja. Justo después empezó a descender, dando saltos, sorprendentemente ligeros y silenciosos, gracias a su capacidad como asesino, de tejado en tejado hasta descender justo a la espalda de la mujer, en uno de los callejones del pueblo. -¡Vaya, vaya, vaya!- exclamó en señal de sorpresa al contemplar la magnífica figura de la General. -Estoy gratamente sorprendido, tengo que admitir que tenía una visión radicalmente opuesta a la que me estoy encontrando ahora mismo-continuó, buscando llamar su atención. -Tienes mucha mejor figura de la que me esperaba... Y me alegro, no te puedes creer todavía cuanto. Creo que va siendo hora de presentarnos, pastelito de cereza. Soy el Señor Jones, encantando de conocerla mi generala- dijo mientras hacia el gesto de quitarse el sombrero ante ella, pese a no llevar ninguno, y de hacer una breve reverencia a la sorprendente figura de la revolucionaria. -Me han encargado ser su guardaespaldas personal, dicen que por aquí hay peligrosos malechores en su busca y creo que podría servirla bien si estoy más tiempo con usted y así la protejo un poco más.- concluyó. Cada vez que la mirada le sorprendía más esa espectacular cabellera que relucía, más si cabe, por el fuerte sol que caía sobre sus cuerpos. Buscaba distraerla, y en parte hacer de señuelo, aunque quizás se arriesgaba demasiado. A esa distancia, unos quince metros, un ataque de ella podría ser realmente peligroso.
Vio, como esta parecía alertada. -"Si sólo es eso, significa que no tiene el mantra, sino ya nos habría encontrado"- pensó sonriente Crimson. Decidió volver a su forma humana, para no darle ventaja acerca del conocimiento de su poder y no darle ventaja. Justo después empezó a descender, dando saltos, sorprendentemente ligeros y silenciosos, gracias a su capacidad como asesino, de tejado en tejado hasta descender justo a la espalda de la mujer, en uno de los callejones del pueblo. -¡Vaya, vaya, vaya!- exclamó en señal de sorpresa al contemplar la magnífica figura de la General. -Estoy gratamente sorprendido, tengo que admitir que tenía una visión radicalmente opuesta a la que me estoy encontrando ahora mismo-continuó, buscando llamar su atención. -Tienes mucha mejor figura de la que me esperaba... Y me alegro, no te puedes creer todavía cuanto. Creo que va siendo hora de presentarnos, pastelito de cereza. Soy el Señor Jones, encantando de conocerla mi generala- dijo mientras hacia el gesto de quitarse el sombrero ante ella, pese a no llevar ninguno, y de hacer una breve reverencia a la sorprendente figura de la revolucionaria. -Me han encargado ser su guardaespaldas personal, dicen que por aquí hay peligrosos malechores en su busca y creo que podría servirla bien si estoy más tiempo con usted y así la protejo un poco más.- concluyó. Cada vez que la mirada le sorprendía más esa espectacular cabellera que relucía, más si cabe, por el fuerte sol que caía sobre sus cuerpos. Buscaba distraerla, y en parte hacer de señuelo, aunque quizás se arriesgaba demasiado. A esa distancia, unos quince metros, un ataque de ella podría ser realmente peligroso.
Reto cancelado por petición del user.
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