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En la proa del barco, sentado, mirando el cielo es donde me encontraba. Era un bonito día, sin nubes y un sol radiante, cielo azul, acompañado de un sonido calmante de las olas. Shion y Raion se encontraban dando vueltas por cubierta, jugando, ya que estábamos energéticos porqué acabábamos de comer. Salté a cubierta y empecé a jugar con ellos, saltábamos uno encima del otro, nos mordíamos y perseguíamos a alguno. Lo estábamos pasando bien, hasta que se agotaron nuestras energías y decidimos tomar una pequeña siesta.
- Yo estoy cansado.. ¿Que tal una siesta? - Pregunté a mis compañeros.
Tras esas palabras, no tardaron mucho en estar de acuerdo conmigo. Me tumbé en el suelo y Raion se subió a mi estómago y Shion, se tumbó al lado mío. Empecé a acariciar la cabeza de los dos hasta que acabemos dormidos.
Un ruido extraño nos despertó, parecían los sonidos de unos pájaros corretear en el cielo. Abrí los ojos y eran unos pájaros enormes que bajaron en picado a por nosotros. Empezaron a atacarnos, parecían una mezcla de cuervo y águilas gigantes. Me levanté de golpe y Shion empezó a correr, intentaba golpear a algún pájaro pero eran demasiados. Uno de ellos agarró a Raion y empezó a llevárselo volando y, los demás pájaros, le siguieron. Shion se había escondido y yo no la encontraba, así que empecé a llamarla mientras veía como los pájaros junto a Raion, se iban. A lo lejos vi una isla y parecía que estos se dirigían al punto mas alto. Tenía que ir hacia allí como fuera. Empecé a llevar el barco hacia la isla y lo amarré a unas rocas, en una zona boscosa.
- Yo estoy cansado.. ¿Que tal una siesta? - Pregunté a mis compañeros.
Tras esas palabras, no tardaron mucho en estar de acuerdo conmigo. Me tumbé en el suelo y Raion se subió a mi estómago y Shion, se tumbó al lado mío. Empecé a acariciar la cabeza de los dos hasta que acabemos dormidos.
Un ruido extraño nos despertó, parecían los sonidos de unos pájaros corretear en el cielo. Abrí los ojos y eran unos pájaros enormes que bajaron en picado a por nosotros. Empezaron a atacarnos, parecían una mezcla de cuervo y águilas gigantes. Me levanté de golpe y Shion empezó a correr, intentaba golpear a algún pájaro pero eran demasiados. Uno de ellos agarró a Raion y empezó a llevárselo volando y, los demás pájaros, le siguieron. Shion se había escondido y yo no la encontraba, así que empecé a llamarla mientras veía como los pájaros junto a Raion, se iban. A lo lejos vi una isla y parecía que estos se dirigían al punto mas alto. Tenía que ir hacia allí como fuera. Empecé a llevar el barco hacia la isla y lo amarré a unas rocas, en una zona boscosa.
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Andaba yo algo lejos de mi patria, Loguetown, tan solo estaba a leguas de distancia de un reino donde hace muchos años nació un pirata, con una sangre demoniaca. Estabamos en Torino, de paso, haciendo una última escala, era una isla sin nada en particular, salvo por una gran biblioteca de conocimientos del estilo "chamán", aún así podría ser una gran ocasión para visitarla, o una excusa.
Yo me encontraba sentado en la playa, con mi querido sensei Yokohama, un exmarine de alto rango, que actualmente trabajaba para el gobierno, buscando siempre jóvenes promesas, a nuestro alrededor, solo había bosque, era frondoso, de un color verde oscuro, de maderas marrones, con tonos grisáceos, el sol los iluminaba bajo un cielo azulado, despejado, como el mar, de aguas cristalinas, que se movían al son de una proporción armónica :
-"La naturaleza es tan exacta, tantas constantes, la física, las matemáticas y la vida son la misma cosa-pensaba para mis adentros.
Y entonces mi vino a la cabe la leyenda del hijo del primer rey pirata, D. Ace, D, la misma D., la D siempre se haya en personajes importantes, Destino, Danger(peligro), que sería su verdadero significado:
-¿Qué es la D?-pregunte a mi compañero Yoko.
-¿Quien sabe?, aunque la gente que suele indagar en ese tema acaba mal-te recomendaría que no hablaras de el en público.
-No te sigo Yoko-le dije yo.
-Es simple, tu siempre preséntate a la gente como N, o Nemo Yokohama, ¿Lo entiendes?-me dijo Yoko.
-Te refieres que suprima mi verdadero nombre, ¿Me equivoco?-le dije yo.
-Sí, pronto llegara un momento en el que la necesidad de ocultarlo no exista, pero ahora has de ser prudente-continuo él.
Una bandada de pájaros sobrevoló nuestra posición, era extraño, les vi pasar fugazmente, y no era época de migraciones. Sin darle la mayor importancia vi un barco, que a menor velocidad se acercaba a la costa.
-Yoko, con tú permiso voy a explorar la isla, creo que iré a la biblioteca-dije mientras me levantaba e iba en dirección a donde misterioso barco estaba apunto de desembarcar, desarmado, como siempre lo hacía.
Yo me encontraba sentado en la playa, con mi querido sensei Yokohama, un exmarine de alto rango, que actualmente trabajaba para el gobierno, buscando siempre jóvenes promesas, a nuestro alrededor, solo había bosque, era frondoso, de un color verde oscuro, de maderas marrones, con tonos grisáceos, el sol los iluminaba bajo un cielo azulado, despejado, como el mar, de aguas cristalinas, que se movían al son de una proporción armónica :
-"La naturaleza es tan exacta, tantas constantes, la física, las matemáticas y la vida son la misma cosa-pensaba para mis adentros.
Y entonces mi vino a la cabe la leyenda del hijo del primer rey pirata, D. Ace, D, la misma D., la D siempre se haya en personajes importantes, Destino, Danger(peligro), que sería su verdadero significado:
-¿Qué es la D?-pregunte a mi compañero Yoko.
-¿Quien sabe?, aunque la gente que suele indagar en ese tema acaba mal-te recomendaría que no hablaras de el en público.
-No te sigo Yoko-le dije yo.
-Es simple, tu siempre preséntate a la gente como N, o Nemo Yokohama, ¿Lo entiendes?-me dijo Yoko.
-Te refieres que suprima mi verdadero nombre, ¿Me equivoco?-le dije yo.
-Sí, pronto llegara un momento en el que la necesidad de ocultarlo no exista, pero ahora has de ser prudente-continuo él.
Una bandada de pájaros sobrevoló nuestra posición, era extraño, les vi pasar fugazmente, y no era época de migraciones. Sin darle la mayor importancia vi un barco, que a menor velocidad se acercaba a la costa.
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Llegué al reino Torino, era famoso por unas grandes aves y por sus plantas medicinales. Esas plantas seguro que podrían tener otro uso, se podría aprovechar para un gas nervioso o algo similar. Aprovechando que no tenía ninguna misión asignada me desplacé hasta éste lugar.
Estaba caminando por entre los nidos de aquellas aves enormes, y aunque no me atacaban si que no me quitaban la vista de encima. Había escuchado de los nativos que hace muchos años las aves y los humanos estaban en guerra constante, pero un día llegó un extraño ser que los ayudó tanto a humanos como a aves. Ese ser no era sino que Chopper, el legendario médico de la tripulación del último rey de los piratas. Siempre quedaría la duda de qué era en realidad, unos dicen que animal mientras otros aseguran que hombre. Lo que si es cierto es que poseía una zoan extraña y que le permitía más transformaciones de las normales. Pero se decía que era por una droga que él mismo había inventado.
Mi objetivo era ese, descubrir aquello que pudiese aprovechar de ésta tierra. Alcé la vista sorprendido al ver que una bandada de pájaros llegaban, uno de ellos tenía un extraño animal en la boca y abajo del
todo se veía un barco avanzar hacia la isla, ¿sería posible que hubiesen robado la mascota del barco? no, lo más seguro es que fuese comida y el barco una metra casualidad, descarté esas ideas de mi cabeza y volvía a lo mío. Saqué un pequeño tubo de cristal con un fluido viscoso y trasparente donde introduje un pedazo de tallo con una hoja de una planta. Lo esencial era tomar muestras para estudiarlas.
Estaba caminando por entre los nidos de aquellas aves enormes, y aunque no me atacaban si que no me quitaban la vista de encima. Había escuchado de los nativos que hace muchos años las aves y los humanos estaban en guerra constante, pero un día llegó un extraño ser que los ayudó tanto a humanos como a aves. Ese ser no era sino que Chopper, el legendario médico de la tripulación del último rey de los piratas. Siempre quedaría la duda de qué era en realidad, unos dicen que animal mientras otros aseguran que hombre. Lo que si es cierto es que poseía una zoan extraña y que le permitía más transformaciones de las normales. Pero se decía que era por una droga que él mismo había inventado.
Mi objetivo era ese, descubrir aquello que pudiese aprovechar de ésta tierra. Alcé la vista sorprendido al ver que una bandada de pájaros llegaban, uno de ellos tenía un extraño animal en la boca y abajo del
todo se veía un barco avanzar hacia la isla, ¿sería posible que hubiesen robado la mascota del barco? no, lo más seguro es que fuese comida y el barco una metra casualidad, descarté esas ideas de mi cabeza y volvía a lo mío. Saqué un pequeño tubo de cristal con un fluido viscoso y trasparente donde introduje un pedazo de tallo con una hoja de una planta. Lo esencial era tomar muestras para estudiarlas.
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Un barco se acercaba a una velocidad moderada a la isla, no pertenecía a la marina ni nada parecido, era más bien un barco vacacional, en la cubierta podían verse personas de distintos atuendos. Algunos se notaba que eran personas adineradas y otros por el contrario no, la sociedad y sus estamentos, algo ridículo que el moreno sin duda odiaba. Dentro del navío, en un camarote, se hallaba el joven realizando los últimos ajustes de su misión. Llevaba una camiseta de manga larga de un tono rojizo muy oscuro, sus pantalones eran del mismo color y en sus pies portaba unas sandalias de madera. No llevaba ninguna arma, se había interesado por un estilo poco común llamado “Perfec Kombat”, sobre la camiseta, llevaba un chaleco táctico de combate. Este era negro con bastantes aperturas para introducir objetos, podía verse en su atuendo, dos botellas de agua, una caja de cerillas y una botellita de alcohol. Estaba listo para su objetivo, frente a sus ojos había un Den Den Mushi, el cual estaba colocado sobre la mesa, su concha era rojiza y su color de piel negro, sus ojos rojos y parecía serio, de repente empezó a hablar.
- Líder, el cliente ha cambiado la oferta. Ha doblado la recompensa que nos ofrecía a cambio de dos especimenes en lugar de uno. Hablamos de uno 10.000 Berries.
Aquellas palabras hicieron que el mercenario sonriera de lado, al parecer el cliente quería dos de aquellas cosas y ofrecía el doble de dinero. Le parecía perfecto, el dinero iba a venir muy bien a la organización. Se ajustó el chaleco, subiéndose la cremallera y mirándose en el espejo de la sala. Su pelo largo, moreno y pinchudo estaba en perfecto estado, sus ojos eran rojizos como la sangre y tenían una expresión arrogante y tranquila. Ahora se giró hacia el medio de comunicación y sonrió de lado mostrando una expresión sádica, como si tuviera todo bajo control, después le contestó a la otra persona que estaba tras el caracol.
- Acepto la oferta. En cuanto acabe aquí, cobrare el pedido y regresare a la base, mientras tanto cuida de todo Crok O Dile. Ya te mandare un mensaje cuando me dirija hacia allí, por el momento tengo trabajo que hacer, cambio y corto.
Tras la pequeña conversación, se dirigió a la salida, estirando la mano para abrir el pomo de la puerta y después salir, esta vez no llevaba consigo su armadura de placas, le retrasaría mucho en movimiento. No podía permitirse el lujo de fallar aquella misión o no se llevaría el dinero, aquel cliente no parecía ser de los típicos que se aguantaban con un “se intentó” era un tipo serio y encima con malos modales. A saber para que deseaba aquellos dos objetos, seguramente para algo extraño, pero eso no era cosa de Madara este solo se limitaba a llevar el pedido. Salió del interior del barco y observó las personas que habían en cubierta, bailaban y reían, disimuladamente se acercó a la mesa y pegó un pequeño suspiro, después cogió dos pinchitos de carne y empezó a comérselos mientras se dirigía a la borda. El barco ya estaba muy cerca de la orilla, sin pensárselo mucho, pegó un salto y aterrizó en la arena de forma perfecta, tras aquello empezó a adentrarse en la selva tranquilamente comiéndose los trozos de carne. Iba examinando todo con cautela, no le convenía que algún animal venenoso le mordiera o algo por el estilo, elevó la mirada observando la enorme montaña, se dirigiría allí para empezar, desde ese punto vería toda la isla.
- Líder, el cliente ha cambiado la oferta. Ha doblado la recompensa que nos ofrecía a cambio de dos especimenes en lugar de uno. Hablamos de uno 10.000 Berries.
Aquellas palabras hicieron que el mercenario sonriera de lado, al parecer el cliente quería dos de aquellas cosas y ofrecía el doble de dinero. Le parecía perfecto, el dinero iba a venir muy bien a la organización. Se ajustó el chaleco, subiéndose la cremallera y mirándose en el espejo de la sala. Su pelo largo, moreno y pinchudo estaba en perfecto estado, sus ojos eran rojizos como la sangre y tenían una expresión arrogante y tranquila. Ahora se giró hacia el medio de comunicación y sonrió de lado mostrando una expresión sádica, como si tuviera todo bajo control, después le contestó a la otra persona que estaba tras el caracol.
- Acepto la oferta. En cuanto acabe aquí, cobrare el pedido y regresare a la base, mientras tanto cuida de todo Crok O Dile. Ya te mandare un mensaje cuando me dirija hacia allí, por el momento tengo trabajo que hacer, cambio y corto.
Tras la pequeña conversación, se dirigió a la salida, estirando la mano para abrir el pomo de la puerta y después salir, esta vez no llevaba consigo su armadura de placas, le retrasaría mucho en movimiento. No podía permitirse el lujo de fallar aquella misión o no se llevaría el dinero, aquel cliente no parecía ser de los típicos que se aguantaban con un “se intentó” era un tipo serio y encima con malos modales. A saber para que deseaba aquellos dos objetos, seguramente para algo extraño, pero eso no era cosa de Madara este solo se limitaba a llevar el pedido. Salió del interior del barco y observó las personas que habían en cubierta, bailaban y reían, disimuladamente se acercó a la mesa y pegó un pequeño suspiro, después cogió dos pinchitos de carne y empezó a comérselos mientras se dirigía a la borda. El barco ya estaba muy cerca de la orilla, sin pensárselo mucho, pegó un salto y aterrizó en la arena de forma perfecta, tras aquello empezó a adentrarse en la selva tranquilamente comiéndose los trozos de carne. Iba examinando todo con cautela, no le convenía que algún animal venenoso le mordiera o algo por el estilo, elevó la mirada observando la enorme montaña, se dirigiría allí para empezar, desde ese punto vería toda la isla.
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Empecé a gritar, llamando a Shion, necesitaba volar para poder llegar antes, pero estaba asustada y no quería salir. Salté al agua y empecé a nadar hacia el bosque y una vez allí, empecé a sacudirme. Corría por el bosque, a cuatro patas. Habían grandes árboles y muchas plantas, pero no me fijé en nada, solo tenía una cosa en mente, salvar a Raion. Mientras corría me topé con alguien que conocía, era N, el tipo que me retó en un ring, en medio del mar. No tenía tiempo de pararme, así que pasé por su lado mientras mi cuerpo empezaba a brillar, cuando estaba cerca de él, mi cuerpo explotó.
- ¡¡Aparte!! ¡Tengo prisa!
Pasé de largo después de explotar y seguí corriendo. No tenía tiempo que perder, necesitaba seguirlos. Activé mi haki de Observación y miré al cielo, en busca de Raion. Estaba lejos, demasiado y necesitaba salvarlo antes de que llegaran a comérselo. A lo lejos divisé una especie de árbol gigantesco con lo que parecía ser un nido en la copa.
- ¡¡Aparte!! ¡Tengo prisa!
Pasé de largo después de explotar y seguí corriendo. No tenía tiempo que perder, necesitaba seguirlos. Activé mi haki de Observación y miré al cielo, en busca de Raion. Estaba lejos, demasiado y necesitaba salvarlo antes de que llegaran a comérselo. A lo lejos divisé una especie de árbol gigantesco con lo que parecía ser un nido en la copa.
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Me estaba acercando al barco cuando resulto ser Asder, era una coincidencia de lo más extraña, yo me limite a saludarle, cuando Asder exploto de manera espontanea, se ve que tenía prisa:
-"Este hombre es un tipo de lo más raro"-dije mientras pensaba.
Allí estaba su barco, solo abandonado, muy imprudente por su parte, amarrado de muy malas maneras, desde luego no era un buen navegante. A pesar de su trato, decidí subir a su barco, el cual empecé a curiosear sin querer llegar al acto delictivo.
-"Creo que me quedare en el barco y esperare a que vuelva, tengo ganas de volver a hablar con él"-pensé para mis adentros.
Yo tenía cierta fe en que nuestro queridísimo amigo Asder llegaría lejos, quien sabe tal vez su amistad podría ayudarme en no un muy lejano futuro. Le amarre mejor el barco, la verdad es que necesitaba alguna que otra reparación, o por lo menos así me parecía a mi. Tras llevar un rato esperando me dí cuenta de que el olor a animal era insufrible, y eso pese a que me gustaba el barco no tuve mayor remedio que bajarme del barco, no si antes dejarle una nota:
Asder, te dejo mejor amarrado el barco, personalmente lo llevaría al pueblo pero conociendo tu condición de pirata supongo que sabras lo que haces, cuando termines con tus prisas te recomendaría ir a la biblioteca de esta isla, allí te esperare, creo que encontraras cosas terriblemente interesantes allí, para ti y tus animales.
N.
Tras dejarle la nota marche a ritmo ligero a la biblioteca, esperando salir algo más sabio de la isla.
-"Este hombre es un tipo de lo más raro"-dije mientras pensaba.
Allí estaba su barco, solo abandonado, muy imprudente por su parte, amarrado de muy malas maneras, desde luego no era un buen navegante. A pesar de su trato, decidí subir a su barco, el cual empecé a curiosear sin querer llegar al acto delictivo.
-"Creo que me quedare en el barco y esperare a que vuelva, tengo ganas de volver a hablar con él"-pensé para mis adentros.
Yo tenía cierta fe en que nuestro queridísimo amigo Asder llegaría lejos, quien sabe tal vez su amistad podría ayudarme en no un muy lejano futuro. Le amarre mejor el barco, la verdad es que necesitaba alguna que otra reparación, o por lo menos así me parecía a mi. Tras llevar un rato esperando me dí cuenta de que el olor a animal era insufrible, y eso pese a que me gustaba el barco no tuve mayor remedio que bajarme del barco, no si antes dejarle una nota:
Asder, te dejo mejor amarrado el barco, personalmente lo llevaría al pueblo pero conociendo tu condición de pirata supongo que sabras lo que haces, cuando termines con tus prisas te recomendaría ir a la biblioteca de esta isla, allí te esperare, creo que encontraras cosas terriblemente interesantes allí, para ti y tus animales.
N.
Tras dejarle la nota marche a ritmo ligero a la biblioteca, esperando salir algo más sabio de la isla.
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Miré de nuevo a las aves recién llegadas y me fijé en la pobre criaturita que se movía lastimosa mente entre el pico de una de ellas. Si era mascota de alguien lo mejor era salvarla, así que dejé mi muetr en un pequeño maletín negro que había llevado conmigo y me acerqué a las aves. En un principio me miraron con cautela y luego la que poseía a la criatura la dejó en el suelo y la aprisionó entre sus garras para luego abrir el pico a modo de amenaza. Me paré en seco, en realidad no les tenía miedo, pero no me gustaría hacerlos enfadar.
-Por favor, suéltalo -dije mientras señalaba hacia sus patas -no parece ser un animal típico de aquí, ¿le pertenece a alguien?
Como era de esperar la enorme ave no me hizo caso, sino que siguió mirándome fijamente durante unos instantes para luego intentar picotear al sapoperro que intentaba esquivarlo como buenamente podía. rápidamente me coloqué sobre el pico de aquella enorme criatura y la miré directamente a los ojos. Parecía sorprendida de mi velocidad por lo que se asustó durante un momento. Pero luego de eso movió rápidamente su cabeza lanzándome lejos de él. Pero lo peor no fue eso, sino que algunos pájaros se alteraron por ello y empezaron a mover furiosamente sus patas y picos a la vez que aleteaban con fuerza. ¿Quién me mandaría ponerme de parte de los animales?. Vi como una de aquellas aves gigantes destrozaba mi maletín y eso ya era pasarse. En un instante me planté delante de la criatura destrozadora de maletines y le propiné una poderosa patada impulsada por geppou bajo el pico. Ésto hizo que durante unos instantes perdiese el equilibrio y cayese de espaldas, empezando a patalear.
Desenvainé lentamente la katana y miré la que había montado en el nido. Me llevaría a aquel animal y de paso enfriaría los ánimos de aquellas criaturas.
-Por favor, suéltalo -dije mientras señalaba hacia sus patas -no parece ser un animal típico de aquí, ¿le pertenece a alguien?
Como era de esperar la enorme ave no me hizo caso, sino que siguió mirándome fijamente durante unos instantes para luego intentar picotear al sapoperro que intentaba esquivarlo como buenamente podía. rápidamente me coloqué sobre el pico de aquella enorme criatura y la miré directamente a los ojos. Parecía sorprendida de mi velocidad por lo que se asustó durante un momento. Pero luego de eso movió rápidamente su cabeza lanzándome lejos de él. Pero lo peor no fue eso, sino que algunos pájaros se alteraron por ello y empezaron a mover furiosamente sus patas y picos a la vez que aleteaban con fuerza. ¿Quién me mandaría ponerme de parte de los animales?. Vi como una de aquellas aves gigantes destrozaba mi maletín y eso ya era pasarse. En un instante me planté delante de la criatura destrozadora de maletines y le propiné una poderosa patada impulsada por geppou bajo el pico. Ésto hizo que durante unos instantes perdiese el equilibrio y cayese de espaldas, empezando a patalear.
Desenvainé lentamente la katana y miré la que había montado en el nido. Me llevaría a aquel animal y de paso enfriaría los ánimos de aquellas criaturas.
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Madara se hallaba observando el enorme árbol, allí arriba estaba lo que necesitaba. Alzó la ceja derecha observando bien la situación y segundos después soltó un pequeño suspiro. Se alejó del tronco un poco, cuando de repente escuchó un sonido a su espalda. Se giró despacio y pudo ver como una lanza iba hacia su cabeza, de repente aquel objeto rebotó a unos quince centímetros de la frente del moreno, como si hubiese impactado en algo. Evidentemente lo había hecho, alrededor del chico se habían formado una especie de costillas azuladas rodeabas por una barrera del mismo tono, los ojos del mercenario brillaban en un tono rojizo. Pudo ver a su agresor, un hombre vestido con un taparrabos y con otra lanza en su mano. En la nariz portaba un anillo que le atravesaba ambos orificios, su pelo estaba sucio y era de color negro, además sus ojos verdosos no traían nada bueno. No era precisamente musculoso pero parecía ágil, cosa que le daba igual al moreno. Madara simplemente se cruzó de brazos observando a aquel tipo que parecía incivilizado, ya estaba alertado de los caníbales de la zona. Aquella era una isla deshabitada dónde solo caníbales y pájaros gigantes habitaban.
- Si paras esta tontería ahora mismo, prometo no hacerte daño. – Aquella cosa no pareció escuchar, ya que pegó un gruñido y salió corriendo a por el moreno de nuevo. – Muy bien.
La segunda lanza fue disparada contra el dragón negro, pero tuvo el mismo efecto que la primera, rebotó como si nada, una piedra atada a un palo no era problema. El indígena gruñó de nuevo corriendo ahora a por su oponente, este desactivó su barrera y lanzó una patada con fuerza hacia su cabeza. El cuello sonó como si se partiera una rama, la fuerza sobrehumana de aquel tipo era impactante, eso era debido a su fruta. Ahora pegó un suspiro observando el cadáver de aquel tipo y se giró de nuevo. Salió corriendo hacia el árbol con toda la velocidad que pudo y saltó con agilidad. Colocó ambas manos sobre la corteza y ambos pies. Cerró los ojos tratando de no caerse y agarrarse fuerte, una vez hizo aquello comenzó a escalar muy despacio. No se fiaba un pelo de nadie y por ello iba atento a todo los que pasaba. El tronco era bastante alto y llegaba casi al cielo, era algo increíble, seguramente lo que buscaba estaba allí arriba. Era un buen sitio para que los pájaros anidaran.
Aquello era bastante agotador, se paró unos segundos y escupió un poco debido a que la boca le sabía mal. Las gotas cayeron a unos veinte centímetros de su rostro y se quedaron en el tronco, sin embargo tenían un sonido extraño y expulsaban un poco de humo, se trataba de ácido. Pudo comprobar que sus poderes estaban aumentando de una forma increíble, lo que hizo que sonriera de lado y siguiera escalando el árbol. Cada vez le quedaba menos y esperaba que ningún pájaro le descubriera subiendo a su nido, si no habría otro problema y debería entrar en batalla. Estando en la forma que estaba, le costaría muchísimo luchar, pero si un animal con plumas estaba cerca, no le quedaría más remedio que empalarlo con su cola cuchilla, tenía muchos recursos sin duda alguna. Los emplearía todos si era necesario con el bien de acabar aquella misión que había comenzado.
- Si paras esta tontería ahora mismo, prometo no hacerte daño. – Aquella cosa no pareció escuchar, ya que pegó un gruñido y salió corriendo a por el moreno de nuevo. – Muy bien.
La segunda lanza fue disparada contra el dragón negro, pero tuvo el mismo efecto que la primera, rebotó como si nada, una piedra atada a un palo no era problema. El indígena gruñó de nuevo corriendo ahora a por su oponente, este desactivó su barrera y lanzó una patada con fuerza hacia su cabeza. El cuello sonó como si se partiera una rama, la fuerza sobrehumana de aquel tipo era impactante, eso era debido a su fruta. Ahora pegó un suspiro observando el cadáver de aquel tipo y se giró de nuevo. Salió corriendo hacia el árbol con toda la velocidad que pudo y saltó con agilidad. Colocó ambas manos sobre la corteza y ambos pies. Cerró los ojos tratando de no caerse y agarrarse fuerte, una vez hizo aquello comenzó a escalar muy despacio. No se fiaba un pelo de nadie y por ello iba atento a todo los que pasaba. El tronco era bastante alto y llegaba casi al cielo, era algo increíble, seguramente lo que buscaba estaba allí arriba. Era un buen sitio para que los pájaros anidaran.
Aquello era bastante agotador, se paró unos segundos y escupió un poco debido a que la boca le sabía mal. Las gotas cayeron a unos veinte centímetros de su rostro y se quedaron en el tronco, sin embargo tenían un sonido extraño y expulsaban un poco de humo, se trataba de ácido. Pudo comprobar que sus poderes estaban aumentando de una forma increíble, lo que hizo que sonriera de lado y siguiera escalando el árbol. Cada vez le quedaba menos y esperaba que ningún pájaro le descubriera subiendo a su nido, si no habría otro problema y debería entrar en batalla. Estando en la forma que estaba, le costaría muchísimo luchar, pero si un animal con plumas estaba cerca, no le quedaría más remedio que empalarlo con su cola cuchilla, tenía muchos recursos sin duda alguna. Los emplearía todos si era necesario con el bien de acabar aquella misión que había comenzado.
- Off:
- ¿Torino no estaba deshabitada? lo digo por lo de la biblioteca XD
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Decidí seguir corriendo hacia aquel gran árbol, corría como una bestia mientras observaba donde se dirigían, hasta que me topé con el árbol. En el suelo yacía alguien sin vida, una especie de indigente con un taparrabos, con el cuello roto. Iba a ayudarlo, pero era demasiado tarde, así que decidí empezar a escalar aquel gran árbol. Di un salto y me agarré al árbol, usando pequeñas explosiones y mi experiencia como gran escalador, empecé a subir, a máxima velocidad, hacia la cima.
Subí a y subía, hasta que a lo lejos empecé a ver una extraña sobra, parecía un humano. Me encontré con un tipo con el pelo largo y unos ojos rojos. Escalé hasta ponerme a su lado y le dedique una amplia sonrisa.
- ¿Que? ¿De escalada por el mundo? Pareces cansado... ¿Que tal una carrera? Si gano yo, me debes un enorme pescado. - Le decía sin dejarle tiempo a contestar a mis preguntas.
Empecé a escalar a un mas rápido que antes, usando explosiones bajo mis pies aún más fuertes y, quizás alguna alcanzase a aquel hombre extraño. Cada vez me encontraba mas cerca de la cima, podía oler diversos pájaros y a Raion. También provenía un olor de alguien conocido, pero no sabía quien podía ser, así que activé el haki de observación.
Al fin llegué a la copa y pude ver aquella multitud de pájaros y, a mi querido Raion. Entre la multitud estaba el tipo que me parecía familiar, no era nada más ni nada menos que el miembro del CP, Etsu. Me había encontrado tres veces con él, esta era la cuarta. Shellston, Tequila Wolf, Cactus Island... Tal vez era él el que controlaba a los pájaros para capturar a Raion y así, capturarme a mi. Me dijo que me entregaría algún día y, ese día parecía haber llegado. Me acerqué a los pájaros que tenían a Raion y los golpeé para agarrar a Raion.
- Vaya, Etsu. Cuanto tiempo. ¿No me digas que tú eres el que controla a los pájaros y, quien ha raptado a mi compañero, Raion?
Subí a y subía, hasta que a lo lejos empecé a ver una extraña sobra, parecía un humano. Me encontré con un tipo con el pelo largo y unos ojos rojos. Escalé hasta ponerme a su lado y le dedique una amplia sonrisa.
- ¿Que? ¿De escalada por el mundo? Pareces cansado... ¿Que tal una carrera? Si gano yo, me debes un enorme pescado. - Le decía sin dejarle tiempo a contestar a mis preguntas.
Empecé a escalar a un mas rápido que antes, usando explosiones bajo mis pies aún más fuertes y, quizás alguna alcanzase a aquel hombre extraño. Cada vez me encontraba mas cerca de la cima, podía oler diversos pájaros y a Raion. También provenía un olor de alguien conocido, pero no sabía quien podía ser, así que activé el haki de observación.
Al fin llegué a la copa y pude ver aquella multitud de pájaros y, a mi querido Raion. Entre la multitud estaba el tipo que me parecía familiar, no era nada más ni nada menos que el miembro del CP, Etsu. Me había encontrado tres veces con él, esta era la cuarta. Shellston, Tequila Wolf, Cactus Island... Tal vez era él el que controlaba a los pájaros para capturar a Raion y así, capturarme a mi. Me dijo que me entregaría algún día y, ese día parecía haber llegado. Me acerqué a los pájaros que tenían a Raion y los golpeé para agarrar a Raion.
- Vaya, Etsu. Cuanto tiempo. ¿No me digas que tú eres el que controla a los pájaros y, quien ha raptado a mi compañero, Raion?
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Re: [Pasado/Grupal] En busca de pájaros gigantes [Asder, Madara, Etsu, N] {Miér 19 Nov 2014 - 19:40}
Allí llegue al pueblo, en las montañas, nada más entrar me detuvieron y me registraron, al parecer no se fiaban de mí, pero supongo que así sería para todos los extranjeros. Yo me limite a levantar mis manos y dejar que me registraran. El pueblo tenía una especie de empalizada de madera, con algunos elementos de roca, algo primitiva. Sería posible que se trastease de una civilización avanzada.
Tras terminar de hacerlo comenzaron a hablar entre ellos en un dialecto muy extraño, que casi no comprendía:
-TÚ no tener armas...TÚ que querer-dijo un de los guardianes.
-YO N, querer aprender-le dije tratando de que me entendiera.
Los hombres empezaron a hablar entre ellos, parecían discutir sobre si me dejaban o no entrar en el pueblo, era una discusión algo reñida o por lo menos lo aparentaba. Al final me dejaron entrar y un hombre, una especie de druida o jefe me recibió. Yo le salude, mirando un poco como lo hacían los guardianes tratando de respetar sus tradiciones él continuo el saludo haciendo algo muy extraño. La compañía me escolto hasta la biblioteca por el camino el chamán fue interrogándome, este hablaba de una manera completamente normal:
-Yo soy el jefe de la tribu, hace tiempo que abandonamos nuestras costumbres caníbales, aunque algunos hermanos nuestros , pueblos vecinos lo siguen practicando-me comentaba.-Por lo visto quieres aprender, ¿Pero qué quieres aprender?-me pregunto el hombre.
-Su historia, jefe-le respondí yo tratando de ser educado.
-Nosotros no tenemos una gran historia, pero poder aprenderla puedes , si quieres-me dijo el hombre-tras lo cual hizo unas señales y los guardias me acompañaron al la biblioteca.
El jefe me seguía de cerca y se despido a la entrada de estay yo le di las gracias por todo. Una vez dentro, los guardianes me señalaron una mesa y una estantería, dándome a entender donde estaban los libros y donde podía leerlos.
-"Seguramente Yoko pensara que estoy loco"-pensaba para mi mismo.
Tras terminar de hacerlo comenzaron a hablar entre ellos en un dialecto muy extraño, que casi no comprendía:
-TÚ no tener armas...TÚ que querer-dijo un de los guardianes.
-YO N, querer aprender-le dije tratando de que me entendiera.
Los hombres empezaron a hablar entre ellos, parecían discutir sobre si me dejaban o no entrar en el pueblo, era una discusión algo reñida o por lo menos lo aparentaba. Al final me dejaron entrar y un hombre, una especie de druida o jefe me recibió. Yo le salude, mirando un poco como lo hacían los guardianes tratando de respetar sus tradiciones él continuo el saludo haciendo algo muy extraño. La compañía me escolto hasta la biblioteca por el camino el chamán fue interrogándome, este hablaba de una manera completamente normal:
-Yo soy el jefe de la tribu, hace tiempo que abandonamos nuestras costumbres caníbales, aunque algunos hermanos nuestros , pueblos vecinos lo siguen practicando-me comentaba.-Por lo visto quieres aprender, ¿Pero qué quieres aprender?-me pregunto el hombre.
-Su historia, jefe-le respondí yo tratando de ser educado.
-Nosotros no tenemos una gran historia, pero poder aprenderla puedes , si quieres-me dijo el hombre-tras lo cual hizo unas señales y los guardias me acompañaron al la biblioteca.
El jefe me seguía de cerca y se despido a la entrada de estay yo le di las gracias por todo. Una vez dentro, los guardianes me señalaron una mesa y una estantería, dándome a entender donde estaban los libros y donde podía leerlos.
-"Seguramente Yoko pensara que estoy loco"-pensaba para mi mismo.
- Off:
- Hay una tribu con cosas sobre plantas medicinales y eso, esta es la isla del Ts de Chopper si no me equivoco, así que digo solo esto por no spoilearte, si no llegaste a esa parte.
Etsu
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Akuma no mi
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Escuché un sonido explosivo, por lo que miré hacia sa dirección intranquilo, pero no vi nada. De repente, como aparecido de la nada vi a un hombre con el que ya me había encontrado anteriormente. El hombre que me había derrotado en Tequila Wolf, Asderdeker.
Lo mejor de todo fue que se presentó de la nada, e insinuó que era yo el que controlaba a aquellas aves y había secuestrado a aquella extraña criatura.
-Intentaba sacarlo de aquí -dije en tono frío -¿qué te trae a ésta isla?, no hay nada que un pirata pueda robar
Las aves estaban cada vez más furiosas, parece que la llegada de Asder las impacientaba más, por lo que una no dudó en atacarme, entendió su cuello mientras abría su pico para luego cerrarlo cuando rozó la superficie. Por suerte yo me había adelantado y me encontraba ya en el aire.
-Nagare no Kori, Kotta Hotei -musité mientras la hoja de la katana se cubría de escarcha y golpeaba el cuello del ave con la parte roma, lo que hizo que chillase al recibir el impacto, y empezase a cubrirse de hielo. No quería eliminar a ninguna de aquellas aves, muchos medicamentos procedían de allí y había hierbas que podrían servirme para futuros productos químicos. Lo mejor era que no odiasen a los humanos.
¿Qué te parece una alianza momentánea hasta salir de ésta? -pregunté mirando al pirata -espero que se pueda confiar en ti.
Lo mejor de todo fue que se presentó de la nada, e insinuó que era yo el que controlaba a aquellas aves y había secuestrado a aquella extraña criatura.
-Intentaba sacarlo de aquí -dije en tono frío -¿qué te trae a ésta isla?, no hay nada que un pirata pueda robar
Las aves estaban cada vez más furiosas, parece que la llegada de Asder las impacientaba más, por lo que una no dudó en atacarme, entendió su cuello mientras abría su pico para luego cerrarlo cuando rozó la superficie. Por suerte yo me había adelantado y me encontraba ya en el aire.
-Nagare no Kori, Kotta Hotei -musité mientras la hoja de la katana se cubría de escarcha y golpeaba el cuello del ave con la parte roma, lo que hizo que chillase al recibir el impacto, y empezase a cubrirse de hielo. No quería eliminar a ninguna de aquellas aves, muchos medicamentos procedían de allí y había hierbas que podrían servirme para futuros productos químicos. Lo mejor era que no odiasen a los humanos.
¿Qué te parece una alianza momentánea hasta salir de ésta? -pregunté mirando al pirata -espero que se pueda confiar en ti.
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Re: [Pasado/Grupal] En busca de pájaros gigantes [Asder, Madara, Etsu, N] {Miér 10 Dic 2014 - 10:11}
Madara continuaba escalando con la mirada seria en todo momento, ya llevaba lo suyo y por fin veía la cima, algo que estaba a su alcance tan solo a un par de metros. No pudo evitar sonreír de lado mientras colocaba su mano derecha en el borde, escuchó ahora un extraño sonido acercándose a su posición. Miró hacia abajo y pudo ver a una persona subiendo a toda velocidad causando diversas explosiones. Sin embargo el dragón ya estaba a nada de subir, estiró su mano hacia arriba e hizo gala de su fuerza pata impulsarse colocando los pies en la corteza y saltando hacia arriba. Aterrizó de forma perfecta llevándose ahora la mano a los hombros y limpiándose en polvo, en ese momento el chico se colocó a su lado retándole a una carrera. Algo extraño pues el moreno ya había subido, ladeó la cabeza algo extrañado y después observó como el chico se largaba corriendo, lo que resultó algo raro. Ahora metió las manos en los bolsillos y soltó un pequeño bostezo mientras empezaba a caminar por lo alto del nido. Pudo ver como un tipo de pelo blanco que al parecer conocía al castaño de antes, golpeaba a una de aquellas aves.
Madara por su parte caminó a lo suyo buscando dos especímenes frescos de lo que había ido a buscar allí. No tardó mucho en localizar un nido con bastantes huevos, ahora empezó a observarlos de forma calmada, debía llevarse dos. Eran enormes, aunque tal vez podría con ellos debido a su fuerza, lo difícil iba a ser bajar con ellos. Se relamió despacio mientras se agachaba acariciando uno de ellos dispuesto a llevárselo, pero de repente escuchó un sonido de ira y furia. Se trataba de una enorme ave que volaba hacia él con cara de pocos amigos, quería guerra seguramente. Era normal teniendo en cuenta que le estaban robando los hijos, el moreno frunció el ceño y dejó los huevos tranquilos, comenzando a correr de repente a por el enorme pájaro que allí había. Este trató de tragárselo abriendo el pico hacia él, este por su parte rodó por el suelo en el último momento mientras esquivaba el enorme pico y se agarraba a las plumas del cuello de aquella cosa. El animal pareció enfadarse bastante y comenzó a volar de un lado a otro entre quejidos y gruñidos.
- Maldito pajarraco, acabare contigo en un momento. No eres nadie para tratar de pararme cabeza de pollo.
Gritó el moreno ahora mientras lanzaba varios puñetazos al cuello de su enemigo, el ave se movía de un lado a otro bastante dolorida por los golpes del mercenario. Ella se lo había buscado, puñetazo tras puñetazos, los ojos de aquel animal se iban cerrando notando el dolor tan intenso. Lo siguiente fueron poderosas patadas que el luchador podía efectuar debido a qué estaba sujeto de las plumas con las manos. Tras unos segundos consiguió herir tanto al animal que este se estrelló contra el nido gruñendo y cerrando los ojos debido al agotamiento y a los potentes golpes de su adversario. Ahora el moreno aterrizó junto al peliblanco y al castaño de las explosiones, mientras analizaba con la mirada a los demás pájaros que se acercaban. Parecía ser que iban a tener que colaborar para salir de allí con vida, aunque Madara no pensaba irse sin llevarse lo que había venido buscando desde el principio. Lo que le iba a dar el dinero para seguir con su organización secreta. Aquel peliblanco le sonaba de algo… pero ahora no sabía de qué…
- Creo que me uno a vosotros en esa idea de colaborar caballeros.
Madara por su parte caminó a lo suyo buscando dos especímenes frescos de lo que había ido a buscar allí. No tardó mucho en localizar un nido con bastantes huevos, ahora empezó a observarlos de forma calmada, debía llevarse dos. Eran enormes, aunque tal vez podría con ellos debido a su fuerza, lo difícil iba a ser bajar con ellos. Se relamió despacio mientras se agachaba acariciando uno de ellos dispuesto a llevárselo, pero de repente escuchó un sonido de ira y furia. Se trataba de una enorme ave que volaba hacia él con cara de pocos amigos, quería guerra seguramente. Era normal teniendo en cuenta que le estaban robando los hijos, el moreno frunció el ceño y dejó los huevos tranquilos, comenzando a correr de repente a por el enorme pájaro que allí había. Este trató de tragárselo abriendo el pico hacia él, este por su parte rodó por el suelo en el último momento mientras esquivaba el enorme pico y se agarraba a las plumas del cuello de aquella cosa. El animal pareció enfadarse bastante y comenzó a volar de un lado a otro entre quejidos y gruñidos.
- Maldito pajarraco, acabare contigo en un momento. No eres nadie para tratar de pararme cabeza de pollo.
Gritó el moreno ahora mientras lanzaba varios puñetazos al cuello de su enemigo, el ave se movía de un lado a otro bastante dolorida por los golpes del mercenario. Ella se lo había buscado, puñetazo tras puñetazos, los ojos de aquel animal se iban cerrando notando el dolor tan intenso. Lo siguiente fueron poderosas patadas que el luchador podía efectuar debido a qué estaba sujeto de las plumas con las manos. Tras unos segundos consiguió herir tanto al animal que este se estrelló contra el nido gruñendo y cerrando los ojos debido al agotamiento y a los potentes golpes de su adversario. Ahora el moreno aterrizó junto al peliblanco y al castaño de las explosiones, mientras analizaba con la mirada a los demás pájaros que se acercaban. Parecía ser que iban a tener que colaborar para salir de allí con vida, aunque Madara no pensaba irse sin llevarse lo que había venido buscando desde el principio. Lo que le iba a dar el dinero para seguir con su organización secreta. Aquel peliblanco le sonaba de algo… pero ahora no sabía de qué…
- Creo que me uno a vosotros en esa idea de colaborar caballeros.
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Re: [Pasado/Grupal] En busca de pájaros gigantes [Asder, Madara, Etsu, N] {Miér 17 Dic 2014 - 18:32}
Mientras charlaba con Etsu, empezó a acusarme de robos o al menos eso parecía, mientras tanto el tipo raro de la escalada, estaba peleando contra un pajarraco. Miré a Etsu por su forma de hablarme y lo que me dijo y mientras cerraba los ojos y levantaba los hombros, ladeaba la cabeza.
- Que manía con creer que robo, Etsu. Jamás he robado y jamás lo haré, lo mío es mío y lo tuyo es tuyo.
Tanto como Etsu como el tipo de antes de pelo largo y oscuro, querían unirse a mi para acabar con los pájaros. Chasqueé los dedos y Raion vino corriendo, subiendose a mi hombro. Tras eso, me puse a cuatro patas y empecé a fruncir mi ceño, mientras soltaba varios gruñidos y enseñaba mis dientes a aquellos pájaros.
- Jamás tendríais que haber capturado a Raion... - Decía enfadado. - Habéis conseguido que me cabree. ¡¡Roar!! - Dije para luego soltar el rugido de un león.
Los pájaros en ese momento se asustaron y miraron para todos lados, por si alguna bestia les acechaba, aunque poco duró. Tres de ellos se lanzaron hacia mi desde el cielo a gran velocidad, con intenciones de clavarme sus picos. Cuando se acercaban, mi cuerpo empezó a brillar levemente, mientras mis colmillos y mi mirada, eran dirigidos a aquellos pájaros gigantes.
- Explosive Soul: ¡¡Raionroa!!
Justo cuando los pájaros iban a tocarme, mi cuerpo emitió una gran explosión que hizo que los pájaros se vieran afectados y cayeran al suelo inconscientes. No quería matarlos, no me gustaba matar animales, pero si que si me atacaban a mi o a un ser querido, me pondría serio y marcaría mi territorio.
Miraba a mis alrededores y fijé mi mirada en el tipo de pelo oscuro y largo. Era un tipo extraño que no parecía tener buenas intenciones, aunque parecía bastante fuerte. Me levanté y me puse a dos patas mientras me acercaba a uno de los pájaros que intentaron comerse a Raion. Mi mirada no se despegaba de aquel tipejo, mientras mi cuerpo lanzaba un fuerte puñetazo al pájaro. La verdad es que tenía el pelo largo, así que no sabía si era un hombre o una mujer y su piel no ayudaba en nada, por lo cual pensé que era una mujer.
- ¿Se puede saber quien eres tú, chica? - Dije tras golpear al pájaro y señalar al humano extraño.
- Que manía con creer que robo, Etsu. Jamás he robado y jamás lo haré, lo mío es mío y lo tuyo es tuyo.
Tanto como Etsu como el tipo de antes de pelo largo y oscuro, querían unirse a mi para acabar con los pájaros. Chasqueé los dedos y Raion vino corriendo, subiendose a mi hombro. Tras eso, me puse a cuatro patas y empecé a fruncir mi ceño, mientras soltaba varios gruñidos y enseñaba mis dientes a aquellos pájaros.
- Jamás tendríais que haber capturado a Raion... - Decía enfadado. - Habéis conseguido que me cabree. ¡¡Roar!! - Dije para luego soltar el rugido de un león.
Los pájaros en ese momento se asustaron y miraron para todos lados, por si alguna bestia les acechaba, aunque poco duró. Tres de ellos se lanzaron hacia mi desde el cielo a gran velocidad, con intenciones de clavarme sus picos. Cuando se acercaban, mi cuerpo empezó a brillar levemente, mientras mis colmillos y mi mirada, eran dirigidos a aquellos pájaros gigantes.
- Explosive Soul: ¡¡Raionroa!!
Justo cuando los pájaros iban a tocarme, mi cuerpo emitió una gran explosión que hizo que los pájaros se vieran afectados y cayeran al suelo inconscientes. No quería matarlos, no me gustaba matar animales, pero si que si me atacaban a mi o a un ser querido, me pondría serio y marcaría mi territorio.
Miraba a mis alrededores y fijé mi mirada en el tipo de pelo oscuro y largo. Era un tipo extraño que no parecía tener buenas intenciones, aunque parecía bastante fuerte. Me levanté y me puse a dos patas mientras me acercaba a uno de los pájaros que intentaron comerse a Raion. Mi mirada no se despegaba de aquel tipejo, mientras mi cuerpo lanzaba un fuerte puñetazo al pájaro. La verdad es que tenía el pelo largo, así que no sabía si era un hombre o una mujer y su piel no ayudaba en nada, por lo cual pensé que era una mujer.
- ¿Se puede saber quien eres tú, chica? - Dije tras golpear al pájaro y señalar al humano extraño.
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La historia de aquel poblado era cuanto menos modesta, por lo visto sus gentes se habían encargado de traducir su arcaico lenguaje de piedra, a una especie de dialecto del lenguaje oficial, aunque continuaban teniendo sus particulares y seguían siendo fieles a sus tradiciones, algo muy, pero que muy difícil de llevar acabo.
Normalmente la globalización y los nuevos barcos habían acortado las distancias entre unos lugares y otros haciendo que el flujo de información, cultura y avances creciera de una manera exponencial, esto a su vez había fomentado una creación de una cultura muy poco foránea, es decir, la perdida de las costumbres y particularidades de cada pueblo, muchos pueblos había copiado sus avances científicos, lo cual no era del todo malo, pero tal vez esas civilizaciones no estaba preparadas para fabricar esa arma, ya que todavía no sabrían cual sería el momento de usarla, sería como darle una ametralladora a un mono, podría hacerse daño o dañar a otras personas. Pero eso no era lo peor desde el punto de vista cultural, algunas culturas habían comenzado a compartir fiestas, sin que estas tuvieran un arraigo étnico en la tierra, solo por incentivar la dichosa economía.
De vuelta, a la historia del pueblo, esta abarcaba desde la edad de piedra, donde sus historia había sido reflejada por grabados en piedra(frescos), pasando por la creación de un lenguaje, hasta llegar a nuestros días. La historia del poblado era básicamente local y por ello no se mencionaban hechos de suma importancia en un carácter global, teniendo esta una historia bastante social, en la que la llegada de comerciantes parecía todo un acontecimiento de la década. El tiempo parecía transcurrir lento, en una monotonía. Según leía los textos podías ver como su escritura iba evolucionando, desde una gramática y sintaxis casi irreconocibles e incomprensibles en un principio, hasta la actual escritura, dialecto de mi lengua.
Yo iba apuntando en mi diario, los sucesos más importantes, dando hincapié en sus descubrimientos científicos, sin duda podía pasarme allí meses copiando textos, como una tribu de un carácter tan estamental, valga la redundancia tribal, haber avanzado tanto, acaso la difícil supervivencia había provocado que esta civilización encontrara la investigación en I+C algo vital para su supervivencia, era un mero reflejo de lo avanzado de la tribu, pese a tener sus tradiciones arraigadas en el pasado:
-Esto parece ponerse interesante-pensé para mis adentros.
Normalmente la globalización y los nuevos barcos habían acortado las distancias entre unos lugares y otros haciendo que el flujo de información, cultura y avances creciera de una manera exponencial, esto a su vez había fomentado una creación de una cultura muy poco foránea, es decir, la perdida de las costumbres y particularidades de cada pueblo, muchos pueblos había copiado sus avances científicos, lo cual no era del todo malo, pero tal vez esas civilizaciones no estaba preparadas para fabricar esa arma, ya que todavía no sabrían cual sería el momento de usarla, sería como darle una ametralladora a un mono, podría hacerse daño o dañar a otras personas. Pero eso no era lo peor desde el punto de vista cultural, algunas culturas habían comenzado a compartir fiestas, sin que estas tuvieran un arraigo étnico en la tierra, solo por incentivar la dichosa economía.
De vuelta, a la historia del pueblo, esta abarcaba desde la edad de piedra, donde sus historia había sido reflejada por grabados en piedra(frescos), pasando por la creación de un lenguaje, hasta llegar a nuestros días. La historia del poblado era básicamente local y por ello no se mencionaban hechos de suma importancia en un carácter global, teniendo esta una historia bastante social, en la que la llegada de comerciantes parecía todo un acontecimiento de la década. El tiempo parecía transcurrir lento, en una monotonía. Según leía los textos podías ver como su escritura iba evolucionando, desde una gramática y sintaxis casi irreconocibles e incomprensibles en un principio, hasta la actual escritura, dialecto de mi lengua.
Yo iba apuntando en mi diario, los sucesos más importantes, dando hincapié en sus descubrimientos científicos, sin duda podía pasarme allí meses copiando textos, como una tribu de un carácter tan estamental, valga la redundancia tribal, haber avanzado tanto, acaso la difícil supervivencia había provocado que esta civilización encontrara la investigación en I+C algo vital para su supervivencia, era un mero reflejo de lo avanzado de la tribu, pese a tener sus tradiciones arraigadas en el pasado:
-Esto parece ponerse interesante-pensé para mis adentros.
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Seguíamos allí, frente a aquellas aves que cada vez parecían ponerse más furiosas. Parece que oras vez había acusado al pirata de robar en vano, si claro, un pirata que no roba. Seré estúpido, pero no tanto. Bueno, todo ahora daba igual, tampoco mee convenía enfadarlo si queríamos salir de aquí.
Hizo un sonido con sus dedos y su mascota fue corriendo hacia él. A la vez que él se ponía a cuatro patas y rugía de manera amenazadora, poniendo aún más nerviosas a las aves.
Por si aquello no fuese suficiente, vi como otra persona había venido por el mismo sitio, una persona de melena morena que si no me equivocaba se dirigió directamente hacia un nido. Pero una de aquellas aves se le echó encima en un intento de pararlo, un intento inútil, ya que la persona se subió al cuello del ave e hizo que callera a golpes.
Los pájaros vinieron hacia nuestra posición, en especial hacia Asder, el cual les había lanzado el reto, pero no llegaron a tocarlas, ya que uso su técnica explosiva para lanzarlas hacia atrás. Por suerte yo me había alejado un poco de él mientras empuñaba fuerte mi espada. La persona morena se acercó. Para mi sorpresa era Madara, el hombre en cuya organización estaba infiltrado y que esperaba que no me descubriese. Para mi sorpresa, Asder lo confundió con una mujer, lo que hizo que asomase una sonrisa en la comisura de mis labios.
Supongo que éramos tres contra las aves, así que procedí con lo mío, salté en el aire, al encuentro de algunas aves y comencé a girar sobre mi propio cuerpo. La hoja de mi arma empezó a enrojecerse y mitir calor, agarré la espada con fuerza he hice un movimiento para alejarla de mi.
¡Moeru Ryu! –exclamé triunfante.
De la hoja de mi arma surgió una lengua de fuego, que adquirió la forma de un dragón y que junto al giro de mi cuerpo, empezó a rotar conmigo. Luego simplemente la dirigí hacia abajo, y salió disparada, formando unos círculos en el aire, antes de bajar e impactar contra el fuego. Yo también bajé, colocándome en medio del círculo unos instantes antes de que impactase.
-¡Chiratsu! –dije de nuevo, usando una de las técnicas de manual.
El fuego produjo una explosión ígnea a mi alrededor, pero debido a la técnica que había usado, el fuego se alejó del centro, saliendo despedido hacia fuera y quemando con ello a las aves circundantes.
-Tendremos que salir de aquí en cuanto veamos una oportunidad, así que id pensando una forma de escapar.
Hizo un sonido con sus dedos y su mascota fue corriendo hacia él. A la vez que él se ponía a cuatro patas y rugía de manera amenazadora, poniendo aún más nerviosas a las aves.
Por si aquello no fuese suficiente, vi como otra persona había venido por el mismo sitio, una persona de melena morena que si no me equivocaba se dirigió directamente hacia un nido. Pero una de aquellas aves se le echó encima en un intento de pararlo, un intento inútil, ya que la persona se subió al cuello del ave e hizo que callera a golpes.
Los pájaros vinieron hacia nuestra posición, en especial hacia Asder, el cual les había lanzado el reto, pero no llegaron a tocarlas, ya que uso su técnica explosiva para lanzarlas hacia atrás. Por suerte yo me había alejado un poco de él mientras empuñaba fuerte mi espada. La persona morena se acercó. Para mi sorpresa era Madara, el hombre en cuya organización estaba infiltrado y que esperaba que no me descubriese. Para mi sorpresa, Asder lo confundió con una mujer, lo que hizo que asomase una sonrisa en la comisura de mis labios.
Supongo que éramos tres contra las aves, así que procedí con lo mío, salté en el aire, al encuentro de algunas aves y comencé a girar sobre mi propio cuerpo. La hoja de mi arma empezó a enrojecerse y mitir calor, agarré la espada con fuerza he hice un movimiento para alejarla de mi.
¡Moeru Ryu! –exclamé triunfante.
De la hoja de mi arma surgió una lengua de fuego, que adquirió la forma de un dragón y que junto al giro de mi cuerpo, empezó a rotar conmigo. Luego simplemente la dirigí hacia abajo, y salió disparada, formando unos círculos en el aire, antes de bajar e impactar contra el fuego. Yo también bajé, colocándome en medio del círculo unos instantes antes de que impactase.
-¡Chiratsu! –dije de nuevo, usando una de las técnicas de manual.
El fuego produjo una explosión ígnea a mi alrededor, pero debido a la técnica que había usado, el fuego se alejó del centro, saliendo despedido hacia fuera y quemando con ello a las aves circundantes.
-Tendremos que salir de aquí en cuanto veamos una oportunidad, así que id pensando una forma de escapar.
- ”Para N”:
- oye, cuando quieras puedes venir dónde estamos, que vas por solitario y no solemos morder, Asder sí, pero yo no. Madara creo que tampoco. Pero vamos, es solo una sugerencia, si quieres seguir en solitario, adelante.
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Los tres ahora se enfrentaban a los malditos pajarracos que no paraban de atacarles, de repente el chico que parecía un salvaje, realizó una habilidad especial que le permitió generar una explosión a su alrededor que repelió a varias aves. Acto seguido pudo ver como el peliblanco con una técnica de fuego también derrotaba a unas cuantas, además pedía un plan para salir de allí. La situación era delicada y ahora más pajarracos se estaban acercando a ellos, por un momento el moreno miró hacia los huevos y ahora sonrió de lado, si querían jugar con fuego, iban a tener fuego. El dragón entrecerró los ojos despacio y empezó a soltar una leve carcajada, estiró los brazos a los lados mientras se relamía despacio y preparaba una habilidad que iba a serle de mucha utilidad, una de sus mejores habilidades hasta el momento. La aprendió de niño y ahora como hombre iba a utilizarla con su máximo potencial posible. La fiesta empezaba, miró a los otros dos y empezó a hablarles en un tono tranquilo pero alertándoles de que era mejor que se fueran de allí. Podría cubrirles perfectamente de aquella forma, tan solo faltaba que le hicieran caso.
- Muy bien, yo me ocupare de hacer esa oportunidad de escapar, antes de nada sabed que os seguiré en cuanto esto finalice, así que más vale que corráis con ganas. Es posible que esta jodida torre caiga. Soy Uchiha Madara, amigo.
Dijo respondiendo a la pregunta del castaño, le había confundido con una chica, por el pelo seguramente, pero eso le daba absolutamente igual, ya les había dado el aviso para que huyeran de allí. Los ojos del mercenario tomaron una forma de réptil y además brillaron en un tono rojizo, la energía de su cuerpo comenzaba a tomar fuerza y rapidez. Un aura azulada comenzó a formarse a su alrededor, eran como unas extrañas costillas, el pelo del moreno se movía debido a la energía tan potente, sonrió de lado usando más de su poder. Tras un rugido claro y una mirada sádica e impresionante, aquella energía aumentó de golpe hasta pegar un subido al cielo de unos siete metros. Las aves pasaban cerca pero eran repelidas por aquel escucho azul que no las dejaba pasar de ninguna manera, el poder de Madara era increíble y ahora venía la mejor parte de todas, la cual iba a ser la guinda del pastel.
- ¡Inpakuto No Boei!
De repente el aura comenzó a tomar la forma de una figura humanoide que rugía alzándose a siete metros, Madara se hallaba en la zona de las costillas. Tenía un pico en la cabeza hacia arriba, sus ojos eran blancos brillantes y dos pequeños cuernos bajaban de su barbilla hacia abajo, de unos veinte centímetros. Tenía dos brazos musculosos y en cada uno de ellos, una espada de energía, el enorme ser comenzó a lanzar ondas cortantes a todos lados, partiendo a animales en dos. También impactaban contra el nido realizando agujeros en el suelo y haciendo que la torre se tambaleara como si fuera a caerse. Las aves empezaron a alejarse asustadas debido al monstruo azul que allí había causando destrozos mientras el moreno estaba dentro, protegido por una barrera que superaba con creces el Tekkai y además lleno de tranquilidad. Esperaba que los otros dos estuvieran ya huyendo, no quería que les pasara nada, pues no le habían hecho nada malo y no lo merecían en absoluto.
- Muy bien, yo me ocupare de hacer esa oportunidad de escapar, antes de nada sabed que os seguiré en cuanto esto finalice, así que más vale que corráis con ganas. Es posible que esta jodida torre caiga. Soy Uchiha Madara, amigo.
Dijo respondiendo a la pregunta del castaño, le había confundido con una chica, por el pelo seguramente, pero eso le daba absolutamente igual, ya les había dado el aviso para que huyeran de allí. Los ojos del mercenario tomaron una forma de réptil y además brillaron en un tono rojizo, la energía de su cuerpo comenzaba a tomar fuerza y rapidez. Un aura azulada comenzó a formarse a su alrededor, eran como unas extrañas costillas, el pelo del moreno se movía debido a la energía tan potente, sonrió de lado usando más de su poder. Tras un rugido claro y una mirada sádica e impresionante, aquella energía aumentó de golpe hasta pegar un subido al cielo de unos siete metros. Las aves pasaban cerca pero eran repelidas por aquel escucho azul que no las dejaba pasar de ninguna manera, el poder de Madara era increíble y ahora venía la mejor parte de todas, la cual iba a ser la guinda del pastel.
- ¡Inpakuto No Boei!
De repente el aura comenzó a tomar la forma de una figura humanoide que rugía alzándose a siete metros, Madara se hallaba en la zona de las costillas. Tenía un pico en la cabeza hacia arriba, sus ojos eran blancos brillantes y dos pequeños cuernos bajaban de su barbilla hacia abajo, de unos veinte centímetros. Tenía dos brazos musculosos y en cada uno de ellos, una espada de energía, el enorme ser comenzó a lanzar ondas cortantes a todos lados, partiendo a animales en dos. También impactaban contra el nido realizando agujeros en el suelo y haciendo que la torre se tambaleara como si fuera a caerse. Las aves empezaron a alejarse asustadas debido al monstruo azul que allí había causando destrozos mientras el moreno estaba dentro, protegido por una barrera que superaba con creces el Tekkai y además lleno de tranquilidad. Esperaba que los otros dos estuvieran ya huyendo, no quería que les pasara nada, pues no le habían hecho nada malo y no lo merecían en absoluto.
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Mientras los tres peleábamos codo con codo contra las aves revolucionadas, el tipo del pelo largo nos avisó de que debíamos correr de aquel lugar, algo que me extrañó, ya que estábamos espantando a las aves fácilmente. De pronto, unas extrañas costillas rodearon a aquel tipo, de color azules que, tras unas palabras, el aura empezó a transformarse en una especie de figura humanoide. Era algo realmente extraño, sobretodo cuando empezó a lanzar ondas cortantes a diestro y siniestro.
Debía escapar de allí con Raion, antes de que alguna onda cortante hiriese a mi compañero. Até a Raion a mi cintura y salté sobre una de las aves que volaban intentando escapar. Una vez encima, sujeté al gran pájaro del cuello mientras le daba suaves toques en la panza con mis talones, intentando que el pájaro me hiciese caso. Era grande, enorme, más que yo cuando estaba fusionado con Shion y era de color negra y amplias alas. Surcaba el cielo mientras seguía encima.
- Vamos Yumanyi, vuela y escapemos de aquí. ¡¡Si no me haces caso, morirás! - Decía al pajarraco.
El ave parecía hacerme caso y tener miedo de mi poder, así que no le quedaba otra que obedecerme. Una de las ondas se dirigía hacia nosotros, así que pegué una patada a esa dirección, soltando una gran explosión desde mi pie que disiparía la onda cortante. Seguíamos surcando el viento, felices mientra las ondas seguían apareciendo mientras acababan con la montaña, que se derruía al paso de los golpes de aquel tipo.
Debía escapar de allí con Raion, antes de que alguna onda cortante hiriese a mi compañero. Até a Raion a mi cintura y salté sobre una de las aves que volaban intentando escapar. Una vez encima, sujeté al gran pájaro del cuello mientras le daba suaves toques en la panza con mis talones, intentando que el pájaro me hiciese caso. Era grande, enorme, más que yo cuando estaba fusionado con Shion y era de color negra y amplias alas. Surcaba el cielo mientras seguía encima.
- Vamos Yumanyi, vuela y escapemos de aquí. ¡¡Si no me haces caso, morirás! - Decía al pajarraco.
El ave parecía hacerme caso y tener miedo de mi poder, así que no le quedaba otra que obedecerme. Una de las ondas se dirigía hacia nosotros, así que pegué una patada a esa dirección, soltando una gran explosión desde mi pie que disiparía la onda cortante. Seguíamos surcando el viento, felices mientra las ondas seguían apareciendo mientras acababan con la montaña, que se derruía al paso de los golpes de aquel tipo.
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Madara uso una habilidad rara, creó una especie de ente humanoide de un color azulado, como si se tratase de energía solidificada. A la vez de eso nos advirtió de que era posible que todo se viniese abajo. No me hice de rogar, al igual que Asder, el pirata, yo también escapé de allí. Solo que en vez de hacer como él y montarme en alguna de aquellas enormes aves, solo cogí mi maletín con las muestras y me arrojé al vacío.
-Este tío está loco -musite mientras caía libremente.
Llevé mis brazos al cuerpo, pegándolos a éste, y dejé que mi cuerpo, como si de una bala se tratase, se orientase para caer de cabeza. Mi velocidad iba incrementándose poco a poco. Las rocas empezaban a caer así que simplemente me giré en el aire y empecé a lanzar rankyakus a las rocas más grandes, partiéndolas limpiamente. En el último momento, usé geppou para alejarme de la inmensa mole de rocas que empezaba a caer.
El geppou evitó que me golpease contra el suelo, y me permitió alejarme de allí a tiempo para no hacerme daño. Ahora solo esperaba saber cómo se resolvería todo aquello y lo más importante, ¿nos seguirían las aves o Madara podría ocuparse de ellas sin problemas?
No me quedaría tranquilo hasta ver cómo terminaba todo, por si acaso, desenvainé mi katana, para que en caso de que las aves, tal y como suponía, decidieran venir a vengarse de nosotros.
-Este tío está loco -musite mientras caía libremente.
Llevé mis brazos al cuerpo, pegándolos a éste, y dejé que mi cuerpo, como si de una bala se tratase, se orientase para caer de cabeza. Mi velocidad iba incrementándose poco a poco. Las rocas empezaban a caer así que simplemente me giré en el aire y empecé a lanzar rankyakus a las rocas más grandes, partiéndolas limpiamente. En el último momento, usé geppou para alejarme de la inmensa mole de rocas que empezaba a caer.
El geppou evitó que me golpease contra el suelo, y me permitió alejarme de allí a tiempo para no hacerme daño. Ahora solo esperaba saber cómo se resolvería todo aquello y lo más importante, ¿nos seguirían las aves o Madara podría ocuparse de ellas sin problemas?
No me quedaría tranquilo hasta ver cómo terminaba todo, por si acaso, desenvainé mi katana, para que en caso de que las aves, tal y como suponía, decidieran venir a vengarse de nosotros.
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Los cortes de aquella aura seguían arrasando con todo el lugar, el chico dragón continuaba con los ojos entrecerrados dentro de su pequeña fortaleza. Las aves que se alejaban estaban realmente asustadas, sin embargo era la segunda vez que usaba aquella técnica y no estaba muy acostumbrado a ella. Clavó una rodilla en el suelo, al mismo tiempo que jadeaba un poco, cansado por lo que había hecho, sumado al pequeño combate y al esfuerzo de haber subido el tronco de esa forma. La enorme silueta lanzó un par de ondas cortantes más y después soltó un gruñido, desapareciendo totalmente sin dejar rastro, la habilidad había finalizado por completo. Madara ahora pegó un suspiro de cansancio y cayó al suelo boca abajo, pegando la frente al suelo y quedando con los ojos cerrados. Notaba como la torre empezaba a caer debido a los enormes cortes que había provocado. Era como si le faltaran fuerzas para levantarse pues estaba realmente al límite, escupió a un lado observando como de su saliva salía algo de humo. Al parecer ese ácido era increíble, pero ahora no tenía tiempo para eso y trató de levantarse como podía, abriendo los ojos con fuerza y caminando despacio hasta el nido de los huevos.
De repente notó algo tras él, como una brisa de viento más fuerte de lo normal, se giró para observar que diablos pasaba y pudo ver aquella bestia a su lado. Un maldito pajarraco trataba de empalarle con su pico, el moreno se echó a un lado pero aquella cosa le golpeó con el ala en la cabeza. La fuerza de ese animal era tanta que lo desplazó unos seis metros, haciendo que se golpeara contra varias rocas por el camino. Tras esos segundos de dolor insoportable, abrió los ojos despacio y se levantó como pudo, sangraba por la cabeza y su cuerpo apenas le respondía, a decir verdad estaba muy herido. El ave volvió a por su posible presa, aunque no sospechaba que estaba atacando al cazador, trató de empalarlo de nuevo, pero esta vez pasó algo distinto. El luchador se dio la vuelta y saltó elegantemente por encima del pájaro, estrellando su pie derecho contra la cabeza de esa cosa, estampándola contra el suelo y dejándola inconsciente en el acto. Ahora no había más obstáculos, o eso parecía al menos, el mercenario se dirigió de nuevo al nido y cogió dos de aquellos huevos enormes, uno con cada brazo. Pero el problema venía ahora, debía descender de alguna forma antes de que la torre cayera abajo.
Se colocó en una posición en la que dejó las piernas flexionadas, no le quedaba otra opción y debía hacerlo cuanto antes. Saltó al vacio de forma suicida, cerrando los ojos y sin hacer nada para evitarlo, llegaba el momento de usar su forma. Su cuerpo empezó a crecer hasta tener unos cuatro metros de altura, abrió los ojos siendo estos rojizos y en forma de réptil. Dos escamosas y poderosas alas salieron de su espalda, abriéndose con elegancia, de la parte baja surgió una cola larga y terminada en una cuchilla afilada. Su hocico se alargó y sus dientes crecieron, además su cuerpo se recubrió de poderosas escamas, se había transformado en su forma hibrida de dragón. En mitad del aire comenzó a planear de forma perfecta, mostrando así sus grandes dotes y el buen control de aquella fruta que había permanecido oculta hasta el momento, no la había usado nunca aún. Se dejó llevar por el viento, siguiendo al peliblanco y pasando por su lado, para después aterrizar de forma perfecta en la playa volviendo a la forma humana con los huevos en sus brazos. Ahora se sentó jadeando por el cansancio que llevaba y entrecerró los ojos.
De repente notó algo tras él, como una brisa de viento más fuerte de lo normal, se giró para observar que diablos pasaba y pudo ver aquella bestia a su lado. Un maldito pajarraco trataba de empalarle con su pico, el moreno se echó a un lado pero aquella cosa le golpeó con el ala en la cabeza. La fuerza de ese animal era tanta que lo desplazó unos seis metros, haciendo que se golpeara contra varias rocas por el camino. Tras esos segundos de dolor insoportable, abrió los ojos despacio y se levantó como pudo, sangraba por la cabeza y su cuerpo apenas le respondía, a decir verdad estaba muy herido. El ave volvió a por su posible presa, aunque no sospechaba que estaba atacando al cazador, trató de empalarlo de nuevo, pero esta vez pasó algo distinto. El luchador se dio la vuelta y saltó elegantemente por encima del pájaro, estrellando su pie derecho contra la cabeza de esa cosa, estampándola contra el suelo y dejándola inconsciente en el acto. Ahora no había más obstáculos, o eso parecía al menos, el mercenario se dirigió de nuevo al nido y cogió dos de aquellos huevos enormes, uno con cada brazo. Pero el problema venía ahora, debía descender de alguna forma antes de que la torre cayera abajo.
Se colocó en una posición en la que dejó las piernas flexionadas, no le quedaba otra opción y debía hacerlo cuanto antes. Saltó al vacio de forma suicida, cerrando los ojos y sin hacer nada para evitarlo, llegaba el momento de usar su forma. Su cuerpo empezó a crecer hasta tener unos cuatro metros de altura, abrió los ojos siendo estos rojizos y en forma de réptil. Dos escamosas y poderosas alas salieron de su espalda, abriéndose con elegancia, de la parte baja surgió una cola larga y terminada en una cuchilla afilada. Su hocico se alargó y sus dientes crecieron, además su cuerpo se recubrió de poderosas escamas, se había transformado en su forma hibrida de dragón. En mitad del aire comenzó a planear de forma perfecta, mostrando así sus grandes dotes y el buen control de aquella fruta que había permanecido oculta hasta el momento, no la había usado nunca aún. Se dejó llevar por el viento, siguiendo al peliblanco y pasando por su lado, para después aterrizar de forma perfecta en la playa volviendo a la forma humana con los huevos en sus brazos. Ahora se sentó jadeando por el cansancio que llevaba y entrecerró los ojos.
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El extraño ser gigante azulado que el hombre de pelo largo había creado, ya se había disipado, tras un gruñido. Desde el cielo, a lo lejos, vi como el hombre caía al suelo y se enfrentaba a uno de los pájaros, para luego lanzarse al vacío, tras recoger dos huevos del nido, lo cual me parecía raro, tal vez tenía hambre y se quería hacer una enorme tortilla.
Volé en lo alto del pájaro, lo más rápido que podía para salvar al hombre que se lanzaba al vacío, pero aquel hombre no era normal, se transformó en una especie de dragón alado que surcaba el cielo con los huevos, algo que jamás había visto. El hombre pasó cerca de Etsu, así que lo seguí volando, hasta aterrizar en la playa y caer al suelo jadeando.
Descendí hasta juntó a Raion y Yumanyi para posarme a su lado, bajé de mi nuevo compañero y intenté ayudar al hombre, que parecía cansado, tal vez aquello que creó, consumía mucha de su energía. Traté de ayudarle, sentándome a su lado y mirando a los alrededores, en busca de alguna planta que pueda usar para tratar su cansancio.
Encontré una, por lo que corrí hacia ella y la arranqué del suelo, me volví ha acercar al hombre y traté de meterle las plantas en la boca, a la fuerza.
- Come esto, te sentará bien.
Volé en lo alto del pájaro, lo más rápido que podía para salvar al hombre que se lanzaba al vacío, pero aquel hombre no era normal, se transformó en una especie de dragón alado que surcaba el cielo con los huevos, algo que jamás había visto. El hombre pasó cerca de Etsu, así que lo seguí volando, hasta aterrizar en la playa y caer al suelo jadeando.
Descendí hasta juntó a Raion y Yumanyi para posarme a su lado, bajé de mi nuevo compañero y intenté ayudar al hombre, que parecía cansado, tal vez aquello que creó, consumía mucha de su energía. Traté de ayudarle, sentándome a su lado y mirando a los alrededores, en busca de alguna planta que pueda usar para tratar su cansancio.
Encontré una, por lo que corrí hacia ella y la arranqué del suelo, me volví ha acercar al hombre y traté de meterle las plantas en la boca, a la fuerza.
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Re: [Pasado/Grupal] En busca de pájaros gigantes [Asder, Madara, Etsu, N] {Miér 14 Ene 2015 - 13:12}
Poco a poco la forma que Madara había creado con energía fue remitiendo hasta desaparecer, dejando que se terminase de venir abajo la formación rocosa. Escuché el sonido de un pájaro, una d aquellas enormes aves atacó el cuerpo tendido en el suelo del hombre de los ojos rojos. Intenté acercarme, pero él ya se había arrojado al vacío. Me quedé perplejo, se había transformado en un ser reptiloide, pero no era la primera vez que lo veía, Mark, el cazarrecompensas con el que llevé una misión a cabo tenía un aspecto similar. Así que supuse que se trataría de una zoan mitológica.
Me moví nuevamente, en dirección a la playa, hacia donde había ido Madara. Cuando llegué me fijé en que parecía profundamente agotado, y no era de extrañar, esa técnica que había usado antes era poderosa, muy poderosa. Asderdeker corría hacia él, con una planta en las manos y diciéndole que se la comiese, una planta con alto contenido en azúcares. Le ayudarían contra el excesivo cansancio y la posible sensación de mareo que podría tener debido al esfuerzo, pero no era lo mejor para él.
Me acerqué a ellos, a la vez que cogía el maletín con ambas manos y lo abría, saqué un vial de él y volví acerrarlo. En su interior se encontraba una pequeña ramita, de color azulado, con hojas de un tono lila claro. Estaba suspendida en un líquido incoloro, que no era agua.
-Esta planta contiene muchos minerales y es rica en cafeína, deberías tomártela si quieres seguir –dije ofreciéndole el vial, luego miré a Asderdeker y seguí hablando -La del pirata solo es rica en azúcares, te aportará energía, pero no te estimulará. No te preocupes por el líquido, es una solución nutritiva, su sabor puede que sea algo desagradable pero es inocua, aunque te recomiendo que no te la bebas.
Había perdido el espécimen que había encontrado, ahora debería volver a buscar más para mis investigaciones, pero dudaba que alguna de las plantas que crecían en lo alto de aquella montaña no hubiese sufrido daños. Por ahora esperaría junto a los dos hombres, para ver cómo se desenvolvía todo.
Me moví nuevamente, en dirección a la playa, hacia donde había ido Madara. Cuando llegué me fijé en que parecía profundamente agotado, y no era de extrañar, esa técnica que había usado antes era poderosa, muy poderosa. Asderdeker corría hacia él, con una planta en las manos y diciéndole que se la comiese, una planta con alto contenido en azúcares. Le ayudarían contra el excesivo cansancio y la posible sensación de mareo que podría tener debido al esfuerzo, pero no era lo mejor para él.
Me acerqué a ellos, a la vez que cogía el maletín con ambas manos y lo abría, saqué un vial de él y volví acerrarlo. En su interior se encontraba una pequeña ramita, de color azulado, con hojas de un tono lila claro. Estaba suspendida en un líquido incoloro, que no era agua.
-Esta planta contiene muchos minerales y es rica en cafeína, deberías tomártela si quieres seguir –dije ofreciéndole el vial, luego miré a Asderdeker y seguí hablando -La del pirata solo es rica en azúcares, te aportará energía, pero no te estimulará. No te preocupes por el líquido, es una solución nutritiva, su sabor puede que sea algo desagradable pero es inocua, aunque te recomiendo que no te la bebas.
Había perdido el espécimen que había encontrado, ahora debería volver a buscar más para mis investigaciones, pero dudaba que alguna de las plantas que crecían en lo alto de aquella montaña no hubiese sufrido daños. Por ahora esperaría junto a los dos hombres, para ver cómo se desenvolvía todo.
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Madara estaba ya más tranquilo y recuperando energías después de lo que había hecho, su mirada estaba algo seria y miraba el cielo, la verdad es que la brisa que pasaba ahora por el lugar era bastante agradable. Por un momento se quedó en su mundo, pensando en sus cosas sin importar nada más, la situación cada vez era mejor, soledad y silencio, le entraban ganas de echarse una siesta, pero debía entregar los huevos cuanto antes. No había tiempo que perder, de modo que ahora suspiró despacio y trató de levantarse para dirigirse a su destino, sin embargo la cosa no iba a ser tan fácil.
De repente trató de respirar pero algo se metió en su boca, no pudo escupirlo al sentir una fuerza que lo empujaba hacia su interior, cayó de espaldas al suelo al estar débil, con las piernas estiradas hacia arriba haciendo ruidos extraños, como si se ahogara. No tuvo más remedio que masticar y con ayuda de su acido tragarse cuanto antes aquella planta, después de hacerlo se apartó tosiendo un poco y levantándose iluminando los ojos. Se fijó en que se trataba del chico castaño de antes, según sus palabras era algo que le iba a sentar bien, decidió fiarse de él y se sentó de nuevo soltando un suspiro y comprobando que los huevos estaban bien ante todo.
Segundos después se acercó el otro chico con algo extraño, una especie de tubo con un líquido azulado y una rama dentro. Además dijo que esa planta era muy buena y le aportaría más cosas que la del pirata, ya había desvelado la identidad del chico salvaje. La verdad es que el moreno era increíble para esas cosas y se fijaba en todos los detalles, ahora se pensó que hacer y olisqueó aquella cosa. No olía de mala forma, sin embargo otro olor le impresionó algo más, aquella persona de cabellos blancos tenía un aroma muy familiar para el mercenario, tal vez demasiado. Por el momento no caía pero iba a quedarse con ese olor para la próxima vez que lo necesitara recordar. Estiró la mano y tomó aquel frasco, lo abrió de forma rápida y se lo echó a la boca, bebiendo el desagradable líquido y comiéndose aquella cosa que disolvió gracias a su saliva ácida. Momentos después entrecerró los ojos y dirigió sus palabras a las dos personas.
- Os agradezco a los dos la ayuda, sin embargo tengo una pregunta para el peliblanco. ¿Nos hemos visto antes en algún lugar? Me gustaría saber tu nombre y quién eres amigo, así sabré cuando ayudarte por el favor que me has hecho.
Un plan muy astuto por parte del moreno, su mirada era seria y serena, parecía una persona muy confiable y lo era, pero solo con sus aliados. Lástima no haberse llevado a Crok allí, seguramente lo habría pasado genial tocando una buena canción mientras el nido iba cediendo tras el Impakuto del luchador, el cual ahora observaba al peliblanco esperando su respuesta con impaciencia.
De repente trató de respirar pero algo se metió en su boca, no pudo escupirlo al sentir una fuerza que lo empujaba hacia su interior, cayó de espaldas al suelo al estar débil, con las piernas estiradas hacia arriba haciendo ruidos extraños, como si se ahogara. No tuvo más remedio que masticar y con ayuda de su acido tragarse cuanto antes aquella planta, después de hacerlo se apartó tosiendo un poco y levantándose iluminando los ojos. Se fijó en que se trataba del chico castaño de antes, según sus palabras era algo que le iba a sentar bien, decidió fiarse de él y se sentó de nuevo soltando un suspiro y comprobando que los huevos estaban bien ante todo.
Segundos después se acercó el otro chico con algo extraño, una especie de tubo con un líquido azulado y una rama dentro. Además dijo que esa planta era muy buena y le aportaría más cosas que la del pirata, ya había desvelado la identidad del chico salvaje. La verdad es que el moreno era increíble para esas cosas y se fijaba en todos los detalles, ahora se pensó que hacer y olisqueó aquella cosa. No olía de mala forma, sin embargo otro olor le impresionó algo más, aquella persona de cabellos blancos tenía un aroma muy familiar para el mercenario, tal vez demasiado. Por el momento no caía pero iba a quedarse con ese olor para la próxima vez que lo necesitara recordar. Estiró la mano y tomó aquel frasco, lo abrió de forma rápida y se lo echó a la boca, bebiendo el desagradable líquido y comiéndose aquella cosa que disolvió gracias a su saliva ácida. Momentos después entrecerró los ojos y dirigió sus palabras a las dos personas.
- Os agradezco a los dos la ayuda, sin embargo tengo una pregunta para el peliblanco. ¿Nos hemos visto antes en algún lugar? Me gustaría saber tu nombre y quién eres amigo, así sabré cuando ayudarte por el favor que me has hecho.
Un plan muy astuto por parte del moreno, su mirada era seria y serena, parecía una persona muy confiable y lo era, pero solo con sus aliados. Lástima no haberse llevado a Crok allí, seguramente lo habría pasado genial tocando una buena canción mientras el nido iba cediendo tras el Impakuto del luchador, el cual ahora observaba al peliblanco esperando su respuesta con impaciencia.
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Aquel hombre ingirió la planta que le di para que mejorase, aunque empezó a toser, como si se ahogase... Tal vez me había pasado con la fuerza. Apareció Etsu que también le ofreció algo para que comiese, que haría que se encontrase mucho mejor. Madara parecía algo mejor, entrecerró sus ojos y nos agradeció la ayuda, aunque le dirigió una pregunta a Etsu.
- Vaya. ¿Os conocéis? Por cierto, no me he presentado, Madara. Yo soy Lion D. Asderdeker, pero puedes llamarme Asder, es más corto. Jejejeje. - Le decía con una sonrisa.
Parecía un buen tipo y que tenía hambre, ya que vigilaba sus huevos, como si no quisiesen que le quitasen la comida. La verdad es que le entendía y acaricié a Yumanyi, para que se calmara. Etsu y Madara no parecían caerle muy bien, aunque conmigo empezaba a encariñarse, sería sin duda mi nueva familia. Miré a Madara feliz, con una sonrisa de oreja a oreja mientras soltaba una ligera carcajada que se llevaba el viento.
- Me caes bien, dragoncito. No pareces mala persona y, tranquilo, no te quitaré la comida, aunque ahora que lo pienso... Tengo hambre. - Decía para que justo, detrás de mis palabras, mi estómago rugiese de hambre.
Estaba algo cansado de la gran escalada que me había pegado y de la energía gastada, en cuanto llegase al barco me zamparía la despensa entera, aunque eso conllevaría a estar sin comida hasta la próxima isla, una gran desgracia.
- Vaya. ¿Os conocéis? Por cierto, no me he presentado, Madara. Yo soy Lion D. Asderdeker, pero puedes llamarme Asder, es más corto. Jejejeje. - Le decía con una sonrisa.
Parecía un buen tipo y que tenía hambre, ya que vigilaba sus huevos, como si no quisiesen que le quitasen la comida. La verdad es que le entendía y acaricié a Yumanyi, para que se calmara. Etsu y Madara no parecían caerle muy bien, aunque conmigo empezaba a encariñarse, sería sin duda mi nueva familia. Miré a Madara feliz, con una sonrisa de oreja a oreja mientras soltaba una ligera carcajada que se llevaba el viento.
- Me caes bien, dragoncito. No pareces mala persona y, tranquilo, no te quitaré la comida, aunque ahora que lo pienso... Tengo hambre. - Decía para que justo, detrás de mis palabras, mi estómago rugiese de hambre.
Estaba algo cansado de la gran escalada que me había pegado y de la energía gastada, en cuanto llegase al barco me zamparía la despensa entera, aunque eso conllevaría a estar sin comida hasta la próxima isla, una gran desgracia.
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Madara tomó la planta que le ofrecía y se la tragón sin mucho esfuerzo, como el que se come un regaliz. Todo parecía ir bien hasta que me hizo la pregunta de si nos habíamos visto con anterioridad. No me gustó mucho, ¿era acaso posible que supiese quién era en su banda?, esperaba que no. Procuré mantener la calma lo máximo posible y le tendí la mano.
-Etsu Shiroi, encantado -dije en tono cordial -¿y tu eres...?
Luego miré a Asderdequer que parecía contento, como si lo que acababa de pasar no le importase para nada. Miré de nuevo a Madara y sin darle tiempo a responder continué hablando.
-No deberías mezclarte con piratas -dije mirando a Asder, para mirar de nuevo a Madara -son mala influencia. Hoy no detendré porque no estaba en mis planes y porque ya voy con retaso.
Miré hacia ambos hombres esperando por si tenían algo más que decir, cuando terminaran me despediría y partiría de nuevo a la búsqueda de las plantas. Era un proyecto interesante y estaba todo pensado. Había erdido la única que tenía, pero no podía dejar morir a un hombre.
-Etsu Shiroi, encantado -dije en tono cordial -¿y tu eres...?
Luego miré a Asderdequer que parecía contento, como si lo que acababa de pasar no le importase para nada. Miré de nuevo a Madara y sin darle tiempo a responder continué hablando.
-No deberías mezclarte con piratas -dije mirando a Asder, para mirar de nuevo a Madara -son mala influencia. Hoy no detendré porque no estaba en mis planes y porque ya voy con retaso.
Miré hacia ambos hombres esperando por si tenían algo más que decir, cuando terminaran me despediría y partiría de nuevo a la búsqueda de las plantas. Era un proyecto interesante y estaba todo pensado. Había erdido la única que tenía, pero no podía dejar morir a un hombre.
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El tal Asder no parecía una mala persona después de todo, tan solo le había dado ayuda, además dijo que el moreno le caía bien, después le rugió el estómago, debía de tener hambre. Un leve suspiro salió del chico dragón, el cual observaba al peliblanco esperando su respuesta, cosa que después obtuvo. Le tendió la mano estrechándola mientras escuchaba como le pedía el nombre. Aunque no le dejó contestar, ya que le dijo que no era bueno relacionarse con piratas, cosa que le iba a responder enseguida el tipo del pelo largo, el cual soltó una pequeña carcajada.
- Piratas, agentes del gobierno, marines, revolucionarios… para mí todos son iguales, hay buenos y malos en ambos bandos. De modo que no es algo que me moleste mucho, mi nombre es Madara Uchiha. Líder de una organización mercenaria llamada Kyofu No Yohei. Creo que va siendo hora de volver con ellos, espero que cuando llegue estén todos…
Dijo sonriendo ampliamente y mirándole con una sonrisa sádica, había reconocido el olor, si creía que iba a poder engañarle durante mucho rato estaba equivocado. El mercenario recordaba los olores de sus compañeros a la perfección, ya le habían lanzado la indirecta de que esperaba que todos estuvieran allí. Se puso en pie mirándole a los ojos de forma tranquila mientras se relamía despacio, acto seguido dirigió su mirada al castaño para cambiar de tema descaradamente.
- Tú también me has caído bastante bien amigo, será un honor volver a veros a los dos. ¿Verdad Etsu Shiroi?
Añadió en último lugar mientras ahora tomaba los huevos con sus brazos y pegaba un potente salto para después en pleno aire transformarse en su forma completa. Un enorme dragón negro de un tamaño descomunal, empezó aletear con fuerza alejándose del lugar mientras observaba al horizonte de forma tranquila. “Interesante… Etsu… o debería decir… Ren…”
- Piratas, agentes del gobierno, marines, revolucionarios… para mí todos son iguales, hay buenos y malos en ambos bandos. De modo que no es algo que me moleste mucho, mi nombre es Madara Uchiha. Líder de una organización mercenaria llamada Kyofu No Yohei. Creo que va siendo hora de volver con ellos, espero que cuando llegue estén todos…
Dijo sonriendo ampliamente y mirándole con una sonrisa sádica, había reconocido el olor, si creía que iba a poder engañarle durante mucho rato estaba equivocado. El mercenario recordaba los olores de sus compañeros a la perfección, ya le habían lanzado la indirecta de que esperaba que todos estuvieran allí. Se puso en pie mirándole a los ojos de forma tranquila mientras se relamía despacio, acto seguido dirigió su mirada al castaño para cambiar de tema descaradamente.
- Tú también me has caído bastante bien amigo, será un honor volver a veros a los dos. ¿Verdad Etsu Shiroi?
Añadió en último lugar mientras ahora tomaba los huevos con sus brazos y pegaba un potente salto para después en pleno aire transformarse en su forma completa. Un enorme dragón negro de un tamaño descomunal, empezó aletear con fuerza alejándose del lugar mientras observaba al horizonte de forma tranquila. “Interesante… Etsu… o debería decir… Ren…”
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