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El cielo nocturno invadía el lugar, aquella maldita isla llena de asesinos era algo muy peligroso, el viento soplaba con fuerza y las hojas de los árboles se dispersaban por las calles. Las peleas eran muy frecuentes por aquel lugar, un sitio que la joven trataba de evitar a toda costa. Iba encapuchada totalmente y solo sus ojos blancos podían verse. Llevaba su sudadera azulada y blanca, los pantalones negros y su guantelete de acero en la mano, en sus pies portaba unas sandalias de madera. Su pelo estaba suelto pero no podía verse debido a la capucha, por lo que estaba a salvo de que vieran que era una mujer, algo peligroso por el sitio dónde estaba ahora.
Estaba allí tras haber vuelto de Cactus Island, había ayudado a su n-compañero Midorima a salir de la prisión, ese despistado había sido encarcelado en un combate contra un Cipher Pol. Los agentes del gobierno eran muy peligrosos al parecer, la chica sabía que debía entrenar mucho más para llegar a ser de utilidad en su banda. Había salido del barco a darse una vuelta por el lugar, la luna estaba llena y el cielo estrellado. Una noche preciosa a decir verdad, las cosas empezaban a ponerse feas pues el sentido de Hinori para los sitios era algo malo y se había perdido, pegó un pequeño suspiro y continuó caminando de forma calmada. Su mirada analizaba cada sitio del lugar, buscando cosas interesantes que poder ver, pero en ese momento escuchó un ruido frente a ella, algo que no le hizo mucha gracia cuando vio. Alzó la voz un poco mientras daba un paso atrás.
- Maldición…
Dos tipos se acercaban, tenían muy malas pintas e incluso daban miedo. La morena se metió por un callejón y llegó al fondo de este, escondiéndose totalmente en la oscuridad. Los dos tipos pasaron de largo, cosa que hizo que la chica sonriera tranquilamente y se quitara la capucha, mostrando su larga melena, entrecerró los ojos mientras se dirigía a la salida de este. Había sido una suerte, si la pillaban no había escapatoria de ese sitio dónde tras ella había una enorme pared de piedra y de una altura de unos diez metros, cosa que no podía saltar por el momento.
- Bueno, ya me he librado del peligro.
Estaba allí tras haber vuelto de Cactus Island, había ayudado a su n-compañero Midorima a salir de la prisión, ese despistado había sido encarcelado en un combate contra un Cipher Pol. Los agentes del gobierno eran muy peligrosos al parecer, la chica sabía que debía entrenar mucho más para llegar a ser de utilidad en su banda. Había salido del barco a darse una vuelta por el lugar, la luna estaba llena y el cielo estrellado. Una noche preciosa a decir verdad, las cosas empezaban a ponerse feas pues el sentido de Hinori para los sitios era algo malo y se había perdido, pegó un pequeño suspiro y continuó caminando de forma calmada. Su mirada analizaba cada sitio del lugar, buscando cosas interesantes que poder ver, pero en ese momento escuchó un ruido frente a ella, algo que no le hizo mucha gracia cuando vio. Alzó la voz un poco mientras daba un paso atrás.
- Maldición…
Dos tipos se acercaban, tenían muy malas pintas e incluso daban miedo. La morena se metió por un callejón y llegó al fondo de este, escondiéndose totalmente en la oscuridad. Los dos tipos pasaron de largo, cosa que hizo que la chica sonriera tranquilamente y se quitara la capucha, mostrando su larga melena, entrecerró los ojos mientras se dirigía a la salida de este. Había sido una suerte, si la pillaban no había escapatoria de ese sitio dónde tras ella había una enorme pared de piedra y de una altura de unos diez metros, cosa que no podía saltar por el momento.
- Bueno, ya me he librado del peligro.
Derian Markov
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Mock Town... una ciudad de criminales y escoria. Alguien como él no tenía nada que hacer allí normalmente, pero en esa ocasión no le había quedado más remedio que anclar en aquel puerto. Se habían quedado sin provisiones a mitad de travesía y les había tocado hacer escala allí. En principio no se le perdía nada en la ciudad, pero ya que estaba, el vampiro había decidido ir a dar una vuelta en busca de una víctima, y así alimentarse con sangre caliente y viva. Estaba harto de la sangre conservada en botella. Sabía mucho peor, por no hablar de los anticoagulantes que le tenía que echar para mantenerla líquida hacían que perdiese sustancia y le alimentara menos. Por ello, la idea de salir a de capturar a algún criminal y alimentarse de él era tentadora. Más aun, si atrapaba a alguien con recompensa, podría cobrarla.
Había otro motivo que le había impulsado a salir a buscar presas: las ganas de una buena cacería. En aquel lugar había gente fuerte, y tal vez se topara con alguien que le diese algo de guerra antes de sucumbir ante su poder. Por eso, vagabundeó por las solitarias calles, dejándose llevar por su olfato. Sus sentidos lo guiaron hasta dos rufianes que apestaban a alcohol, y por un momento estuvo a punto de atacarlos. Sin embargo, su última experiencia devorando a alguien borracho no había sido buena... si bien había tenido final feliz. Además de eso, él no se conformaba con despojos como aquellos dos tipos. Si iba a cazar a alguien, debería ser de lo mejor que hubiese por allí. Sin embargo, sin ninguna pista mejor que seguir, acechó a los dos hombres y los siguió. A lo mejor le guiaban a una taberna donde seleccionar a su siguiente presa. Sin embargo, no era el único de cacería. Los hombres localizaron a una mujer joven de agradable olor, y la empezaron a seguir. El vampiro, tras oler aquel atrayente y delicioso aroma, se decidió. Ya tenía cena. Seguiría a los hombres, los mataría y se quedaría él con la mujer, aunque con objetivos muy diferentes a los de esos criminales. Sin embargo, la chica le dio esquinazo a los tipos. Pero no a Derian... Para evitar toparse con los dos y que le siguieran o armaran escándalo, subió a los tejados.
Merodeó por las alturas, siguiendo el dulce aroma. Finalmente la vio en un callejón sin salida. Podría caer frente a ella y arrinconarla. "Demasiado clásico... y sin persecución, sería aburrido." Caminó en total silencio hasta el borde y la observó. ¿No le sonaba de algo? Aunque estaba oscuro, poseía una vista envidiable. Pero debido a su larga melena no le veía bien el rostro. En fin, si la conocía de algo, ya lo vería antes de matarla. "Todas las presas se parecen, qué más dará." Con agilidad felina, cayó tras ella, y le murmuró al oído:
- Malas horas para estar sola en la calle... hay cosas más peligrosas que violadores y ladrones en sitios como este, señorita - dijo, con una voz suave, fría y sineistramente inhumana - Y hoy no es tu noche de suerte. Tal vez deberías hacer eso que hacéis las presas, creo que lo llamáis... ¿huir?
Había otro motivo que le había impulsado a salir a buscar presas: las ganas de una buena cacería. En aquel lugar había gente fuerte, y tal vez se topara con alguien que le diese algo de guerra antes de sucumbir ante su poder. Por eso, vagabundeó por las solitarias calles, dejándose llevar por su olfato. Sus sentidos lo guiaron hasta dos rufianes que apestaban a alcohol, y por un momento estuvo a punto de atacarlos. Sin embargo, su última experiencia devorando a alguien borracho no había sido buena... si bien había tenido final feliz. Además de eso, él no se conformaba con despojos como aquellos dos tipos. Si iba a cazar a alguien, debería ser de lo mejor que hubiese por allí. Sin embargo, sin ninguna pista mejor que seguir, acechó a los dos hombres y los siguió. A lo mejor le guiaban a una taberna donde seleccionar a su siguiente presa. Sin embargo, no era el único de cacería. Los hombres localizaron a una mujer joven de agradable olor, y la empezaron a seguir. El vampiro, tras oler aquel atrayente y delicioso aroma, se decidió. Ya tenía cena. Seguiría a los hombres, los mataría y se quedaría él con la mujer, aunque con objetivos muy diferentes a los de esos criminales. Sin embargo, la chica le dio esquinazo a los tipos. Pero no a Derian... Para evitar toparse con los dos y que le siguieran o armaran escándalo, subió a los tejados.
Merodeó por las alturas, siguiendo el dulce aroma. Finalmente la vio en un callejón sin salida. Podría caer frente a ella y arrinconarla. "Demasiado clásico... y sin persecución, sería aburrido." Caminó en total silencio hasta el borde y la observó. ¿No le sonaba de algo? Aunque estaba oscuro, poseía una vista envidiable. Pero debido a su larga melena no le veía bien el rostro. En fin, si la conocía de algo, ya lo vería antes de matarla. "Todas las presas se parecen, qué más dará." Con agilidad felina, cayó tras ella, y le murmuró al oído:
- Malas horas para estar sola en la calle... hay cosas más peligrosas que violadores y ladrones en sitios como este, señorita - dijo, con una voz suave, fría y sineistramente inhumana - Y hoy no es tu noche de suerte. Tal vez deberías hacer eso que hacéis las presas, creo que lo llamáis... ¿huir?
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Bueno ya estaba llegando a la salida del callejón e iba a salir de allí, la maldita oscuridad la tenía preocupada, principalmente por si tropezaba con algo. Iba con mucho cuidado cuando de repente sintió un pequeño escalofrío en la nuca, a continuación unas palabras la tomaron por sorpresa, haciendo que sus ojos se entrecerraran y tragara saliva. La estaban llamando presa ¿Qué diablos tenía detrás? Activó su haki de observación y pudo notar un aura de un poder increíble, no tenía ni idea de que podía ser tan fuerte para causar eso y mucho menos a las tantas de la noche en un callejón. La verdad es que estaba algo paralizada y sobresaltada, algo de miedo recorría ahora su cuerpo, en ese momento recordó el pequeño incidente con el contra-almirante Training y frunció el ceño. No podía achantarse por nada y debía ser fuerte, sacaría su poder al descubierto si era necesario pues no le importaba mucho luchar si era para defender a un ser querido o a ella misma, nunca por gusto. Tomó algo de aire manteniéndose quieta y de repente empezó a hablar en un tono serio, pero bastante intranquilo, como si no estuviera muy segura de sí misma.
- ¿A quién crees que estás llamando presa? Si te piensas que voy a huir es que estás muy equivocado señor. ¡Una pirata nunca se rinde ante nadie!
Gritó entonces en un tono más seguro y se daba la vuelta, pudo ver a una silueta frente a ella pero no sabía quién podía ser. En ese momento apretó los puños usando su energía y un brillo dorado apareció en sus extremidades, notándose el sonido eléctrico recorrer sus brazos y piernas. De esa forma pretendía amenazar a su visitante, aunque este no le había hecho nada y tal vez podía ser una broma, lo que la haría quedar fatal, pero debía asegurarse por si las moscas. Elevó su brazo hacia arriba usando de nuevo sus energías para hacer aparecer de su espalda un par de alas blancas echas de energía. Ahora estaba armada con la capacidad de volar, sus golpes vibratorios eléctricos y su agilidad, sin embargo el destello creado por sus dos ámbitos de energía hizo algo de luz y pudo ver un poco el rostro de su oponente. No tenía mucho que ver, pues pese a la iluminación seguía estando bastante oscuro, además no debía perder el tiempo en juegos y saltó hacia atrás alejándose un poco.
- No te muevas ni un músculo o lo lamentaras. Dime quién eres y lo qué buscas y cada uno irá por su lugar sin problemas.
Sus ojos blancos estaban fijos en la oscuridad del callejón, con su haki podría seguir la presencia de aquella personas pues por suerte estaban ambos solos en el lugar, además activó su haki armadura también. La morena movía los brazos despacio produciendo aquellos sonidos eléctricos inquietantes, que mostraban agresividad, las alas estaban también preparadas para moverse para elevarla por lo que pudiera pasar.
- ¿A quién crees que estás llamando presa? Si te piensas que voy a huir es que estás muy equivocado señor. ¡Una pirata nunca se rinde ante nadie!
Gritó entonces en un tono más seguro y se daba la vuelta, pudo ver a una silueta frente a ella pero no sabía quién podía ser. En ese momento apretó los puños usando su energía y un brillo dorado apareció en sus extremidades, notándose el sonido eléctrico recorrer sus brazos y piernas. De esa forma pretendía amenazar a su visitante, aunque este no le había hecho nada y tal vez podía ser una broma, lo que la haría quedar fatal, pero debía asegurarse por si las moscas. Elevó su brazo hacia arriba usando de nuevo sus energías para hacer aparecer de su espalda un par de alas blancas echas de energía. Ahora estaba armada con la capacidad de volar, sus golpes vibratorios eléctricos y su agilidad, sin embargo el destello creado por sus dos ámbitos de energía hizo algo de luz y pudo ver un poco el rostro de su oponente. No tenía mucho que ver, pues pese a la iluminación seguía estando bastante oscuro, además no debía perder el tiempo en juegos y saltó hacia atrás alejándose un poco.
- No te muevas ni un músculo o lo lamentaras. Dime quién eres y lo qué buscas y cada uno irá por su lugar sin problemas.
Sus ojos blancos estaban fijos en la oscuridad del callejón, con su haki podría seguir la presencia de aquella personas pues por suerte estaban ambos solos en el lugar, además activó su haki armadura también. La morena movía los brazos despacio produciendo aquellos sonidos eléctricos inquietantes, que mostraban agresividad, las alas estaban también preparadas para moverse para elevarla por lo que pudiera pasar.
Derian Markov
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Así que la mosca tenía aguijón... Derian siseó y retrocedió un paso a causa de la luz que emitían las manos de la mujer. La observó con cautela, pensando cómo podía hacer para inmovilizarla y dejarla fuera de combate sin que le tocara. Ahora que estaban cara a cara, pudo ver su rostro. Le sonaba de algo, pero no acaba de caer en qué. En fin... no le apetecía matarla y que luego resultase que se había comido a la hija de algún aliado... se había presentado como pirata, pero mejor ser cauto. Algo le decía que ya la había visto más veces. Primero jugaría un poco con ella, la interrogaría y luego se la comería. Sonrió siniestramente, y en un veloz movimiento desapareció y reapareció a la espalda de la chica. Se aproximó a ella por la espalda, olisqueando el dulce aroma de su cuello, atrayente y delicioso. Los latidos de su corazón eran como una canción dulce y hermosa. Derian tuvo que hacer un esfuerzo consciente para no morderla y beberse su sangre. Entonces, le susurró al oído.
- Eres tan inocente y frágil que no me costaría nada destrozarte en un instante. Sería tan sencillo como aplastar a un bicho con el dedo. Ah, la vida humana... tan compleja, tan hermosa y tan sencilla de apagar. Un mordisco en la yugular, y en pocos minutos morirías desangrada. Un golpe contra la pared en la cabeza, y te destrozaría el cráneo. Una silenciosa cuchillada en el riñón, un giro de cuello demasiado apresurado y violento o incluso un golpe tonto en la sien... sería muy fácil.
Su tono de voz fue muy calmado, pero cargado de emoción contenida. Era un tono seductor y atrayente, al tiempo que aterrador. Era como mirar por el borde de un barranco. Sabes que puedes caerte, pero algo te impulsa a seguir mirando. Derian sonrió malévolamente. Se quedó callado por unos segundos, atento a los olores que desprendía aquella chica. Quería saber si había logrado infundirle miedo con sus palabras. Se relamió los labios, pensando en el festín que se daría con su sangre. En un veloz movimiento, volvió a moverse a toda velocidad. Al instante, ya no estaba a su espalda, si no sentado en el borde del tejado de un edificio, sobre ella.
- Tal vez pienses que si quisiese matarte ya te habría matado. Que tal vez haya un motivo oculto para todo este numerito. O tal vez incluso estés rezando para que esto sea una pesadilla - sus ojos dorados relucieron en la oscuridad - No te confundas. Tan sólo estoy jugando con mi presa.
Desapareció de nuevo. Esta vez apareció frente a ella. Peligrosamente cerca... les separaban escasos centímetros. Los ojos del vampiro se clavaron en los de la chica. Levantó una mano a tal velocidad que pareció desaparecer, pero no la atacó. La detuvo a unos centímetros de ella, y trató de acariciarle una mejilla con el dedo índice.
- Podría matarte ahora mismo... y el hambre me dice que lo haga - sonrió levemente, mostrando los colmillos - Tal vez no huyas de otro humanos... pero si los piratas no reconocen a la muerte cuando se presenta frente a ellos, es que son unos necios.
- Eres tan inocente y frágil que no me costaría nada destrozarte en un instante. Sería tan sencillo como aplastar a un bicho con el dedo. Ah, la vida humana... tan compleja, tan hermosa y tan sencilla de apagar. Un mordisco en la yugular, y en pocos minutos morirías desangrada. Un golpe contra la pared en la cabeza, y te destrozaría el cráneo. Una silenciosa cuchillada en el riñón, un giro de cuello demasiado apresurado y violento o incluso un golpe tonto en la sien... sería muy fácil.
Su tono de voz fue muy calmado, pero cargado de emoción contenida. Era un tono seductor y atrayente, al tiempo que aterrador. Era como mirar por el borde de un barranco. Sabes que puedes caerte, pero algo te impulsa a seguir mirando. Derian sonrió malévolamente. Se quedó callado por unos segundos, atento a los olores que desprendía aquella chica. Quería saber si había logrado infundirle miedo con sus palabras. Se relamió los labios, pensando en el festín que se daría con su sangre. En un veloz movimiento, volvió a moverse a toda velocidad. Al instante, ya no estaba a su espalda, si no sentado en el borde del tejado de un edificio, sobre ella.
- Tal vez pienses que si quisiese matarte ya te habría matado. Que tal vez haya un motivo oculto para todo este numerito. O tal vez incluso estés rezando para que esto sea una pesadilla - sus ojos dorados relucieron en la oscuridad - No te confundas. Tan sólo estoy jugando con mi presa.
Desapareció de nuevo. Esta vez apareció frente a ella. Peligrosamente cerca... les separaban escasos centímetros. Los ojos del vampiro se clavaron en los de la chica. Levantó una mano a tal velocidad que pareció desaparecer, pero no la atacó. La detuvo a unos centímetros de ella, y trató de acariciarle una mejilla con el dedo índice.
- Podría matarte ahora mismo... y el hambre me dice que lo haga - sonrió levemente, mostrando los colmillos - Tal vez no huyas de otro humanos... pero si los piratas no reconocen a la muerte cuando se presenta frente a ellos, es que son unos necios.
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La luz de la chica hizo echarse hacia atrás al hombre que tenía frente a sus ojos, a continuación frunció el ceño algo seria y tomó aire para después soltarlo del tirón, estaba lista para golpearle en el centro del rostro si daba un paso más hacia ella. Tras un ligero parpadeo, se dio cuenta de que su agresor ya no estaba frente a ella, tragó saliva notando con su haki como una presencia se hallaba detrás de ella, lo único que hizo fue tratar de mantenerse callada y relajarse. En ese momento empezó a escuchar las palabras del visitante, realmente eran tétricas y temibles, entonces fue cuando notó como el corazón le empezaba a latir más rápido y cada vez iba a peor, no podía creerse la situación. No podía igualar la velocidad de aquel ser ni de coña, se giró lo más veloz que pudo lanzando un codazo con toda su fuerza pero lamentablemente aquella persona ya no estaba allí.
El miedo empezaba a ser más poderoso que su valor y eso la hacía ponerse nerviosa, la oscuridad invadía el callejón totalmente, salvo a unos escasos centímetros alrededor de la corsaria. Las palabras esta vez vinieron de una zona más alta, desvió su mirada hacia dónde se hallaba ahora aquel ser y no tardó en apretar los puños por la rabia. La había llamado presa en toda su cara, eso fue lo último que alguien debería decir frente a ella pues lo había tomado como un derivado de “debilidad”. Empezó a pensar en sus compañeros piratas y en su capitán, en sus sueños, metas y todo lo que había tenido que pasar. Se había escapado para demostrar que no era una chica débil ni mucho menos, iba a callarles la boca a su familia y a todos los que decían que no servía para aquello. Trató de lanzarse a por él, sin embargo desapareció de nuevo y ahora se quedó frente a sus ojos.
Estaban bastante cerca a decir verdad y aquel hombre mostró unos colmillos terroríficos que hicieron a Hinori dar un paso hacia atrás para después notar como sus piernas temblaban. No podía consentirlo pero su cuerpo no le obedecía, el miedo la recorría de forma exagerada, podía tratar de huir hacia el barco en busca de Dexter, pero esta vez no iba a ser así. No pensaba seguir pidiendo ayuda, debía de convertirse en una persona poderosa para ser útil en la vida. Aumentó su energía haciendo que sus extremidades brillasen con más potencia, después se mordió el labio inferior con algo de fuerza hasta hacerse daño y poder centrarse. Mostró ahora una sonrisa amplía hacia aquel hombre, plantándole cara sabiendo lo que eso podía suponer. La cocinera ahora clavó sus blancos ojos en los dorados de aquel terrible ser, el cual era demasiado veloz al parecer, en ese campo no tenía nada que hacer, pero quizás podía sacar partido al ser aquello un callejón. Empezó a soltar una pequeña y suave carcajada, se notaba que no era de felicidad, más bien un poco sarcástica.
- Si debo morir plantándole cara a la muerte, entonces sin duda alguna soy una necia, por qué pienso hacerlo si es necesario colmillitos. ¡Los Markov no se rinden ante nadie!
El miedo empezaba a ser más poderoso que su valor y eso la hacía ponerse nerviosa, la oscuridad invadía el callejón totalmente, salvo a unos escasos centímetros alrededor de la corsaria. Las palabras esta vez vinieron de una zona más alta, desvió su mirada hacia dónde se hallaba ahora aquel ser y no tardó en apretar los puños por la rabia. La había llamado presa en toda su cara, eso fue lo último que alguien debería decir frente a ella pues lo había tomado como un derivado de “debilidad”. Empezó a pensar en sus compañeros piratas y en su capitán, en sus sueños, metas y todo lo que había tenido que pasar. Se había escapado para demostrar que no era una chica débil ni mucho menos, iba a callarles la boca a su familia y a todos los que decían que no servía para aquello. Trató de lanzarse a por él, sin embargo desapareció de nuevo y ahora se quedó frente a sus ojos.
Estaban bastante cerca a decir verdad y aquel hombre mostró unos colmillos terroríficos que hicieron a Hinori dar un paso hacia atrás para después notar como sus piernas temblaban. No podía consentirlo pero su cuerpo no le obedecía, el miedo la recorría de forma exagerada, podía tratar de huir hacia el barco en busca de Dexter, pero esta vez no iba a ser así. No pensaba seguir pidiendo ayuda, debía de convertirse en una persona poderosa para ser útil en la vida. Aumentó su energía haciendo que sus extremidades brillasen con más potencia, después se mordió el labio inferior con algo de fuerza hasta hacerse daño y poder centrarse. Mostró ahora una sonrisa amplía hacia aquel hombre, plantándole cara sabiendo lo que eso podía suponer. La cocinera ahora clavó sus blancos ojos en los dorados de aquel terrible ser, el cual era demasiado veloz al parecer, en ese campo no tenía nada que hacer, pero quizás podía sacar partido al ser aquello un callejón. Empezó a soltar una pequeña y suave carcajada, se notaba que no era de felicidad, más bien un poco sarcástica.
- Si debo morir plantándole cara a la muerte, entonces sin duda alguna soy una necia, por qué pienso hacerlo si es necesario colmillitos. ¡Los Markov no se rinden ante nadie!
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Miedo... podía olerlo y oírlo. Su pulso disparándose con rapidez, el sudor brotando de todos los poros de su piel, su respiración agitándose... la hermosa melodía de la caza. Aquello era justo lo que le había hecho salir de su barco aquella noche. Se sentía totalmente al control de la situación, y tener esa certeza lo hacía sentirse vivo y lleno. Saber que ella no tenía oportunidades de huir o defenderse, y que ella era consciente de ello aunque fuese en lo más profundo de su mente, que él decidía sobre su vida era lo más excitante de aquello. El auténtico motivo por el que cazaba era aquel subidón de adrenalina que sentía al tener en sus manos una vida y la posibilidad de arrebatarla a voluntad. Jugar a ser Dios... de eso había tratado siempre. Entonces algo cambió. Ella comenzó a recuperar el valor y decidió que prefería morir luchando, decepcionando ligeramente a Derian. Los que mueren defendiéndose hasta el último momento tienen su punto, pero no era lo que buscaba esa noche. Quería súplicas y lamentos. En fin, había escogido a la presa equivocada. Si la mataba rápido tal vez...
- Un momento... - dijo, al oír sus últimas palabras.
Retrocedió un paso, algo aturdido y con un brillo extraño en los ojos. Entonces algo hizo "clic" en su mente y todas las piezas encajaron. Su rostro pasó a volverse frío e inexpresivo. Peligrosamente frío y forzadamente inexpresivo, como si estuviese conteniendo a duras penas una emoción muy fuerte. Clavó su mirada en la de ella, y la temperatura del callejón pareció descender varios grados. Entonces, sin previo aviso, levantó la mano derecha a una velocidad de vértigo y le dio un revés en la mejilla con el dorso. Su rostro era ahora una mueca de ira. Murmuró con asco la palabra "pirata", gesticulando mucho, y le dio un puñetazo tan fuerte a la pared de al lado que la piedra se agrietó. Poco a poco se fue obligando a calmarse, y la poderosa llama de ira que transmitía su mirada se fue apagando, dando paso a la fría inexpresividad que era habitual en el vampiro. Con voz dura y autoritaria, declaró:
- Esta vez sí que os habéis pasado, lady Hinori. Escaparos de vuestra casa para haceros... bucanera. Una mera ladronzuela de los mares - sacudió la cabeza y levantó la mano como si fuese a darle otra bofetada - Recoged vuestras cosas, milady. Partimos a Hallstat de inmediato.
Se apartó bruscamente de ella y salió del callejón. Una pirata... como aquello se llegara a conocer en su tierra natal sería una mancha en el honor de su familia. Más aun, como la gente empezara a hablar fuera de Hallstat y se supiera que el Shichibukai Derian Markov tenía una prima pirata, eso acabaría con cualquier posible buena fama que tuviera. Al fin y al cabo, siempre había ocultado las pruebas de sus asesinatos y cacerías, y eliminado a todos los testigos. A ojos del mundo, era un respetable historiador y arqueólogo, un espadachín sin igual y un Shichibukai sin una única mancha en su historial. Un hombre que siempre había respetado las leyes... o al menos había procurado que no se conociera de su lado oscuro. Apretó los dientes, rabioso. Se dio la vuelta, volviendo a mirar al interior del callejón.
- Vámonos. No dispongo de toda la noche, prima - dijo, secamente.
- Un momento... - dijo, al oír sus últimas palabras.
Retrocedió un paso, algo aturdido y con un brillo extraño en los ojos. Entonces algo hizo "clic" en su mente y todas las piezas encajaron. Su rostro pasó a volverse frío e inexpresivo. Peligrosamente frío y forzadamente inexpresivo, como si estuviese conteniendo a duras penas una emoción muy fuerte. Clavó su mirada en la de ella, y la temperatura del callejón pareció descender varios grados. Entonces, sin previo aviso, levantó la mano derecha a una velocidad de vértigo y le dio un revés en la mejilla con el dorso. Su rostro era ahora una mueca de ira. Murmuró con asco la palabra "pirata", gesticulando mucho, y le dio un puñetazo tan fuerte a la pared de al lado que la piedra se agrietó. Poco a poco se fue obligando a calmarse, y la poderosa llama de ira que transmitía su mirada se fue apagando, dando paso a la fría inexpresividad que era habitual en el vampiro. Con voz dura y autoritaria, declaró:
- Esta vez sí que os habéis pasado, lady Hinori. Escaparos de vuestra casa para haceros... bucanera. Una mera ladronzuela de los mares - sacudió la cabeza y levantó la mano como si fuese a darle otra bofetada - Recoged vuestras cosas, milady. Partimos a Hallstat de inmediato.
Se apartó bruscamente de ella y salió del callejón. Una pirata... como aquello se llegara a conocer en su tierra natal sería una mancha en el honor de su familia. Más aun, como la gente empezara a hablar fuera de Hallstat y se supiera que el Shichibukai Derian Markov tenía una prima pirata, eso acabaría con cualquier posible buena fama que tuviera. Al fin y al cabo, siempre había ocultado las pruebas de sus asesinatos y cacerías, y eliminado a todos los testigos. A ojos del mundo, era un respetable historiador y arqueólogo, un espadachín sin igual y un Shichibukai sin una única mancha en su historial. Un hombre que siempre había respetado las leyes... o al menos había procurado que no se conociera de su lado oscuro. Apretó los dientes, rabioso. Se dio la vuelta, volviendo a mirar al interior del callejón.
- Vámonos. No dispongo de toda la noche, prima - dijo, secamente.
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La mejilla de la morena quedó enrojecida por aquella guantada que ni siquiera pudo predecir con su haki debido a la velocidad que le había soltado el vampiro. De repente escuchó sus palabras, tambaleándose debido a la fuerza de aquella persona y tratando de mantener el equilibrio, le escocía la cara y no pudo hacer otra cosa que fruncir el ceño. Aquella persona podía ser un violador, un asesino, un agente, un marine o lo que le diera la gana, pero tenía que ser precisamente su primo. Estaba demasiado picada con él debido a su familia que se pasaban las horas restregándole que él era alguien importante y ella no, precisamente había salido a cumplir el sueño de ser incluso más famosa que él, pero este quería llevársela a casa. Encima la había llamado ladronzuela de los mares, no pudo evitar tragar saliva conteniendo la rabia a sus palabras mientras se notaba como se iba enfadando. Cuando le dijo que recogiera las cosas, negó un poco y tomó aire, dándose después la vuelta y observándole fijamente, respondiéndole después de unos segundos.
- Estoy harta de estar en casa encerrada y aburrida, soportando cuentos sobre el gran Derian Markov. Pienso ser alguien reconocida y respetada en todas las aguas, la piratería ha sido mi camino y nada podrá cambiar ese hecho.
Sus palabras eran bastante serias y no tenía intención de cambiar ninguna, ahora supo que iba a tener que huir de verdad, no podía enfrentarse a alguien tan fuerte y además por mucho pique que tuviera encima, seguían siendo familia. Ahora entrecerró los ojos mirando alrededor, cierto era que aquel moreno era demasiado rápido visto lo visto en el callejón, pero tal vez si lo llevaba por su terreno tenía una oportunidad de librarse. Los objetivos iban a ser callejones estrechos, de modo que trataría de ir por ellos lo más rápido posible, soltó un leve suspiro y ahora se elevó unos dos metros con sus alas de energía. Acto seguido salió disparada hacia su primo, lanzando una patada contra él pero a unos cuatro metros de distancia, había golpeado el aire con fuerza, no tardó mucho en formarse una onda de choque que fue hacia el vampiro. Las ondas de choque de Hinori eran más poderosas y devastadoras que las normales producidas por los luchadores corrientes (Técnica Ámbito) [Kaze No Saiban]
- ! Antes deberás atraparme!
Gritó tras lanzar aquella onda de choque, no iba a perder el tiempo mirando si le había dado, salió volando hacia una dirección al azar lo más rápido que pudo. Iba a unos dos metros del suelo, sobrevolando este lo más veloz que podía, metiéndose por callejones para de esa forma intentar apaciguar la velocidad del vampiro. Hubo un momento en que llegó a una pared y tuvo que frenarse en seco, colocando en el último momento los pies sobre el propio muro y lanzándose hacia el cielo, su objetivo era subir lo más alto posible. Si conseguía llegar a una altura considerable sin que la viera su primo, tal vez podía localizar el barco de los Blue y de esa forma librarse. Tenía entendido que su primo y Dexter eran Shichibukais y tal vez podían hablar de forma pacífica sobre ella sin problemas. El problema ahora era localizarlo antes de que el moreno la alcanzara a ella.
- Estoy harta de estar en casa encerrada y aburrida, soportando cuentos sobre el gran Derian Markov. Pienso ser alguien reconocida y respetada en todas las aguas, la piratería ha sido mi camino y nada podrá cambiar ese hecho.
Sus palabras eran bastante serias y no tenía intención de cambiar ninguna, ahora supo que iba a tener que huir de verdad, no podía enfrentarse a alguien tan fuerte y además por mucho pique que tuviera encima, seguían siendo familia. Ahora entrecerró los ojos mirando alrededor, cierto era que aquel moreno era demasiado rápido visto lo visto en el callejón, pero tal vez si lo llevaba por su terreno tenía una oportunidad de librarse. Los objetivos iban a ser callejones estrechos, de modo que trataría de ir por ellos lo más rápido posible, soltó un leve suspiro y ahora se elevó unos dos metros con sus alas de energía. Acto seguido salió disparada hacia su primo, lanzando una patada contra él pero a unos cuatro metros de distancia, había golpeado el aire con fuerza, no tardó mucho en formarse una onda de choque que fue hacia el vampiro. Las ondas de choque de Hinori eran más poderosas y devastadoras que las normales producidas por los luchadores corrientes (Técnica Ámbito) [Kaze No Saiban]
- ! Antes deberás atraparme!
Gritó tras lanzar aquella onda de choque, no iba a perder el tiempo mirando si le había dado, salió volando hacia una dirección al azar lo más rápido que pudo. Iba a unos dos metros del suelo, sobrevolando este lo más veloz que podía, metiéndose por callejones para de esa forma intentar apaciguar la velocidad del vampiro. Hubo un momento en que llegó a una pared y tuvo que frenarse en seco, colocando en el último momento los pies sobre el propio muro y lanzándose hacia el cielo, su objetivo era subir lo más alto posible. Si conseguía llegar a una altura considerable sin que la viera su primo, tal vez podía localizar el barco de los Blue y de esa forma librarse. Tenía entendido que su primo y Dexter eran Shichibukais y tal vez podían hablar de forma pacífica sobre ella sin problemas. El problema ahora era localizarlo antes de que el moreno la alcanzara a ella.
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Enarcó una ceja. ¿Eso era todo? ¿Se había ido de su castillo en Hallstat sólo por aquello? Si no fuese por la determinación de sus palabras, lo hubiese considerado un mero arrebato infantil. Más aun... reconocimiento y respeto. Y temor por su persona. No eran malas metas, aunque entraban en conflicto con sus planes. La miró con cautela, y de repente percibió una sensación de peligro. Su mantra le alertaba de un ataque inminente. Extendió su mano derecha y creó una barrera de voluntad pura con su haki. La onda de choque se deshizo contra esta como si fuese una simple brisa. Acto seguido, el vampiro suspiro y meneó la cabeza. ¿En serio se creía capaz de huir de ÉL? Vale que una presa pudiera pensarlo, pero su prima había oído sus historias. Debía ser increíblemente tonta si pensaba ganarle en velocidad.
- Lo que me faltaba... hacer de niñera.
De un salto, llegó al tejado. Rastreando la presencia de ella con su haki y sus sentidos, la siguió corriendo por las alturas. Era veloz como el viento y silencioso como un felino acechando a su presa. Apenas una sombra en la noche. La chica no había más que dar rodeos, seguramente creyendo que él la tenía que seguir a pie. Como iba en línea recta, no tardó en darle alcance, pero no se apareció ante ella aun. Se mantuvo a una distancia prudencial y aminoró el ritmo para no adelantarla. En cuanto ella comenzó a volar, dejó fluir su rabia y su instinto cazador, y se convirtió en una bestia mitad hombre mitad murciélago. De un salto se impulsó a los cielos y se elevó velozmente con sus alas membranosas. Adelantó a la chica y le cortó el paso. Se alzó ante ella, fiero y terrorífico, cubriendo la luna con su cuerpo. Entonces plegó las alas y volvió a su forma humana, manteniéndose en el aire con su levitación. La mirada del vampiro era de cierta superioridad.
- Bonito intento, pero si dejase escapar a los criminales tan fácilmente no sería Shichibukai.
La miró enigmáticamente, con sus ojos reluciendo. No quería reconocerlo, pero a medida se le pasaba el enfado, le iba entrando curiosidad sobre el tema. Apoyó la mano sobre el mango de su espada, y dijo:
- ¿La reconoces? Vanator, la espada de nuestra familia. Hace casi mil años nuestro antepasado Sorin I el Grande la usó para construir una nación. Y tú, que con tus capacidades podrías ser una gran cazadora y vivir la vida que quisieras, una descendiente de Sorin... elige ser pirata. ¿Por qué? - preguntó.
- Lo que me faltaba... hacer de niñera.
De un salto, llegó al tejado. Rastreando la presencia de ella con su haki y sus sentidos, la siguió corriendo por las alturas. Era veloz como el viento y silencioso como un felino acechando a su presa. Apenas una sombra en la noche. La chica no había más que dar rodeos, seguramente creyendo que él la tenía que seguir a pie. Como iba en línea recta, no tardó en darle alcance, pero no se apareció ante ella aun. Se mantuvo a una distancia prudencial y aminoró el ritmo para no adelantarla. En cuanto ella comenzó a volar, dejó fluir su rabia y su instinto cazador, y se convirtió en una bestia mitad hombre mitad murciélago. De un salto se impulsó a los cielos y se elevó velozmente con sus alas membranosas. Adelantó a la chica y le cortó el paso. Se alzó ante ella, fiero y terrorífico, cubriendo la luna con su cuerpo. Entonces plegó las alas y volvió a su forma humana, manteniéndose en el aire con su levitación. La mirada del vampiro era de cierta superioridad.
- Bonito intento, pero si dejase escapar a los criminales tan fácilmente no sería Shichibukai.
La miró enigmáticamente, con sus ojos reluciendo. No quería reconocerlo, pero a medida se le pasaba el enfado, le iba entrando curiosidad sobre el tema. Apoyó la mano sobre el mango de su espada, y dijo:
- ¿La reconoces? Vanator, la espada de nuestra familia. Hace casi mil años nuestro antepasado Sorin I el Grande la usó para construir una nación. Y tú, que con tus capacidades podrías ser una gran cazadora y vivir la vida que quisieras, una descendiente de Sorin... elige ser pirata. ¿Por qué? - preguntó.
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La luna, hermosa, blanca y brillante hasta que aquella cosa la tapó completamente con sus alas. Los ojos de la chica se abrieron, estaba impresionada de ver a semejante monstruo frente a sus ojos, se echó hacia atrás en pelo aire y tragó saliva alzando los puños. Aún no sabía diferenciar las presencias pero cuando lo vio volver a la forma normal supo que era su primo, soltó un enorme suspiro y se quedó mirándole de forma seria. Sus siguientes palabras la hicieron soltar una pequeña risa que acompañó después con una sonrisa tranquila y ladeada. Había oído hablar de aquella espada, ella no la necesitaba al ser una luchadora que tan solo usaba su cuerpo como medio de ataque, le gustaban más las artes marciales que todas aquellas armas. Ahora llevó su mano derecha a los cabellos, echándoselos a un lado para poder ver mejor, pues el flequillo empezaba a estorbarle un poco a decir verdad. Después de unos momentos le dirigió la palabra al vampiro.
- No sé a qué seguirás aspirando. Pero yo tengo claro mi camino, seguro que has oído hablar de los Ju-senshi. Los diez piratas más poderosos no capitanes del nuevo mundo, entérate bien primo. Yo voy a ser la más fuerte entre ellos y algún día volveré a nuestra tierra como Hinori Markov, la más poderosa de ese grupo.
Sus palabras iban con seriedad, aún le costaba respirar debido a la carrera que se había pegado en vano pues no estaba acostumbrada a tener que usar tanta velocidad de repente, algo que sin duda iba a tener que mejorar. Tenía su objetivo claro, debía convertirse en una persona poderosa y capaz de ayudar a sus amigos en situaciones muy difíciles, no había duda en que lo iba a dar todo para conseguirlo. Por el momento no iba a ser posible debido a que su capitán estaba en el Ouka pero ella sabía que eso no iba a durar para siempre y llegado el momento estaría entrenada y preparada. El camino iba a ser realmente difícil pero asumiría todos sus problemas con fuerza y determinación, dispuesta a ejecutar su plan de la mejor forma posible. Tras unos segundos permaneció callada observando al vampiro pero momentos después ladeó de nuevo una pequeña sonrisa para acercarse un poco más a él y señalarle con el dedo índice de la mano derecha.
- Ya han venido varios cazadores a por mí y han acabado derrotados. ¡Juro qué algún día conseguiré llegar a lo más alto y ser reconocida como la Markov más poderosa y justa! ¡Recuerda que no todos los piratas son iguales! ¡Si sigues metiéndote en mi camino me obligaras a llamar al poderoso Midorima-Sama para que te de una patada en el culo!
Esas últimas palabras las dijo muy convencida, estaba segura que el poderoso hombre de la gran Zone Of God quizás podría dejar a su primo en vergüenza en una pelea. Pero no estaba muy segura por el momento, hasta que se hiciera fuerte no podía consentir que la detuvieran pues aún era algo débil y debía reconocerlo.
- No sé a qué seguirás aspirando. Pero yo tengo claro mi camino, seguro que has oído hablar de los Ju-senshi. Los diez piratas más poderosos no capitanes del nuevo mundo, entérate bien primo. Yo voy a ser la más fuerte entre ellos y algún día volveré a nuestra tierra como Hinori Markov, la más poderosa de ese grupo.
Sus palabras iban con seriedad, aún le costaba respirar debido a la carrera que se había pegado en vano pues no estaba acostumbrada a tener que usar tanta velocidad de repente, algo que sin duda iba a tener que mejorar. Tenía su objetivo claro, debía convertirse en una persona poderosa y capaz de ayudar a sus amigos en situaciones muy difíciles, no había duda en que lo iba a dar todo para conseguirlo. Por el momento no iba a ser posible debido a que su capitán estaba en el Ouka pero ella sabía que eso no iba a durar para siempre y llegado el momento estaría entrenada y preparada. El camino iba a ser realmente difícil pero asumiría todos sus problemas con fuerza y determinación, dispuesta a ejecutar su plan de la mejor forma posible. Tras unos segundos permaneció callada observando al vampiro pero momentos después ladeó de nuevo una pequeña sonrisa para acercarse un poco más a él y señalarle con el dedo índice de la mano derecha.
- Ya han venido varios cazadores a por mí y han acabado derrotados. ¡Juro qué algún día conseguiré llegar a lo más alto y ser reconocida como la Markov más poderosa y justa! ¡Recuerda que no todos los piratas son iguales! ¡Si sigues metiéndote en mi camino me obligaras a llamar al poderoso Midorima-Sama para que te de una patada en el culo!
Esas últimas palabras las dijo muy convencida, estaba segura que el poderoso hombre de la gran Zone Of God quizás podría dejar a su primo en vergüenza en una pelea. Pero no estaba muy segura por el momento, hasta que se hiciera fuerte no podía consentir que la detuvieran pues aún era algo débil y debía reconocerlo.
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Suspiró y meneó la cabeza. No tenía nada que hacerle. Aquella chica tenía la misma determinación y fuerza de voluntad que había tenido él para matar a su padre y hacerse a la mar. Podía dejarla fuera de combate y llevársela por la fuerza, pero volvería a escaparse en cuanto hubiera dejado Hallstat. Y podía matarla, pero no le apetecía derramar más sangre de su familia. Quería pasar a la historia como un rey legendario, no como un asesino de parientes. A parte... tenía la clase de voluntad que él valoraba.Si bien en su opinión había elegido el camino erróneo, tenía madera de cazadora. Su rostro se calmó, y pasó a su habitual expresión impasible. Comenzó a hablarle, en un tono bastante más informal y menos distante:
- Escúchame bien. Sólo hay dos tipos de personas en este mundo: presas y cazadores. Los cazadores son gente con el poder necesario para vivir de acuerdo a sus deseos, y la voluntad para hacerlo. Las presas son los demás; gente débil de cuerpo o carácter, incapaces de valerse por sí mismos. Nosotros somos cazadores. Si es verdad todo lo que has dicho, demuestra que eres una Markov y cúmplelo. Con todas sus consecuencias... cuando seas una criminal peligrosa, iré a cazarte - declaró, con seriedad - Ahora mismo no me valdrías la pena ni el esfuerzo.
Esperó que la amenaza de tener a uno de los Shichibukais tras ella fuese suficiente para que se tomase en serio sus palabras. Así se esforzaría por hacerse fuerte. Volviendo a pensar en lo de la piratería... no le convenía, ni le gustaba. Pero por otro lado, si mostraba públicamente su rechazo a su prima eso podría contrarrestar los efectos de lo otro. Además, qué demonios, él era Derian Markov. El futuro soberano de Hallstat. No debería andarse preocupando por la opinión de nadie. Como mucho, y principalmente por prudencia, de la de sus súbditos y vasallos. A continuación escuchó las siguientes palabras de Hinori y le devolvió una mirada de desconcierto. ¿Midorima, poderoso? ¿Una patada en el culo?
- Ah, ¿Midorima? Creo que deberías cambiar de referentes de poder. La última vez que me enfrenté a ese tipo no logró hacerme ni un moratón. Fue muy fácil y aburrido vencerle - miró a su prima con cierto desdén - Con esa clase de compañeros débiles dudo que llegues muy lejos.
- Escúchame bien. Sólo hay dos tipos de personas en este mundo: presas y cazadores. Los cazadores son gente con el poder necesario para vivir de acuerdo a sus deseos, y la voluntad para hacerlo. Las presas son los demás; gente débil de cuerpo o carácter, incapaces de valerse por sí mismos. Nosotros somos cazadores. Si es verdad todo lo que has dicho, demuestra que eres una Markov y cúmplelo. Con todas sus consecuencias... cuando seas una criminal peligrosa, iré a cazarte - declaró, con seriedad - Ahora mismo no me valdrías la pena ni el esfuerzo.
Esperó que la amenaza de tener a uno de los Shichibukais tras ella fuese suficiente para que se tomase en serio sus palabras. Así se esforzaría por hacerse fuerte. Volviendo a pensar en lo de la piratería... no le convenía, ni le gustaba. Pero por otro lado, si mostraba públicamente su rechazo a su prima eso podría contrarrestar los efectos de lo otro. Además, qué demonios, él era Derian Markov. El futuro soberano de Hallstat. No debería andarse preocupando por la opinión de nadie. Como mucho, y principalmente por prudencia, de la de sus súbditos y vasallos. A continuación escuchó las siguientes palabras de Hinori y le devolvió una mirada de desconcierto. ¿Midorima, poderoso? ¿Una patada en el culo?
- Ah, ¿Midorima? Creo que deberías cambiar de referentes de poder. La última vez que me enfrenté a ese tipo no logró hacerme ni un moratón. Fue muy fácil y aburrido vencerle - miró a su prima con cierto desdén - Con esa clase de compañeros débiles dudo que llegues muy lejos.
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Hinori entrecerró los ojos cuando escuchó que el moreno iba a cazarla cuando fuese una pirata que considerase peligrosa, ella simplemente permaneció callada y mirándole con seriedad, si eso era una amenaza pensaba empezar a mostrar más fiereza en sus entrenamientos. Sus alas blancas iluminaban bastante y por ello cantaba demasiado sobre el cielo nocturno, tampoco era algo que le importase mucho la verdad, en ese momento estaba demasiado concentrada en la conversación con su primo. Su objetivo no iba a cambiar pese a las palabras de Derian, de hecho lo único que habían conseguido estas era motivarla aún más para conseguir sus metas. Ahora se cruzó de brazos pues estos hacía ya un rato que habían dejado de emitir aquella luz dorada, no consideraba necesario mantenerla pues era un gasto tonto de energía y no le convenía nada según la situación. Estuvo a punto de hablar cuando escuchó lo de su compañero de pelo verde.
Al parecer el Markov mayor había vencido al luchador en poco tiempo y a juzgar por su tono no parecía ser una mentira. Empezaba a dudar si Midorima era fuerte, también podía darse el caso de que el Shichibukai fuese demasiado poderoso, negó varias veces tratando de centrarse, aquello podía ser verdad o mentira. Era cierto que ella tuvo que salvar al pirata de una prisión por qué fue derrotado contra un agente del gobierno, ese capullo dijo que la iba a proteger a ella y poco a poco iba siendo al contrario. Tardó unos momentos en asimilarlo pero finalmente le creyó, aunque eso provocó que sus ojos se entrecerraran un poco más hasta el punto que casi los tenía cerrados del todo. Apretó su puño derecho realizando aquel sonido eléctrico de nuevo y se quedó mirando a su primo de forma seria, llegaba el momento de ponerle las cosas claras de una vez por todas, podía llegar a recibir una buena por aquello, pero en ese momento hablaba su corazón y lo que sentía.
- Si vas a cazarme en un futuro más vale que estés bien preparado primo, voy a derrotarte y demostrarte lo que valgo. Bueno, ya que has dicho eso sobre el cabeza hueca de Midorima…
De repente se dio la vuelta en pleno aire, dándole la espalda mientras miraba tranquilamente las casas y calles de la isla. Permaneció callada totalmente, había dejado la frase a medias pero pensaba completarla, simplemente cerró los ojos concentrándose de forma tranquila, acto seguido anuló su haki de observación también. Pasaron un par de segundos hasta que se giró a enorme velocidad, estirando su mano hacia el vampiro y señalándole con el dedo índice, sus ojos blancos se habían abierto y su expresión era la de una sonrisa ladeada. Después abrió despacio la boca para emitir aquella frase hacia el moreno, la cual iba en un tono bastante alto y mostraba fuerza de voluntad.
- No vuelvas a atacar a ninguno de mis nakamas, primo…
Al parecer el Markov mayor había vencido al luchador en poco tiempo y a juzgar por su tono no parecía ser una mentira. Empezaba a dudar si Midorima era fuerte, también podía darse el caso de que el Shichibukai fuese demasiado poderoso, negó varias veces tratando de centrarse, aquello podía ser verdad o mentira. Era cierto que ella tuvo que salvar al pirata de una prisión por qué fue derrotado contra un agente del gobierno, ese capullo dijo que la iba a proteger a ella y poco a poco iba siendo al contrario. Tardó unos momentos en asimilarlo pero finalmente le creyó, aunque eso provocó que sus ojos se entrecerraran un poco más hasta el punto que casi los tenía cerrados del todo. Apretó su puño derecho realizando aquel sonido eléctrico de nuevo y se quedó mirando a su primo de forma seria, llegaba el momento de ponerle las cosas claras de una vez por todas, podía llegar a recibir una buena por aquello, pero en ese momento hablaba su corazón y lo que sentía.
- Si vas a cazarme en un futuro más vale que estés bien preparado primo, voy a derrotarte y demostrarte lo que valgo. Bueno, ya que has dicho eso sobre el cabeza hueca de Midorima…
De repente se dio la vuelta en pleno aire, dándole la espalda mientras miraba tranquilamente las casas y calles de la isla. Permaneció callada totalmente, había dejado la frase a medias pero pensaba completarla, simplemente cerró los ojos concentrándose de forma tranquila, acto seguido anuló su haki de observación también. Pasaron un par de segundos hasta que se giró a enorme velocidad, estirando su mano hacia el vampiro y señalándole con el dedo índice, sus ojos blancos se habían abierto y su expresión era la de una sonrisa ladeada. Después abrió despacio la boca para emitir aquella frase hacia el moreno, la cual iba en un tono bastante alto y mostraba fuerza de voluntad.
- No vuelvas a atacar a ninguno de mis nakamas, primo…
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Derian entrecerró los ojos y se cruzó de brazos. Parecía que de repente a su prima le había venido un arrebato de valor. Le dirigió una mirada fría, evaluándola. Que aprobase su fuerza de voluntad y su vena cazadora no implicaba que le agradase aquella actitud. Él seguía siendo el cabeza de la familia Markov, el heredero del título de conde. Y seguía siendo el fuerte de los dos. Estaba excediéndose mucho al hablarle de aquella manera, como si fuese un enemigo más al que batir. Su mirada se volvió tan fría que podría haber congelado un depósito de agua. No parecía precisamente que el Shichibukai estuviese de buenas.
- Prima... vuelve darme una orden y te arrancaré la cabeza.
No sonó a amenaza. Ni siquiera sonó enfadado. Fue una afirmación, pura y simplemente. La voz del Shichibukai fue totalmente inhumana y terrorífica, totalmente diferente a como lo había sido hasta ahora. Fue la voz de un ser diabólico y malévolo, el gruñido de una criatura terrible a la que acababan de molestar. Un aviso de lo que ocurriría si Hinori volvía a intentar provocar a Derian. Le daría igual todos sus propósitos; si la pirata volvía a tener la osadía de tratarlo de esa manera, no se iba contener. La destrozaría. Y aun había algo más, estaba convencida de que lograría vencerlo en un futuro...
- ¿Qué te dice que podrás vencerme en un futuro? Creo que no eres consciente de hasta qué punto alcanzan mis poderes. Tu envejecerás, mientras que yo permaneceré eternamente joven, y mis poderes aumentarán año a año. Siempre seré más fuerte.
La miró con superioridad. Aquello era totalmente cierto. Él era inalcanzable para ella. Podía ser que aumentase su poder, pero con el tiempo, la fuerza de la juventud moriría en ella. Como usuario de la zoan de vampiro, él en cambio siempre tendría un cuerpo joven. Un cuerpo que no sólo no envejecería, si no que no cesaba de desarrollarse y volverse más y más poderoso. Y él no cesaba de entrenar y aumentar su propia experiencia en combate. Había dejado atrás hacía años ya el poder de un humano. Sus poderes estaban totalmente fuera del alcance de uno... a menos que poseyera una fruta.
- Prima... vuelve darme una orden y te arrancaré la cabeza.
No sonó a amenaza. Ni siquiera sonó enfadado. Fue una afirmación, pura y simplemente. La voz del Shichibukai fue totalmente inhumana y terrorífica, totalmente diferente a como lo había sido hasta ahora. Fue la voz de un ser diabólico y malévolo, el gruñido de una criatura terrible a la que acababan de molestar. Un aviso de lo que ocurriría si Hinori volvía a intentar provocar a Derian. Le daría igual todos sus propósitos; si la pirata volvía a tener la osadía de tratarlo de esa manera, no se iba contener. La destrozaría. Y aun había algo más, estaba convencida de que lograría vencerlo en un futuro...
- ¿Qué te dice que podrás vencerme en un futuro? Creo que no eres consciente de hasta qué punto alcanzan mis poderes. Tu envejecerás, mientras que yo permaneceré eternamente joven, y mis poderes aumentarán año a año. Siempre seré más fuerte.
La miró con superioridad. Aquello era totalmente cierto. Él era inalcanzable para ella. Podía ser que aumentase su poder, pero con el tiempo, la fuerza de la juventud moriría en ella. Como usuario de la zoan de vampiro, él en cambio siempre tendría un cuerpo joven. Un cuerpo que no sólo no envejecería, si no que no cesaba de desarrollarse y volverse más y más poderoso. Y él no cesaba de entrenar y aumentar su propia experiencia en combate. Había dejado atrás hacía años ya el poder de un humano. Sus poderes estaban totalmente fuera del alcance de uno... a menos que poseyera una fruta.
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La frase del vampiro hizo que la chica tragará un poco de saliva y una pequeña gotita de sudor le cayera por mejilla derecha, se la estaba jugando pero en ese momento le había dado un momento de inspiración, después de unos momentos notó que no iba a poder seguir volando mucho más, su energía tenía un límite. No podía dejar que le arrancara la cabeza allí mismo, de modo que no le provocaría más, había olvidado que estaba jugando con fuego desde el principio y era mejor no seguir acercando la mano a las flamas. Miró a su alrededor hasta que por fin pudo ver el barco de su tripulación, lo que hizo que sonriera de lado. Estaba a punto de irse pero en ese momento las nuevas palabras de su primo la dejaron un poco perpleja, tenía razón. Él no iba a envejecer y se haría más poderoso cada vez que pasara el tiempo, eso era una enorme desventaja para ella y para cualquiera que pudiera desafiar al vampiro. En ese momento esbozó una media sonrisa para después dirigirle la palabra.
- En ese caso creo que tendré que buscarme una fruta del diablo que me permita alcanzarte.
Dijo mostrándose segura de sí misma y ahora sonriéndole de forma amable, después soltó un pequeño suspiro y se elevó medio metro más arriba, respirando ya con algo de dificultad por el cansancio acumulado en aquella charla de altura. Se fijó en que debía de haber pasado un buen rato pues había gente ya saliendo de las casas para dirigirse a sus trabajos, eso le llamó la atención a ella, si había estado tanto tiempo fuera se iba a llevar una buena bronca por parte de su capitán. No tenía excusa y no iba a hablar de aquello con nadie, lo que sí iba a hacer sería reírse un poco del peli verde cuando este nombrara lo fuerte que era, su velocidad suprema y aquella cosa rara que hacía para volverse más veloz. Después de unos momentos se quedó mirando a Derian para después dirigirle la palabra en un tono calmado y algo dulce, cuando se le acababa su modo de pique y valor volvía a ser como la de siempre.
- ¡Debo irme que ya es tarde! ¡Hasta la próxima, Primo!
Dicho aquello salió disparada hacia el barco lo más rápido posible, no tardó mucho en aterrizar en la cubierta clavándose de rodillas en el suelo, sus alas desaparecieron totalmente dejando un pequeño resplandor de energía blanca. Jadeó un poco para después levantarse y empezar a caminar al interior del barco, aquella visita había sido muy inesperada y casi había acabado devorada por el vampiro. Debía de pensar algo que hacer, había hablado más de la cuenta pues ella adoraba nadar y no quería comer ninguna fruta de esas, le perdían sus ganas de superar al Markov mayor. La única forma era que se matara a entrenar y a sacar mejores estrategias que las que ya tenía, ahora se adentró hacia su camarote, debía llegar lo más rápido posible sin hacer ruido y hacerse la dormida, ya que estaba se dormiría de verdad hasta el siguiente día.
- En ese caso creo que tendré que buscarme una fruta del diablo que me permita alcanzarte.
Dijo mostrándose segura de sí misma y ahora sonriéndole de forma amable, después soltó un pequeño suspiro y se elevó medio metro más arriba, respirando ya con algo de dificultad por el cansancio acumulado en aquella charla de altura. Se fijó en que debía de haber pasado un buen rato pues había gente ya saliendo de las casas para dirigirse a sus trabajos, eso le llamó la atención a ella, si había estado tanto tiempo fuera se iba a llevar una buena bronca por parte de su capitán. No tenía excusa y no iba a hablar de aquello con nadie, lo que sí iba a hacer sería reírse un poco del peli verde cuando este nombrara lo fuerte que era, su velocidad suprema y aquella cosa rara que hacía para volverse más veloz. Después de unos momentos se quedó mirando a Derian para después dirigirle la palabra en un tono calmado y algo dulce, cuando se le acababa su modo de pique y valor volvía a ser como la de siempre.
- ¡Debo irme que ya es tarde! ¡Hasta la próxima, Primo!
Dicho aquello salió disparada hacia el barco lo más rápido posible, no tardó mucho en aterrizar en la cubierta clavándose de rodillas en el suelo, sus alas desaparecieron totalmente dejando un pequeño resplandor de energía blanca. Jadeó un poco para después levantarse y empezar a caminar al interior del barco, aquella visita había sido muy inesperada y casi había acabado devorada por el vampiro. Debía de pensar algo que hacer, había hablado más de la cuenta pues ella adoraba nadar y no quería comer ninguna fruta de esas, le perdían sus ganas de superar al Markov mayor. La única forma era que se matara a entrenar y a sacar mejores estrategias que las que ya tenía, ahora se adentró hacia su camarote, debía llegar lo más rápido posible sin hacer ruido y hacerse la dormida, ya que estaba se dormiría de verdad hasta el siguiente día.
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En silencio, el vampiro vio partir a la chica, preguntándose por qué narices le había perdonado tantas groserías. Supuso que conservaba la esperanza de que se convirtiera en una rival dura en el futuro. Al fin y al cabo era una Markov. Pasado el momento, se dio cuenta de que aun estaba sediento. Con todo aquel embrollo había dejado su caza de lado, y ahora empezaba a hacerse tarde... ya no tenía tiempo de realizar una cacería en condiciones. Sobrevoló la ciudad y eligió a un caminante solitario. Se dedicó a descargar su frustración sobre él, persiguiéndolo por la ciudad y asustándolo, y una vez se cansó de jugar con el tipo lo mató y se bebió su sangre. Sin embargo no era suficiente.
- Esta noche volveré a cazar - decidió.
Se volvió al barco volando, y se metió inmediatamente en su camarote. Una vez allí, se encerró en el interior sin dirigirle la palabra a nadie y se metió en su ataúd a meditar sobre lo ocurrido. Necesitaba pensar sobre el tema y descansar.
- Esta noche volveré a cazar - decidió.
Se volvió al barco volando, y se metió inmediatamente en su camarote. Una vez allí, se encerró en el interior sin dirigirle la palabra a nadie y se metió en su ataúd a meditar sobre lo ocurrido. Necesitaba pensar sobre el tema y descansar.
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