Aki D. Arlia
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Akuma no mi
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Había escogido esta isla simplemente por lo que le habían contado de ella. Bestias salvajes y plantas exóticas, tanto curativas como venenosas. Pero esa no era la razón. Todo ello se alojaba en el corazón de la isla, un inmenso bosque que daba a la isla forma de....brócoli. Aki pasó casi una hora riendo sin parar cuando la vio por primera vez. Supuso que había escogido bien, le gustaban los espacios verdes. No eran cerrados, podías escapar si sabías el camino, y sino encontrarlo. Y tampoco abierto, donde todo el mundo podía verte.
Pero ahora esperaba en la playa a que llegara su contrincante. Recordó el mensaje que había soltado en su isla, convocándole escuetamente a que viniera.
Quería ser fuerte, lo necesitaba. Sabía defenderse, pero cualquiera con dos dedos de frente podría derrotarla, no podía dejar que eso sucediera. Debía encontrar la manera de cuidarse a si misma. Y el único camino era la práctica.
Pero ahora esperaba en la playa a que llegara su contrincante. Recordó el mensaje que había soltado en su isla, convocándole escuetamente a que viniera.
Se busca contrincante, Isla de Tenroujima, plazo del tiempo dos semanas. No será una batalla a muerte, sino un mero pasatiempo. Se busca seriedad y paciencia.
Quería ser fuerte, lo necesitaba. Sabía defenderse, pero cualquiera con dos dedos de frente podría derrotarla, no podía dejar que eso sucediera. Debía encontrar la manera de cuidarse a si misma. Y el único camino era la práctica.
Mark Kjellberg
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"Se busca contrincante, Isla de Tenroujima, plazo del tiempo dos semanas. No será una batalla a muerte, sino un mero pasatiempo. Se busca seriedad y paciencia."; Bonita caligrafía, debía admitirlo. Digna de alguien que realmente gustaba de tener buen parecer, seguramente era alguien de renombre y respetable, alguien que manejaba el prospecto de perfección casi tan bien como yo, pero nunca como yo lo hacía; ¿Lugar elegido? Una isla que desde lejos parecía un jodido Brocoli. Con lo que odio las verduras tenía que elegir un sitio así. Bueno, ya vamos mal... realmente me empezaba a preguntar si sería una persona que se acercaba tanto a la perfección como me lo imaginaba. De todos modos preferí ignorar esas pequeñas simplezas y proseguí por el aire, ya que en mi forma de Dragón completo volaba por los aires, surcando la amplia cúpula celeste. Aterricé no muy lejos de la costa, en las arenas blanquecinas y casi que aterciopeladas de la playa. Una vez allí, resguardado del peligro que el agua de mar podía traerme, volví a mi forma humana después de mostrarles a los lugareños mi imponente figura. Sonreí de medio labio mientras hacía sonar mi cuello y mis nudillos, caminando por la costa para así encontrar a aquel rival que me estaba esperando. Y vaya que caminé, le di como cinco vueltas a la isla hasta que terminó cayendo el sol, tiñendo el cielo de un color ámbar intenso.
— "¿Donde carajos está? ..." — pensé, sintiéndome perdido. Decidí acercarme a una chica, de cabellera rojiza y cuerpo curvilineo bien formado, sensual y de prominente delantera y caderas anchas. Inclusive un pequeño escalofrío recorrió todo mi cuerpo pasando por las ingles; Mirándole con una afable sonrisa dibujada en mi rostro, le hablé sin titubear. — Disculpa, ¿gustarías ayudarme en algo? — saqué la nota que decía aquella citación para combatir de forma amistosa en Tenjourima, mostrándosela a ella. — ¿Has visto a alguien que tuviese la apariencia de querer luchar? Es que me han dicho que nos encontraríamos en esta isla, en la costa, hace como tres horas que vengo dando vueltas a la costa y no veo a nadie más que a ti, y a los aparentes lugareños de piel parda. — le decía totalmente incrédulo e ignorante de la situación que tenía entre manos. Le estaba hablando a la susodicha persona que quería pelear conmigo, aunque nunca me hubiera imaginado que sería una mujer, de tal porte y magnitud corporal. — "Qué fuerza que tiene..." — y no lo pensaba refiriéndome a su poderío en combate. Solamente esperaba lo evidente, que me dijera que ella lo era, por el momento, solo preferí esperar, mostrándole una caballerosa sonrisa de medio labio.
— "¿Donde carajos está? ..." — pensé, sintiéndome perdido. Decidí acercarme a una chica, de cabellera rojiza y cuerpo curvilineo bien formado, sensual y de prominente delantera y caderas anchas. Inclusive un pequeño escalofrío recorrió todo mi cuerpo pasando por las ingles; Mirándole con una afable sonrisa dibujada en mi rostro, le hablé sin titubear. — Disculpa, ¿gustarías ayudarme en algo? — saqué la nota que decía aquella citación para combatir de forma amistosa en Tenjourima, mostrándosela a ella. — ¿Has visto a alguien que tuviese la apariencia de querer luchar? Es que me han dicho que nos encontraríamos en esta isla, en la costa, hace como tres horas que vengo dando vueltas a la costa y no veo a nadie más que a ti, y a los aparentes lugareños de piel parda. — le decía totalmente incrédulo e ignorante de la situación que tenía entre manos. Le estaba hablando a la susodicha persona que quería pelear conmigo, aunque nunca me hubiera imaginado que sería una mujer, de tal porte y magnitud corporal. — "Qué fuerza que tiene..." — y no lo pensaba refiriéndome a su poderío en combate. Solamente esperaba lo evidente, que me dijera que ella lo era, por el momento, solo preferí esperar, mostrándole una caballerosa sonrisa de medio labio.
Aki D. Arlia
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Le vi aterrizar con un silbido de admiración. Un hermoso dragón de brillantes escamas se posó cerca de algunos lugareños, en la playa. Ellos se quedaron asustados, pero yo sonreía, intuyendo quién podía ser pese a no haberle visto nunca. Era portentoso, y se movía con seguridad, no hacía un solo movimiento de sobra.
Bueno, casi.
Porque se pasó unas tres horas intuyo que rodeando toda la isla. Yo no me moví de mi cómodo puesto bajo un árbol y después de verle pasar frente a mi por tercera vez, casi no podía aguantar la risa. Seguramente se reflejaba en mis ojos. No tenía muy claro por qué no le había parado, tal vez el miedo a equivocarse de persona. O acaso solo fuera cómico verle recorrer la isla una y otra vez.
Al final, se debió hartar de patear la arena y se me acercó. Me levanté y para cuando llegó a mi lado le dediqué una amable sonrisa, que me devolvió.
- Disculpa, ¿gustarías ayudarme en algo?. ¿Has visto a alguien que tuviese la apariencia de querer luchar? Es que me han dicho que nos encontraríamos en esta isla, en la costa, hace como tres horas que vengo dando vueltas a la costa y no veo a nadie más que a ti, y a los aparentes lugareños de piel parda.
Me mostró la nota que había escrito yo misma, y apenas si le eché un vistazo. Incliné la cabeza como saludo y llevándome una mano a la cara como si me arrepintiera le contesté:
-Si la he visto. De hecho...estás delante suya. Siento no haberte avisado. Te vi aterrizar, pero no estaba segura de que fueras tu. Aunque por tu porte luces como un bravo guerrero, casi tengo miedo de que la diferencia sea demasiado grande. Aunque procuraré entretenerte. - Dije sonriéndole descaradamente.
Bueno, casi.
Porque se pasó unas tres horas intuyo que rodeando toda la isla. Yo no me moví de mi cómodo puesto bajo un árbol y después de verle pasar frente a mi por tercera vez, casi no podía aguantar la risa. Seguramente se reflejaba en mis ojos. No tenía muy claro por qué no le había parado, tal vez el miedo a equivocarse de persona. O acaso solo fuera cómico verle recorrer la isla una y otra vez.
Al final, se debió hartar de patear la arena y se me acercó. Me levanté y para cuando llegó a mi lado le dediqué una amable sonrisa, que me devolvió.
- Disculpa, ¿gustarías ayudarme en algo?. ¿Has visto a alguien que tuviese la apariencia de querer luchar? Es que me han dicho que nos encontraríamos en esta isla, en la costa, hace como tres horas que vengo dando vueltas a la costa y no veo a nadie más que a ti, y a los aparentes lugareños de piel parda.
Me mostró la nota que había escrito yo misma, y apenas si le eché un vistazo. Incliné la cabeza como saludo y llevándome una mano a la cara como si me arrepintiera le contesté:
-Si la he visto. De hecho...estás delante suya. Siento no haberte avisado. Te vi aterrizar, pero no estaba segura de que fueras tu. Aunque por tu porte luces como un bravo guerrero, casi tengo miedo de que la diferencia sea demasiado grande. Aunque procuraré entretenerte. - Dije sonriéndole descaradamente.
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Y como era de esperarse, la contraria me respondió como menos quería que lo hiciera. Quedé "en evidencia" por así decirlo, de que un poco más y la había subestimado, nunca me habría imaginado que me encontraría con tal belleza de mujer, y que ella sería mi contrincante para mover un poco los músculos y sacarme el polvo de encima, que ya se me estaba acumulando a montones; Le dediqué la misma sonrisa que ella me dio a mi cuando terminó de hablar. Parecía que indirectamente estaba sobreestimándome tal vez un poco/demasiado, sin embargo solo reí suavemente, de forma despreocupada y asentí con la cabeza, empezando a sacarme la chaqueta superior de color anaranjado, portando un pantalón del mismo color y unas botas de color negro. Por debajo de aquella chaqueta tenía una camiseta azul oscuro de mangas cortas. Empecé a estirar un poco los músculos, haciendo flexiones y demás, y poco más de dos minutos después, me dispuse a ponerme nuevamente delante de la contraria, mostrando ahora una expresión muchísimo más seria, fijando mi mirar sobre las orbes oculares ajenas. — Gracias por los halagos, lindura. Tú luces de maravilla, aunque no como una guerrera... espero que me sorprendas esta tarde. — le decía franco y directo, no se me daba bien disimular las cosas y mentir para que sonaran más bonitas. Tampoco es que me preocupara demasiado si se ofendía, aunque dicen que la verdad ofende; Aclaré un poco mi garganta, y me alejé un par de pasos sin darle la espalda ni un solo momento, regla número uno: Nunca darle la espalda a un contrincante siquiera cuando parezca derrotado.
— Me gustaría que empezaras tú, no por subestimarte... sino más bien para medir tus habilidades, ya sabes... ¿No es esto un pasatiempo? — le decía sonriendo de medio labio, con cierta picardía. Algo ladino me alejé de ella más aún, quedando aproximadamente a una distancia de seis a siete metros. Flexioné levemente mis rodillas, adelantando el brazo izquierdo un poco más que el derecho, mostrando así una posición de combate, pronto para empezar en cualquier momento cuando ella más lo deseara. Tragué saliva, respiré hondo y exhalé tranquilamente, arrugando el ceño y dibujándose una burlona sonrisa en mi rostro, empezando así el "Show"; — Venga ya. ¿Vas a venir o tendré que ir a por ti? No seas miedosa, que no muerdo a no ser que me dejes. — le decía alzando la voz apenas un poco debido a la distancia entre ambos. Le guiñaba un ojo aunque tal vez no se notaría demasiado, notándose que las pupilas de mis ojos se deformaban volviéndose rasgadas como las de un reptil, y ambos iris cambiaban a una tonalidad azulada brillante muy similar al color del mar cerca de las costas. Mis manos se encontraban en puños, por lo que abriendo la mano diestra, moví los dedos juntos, al mismo tiempo, indicándole de esa manera que viniera a por mi. No sabía que esperarme, si utilizaría armas de fuego, de filo o sus brazos y piernas para atacarme. El factor sorpresa era algo que me gustaba demasiado...
— Me gustaría que empezaras tú, no por subestimarte... sino más bien para medir tus habilidades, ya sabes... ¿No es esto un pasatiempo? — le decía sonriendo de medio labio, con cierta picardía. Algo ladino me alejé de ella más aún, quedando aproximadamente a una distancia de seis a siete metros. Flexioné levemente mis rodillas, adelantando el brazo izquierdo un poco más que el derecho, mostrando así una posición de combate, pronto para empezar en cualquier momento cuando ella más lo deseara. Tragué saliva, respiré hondo y exhalé tranquilamente, arrugando el ceño y dibujándose una burlona sonrisa en mi rostro, empezando así el "Show"; — Venga ya. ¿Vas a venir o tendré que ir a por ti? No seas miedosa, que no muerdo a no ser que me dejes. — le decía alzando la voz apenas un poco debido a la distancia entre ambos. Le guiñaba un ojo aunque tal vez no se notaría demasiado, notándose que las pupilas de mis ojos se deformaban volviéndose rasgadas como las de un reptil, y ambos iris cambiaban a una tonalidad azulada brillante muy similar al color del mar cerca de las costas. Mis manos se encontraban en puños, por lo que abriendo la mano diestra, moví los dedos juntos, al mismo tiempo, indicándole de esa manera que viniera a por mi. No sabía que esperarme, si utilizaría armas de fuego, de filo o sus brazos y piernas para atacarme. El factor sorpresa era algo que me gustaba demasiado...
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Su reacción, francamente, me sorprendió. Se quitó la chaqueta y empezó a hacer ejercicio. Incluso, se tiró al suelo a hacer flexiones. Le miré, pasmada, pero un par de minutos después parecía haber terminado y se alejó un par de pasos. Sonreí ante sus halagos. La verdad es que si quisiera aparentar una amazona andante me habría puesto una armadura y buscado un caballo. Mis ropas eran mucho más funcionales y cómodas. Falda y top sin mangas, negros. Igual algo escandalosas, pero junto con mi capa, perfectas para todas las ocasiones.
-Bueno...ten en cuenta que no todo es lo que aparenta.
Invitándome a atacarle, se colocó en posición de combate, alejándose aún más. Mi sonrisa se ensanchó y mis ojos relucieron antes de empezar a correr. En plena carrera agarré uno de mis cuchillos cortos y apoyando la otra mano en el suelo, salté cuando quedaba un metro escaso. Girando en el aire, lancé el cuchillo en dirección a su costado y coloqué la pierna con la intención de patearle en el rostro al aterrizar. En pleno descenso, le sonreí y le guiñé un ojo.
- Te dejaré morderme cuando me tengas contra el suelo y sin posibilidad de moverme, ¿Que te parece?
-Bueno...ten en cuenta que no todo es lo que aparenta.
Invitándome a atacarle, se colocó en posición de combate, alejándose aún más. Mi sonrisa se ensanchó y mis ojos relucieron antes de empezar a correr. En plena carrera agarré uno de mis cuchillos cortos y apoyando la otra mano en el suelo, salté cuando quedaba un metro escaso. Girando en el aire, lancé el cuchillo en dirección a su costado y coloqué la pierna con la intención de patearle en el rostro al aterrizar. En pleno descenso, le sonreí y le guiñé un ojo.
- Te dejaré morderme cuando me tengas contra el suelo y sin posibilidad de moverme, ¿Que te parece?
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"No todo es lo que aparenta." Cuanta razón tenía aquella mujer de melena rojiza y cuerpo escultural. Sin duda alguna sus palabras acarreaban consigo un gran interés en mi debido a que ahora con muchas más ganas quería saber de cuanto era capaz sin tener que abusarme demasiado de aquella fémina. Me le quedé mirando fijo, midiendo cada uno de sus movimientos previos a que empezara a correr hacia mi. Seguía sus manos, denotando que utilizaría una cuchilla. Puse en tensión los músculos de mis piernas, para así poder dar una finta hacia cualquiera de los dos lados con la intención de esquivar esa cuchilla inicial. Me decidí hacia la derecha, que vendría siendo la izquierda de la contraria, más aún así me sorprendió un poco que acto seguido lanzara una patada dirigida a mi cara, la cual detuve imponiendo mi mano izquierda imbuida en Haki Armadura, la cual se tornó de un colo negro violáceo de apariencia brillosa. Le oprimí el pie simplemente para que tuviera la sensación de dolor suficiente como para no intentar ese tipo de cosas demasiado seguido, aunque para algunos hubiera sido sorpresivo. Moví el brazo con el que sostenía su pie de tal modo, que busqué alejarla de mi lo más posible, dando luego un brinco hacia atrás para tener espacio y así medir las distancias lo mejor posible.
— Le tomaré la palabra como una promesa, señorita... Espero que no se queje luego. — le decía en un tono de voz pícaro, devolviéndole el guiñe de ojo con uno de mi parte, y sin esperar mucho, me impulsé hacia ella en una moción de zig-zag hasta que me encontré a al menos un metro y medio de distancia teniendo en cuenta el alcance superior de mis grandes brazos. Haciendo uso de mi brazo derecho, le lancé un puñetazo, aunque este tenía algo en especial. Si no daba, no sucedería nada más que una potente onda de viento que revolotearía los cabellos ajenos y levantaría algo de arena, pero si daba aunque fuere en su guardia, una seguidilla de impactos continuarían dando en el cuerpo ajeno hasta que se detuviera por completo. — ¡5-Hit Scale Impact! [AIF] — vociferaba al lanzar aquel golpe. La rotación de mi cintura y piernas, la postura de mi cuerpo, el estiramiento de mi brazo a medida que giraba mi cuerpo para tener más alcance, la velocidad que llevaba este para golpear a la pelirroja, claramente era un ataque no para dañar demasiado. Las ganas de que se pusiera un poco más seria eran incesantes, aunque por ahora, siempre lo hacía con una leve sonrisa dibujada en mi rostro, era entretenido poder luchar luego de tanto tiempo...
— Le tomaré la palabra como una promesa, señorita... Espero que no se queje luego. — le decía en un tono de voz pícaro, devolviéndole el guiñe de ojo con uno de mi parte, y sin esperar mucho, me impulsé hacia ella en una moción de zig-zag hasta que me encontré a al menos un metro y medio de distancia teniendo en cuenta el alcance superior de mis grandes brazos. Haciendo uso de mi brazo derecho, le lancé un puñetazo, aunque este tenía algo en especial. Si no daba, no sucedería nada más que una potente onda de viento que revolotearía los cabellos ajenos y levantaría algo de arena, pero si daba aunque fuere en su guardia, una seguidilla de impactos continuarían dando en el cuerpo ajeno hasta que se detuviera por completo. — ¡5-Hit Scale Impact! [AIF] — vociferaba al lanzar aquel golpe. La rotación de mi cintura y piernas, la postura de mi cuerpo, el estiramiento de mi brazo a medida que giraba mi cuerpo para tener más alcance, la velocidad que llevaba este para golpear a la pelirroja, claramente era un ataque no para dañar demasiado. Las ganas de que se pusiera un poco más seria eran incesantes, aunque por ahora, siempre lo hacía con una leve sonrisa dibujada en mi rostro, era entretenido poder luchar luego de tanto tiempo...
- Técnica y Aclaraciones:
- #-Hit Scale Impact - Una técnica que en un principio parece de lo más básica, pero en realidad utiliza toda la musculatura de los brazos de Mark. Lleva una preparación previa, en la cual flexiona el brazo una cantidad de veces definida por él mismo, y luego lanza un ataque al cuerpo del enemigo. Para el ojo común en un principio parecerá solamente un golpe certero y en blanco, pero en realidad, da una seguidilla de golpes tan veloces, que el primer impacto se ve, más aún así los siguientes llegan con un leve retardo de medio segundo entre uno y otro. Cada impacto impulsa al enemigo un metro más para atrás. (El # se reemplazará On-Rol con el respectivo número de golpes que se vaya a dar.)
Nivel 45: 124 golpes.
--------------------------------------------
Esos 124 golpes es la cantidad máxima que puedo lanzar con esa técnica a ESE nivel; Utilicé Haki Armadura para parar tu patada al rostro agarrándote el pie. Te lancé o al menos eso busqué hacer, y luego te ataqué directamente con un Scale Impact de 5 golpes; Para que te hagas una idea se vería así el golpe:
Aparte de eso, te recuerdo que te has olvidado de poner nomenclatura a tu ataque. Siempre tienes que poner nomenclatura aunque sea un ataque simple. No te olvides para la próxima vez ^^
Aki D. Arlia
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Me paró entera con una sola mano, mi cara debió de ser curiosa de lo asombrada que estaba. Me empujó hacia atrás y mientras aprovechaba su impulso para hacer una cabriola y quedar de pie, rescaté de mi memoria la información necesaria para comprenderlo. -''Haki Armadura''. Claro. Tsk.- Pensé para mí mientras movía un poco el pie para desentumecerlo. Oyendo sus palabras no pude por menos que sonreír. Mordiéndome un poco el labio mientras le veía correr hacia mi, le contesté con picardía.
-Por supuesto, soy mujer de palabra. Muchas ganas debes tener de comprobarlo, por como te esfuerzas...Pero si logro derrotarte, seré yo la que te muerda.
Cuando llegó junto a mí me lanzó un puñetazo que yo, inocente de mí, intenté parar. Consciente de la diferencia de fuerzas, transformé mi antebrazo en el del tigre justo antes de elevarlo para pararle. Sentí el golpe del puñetazo, pero no se detuvo ahí. Podía verle perfectamente quieto, pero los impactos continuaron llegando. Conté cinco antes de que se detuviesen, notaba el antebrazo algo machacado, como después de una larga sesión de ejercicios. Claramente se estaba conteniendo. Se lo agradecí con una sonrisa, aunque mi orgullo impidió que dijera nada. Llegando a esta situación, tenía claro que mis ataques físicos no iban a servir, y no estaba del todo segura de que los cuchillos le hicieran algo. Pero tenía que intentarlo y cerrar todas las posibilidades.
A todo esto habíamos retrocedido tanto que tenía los árboles que marcaban el fin de la playa pegados a mi espalda. Sonriendo y sin voltearme, salté hacia atrás aterrizando en una rama más o menos baja. Agarré cuatro cuchillos y apuntando cuidadosamente, los lancé con fuerza y precisión recordando aquellas clases de anatomía. -''Uno a la aorta, el otro al estómago, y cuida ambos flancos desviando uno a la izquierda y el otro a la derecha. No le des tregua.''- Recordaba en mi cabeza la voz de mi mentor, mientras las brillantes hojas surcaban el cielo. [AF]
Acto seguido, salté de la rama y me transformé en el aire, echando a correr hacia mi contrincante. Tal vez esquivara los cuchillos, pero para entonces estaría muy cerca, y tal vez encontrara un resquicio en su defensa.
-Por supuesto, soy mujer de palabra. Muchas ganas debes tener de comprobarlo, por como te esfuerzas...Pero si logro derrotarte, seré yo la que te muerda.
Cuando llegó junto a mí me lanzó un puñetazo que yo, inocente de mí, intenté parar. Consciente de la diferencia de fuerzas, transformé mi antebrazo en el del tigre justo antes de elevarlo para pararle. Sentí el golpe del puñetazo, pero no se detuvo ahí. Podía verle perfectamente quieto, pero los impactos continuaron llegando. Conté cinco antes de que se detuviesen, notaba el antebrazo algo machacado, como después de una larga sesión de ejercicios. Claramente se estaba conteniendo. Se lo agradecí con una sonrisa, aunque mi orgullo impidió que dijera nada. Llegando a esta situación, tenía claro que mis ataques físicos no iban a servir, y no estaba del todo segura de que los cuchillos le hicieran algo. Pero tenía que intentarlo y cerrar todas las posibilidades.
A todo esto habíamos retrocedido tanto que tenía los árboles que marcaban el fin de la playa pegados a mi espalda. Sonriendo y sin voltearme, salté hacia atrás aterrizando en una rama más o menos baja. Agarré cuatro cuchillos y apuntando cuidadosamente, los lancé con fuerza y precisión recordando aquellas clases de anatomía. -''Uno a la aorta, el otro al estómago, y cuida ambos flancos desviando uno a la izquierda y el otro a la derecha. No le des tregua.''- Recordaba en mi cabeza la voz de mi mentor, mientras las brillantes hojas surcaban el cielo. [AF]
Acto seguido, salté de la rama y me transformé en el aire, echando a correr hacia mi contrincante. Tal vez esquivara los cuchillos, pero para entonces estaría muy cerca, y tal vez encontrara un resquicio en su defensa.
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— "Está haciendo que me plantee si dejarme ganar o no, me muerda ella o le muerda yo ... ambos ganamos." — pensaba sonriendo con suma picardía mientras le miraba fijamente. Se había alejado de mi luego de haber recibido el impacto cubierto del Scale Impact de cinco golpes. Rechisté mientras me posicionaba enfrentado a ella para estar seguro que no me agarraría por sorpresa. Apretaba mis puños haciendo sonar mis nudillos de esa forma mientras le miraba fijamente, mordiéndome el labio inferior suavemente presentando una expresión ladina y pícara en mi rostro, más entretenido de lo que debería con aquel combate sin duda alguna, luchar con una mujer que parecía saber lo que estaba haciendo a la hora de luchar contra alguien de cuerpo a cuerpo era más que gratificante, en comparación con el resto de féminas que no hacían más que huir despavoridas ante la simple visión de un dragón colosal como yo; No tuve demasiado tiempo para soltarle otra frase en charla, ya que saltó a unos árboles no muy a lo lejos de nuestra posición, por lo que inquirí que atacaría a distancia o se resguardaría de mis posibles ataques, cual fuera el caso me le quedaría esperando, aprontando las armas pesadas para cualquier cosa que me fuera a hacer la chica.
Y estuve bien en suponer que lo haría esta vez a distancia, ya que utilizó más cuchillas a distancia, lanzándome cuatro esta vez, dirigidas a diferentes sitios de mi cuerpo haciéndome prácticamente inviable la posibilidad de esquivar de manera convencional. Transformé mi cuerpo en el Scale Point, haciendo que mi cuerpo tomase la forma de un dragón lleno de escamas duras y resistentes como el tugsteno (wolframio), cubriéndome de tal modo que mi cuerpo parecía una gran esfera de púas de hielo, las cuales recibieron aquellas cuchillas y las desviaron con suma facilidad, aunque una de ellas se clavó superficialmente entre las grandes escamas de mi brazo derecho, por lo que posiblemente me quedaría una herida no demasiado grande en esa zona, por la cual empecé a sangrar. Un ardor incómodo me invadía, pero no era lo suficientemente jodido como para imposibilitarme el seguir combatiendo.
Sin mucha tardanza, cambié al Dashing Point aprovechando la proximidad de nuestros cuerpos. ¿Así que ella también era usuaria de Zoan? Interesante, muy interesante... y atractivo a decir verdad, dos usuarios del mismo tipo de Akuma no Mi luchando para "pasar el rato", aunque parecía ser que ella iba bastante en serio, por lo que sería tiempo de ir haciendo lo mismo, por más que mi idea no fuera dañarla en absoluto sino más bien entrenar, como ella lo había pedido con antelación. Como dije antes, aprovechando la distancia de nuestros cuerpos, esperé hasta último momento lanzarme hacia mi lado derecho haciendo un dash a unos 600km/h más o menos alejándome unos 10 metros, levantando una nube de arena a mi paso que posiblemente taparía la visión de la contraria debido a que venía directamente hacia mi. Una vez hecho aquello, volvería arremeter hacia la pelirroja ahora transformada, haciendo un dash frontal a 600km/h nuevamente, cargando el puñetazo y lanzándoselo dirigido a un lado de su cintura cerca de los riñones. — ¡10-Hit Scale Impact! [AMF] — atacaba a través de la nube de arena, viendo con claridad el aura de Aki allí entre medio, haciendo uso de mi Kenbunshoku Haki.
No quería abusarme, en absoluto... pero parecía ser que subestimarla e ir suave con ella solamente heriría su orgullo, más mi intención no era dejarla noqueada o agonizante ni mucho menos maltrecha... a fin de cuentas, ¿cómo podría morderle luego de darle una paliza sino? Debía dejarle lo mejor para posible, a no ser... que solamente fuese un engaño para convencerme de luchar en serio y nada más. Pero eso es otro tema... ya se vería una vez terminase el combate. — Estaré encantado entonces de ser yo el que muerda tu cuerpo esta tarde, aunque no se te note emocionada con perder... — le decía como si estuviera asegurando mi victoria, aunque solo era una jugada para ver sus reacciones, disfrutaba de aquello como un niño pequeño con una paleta dulce, degustando cada milímetro de esta hasta que se acabara.
Y estuve bien en suponer que lo haría esta vez a distancia, ya que utilizó más cuchillas a distancia, lanzándome cuatro esta vez, dirigidas a diferentes sitios de mi cuerpo haciéndome prácticamente inviable la posibilidad de esquivar de manera convencional. Transformé mi cuerpo en el Scale Point, haciendo que mi cuerpo tomase la forma de un dragón lleno de escamas duras y resistentes como el tugsteno (wolframio), cubriéndome de tal modo que mi cuerpo parecía una gran esfera de púas de hielo, las cuales recibieron aquellas cuchillas y las desviaron con suma facilidad, aunque una de ellas se clavó superficialmente entre las grandes escamas de mi brazo derecho, por lo que posiblemente me quedaría una herida no demasiado grande en esa zona, por la cual empecé a sangrar. Un ardor incómodo me invadía, pero no era lo suficientemente jodido como para imposibilitarme el seguir combatiendo.
Sin mucha tardanza, cambié al Dashing Point aprovechando la proximidad de nuestros cuerpos. ¿Así que ella también era usuaria de Zoan? Interesante, muy interesante... y atractivo a decir verdad, dos usuarios del mismo tipo de Akuma no Mi luchando para "pasar el rato", aunque parecía ser que ella iba bastante en serio, por lo que sería tiempo de ir haciendo lo mismo, por más que mi idea no fuera dañarla en absoluto sino más bien entrenar, como ella lo había pedido con antelación. Como dije antes, aprovechando la distancia de nuestros cuerpos, esperé hasta último momento lanzarme hacia mi lado derecho haciendo un dash a unos 600km/h más o menos alejándome unos 10 metros, levantando una nube de arena a mi paso que posiblemente taparía la visión de la contraria debido a que venía directamente hacia mi. Una vez hecho aquello, volvería arremeter hacia la pelirroja ahora transformada, haciendo un dash frontal a 600km/h nuevamente, cargando el puñetazo y lanzándoselo dirigido a un lado de su cintura cerca de los riñones. — ¡10-Hit Scale Impact! [AMF] — atacaba a través de la nube de arena, viendo con claridad el aura de Aki allí entre medio, haciendo uso de mi Kenbunshoku Haki.
No quería abusarme, en absoluto... pero parecía ser que subestimarla e ir suave con ella solamente heriría su orgullo, más mi intención no era dejarla noqueada o agonizante ni mucho menos maltrecha... a fin de cuentas, ¿cómo podría morderle luego de darle una paliza sino? Debía dejarle lo mejor para posible, a no ser... que solamente fuese un engaño para convencerme de luchar en serio y nada más. Pero eso es otro tema... ya se vería una vez terminase el combate. — Estaré encantado entonces de ser yo el que muerda tu cuerpo esta tarde, aunque no se te note emocionada con perder... — le decía como si estuviera asegurando mi victoria, aunque solo era una jugada para ver sus reacciones, disfrutaba de aquello como un niño pequeño con una paleta dulce, degustando cada milímetro de esta hasta que se acabara.
- Aclaraciones:
- - Scale Point: Mark esta ocasión adoptará una forma más defensiva. Su cuerpo se llenará de unas escamas grandes y resistentes de color blanco, casi como si estuvieran hechas de hielo u nieve muy dura. Dependiendo de la resistencia y habilidad de Mark, la dureza de estas escamas será inclusive más y más dura a cada vez. No podrá moverse muy rápido, pero sí podrá volar y atacar normalmente.
Nivel 35: Sus escamas adquieren la dureza del wolframio (Tugsteno).
- Dashing Point: Mark sacrifica su defensa férrea de sus escamas para poder agilitar sus movimientos y así aumentar la velocidad de estos. Su piel en varios sectores se vuelve negra como la mismísima oscuridad, sus alas se agrandan pero su altura se mantiene igual a los dos metros. Sus músculos son más alargados pudiendo así usarlos para moverse a grandes velocidades. Dependiendo de su habilidad es la velocidad a la que se podrá mover; Sus movimientos no será correr, sino impulsos potentes de sus piernas, aunque podrá frenar en cualquier momento e impulsarse a mitad de camino hacia otro lado gracias a sus ejercitados músculos y velocidad de reacción, aunque esto impone un gran gasto de energía en Mark debido a las acciones veloces que debe tomar y el estrés que le pone a sus músculos.
Nivel 45: Se impulsará a una velocidad de 600km/h.
Power-Up • Needless Scales - Gracias a este Power-Up, Mark será capaz de utilizar sus Zoan Points sin necesidad de consumir las conocidas Rumble Balls. Eso sí, de todas maneras para la forma Monstruosa deberá consumir una Rumble Ball debido a su gran poder y tamaño.
El Scale Impact es el mismo que el anterior, solamente que con 10 impactos en vez de 5.
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-¿Frenar? ¿Eso se come?
Pensé en mi cabeza mientras veía alucinada como se transformaba en una especie de dragón-bola de puas. Genial. No pude evitar reírme de mi estupidez, pero no quería frenar, mi orgullo se iría por la borda. Además eso era meramente defensivo, era poco probable que siguiera en esa forma mucho rato. Observé como desviaba todos los cuchillos. A lo máximo que llegué fue a hacerle un rasguño. Sonriendo, aceleré. Notaba el viento en la melena y mis ojos chispear de pura diversión.
Entonces él cambio. Sus alas se agrandaron, y podía ver su oscura piel. Casi parecía hasta mas alto. Abrí la mandíbula para morderle, casi estaba encima de él, pero entonces...desapareció. A juzgar por la nube de arena que levantó, simplemente era su velocidad. Me pasé una pata por la cara para que no me entrara la arena. Que postura, parecía sacada de un tonto gatito doméstico. Ojalá él no hubiera visto eso. Traté de calmarme y ver por la dirección de la cual vendría el golpe, pero fue demasiado rápido y me alcanzó en el costado. Volví a notar aquellos golpes, algo más fuertes y el resultado fue una gigantesca tigresa albina caída al suelo. Me había pillado por sorpresa. Si solo hubiera sido uno, me habría quedado allí tirada y tal vez habría podido recuperarme. Pero eran más, 10 que yo contara, y sin que pudiera evitarlo, con cada golpe daba media vuelta sobre mi misma hasta que terminé rodando por la playa. Dolían, pero me imaginé el aspecto que tendría ahora y fue tan malditamente cómica la imagen que en vez de quejarme me eché a reír.
Aún seguía riendo cuando volví a mi forma híbrida. Mi top se había roto allí donde había ido recibiendo los golpes, posiblemente de la fricción entre el puño, el suelo...puff, que harapos. Aún riendo, me levanté y traté de sacudirme la arena mientras caminaba hacia él y le contestaba.
-Nadie se emocionaría con perder, aunque personalmente me da igual. No sólo por que me muerdas,-Dije mientras le tiraba un beso imaginario.- Sino porque no busco la victoria, solo la experiencia. Si ves que me esfuerzo es simplemente que temo aburrirte si me contengo.
Sonriendo, me acerqué más y me quedé a medio metro, transformé un brazo en una pata y mientras sacudía mi cola para quitarle los restos de arena, tendí la otra mano hacia él, sonriendo.
-¿Te parece si continuamos o consideras el espectáculo que te di antes tirada en la arena como suficiente derrota?
Pensé en mi cabeza mientras veía alucinada como se transformaba en una especie de dragón-bola de puas. Genial. No pude evitar reírme de mi estupidez, pero no quería frenar, mi orgullo se iría por la borda. Además eso era meramente defensivo, era poco probable que siguiera en esa forma mucho rato. Observé como desviaba todos los cuchillos. A lo máximo que llegué fue a hacerle un rasguño. Sonriendo, aceleré. Notaba el viento en la melena y mis ojos chispear de pura diversión.
Entonces él cambio. Sus alas se agrandaron, y podía ver su oscura piel. Casi parecía hasta mas alto. Abrí la mandíbula para morderle, casi estaba encima de él, pero entonces...desapareció. A juzgar por la nube de arena que levantó, simplemente era su velocidad. Me pasé una pata por la cara para que no me entrara la arena. Que postura, parecía sacada de un tonto gatito doméstico. Ojalá él no hubiera visto eso. Traté de calmarme y ver por la dirección de la cual vendría el golpe, pero fue demasiado rápido y me alcanzó en el costado. Volví a notar aquellos golpes, algo más fuertes y el resultado fue una gigantesca tigresa albina caída al suelo. Me había pillado por sorpresa. Si solo hubiera sido uno, me habría quedado allí tirada y tal vez habría podido recuperarme. Pero eran más, 10 que yo contara, y sin que pudiera evitarlo, con cada golpe daba media vuelta sobre mi misma hasta que terminé rodando por la playa. Dolían, pero me imaginé el aspecto que tendría ahora y fue tan malditamente cómica la imagen que en vez de quejarme me eché a reír.
Aún seguía riendo cuando volví a mi forma híbrida. Mi top se había roto allí donde había ido recibiendo los golpes, posiblemente de la fricción entre el puño, el suelo...puff, que harapos. Aún riendo, me levanté y traté de sacudirme la arena mientras caminaba hacia él y le contestaba.
-Nadie se emocionaría con perder, aunque personalmente me da igual. No sólo por que me muerdas,-Dije mientras le tiraba un beso imaginario.- Sino porque no busco la victoria, solo la experiencia. Si ves que me esfuerzo es simplemente que temo aburrirte si me contengo.
Sonriendo, me acerqué más y me quedé a medio metro, transformé un brazo en una pata y mientras sacudía mi cola para quitarle los restos de arena, tendí la otra mano hacia él, sonriendo.
-¿Te parece si continuamos o consideras el espectáculo que te di antes tirada en la arena como suficiente derrota?
Mark Kjellberg
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Akuma no mi
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El golpe había dado en el blanco, pero a juzgar por la manera que su cuerpo se agitó violentamente, me sentó algo mal el tal vez haberme pasado un poco con la fuerza. Mas aún así, cuando rió más que aquejarse por sus dolencias solté un suspiro de alivio, sonriendo de medio labio y acercándome a ella gradualmente se levantaba sacudiéndose la ropa. Sus prendas estaban rasgadas, dejando poco a la imaginación aunque no me concentré demasiado en eso, podría decirse que su cuerpo no tenía nada que envidiarle a las demás; Aclaré mi garganta mientras de mi espalda volviendo a la forma humana salían un par de alas de apariencia azulada con escamas de la misma tonalidad, agitando estas para así apartar lo mejor que pude la nube de arena que poco a poco se iba disipando. Escuché su comentario, algo que despertó en mi cierta curiosidad, y el ver aquellos pequeños pero carnosos labios fruncirse al lanzarme un beso al aire se apetecían más que suculentos. Desvié mi mirada rápidamente hacia sus orbes oculares haciendo el intento de concentrarme en estos y en sus palabras. Sonreí encantador, mordiéndome con sutileza el labio inferior al momento en que se acercaba a mi. — ¿Te parece si continuamos, o consideras el espectáculo que te di antes tirada en la arena como suficiente derrota? — preguntaba ella, a lo que yo alzaba apenas un poco mi mentón aún con mi mirada fija en sus ojos, levantando mi brazo diestro y propinándole una gentil, casi que imperceptible caricia en su mejilla izquierda. — ¿Te consideras derrotada, o deseas seguir jugando un poco más antes de que suceda lo inevitable? — le devolvía la respuesta con una pregunta de mi parte, aunque no me detuve ahí en absoluto.
Me acerqué, lentamente mientras llevaba mi otra mano al lado derecho de su cintura. Apegué levemente mi cuerpo al ajeno, y a juzgar por la diferencia de alturas, sin mucho esfuerzo la levanté en brazos. Sabía perfectamente que podría intentar algo rastrero y atacarme cuando menos me lo esperaba, pero parecía no ser de ese tipo de personas. Tal vez le molestaría aquella posición, ese adelantamiento por mi parte tan abrupto y sorpresivo al tenerla en brazos y poseerla de tal manera. Y tal como las promesas deben cumplirse, sin muchas vueltas al asunto, acerqué mi rostro al suyo, sintiendo su levemente ácido aliento chocar contra mi rostro, al igual que el mío contra el suyo. Casi podría parecer que iba a devorar sus labios en un apasionado beso, pero no... me detuve a escasos centímetros de sus labios, hasta podía sentir la calidez de estos. — Lamento de antemano la posición en la que nos encontramos, Aki... pero no desearía que te esforzaras más de lo que ya has hecho. — murmuraba para luego, pasar hacia su cuello, apuntando al lado izquierdo de este. Rocé mis labios contra su piel, sintiendo un dulce aroma mezclado con sudor y fragancia a "mar" debido al roce constante de la arena en su cuerpo.
No quería hacerle esperar mucho, por lo que entreabrí mis labios, dejando mostrar mis dientes blancos como el más fino y pulido marfil, propinándole un firme mordisco sin intenciones de lastimar su cuerpo en absoluto. No era un mordisco fuerte, pero tampoco tan suave como para que no lo pudiera sentir... Término medio, por así decirlo. Cerré los ojos mientras le mordía, pellizcando de vez en cuando su tersa e inmaculada piel pálida, imaginándome que en algún momento me apartaría de forma mordaz y me miraría con recelo, desconfiada y ofendida por lo que acababa de hacerle. ¿Quien en su sano juicio trataría así a una mujer, con tanta libertad de hacer lo que le placiera como si fuese el rey del mundo? Bueno... Yo, claro está. Le mordí reiteradas veces antes de separarme, volviendo mi rostro al frente pero esta vez más alejado del suyo que antes, a una cabeza de distancia más o menos. Cuidadoso de no apretar las zonas donde habían dado mis Scale Impact. — Me gustaría decir que estoy satisfecho... pero sería estar mintiendo, mas no quiero abusar de mi posición como el ganador de esta pelea. Sería entretenido seguir con estos mordiscos, aunque dudo mucho que lo desees. — inquiría con facilidad, tal vez por un sexto sentido con las mujeres, o solamente porque era sentido común el pensar aquello. De todas maneras, con el mismo cuidado que la sostenía en mis brazos alzándola hasta mi altura de dos metros, la bajé de nuevo al suelo, mirando hacia un lado que se encontraba curiosamente mi chaqueta anaranjada que me había sacado antes. La posé sobre los hombros ajenos luego de sacudirle la arena que le había quedado encima, sonriendo de medio labio. — Lo que sí... me gustaría invitarte a comer algo... ¿Aceptarías, o sería pretender demasiado de tu parte? — cuestionaba por último, guiñándole un ojo, manteniendo una distancia de un metro y medio el uno del otro ahora luego de haberle bajado de mis brazos...
Me acerqué, lentamente mientras llevaba mi otra mano al lado derecho de su cintura. Apegué levemente mi cuerpo al ajeno, y a juzgar por la diferencia de alturas, sin mucho esfuerzo la levanté en brazos. Sabía perfectamente que podría intentar algo rastrero y atacarme cuando menos me lo esperaba, pero parecía no ser de ese tipo de personas. Tal vez le molestaría aquella posición, ese adelantamiento por mi parte tan abrupto y sorpresivo al tenerla en brazos y poseerla de tal manera. Y tal como las promesas deben cumplirse, sin muchas vueltas al asunto, acerqué mi rostro al suyo, sintiendo su levemente ácido aliento chocar contra mi rostro, al igual que el mío contra el suyo. Casi podría parecer que iba a devorar sus labios en un apasionado beso, pero no... me detuve a escasos centímetros de sus labios, hasta podía sentir la calidez de estos. — Lamento de antemano la posición en la que nos encontramos, Aki... pero no desearía que te esforzaras más de lo que ya has hecho. — murmuraba para luego, pasar hacia su cuello, apuntando al lado izquierdo de este. Rocé mis labios contra su piel, sintiendo un dulce aroma mezclado con sudor y fragancia a "mar" debido al roce constante de la arena en su cuerpo.
No quería hacerle esperar mucho, por lo que entreabrí mis labios, dejando mostrar mis dientes blancos como el más fino y pulido marfil, propinándole un firme mordisco sin intenciones de lastimar su cuerpo en absoluto. No era un mordisco fuerte, pero tampoco tan suave como para que no lo pudiera sentir... Término medio, por así decirlo. Cerré los ojos mientras le mordía, pellizcando de vez en cuando su tersa e inmaculada piel pálida, imaginándome que en algún momento me apartaría de forma mordaz y me miraría con recelo, desconfiada y ofendida por lo que acababa de hacerle. ¿Quien en su sano juicio trataría así a una mujer, con tanta libertad de hacer lo que le placiera como si fuese el rey del mundo? Bueno... Yo, claro está. Le mordí reiteradas veces antes de separarme, volviendo mi rostro al frente pero esta vez más alejado del suyo que antes, a una cabeza de distancia más o menos. Cuidadoso de no apretar las zonas donde habían dado mis Scale Impact. — Me gustaría decir que estoy satisfecho... pero sería estar mintiendo, mas no quiero abusar de mi posición como el ganador de esta pelea. Sería entretenido seguir con estos mordiscos, aunque dudo mucho que lo desees. — inquiría con facilidad, tal vez por un sexto sentido con las mujeres, o solamente porque era sentido común el pensar aquello. De todas maneras, con el mismo cuidado que la sostenía en mis brazos alzándola hasta mi altura de dos metros, la bajé de nuevo al suelo, mirando hacia un lado que se encontraba curiosamente mi chaqueta anaranjada que me había sacado antes. La posé sobre los hombros ajenos luego de sacudirle la arena que le había quedado encima, sonriendo de medio labio. — Lo que sí... me gustaría invitarte a comer algo... ¿Aceptarías, o sería pretender demasiado de tu parte? — cuestionaba por último, guiñándole un ojo, manteniendo una distancia de un metro y medio el uno del otro ahora luego de haberle bajado de mis brazos...
- Aclaración:
- Bueno... primero que nada, espero no me pegues por el Post subido de tono(?) y lamento si es demasiado xDDDUu Segundo... la propuesta que hace Mark la propongo también aquí, ¿te agradaría seguir la "Trama" de este tema, en otro? Un social tal vez, algo así. Si no gustas, pues no hay problema alguno ^^ Es entretenido rolear contigo; En tal caso que aceptes, me encargo yo de abrir el nuevo tema xD descuida.
Aki D. Arlia
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Tal vez si hubiera tenido algo más de experiencia en combate habría podido verle venir. Pero todavía estaba colorada por la calor del ejercicio, y notaba mi corazón batir en mi pecho, la sangre bombeando en mi cabeza. No podía pensar con claridad. Se acercó cauteloso y volví a mi forma humana, no parecía tener intención de reanudar el combate. Por un lado era algo molesto, ¡Todavía podía pelear! Pero recordé que simplemente era para pasar el tiempo, además seguía estando bastante magullada, y aunque quisiera, no podría seguir su ritmo por mucho tiempo. Suspiré, intentando calmarme. Noté su mano en mi cara y sonreí, mirándole a los ojos. Por alguna razón que no alcancé a comprender, estaba serio.
— ¿Te consideras derrotada, o deseas seguir jugando un poco más antes de que suceda lo inevitable?
Suspiré, sonriendo con tranquilidad. La verdad es que él estaba en lo cierto. ¿Qué me quedaba, más que entregarme? Abrí la boca para contestarle, y quizá juguetear, tratar de ponerle nervioso. Preguntarle dónde pensaba morderme. Pero al parecer el ya lo había decidido. Se apegó a mi y las palabras murieron en mi garganta. Me levantó en el aire, y sorprendida llevé mis brazos a sus hombros, por puro acto reflejo. No me lo esperaba. Me agarraba con delicadeza, evitando los lugares en los que me había golpeado antes. No estaba acostumbrada a esa ternura, pero no me desagradaba. Era una sensación suave. Sus grandes alas nos rodeaban y allí, irónicamente teniendo en cuenta que me había derrotado, casi casi te sentías a salvo. Me relajé, aún cuando él estaba cada vez más cerca. Pero le miré a los ojos, no creí que fuera a besarme. Sólo se estaba cobrando la apuesta, dudaba que fuera a aprovecharse. Y me lo confirmó, arrancándome una sonrisa de gratitud. — Lamento de antemano la posición en la que nos encontramos, Aki... pero no desearía que te esforzaras más de lo que ya has hecho. - Me dieron ganas de llamarle tonto, ¿Esforzarme más? Yo nunca me esforzaría si no quería hacerlo. Algún día- pensé.- Algún día le demostraré todo lo que puedo aguantar, todo lo que puedo esforzarme. No soy ninguna damisela a la que tomar en brazos...pero no es momento de reproches.- Yo misma me aparté la melena roja del hombro y le ofrecí mi cuello con total y absurda confianza. Noté sus dientes, una, dos y tres veces, y al poco volvió a dejarme en el suelo. Escuché sus comentarios algo azorada, pero pronto me recuperé. Y sonriendo con travesura, intenté descolocarle. No iba a ser la única sonrojada...¿No?
-La verdad es que he de darte la razón, pero no por lo que crees, simplemente prefiero morder, antes que ser mordida. Al menos, la mayor parte de las veces.
No le guiñé el ojo ni me mordí el labio, simplemente sonreí como una niña buena y bien educada y mientras me reía para mis adentros, le dejé pensar lo que quisiera.
-Y ya que invitas...me ha entrado hambre, y será un placer compartir mesa contigo.
— ¿Te consideras derrotada, o deseas seguir jugando un poco más antes de que suceda lo inevitable?
Suspiré, sonriendo con tranquilidad. La verdad es que él estaba en lo cierto. ¿Qué me quedaba, más que entregarme? Abrí la boca para contestarle, y quizá juguetear, tratar de ponerle nervioso. Preguntarle dónde pensaba morderme. Pero al parecer el ya lo había decidido. Se apegó a mi y las palabras murieron en mi garganta. Me levantó en el aire, y sorprendida llevé mis brazos a sus hombros, por puro acto reflejo. No me lo esperaba. Me agarraba con delicadeza, evitando los lugares en los que me había golpeado antes. No estaba acostumbrada a esa ternura, pero no me desagradaba. Era una sensación suave. Sus grandes alas nos rodeaban y allí, irónicamente teniendo en cuenta que me había derrotado, casi casi te sentías a salvo. Me relajé, aún cuando él estaba cada vez más cerca. Pero le miré a los ojos, no creí que fuera a besarme. Sólo se estaba cobrando la apuesta, dudaba que fuera a aprovecharse. Y me lo confirmó, arrancándome una sonrisa de gratitud. — Lamento de antemano la posición en la que nos encontramos, Aki... pero no desearía que te esforzaras más de lo que ya has hecho. - Me dieron ganas de llamarle tonto, ¿Esforzarme más? Yo nunca me esforzaría si no quería hacerlo. Algún día- pensé.- Algún día le demostraré todo lo que puedo aguantar, todo lo que puedo esforzarme. No soy ninguna damisela a la que tomar en brazos...pero no es momento de reproches.- Yo misma me aparté la melena roja del hombro y le ofrecí mi cuello con total y absurda confianza. Noté sus dientes, una, dos y tres veces, y al poco volvió a dejarme en el suelo. Escuché sus comentarios algo azorada, pero pronto me recuperé. Y sonriendo con travesura, intenté descolocarle. No iba a ser la única sonrojada...¿No?
-La verdad es que he de darte la razón, pero no por lo que crees, simplemente prefiero morder, antes que ser mordida. Al menos, la mayor parte de las veces.
No le guiñé el ojo ni me mordí el labio, simplemente sonreí como una niña buena y bien educada y mientras me reía para mis adentros, le dejé pensar lo que quisiera.
-Y ya que invitas...me ha entrado hambre, y será un placer compartir mesa contigo.
Mark Kjellberg
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Oh... Aquellas palabras sí que podían malinterpretarse. Tal vez podría notarse cierto rubor casi que imperceptible en mis mejillas, pero no titubee ni me detuve en ningún momento. Es más, hasta podría decirse que eso me tentaba a seguir un poco más, pero no... como antes dicho, no podía abusarme de su confianza ni mucho menos del hecho que había salido ganador en esa pelea. Podríamos seguir, sí... pero sus palabras dejaron en claro que estaba más que convencida que la próxima vez que nos encontráramos las cosas no serían iguales, algo que creaba cierto regocijo en mi interior... ya que significaba que tenía intenciones de reencontrarse conmigo. ¿Subirme el ego, tal vez? Quien sabe, o solamente lo estaba diciendo inquiriendo que si nos cruzábamos por coincidencia nuevamente, significaría que me retaría a un combate... o algo así. Una vez le solté, me dispuse a responderle a sus palabras.
— Estaré más de gustoso que darte esa merecida revancha, preciosa. — le contestaba guiñando un ojo, soltando una risotada entretenida, mientras me cruzaba de brazos. Realmente no podía evitar pensar que tal vez quería vengarse de las mordidas que yo le había dado. — ¿Tal vez gustes de hacerlo tú ahora? ... Aunque me gustaría más que lo hicieras una vez lograras vencerme. — comentaba aclarando un poco mi garganta, para luego alejarme un poco de ella para tomar mi forma completa de dragón, teniendo ahora una altura de cuatro metros desde el suelo hasta la punta de mi cabeza parado en mis cuatro patas, cubierto de escamas azul claro. Volteé la cabeza mirando de soslayo a la joven de cabellera rojiza, bajando mis alas para que pudiese así subirse a mi espalda si así lo deseaba, aunque dudaba mucho que tuviese otro medio de transporte más veloz que yo en esos momentos.
— Te llevaré a una isla un poco más civilizada... el Baratie ha sido hecho trizas, pero tengo otro lugar en el cual se puede comer bien. ¿Qué dices, te montas en mi espalda cual caballero sobre su dragón, o prefieres ir en barco? — le decía sonriendo de medio labio. Se notaban mis facciones sin importar la forma en la que me encontraba, inclusive la sonrisa seductora que mostraba en esos momentos. — Como dije antes, no muerdo a no ser que me dejes... — guiñé el ojo derecho, esperando así entonces por la chica, ya que estaba claro, no me iría sin ella, y esperar a por un barco en una isla en medio del East Blue tampoco es que fuese demasiado... conveniente para lo que le había ofrecido, afortunadamente "Nueva Esperanza" no quedaba a demasiada distancia de Tenjourima. Agité levemente mis alas, acomodándome en la arena, esperando pacientemente por la contraria. — Si me permites llevarte, prometo que si te quedas con hambre te dejo morderme, y más. — terminaba por comentar aquello en un tono ladino, notándose una expresión llena de picardía, expectante de cómo iría a reaccionar ella. Se podrían tomar por muchos sentidos lo dicho, ahora solo restaba ver cómo lo tomaría ella.
— Estaré más de gustoso que darte esa merecida revancha, preciosa. — le contestaba guiñando un ojo, soltando una risotada entretenida, mientras me cruzaba de brazos. Realmente no podía evitar pensar que tal vez quería vengarse de las mordidas que yo le había dado. — ¿Tal vez gustes de hacerlo tú ahora? ... Aunque me gustaría más que lo hicieras una vez lograras vencerme. — comentaba aclarando un poco mi garganta, para luego alejarme un poco de ella para tomar mi forma completa de dragón, teniendo ahora una altura de cuatro metros desde el suelo hasta la punta de mi cabeza parado en mis cuatro patas, cubierto de escamas azul claro. Volteé la cabeza mirando de soslayo a la joven de cabellera rojiza, bajando mis alas para que pudiese así subirse a mi espalda si así lo deseaba, aunque dudaba mucho que tuviese otro medio de transporte más veloz que yo en esos momentos.
— Te llevaré a una isla un poco más civilizada... el Baratie ha sido hecho trizas, pero tengo otro lugar en el cual se puede comer bien. ¿Qué dices, te montas en mi espalda cual caballero sobre su dragón, o prefieres ir en barco? — le decía sonriendo de medio labio. Se notaban mis facciones sin importar la forma en la que me encontraba, inclusive la sonrisa seductora que mostraba en esos momentos. — Como dije antes, no muerdo a no ser que me dejes... — guiñé el ojo derecho, esperando así entonces por la chica, ya que estaba claro, no me iría sin ella, y esperar a por un barco en una isla en medio del East Blue tampoco es que fuese demasiado... conveniente para lo que le había ofrecido, afortunadamente "Nueva Esperanza" no quedaba a demasiada distancia de Tenjourima. Agité levemente mis alas, acomodándome en la arena, esperando pacientemente por la contraria. — Si me permites llevarte, prometo que si te quedas con hambre te dejo morderme, y más. — terminaba por comentar aquello en un tono ladino, notándose una expresión llena de picardía, expectante de cómo iría a reaccionar ella. Se podrían tomar por muchos sentidos lo dicho, ahora solo restaba ver cómo lo tomaría ella.
- Off-Rol:
- Falta un post tuyo y un post mío que sería el último, y llegamos a los 7 cada uno ^^ Así cobramos Full experiencia.
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A juzgar por su reacción, estaba más que acostumbrado a que las mujeres le hicieran cumplidos. Podía entenderlo, al fin y al cabo era un hombre apuesto y bien formado, fuerte y divertido. No era para nada mi tipo, pero comprendía que le veían las otras mujeres. Me siguió el juego, podía ver la risa en sus ojos...aunque tal vez fuera otra emoción. Cuando se transformó en dragón, fueron mis ojos los que chispearon de alegría. Era enorme, era mucho más impresionante que verle en la lejanía. Las escamas brillaban a la luz del sol, y las alas lucían imponentes. Me invitó a subirme y no lo dudé ni un instante. Dando un ágil salto aterricé con suavidad sobre su lomo. Me sentía pequeñita ahí arriba, y el trayecto que teníamos por delante se adivinaba interesante y poco habitual. ¿Cuántas personas podrían afirmar haber montado en un dragón?
Al principio tuve algo de reparo, ya que no sabía a dónde agarrarme. Terminé por echarme hacia delante, y recostada sobre el pasar las manos a los lados de su cuello, sujetándome con firmeza, aunque trataba de no molestarle. Me sobresalté cuando batió las enormes alas y partió, y noté su risa bajo mi cuerpo. Sonreí, más calmada y dándole una palmadita en la cabeza le respondí:
-Pues más te vale que la comida sea buena, o en vez de morderte, podría devorarte. Tu sabrás. Pero si me sirven una bazofia por orden tuya, tal vez me ofenda y te deje tirado...je
Me divertía hablarle así, con dobles sentidos e indirectas a cada frase. Mi cuerpo me recordaba el precio que había pagado para llegar a esta situación a cada metro que avanzábamos...pero no me importaba. Los moratones se irían pronto, y el futuro próximo se auguraba divertido. Aunque entre los moratones y las marcas de los mordiscos, casi parecería como si me hubiera acostado con un vampiro. Casi me echo a reír ante la ocurrencia, pero en vez de eso suspiré y me relajé sobre su lomo. Me acostumbré al suave vaivén de sus alas y poco a poco...poco a poco me fui quedando dormida.
Al principio tuve algo de reparo, ya que no sabía a dónde agarrarme. Terminé por echarme hacia delante, y recostada sobre el pasar las manos a los lados de su cuello, sujetándome con firmeza, aunque trataba de no molestarle. Me sobresalté cuando batió las enormes alas y partió, y noté su risa bajo mi cuerpo. Sonreí, más calmada y dándole una palmadita en la cabeza le respondí:
-Pues más te vale que la comida sea buena, o en vez de morderte, podría devorarte. Tu sabrás. Pero si me sirven una bazofia por orden tuya, tal vez me ofenda y te deje tirado...je
Me divertía hablarle así, con dobles sentidos e indirectas a cada frase. Mi cuerpo me recordaba el precio que había pagado para llegar a esta situación a cada metro que avanzábamos...pero no me importaba. Los moratones se irían pronto, y el futuro próximo se auguraba divertido. Aunque entre los moratones y las marcas de los mordiscos, casi parecería como si me hubiera acostado con un vampiro. Casi me echo a reír ante la ocurrencia, pero en vez de eso suspiré y me relajé sobre su lomo. Me acostumbré al suave vaivén de sus alas y poco a poco...poco a poco me fui quedando dormida.
Aki D. Arlia
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- PD::
- Me parece bien, y cuando quieras iniciar la segunda parte me avisas ^^
Mark Kjellberg
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— Pues más te vale que la comida sea buena, o en vez de morderte podría devorarte. Tú sabrás. Pero si me sirven una bazofia por orden tuya, tal vez me ofenda y te deje tirado. — entonó la contraria seguido de una fugaz risa montándose en mi espalda. Volví a erguirme mientras le miraba por el rabillo de mi ojo izquierdo al voltear la cabeza hacia ese lado. — Me aseguraré de que sea la mejor comida que hayas probado nunca antes. No me gustaría decepcionar a la damisela que permitió que devorara su cuello cual bestia hambrienta. — le contestaba soltando una risa entretenida. Parecía ser que se acomodaba bastante bien en mi lomo así que no me fue demasiado complicado remontar vuelo agitando mis alas inicialmente con cierta violencia levantando arena en el suelo, notándose cómo los lugareños me miraban sumamente espantados, saliendo de entre las espesuras del bosque, tapándose los rostros para que la arena no les cayera en los ojos. Lentamente me iba alejando de la isla aquella en la que había luchado con aquella chica de cabellera rojiza.
Igualmente no tardaríamos demasiado en llegar a "Nueva Esperanza", volando no quedaría a más de una hora de viaje aproximadamente; Le miraba de vez en cuando de reojo, denotando lo cansada que se veía, seguro sería mejor que aprovechara para descansar un poco aquellos golpes que le había propinado a su cuerpo en aquel combate. Tal vez podría sentirme culpable por ella, pero su excesiva picardía a la hora de hablar y lo segura que estaba que la próxima vez que nos encontráramos no sería lo mismo para mi, me daba a entender que tenerle lástima sería lo menos recomendable.
— "Me pregunto si todas las mujeres serán así de agradables a la vista cuando duermen." — pensé. ¿Qué se puede decir? Tal vez podría ser mi tipo de chica, pero no me interesaba en lo más mínimo engatusar a una mujer, no en estos momentos al menos. Sí, podría jugar, guiñar mis ojos y morderme el labio inferior de la manera más seductora y encantadora posible, pero allí a que pasara en serio simplemente prefería lavarme las manos cual Poncio Pilatos. Y quien sabe además, si aquella muchacha era pirata, o miembro de la Marina o Cipher Pol, o peor... de los Revolucionarios. Nunca se es demasiado precavido por la vida como para andarse con cuidado de a quien invitas a comer, aunque en esta ocasión... prefería tomar los riesgos necesarios si era para divertirme aunque fuera un poco y abandonar la monotonía de la soledad.
Igualmente no tardaríamos demasiado en llegar a "Nueva Esperanza", volando no quedaría a más de una hora de viaje aproximadamente; Le miraba de vez en cuando de reojo, denotando lo cansada que se veía, seguro sería mejor que aprovechara para descansar un poco aquellos golpes que le había propinado a su cuerpo en aquel combate. Tal vez podría sentirme culpable por ella, pero su excesiva picardía a la hora de hablar y lo segura que estaba que la próxima vez que nos encontráramos no sería lo mismo para mi, me daba a entender que tenerle lástima sería lo menos recomendable.
— "Me pregunto si todas las mujeres serán así de agradables a la vista cuando duermen." — pensé. ¿Qué se puede decir? Tal vez podría ser mi tipo de chica, pero no me interesaba en lo más mínimo engatusar a una mujer, no en estos momentos al menos. Sí, podría jugar, guiñar mis ojos y morderme el labio inferior de la manera más seductora y encantadora posible, pero allí a que pasara en serio simplemente prefería lavarme las manos cual Poncio Pilatos. Y quien sabe además, si aquella muchacha era pirata, o miembro de la Marina o Cipher Pol, o peor... de los Revolucionarios. Nunca se es demasiado precavido por la vida como para andarse con cuidado de a quien invitas a comer, aunque en esta ocasión... prefería tomar los riesgos necesarios si era para divertirme aunque fuera un poco y abandonar la monotonía de la soledad.
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